V Jornadas de Historia Política Área Temática: Historia Conceptual e Historia de las Ideas Importancia del concepto de Dictadura en el contexto antioqueño de 1813, en el Nuevo Reino de Granada Cindy Peña Aristizábal* Resumen En el siglo XIX, el Nuevo Reino de Granada, al igual que otras colonias americanas, inició un proceso de independencia política de la Península española. Este proceso no fue homogéneo ni uniforme en todos los territorios, sino que estuvo marcado por diferentes matices y modalidades políticas. Es así como en la provincia de Antioquia se desarrolló un discurso político en el cual se recurrió al concepto de dictadura, cargo con el cual fue investido Juan del Corral, quien sería Presidente-Dictador de la Provincia entre 1813 y 1814. Esta ponencia pretende analizar los motivos y fines políticos específicos por cuales fue implementado este concepto en este contexto de agitación política, indagando sobre su historicidad, desde sus orígenes en la antigüedad grecorromana, hasta principios del siglo XIX, cuando las élites criollas de la provincia de Antioquia en el Nuevo Reino de Granada, recurren a la apropiación de figuras políticas, conceptos, ideas y símbolos propios de la antigüedad grecorromana para construir nuevos sistemas de gobierno y consolidar su emergente proyecto de Nación, dejando de lado a su vez los anteriores símbolos de herencia española, y pretendiendo de esta manera legitimar y defender el nuevo gobierno republicano a través del legado de la República romana. Palabras claves: Dictadura, Antioquia, independencia, Nuevo Reino de Granada. Introducción En una primera instancia se hará una breve síntesis del contexto histórico en el cual se enmarcaba la Provincia de Antioquia en la Nuevo Reino de Granada, esto con el fin de entender los motivos que llevaron a instaurar una dictadura en el año de 1813. Posteriormente se hará un análisis de la importancia que adquirió el concepto dictadura en el vocabulario político revolucionario. Se pretende mostrar la forma en que fue utilizado de acuerdo con la intencionalidad política y social del momento y los debates que surgieron entorno a esta figura durante la época de independencia. Finalmente se demostrará que las élites antioqueñas se reapropiaron del concepto de dictadura, al igual que se hizo en otros * Estudiante del pregrado de Historia en la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Inscrita al semillero de investigación Emergencia de la Nación y sectores subalternos, dirigido por la profesora María Eugenia Chaves Maldonado, [email protected] territorios, modifican su sentido clásico y aplicándolo a su manera, sustentando este uso en los acontecimientos políticos y belicosos por los cuales atravesaba el nuevo Estado, en parte debido a la inestabilidad política de este período, donde aún no se habían superado las tensiones y contradicciones de las instituciones coloniales y las formas políticas liberales modernas. 1. Contexto histórico: Abdicaciones reales y Juntas de Gobierno Para 1808, con la invasión napoleónica a la Península Ibérica y tras las abdicaciones de Bayona, se dio un acontecimiento nunca antes ocurrido: una acefalía política que produjo un fenómeno de fraccionamiento político que dio paso a la formación de juntas de Gobierno tanto en España como en América, las cuales pretendían salvaguardar la soberanía del rey ausente.1 Como consecuencia de estos acontecimientos se forma en España la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino que asume los poderes de gobierno, de justicia y se proclama explícitamente depositaria de la soberanía del rey en uso de estos poderes, la Junta convoca a una Asamblea Constitucional que en 1812 proclamaría la Constitución de Cádiz. De manera paralela, en el Nuevo Reino de Granada surgieron entre 1810 y 1811 diversas juntas de gobierno que procedieron a redactar constituciones, con el fin de institucionalizar una nueva forma de gobierno provisional. Finalmente, algunas de éstas juntas criollas desconocieron la autoridad de la Regencia alegando falta de representatividad americana. Entre 