el trono de la gracia

EN FUNCIÓN DEL REINO DE DIOS
IGLESIA CRISTIANA CASA JOSUÉ
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EL TRONO DE LA GRACIA
Tito Massis
26 de julio de 2015
1. El material y tamaño del Arca.
a. En el tabernáculo mosaico, el Arca estaba ubicada en el lugar Santísimo. La cubierta del Arca era
el Propiciatorio y ahí permanecían inseparables.
b. Éxodo 25:10-14 Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos
y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. 11 Y la cubrirás de oro puro
por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor. 12 Fundirás para ella
cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos
anillos al otro lado. 13 Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro. 14 Y
meterás las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca con ellas.
2. El contenido.
a. Hebreos 9:4 el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas
partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que
reverdeció, y las tablas del pacto;
3. Ministerio del Arca.
a. Descanso.
i.
Números 10:33 Así partieron del monte de YHWH camino de tres días; y el arca del
pacto de YHWH fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso.
ii.
Juan 10:4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas
lo siguen porque conocen su voz.
b. Abrir camino.
i.
Josué 4:7 les responderéis: Que las aguas del Jordán fueron divididas delante del arca
del pacto de YHWH; cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se dividieron; y
estas piedras servirán de monumento conmemorativo a los hijos de Israel para siempre.
c. Dar victoria.
i.
Josué 6:6 Llamando, pues, Josué hijo de Nun a los sacerdotes, les dijo: Llevad el arca
del pacto, y siete sacerdotes lleven bocinas de cuerno de carnero delante del arca de
YHWH.
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4. El trono del Rey.
a. El Arca representa el Trono de la Gracia y Juan tuvo una visión extraordinaria del mismo
i.
Apocalipsis 4:2-6 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido
en el cielo, y en el trono, uno sentado. 3 Y el aspecto del que estaba sentado era
semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris,
semejante en aspecto a la esmeralda. 4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos;
y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con
coronas de oro en sus cabezas. 5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y
delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de
Dios. 6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al
trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.
b. Así como en el Antiguo Testamento el sumo sacerdote recorría un camino hacia el Lugar
Santísimo, en Jesucristo el velo se ha roto y se nos ha abierto el camino a los redimidos por la
sangre del Cordero. Jesucristo derramó Su sangre santa y pura por nuestros pecados de una vez
por todas, alejando la ira de Dios y derribando el muro que nos separa.
i.
ii.
Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre,
sino por mí.
Hebreos 10:19-21 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar
Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a
través del velo, esto es, de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de
Dios,
c. Ver al Rey como nuestro Padre. En la oración decimos “Padre nuestro”, venimos, no sólo a los
pies de nuestro Padre, sino que también acudimos al trono del Grandioso Monarca del
universo.
i.
Lucas 11:2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra.
d. La oración es un acto elevado y eminente. Es un privilegio maravilloso que se nos concede a los
hijos de Dios. No menospreciemos tan grande privilegio que se nos ha otorgado.
i.
Salmos 95:6-7 Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de YHWH
nuestro Hacedor. 7 Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas
de su mano.
e. Oremos despojados del temor. El camino ya fue abierto para los redimidos por Cristo, por lo
que debemos entrar con la confianza que vamos a entrar a los aposentos de nuestro Padre que
ejerce la soberanía del universo.
i.
Hebreos 4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
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f. Oremos con humilde reverencia. Cualquier acercamiento al trono debe evitar el orgullo que no
reconozca al rey. Solo Él es Rey de reyes y Señor de señores. No olvidemos quitar el calzado de
nuestros pies al acercarnos a Él.
i.
Éxodo 3:5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú
estás, tierra santa es.
ii.
Apocalipsis 7:11 Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los
ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del
trono, y adoraron a Dios,
g. Oremos con agradecimiento y alegría. Siendo favorecidos de la gracia divina debemos de
sentirnos agradecidos, alegres y honrados por recibir tan grande privilegio. Estamos ante el
trono de gracia y no ante el trono de justicia. Es lugar para presentar nuestras alabanzas.
i.
Salmo 126:2 Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza;
Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho YHWH con éstos.
ii.
Efesios 5:20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro
Señor Jesucristo.
h. Oremos con completa sumisión. ¿Quién dará órdenes al trono? Podemos presentar nuestros
deseos, pero no olvidemos que aún estamos en la carne y nuestras intenciones pueden ser
equivocadas. Así que la voluntad de Él es mejor que nuestros deseos.
i.
i.
Oremos con amplias expectativas. En la oración no venimos, por decirlo así, únicamente al lugar
donde se reparten limosnas de Dios. Cuando oramos, estamos en el palacio, en el propio salón
de audiencias del grandioso Rey, y de esta manera somos colocados en una posición ventajosa.
