México

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Proyecto Oro Viejo 2010
La Xtabay
(Leyenda de México)
Responsable del proyecto en México:
Sebastián Gatti
Cátedra Telémaco
(Fundación SM / UCM)
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Proyecto Oro Viejo 2010
La Xtabay
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, en tierras del Mayab, vivían dos mujeres,
una de las cuales se llamaba Xtabay. Era muy hermosa, y ofrecía su cuerpo y sus caricias a
cualquiera que se lo pidiera, por lo que muchos la llamaban Xkeban, que quiere decir mujer
mala o prostituta. La otra mujer era conocida como Utzcolel, que quiere decir mujer virtuosa
u honesta. Tenía una casa muy bien arreglada y limpia, y nunca había cometido ningún desliz
amoroso.
La Xtabay tenía un corazón generoso y lleno de bondad. Cuidaba de los desamparados
y les regalaba ropa y comida, atendía a los enfermos y se ocupaba incluso de los animales
heridos o abandonados. Humilde, nunca respondía a los insultos ni criticaba a nadie. La
Utzcolel, por su parte, era de corazón frío y altivo, y en su orgullo despreciaba a los pobres y
los enfermos.
Llegó la ocasión en que los vecinos del pueblo no vieron pasar a la Xtabay durante
varios días, y pensaron que andaría por los caminos, seduciendo a los jóvenes y pervirtiéndolos
con su hermosura. Muchos dijeron que era mejor así, y que tal vez se habían librado de ella
para siempre.
A medida que pasaba el tiempo, sin embargo, notaron que un delicioso perfume
comenzaba a extenderse por el pueblo, sin que nadie pudiera decir de dónde venía. Buscando,
llegaron finalmente a la casa de la Xtabay, donde la encontraron muerta y sin que ninguna
persona se hubiera encargado de cuidarla. Pero no estaba sola, pues los animales de los que
ella se había ocupado en vida rodeaban su cuerpo, y era de ese cuerpo de donde surgía el
aroma maravilloso.
Ya fuera por arrepentimiento o por costumbre, un grupo de vecinos llevó el cuerpo de
la Xtabay a enterrar. Al día siguiente, la tumba estaba cubierta de una pequeñas flores de
delicioso aroma, como nunca se habían visto, y los viejos dicen que esa flor es la xtabentún,
que crece sencilla a los lados de los caminos y entre las piedras, y cuyo jugo es tan
embriagador y dulce como el amor de la Xtabay.
Cuando la Utzcolel oyó lo que había pasado, rió en voz alta y dijo que era imposible
que nada bueno surgiera de una pecadora como la Xtabay, y que si era cierta la historia del
perfume y de las flores, seguramente se debía a algún mal espíritu que deseaba engañarlos.
Luego agregó que si tal aroma provenía del cuerpo de una mala mujer, mucho más
extraordinario sería el que surgiera de ella al morir, pues era honrada y virtuosa.
Y así ocurrió que, cuando la Utzcolel murió poco tiempo después, como la
consideraban un ejemplo de virtud todo el pueblo acudió a su entierro, y entre los llantos y las
muestras de dolor hubo algunos que recordaron sus palabras y aguardaron a que se produjera
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Proyecto Oro Viejo 2010
un prodigio. Cuál no sería su sorpresa al notar, poco tiempo después, que de la tierra aún
blanda y removida brotaba un olor nauseabundo de cadáver.
Al otro día, brotó sobre su tumba el cactus tzacam, plagado de espinas y cuya flor es
como la Utzcolel, bella pero sin aroma, y nadie puede tocarla sin herirse.
Cuentan los viejos que la envidia de Utzcolel la siguió más allá de la muerte, y que,
pensando que el aroma maravilloso de la Xtabay provenía de su amor por los hombres,
consiguió de los malos espíritus la gracia de volver al mundo convertida en mujer, para
enamorar a los caminantes en los senderos apartados. Pero como su corazón sigue siendo
duro e incapaz de amar, ésta es ahora la mala Xtabay, que atrae a los hombres prometiéndoles
amor y luego los mata, destrozándolos con sus espinas.
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