1811 y 1814, surgen las llamadas “primeras repúblicas” que declaran su independencia de España, e inician el proceso político para la creación de un gobierno republicano, soberano y en teoría tricéfalo, dividido en tres poderes: legislativo, judicial y ejecutivo.2 En Nueva Granada surgieron dos modelos de organización y de sistemas políticos, diferentes y opuestos, en Cundinamarca se consolida un gobierno de carácter centralista con su capital en Bogotá, mientras que un conjunto de otras provincias, entre ellas la de Antioquia, forman el Congreso de las Provincias Unidas que apostaba por una nación federalista. Al igual que el resto del territorio, la provincia de Antioquia apoyó el proyecto federalista emprendido por Cartagena, que luego se materializó en la Confederación de las Provincias Unidas a la que se adhirió formalmente con el nombre de Estado Libre de Antioquia, en oposición al proyecto de Santafé de Bogotá de consolidarse como el centro político de la 1 CHAVES, María Eugenia. “Esclavos, libertades y república. Tesis sobre la polisemia de la libertad en la Primera República Antioqueña”, en E.I.A.L., vol. 22, No. 1, 2011, pp. 82 – 83. 2 GUTIÉRREZ, Daniel (Compilador). Las asambleas constituyentes de la Independencia. Actas de Cundinamarca y Antioquia (1811 – 1812), Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2010, pp. 20. naciente República.3 Así, en 1812 se estableció en Rionegro la sede del Colegio Electoral y Constituyente, de modo que se buscó conservar la paz interna del nuevo Estado y mantener relaciones pacíficas con el resto de las demás provincias, éste a su vez tuvo la tarea de expedir la primera constitución antioqueña en 1812,4 la cual fue reformada posteriormente. El 11 de agosto de 1813 se redactó en Rionegro un Acta de Independencia y se nombró como primer presidente dictador de la República de Antioquia al abogado Juan del Corral, quien revestido por “unánime voluntad de Representación Nacional” declaraba Que el Estado de Antioquia desconoce por su Rey a Fernando VII y a toda otra autoridad que no emane directamente del Pueblo, o sus representantes, rompiendo enteramente la unión política de dependencia con la Metrópoli y quedando separado para siempre de la Corona y Gobierno de España.5 Como se puede ver, es a partir de la deslegitimación del gobierno monárquico que se puede implementar un nuevo sistema de gobierno, fundamentado en la soberanía del pueblo y en el ideal de Nación, estableciendo de esta manera un discurso sobre la necesidad de buscar una libertad política frente a la corona. Es en este contexto donde el concepto de dictadura adquirió una gran importancia en el vocabulario revolucionario del nuevo Estado, el cual fue utilizado de acuerdo a esta intencionalidad política y social de independencia y libertad.6 2. Concepto de Dictadura: Antecedentes en la antigüedad El concepto de dictadura ha sido un término eminentemente político y jurídico, fundamental en la teoría del Estado y en la teoría constitucional; desde el Renacimiento se ha considerado que este concepto es un invento propio de la República romana clásica, con 3 Reyes Cárdenas Ana Catalina, “La Independencia en las Provincias de Antioquia y Chocó”, Credencial Historia, Ed. 243, marzo de 2010, consultada el 6 de junio de 2015, http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/marzo2010/antioquia.htm. 4 GUTIÉRREZ, Daniel (Compilador). Las asambleas constituyentes de la Independencia. Actas de Cundinamarca y Antioquia (1811 – 1812), pp. 23 5 Archivo Histórico de Antioquia, tomo 827, documento 13054, folios 1r-4v. Publicada por Francisco Duque Betancur en su Historia del Departamento de Antioquia, 2 ed, Medellín, Albón, 1968, pp. 448-451. También por Germán Arciniegas en Colombia. Itinerario y espíritu de la Independencia, según los documentos principales de la Revolución, Cali, Norma, 1969, pp.96-97. También por Diego Villegas Villegas en Presidente dictador don Juan del Corral Alonso y Carriaso y la República libre independiente de Antioquia, Medellín, EAFIT, 2006, pp. 53-55. 