En la oración, estamos donde los querubines y los serafines adoran, delante del mismo trono al
que ascienden nuestras acciones. ¿Acaso iremos allí con peticiones raquíticas y una fe estrecha
y contraída?
i.
j.
Isaías 43:13 Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo
que hago yo, ¿quién lo estorbará?
Isaías 55:8-9 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dijo YHWH. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son
mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos.
Oremos con confianza inconmovible. ¿qué diríamos de un rey, si no podemos confiar en su
palabra? Oh, nos cubriríamos de vergüenza si somos incrédulos delante del trono del Rey del
cielo y de la tierra. Con nuestro Dios delante de nosotros en toda Su gloria, sentado en el trono
de gracia, ¿se atreverían nuestros corazones a decir que desconfiamos de Él? ¿Podríamos
imaginar que no podrá o no querrá guardar Su promesa? Es el lugar para que el hijo confíe en
su Padre.
i.
1 Juan 5:14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa
conforme a su voluntad, él nos oye.
ii.
Marcos 11:24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo
recibiréis, y os vendrá.
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k. Oremos con la más profunda sinceridad. Si una persona solicitara una audiencia con la realeza, y
luego dijera: “no tengo la menor idea de por qué he venido; hasta donde yo sé, no tengo nada
especial que pedir; no tengo ningún caso urgente que presentar”; ¿no sería culpable tanto de
insensatez, como de bajeza? En cuanto a nuestro grandioso Rey, cuando nos aventuramos en Su
presencia, tengamos un propósito. La oración no es una bagatela. Es un acto elevado y
eminente. Es un privilegio maravilloso y excelso.
i.
1 Pedro 3:12 Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus
oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.
5. Trono de Gracia.
No olvidemos que somos invitados al trono de Gracia y no al trono de Justicia. No acudimos a ese
trono ahora, pues a través de Jesús el caso ha cambiado. No hay enojo en el trono divino para una
conciencia purificada por la sangre preciosa. Es un trono establecido para la dispensación de la gracia.
El que se sienta en el trono es la Gracia misma.
Si en oración acudo delante de un trono de Gracia, entonces:
a. Las fallas de mi oración serán pasadas por alto. Cuando cualquiera de nosotros presentara su
mejor oración delante de Dios, si la viera como Dios la ve, no hay duda que haría gran
lamentación por ella; pues hay suficiente pecado en la mejor de las oraciones que haya sido
ofrecida jamás.
i.
Mateo 26:41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está
dispuesto, pero la carne es débil.
Nuestro Señor Jesucristo, se ocupa de alterar y enmendar cada oración antes de presentarla, y
vuelve la oración perfecta con Su perfección, y la hace prevalecer por Su propios méritos. Dios
mira la oración como presentada por medio de Cristo, y perdona todas sus fallas inherentes.
Nuestras fallas no impedirán el éxito de la oración. ¡Cuántas fallas hay en nosotros! ¡Cuán
incompetentes somos para acudir a un trono, nosotros, que estamos corrompidos por el
pecado por dentro y por fuera! Él ha establecido un plan por el cual mi oración, no se eleva más
a un trono de absoluta justicia, sino a un trono que es también el propiciatorio, la propiciación,
el lugar donde Dios se encuentra con los pecadores, por medio de Jesucristo.
ii.
Romanos 8:27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu,
porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.
b. Los deseos de nuestras suplicas serán interpretadas. Él pondrá los deseos, y pondrá la expresión
de esos deseos en su espíritu, por Su gracia; el volverá sus deseos hacia las cosas que ustedes
deben buscar; Él les enseñará sus necesidades, aunque hasta el momento, ustedes no las
conozcan; Él les sugerirá Sus promesas, para que las usen como argumentos; Él será, de hecho,
el Alfa y la Omega para su oración,
i.
Oseas 14:2 Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a YHWH, y decidle: Quita
toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios.
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c. Nuestras necesidades serán satisfechas. No es un trono para recibir tributo; es un trono para
dispensar dones.
i.
Isaías 55:1 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid,
comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.
d. Nuestras aflicciones serán recibidas con compasión. Es un trono desde el cual la gracia se
deleita cuando mira con ojos de ternura el abatimiento de los hombres, para considerarlos y
aliviarlos.
i.
Jeremías 31:25 Porque satisfaré al alma cansada, y saciaré a toda alma entristecida.
6. La gracia entronizada. Quién se sienta en el trono es la gracia personificada.
a. Hebreos 4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
7. Oración.
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