Cuerpo y música en Nietzsche: Una aproximación

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Exposición “Bodies”
http://blog.hmns.org/wp-content/uploads/2008/07/the_ballett_dancer-converted.jpg.Imagen consultada el 15 de marzo de 2010
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Cuerpo
y música
en Nietzsche:
Una
aproximación
Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre
o DE REFLEXIÓN
ARTÍCUL
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CUERPO Y MUSICA EN NIETZSCHE:
UNA APROXIMACIÓN
Alejandro Solano1, Federico López2, Mario Felipe Ortega3
1. Integrante del Grupo Monstrum. Estudiante de décimo grado
2. Integrante del Grupo Monstrum. Profesor del Departamento de Español
3. Integrante del Grupo Monstrum. Director del Centro de Estudios Sociales
Correspondencia para el autor:[email protected]
Recibido: 16 de abril de 2010
Aprobado: 24 de mayo de 2010
Todo lo que no se deja aprehender a través de relaciones musicales engendra en mí hastío y nausea
Friedrich Nietzsche
Hay una vida después de la música, pero ¿podemos soportarla? Sin Música la vida sería un error
Friedrich Nietzsche
RESUMEN
SUMMARY
El cuerpo y la música son aspectos permanentes y decisivos en el pensamiento y la
vida del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.
La indagación por las posibles relaciones
entre cuerpo y música, en el marco del
grupo intercolegiado MONSTRUM, ha llevado a rastrear estos elementos en la obra
del pensador. Como parte preliminar del
proceso, el documento hace referencia a la
gran salud y la vinculación cuerpo – espíritu
dentro de la categoría Sí-Mismo. Se insinúan
temas como lo dionisíaco y lo apolíneo, así
como el debate vitalismo-nihilismo en tanto
conceptos conducentes a la continuación de
la reflexión.
Music and the body are permanent, decisive
aspects in the life and thought of German
philosopher Friedrich Nietzsche. Investigation on the possible relationship between
the body and music, in the framework of
MONSTRUM, a group of affiliated schools, has
traced these elements to the writings of this
great thinker. As a preliminary part of the
process, the document makes reference to
the great health and connections between
the body and spirit under the Self category.
Such themes as the Apollonian and Dionysian
concepts, as well as the Vitalism-Nihilism
debate, are insinuated as concepts leading
to the continuation of this reflection.
Palabras clave:Friedrich Nietzsche,
cuerpo, música, gran salud, yo, SíMismo.
Key words: Friedrich Nietzsche, body,
music, the great health, I, Self.
El Astrolabio
59
MONSTRUM - GRUPO DE
ESTUDIO SOBRE PROBLEMAS
CONTEMPORÁNEOS
La reflexión que presenta este documento,
se enmarca en el trabajo que, durante los
últimos dos años, se ha realizado con estudiantes y profesores del Gimnasio Campestre, el Colegio La Candelaria, el Gimnasio Los
Portales, El Colegio Marymount, el Colegio
Distrital Jorge Soto del Corral y el Colegio
Colombo-Americano. Labor que inicialmente
se ocupó de conformar el equipo interinstitucional de trabajo, procurar continuidad
en las reuniones, localizar los objetivos y
metodologías adecuadas, y que en los últimos meses se ha concentrado en dar inicio
a procesos de producción académica. A continuación se presenta una breve semblanza
del quehacer del equipo de trabajo.
El Grupo de Estudio sobre problemas contemporáneos Monstrum, obedece al propósito de
Figura 1. Retrato de Friedrich Nietzsche por Hans Olde.
http://noirlecroi.com/truth/wp-content/uploads/2008/01/friedrich
nietzsche drawn by han olde.jpg
Imagen consultada el 20 de febrero de 2010.
generar entre profesores y especialmente
entre estudiantes de diferentes colegios, una
aproximación a la filosofía, el pensamiento
y la crítica, desde sus preocupaciones inmediatas y las condiciones que presentan sus
respectivos entornos y el mundo actual. Con
este ánimo, en principio se ha escogido el
pensamiento del filósofo alemán Friedrich
Nietzsche, por ser uno de los personajes
“contemporáneos” más relevantes que han
optado decididamente por romper con la barrera establecida entre la academia y la vida,
poniendo a disposición múltiples elementos
posibles para encarar una experiencia inquieta frente a las condiciones del mundo
actual. En el transcurso de esta dinámica,
se han generado giros hacia autores, problemáticas y campos del conocimiento afines a
los inicialmente seleccionados.
