Exposición “Bodies” http://blog.hmns.org/wp-content/uploads/2008/07/the_ballett_dancer-converted.jpg.Imagen consultada el 15 de marzo de 2010 57 Cuerpo y música en Nietzsche: Una aproximación Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre o DE REFLEXIÓN ARTÍCUL 58 CUERPO Y MUSICA EN NIETZSCHE: UNA APROXIMACIÓN Alejandro Solano1, Federico López2, Mario Felipe Ortega3 1. Integrante del Grupo Monstrum. Estudiante de décimo grado 2. Integrante del Grupo Monstrum. Profesor del Departamento de Español 3. Integrante del Grupo Monstrum. Director del Centro de Estudios Sociales Correspondencia para el autor:[email protected] Recibido: 16 de abril de 2010 Aprobado: 24 de mayo de 2010 Todo lo que no se deja aprehender a través de relaciones musicales engendra en mí hastío y nausea Friedrich Nietzsche Hay una vida después de la música, pero ¿podemos soportarla? Sin Música la vida sería un error Friedrich Nietzsche RESUMEN SUMMARY El cuerpo y la música son aspectos permanentes y decisivos en el pensamiento y la vida del filósofo alemán Friedrich Nietzsche. La indagación por las posibles relaciones entre cuerpo y música, en el marco del grupo intercolegiado MONSTRUM, ha llevado a rastrear estos elementos en la obra del pensador. Como parte preliminar del proceso, el documento hace referencia a la gran salud y la vinculación cuerpo – espíritu dentro de la categoría Sí-Mismo. Se insinúan temas como lo dionisíaco y lo apolíneo, así como el debate vitalismo-nihilismo en tanto conceptos conducentes a la continuación de la reflexión. Music and the body are permanent, decisive aspects in the life and thought of German philosopher Friedrich Nietzsche. Investigation on the possible relationship between the body and music, in the framework of MONSTRUM, a group of affiliated schools, has traced these elements to the writings of this great thinker. As a preliminary part of the process, the document makes reference to the great health and connections between the body and spirit under the Self category. Such themes as the Apollonian and Dionysian concepts, as well as the Vitalism-Nihilism debate, are insinuated as concepts leading to the continuation of this reflection. Palabras clave:Friedrich Nietzsche, cuerpo, música, gran salud, yo, SíMismo. Key words: Friedrich Nietzsche, body, music, the great health, I, Self. El Astrolabio 59 MONSTRUM - GRUPO DE ESTUDIO SOBRE PROBLEMAS CONTEMPORÁNEOS La reflexión que presenta este documento, se enmarca en el trabajo que, durante los últimos dos años, se ha realizado con estudiantes y profesores del Gimnasio Campestre, el Colegio La Candelaria, el Gimnasio Los Portales, El Colegio Marymount, el Colegio Distrital Jorge Soto del Corral y el Colegio Colombo-Americano. Labor que inicialmente se ocupó de conformar el equipo interinstitucional de trabajo, procurar continuidad en las reuniones, localizar los objetivos y metodologías adecuadas, y que en los últimos meses se ha concentrado en dar inicio a procesos de producción académica. A continuación se presenta una breve semblanza del quehacer del equipo de trabajo. El Grupo de Estudio sobre problemas contemporáneos Monstrum, obedece al propósito de Figura 1. Retrato de Friedrich Nietzsche por Hans Olde. http://noirlecroi.com/truth/wp-content/uploads/2008/01/friedrich nietzsche drawn by han olde.jpg Imagen consultada el 20 de febrero de 2010. generar entre profesores y especialmente entre estudiantes de diferentes colegios, una aproximación a la filosofía, el pensamiento y la crítica, desde sus preocupaciones inmediatas y las condiciones que presentan sus respectivos entornos y el mundo actual. Con este ánimo, en principio se ha escogido el pensamiento del filósofo alemán Friedrich Nietzsche, por ser uno de los personajes “contemporáneos” más relevantes que han optado decididamente por romper con la barrera establecida entre la academia y la vida, poniendo a disposición múltiples elementos posibles para encarar una experiencia inquieta frente a las condiciones del mundo actual. En el transcurso