6 Crespo María Victoria, “Hacia una historia conceptual de la tiranía y la dictadura en las revoluciones americanas de 1810”, en Francisco A. Ortega y Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona, Conceptos Fundamentales de la cultura política de la Independencia, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2012, pp. 260. el cual se designaba la instauración de un gobierno de excepción con el fin de salvar la constitución y la patria, el dictador es un magistrado romano extraordinario, que fue introducido después de la expulsión de los reyes, para que en tiempo de peligro hubiera un imperium fuerte, que no estuviera obstaculizado, como el poder de los cónsules, por la colegialidad, por el derecho de veto de los tribunos y la apelación del pueblo.7 Según Abraham Siles, este concepto surge tras la expulsión de los Tarquinos y el derrumbamiento del régimen de los reyes de origen etrusco, en el siglo VI o a inicios del siglo V a.c., momento en el cual se instaura el modelo de República, siendo el primer dictador Tito Lacio Flavio. En este contexto, el dictador era nombrado por el cónsul a solicitud del Senado, con el fin de que enfrentara las amenazas que asediaban a la República, ya fueran situaciones de guerra externa, como vecinos enemigos o en momentos de sediciones internas, e incluso se le llegó a nombrar con fines rituales y religiosos. 8 La característica esencial del concepto de dictadura era, primero que todo, su fundamento constitucional dentro de un marco republicano, era un cargo por medio del cual se dotaba con poderes extraordinarios, regulados por la ley, a un ciudadano eminente, elegido por sus virtudes y capacidades para vencer la amenaza a la cual se enfrentaba el Estado, es decir que el dictador no estaba por fuera de la ley ni la constitución, tampoco pretendía usurpar los poderes de la República, ni sustituir la constitución, ya que en ella se encontraba su legitimidad jurídica, por esto mismo buscaba preservarla aunque para ello fuera necesario suspenderla temporalmente. Si bien en el cargo de dictador se volvían a concentrar los poderes políticos en una sola persona, a la manera que lo hacían los reyes, es importante resaltar que esto era una medida temporal, ya que se había establecido que este cargo no podía exceder los seis meses y no podía ser prorrogado bajo ninguna circunstancia.9 Igualmente, otra característica importante de este cargo, es que debía existir una separación entre quienes declaraban la emergencia y quien debía ejercer el poder dictatorial, es decir que el dictador no se imponía, ni se declaraba a sí mismo dictador, sino que eran los cónsules quienes establecían si había una situación de emergencia y designaban al ciudadano que debía ejercer el cargo. 7 Schmitt Carl, La dictadura, 3era ed., Madrid, Ediciones Castilla, 1968, pp. 33 – 34. 8 Siles Vallejos Abraham, “La dictadura en la República romana clásica como referente paradigmático del régimen de excepción constitucional”, en Derecho PUCP, No 73, 2014, pp. 417; Schmitt Carl, La dictadura, pp. 33 – 34. 9 Según Abraham Siles, el plazo de esta tarea no podía excederse pero si reducirse, esto en el caso de que el dictador hubiera cumplido con su tarea antes de tiempo del vencimiento del término del cargo, según lo cual el dictador presentaba su dimisión y los magistrados ordinarios reasumían plenamente sus poderes, como fue el caso de Cincinato, dictador en el año de 458 a.c., quien cumplió su tarea en dos semanas. Véase: Siles Vallejos, “La dictadura”, pp. 416. Los poderes dictatoriales no se reducían sólo a lo militar, puesto que si bien eran un rasgo importante de este cargo, el dictador también debía cumplir con otras actividades civiles como la convocatoria a asambleas, ejercer la jurisdicción en todos los casos criminales que comprometiesen la salud del Estado, en síntesis, “ejercía todos los poderes que fueran necesarios para superar el peligro que había llevado a su designación”,10 por lo cual no estaba sujeto a las limitaciones que pesaban sobre las magistraturas ordinarias del Estado, exceptuando el hecho de que no podía elaborar leyes, ya que esto le correspondía siempre, incuso en tiempos de crisis, al Senado, por este motivo solo podía elaborar decretos de carácter provisional. Además, no podía hacer uso de los recursos económicos del Estado sin el consentimiento del Senado, ni podía iniciar guerras ofensivas, ya que éstas siempre debían ser de carácter defensivo. 3. Revoluciones americanas: dictaduras a lo largo del continente Los hechos y acontecimientos ocurridos en la llamada antigüedad clásica han sido determinantes para la construcción de la cultura occidental, en otras palabras, el mundo grecorromano ha tenido gran relevancia como referente para los sistemas e ideologías políticas a lo largo del tiempo. En este sentido se puede ver que el concepto de dictadura, originario de la República romana clásica, tuvo una gran importancia en el período revolucionario en Hispanoamérica, ya que por sus características sirvió para la fundación de una tradición intelectual en el pensamiento político de Occidente como recurso en tiempos de crisis, “la institución de la dictadura romana es el prototipo de todas las formas de modelos de adaptación (…) cuando una Nación es confrontada con emergencias, su estructura legal, y aun constitucional, debe ser relajada en algo, y quizá incluso suspendida en partes.”11 Es de esta manera que a inicios del siglo XIX, período de convulsión y de tensión política, las élites criollas a lo largo del continente americano se reapropiaron del concepto de dictadura, adaptándolo a su realidad social, lo cual produjo su mutación semántica, abandonando a su significado romano clásico. Este término sirvió como parte del arsenal político y conceptual de los movimientos insurgentes, patriotas o revolucionarios a partir de 1810.12 En este periodo se dio una práctica generalizada de este concepto con su significado convencional, proveniente de la tradición jurídica romana, de institución aceptable y 10 Siles Vallejos, “La dictadura”, pp. 418 – 419. 11 Siles Vallejos, “La dictadura”, pp. 413 – 414. 12 Para más información sobre las dictaduras dadas en el continente americano, véase: Crespo María Victoria, “Hacia una historia conceptual de la tiranía y la dictadura en las revoluciones americanas de 1810”, pp. 71 – 84. necesaria, cuyo uso terminaría por degenerar su sentido hasta ser visto como algo negativo al ser relacionado con la tiranía, sobre lo cual se hablará más adelante. Es así como durante los sucesos ocurridos en 1808 en la Península española, las élites americanas buscaron implementar nuevos modelos de gobierno y para ello se basaron en el pensamiento romano. En este sentido, el Nuevo Reino de Granada no fue la excepción, ya que al igual que otros territorios durante este período, se recurrió a elementos del pasado, como referente diferenciador frente a la monarquía española, es decir que en este contexto las ideas y conceptos grecorromanos adquirieron una gran relevancia como referente operativo y paradigma orientador de los actores, sistemas e ideologías políticas, los cuales habían pervivido en el imaginario colectivo a través de la escolástica tomista española, la cual había mediado en la recepción hispanoamericana del pensamiento clásico, y cuya importancia se puede evidenciar igualmente en el teatro revolucionario y la iconografía republicana, ya que “si se consulta cualquier compilación documental del pensamiento emancipatorio hispanoamericano, se comprueba que las alusiones, menciones y referentes grecorromano están presentes en un número muy considerable de discursos, proclamas, exhortaciones, y autos oficiales”,13 de manera que se da recuperación pero también, actualización y reelaboración sobre el pasado. 