Los objetivos del grupo son:
• Generar en los integrantes actitudes reflexivas, críticas y transformativas sobre
el mundo actual, que faciliten vínculos
entre el pensamiento y la cotidianidad.
• Propiciar el intercambio intercolegiado
e interinstitucional a partir de la investigación asociada a la filosofía y a las
humanidades.
• Fomentar trabajo documental con textos escritos, material cinematográfico y
audiovisual.
•Producir publicaciones de los estudiantes
con la orientación de los profesores.
Las actividades giran en torno a diferentes
ejes temáticos propuestos por los integrantes, que dieron pie a la conformación de
equipos de trabajo integrados entre tres y
cinco miembros. Estos ejes están asociados a
textos, problemas o aspectos de la obra y/o
el pensamiento de Nietzsche, así como con
asuntos propios de la vida contemporánea.
Partiendo de esta base, se ha seguido la
dinámica de seminario alemán: cada sesión
avanza a partir de problemas investigativos
Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre
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basados en un trabajo previo de lecturas
comunes, la presentación de un protocolo y
una relatoría, según acuerdo anticipado de
los integrantes.
De tal modo, la propuesta investigativa del
Gimnasio Campestre es la relación entre
música y cuerpo en algunos momentos del
pensamiento de Nietzsche. No se presentan
aquí resultados definitivos de los documentos y autores seleccionados, sino el estado
actual de la reflexión interna de uno de los
equipos a cargo de un eje temático.
FRITZ1: UN PERFIL FRAGMENTARIO
La cronología del pensamiento de Nietzsche
expuesta por Rüdiger Safranski en su obra
Nietzsche: biografía de su pensamiento
(2004), es una muestra clara de perspectiva
histórica y conciencia filosófica, al sugerir
un primer acercamiento amplio sobre la
trayectoria vital del alemán, sus pilares biográficos y sus textos más célebres. Presenta
las marcas indiscutibles que el contexto
histórico dejó en su existencia, así como
sus alcances de intemporalidad. Así pues,
la revisión expuesta por Safranski permite
rastrear momentos decisivos en la vida y obra
del filósofo, situaciones y problemas que
atravesaron su existencia y se convirtieron
en espina dorsal de sus letras: la cuestión
del cuerpo y la enfermedad, la admiración
por Grecia, sus acercamientos y lejanías
con Alemania y sus relaciones de amistad e
inquisición, por nombrar algunos.
de la Academia para preguntarse, con una
sensibilidad vitalista y romántica, sobre
aquello que es básico y ha sido desterrado.
Por otra parte, su admiración por la tragedia griega alimentaría su espíritu de forma
definitiva. Es de esta manera como, desde
muy joven, emite revisiones clásicas en el
marco de una nueva manera de concebir la
filología, descubriendo así el encanto trágico
que tanto embelesó a Sófocles en sus tiempos. Sus categorías de apolíneo y dionisíaco
permiten rastrear tal fuente de inspiración
hasta advertir que la condena del hombre
yace latente en la tradición socrática y platónica: el momento en que negamos el vino,
la festividad y el cuerpo –capaz de sucumbir
a la embriaguez–, es el momento en el que
nos entregamos a las ataduras de la decadencia, que viste los ropajes de la razón y
la prudencia. Advertimos pues, que frente
a la dialéctica hegeliana, la decadencia del
pensamiento de Schopenhauer y la penosa
existencia del hombre alemán (síntomas de
fractura de la unidad Apolo-Dionisio), Nietzsche responde con un vitalismo ferviente,
intempestivo y poético. Ejercicio abiertamente político, decididamente transgresor.
GRAN SALUD
Ya en cuanto a su postura filosófica, se habla de Nietzsche como un filósofo de una
materialidad extrema. Si bien la tradición
alemana hubiera esperado de él un experto
en cuestiones metafísicas, este pensador
optaría por desafiar las ataduras decadentes
La experiencia corporal y musical es permanente en la vida y aun así pocas veces se
reflexiona sobre las maneras en que cuerpo
y música se afectan mutuamente. El cuerpo
está ahí. Se le moldea, deforma, exhibe y
esconde. Se le cura y amenaza. Es objeto de
abusos y tributos. Motivo de placer, deseo,
dolor y angustia. La música atraviesa el
cuerpo y sus sensaciones, como mercancía
o como el sentido de la existencia. En todo
caso la vivencia del cuerpo y la música como
configuradora de la vida, no ofrece mayor
inquietud, por lo menos en la vida ordinaria.