de esta dinámica, se han generado giros hacia autores, problemáticas y campos del conocimiento afines a los inicialmente seleccionados. Los objetivos del grupo son: • Generar en los integrantes actitudes reflexivas, críticas y transformativas sobre el mundo actual, que faciliten vínculos entre el pensamiento y la cotidianidad. • Propiciar el intercambio intercolegiado e interinstitucional a partir de la investigación asociada a la filosofía y a las humanidades. • Fomentar trabajo documental con textos escritos, material cinematográfico y audiovisual. •Producir publicaciones de los estudiantes con la orientación de los profesores. Las actividades giran en torno a diferentes ejes temáticos propuestos por los integrantes, que dieron pie a la conformación de equipos de trabajo integrados entre tres y cinco miembros. Estos ejes están asociados a textos, problemas o aspectos de la obra y/o el pensamiento de Nietzsche, así como con asuntos propios de la vida contemporánea. Partiendo de esta base, se ha seguido la dinámica de seminario alemán: cada sesión avanza a partir de problemas investigativos Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 60 basados en un trabajo previo de lecturas comunes, la presentación de un protocolo y una relatoría, según acuerdo anticipado de los integrantes. De tal modo, la propuesta investigativa del Gimnasio Campestre es la relación entre música y cuerpo en algunos momentos del pensamiento de Nietzsche. No se presentan aquí resultados definitivos de los documentos y autores seleccionados, sino el estado actual de la reflexión interna de uno de los equipos a cargo de un eje temático. FRITZ1: UN PERFIL FRAGMENTARIO La cronología del pensamiento de Nietzsche expuesta por Rüdiger Safranski en su obra Nietzsche: biografía de su pensamiento (2004), es una muestra clara de perspectiva histórica y conciencia filosófica, al sugerir un primer acercamiento amplio sobre la trayectoria vital del alemán, sus pilares biográficos y sus textos más célebres. Presenta las marcas indiscutibles que el contexto histórico dejó en su existencia, así como sus alcances de intemporalidad. Así pues, la revisión expuesta por Safranski permite rastrear momentos decisivos en la vida y obra del filósofo, situaciones y problemas que atravesaron su existencia y se convirtieron en espina dorsal de sus letras: la cuestión del cuerpo y la enfermedad, la admiración por Grecia, sus acercamientos y lejanías con Alemania y sus relaciones de amistad e inquisición, por nombrar algunos. de la Academia para preguntarse, con una sensibilidad vitalista y romántica, sobre aquello que es básico y ha sido desterrado. Por otra parte, su admiración por la tragedia griega alimentaría su espíritu de forma definitiva. Es de esta manera como, desde muy joven, emite revisiones clásicas en el marco de una nueva manera de concebir la filología, descubriendo así el encanto trágico que tanto embelesó a Sófocles en sus tiempos. Sus categorías de apolíneo y dionisíaco permiten rastrear tal fuente de inspiración hasta advertir que la condena del hombre yace latente en la tradición socrática y platónica: el momento en que negamos el vino, la festividad y el cuerpo –capaz de sucumbir a la embriaguez–, es el momento en el que nos entregamos a las ataduras de la decadencia, que viste los ropajes de la razón y la prudencia. Advertimos pues, que frente a la dialéctica hegeliana, la decadencia del pensamiento de Schopenhauer y la penosa existencia del hombre alemán (síntomas de fractura de la unidad Apolo-Dionisio), Nietzsche responde con un vitalismo ferviente, intempestivo y poético. Ejercicio abiertamente político, decididamente transgresor. GRAN SALUD Ya en cuanto a su postura filosófica, se habla de Nietzsche como un filósofo de una materialidad extrema. Si bien la tradición alemana hubiera esperado de él un experto en cuestiones metafísicas, este pensador optaría por desafiar las ataduras decadentes La experiencia corporal y musical es permanente en la vida y aun así pocas veces se