LA RESPUESTA DE ÉOLO A ODISEO (Od. 10, 72-75)

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LA RESPUESTA DE ÉOLO A ODISEO (Od. 10, 72-75)
ANTONIO MARCO PÉREZ
I.E.S. Cañada de las Eras (Molina de Segura)
Magia, mitología y religión primitivas aparecen entreveradas en esta breve escena
típica hospitalaria homérica1. Una potencia natural, como es el viento, divinizada y antropomorfizada en la persona de Éolo acoge a Odiseo en su paradisíaca isla flotante.
Aiãoloj, es el nombre griego Aiwolos, presente en micénico, aworo2 y a3woreusi3.
Aura Jorro considera que aworeusi sería una posible lectura de KN Ws 1707... y,
en tal caso, podría interpretarse *Ai)Foleu=si como el primer testimonio de los <Eolios> y de la existencia de una colonia eolia en la Creta micénica. Hans von Kamptz
en su Homerische Personennamen, interpreta el nombre de Aiãoloj como “rasch sich
bewegend”, “el que se mueve con rapidez”4.
Zeus, dueño de los fenómenos atmosféricos, ha hecho a Éolo “administrador de
los vientos” (tami¿hn a)ne/mwn: v. 10, 21). Éolo vive –como otros personajes homéricos– en una situación paradisíaca en una isla flotante donde reina el orden y bienestar,
con su esposa y rodeado de sus doce hijos, seis parejas acordes de seis matrimonios
entre hermanos –como son los casos de Zeus y Hera, y de Alcínoo y Arete–; orden y
bienestar celebrados en constantes banquetes (dai¿nuntai: v. 9) acompañados de música
todo el día (vv. 9-10). El verbo dai¿numi –constatable ya en Ilíada I– es símbolo homérico de la felicidad, tanto divina como humana5.
1
Sobre las escenas típicas homéricas pueden consultarse los estudios de W. Arend, Die typischen Scenen bei Homer, Berlin, 1933, el de M. Parry, “Über typischen Szenen im Homer”, ahora
reeditado en J. Latacz, (Ed.), Homer Tradition und Neuerung, Darmstadt, 1979, pp. 289-294. Así como
sobre las escenas típicas hospitalarias el artículo, que incorpora no pocas precisiones, de Mark W.
Edwards, “Type-Scenes and Homeric Hospitality” en TAPha, 1975, 105, pp. 51-72; y los estudios de
Steve Reece, The Stranger´s Welcome, Michigan, 1993; y la tesis dirigida por el Prof. Dr. D. José García
López a A. Marco, La Hospitalidad en la Poesía Griega Arcaica. Análisis y valoración del concepto
cei=noj en Homero, Hesíodo y Píndaro, Murcia, 2003.
2
En KN ch 896 cf. A. Heubeck, Commento Odissea, Milano, 19987, p. 219; F. Aura Jorro,
Diccionario Micénico, Madrid, 1999, vol. I, p.142.
3
En KN Ws 1707. a. 1-2, cf. Aura Jorro, op.cit., I, p. 141.
4
Göttingen, 1982, p. 233.
5
Un excepcional artículo sobre la comida, su simbolismo y su relación con la hospitalidad es
el de Johannes Th. Kakridis, “Griechische Mahlzeits- und Gastlichkeitsbräuche” en Dialogus: für Harald
Patzer zum 65. Geburstag von seinen Freunden und Schülern, Wiesbaden, 1975, pp. 13-21.