Fritz es el apelativo con el que las personas más allegadas
a Friedrich Nietzsche, se referían a él.
El intento de escudriñar tales cuestiones se
activa en estas páginas con el ánimo de darle
1
El Astrolabio
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todas sus conquistas físicas e intangibles. El
cuerpo, en algunos contextos culturales y
tradiciones de pensamiento, se ha habituado
a ciertas visiones que restringen sin respiro
sus impulsos vitales, a tal punto que se le
experimenta como cápsula sensorial transitoria que padece, enferma y perece. A tal
punto, que las esperanzas son depositadas
en la condición humana, sólo reconociéndola en un plano que nos excede y desborda
corpóreamente en una dimensión animista.
La existencia exclusivamente cutánea, sanguínea, neuronal, se torna de esta manera,
seductora para muchos, aberrante para otros
tantos.
Figura 2. Exposición “Bodies” http://farm4.static.flickr.
com/3095/3156150094_a21f896a05_o.jp
Imagen consultada el 15 de marzo de 2010.
un sentido vívido, hasta ahora inexplorado
por nosotros, a la experiencia de la música
y el cuerpo en mutua conjugación: la música en una dimensión física; el cuerpo en
una dimensión musical. Spinoza –citado por
Deleuze– arrojaba, ya en el siglo XVII, la
inquietud sobre las capacidades inciertas del
cuerpo: “Ni siquiera sabemos lo que puede
un cuerpo […] no sabemos de qué es capaz
un cuerpo, ni cuáles son sus fuerzas, ni qué
preparan” (Deleuze, 2002: 59). Extrapolando
esta sentencia, ni siquiera sabemos lo que
puede la música.
El cuerpo en tanto “campo de fuerzas [y]
medio nutritivo disputado por una pluralidad de fuerzas” (Deleuze, 2002: 60) es de
igual manera celda conformada por fibras
musculares, conexiones nerviosas, sustancias
químicas, tejidos óseos, y plataforma que
posibilita la acción, la creación, la libertad.
Siguiendo a Deleuze y Spinoza aun no advertimos las capacidades y el potencial real
del cuerpo, a pesar de ser conscientes de
Hemos localizado en el pensamiento de
Nietzsche algunas pistas que nos han permitido empezar a acercarnos al abordaje de la
relación planteada. Del mismo modo, estos
indicios han posibilitado los primeros pasos
para dimensionar los obstáculos que hacen
que tal capacidad corpórea experimente tropiezos y las oportunidades que tiene de potenciarse: negación y afirmación. Negación
de las posibilidades que tiene el cuerpo de
afirmarse, en el acto nihilista de pérdida de
referentes con lo físico y terrenal. Afirmación
del cuerpo como postura existenciaria, que
necesariamente remite a una paradójica afirmación de la enfermedad, el impedimento,
el dolor y la finitud.
Figura 3. Exposición “Bodies”
http://blog.hmns.org/wp-content/uploads/2008/07/the_yoga_ladyconverted1.jpg. Imagen consultada el 15 de marzo de 2010.
Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre
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En este sentido, Nietzsche se autoproclama
el auténtico descubridor de las fuerzas que
atan e impulsan la vida:
“[E]l instinto degenerativo, que se vuelve
contra la vida con subterránea avidez de venganza”, el idealismo (Nietzsche, 2003:77).
Por otro lado, ese aspecto afirmativo del
cuerpo. Lo que evidencia el espíritu romántico que permite concebir al cuerpo dentro
de una visión total, no fragmentada.
“[La] fórmula de la afirmación suprema,
nacida de la abundancia, de la sobreabundancia, un decir sí sin reservas aun al sufrimiento, aun a la culpa misma, aun a todo
lo problemático y extraño de la existencia”
(Nietzsche, 2003:77).
Ya desde su estancia en Génova en 1882,
dedicado a La Gaya Ciencia, refería estas
cuestiones a partir del sugestivo concepto
de la gran salud:
“Nosotros los nuevos, los carentes de
nombre, los difíciles de entender, […]
nosotros partos prematuros de un futuro
no verificado todavía, necesitamos, para
una finalidad nueva, también un medio
nuevo, a saber, una salud más vigorosa,
más avisada, más tenaz, más temeraria,
más alegre que cuanto lo ha sido hasta
ahora cualquier salud […] una salud que
no sólo se posea sino que además se
conquiste y tenga que conquistarse continuamente” (Nietzsche, 2003: 105-106).
