NOVIEMBRE. Imágenes para la guerra, cartografía bélica popular

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PIEZA DEL MES
NOVIEMBRE 2010
IMÁGENES PARA LA GUERRA,
CARTOGRAFÍA BÉLICA
POPULAR EN 1914
Días 6, 13, 20 y 27 de Noviembre a las 12:30
por Aurelio Nieto Codina
Ventura Rodríguez, 17
28008 Madrid
IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRAFÍA
BÉLICA POPULAR EN 1914
LA COLECCIÓN CARTOGRÁFICA DEL MARQUÉS DE CERRALBO
Texto: Aurelio Nieto Codina
Coordinación: Cecilia Casas Desantes
Maquetación: Gráficas Pedraza
© Museo Cerralbo, 2010
N.I.P.O. 551-10-008-0
Las colecciones reunidas por el marqués de Cerralbo,
don Enrique de Aguilera y Gamboa, se interpretan como el
reflejo de una personalidad romántica, refugiada en el pasado
(1). Esta afirmación es válida para sus objetos arqueológicos y
artísticos, pero si estudiamos otras piezas de su colección
entonces la apreciación debe ser matizada. En este sentido, la
cartografía recopilada y conservada por el marqués refleja una
personalidad muy amplia de miras, preocupada por los
problemas de su tiempo. El hecho de coleccionar mapas en
sus muy diferentes variantes no era algo nuevo, lo que sí es
nuevo es conservar ejemplares procedentes de publicaciones
periódicas de la época, sin un especial valor económico o
artístico, pero con la intuición de su indudable interés
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IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRÁFICA BÉLICA POPULAR EN 1914
AURELIO NIETO CODINA
documental. Ese tipo de imágenes cartográficas, procedentes
de las revistas ilustradas, una modalidad de periodismo que
nace en el siglo XIX, están hoy plenamente incorporadas a
nuestra cultura visual (2).
¿Qué motivó al Marqués a coleccionar mapas como este
que nos ocupa? La respuesta a esta pregunta parece ser de
orden práctico: era muy útil para él, como intelectual, tener
referencias visuales ante un acontecimiento de tan enorme
impacto en la opinión pública de la época como fue la Primera
Guerra Mundial. Además, imágenes en apariencia poco
conflictivas como los mapas, que presentan la realidad de una
manera simbólica, en forma de diagrama y que
fundamentalmente buscan la delimitación de espacios,
empleando signos convencionales y topónimos caligrafiados,
constituyen
documentos
“objetivos”,
ajenos
al
sentimentalismo. El uso de los mapas siempre ha ido asociado
a un análisis de tipo científico de la realidad, mientras que los
grabados y las fotografías, sobre todo en casos como el que nos
ocupa, referido a enfrentamientos bélicos, se ha considerado
tradicionalmente que transmitían una información más
sesgada. Estas opiniones en la actualidad están siendo
reconsideradas (3).
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y EL CARLISMO
La Primera Guerra Mundial supuso una bipolarización
de opiniones entre los miembros del partido carlista, en el que
el Marqués era una figura clave como representante del partido
en España y persona de confianza del aspirante carlista al
trono, que en ese momento era don Jaime de Borbón y
Borbón-Parma, exiliado de España. Los carlistas, como el resto
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Don Jaime uniformado a caballo, fotografía realizada en el estudio austriaco de A.
Mayer, dedicada en Viena. Museo Cerralbo, Inv. Nº 06177.
de la sociedad española, no tuvieron una visión unitaria ante
el conflicto bélico, y según sus opiniones personales unos
apoyaban a las potencias centroeuropeas (los germanófilos) y
otros a la conocida como Entente (los aliadófilos). Al hilo de
los acontecimientos bélicos, la postura del marqués de
Cerralbo parecía más cercana al mundo germano, lo que
implicaba una falta de consonancia con don Jaime; a pesar de
todo, permaneció como su representante político hasta 1919.