reflexiona sobre las maneras en que cuerpo y música se afectan mutuamente. El cuerpo está ahí. Se le moldea, deforma, exhibe y esconde. Se le cura y amenaza. Es objeto de abusos y tributos. Motivo de placer, deseo, dolor y angustia. La música atraviesa el cuerpo y sus sensaciones, como mercancía o como el sentido de la existencia. En todo caso la vivencia del cuerpo y la música como configuradora de la vida, no ofrece mayor inquietud, por lo menos en la vida ordinaria. Fritz es el apelativo con el que las personas más allegadas a Friedrich Nietzsche, se referían a él. El intento de escudriñar tales cuestiones se activa en estas páginas con el ánimo de darle 1 El Astrolabio 61 todas sus conquistas físicas e intangibles. El cuerpo, en algunos contextos culturales y tradiciones de pensamiento, se ha habituado a ciertas visiones que restringen sin respiro sus impulsos vitales, a tal punto que se le experimenta como cápsula sensorial transitoria que padece, enferma y perece. A tal punto, que las esperanzas son depositadas en la condición humana, sólo reconociéndola en un plano que nos excede y desborda corpóreamente en una dimensión animista. La existencia exclusivamente cutánea, sanguínea, neuronal, se torna de esta manera, seductora para muchos, aberrante para otros tantos. Figura 2. Exposición “Bodies” http://farm4.static.flickr. com/3095/3156150094_a21f896a05_o.jp Imagen consultada el 15 de marzo de 2010. un sentido vívido, hasta ahora inexplorado por nosotros, a la experiencia de la música y el cuerpo en mutua conjugación: la música en una dimensión física; el cuerpo en una dimensión musical. Spinoza –citado por Deleuze– arrojaba, ya en el siglo XVII, la inquietud sobre las capacidades inciertas del cuerpo: “Ni siquiera sabemos lo que puede un cuerpo […] no sabemos de qué es capaz un cuerpo, ni cuáles son sus fuerzas, ni qué preparan” (Deleuze, 2002: 59). Extrapolando esta sentencia, ni siquiera sabemos lo que puede la música. El cuerpo en tanto “campo de fuerzas [y] medio nutritivo disputado por una pluralidad de fuerzas” (Deleuze, 2002: 60) es de igual manera celda conformada por fibras musculares, conexiones nerviosas, sustancias químicas, tejidos óseos, y plataforma que posibilita la acción, la creación, la libertad. Siguiendo a Deleuze y Spinoza aun no advertimos las capacidades y el potencial real del cuerpo, a pesar de ser conscientes de Hemos localizado en el pensamiento de Nietzsche algunas pistas que nos han permitido empezar a acercarnos al abordaje de la relación planteada. Del mismo modo, estos indicios han posibilitado los primeros pasos para dimensionar los obstáculos que hacen que tal capacidad corpórea experimente tropiezos y las oportunidades que tiene de potenciarse: negación y afirmación. Negación de las posibilidades que tiene el cuerpo de afirmarse, en el acto nihilista de pérdida de referentes con lo físico y terrenal. Afirmación del cuerpo como postura existenciaria, que necesariamente remite a una paradójica afirmación de la enfermedad, el impedimento, el dolor y la finitud. Figura 3. Exposición “Bodies” http://blog.hmns.org/wp-content/uploads/2008/07/the_yoga_ladyconverted1.jpg. Imagen consultada el 15 de marzo de 2010. Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 62 En este sentido, Nietzsche se autoproclama el auténtico descubridor de las fuerzas que atan e impulsan la vida: “[E]l instinto degenerativo, que se vuelve contra la vida con subterránea avidez de venganza”, el idealismo (Nietzsche, 2003:77). Por otro lado, ese aspecto afirmativo del cuerpo. Lo que evidencia el espíritu romántico que permite concebir al cuerpo dentro de una visión total, no fragmentada. “[La] fórmula de la afirmación suprema, nacida de la abundancia, de la sobreabundancia, un decir sí sin reservas aun al sufrimiento, aun a la culpa misma, aun a todo lo problemático y extraño de la existencia” (Nietzsche, 2003:77). Ya desde su estancia en Génova en 1882, dedicado a La Gaya Ciencia, refería estas cuestiones a partir del sugestivo concepto de la gran