Nietzsche prosigue hablando desde la primera persona, al señalar la recompensa
de una tierra no descubierta todavía, llena
de cosas tremendas, hermosas y divinas.
Recompensa que llega –después de espeluznantes naufragios y padecimientos– a los
carentes de nombre, aun así peligrosamente
sanos. Recompensa tras la cual nada sería
El Astrolabio
capaz de saciarles, o de contentarles con el
hombre actual.
El filósofo nos habla de una colectividad
minoritaria, emergente, conectada a una
realidad y un lenguaje diferentes, con un
carácter visionario que se anticipa a su
época y que fija una distancia respecto del
entendimiento predominante. Colectividad
asociada a una nueva finalidad – no especificada en el fragmento citado– que precisa de
un vigor inédito cuyas implicaciones difícilmente serían advertidas: experiencia física
diferente cuyo marco es, curiosamente, el
riesgo y la alegría, llevados a un límite que
no ha sido experimentado. Nuestro autor
parece referir una corporalidad de nuevas
energías que trasladan a una vivencia física
diferente, de unas acciones que proceden
sin deliberación, ni consejo. Una experiencia
humana básica de afirmación y acción, al
punto de desaprender la razón y la lógica.
TRIBULACIONES DEL CUERPO:
ESTÉTICA VITAL Y SÍ-MISMO
Tal concepción de cuerpo que se manifiesta
vigorosa y enérgica, no desconoce otras
miradas en las que la razón y la misma
lógica también tienen cabida. Algo que en
Nietzsche se manifiesta en un carácter libre
y romántico que actúa frente a unas reglas
y un sentir clásico. De ahí que el pensar
nietzscheano avance vertiginosamente sobre
nuestras visiones más herméticas y tradicionales, sellando su suerte y purificándolas al
advertir en ellas el claustro de conciencia
de la modernidad. Su develación para sobrellevar los conflictos humanos cimentados en
el estado corporal (dolor, deterioro, finitud)
son el motivo de esta reflexión.
Así, sobre los juicios del cuerpo se desata
uno de los fatales síntomas de la tradición
filosófica occidental que nos disponemos a
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repensar en torno a un ejercicio que recae
sobre el valor de la vida misma y su alcance
afirmativo. Nos referimos pues, a esa suerte
de demencia que llevó al hombre griego clásico a entregarse a la delusión de la lógica
binaria y con ella a una forma de olvido del
fenómeno vital que atraviesa nuestros recintos orgánicos. De algún modo, la Antigüedad
pronunció la sentencia según la cual, el ser
humano es una unidad compuesta de un
cuerpo imperfecto, material, perecedero,
y un alma ideal, virtuosa, metafísica, que
alguna vez portó la verdad antes de osarse
a descender del reino inteligible, para posarse sobre este conjunto patético de fibras
musculares, impulsos nerviosos y vibraciones
cardíacas dotadas de imperfección. Por lo
tanto, una vez fijado en nuestra mente aquel
designio de Prometeo, en donde somos dualidad cuerpo-alma, sentidos-espíritu, razón
mental-festividad carnal (quizás el primer
ejemplo histórico de conciencia antropológica), la voz de Nietzsche emerge como
antesala para los críticos empedernidos del
paradigma cuerpo, quienes tanto desprecio
arrojan sobre aquello que es, en todo caso,
fundamental y determinante.
Recordamos así el fragmento de Así Habló
Zaratustra que lleva como título De los despreciadores del Cuerpo. Qué mejor muestra
de agitación intelectual, de incitación ontológica a la poderosa tradición que muchas
veces profesa la primacía de lo no corporal.
A partir de este manifiesto, Nietzsche explica
la forma en la que el hombre yace embebido
de sentidos y espíritu; esferas que pronuncian el Yo. Por tanto, el cuerpo no es más que
un receptáculo que ha contado con el honor
de contener tan noble cualidad humana.