4. Reapropiación del concepto de dictadura: el caso del Estado de Antioquia (1813 – 1814) Al igual que otros gobiernos de la época, el Estado de Antioquia buscó implementar el modelo clásico de dictadura introduciendo algunas variantes. Es así como el 30 de julio de 1813 Juan del Corral fue elegido por la Legislatura para ostentar el título de dictador del Estado de Antioquia. Corral fue un influyente miembro de la elite local reconocido por pertenecer a una familia de comerciantes y por haber introducido la agricultura de cacao en la provincia, además de haberse desenvuelto en actividades de índole política y administrativa como regidor y juez de policía durante 1809.14 Al ser declarado dictador, Juan del Corral, representaba una garantía para salvaguardar la estructura de un nuevo orden gubernativo, como una persona de ingenio militar, capaz de manejar las armas y 13 Del Molino Ricardo, “Historia Antigua e Historia de la relación entre Antigüedad Clásica e ideologías políticas: apuntes para una convivencia necesaria”, en Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, t.22, 2009, pp. 175; Para información sobre la reapropiación de la Historia grecorromana, léase: Crespo, “Hacia una historia conceptual de la tiranía y la dictadura”; Del Molino Ricardo, “La Antigüedad Clásica en la Nueva Granada: teatro revolucionario e iconografía republicana”, en: Congreso Internacional “Imagines”, Universidad de La Rioja, coord. por María Josefa Castillo Pascual, 2008, ISBN 978-84-96487-32-1, págs. 69-82. 14 Tisnés Jiménez Roberto M., Don Juan del Corral libertador de esclavos, 1era ed., Cali, Banco Popular, 1980, pp. 99 – 113. organizar los ejércitos, pero además de esto resaltaba por su experiencia administrativa y política. En el caso del nuevo Estado de Antioquia, para 1813 las amenazan que ponían en riesgo su recién alcanzada estabilidad y libertad política, eran tanto internas como externas. Al interior la provincia, como parte del proyecto federal de las Provincias Unidas libraba una guerra contra los ejércitos del estado centralista de Cundinamarca. Por otro lado, existía un fuerte temor ante una posible rebelión de esclavos, puesto que el recuerdo de Haití seguía latente en la memoria colectiva, además estaba presente el hecho de que la práctica de la esclavitud dentro de una nueva nación que exigía una libertad política resultaba contradictorio.15 Por el exterior, la República antioqueña temía ser presa de los ejércitos realista que dirigidos por Juan Sámano, se encontraban en la vecina Provincia de Popayán, buscando someter y recuperar el control del sur del territorio. Este nombramiento como dictador, estaba sustentado en el hecho de que la ocupación de Popayán por las tropas del rey, representaba un peligro para la recién adquirida libertad política del Estado, lo cual concuerda en cierta medida con lo establecido en la República romana, en el sentido de ser una herramienta política de carácter extraordinario dentro de un gobierno republicano, con el fin de preservar su orden constitucional y sus instituciones de gobierno ordinario.16 En este sentido la dictadura implementada en Antioquia si bien se establecía de una manera legal, puesto que era un cargo que había sido creado por la legislatura o sala de Representantes, comienza a distanciarse del significado clásico, ya que en un inició Juan del Corral fue nombrado por tres meses (no seis como se acostumbraba en la República romana), y posteriormente los representantes de la Cámara le dieron dos prórrogas más de tiempo, la primera después de su primera relación de mando el 30 de octubre de 181317 y la segunda el 20 de febrero de 181418, dándose así lo que María 15 Chaves María Eugenia, “Nos, los esclavos de Medellín". La polisemia de la libertad y las voces subalternas en la primera república antioqueña”, en Nómadas, No 33, 2010, pp. 43. 16 Archivo Histórico Restrepo (En adelante AHR), Revoluciones de la Nueva Granada, Quito y Venezuela 1741 – 1831, Revolución de Antioquia 1810 – 1816, Carta de Juan del Corral en microfilm, Vol. 7, Rollo 4, Medellín, 10 de agosto de 1813, f. 299,“(…) siendo la creación del poder dictatorío uno de aquellos remedios a los que apelan todos los Estados que se hallan como actualmente el nuestro en situaciones peligrosas y críticas; no pudiendo ni debiendo obrarse en circunstancias tales por las reglas ordinarias y comunes sin emplear antes bien todos los arbitrios imaginables por violentos o duros que sean o parezcan ser para salvar la patria cuya salud es la