salud: “Nosotros los nuevos, los carentes de nombre, los difíciles de entender, […] nosotros partos prematuros de un futuro no verificado todavía, necesitamos, para una finalidad nueva, también un medio nuevo, a saber, una salud más vigorosa, más avisada, más tenaz, más temeraria, más alegre que cuanto lo ha sido hasta ahora cualquier salud […] una salud que no sólo se posea sino que además se conquiste y tenga que conquistarse continuamente” (Nietzsche, 2003: 105-106). Nietzsche prosigue hablando desde la primera persona, al señalar la recompensa de una tierra no descubierta todavía, llena de cosas tremendas, hermosas y divinas. Recompensa que llega –después de espeluznantes naufragios y padecimientos– a los carentes de nombre, aun así peligrosamente sanos. Recompensa tras la cual nada sería El Astrolabio capaz de saciarles, o de contentarles con el hombre actual. El filósofo nos habla de una colectividad minoritaria, emergente, conectada a una realidad y un lenguaje diferentes, con un carácter visionario que se anticipa a su época y que fija una distancia respecto del entendimiento predominante. Colectividad asociada a una nueva finalidad – no especificada en el fragmento citado– que precisa de un vigor inédito cuyas implicaciones difícilmente serían advertidas: experiencia física diferente cuyo marco es, curiosamente, el riesgo y la alegría, llevados a un límite que no ha sido experimentado. Nuestro autor parece referir una corporalidad de nuevas energías que trasladan a una vivencia física diferente, de unas acciones que proceden sin deliberación, ni consejo. Una experiencia humana básica de afirmación y acción, al punto de desaprender la razón y la lógica. TRIBULACIONES DEL CUERPO: ESTÉTICA VITAL Y SÍ-MISMO Tal concepción de cuerpo que se manifiesta vigorosa y enérgica, no desconoce otras miradas en las que la razón y la misma lógica también tienen cabida. Algo que en Nietzsche se manifiesta en un carácter libre y romántico que actúa frente a unas reglas y un sentir clásico. De ahí que el pensar nietzscheano avance vertiginosamente sobre nuestras visiones más herméticas y tradicionales, sellando su suerte y purificándolas al advertir en ellas el claustro de conciencia de la modernidad. Su develación para sobrellevar los conflictos humanos cimentados en el estado corporal (dolor, deterioro, finitud) son el motivo de esta reflexión. Así, sobre los juicios del cuerpo se desata uno de los fatales síntomas de la tradición filosófica occidental que nos disponemos a 63 repensar en torno a un ejercicio que recae sobre el valor de la vida misma y su alcance afirmativo. Nos referimos pues, a esa suerte de demencia que llevó al hombre griego clásico a entregarse a la delusión de la lógica binaria y con ella a una forma de olvido del fenómeno vital que atraviesa nuestros recintos orgánicos. De algún modo, la Antigüedad pronunció la sentencia según la cual, el ser humano es una unidad compuesta de un cuerpo imperfecto, material, perecedero, y un alma ideal, virtuosa, metafísica, que alguna vez portó la verdad antes de osarse a descender del reino inteligible, para posarse sobre este conjunto patético de fibras musculares, impulsos nerviosos y vibraciones cardíacas dotadas de imperfección. Por lo tanto, una vez fijado en nuestra mente aquel designio de Prometeo, en donde somos dualidad cuerpo-alma, sentidos-espíritu, razón mental-festividad carnal (quizás el primer ejemplo histórico de conciencia antropológica), la voz de Nietzsche emerge como antesala para los críticos empedernidos del paradigma cuerpo, quienes tanto desprecio arrojan sobre aquello que es, en todo caso, fundamental y determinante. Recordamos así el fragmento de Así Habló Zaratustra que lleva como título De los despreciadores del Cuerpo. Qué mejor muestra de agitación intelectual, de incitación ontológica a la poderosa tradición que muchas veces profesa la primacía de lo no corporal. A partir de este manifiesto, Nietzsche explica la forma en la que el hombre yace embebido de sentidos y espíritu; esferas