CAMBIOS COGNOSCITIVOS EN LA ADOLESCENCIA

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CAMBIOS COGNOSCITIVOS EN LA ADOLESCENCIA
Durante la adolescencia hay una expansión de la capacidad y el estilo de pensamiento que aumenta la
conciencia del individuo, su imaginación, su juicio e intuición. Estas mejores habilidades conducen a una
rápida acumulación de conocimientos que extienden el rango de problemas y cuestiones que enriquecen y
complican su vida. En esta etapa, el desarrollo cognoscitivo se caracteriza por un pensamiento abstracto y el
uso de la metacognición. Ambos aspectos ejercen un profundo influjo en el alcance y el contenido de los
pensamientos del adolescente y en su capacidad para emitir juicios morales.
Pensamiento Abstracto
Piaget describió el pensamiento abstracto del adolescente como la característi-ca distintiva de la etapa final
del desarrollo cognoscitivo. Todavía hoy, los teó-ricos discuten si el inicio del pensamiento abstracto es
imprevisto y radical o si forma parte de un proceso gradual y continuo.
Pensamiento Operacional Formal
En la teoría de Piaget la etapa final es la del pensamiento operacional formal. Esta nueva modalidad de
procesamiento intelectual es abstracta, especulativa e independiente del ambiente y de las cir-cunstancias
inmediatas. Comprende considerar las posibilidades y comparar la realidad con cosas que pudieran ser o no. A
diferencia de los niños peque-ños que se contentan con hechos concretos y observables, el adolescente
mues-tra una inclinación creciente a considerar todo como una mera variación de lo que podría ser. El
pensamiento de las operaciones formales exi-ge la capacidad de formular, probar y evaluar hipótesis. Requiere
manipular no sólo lo conocido y verificable, sino también las cosas contrarias a los hechos ("Para discutir
supongamos que...").
Los adolescentes muestran asimismo una capacidad cada día mayor para planear y prever. En un estudio el
investigador les pidió a alumnos de enseñanza media y a estudiantes universitarios de último año, que
describieran lo que pensaban que les sucedería en el futuro e indicaran la edad que tendrían entonces. Los
sujetos de mayor edad fueron capaces de vislumbrar un futuro más distante que los de menor edad y sus
descripciones eran más concretas. El pensamiento operacional formal entonces puede definirse como un
proceso de segundo orden. Si bien el pensamiento de primer orden consiste en descubrir y examinar las
relaciones entre objetos, el de segundo orden consiste en reflexionar sobre nuestros pensamientos, buscar los
nexos entre las relaciones y transitar entre la realidad y la posibilidad. A continuación −se incluyen tres
cualidades notables del pensamiento del adolescente:
1. La capacidad de combinar variables relevantes para hallar la solución de un problema.
2. La capacidad de proponer conjeturas sobre el efecto que una variable tendrá en otra.
3. La capacidad de combinar y separar las variables en forma hipotético −deductiva ("Sí se presenta X,
ocurrirá Y").
En general, se acepta que no todos los individuos logran dominar el pensamiento operacional formal. Más
aún, los adolescentes y los adultos que lo alcanzan no siempre lo utilizan de manera constante. Por ejemplo,
en situaciones, nuevas y ante problemas desconocidos la gente tiende a retroceder a un razonamiento más
concreto. Al parecer es indispensable cierto grado de inteligencia para el pensamiento de las operaciones
formales. Intervienen, además, factores culturales y socioeconómicos, en especial la escolaridad. La
observación de que no todos dominan el pensamiento operacional formal ha llevado a algunos psicólogos a
proponer que se le considere una extensión de las operaciones concretas más que una etapa independiente.
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Piaget incluso admitió la posibilidad de que así fuera. No obstante, insistió en que Ios elementos de este tipo
de pensamiento son imprescindibles para estudiar ciencias y matemáticas avanzadas.
¿Un proceso continuo o un cambio radical? No todos los teóricos del desarrollo aceptan la idea piagetana de
cambios cualitativos drásticos en la capacidad cognoscitiva. Algunos afirman que la transición es mucho más
gradual, con fluctuaciones entre el pensamiento de las operaciones formales y otras modalidades
cognoscitivas. Por ejemplo, Daniel Keating, sostuvo que son artificiales las líneas trazadas entre el
pensamiento de los niños, los adolescentes y los adultos: el desarrollo cognoscitivo es un proceso continuo y
es posible que hasta los niños pequeños posean habilidades operacionales formales latentes. Algunos niños
pueden manejar el pensamiento abstracto. Es factible que el mejor dominio de las habilidades lingüísticas y la
mayor experiencia con el mundo expliquen la aparición de estas capacidades en el adolescente y no las nuevas
habilidades cognoscitivas.
Procesamiento De La Información y Desarrollo Cognoscitivo Del Adolescente
Por su parte, los teóricos del procesamiento de la información ponen en relieve el mejoramiento de la
metacognición en el adolescente. Aprende a examinar y a modificar de manera consciente los procesos de
pensamiento porque ha perfeccionado la capacidad para reflexionar so-bre el pensamiento, formular
estrategias y planear.
Así pues, el desarrollo cognoscitivo durante la adolescencia abarca lo siguiente:
• El empleo más eficaz de componentes individuales de procesamiento de inform-ación como la
memoria, la retención y la transferencia de información.
• Estrategias más complejas que se aplican a diversos tipos de solución de problemas.
• Medios más eficaces para adquirir información y almacenarla en formas simbólicas.
• Funciones ejecutivas de orden superior: planeación, toma de decisiones y flexibilidad al escoger
estrategias de una base más extensa de alternativas.
Desde la perspectiva de la inteligencia, Robert Sternberg, especificó tres componentes mensurables del
procesamiento de la información, cada con una función propia:
• Metacomponentes: Procesos de control de orden superior con los cuales se planea y se toman las
decisiones; por ejemplo, la capacidad para elegir una estrategia de memoria y supervisar la eficacia con que
esté funcionando (metamemoria).
• Componentes del desempeño: Proceso con que se llega a la solución de un problema. A esta categoría
pertenecen la selección y la recuperación de in-formación relevante guardada en la memoria a largo plazo.
3. Componentes de la adquisición de conocimientos (almacenamiento): Proceso que se utiliza en el
aprendizaje de nueva información.
En lo esencial, Ios metacomponentes son un mecanismo que permite crear estrategias y organizar los otros
dos tipos de componentes en procedimientos orientados a metas. Se considera que todos esos procesos
aumentan de manera gradual durante la niñez y la adolescencia. En resumen, el desarrollo cognoscitivo y, por
lo mismo, el crecimiento de la inteligencia, abarcan tanto la acumulación de conocimientos como el
perfeccio-namiento del procesamiento de la información. Son dos procesos interrelaciona-dos. Los problemas
se resuelven de manera más eficaz cuando se ha almacenado información abundante y pertinente. Los
individuos que tienen estrategias eficaces de almacenamiento y recuperación crean una base más completa de
conocimientos. Los adolescentes resuelven los problemas y hacen inferencias en forma más adecuada y
satisfactoria que los niños de edad escolar; pero también poseen más esquemas a los cuales recurrir. Cuando
trata de resolver un problema, hace inferencias sobre el significado relacionándolas con sus esquemas
especiales más complejos.
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Cambios en el Alcance y El Contenido del Pensamiento
Los adolescentes usan sus incipientes habilidades cognoscitivas en actividades intelectuales y éticas que se
concentran en su persona, su familia y el mundo. Gracias a estas destrezas cognoscitivas, el contenido de sus
pensamientos amplía su alcance y su complejidad. Pueden ocuparse de situaciones contrarias a los hechos; por
tanto, la lectura de ciencia ficción y de obras de fantasía, así como las imágenes visuales de este tipo, se
convierten en un pasatiempo popular. Les fascina experimentar con lo esotérico, con los cultos o con los
estados alterados de conciencia alcanzados por cualquier medio, desde la meditación hasta las drogas. El
pensamiento abstracto influye no sólo en esas actividades y el estudio de las ciencias y de las matemáticas,
sino también en la forma en que analizan el mundo social.
Examen Del Mundo y De La Familia. La capacidad de entender situaciones contrarias a los hechos incide en
la relación de los adolescentes con sus padres. Los adolescentes comparan a su progenitor ideal con el que ven
todos los días. A menudo adoptan una actitud crítica ante las instituciones sociales, entre ellas la familia, en
especial sus padres.
Por tanto, las disputas familiares suelen intensificarse durante los primeros años de la adolescencia. Sin
embargo, muchos investigadores creen que son muy útiles los altercados por actividades diarias como los
quehaceres domésticos, la ropa, las tareas escolares y las comidas. Le permiten al adolescente probar su
independencia en cuestiones de poca importancia y en la seguridad de su hogar. En efecto, la negociación se
ha convertido en una palabra usual en la psicología de la adolescencia. En vez de hablar de la rebeldía y la
dolorosa separación de la familia, muchos investigadores prefieren describir la adolescencia como un período
en que padres y adolescentes negocian nuevas relaciones. El adolescente necesita ser más independiente; los
padres deben aprender a darle un trato más igualitario, con el derecho de tener opiniones propias. En la
mayoría de los casos, la interacción entre esas necesidades antagónicas se realiza en una relación estrecha y
afectuosa con los padres.
Hacia la mitad y el final de la adolescencia aumenta el interés por problemas sociales, políticos y morales. El
adolescente comienza a aprender conceptos holísticos sobre la sociedad y sus instituciones, además de
principios éticos que trascienden los que han aprendido en las relaciones interpersonales. Crea sus propias
creencias respecto del sistema político dentro del contexto cultural e histórico. Su conocimiento del mundo se
vuelve más complejo con el tiempo, conforme va adquiriendo experiencia y conceptualiza teorías y escenarios
más complejos. Cuando surgen conflictos modifica sus conceptos de las libertades civiles, entre ellos el de la
libertad de expresión y la libertad de credo.
El adolescente se vale además del análisis racional para conseguir una coherencia interna; puede evaluar lo
que ha sido en el pasado y lo que confía llegar a ser. Se observan fluctuaciones y extremos en su
comportamiento cuando comienza a analizar sus actos y su personalidad. Reestructura su conducta, sus ideas
y sus actitudes para forjarse una autoimagen nueva y más individualizada o una mayor conformidad con las
normas del grupo.
El perfeccionamiento de las capacidades cognoscitivas conseguido en la adolescencia también ayuda al
adolescente a tomar decisiones vocacionales. Analiza las opciones reales e hipotéticas en relación con sus
talentos y habilidades. Pero muchas veces, sólo al final de la adolescencia, basa sus decisiones vocacionales
en una autoevaluación objetiva y en opciones profesionales factibles.
Introspección y Egocentrismo. Un aspecto importante del pensamiento de las operaciones formales es la
capacidad para analizar los procesos del pensamiento propios. Los adolescentes lo hacen con mucha
frecuencia; además de conocerse a sí mismos, conocen a los demás. Al tomar en cuenta las ideas de los otros,
en combinación con la inquietud de los adolescentes por su propia "metamorfosis", se origina una clase
especial de egocentrismo. Suponen que los demás están tan fascinados con su personalidad como ellos. A
veces, no distinguen sus preocupaciones de las de los otros. Tienden, pues, a sacar conclusiones precipitadas
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sobre las reacciones de quienes los rodean y a suponer que adoptarán la misma actitud de complacencia o de
crítica que ellos. En particular, las investigaciones destacan que a los adolescentes les molesta más que a los
niños más pequeños el hecho de que sus limitaciones sean señaladas a otros.
Se da el nombre de audiencia imaginaria a la idea del adolescente de que lo están vigilando y juzgando de
continuo. Su imaginación se concentra en sí mismo; por ello, esta audiencia comparte su interés por los
pensamientos y sentimientos personales. El adolescente se sirve de ella para "ensayar" varias actitudes y
conductas. La audiencia imaginaria es, asimismo, fuente de autoconciencia una sensación de estar constante y
dolorosamente ante la vista de la gente. En virtud de que el adolescente no está seguro de su identidad
personal, reacciona de modo exagerado ante las ideas de quienes tratan de saber quién es.
Los adolescentes están ensimismados en sus propios pensamientos. Algunas veces creen que sus emociones
son únicas y que nadie ha sentido ni sentirá el mismo grado de sufrimiento o de éxtasis. Como parte de esta
variación del egocentrismo, algunos adolescentes desarrollan una fábula personal que es la sensación de que
son tan especiales que deberían estar por encima de las leyes de la naturaleza, que nada malo puede ocurrirles
y que vivirán para siempre. Esta creencia de ser invulnerable e inmortal quizá origina la conducta riesgosa que
es tan frecuente durante la adolescencia.
La fantasía del expósito se relaciona con la fábula personal. Los adolescentes están convencidos de que sus
padres tienen muchas deficiencias. No aciertan a imaginar cómo dos personas tan comunes y limitadas
pudieron haber procreado una persona tan sensible y especial: a "mí". Como esto no es posible, desde luego,
el adolescente debe ser un hijo adoptivo o expósito. Pero, por fortuna, el egocentrismo normalmente empieza
a desaparecer entre los 15 y los 16 años, a medida que se dan cuenta de que la gente no les presta mucha
atención y de que también ellos están sujetos a las leyes naturales como cualquier otra persona.
En suma, la adolescencia a veces es una experiencia intelectualmente intoxicadora. El adolescente dirige hacia
su interior los nuevos poderes del pensamiento para examinar mejor su yo y también hacia un mundo exterior
que de repente se ha vuelto mucho más complicado.
Desarrollo Moral. Conforme avanza hacia la adultez, el adolescente se ve obligado a enfrentar algunos
aspectos de la moral que no había encontrado antes. Ahora que puede tener relaciones sexuales, por ejemplo,
deberá decidir lo que significa el sexo para él y si tendrá relaciones prematrimoniales. Debe evaluar las
conductas y las actitudes de compañeros que posiblemente consuman drogas o formen parte de pandillas.
Deberá decidir si se esforzará por tener un buen aprovechamiento académico, si aceptará integrarse a una
sociedad para la cual el éxito equivale a riqueza y poder, si la religión será o no importante para él. En
consecuencia, el adolescente comienza examinar las cuestiones más generales que definirán su vida como
adulto.
Algunas de sus decisiones, entre éstas las que conciernen al sexo, tienen consecuencias complejas e incluso
pueden poner en peligro su vida. Jadack y sus colegas, investigaron el razonamiento moral de personas de 18
y 20 años sobre la conducta sexual que pudiera conducir a enfermedades de transmisión sexual, como el
SIDA. Descubrieron que sólo los sujetos de 20 analizaban en forma rigurosa los dilemas éticos relacionados
con estas afecciones. Por lo visto, lleva tiempo en desarrollar la capacidad para emitir un juicio moral respecto
de las conductas que ponen en peligro la vida.
El pensamiento del adolescente cambia dentro del contexto de su incipiente sentido moral. Cuando llegan a la
adolescencia, la mayoría de las personas ya superaron el primer nivel del desarrollo moral de KohIberg (el
nivel preconvencional) y han alcanzado el nivel convencional que se basa en la conformidad social. Están
motivados a evitar el castigo, orientarse a la obediencia y respetar los estereotipos éticos convencionales en
situaciones ordinarias, pueden permanecer toda la vida en este nivel de " la ley y orden", sobre todo si no
tienen motivo alguno para ir más allá; en muchas situaciones de la vida cotidiana, este nivel de pensamiento
funciona siempre y cuando evite problemas con la sociedad, Tal vez nunca lleguen a las etapas finales del
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desarrollo moral, en las cuales se piensa que la moral se basa en contrato social y en principios éticos
personales.
¿Puede aprenderse el pensamiento moral más avanzado? Kohlberg y otros establecieron un curso
experimental de formación moral para niños y adolescentes de diversas clases sociales. Los resultados, aun
tratándose de delincuentes juveniles, indican que es posible enseñar en efecto niveles más elevados de juicio
moral. Las clases se concentran en discusiones sobre dilemas morales hipotéticos. Al adolescente se le plantea
un problema y se le pide una solución. Si la respuesta se basa en la cuarta etapa, el líder de la discusión
propone razonamiento de la quinta etapa para comprobar si el adolescente cree que se trata de una buena
alternativa. Casi siempre los estudiantes admiten que razonamiento un poco más avanzado es más atractivo, y
mediante varias conclusiones llegan, tarde o temprano, a formarse juicios correspondientes a etapas
superiores.
A los educadores les interesa sobre todo la forma en que se desarrolla la moral, durante la niñez y la
adolescencia. Consideran que sí pudieran entenderlo mejor podrían contribuir a resolver problemas como la
delincuencia y el abuso de drogas, además de ayudar a crear un mejor orden social. De acuerdo con el modelo
de KohIberg, al plantearle al niño cuestiones morales de creciente complejidad produce un desequilibrio en su
mente, lo que lo obliga a pensar y tratar de resolver las contradicciones. El niño no puede examinar las
paradojas ni los conflictos éticos, si no alcanza niveles más altos de razonamiento moral. Sin embargo, no es
del todo claro que los juicios morales de nivel elevado favorezcan una conducta moral superior; hasta ahora se
han efectuado muy pocas investigaciones sobre relación entre ambos.
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