primera de todas las leyes y hallándose el presente dictador del Estado constituido en esta sagrada obligación, y convencido de que no es posible atender a los riesgos que exteriormente nos amenazan, sin dejar sólidamente asegurada la tranquilidad y paz interior combatida por los desafectos a la justa causa americana que por desgracia existen entre nosotros; (…) me ha comisionado para que pasando a este departamento de Medellín, investido de su misma autoridad y sin limitación alguna, procediese militar y ejecutivamente contra todas aquellas personas a quienes el concepto publico condenase por notoriamente desafectos o sospechosas a la causa de nuestra libertad e independencia” 17 AHR, Revolución de Antioquia 1810 – 1816, Informe de mandato de Juan del Corral, Vol. 7, Rollo 4, 30 de octubre de 1813, f. 310r – 347r. Victoria Crespo ha denominado como una “tendencia a la permanencia”, como un cargo de carácter duradero y no temporal, lo cual es una característica de la acepción moderna del termino de dictadura. Juan del Corral durante su mandato como dictador entre 1813 y 1814 asumió varias tareas, no solo organizó las milicias de Antioquia para la defensa del Estado y envió tropas al sur en auxilio de los patriotas de Popayán,19 sino que también se desenvolvió en el ámbito de legislador al proclamar la independencia del Estado de Antioquia y la expulsión de los realistas, el embargo de sus bienes y estableció planes para adquirir nuevas fuentes de ingresos, subsidios y contribuciones. Igualmente, Juan del Corral también es conocido como el “Libertador de Esclavos”, puesto que el 12 de diciembre de 181320 y a lo largo de su trayectoria como presidente-dictador, propuso al Congreso de las Provincias Unidas un decreto para la libertad de vientres con el fin de terminar paulatinamente con la esclavitud, lo cual según él, era necesario para garantizar la seguridad interior; este decreto pasó posteriormente a ser debatido en el Congreso de Cúcuta en 1821. Estas labores legislativas del Corral van más allá de lo que se concebía en la concepción clásica del término, como las funciones de un dictador, ya que los dictadores romanos, como se ha mencionado anteriormente, no tenían facultades legislativas y sus decretos debían ser de carácter temporal y provisional. Como se puede ver, en esta reapropiación hay todavía un cierto apego al modelo clásico romano, aunque con una clara expansión del significado que abarcaba este concepto, puesto que si bien se mantiene su carácter excepcional de su nombramiento dentro del marco constitucional, se reinterpretan elementos como la temporalidad de este nombramiento, y especialmente sus funciones, ya que no es un cargo de carácter militar únicamente, sino que también tiene ciertas capacidades legislativas y administrativas. Según María Victoria Crespo, estos cambios conllevaron a la transformación del concepto de dictadura, esta transformación produciría una derivación del concepto clásico de dictadura hacia el concepto de tiranía, es decir que aunque el concepto de dictadura clásico había tenido un significado predominantemente positivo, los cambios introducidos en estos tiempos revolucionarios e independentistas conllevaron a un giro conceptual donde dictadura y tiranía pasaron a ser tomados casi como sinónimos. Un antecedente muy importante sobre esta relación entre los conceptos de dictadura y tiranía, en el contexto de la República romana, ha sido señalado por Andreas Kalyvas, 18 AHR, Revolución de Antioquia 1810 – 1816, Relación de las medidas tomadas en el Gobierno de Juan del Corral, Vol. 7, Rollo 4, 20 de febrero de 1814, f. 377r – 425r. 19 AHR, Revolución de Antioquia 1810 – 1816, Informe de mandato de Juan del corral, Vol. 7, Rollo 4, 30 de octubre de 1813, f. 347. 