que pronuncian el Yo. Por tanto, el cuerpo no es más que un receptáculo que ha contado con el honor de contener tan noble cualidad humana. Sin embargo, el pensador advierte que la esencia y voluntad del hombre, si acaso la hay, se encuentra impresa en su cuerpo: “Mas el ya desposto, el sabio, dice: ‘todo mi yo es cuerpo, y el alma no es sino el nombre de algo propio del cuerpo’”. Mejor aun: “Tu pusilánime razón, hermano mío, es también un instrumento de tu cuerpo, y a eso llamas espíritu: un instrumentito, un juguetillo a disposición de tu gran razón” (Nietzsche, 1982:57). Tono desafiante, digno de un profeta que anuncia impetuosamente el retorno de un dios olvidado por los hombres. Bien sea dirigido a las distintas tendencias filosóficas que sólo privilegian un aspecto de la naturaleza humana, y en general, a todo aquel que se ha empeñado en someter al cuerpo bajo el simulacro del espíritu racional; a desplazarlo de su posición de primacía, siendo el espíritu una mano de su voluntad, como aduce el mismo Nietzsche; para ser reemplazado por la vacuidad de todo aquello que creemos piedra angular de nuestra humanidad. De todas las razones posibles, condenamos al silencio y a la inmovilidad a nuestra gran razón que no es otra que el cuerpo. Figura 4. Exposición “Bodies”. http://www.flickr.com/photos/harribionic/4166923737/ sizes/o/.Imagen consultada el 15 de marzo de 2010. Ahora bien, el cuerpo es a su vez intempestivo, un Sí-Mismo (Selbst). Con esta sentencia, que sería el centro de nuestro análisis, la sensibilidad nietzscheana destruye al Yo, esa pretensión moderna de individuo, para así consagrar al cuerpo como máximo corolario Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 64 oponiéndose a la dualidad que tanto fatiga la existencia del hombre. Así pues, advertimos una de las características que sostendrán al Sí-Mismo como proposición estética en tanto imagen e impulso vital: “Los sentidos y el espíritu son instrumentos o juguetes. Tras ellos se oculta el Sí- Mismo. Ese Sí- Mismo mira también con los ojos de los sentidos, y oye con los oídos del espíritu” (Nietzsche, 1982: 57). Sin ánimo de objetivar tal analogía, esta frase nos refiere a la naturaleza totalizadora del Sí-Mismo, brindándole así un sentido desbordante de autenticidad que Nietzsche saca a la luz al concederle voz teatral. De este modo, el Sí- Mismo se consagra no como violento rector del ánimo humano, sino como un campo de batalla, un campo de fuerzas –recuperando el planteamiento de Deleuze­–; una esfera modesta, y aun así definitiva, que con extrema actividad y receptividad poetiza la naturaleza fluctuante, espontánea y errante del ser humano. En este momento, nos detenemos ante la eventual cualidad del Sí-Mismo como proposición estética vital. Así mismo, los ojos de los sentidos y los oídos del espíritu concilian, en un mismo plano de avidez metafísica, a estos dos componentes del cuerpo. La vista, el más metafísico de los sentidos, se esgrime por las terminales nerviosas que la componen; la audición, único sentido que bien nos comunica la caducidad de nuestro corazón oculto en nuestro pecho, se posa paradójicamente en lo inmaterial y abstracto. Todo esto constituye un cortejo pendular que, en todo caso, es una forma de divertimento estético2 posibilitado por el Sí-Mismo. No obstante, ¿cómo hemos de valorar la avidez de algo corpóreo como entidad de la cual emana la vida misma? El filósofo alemán Martin Heidegger arroja luces al respecto. Desde la lectura de su ensayo Nietzsche, definimos tal búsqueda estética nietzscheana en donde, suprimidas las dualidades, los flujos fisiológicos son flujos psicológicos a un tiempo; un orbe unitario (Sí-Mismo) entre ánima y sentimiento, del cual la somatización es prudente mediador: “el propio Nietzsche emplea la expresión estado estético y habla de un hacer y contemplar estético. Pero esta estética tiene que ser fisiología. Esto implica: los estados sentimentales, tomados como estados puramente anímicos, son retrotraídos a los estados corporales que le corresponden” (Heidegger, 2000: 99). Corriendo el riesgo de abusar de las referencias textuales, Heidegger explica tal inherencia de fisiología y psicología en Nietzsche con esta máxima de repercusiones ontológicas: “Todo cuerpo viviente es también un cuerpo físico, pero no todo cuerpo físico es un cuerpo viviente” (Heidegger, 2000: 99). 