KOINÒS LÓGOS. Homenaje al profesor José García López
E. Calderón, A. Morales, M. Valverde (eds.), Murcia, 2006, pp. 581-587
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ANTONIO MARCO PÉREZ
La escena de Éolo en el regreso de Odiseo a Ítaca es de gran singularidad. En
ella se acoge, en el primer encuentro, al recién llegado amablemente (mh=na de\ pa/
nta fi¿lei me: 10, 14 cf. xrh\ cei=non pareo/nta filei=n, 15, 74) dispensándole hospitalidad durante todo un mes (v. 14) y ayuda especialísima, provisiones (pomph/: v. 18),
para proseguir su viaje. Especialísima ayuda en la medida en que se le envía un viento
favorable, el Céfiro (viento del Noroeste), y se le regalan en un odre –de un buey de
nueve años– (v. 19) encerrados los restantes vientos (es decir, Bore/aj, No/toj y EuÅroj),
para que éstos no imposibiliten el feliz término del regreso a la patria, al hogar. Después de nueve días de navegación el décimo6 avistan Ítaca y el humo de sus hogares,
mas Odiseo, que hasta entonces no había descansado, se duerme y es víctima de la
envidia y avaricia de sus más próximos compañeros, quienes desatan el odre –que
contenía los vientos–, al sospechar que Odiseo se ha enriquecido sobremanera y
guarda oro y plata en aquel odre, mientras ellos regresan con las manos vacías. La
acción de los vientos liberados produce una tempestad, que devuelve a Odiseo y
sus compañeros a la isla de Éolo de donde habían partido. Pero en este segundo
momento, Odiseo es rechazado y despachado por Éolo sin contemplaciones al ser
considerado maldito de los dioses (vv. 72 y ss.), con quien no se tiene ninguna
obligación de ayuda (v. 73), porque se le entregó la mejor ayuda posible y no ha
logrado éxito en su acción.
Los elementos mágicos de la escena son numerosos y sobre ellos ha llamado
la atención Reinhold Strömberg en su acertadísimo artículo “The Aeolus episode
and greek wind magic”7: a) odre: a)sko\n v. 19; b) cordón brillante de plata: me/rmiqi
faeinv= a)rgure/v v. 23-24; c) el viento en sí, en su personificación y fenómeno; d)
bronce: xa/lkeon, v. 4; e) la isla flotante: v. 3: plwtv= e)niì nh/s% ; f) el sueño: v. 31:
gluku\j uÀpnoj y 68-9: uÀpnoj sxe/tlioj; g) aproximación de lo distante (vv. 29-30);
h) tormenta / tempestad marina, v. 48: qu/ella, v. 54: kakv= a)ne/moio que/llv; i) maldición / rechazo (vv. 72-75); j) los números doce, seis, nueve y diez, y un mes (treinta
días, ¿una luna?)
Para Reinhold Strömberg8 la historia de Éolo con sus peculiaridades tiene su
origen en un tiempo donde todo lo imaginable y su dominio eran posibles, por
increíble que nos parezca hoy; y donde todo ello estaba enraizado en creencias
relacionadas con la práctica de lo mágico. R. Strömberg –que ha investigado el
folclore y la supervivencia de motivos en relatos antiguos– se inclina por un origen
prehomérico del motivo del odre o bolsa mágica de los vientos, aunque parece im6
Sobre el simbolismo de los números en Homero, cf. G. Germain, Homère et la mystique des
nombres, Vendôme 1954; sobre el simbolismo del nueve, cf. op. ant., p. 13, W. Helck, “Neumheiten”,
Lexikon der alten Welt, Zurich- Stuttgart, 1965, y A. Marco, op.cit., pp. 100-101.
7
En Acta Universitatis Gothoburgensis (GHA) 56, 1950, pp. 71-84. Cf. también sobre el dominio mágico del viento J.G. Frazer, La Rama Dorada (= The Golden Bough 1890) Madrid, 198611,
pp. 110-113.
8
Cf. loc. cit., p. 84.
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posible establecer dicho origen. El motivo del saco o bolsa mágica de los vientos
es constatable desde Escandinavia hasta la India y Australia9. Éolo sería, a su modo,
una extraña mezcla de mago y hombre prudente, guiado estrictamente por las leyes
de los dioses y del derecho. En esta escena homérica se daría una mezcla de saga,
simbolismo alegórico y magia10. El comportamiento de Éolo hacia Odiseo estaría
determinado por la opinión de que aquel que merece un castigo debe cumplirlo.
Otro aspecto de interés en la escena es la respuesta de Éolo a Odiseo en su segundo encuentro, vv. 72-75. Alfred Heubeck se inclina por pensar que: “È presumibile che il poeta non abbia trovato nei racconti popolari il modelo di questa doppia
visita”11. La brevedad de la escena (característica sobre la cual ya llamó la atención
Eustaquio de Tesalónica en su Comentario a Odisea 1, 364, 11-20 ss.) implica el
conocimiento tácito por parte del auditorio homérico del ritual hospitalario propio.
La brevedad de la escena, en la que no aparece ninguna vez el concepto cei=noj ni
derivados de él, pero sí sinónimos del verbo ceini/zw, sirve como contrapunto y antitipo
a las grandes escenas de acogida –por ej. la de los Feacios en la que se está narrando
el encuentro con Éolo–, e incluso a las escenas de rechazo, como el enfrentamiento a
Polifemo –escena inmediata precedente a la de Éolo–.
Entre todos los estudios sobre la hospitalidad homérica, el de Steve Reece, The
Stranger´s Welcome, destaca por su coherencia, rigor y análisis. St. Reece propone un
esquema12, como telón de fondo, no prescriptivo, de toda escena de hospitalidad;
se trata de una abstracción –según sus mismas palabras–. La audiencia homérica
estaría familiarizada con él, y dicha familiaridad sería y es esencial para detectar
modelos, alusiones, ironías, parodias, detalles de humor y predicciones, augurios.
En general hay que distinguir entre lo acostumbrado y lo novedoso y único. Precisamente esta tensión entre lo convencional y lo innovador, entre lo genérico y lo
propio de un contexto o personaje, entre el telón de fondo y el escenario de una
forma particular, es la que define la estética de la poesía homérica.
Éolo, dios de los vientos, despide a Odiseo en los siguientes términos:
“eÃrr e)k nh/sou qa=sson, e)le/gxiste zwo/ntwn:
ou) ga/r moi qe/mij e)stiì komize/men ou)d a)pope/mpein
aÃndra to/n, oÀj ke qeoiÍsin a)pe/xqhtai maka/ressin.
eÃrr, e)peiì a)qana/toisin a)pexqo/menoj to/d i¸ka/neij.”
wÑj ei¹pwÜn a)pe/pempe do/mwn bare/a stena/xonta.
9
Y como él mismo señala es constatable en el folclore vasco y en el cuento El jardín del paraíso de Hans Christian Andersen.
10
Cf. U. Hölscher, Die Odyssee, Epos zwischen Märchen und Roman, München 1988.
11
Cf. loc. cit., p. 223.
12
Cf. al final de este artículo el esquema de la escena propuesto por St. Reece en The
Stranger`Wellcome, Michigan, 1993, pp. 215-216.
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ANTONIO MARCO PÉREZ
“«Sal de la isla rápido, maldito entre todos los vivientes,
porque no me está permitido acoger ni proveer
al varón, que se ha hecho odioso a los dioses bienaventurados.
Vete, porque maldito de los inmortales aquí has llegado.»
Así habló, y me echó de su casa, mientras yo tanto gemía.”
Métricamente son dignas de destacar las siguientes figuras: a) El v. 75 con sus cinco
espondeos señala, por su gravedad, la orden de Éolo y la maldición de Odiseo entre
todos los vivientes. b) La anáfora de los vv. 72 y 75 en eÃrr e)k ... eÃrr, e)p-, además de
la aliteración del fonema a)p en los vv. 73. 74. 75. y 76 subraya la orden de alejamiento.
c) El desbordamiento del v. 73 en el v. 74: aÃndra to/n,. d) La aliteración del fonema -sin
(formas jónicas), en los tres substantivos referentes a la divinidad en los vv.74-75.
Tres veces (vv. 33; 44; 72) aparece en los 79 versos de esta escena el adv. qa=sson:
comparativo de taxu/j, siempre en la misma disposición métrica, ocupando el tercer pie
del hexámetro. El adverbio señala la rapidez en el regreso, no/stoj, de Odiseo a Ítaca
(v. 33), así como la rapidez con la que este regreso es desbaratado por la avaricia de
los compañeros de Odiseo al hacer volver a todos por su imprudente acción al punto
originario (Flash Back) de la escena, la isla de Éolo; pero ahora no podrán contar con
la incomparable fuerza y ayuda del Señor de los vientos, lo que demorará el regreso
definitivo de Odiseo a Ítaca y la pérdida de todos sus compañeros.
e)le/gxiste: “maldito, miserable, despreciable”, en oposición a ai)dw/j13 → e)le/gxw:
“injuriar, censurar, inculpar”; sinónimo de (kat)ai)sxu/nw y a)tima/w, precisamente dos
de las acciones que nunca se deben al cei=noj, a quien nunca se debe ofender ni deshonrar. Pero es que el fracasado regreso, es decir la vuelta a Eolia, prueba la ira y la
maldición de los dioses a Odiseo. Esta misma idea se repite en los vv. 74 y 75 bajo las
fórmulas: v. 74: qeoiÍsin a)pe/xqhtai maka/ressin; v. 75: a)qana/toisin a)pexqo/menoj
→ en los dos versos el verbo a)pexqa/nomai: “hacerse odioso, hacerse enemigo de alguien”.
En el verso 73 tenemos los verbos komi/zw14, (“cuidar, acoger, hospedar”, sinónimo de file/w15, de ceini/zw así como de de/xomai) y a)pope/mpw (“despedir, enviar,
proveer”; con sent. neg. “despachar, echar”), directamente relacionados con ceini/zw,
además del verbo i(ka/nw16, en el v. 75. La despedida, a)pope/mpw, es, precisamente,
uno de los aspectos menos desarrollados en Homero en contraposición con el saludo17 y
la acogida, sin embargo aquí se acentúa, con estilo directo (vv. 72-75), para reseñar
lo anómalo de la situación de Odiseo. Tres veces aparece en esta escena el verbo
13
Cf. H.W. Norheider s.v. e)le/gxistoj, en LfgrE col. 523-524.
Cf. H. W. Nordheider, s.v. kome/w, komi/zw, en LfgrE, col. 1478-1480.
15
Nótese la recurrencia a este verbo en el v. 14 y al substantivo en el v. 38, que indican la estrecha relación entre amistad y hospitalidad en Homero, véase a este respecto la obra de Helena Kakridis,
La notion de l’amitié et de l’hospitalité chez Homère, Thessaloniki 1963.
16
Cf. R. Führer, s. v. i(ka/nw ( i(kne/omai), en LfgrE, (1989) col. 1167-1182.
17
Cf. J. Elmiger, Begrüssung und Abschied bei Homer, Freiburg/Schweiz 1935.
14
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a)pope/mpw (vv. 65. 72. 76), en el v. 65 acompañado del adv. de modo e)nduke/wj a)pepe/
mpomen, para indicar una de las características de la hospitalidad homérica: “amablemente18 te despedimos”. En el v. 75 el infinitivo de a)pope/mpw aparece, en un binario
único en Homero, junto al ya citado sinónimo homérico de ceini/zw: komi/zw, con una
fuerza intensiva en el rechazo de Éolo hacia Odiseo, que corrobora el v. 76 recurriendo
de nuevo a a)pope/mpw para indicar –en un juego semántico con el mismo verbo– su
acepción negativa: “despachar, echar”.
La “escolta” o “acompañamiento”, pomph/ (vv. 18. 79), acción propia del anfitrión
con su huésped, implica la provisión de bienes para proseguir el viaje, a menudo explícitos en los regalos hospitalarios. En Homero este sustantivo está relacionado con
la hospitalidad19
La expresíón ou) qe/mij e)sti en forma positiva h(/ qe/mij e)sti es frecuente en Homero. Constatable en Ilíada, donde también se recurre a ella en forma negativa (cf.
por ej. Il XIV, 386; XXIII, 44). En esta ocasión, su uso por parte de Éolo legitima20
religiosamente su negativa a acoger y proveer a Odiseo. La expresión h(/ qe/mij e)sti,
de profunda raigambre religiosa, puede traducirse: “como es costumbre; como está
permitido; como está mandado”21. Con igual expresión negativa, pero con resultado
contrario –al existente entre Odiseo y Éolo, en Od. 10, 73– se dirige Eumeo a Odiseo desconocido respondiendo: “Forastero, no es santo deshonrar a un extraño, ni
aunque viniera más miserable que tú, que de Zeus son los forasteros y mendigos
todos” (Od. 14,56-58, trad. de J.L. Calvo).
Como en el encuentro de Odiseo con Polifemo se perciben en el segundo encuentro de Odiseo con Éolo muchas de las características del estilo épico primitivo:
un estilo forjado de caracteres fuertes, de egotismo primitivo, manifiesto en la intolerancia y en confesiones dogmáticas,... un estilo voluntario y enérgico,... cargado
de afirmaciones y discriminaciones brutales; formado de frases cortas y fuertes, en
donde no existe el diálogo propiamente dicho, sino la contraposición22.
En resumen, a primera vista, en este último momento Éolo contradice con su
rechazo del huésped –ahora ya conocido, es decir su antiguo huésped– las normas
hospitalarias homéricas, según las cuales son acogidos desconocidos e incluso acusados de crímenes, como Belerofonte (Il VI, 174 ss.) y Teoclímeno (Od 15, 222
ss.). En la conducta de Éolo hacia su huésped inesperado no parece hallarse aquí
18
“La acogida al huésped se caracteriza también con tres adverbios, uno de modo como e)nduke/
wj, otro temporal como nu=n, y un tercero de lugar como es e/)ndon, con toda la fuerza que posee en el
a)nagnwrismo/j de Odiseo a Eumeo y Filecio (21, 207)”, cf. A. Marco, op.cit. p. 265.
19
Cf. VI, 171; 7, 191; 7, 193; 8, 30; 8, 31; 8, 33; 8, 545; 8, 568; 9, 518; 10, 18; 10, 79; 11, 332;
11, 352; 11, 357; 13, 41; 17, 191; 17, 194; 19, 313; 20, 364; etc...
20
Sobre el concepto de qe/mij, cf. M. Ruiperez, “Historia de qe/mij en Homero”, en Emerita 28,
1960, pp. 99-123. Cf. M. Schmidt, s.v. qe/mij en LfgrE, (1989) cols.990-994. R. Hirzel, Themis, Dike
und Verwandtes, Leipzig 1907.
21
Cf. la acertada traducción a la expresión española de J.L. Calvo de Od. 3,45.
22
Cf. H. Morier, La psychologie des styles, Genève, 1959, p. 199.
586
ANTONIO MARCO PÉREZ
ninguna compasión, e/)leoj, (mit-leiden)23 hacia el desventurado Odiseo, víctima de
la envidia de sus más próximos compañeros. Sin embargo, para Éolo el fracaso de
Odiseo en su regreso le presenta como un maldito de los dioses y con ellos no desea
indisponerse Éolo. De este modo, parece poder interpretarse esta aparente contradicción entre las dos reacciones de Éolo ante Odiseo. Tenemos aquí, en esta breve
escena de acogida, un ejemplo de escena contraste y antitipo de hospitalidad, según
la terminología de St. Reece. No se trata, por tanto, de una escena desarrollada con
las características propias de una escena típica hospitalaria –lo que sería bastante
aburrido–, sino, más bien, la solución atípica de ella llama la atención del oyente
sobre un Flash Back en el que Odiseo avista Ítaca y el humo de sus hogares, pero
no arribará a ella sino tras múltiples y dolorosas peripecias.
ESQUEMA
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
VII.
VIII.
IX.
X.
23
DE LA ESCENA DE LA VISITA DE
ODISEO
A
ÉOLO:
Doncella junto al pozo. Adolescente en camino.
Llegada al destino
Descripción de los alrededores:
a. de la residencia
b. de (las actividades de) la persona buscada
c. de (las actividades de) los otros.
Perro en la puerta.
Espera en el umbral
Súplica.
Recepción o acogida:
a. El anfitrión ve al visitante.
b. El anfitrión duda si ofrecer hospitalidad.
c. El anfitrión se levanta de su asiento.
d. El anfitrión se acerca a su visitante.
e. El anfitrión atiende a los caballos del visitante.
f. El anfitrión toma al visitante de la mano.
g. El anfitrión expresa la fórmula de acogida.
h. El anfitrión le toma la lanza.
i. El anfitrión lo conduce al interior.
Asiento.
Fiesta/ Celebración:
a. Preparación.
b. Consumición.
c. Conclusión.
Bebida después de la comida.
Cf. W. Burkert, Zum altgriechischen Mitleidsbegriff, Erlangen 1955.
10, 1. 13. 60.
10, 3-4
10, 5-12. 60-61.
10, 62-63.
LA
RESPUESTA DE
XI.
XII.
XIII.
XIV.
XV.
XVI.
XVII.
XVIII.
XIX.
XX.
XXI.
XXII.
XXIII.
XXIV.
XXV.
ÉOLO A ODISEO (OD. 10, 72-75)
587
Identificación:
a. El anfitrión pregunta al visitante.
b. El visitante revela su identidad.
Intercambio de información
10, 14-16.
Diversión
10, 14-16.
El visitante pronuncia una bendición (de los dioses) dirigida al anfitrión.
El visitante comparte una libación o sacrificio.
El visitante pide permiso para ir a dormir.
Cama.
Baño.
El anfitrión procura (con discreción) retener al visitante 10, 14-16.
Regalos de hospitalidad
10, 19-20, 35-45.
Comida de despedida.
Libación de despedida.
Formulación de buenos deseos.
Augurios de despedida e interpretación.
Escolta o acompañamiento al visitante hacia su destino 10, 17-26, 72-76.
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