Sin embargo, el pensador advierte que la
esencia y voluntad del hombre, si acaso la
hay, se encuentra impresa en su cuerpo:
“Mas el ya desposto, el sabio, dice: ‘todo
mi yo es cuerpo, y el alma no es sino el
nombre de algo propio del cuerpo’”. Mejor
aun: “Tu pusilánime razón, hermano mío,
es también un instrumento de tu cuerpo, y
a eso llamas espíritu: un instrumentito, un
juguetillo a disposición de tu gran razón”
(Nietzsche, 1982:57). Tono desafiante, digno
de un profeta que anuncia impetuosamente el retorno de un dios olvidado por los
hombres. Bien sea dirigido a las distintas
tendencias filosóficas que sólo privilegian
un aspecto de la naturaleza humana, y en
general, a todo aquel que se ha empeñado
en someter al cuerpo bajo el simulacro
del espíritu racional; a desplazarlo de su
posición de primacía, siendo el espíritu una
mano de su voluntad, como aduce el mismo
Nietzsche; para ser reemplazado por la vacuidad de todo aquello que creemos piedra
angular de nuestra humanidad. De todas las
razones posibles, condenamos al silencio y
a la inmovilidad a nuestra gran razón que
no es otra que el cuerpo.
Figura 4. Exposición “Bodies”.
http://www.flickr.com/photos/harribionic/4166923737/
sizes/o/.Imagen consultada el 15 de marzo de 2010.
Ahora bien, el cuerpo es a su vez intempestivo, un Sí-Mismo (Selbst). Con esta sentencia,
que sería el centro de nuestro análisis, la
sensibilidad nietzscheana destruye al Yo, esa
pretensión moderna de individuo, para así
consagrar al cuerpo como máximo corolario
Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre
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oponiéndose a la dualidad que tanto fatiga la
existencia del hombre. Así pues, advertimos
una de las características que sostendrán al
Sí-Mismo como proposición estética en tanto
imagen e impulso vital: “Los sentidos y el
espíritu son instrumentos o juguetes. Tras
ellos se oculta el Sí- Mismo. Ese Sí- Mismo
mira también con los ojos de los sentidos, y
oye con los oídos del espíritu” (Nietzsche,
1982: 57). Sin ánimo de objetivar tal analogía, esta frase nos refiere a la naturaleza
totalizadora del Sí-Mismo, brindándole así
un sentido desbordante de autenticidad que
Nietzsche saca a la luz al concederle voz teatral. De este modo, el Sí- Mismo se consagra
no como violento rector del ánimo humano,
sino como un campo de batalla, un campo
de fuerzas –recuperando el planteamiento
de Deleuze­–; una esfera modesta, y aun así
definitiva, que con extrema actividad y receptividad poetiza la naturaleza fluctuante,
espontánea y errante del ser humano.
En este momento, nos detenemos ante la
eventual cualidad del Sí-Mismo como proposición estética vital. Así mismo, los ojos de
los sentidos y los oídos del espíritu concilian,
en un mismo plano de avidez metafísica, a
estos dos componentes del cuerpo. La vista,
el más metafísico de los sentidos, se esgrime
por las terminales nerviosas que la componen; la audición, único sentido que bien nos
comunica la caducidad de nuestro corazón
oculto en nuestro pecho, se posa paradójicamente en lo inmaterial y abstracto. Todo
esto constituye un cortejo pendular que,
en todo caso, es una forma de divertimento
estético2 posibilitado por el Sí-Mismo.
No obstante, ¿cómo hemos de valorar la
avidez de algo corpóreo como entidad de
la cual emana la vida misma? El filósofo
alemán Martin Heidegger arroja luces al
respecto. Desde la lectura de su ensayo
Nietzsche, definimos tal búsqueda estética nietzscheana en donde, suprimidas las
dualidades, los flujos fisiológicos son flujos
psicológicos a un tiempo; un orbe unitario
(Sí-Mismo) entre ánima y sentimiento, del
cual la somatización es prudente mediador:
“el propio Nietzsche emplea la expresión
estado estético y habla de un hacer y contemplar estético. Pero esta estética tiene
que ser fisiología. Esto implica: los estados
sentimentales, tomados como estados puramente anímicos, son retrotraídos a los
estados corporales que le corresponden”
(Heidegger, 2000: 99). Corriendo el riesgo
de abusar de las referencias textuales, Heidegger explica tal inherencia de fisiología
y psicología en Nietzsche con esta máxima
de repercusiones ontológicas: “Todo cuerpo
viviente es también un cuerpo físico, pero
no todo cuerpo físico es un cuerpo viviente”
(Heidegger, 2000: 99).
2
Vale la pena aclarar que cuando mencionamos la
categoría divertimento estético no lo estamos tomando
como una categoría anodina o intrascendente, sino todo lo
contario, pues es precisamente el juego, el que nos permite
tener una visión total e incluyente de la realidad que los
meros sentidos o el mero espíritu fragmentan y dividen.
El Astrolabio
Figura 5. Retrato de Friedrich Nietzsche por Edvard Munch.
http://www.paintingmania.com/Arts/Big/6181_big.jpg
Imagen consultada el 20 de febrero de 2010.
65
En últimas, el desprecio del cuerpo, el advenimiento corrosivo del Yo y el culto, bien
al espíritu, o bien a los sentidos, en detrimento del Sí-Mismo, potencian al unísono
la sigilosa primacía de nuestra gran razón.
Pues el despreciar el cuerpo es tan sólo una
forma de consagrar su voluntad: “su despreciar, a pesar de los pesares, es su apreciar”
(Nietzsche, 1982: 58). A esos hombres, del
todo ciegos a su pesar, Nietzsche les arroja
una sentencia intempestiva: “Hasta en
vuestra tontería y vuestro menosprecio
servís, ¡oh despreciadores del cuerpo!, a
vuestro Sí-Mismo; por lo cual yo os aseguro:
¡vuestro Sí- Mismo quiere morir y se aparta de la vida!” (Nietzsche, 1982: 58). Tal
duelo abismal de ánimos vitales constituye
una vasta relación de poder dentro de los
pilares del Sí-Mismo, retomando la visión
de Deleuze, en el sentido en que se da un
campo de batalla, de fuerzas, lo cual lleva
a preguntarnos por el devenir político que
adquiere el cuerpo dentro de la propuesta
estética de Nietzsche que invita a incluir
todas las facultades humanas que se aúnan
en nuestro Sí-Mismo.
PROYECCIÓN
La comprensión del mundo, sus experiencias
y posibilidades, en Nietzsche se mueven
entre virtud, serenidad, equilibrio, por un
lado, y defecto, arrebato, volición, por el
otro: Apolo y Dionisio (Nietzsche: 2000). La
música en este sentido, se muestra ya desde
El Nacimiento de la Tragedia como parte de
esta misteriosa unidad –meta auténtica de su
investigación, como el pensador mismo la señala–. Fuerza que simultáneamente conlleva
la negación y afirmación de las potencias del
cuerpo. Aún así la música en tanto arte –al
igual que su propia apuesta filosófica–, es
afirmativa, orgiástica, dionisíaca, así como
envolvente de la realidad.
Figura 6. Exposición “Bodies”. http://z.about.com/d/
kansascity/1/0/X/1/-/-/Bodies20_resize.jpg. Imagen consultada el 15 de marzo de 2010.
Hasta este punto del documento, se plantean
los primeros acercamientos –aun no concluyentes– de la relación entre cuerpo y música.
Las maneras en que se afirman, niegan, implican, afectan, transforman mutuamente,
en el pensamiento de Friedrich Nietzsche.
Se han señalado algunos planteamientos
de la obra del filósofo y la manera en que
pensadores más recientes, marcados por la
impronta nietzscheana, perciben estas cuestiones. Como parte del proceso investigativo
del equipo de trabajo y eje temático relación
cuerpo y música del Gimnasio Campestre,
en el contexto del Grupo Monstrum, continuamos en el trabajo que nos conduzca a los
resultados esperados. Resultados que serán
divulgados en los próximos números de esta
publicación.
BIBLIOGRAFÍA
Deleuze, G. (2002) Nietzsche y la filosofía. Anagrama. Madrid.
Heidegger, M. (2000) Nietzsche. Destino, Barcelona.
Nietzsche, F. (1999) Así habló Zaratustra. Oveja
Negra, Bogotá.
Nietzsche, F. (2003) Ecce Homo. Alianza Editorial,
Madrid.
Nietzsche, F. (2000) El nacimiento de la tragedia.
Alianza Editorial, Madrid.
Safranski, R. (2004) Nietzsche Biografía de su pensamiento. Tusquets, Barcelona.
Agradecimientos a Daniel Kraus (9C) y Franco Vergara
(U. Javeriana) por sus valiosos comentarios
Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre
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