2 Vale la pena aclarar que cuando mencionamos la categoría divertimento estético no lo estamos tomando como una categoría anodina o intrascendente, sino todo lo contario, pues es precisamente el juego, el que nos permite tener una visión total e incluyente de la realidad que los meros sentidos o el mero espíritu fragmentan y dividen. El Astrolabio Figura 5. Retrato de Friedrich Nietzsche por Edvard Munch. http://www.paintingmania.com/Arts/Big/6181_big.jpg Imagen consultada el 20 de febrero de 2010. 65 En últimas, el desprecio del cuerpo, el advenimiento corrosivo del Yo y el culto, bien al espíritu, o bien a los sentidos, en detrimento del Sí-Mismo, potencian al unísono la sigilosa primacía de nuestra gran razón. Pues el despreciar el cuerpo es tan sólo una forma de consagrar su voluntad: “su despreciar, a pesar de los pesares, es su apreciar” (Nietzsche, 1982: 58). A esos hombres, del todo ciegos a su pesar, Nietzsche les arroja una sentencia intempestiva: “Hasta en vuestra tontería y vuestro menosprecio servís, ¡oh despreciadores del cuerpo!, a vuestro Sí-Mismo; por lo cual yo os aseguro: ¡vuestro Sí- Mismo quiere morir y se aparta de la vida!” (Nietzsche, 1982: 58). Tal duelo abismal de ánimos vitales constituye una vasta relación de poder dentro de los pilares del Sí-Mismo, retomando la visión de Deleuze, en el sentido en que se da un campo de batalla, de fuerzas, lo cual lleva a preguntarnos por el devenir político que adquiere el cuerpo dentro de la propuesta estética de Nietzsche que invita a incluir todas las facultades humanas que se aúnan en nuestro Sí-Mismo. PROYECCIÓN La comprensión del mundo, sus experiencias y posibilidades, en Nietzsche se mueven entre virtud, serenidad, equilibrio, por un lado, y defecto, arrebato, volición, por el otro: Apolo y Dionisio (Nietzsche: 2000). La música en este sentido, se muestra ya desde El Nacimiento de la Tragedia como parte de esta misteriosa unidad –meta auténtica de su investigación, como el pensador mismo la señala–. Fuerza que simultáneamente conlleva la negación y afirmación de las potencias del cuerpo. Aún así la música en tanto arte –al igual que su propia apuesta filosófica–, es afirmativa, orgiástica, dionisíaca, así como envolvente de la realidad. Figura 6. Exposición “Bodies”. http://z.about.com/d/ kansascity/1/0/X/1/-/-/Bodies20_resize.jpg. Imagen consultada el 15 de marzo de 2010. Hasta este punto del documento, se plantean los primeros acercamientos –aun no concluyentes– de la relación entre cuerpo y música. Las maneras en que se afirman, niegan, implican, afectan, transforman mutuamente, en el pensamiento de Friedrich Nietzsche. Se han señalado algunos planteamientos de la obra del filósofo y la manera en que pensadores más recientes, marcados por la impronta nietzscheana, perciben estas cuestiones. Como parte del proceso investigativo del equipo de trabajo y eje temático relación cuerpo y música del Gimnasio Campestre, en el contexto del Grupo Monstrum, continuamos en el trabajo que nos conduzca a los resultados esperados. Resultados que serán divulgados en los próximos números de esta publicación. BIBLIOGRAFÍA Deleuze, G. (2002) Nietzsche y la filosofía. Anagrama. Madrid. Heidegger, M. (2000) Nietzsche. Destino, Barcelona. Nietzsche, F. (1999) Así habló Zaratustra. Oveja Negra, Bogotá. Nietzsche, F. (2003) Ecce Homo. Alianza Editorial, Madrid. Nietzsche, F. (2000) El nacimiento de la tragedia. Alianza Editorial, Madrid. Safranski, R. (2004) Nietzsche Biografía de su pensamiento. Tusquets, Barcelona. Agradecimientos a Daniel Kraus (9C) y Franco Vergara (U. Javeriana) por sus valiosos comentarios Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre