CAMPIMETRÍA EN LOBECTOMÍA TEMPORAL ORIGINAL Defectos del campo visual en la cirugía resectiva de la epilepsia del lóbulo temporal M.R. Hervás-Navidad a, A. Altuzarra-Corral b, J.A. Lucena-Martín c, M. Castañeda-Guerrero b, R. Vela-Yebra a, J.C. Sánchez-Álvarez a DEFECTS IN THE VISUAL FIELD IN RESECTIVE SURGERY FOR TEMPORAL-LOBE EPILEPSY Summary. Introduction. Temporal lobe resection is the most used procedure in epilepsy surgery. Visual field defects after resection are frequent. Aim. We try to detect the frequency and severity of visual field defect after anterior temporal lobectomy (ATL) and to study the functional consequences. Patients and methods. We studied 30 patients with refractory temporal lobe epilepsy (15 men, 12-51 years, m= 32.9), in which ATL was performed (11 right, 19 left). The neocortical and hippocampal resection was variable. Visual field was studied with computarized campimetry type Humphrey. Our survey was filled to study the campimetric consequence, seizures incidence, quality of life and surgery satisfaction. Results. Some campimetric disturb was found in 27 patients (90 %), superior or minor homonimus quadantapnosia in 18 (60 %), major one 8 and homonimus hemianopsia in one. Incongruent defects appeared in 19. The bigger neocortical and hippocampal resection was, the bigger defect, with exceptions. Only patient with a hemianopsia was conciuss the deficit. 20 patients (66.6 %) were seizures-free in the last year. 28 had better quality of life and 29 (96.6 %) would have chosen surgery again. Conclusion. Visual field defects after ATL, although frequent, have little functional consequences and in quality of life. The quality of life is better when seizures stopped. After ATL patients are very glad with their decission. [REV NEUROL 2002; 34: 1025-30] Key words. Complications. Refractory epilepsy. Surgery for epilepsy. Temporal-lobe epilepsy. Temporal lobectomy. Visual field. INTRODUCCIÓN Los procedimientos quirúrgicos más practicados en cirugía de la epilepsia son las resecciones temporales, por sus excelentes resultados y por ser la epilepsia del lóbulo temporal la más común de las epilepsias refractarias subsidiarias de cirugía [1-3]. Las técnicas quirúrgicas en las resecciones del lóbulo temporal incluyen la lobectomía temporal anteromesial (LTA), la amigdalohipocampectomía selectiva (AHS) y la lesionectomía, y se practican una u otra en función del estudio prequirúrgico, experiencia previa del neurocirujano y del sustrato lesional de base [4]. La causa más frecuente de epilepsia crónica refractaria del lóbulo temporal es la esclerosis temporal mesial [5,6]; su tratamiento quirúrgico puede realizarse con LTA o AHS, con resultados prácticamente superponibles [1,7]. En la LTA se practica una resección de la porción más anterior de la superficie lateral y basal del neocórtex temporal y de las estructuras mediales del lóbulo temporal. Se ha demostrado que el porcentaje de éxito, en cuanto a la desaparición de las crisis, es mayor con la hipocampectomía total que con la parcial (69 frente a 38%), sin mayor morbilidad neuropsicológica [8], por lo que en la mayoría de los centros se practica una resección del hipocampo lo más amplia posible. Los pacientes que quedan libres de crisis tras resecciones del lóbulo temporal varían, en las distintas series, entre un 65 y 80%, y en un 15-25% adicional existe una reducción significativa del número de las mismas [1-4,7-10]. Las complicaciones quirúrgicas de las resecciones del lóbulo temporal son escasas y su evolución suele ser satisfactoria [11,12]. Recibido: 05.12.01. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones:06.05.02. a Servicio de Neurología.b Servicio de Neurocirugía. c Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada, España. Correspondencia: Dr. Alberto Altuzarra Corral. Servicio de Neurocirugía. H.U. Virgen de las Nieves. Centro de Traumatología. Planta 4.ª. Ctra. de Jaén, s/n. E-18013 Granada. E-mail: [email protected] 2002, REVISTA DE NEUROLOGÍA REV NEUROL 2002; 34 (11): 1025-1030 Las secuelas son mínimas y en caso de presentarse son muy bien toleradas, e incluso pasan inadvertidas para el paciente y sus familiares. Consisten fundamentalmente en defectos campimétricos, disnomia o disfasia fluente leve, alteraciones de la memoria verbal o visual y otras secuelas quirúrgicas [1-4,10-15]. Las alteraciones campimétricas tras LTA son frecuentes, y consisten habitualmente en defectos campimétricos situados en los cuadrantes homónimos superiores contralaterales al lado intervenido [16,17], que se producen como consecuencia de la distribución extensa de las radiaciones ópticas en el lóbulo temporal y su afectación durante la cirugía [17,18]. El objetivo de este estudio es determinar la frecuencia y gravedad de las alteraciones campimétricas en una serie de 30 pacientes con epilepsia refractaria sometidos a LTA, relacionarlas con la extensión de la resección neocortical y del hipocampo, y valorar su repercusión en las actividades de la vida diaria y en la calidad de vida de los pacientes. PACIENTES Y MÉTODOS Hemos revisado retrospectivamente las historias clínicas de 36 pacientes con epilepsia del lóbulo temporal intervenidos en nuestro centro entre enero de 1995 y diciembre de 1998. Todos presentaban crisis parciales complejas, con o sin generalización secundaria, de mayor o menor frecuencia, y no respondían al tratamiento con fármacos antiepilépticos. Hemos descartado para este estudio seis pacientes, por no estar localizables o no obtener de ellos la colaboración necesaria. De los 30 restantes, 15 eran varones y 15 mujeres, y la edad al ser intervenidos se situaba entre los 12 y 51 años, con una edad media de 32,9 años. Todos los pacientes fueron seleccionados para la cirugía, en función de la historia clínica, examen neurológico, demostración de resistencia de las crisis a los fármacos antiepilépticos, registros electroencefalográficos de superficie en vigilia, sueño y monitorización prolongada, resonancia magnética con cortes y técnicas apropiadas al estudio del lóbulo temporal, evaluación neuropsicológica, y en algunos pacientes se complementó el estudio prequirúrgico con SPECT interictal e ictal, PET interictal o estudio electroencefalográfico prolongado con electrodos de foramen oval. Todos los pacientes fueron intervenidos por el mismo equipo neuroquirúrgico. Se les practicó una LTA, que fue derecha en 11 de los pacientes e izquierda 1025 M.R. HERVÁS-NAVIDAD, ET AL Tabla I. Cuestionario anónimo realizado a los pacientes al menos dos años después de la intervención quirúrgica. Tabla II. Casos Sexo/ edad Lado intervenido Tamaño resección cortical (cm) Tamaño resección hipocampo 1 M/18 Derecho 4,5-5,5 2/3 + CHSI I 2 V/22 Izquierdo –4,5 2/3 – CHSD C 3 M/40 Izquierdo –4,5 Completo – CHSD I 4 V/29 Derecho 4,5-5,5 2/3 – CHSI I 5 M/12 Derecho –4,5 2/3 – CHSI C 6 V/36 Izquierdo 4,5-5,5 Completo – CHSD I 7 M/47 Izquierdo –4,5 Completo – CHSD I 8 M/33 Derecho –4,5 2/3 – CHSI C 9 M/38 Derecho +5,5 2/3 – CHSI I 10 M/40 Izquierdo –4,5 2/3 + CHSD I 11 M/22 Izquierdo –4,5 Completo CHSD C 12 V/30 Izquierdo –4,5 2/3 CHSD I 13 M/21 Izquierdo –4,5 Completo – CHSD I 14 V/46 Derecho 4,5-5,5 2/3 – CHSI C 15 M/50 Izquierdo –4,5 2/3 – CHSD I 16 V/19 Izquierdo 4,5-5,5 1/3 – CHSD I 17 V/29 Derecho +5,5 No + CHSI I 1. ¿Ha tenido crisis en el último año? – Sí Fecha de la última, frecuencia y tipo de crisis – No Fecha de la última y si ha tenido crisis desde la intervención 2. ¿Está tomando tratamiento para las crisis? – Sí Fármaco y dosis – No ¿Desde cuándo? 3. ¿Está limitado para sus actividades sociales? 4. ¿Está trabajando o estudiando? 5. ¿Le limita la visión en alguna actividad cotidiana? 6. ¿Cree que la intervención que se le hizo ha mejorado su calidad de vida? ¿Por qué? 7. Si retrocediera en el tiempo a antes de la intervención y conociera los pros y los contras de la cirugía, ¿se volvería a operar de nuevo? Tamaño Congruencia del defecto del defecto campimétrico en 19, con mayor o menor extensión de la resección 18 V/44 Izquierdo 4,5-5,5 Completo + CHSD I neocortical en función de la dominancia hemisfériV/31 Derecho +5,5 1/3 No – ca del lenguaje. La resección del hipocampo fue 19 también variable y estaba comprendida entre el ter20 V/30 Derecho +5,5 Completo + CHSI I cio anterior y la resección total. Esta variabilidad se debía a las características clínicas de cada paciente 21 V/39 Izquierdo 4,5-5,5 Completo – CHSD I y a determinadas condiciones técnicas. No hubo M/31 Izquierdo –4,5 Completo + CHSD I complicaciones mayores con la cirugía. En todos 22 los casos se realizó estudio anatomopatológico de M/30 Derecho 4,5-5,5 2/3 + CHSI I la pieza operatoria, seguimiento clínico posquirúr- 23 gico al menos durante dos años, registros electroen- 24 M/38 Izquierdo –4,5 2/3 HHD C cefalográficos evolutivos y resonancia magnética entre tres y seis meses tras la lobectomía. A los 25 V/51 Izquierdo 4,5-5,5 2/3 + CHSD I pacientes que quedaron sin crisis se les fue reduM/48 Derecho 4,5-5,5 2/3 CHSI C ciendo paulatinamente la medicación antiepilépti- 26 ca, que se mantuvo un mínimo de dos años. La 27 V/39 Izquierdo 4,5-5,5 1/3 – CHSD I amplitud de la resección neocortical y del hipocampo había sido medida durante el acto quirúrgico y 28 V/18 Izquierdo 4,5-5,5 1/3 No – posteriormente fue corroborada mediante la reso29 M/21 Izquierdo 4,5-5,5 1/3 No – nancia magnética posquirúrgica. Se practicó un estudio de los campos visuales V/36 Izquierdo 4,5-5,5 2/3 – CHSD C postoperatorio a todos los pacientes, entre los seis 30 meses y los cinco años después de la intervención V: varón; M: mujer; CHSD: cuadrantanopsia homónima superior derecha; +/– CHSD: mayor/menor de una (media de 17 meses), utilizando un campímetro cuadrantanopsia homónima superior derecha; CHSI: cuadrantanopsia homónima superior izquierda; +/– CHSI: computarizado tipo Humphrey de Carl Zeiss con mayor/menor de una cuadrantanopsia homónima superior izquierda; HHD: hemianopsia homónima derecha; amplitud de 60 º. Realizamos además una encuesta I: incongruencia; C: congruencia. anónima dirigida a determinar la repercusión que tiene en los pacientes la afectación de los campos visuales, su estado actual con respecto a la frecuencia y características de las defecto campimétrico. De los 30 pacientes, tres no presentan déficit campicrisis, tratamiento actual y el grado de satisfacción con la cirugía (Tabla I). métrico, 18 tienen defectos menores o iguales a un cuadrante, ocho tienen defectos mayores de un cuadrante y uno presenta una hemianopsia homónima (Fig. 1). Por lo tanto, un 90% de los pacientes de nuestra serie presentan algún RESULTADOS defecto campimétrico; en el 60% correspondió a una cuadrantanopsia homóEn la tabla II se describen el sexo y la edad, lado de la intervención, tamaño nima superior contralateral o a un defecto menor (Fig. 2). De los 27 pacientes de la resección, tanto del neocórtex como del hipocampo, y características del con déficit campimétrico, en 19 de ellos era incongruente y en ocho congruen- 1026 REV NEUROL 2002; 34 (11): 1025-1030 CAMPIMETRÍA EN LOBECTOMÍA TEMPORAL 20 Hemianopsia Defecto mayor de un cuadrante Cuadrantanopsia No defecto 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 que figura en el grupo de las resecciones menores, y existe un caso sin defecto entre las mayores. Por lo demás, los defectos menores de una cuadrantanopsia tienden a predominar en el grupo de las resecciones neocorticales de pequeño tamaño. En relación con el tamaño de la resección del hipocampo, agrupamos a los pacientes, según el tamaño de la resección, en un tercio, dos tercios o hipocampo completo. También se aprecia que el defecto tiende a ser mayor en las resecciones mayores y que la ausencia de defecto se corresponde con resecciones menores del hipocampo. Los resultados obtenidos de la encuesta se especifican en la tabla III. No han padecido crisis en el último año 20 pacientes (66,6%) y están sin tratamiento 10 de ellos. Sólo dos piensan que tienen algún tipo de limitación en sus actividades sociales. De todos ellos, 21 están actualmente trabajando o estudiando (70%). De los 27 pacientes con déficit campimétrico tras la intervención, sólo uno (3,3%), que corresponde al que presenta la hemianopsia, refiere limitación en alguna actividad cotidiana debido a la visión. De los 30 pacientes, 28 opinan que la cirugía ha mejorado su calidad de vida y 29 (96,6%) volverían a someterse a la intervención en caso de retroceder en el tiempo a la situación basal prequirúrgica. Figura 1. DISCUSIÓN Izquierdo Derecho Figura 2. 20 18 No defecto Congruencia Incongruencia 16 14 12 10 8 6 4 2 0 Figura 3. te (Fig. 3). En los casos de incongruencia el déficit mayor correspondió al lado de la intervención. En cuanto a la relación entre la amplitud del defecto y el tamaño de la resección neocortical, se dividieron los pacientes en tres grupos: hasta 4,5 cm, entre 4,5 y 5,5 cm y más de 5,5 cm. Se aprecia una tendencia a la proporcionalidad directa, con algunas excepciones, como la hemianopsia homónima, REV NEUROL 2002; 34 (11): 1025-1030 La afectación de los campos visuales por lesiones temporales, tumorales o de otra causa, se conoce desde el clásico trabajo de Cushing [19]. El estudio de los defectos campimétricos después de resecciones del lóbulo temporal en la epilepsia refractaria ha contribuido al mejor conocimiento de la arquitectura de la radiación óptica en el lóbulo temporal [17,18]. La radiación óptica desde el cuerpo geniculado externo se divide en tres haces: ventral, dorsal y lateral. Los haces dorsal y lateral son directos en su curso hacia la corteza calcarina. El haz ventral desde el cuerpo geniculado externo se dirige ampliamente hacia delante, en el lóbulo temporal, para bordear la punta del asta temporal del ventrículo lateral antes de pasar hacia atrás al principio lateral y después por debajo del ventrículo, para finalizar en la corteza calcarina. Algunos autores opinan que la radiación óptica se separa 1 o 2 cm de la punta del asta temporal en su recorrido alrededor del ventrículo [17,18,20]. Recientemente se ha planteado que el límite anterior del asa de Meyer puede estar localizado más rostralmente de lo que previamente se creía [21,22]. Las fibras de la radiación óptica tienen una disposición retinotópica y las fibras maculares ocupan una posición posterior durante el trayecto inicial de la radiación, e interna cuando la radiación se incurva hacia atrás. Las fibras de la visión periférica cubren el haz macular en la parte anterior de la radiación; estas fibras se disponen en dos estratos: uno superficial para la vía directa u homolateral y otro más profundo para la vía cruzada [16,21]. Las alteraciones campimétricas tras LTA se producen hasta en el 96% de los casos según algunas series recientes [16] o incluso en el 100% en series más antiguas [17]. En nuestro estudio aparecen en el 90% de los pacientes. Los defectos campimétricos tras LTA varían desde la afectación de un pequeño sector, próximo al meridiano vertical, hasta una hemianopsia homónima completa [1723], aunque lo más habitual es una cuadrantanopsia [16,17,24]. Son pocos los estudios que establecen que los déficit son congruentes [17], en general los defectos suelen ser incongruentes y, cuando se producen, el defecto es mayor en el lado ipsilateral a la intervención [16,18,20,24,25]. El mecanismo de lesión es debido al traumatismo directo o sección de las radiaciones ópticas, aunque algunos casos pueden deberse a un infarto en el territorio de la arteria coroidea anterior como consecuencia de un vasoespasmo [26]. No se ha encontrado correlación entre la presencia y extensión del defecto campimétrico con los resultados de la cirugía, edad de comienzo de la epilepsia, edad en el momento de la 1027 M.R. HERVÁS-NAVIDAD, ET AL operación, duración preoperatoria de las Tabla III. Resultados del cuestionario. crisis, coexistencia de crisis secundariamente generalizadas y hallazgos neuro- Casos Crisis en Tratamiento Limitación en Trabajo Limitación Mejoría ¿Volvería el último actividades o de la calidad a patológicos [24]. Algunos autores tratan año sociales estudios visión de vida operarse? de correlacionar los defectos campimétri1 No No No Sí No Sí Sí cos con la extensión de la lobectomía. Falconer y Wilson [17] no encontraron dife2 No Sí No Sí No Sí Sí rencias en la extensión del defecto campi3 Sí Sí No Sí No Sí Sí métrico entre las escisiones de 6 cm o menos y las escisiones entre 6,5 y 7,5 cm, 4 No Sí No No No Sí Sí aunque la posibilidad de defectos mayo5 No No No Sí No Sí Sí res de un cuadrante se incrementaba con 6 Sí Sí No No No Sí Sí escisiones iguales o mayores de 8 cm. Otros autores sí encuentran correlación di7 No No No Sí No Sí Sí recta entre la incidencia y el tamaño del 8 Sí Sí No Sí No Sí Sí defecto visual con la amplitud de la lobectomía [20,22,25], como ocurre en nuestra 9 No No No Sí No Sí Sí serie en su conjunto, con excepciones. Se 10 No Sí No Sí No Sí Sí ha observado que la extensión del defecto campimétrico está influida por el lado de 11 No No No No No Sí Sí la intervención, con más y mayores defec12 No No No Sí No Sí Sí tos siguiendo a lobectomías derechas; presumiblemente son debidos a su extensión, 13 No No No Sí No Sí Sí que en general es mayor en el lado dere- 14 No Sí No No No Sí Sí cho [24], aunque otros autores encuentran No No No Sí No Sí Sí similitud en las características y frecuen- 15 cia de los defectos campimétricos tras 16 Sí Sí Sí Sí No Sí Sí resecciones de uno y otro lado [27]. Pero Sí Sí No No No Sí Sí la relación es más compleja, y en casos 17 individuales no hay correlación entre la 18 No Sí No No No Sí Sí amplitud de extirpación del lóbulo temSí Sí No Sí No Sí Sí poral y la extensión del defecto campimé- 19 trico. Esta variabilidad de defectos post- 20 Sí Sí No Sí No No Sí operatorios refleja una marcada variación 21 Sí Sí No No No No No anatómica individual en el curso de la raNo No No Sí No Sí Sí diación óptica alrededor del asta temporal 22 del ventrículo [17,20,24]. 23 No Sí No Sí No Sí Sí Existe poca información sobre la inciNo Sí No Sí Sí Sí Sí dencia del déficit campimétrico tras AHS, 24 por lo que se ha propuesto que esta inter- 25 Sí Sí No No No Sí Sí vención no causa este tipo de complicaNo No No Sí No Sí Sí ción [28]. Sin embargo, en un estudio re- 26 ciente se ha observado que no existen dife- 27 No Sí No Sí No Sí Sí rencias en la frecuencia de estos defectos 28 No Sí No Sí No Sí Sí tras LTA y tras AHS transtemporal [29]; la Sí Sí Sí No No Sí Sí afectación campimétrica en la AHS se ex- 29 plica por el efecto directo de las radiacio30 No Sí No Sí No Sí Sí nes ópticas en la retracción y aspiración durante la aproximación a las estructuras mesiales. Por un mecanismo parecido es explicable la mayor afectación del campo visual en nuestros paSe ha demostrado que alrededor del 25% de los pacientes cientes con mayor resección del hipocampo. sometidos a LTA no reúnen criterios para la obtención del El defecto campimétrico pasa inadvertido por el enfermo en permiso de conducir en el Reino Unido por el defecto visual la mayor parte o en todas las ocasiones [16,17,24]. Los pacientes resultante de la operación [30]. Al tener en cuenta que la malo perciben cuando el defecto es grave [20], si bien es menos yoría de los pacientes sometidos a LTA por epilepsia refractaincapacitante que la invalidez producida por las frecuentes y gra- ria están imposibilitados para la conducción debido a las proves crisis preoperatorias [24]; así ocurre en el único caso con pias crisis, este inconveniente en un subgrupo de pacientes es hemianopsia de nuestra serie (3,3%), quien, a pesar de referir mínimo. Y en seguimientos a largo plazo en cirugía de la epiciertas limitaciones en sus actividades cotidianas por el defecto lepsia se ha comprobado que hay un número significativo de visual, califica su calidad de vida como excelente debido a la pacientes que comienzan a conducir vehículos tras ser interveausencia de crisis. nidos [31]. 1028 REV NEUROL 2002; 34 (11): 1025-1030 CAMPIMETRÍA EN LOBECTOMÍA TEMPORAL Generalmente, los pacientes que quedan libres de crisis, o aquellos en los que disminuye su número de forma importante tras la cirugía, presentan una gran mejoría en la calidad de vida [3133]. Esto se traduce en una gran satisfacción por la intervención, como lo demuestra el hecho de que un 96,6% de los pacientes en nuestra serie se ratificaron en su decisión de ser intervenidos, una vez conocidos, por su propia experiencia, los pros y contras de la cirugía. La mejoría en la calidad de vida es mayor cuanto más temprana sea la intervención [32]; se empieza a recomendar por tanto la cirugía temprana en la epilepsia de lóbulo temporal, una vez queda demostrado que el paciente no responde a dos o tres intentos de tratamiento farmacológico [1-3], dada la confirmación de la superioridad quirúrgica en el control de las crisis y en la mejoría de la calidad de vida sobre el tratamiento farmacológico prolongado [34]. En conclusión, la LTA produce alteraciones en los campos visuales en un porcentaje elevado de pacientes. Generalmente, el defecto campimétrico es leve y está circunscrito a los cuadrantes homónimos superiores contralaterales a la cirugía, y suele afectarse más el del ojo ipsilateral. Con frecuencia se correlaciona con la extensión de la lobectomía, aunque existe una gran variabilidad. El paciente casi nunca percibe el defecto, y no le afecta en sus actividades ni en su calidad de vida. La mejoría en la calidad de vida está íntimamente relacionada con la desaparición de las crisis y los pacientes sometidos a LTA refieren un alto grado de satisfacción con el tratamiento quirúrgico. BIBLIOGRAFÍA 1. Engel J Jr. Surgery for seizures. N Engl J Med 1996; 334: 647-52. 19. Cushing H. Distortions of the visual fields in cases of brain tumour. 2. Wyllie E. Surgical treatment of epilepsy in children. Pediatr Neurol The field defects produced by temporal lobe lesions. Brain 1922; 44: 1998; 19: 179-88. 341-96. 3. Sánchez-Álvarez JC, Altuzarra-Corral A. Cirugía de la epilepsia. Rev 20. Marino R, Rasmussen T. Visual field changes after temporal lobectoNeurol 2001; 33: 353-68. my in man. Neurology 1968; 18: 825-35. 4. Doyle WK, Spencer DD. Anterior temporal resections. In Engel J Jr, 21. Krolak-Salmon P, Guenot M, Tiliket C, Isnard J, Sindou M, Mauguiere F, Pedley TA, eds. Epilepsy: a comprehensive textbook. Philadelphia: Lipet al. 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Determinar a frequência e gravidade dos defeitos campimétricos após lobectomia temporal anterior (LTA) e avaliar a sua repercussão funcional e na qualidade de vida dos doentes. Doentes e métodos. Estudaram- 1029 M.R. HERVÁS-NAVIDAD, ET AL estudió a 30 pacientes con epilepsia refractaria del lóbulo temporal (15 hombres; 12-51 años; media, 32,9 años), sometidos a LTA (11 derechas, 19 izquierdas). La resección neocortical e hipocampal fue variable. Se practicó campimetría computadorizada tipo Humphrey (amplitud de 60º). Cumplimentaron un cuestionario anónimo para valorar la repercusión campimétrica, incidencia de crisis, calidad de vida y satisfacción quirúrgica. Resultados. 27 pacientes (90%) presentaron alguna alteración campimétrica: en 18 (60%), una cuadrantanopsia homónima superior o menor; en ocho, mayor, y en uno, una hemianopsia homónima, contralaterales. En 19 pacientes, el defecto fue incongruente. Tuvieron mayor defecto a mayor resección neocortical e hipocampal, con excepciones. Sólo el paciente con hemianopsia era consciente del déficit y le afectaban algunas actividades. 20 pacientes (66,6 %) no tuvieron crisis en el último año. 28 mejoraron su calidad de vida y 29 (96,6%) se ratificaron en su decisión de haberse intervenido. Conclusiones. Las alteraciones del campo visual tras LTA, aunque frecuentes, no tienen apenas repercusión funcional ni afectan la calidad de vida, pues la mejoran con la desaparición de las crisis. Los pacientes sometidos a LTA tienen un alto grado de satisfacción quirúrgica. [REV NEUROL 2002; 34: 1025-30] Palabras clave. Campos visuales. Cirugía de la epilepsia. Complicaciones. Epilepsia del lóbulo temporal. Epilepsia refractaria. Lobectomía temporal. 1030 se 30 doentes com epilepsia refractária do lobo temporal (15 homens: 12-51 anos; média, 32,9 anos) submetidos a LTA (11 direitas, 19 esquerdas). A dissecção neocortical e do hipocampo foi variável. Realizou-se campimetria computorizada tipo Humphrey (amplitude de 60º). Completaram um inquérito anónimo para avaliar a repercussão campimétrica, incidência de crises, qualidade de vida e satisfação cirúrgica. Resultados. 27 doentes (90%) apresentaram alguma alteração campimétrica: em 18 (60%) uma quandrantanopsia homónima superior ou inferior; em oito, major, e em um, uma hemianopsia homónima, contralateral. Em 19 doentes, o defeito foi incongruente. Verificou-se maior defeito na maior dissecção neocortical e do hipocampo, com excepções. Só o doente com hemianopsia era consciente da deficiência, afectando algumas actividades. 20 doentes (66,6%) não tiveram crises no último ano. 28 melhoraram a sua qualidade de vida e 29 (96,6%) comprovaram a decisão de se terem submetido à intervenção. Conclusões. As alterações do campo visual após LTA, embora frequentes, não têm apenas repercussões funcionais, nem afectam a qualidade de vida, pois melhoram com o desaparecimento das crises. Os doentes submetidos a LTA têm um nível elevado de satisfação cirúrgica. [REV NEUROL 2002; 34: 1025-30] Palavras chave. Campos visuais. Cirurgia da epilepsia. Complicações. Epilepsia do lobo temporal. Epilepsia refractária. Lobectomia temporal. REV NEUROL 2002; 34 (11): 1025-1030