Se mantuvieron por tanto las apariencias en el aspecto
organizativo, pero lo cierto es que el estallido bélico supuso
una brecha en el seno del partido. De hecho, acabada la
contienda se consuma la triple fragmentación del carlismo en
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AURELIO NIETO CODINA
IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRÁFICA BÉLICA POPULAR EN 1914
tres grupos irreconciliables: jaimistas, integristas y
tradicionalistas. Personalizando las posturas, podemos decir
que el marqués de Cerralbo y el político tradicionalista Juan
Vázquez de Mella discrepaban abiertamente de don Jaime de
Borbón y de don Francisco Martín de Melgar, conde de
Melgar y secretario de Carlos de Borbón durante 20 años. En
una carta mandada por Melgar a Cerralbo, se criticaba a los
partidarios de Alemania, responsables de mandar a millones
de jóvenes “a un matadero” bajo el pretexto del asesinato de
Francisco Fernando en Sarajevo; en este texto, se llegaba a
vaticinar incluso la futura ruina alemana. Durante la
contienda, el pretendiente carlista estaba retenido en Frohsdorf
(Austria) y sus opiniones sobre la guerra no fueron muy
difundidas, pero al final del conflicto no dudó en criticar a la
prensa que utilizó su nombre contra su voluntad a favor de
uno de los bandos beligerantes, llegando incluso a desautorizar
en sus declaraciones a los líderes del partido. El marqués de
Cerralbo por su parte parece ideológicamente más cercano al
tradicionalismo, y se puede afirmar que su experiencia durante
los años de la guerra fue uno de los motivos que llevaron a que
poco a poco fuera abandonando la política, sin olvidar que ya
tenía una edad avanzada y que deseaba dedicar su energía a la
investigación (4).
En definitiva, la voluntad del Marqués por conservar
estos mapas está muy relacionada con su necesidad de conocer
la evolución de la guerra como miembro destacado de un
partido político, con independencia de que también existiera
un interés personal puramente intelectual. Es evidente que este
interés no es nuevo, ya que el Marqués siempre se preocupó
por visualizar mediante mapas los escenarios de conflictos
militares. Revisando la cartografía conservada en el museo,
por ejemplo la litografía de 1859 que muestra la invasión del
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Piamonte por las tropas austriacas, se comprueba que una
parte importante de los mapas hacen referencia a Italia, un país
muy vinculado con la historia de los líderes del partido carlista.
Carte du Théatre de la Guerre. Italie du Nord. J. Barthelemier, 1859.
Museo Cerralbo, Inv. Nº. 28487.
EVOLUCIÓN DE LA CARTOGRAFÍA
Los mapas son una de las creaciones más destacadas de
la imaginación humana; han impulsado grandes iniciativas y
han ayudado a establecer el sentido del mundo que habitamos.
Tanto desde lo más global hasta el mundo cercano, el mapa
ha condicionado el acercamiento del hombre al medio que le
rodea (5).
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IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRÁFICA BÉLICA POPULAR EN 1914
El uso dado a la cartografía ha variado mucho desde la
Edad Moderna hasta la actualidad. En principio, los mapas
eran una herramienta de trabajo que estaba al servicio de los
navegantes, los viajeros y los gobernantes. Desde comienzos
del Renacimiento, la cartografía y la geografía eran disciplinas
unificadas y cercanas al mundo de las ciencias naturales, así, de
manera simbólica, se entiende que un pintor holandés
represente a los usuarios de la cartografía “compartiendo mesa”
con los naturalistas.
El geógrafo y el naturalista, Adriaen van Stalbent, hacia 1650.
Museo Nacional del Prado, Inv. Nº PO1437.
Los mapas eran objetos reservados a una élite, no solo
por lo oneroso de su manufactura, derivada de la calidad de los
materiales y la escasez de artesanos especializados, sino también
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AURELIO NIETO CODINA
por el uso que se hacía de ellos en círculos sociales y
profesionales muy reducidos. Con independencia de su
utilidad inmediata, el mapa entra desde muy temprano a ser
codiciado como objeto de colección.
Será a finales del siglo XVIII y sobre todo en el XIX,
cuando el estatus científico y social de la cartografía empiece
a cambiar. Después de las Guerras Napoleónicas, la realización
de los mapas está en manos del Estado y se considera que
constituyen sobre todo un arma al servicio de los militares.
Debido a este cambio, se cuidará más la exactitud de los
detalles topográficos, la precisión de la proyección, la
descripción de las vías de comunicación y la representación
gráfica de la toponimia. En paralelo, un imparable proceso de
difusión se hace visible en tres ámbitos y permite que un
mayor número de personas tengan acceso al uso de los mapas.
Primero, por las necesidades ya mencionadas en el ámbito
militar; a continuación, por su presencia en las escuelas como
parte del curriculum educativo, que ve en los mapas la
herramienta más idónea para difundir un ideario nacionalista;
y por último, en función de su presencia en la prensa ilustrada
que difunde las imágenes cartográficas de una manera más
amplia al tratarse de medios de comunicación de masas,
llegando a un público más extenso y comprometiendo a su vez
a un mayor número de capas sociales. Desde el siglo XIX hasta
hoy, los mapas se multiplican en número, incrementan su
tipología y sus usos, y acrecientan su popularización en
función de su presencia en el sistema educativo y en la prensa
gráfica. Hay que insistir en el papel clave que como veremos
juegan en este proceso los medios periodísticos ilustrados.
Esta popularización de los mapas va acompañada de una
serie de cambios en las técnicas de elaboración de los mismos.
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IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRÁFICA BÉLICA POPULAR EN 1914
El uso del litograbado fue el primer gran avance para la
elaboración de nuevos mapas en el siglo XIX, aplicado en
principio para la cartografía orientada al control militar del
territorio y a las funciones catastrales del Estado.
Teatro de la guerra en Italia, mapa litografiado de “La lectura para todos”, librería
de D. C. Bailly-Bailliére. Museo Cerralbo, Inv. Nº 28484.
En nuestro caso, la litografía permite una mayor
precisión en la representación de los escenarios bélicos de
manera objetiva, ofreciendo una información geográfica de
carácter más abstracto. En contraste, en las representaciones
pictóricas de época anterior las imágenes con escenarios de
batalla se reservaban a pintores de género, más preocupados
por la precisión en los detalles de carácter topográfico que por
la creación de objetos que esquematizaran la realidad y al
mismo tiempo fueran manejables.
En este momento se establecen de manera más rigurosa
tres niveles de información imprescindibles en toda
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AURELIO NIETO CODINA
representación cartográfica moderna. En primer lugar la
escala, que informa al lector de la equivalencia proporcional
entre lo representado gráficamente y su extensión en la
realidad. Después, los elementos cartográficos propiamente
dichos, surgidos de la combinación de líneas, diferentes tipos
de trama y gamas de color. Por último, los elementos
tipográficos en forma de texto, referidos principalmente a la
toponimia pero que pueden ampliar su presencia en función
de otros tipos de información que se consideren importantes
para el usuario.
El siguiente gran cambio en lo que a tecnología se refiere,
el fotograbado, no altera las premisas gráficas establecidas con
la litografía. Los avances en tecnología fotoquímica,
imprescindibles para el desarrollo del fotograbado, permitieron
la creación de mapas con detalles más finos, que no se tuercen
en su forma y son más resistentes a la humedad y al desgaste
producido por el uso. Al mismo tiempo, se acortaron los
tiempos de elaboración, ya que la creación de la imagen
grabada no es tan laboriosa como en la época en que se
dependía del tallado en soportes de madera o de la incisión en
placas metálicas. Los mapas se hacen y reproducen a partir del
siglo XIX en tiempos más cortos, muestra de la transición de
una época de producción manufacturera a otra de producción
industrial.
La aplicación de las técnicas derivadas de la fotografía a
la imprenta surge en 1882, en el deseo de conjugar textos e
imágenes de manera satisfactoria, gracias a los estudios de
Georg Meisenbach. Los pioneros españoles del fotograbado en
prensa son los responsables del diario El Gráfico, que comienza
a publicarse en 1904, siete años después de que el New York
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IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRÁFICA BÉLICA POPULAR EN 1914
Tribune aplicase de manera pionera los nuevos métodos de
reproducción gráfica.
LAS REVISTAS ILUSTRADAS
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adquiriera de este modo), pero frente a estas prácticas
tradicionales, a comienzos del siglo XX el quiosco se fue
convirtiendo en el escaparate de las revistas ilustradas, y esta
exposición pública hizo que los publicistas buscaran portadas
atractivas para captar la atención del público y vender mejor el
producto periodístico (7).
La revista ilustrada nace como publicación
independiente por influencia de las secciones fijas de las
revistas de información general, cuando determinados
colectivos demandan información específica relacionada con
sus gustos o aficiones. La prensa especializada es un fenómeno
que irrumpe con fuerza en los años previos a la Guerra
Mundial, aunque luego no se mantiene muchos más años. Las
revistas de este periodo solían tener una vida efímera. Entre
1900 y 1913 el número de revistas ilustradas en España
aumentó un 20 por ciento, pasando de 1347 títulos a 1684.
En el periodo siguiente que llega hasta 1920, se incrementa
otro 20 por ciento, hasta sumar 1998 títulos (6).
En un momento de gran competencia por acaparar
lectores, con una enorme oferta de publicaciones, se buscaban
tácticas comerciales que resultasen novedosas y atractivas. En
este sentido, aparecen estrategias de captación que intentaban
fidelizar al lector. Los mapas conservados por el Marqués son
un claro ejemplo de esto, ya que aparecen como “regalo” para
los lectores. Estos mapas eran por tanto un elemento extra de
la publicación que añadían valor a la misma. La idea de ofrecer
regalos al lector fiel ha perdurado en la prensa actual
presentándose como una eficaz práctica de mercadotecnia.
Durante el siglo XIX, la prensa era en su mayoría por
suscripción (lo más probable es que el ejemplar del Marqués se
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Plano del teatro de la guerra, revista Las Ocurrencias, Madrid.
Museo Cerralbo, Inv. Nº 28505.
Por tanto, la expansión de la prensa gráfica especializada
participa de un proceso contemporáneo que implica la
popularización de las imágenes en detrimento en parte del
texto escrito. Se considera que la visualidad ayuda a entender
mejor un tema que la mera descripción del acontecimiento
periodístico; por tanto, los creadores de imágenes son
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AURELIO NIETO CODINA
IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRÁFICA BÉLICA POPULAR EN 1914
imprescindibles en los nuevos medios de comunicación de
masas. Los mapas tienen un papel clave, ya que los temas de
actualidad en la mayoría de la ocasiones son susceptibles de
visualizarse en términos espaciales, y son imprescindibles para
que el lector entienda mejor las noticias y los informes sobre
temas coyunturales aparecidos en prensa. El propio marqués de
Cerralbo, además del mapa que comentamos, ha conservado
otros ejemplares en los que se documentan diferentes maneras
de cartografiar los acontecimientos bélicos de 1914,
testimonios de como se presentaban estas noticias en la prensa
de la época. Por ejemplo, el mapa realizado por el diario
político Las Ocurrencias, más sencillo que el de El Mundo
Militar.
La popularización de las imágenes en los medios
periodísticos implicaba además unos cambios de tipo
cualitativo: el dibujo y el grabado quedaban reducidos al
campo de lo artístico y lo meramente ilustrativo, mientras que
cada vez ganaba más espacio la presencia de lo fotográfico (8).
Para entender la fotografía española en el contexto de la prensa
periódica en el periodo comprendido entre 1914 y 1920, se
debe contextualizar junto a tres fenómenos que son paralelos:
el apogeo del reporterismo gráfico, el desarrollo del estilo
pictorialista y la consolidación de galerías o estudios
fotográficos.
MAPAS
1914
DE LAS OPERACIONES MILITARES EN AGOSTO DE
PUBLICADO POR EL MUNDO MILITAR
En función de los intereses del estamento militar surge el
1 de enero de 1908 la publicación periódica especializada e
ilustrada El Mundo Militar, con una periodicidad decenal.
Fue fundada y dirigida por Miguel Gistau, se ilustraba con una
media de quince fotografías de gran calidad, tenía 22 páginas
y salía los días 10, 20 y 30 de cada mes. Fue su director literario
Daniel Collado y el administrador de la misma el capitán de
la Guardia Civil Juan González Calvo. Debemos aclarar, que
al menos en Madrid y Cádiz ya se editaba desde 1861 otro
“Mundo Militar” que era un almanaque.
Página del número 39 de la revista La Esfera, publicada el 26 de Septiembre de
1914, en la que se aprecia una imagen fotográfica de la Gran Guerra.
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El Mundo Militar informaba sobre asuntos de la milicia,
completando sus bloques de información con noticias de
actualidad, y como complemento presentaba además un
boletín bibliográfico. Sirva como ejemplo de los temas que
desarrollaba el número publicado el 20 de abril de 1913, en el
que se ilustraban los últimos avances en armamento contra
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IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRÁFICA BÉLICA POPULAR EN 1914
dirigibles y globos aerostáticos. Respecto al título de la revista,
el término utilizado para designar los contenidos, “mundo”,
se refiere a sucesos o hechos sucedidos en todas partes,
intentando destacar así el carácter informativo universal de la
publicación. Esta táctica a la hora de elegir el titular es un
intento evidente de dar una imagen de prensa global, un
recurso muy frecuente en los títulos de la época y que se
mantiene hasta la actualidad.
El mapa que nos ocupa se compone en realidad de varios
que se representan en una sola lámina. Estos mapas visualizan
un asunto geopolítico y debido a su carácter temático
renuncian a los elementos tridimensionales, una opción visual
que los diferencia de los contemporáneos mapas topográficos.
Por tanto, entre los elementos gráficos que utilizan
predominan los relativos a delimitaciones administrativas de
carácter nacional e internacional, vías de comunicación,
emplazamientos de tipo militar, localizaciones industriales de
tipo estratégico (astilleros, fábrica, etc.) y, sobre todo, rótulos
toponímicos. Además, se estructuran en función de las escalas
y ofrecen una lectura visual de arriba hacia abajo, como es
costumbre en la tradición iconográfica occidental.
En la parte superior aparece un mapa general de Europa
con las fronteras europeas al comienzo de la guerra. Destacan
las dos grandes potencias centroeuropeas (Prusia y el imperio
Austro-húngaro) y los países balcánicos (Servia, Montenegro,
Albania, Rumania y Bulgaria), que contrastan con las actuales
fronteras europeas. En los mapas inferiores la escala utilizada
va aumentando los detalles, de menos a más, presentándose
los territorios como si se usase un zoom; de este modo, se nos
ofrece un acercamiento a la Europa en guerra desde una visión
general hasta los detalles concretos de tipo regional o urbano.
En el segundo registro, se representa la zona de operaciones
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AURELIO NIETO CODINA
militares entre Francia, Bélgica y Alemania. El tercer mapa,
sitúa las líneas militares llamadas de “couverture” entre Francia
y Alemania, previas al inicio de la contienda y pensadas para
evitar la invasión mutua. El cuarto mapa delimita la frontera
austroservia y la presenta como zona de conflicto, en previsión
de los posibles choques militares entre los dos países. El último
mapa es el que está realizado a menor escala, mostrando con
detalle las inmediaciones de Lieja y sus fortificaciones militares.
La hoja está enmarcada con cenefas decorativas que
acompañan a los mapas, compuestas con motivos geométricos,
palmetas y volutas poco desarrolladas de inspiración art decó.
Los mapas pretenden un acercamiento objetivo al
conflicto militar para que el lector tenga unas claves
territoriales sobre el tema, aunque la selección de los escenarios
y los elementos ornamentales condicionan claramente
cualquier reflexión al respecto. Todos ellos se han
confeccionado superponiendo fragmentos, combinando signos
convencionales (líneas, marcas de diferente grosor, tramas) y
superponiendo texto. La rotulación toponímica
mayoritariamente es de origen francés, a la que se incorporan
cartelas aclarativas a modo de cuadros que lógicamente están
en español. Parte de la rotulación está hecha a molde y otra a
mano alzada. Todos estos elementos corresponden a una
peculiar y algo desordenada técnica compositiva cercana al
collage.
Destacan además por incorporar una amplia
información toponímica, excesiva, pero que no impide la
correcta legibilidad. Este es un punto interesante, ya que los
usuarios de mapas suelen asimilar los topónimos casi como
elementos de la realidad, como imágenes icónicas del mundo
real, olvidando así su carácter convencional. La tradición
cartográfica del topónimo escrito e incorporado al mapa es
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AURELIO NIETO CODINA
IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRÁFICA BÉLICA POPULAR EN 1914
una costumbre bien consolidada en la historia de la cartografía,
desde los portulanos medievales hasta las sofisticadas imágenes
digitales de Google Earth, pasando por los mapas que nos
ocupan.
NOTAS
(1)
VV.AA. (2007), pág. 50.
En resumen, el marqués de Cerralbo demostró una
amplia visión de lo que debe ser un coleccionista al reunir
mapas procedentes de revistas ilustradas, testimonios
documentales del desarrollo de los medios de comunicación
de masas y que, además, constituyen un material precioso para
entender la cultura popular que se estaba desarrollando a
comienzos del siglo XX. Las prácticas periodísticas de ese
momento (aumento de la información visual, desarrollo de la
cartografía temática, prácticas de captación de público fiel,
etc.), nos ayudan a entender las que se están desarrollando en
la actualidad. Con respecto a los mapas bélicos, es evidente
que su análisis nos permite entender mejor la relatividad de
los mismos, y son también un ejemplo de cómo los procesos
de representación cartográfica condicionan nuestra manera de
percibir y representar el mundo que nos rodea; asimismo, son
motivo para realizar una reflexión geográfica crítica sobre los
mapas en general.
(2)
Considerar que las imágenes y, dentro de ellas los mapas, son parte de
un imaginario colectivo, es un concepto relativamente reciente. Se
reconoce de este modo el poder de los mapas “para modelar nuestra
visión del mundo”. Asunto desarrollado en: LOIS, C. (2009) y
WOOD, D. (2001).
(3)
Una interesante visión crítica de los mapas aparece en: DE DIEGO,
E. (2008).
(4)
La historia del carlismo en los años de la Gran Guerra está expuesta de
forma concisa en: VV.AA. (2007), pp. 35 – 39.
(5)
Esta premisa se asume en la obra: BARBER, P. (2006).
(6)
SÁNCHEZ VIGIL, J. M. (2008), p. 141.
(7)
SÁNCHEZ VIGIL, J. M. (2008), p. 188.
(8)
SEOANE, Mª C.; SÁIZ, Mª D. (1996), p. 308.
Nos enfrentamos por tanto a unos objetos peculiares de
la cultura humana que, con independencia de su utilidad
práctica, nos hablan de las características de la época que los ha
visto nacer y de las personas que han participado en su
elaboración.
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IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRÁFICA BÉLICA POPULAR EN 1914
AURELIO NIETO CODINA
GLOSARIO
piedra, la tinta de impresión solo queda retenida en las zonas que
han sido dibujadas. Esta técnica fue sustituida por el fotograbado.
Carlismo
Corriente política conservadora española desarrollada en los siglos
XIX y XX. Dentro de su visión legitimista de la sucesión dinástica
no aceptan la línea sucesoria de la monarquía borbónica a partir de
Isabel II.
Toponimia
Conjunto de nombres propios de un país, una región o un lugar
geográfico concreto. En los mapas se manifiesta en forma de
nombres rotulados, estableciéndose diferentes jerarquías en función
del tamaño, las diversas grafías, los colores, etc.
Cartografía
Representación gráfica de un territorio. Los mapas delimitan
fronteras, trazan propiedades, planifican batallas y visualizan con
signos convencionales cualquier tema que tenga una dimensión
espacial.
Escala
Representación proporcional de los objetos cartografiados. Todo
mapa debe indicar la escala a la que está hecho, ya que es la única
manera de saber el tamaño de lo que se está representando.
Fotograbado
Procedimiento utilizado para la estampación gráfica iniciado en los
años del tránsito entre el siglo XIX y XX. Consta de tres fases
diferentes: preparación del cliché negativo de cristal a partir del
original (foto, dibujo, etc.), impresión sobre la plancha de metal
utilizando procesos fotográficos (revelado, fijado y lavado) y
montaje del grabado endurecido en soporte de madera, este último
similar al usado para el estampado de caracteres tipográficos.
Litografía
Procedimiento de impresión gráfica que utiliza una piedra caliza
pulimentada sobre la que se dibuja la imagen a imprimir (en forma
invertida) con una materia grasa. Este método se basa en la
incompatibilidad de la grasa y el agua. Una vez se humedece la
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IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRÁFICA BÉLICA POPULAR EN 1914
BIBLIOGRAFÍA
AURELIO NIETO CODINA
SÁNCHEZ ARANDA, J.J.; BARRERA DEL BARRIO, C.:
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SEOANE, Mª. C.; SÁIZ, Mª D.: Historia del periodismo en España,
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STRACHAN, H.: La Primera Guerra Mundial. Crítica, Barcelona,
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De DIEGO, E.: Contra el mapa. Disturbios en la geografía colonial
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LOIS, C.: “Imagen cartográfica e imaginarios geográficos. Los
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WOOD, D.: The power of maps, Routledge, Londres, 2001
MIRZOEFF, N.: Una introducción a la cultura visual, Paidós,
Barcelona, 1999.
RAMÍREZ, J. A.: Medios de masas e historia del arte, Cátedra,
Madrid, 1976.
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IMÁGENES PARA LA GUERRA, CARTOGRÁFICA BÉLICA POPULAR EN 1914
CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS
PORTADA Y CONTRAPORTADA. Mapas de todos los posibles teatros de operaciones militares en la guerra actual. Agosto de 1914. Vista
general y detalle. Museo Cerralbo, Inv. Nº 28488. Archivo Digital
Museo Cerralbo. Fotografía Ángel Martínez Levas.
Pág. 5:
Don Jaime uniformado a caballo. Museo Cerralbo, Inv. Nº 06177.
Archivo Digital Museo Cerralbo. Fotografía Ángel Martínez Levas.
Pág. 7:
Carte du Théatre de la Guerre. Italie du Nord. Inv. Nº 28487. Archivo Digital Museo Cerralbo. Fotografía Ángel Martínez Levas.
Pág. 8:
El geógrafo y el naturalista. Inv. Nº PO1437. Cortesía del Museo
Nacional del Prado.
Pág. 10:
Teatro de la guerra en Italia. Inv. Nº 28484. Archivo Digital Museo
Cerralbo. Fotografía Ángel Martínez Levas.
Pág. 13:
Plano del teatro de la guerra. Inv. Nº 28505. Archivo Digital Museo
Cerralbo. Fotografía Ángel Martínez Levas.
Pág. 14:
Página de la revista La Esfera, 26 de Septiembre de 1914. Cortesía
de la Biblioteca Nacional de España:
http://hemerotecadigital.bne.es/cgi-bin/Pandora.exe.
(07-07-2010).
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