20 AHR, Revolución de Antioquia 1810 – 1816, Relación de las medidas tomadas en el Gobierno de Juan del Corral , Vol. 7, Rollo 4, 30 de octubre de 1813, f. 366r - 367r. quien recuerda que los historiadores griegos de la antigüedad, Dionisio de Halicarnaso (60 a.c – 7 a.c) y Apiano de Alejandría (95 d.c – 165 d.c), escribieron críticamente durante su época en oposición a la dictadura como institución virtuosa, basándose en las dictaduras de Sila y César, igualándolo al significado de la tiranía. Estos historiadores consideraron la dictadura como una “tiranía temporaria con consentimiento” y al tirano como un “dictador permanente”, es decir que el dictador y el tirano fueron fusionados en una sola figura, que se definió como una función por fuera de los límites legales, y que estaba animada por ambiciones personales. Por estas razones se pensó que esta figura del dictador-tirano podía ser utilizado aún en contra de la misma República, por lo cual su función política y su naturaleza constitucional cambiaría también, introduciendo de esta manera una nueva concepción sobre este término y sobre los poderes de poderes de emergencia.21 Así, para 1813, si bien la dictadura aún se veía como una institución virtuosa, positiva y en cierta medida necesaria, ya comenzaba a haber cierto recelo hacia este concepto, como lo demuestra la carta de Camilo Torres, presidente del Congreso de Provincias Unidas de Nueva Granada, dirigida al “presidente de Antioquia” -y no dictador según él-. En esta carta, Torres critica la utilización de éste término, el gobierno de la unión no quisiera oír el nombre de dictador que nada añade en las actuales circunstancias a las facultades de vuestra excelencia, y que ya se ha mirado como una piedra de escándalo en otros gobiernos” a lo que además añade “en realidad no es una verdadera dictadura la de Antioquia en todo el rigor de la palabra, (…) por esta propia razón deberá suprimirse el titulo siempre odioso entre nosotros, y enemigo de este gobierno popular, de dictador.22 Igualmente, para 1812 Felipe Antonio Masuera había sido propuesto para ostentar el título de dictador ante la crítica situación por la cual atravesaba la Provincia de Popayán debido a la eminente llegada de Sámano.23 Masuera rechazó éste título “considerando que los pueblos miran con odio, la potestad dictatorial, que las más veces ha sido el título de tiranos, ocasionando funestas consecuencias a la libertad que no puede existir sin la religiosa observancia del sistema de gobierno popular y representativo.”24 Esto demuestra a su vez, que para ésta época ya el concepto comenzaba a degradarse, hasta el punto de verse como algo incompatible en un marco republicano, como se dice también en un periódico de la época, donde se enumeran los diversos inconvenientes de instaurar una dictadura. 21 Kalyvas Andreas, “The Tyranny of Dictatorship. When the Greek Tyrant met the Roman Dictator”, Political Theory, vol. 35, nº 4, agosto de 2007, pp. 412-442. 22 AHR, Revolución de Antioquia 1810 – 1816, Carta de Camilo Torres, Vol. 7, Rollo 4, 3 de septiembre de 1813, f. 304. 23 AHR, Revolución de Antioquia 1810 – 1816, Oficio de Popayán, Vol.7, Rollo 4, 14 de noviembre de 1812, f. 305r – 309v. 24 AHR, Revolución de Antioquia 1810 – 1816, Oficio de Popayán, Vol.7, Rollo 4, 14 de noviembre de 1812, f. 309. Basándose, al igual que Dionisio de Halicarnaso y Apiano de Alejandría, en las dictaduras de Sila y César y no en otras más consecuentes con el termino clásico, el autor del artículo señala que: “El dictador no podía ser reconvenido sobre sus hechos, ningún tribunal podía juzgarle, presidía en el Senado y el pueblo estaba sujeto a sus órdenes”25 Principalmente se señalaba su carácter autoritario e independiente, lo cual generaba el temor de que ante las capacidades adquiridas, el ciudadano elegido pudiera ejercer un poder en contra de la igualdad civil y en pro de la opresión del pueblo, es decir que se convirtiera en un tirano, figura contraria al gobierno representativo y constitucional, debido también en parte a que en este concepto se volvían a reagrupar los tres poderes del Estado, como sucedía con la monarquía, con la diferencia de que el dictador necesitaba de la democracia para constituirse “Yo aborrezco la democracia solo porque le son necesarios los dictadores, que últimamente se deben convertir en tiranos. No necesitan para ser tales sino conservar este título, que en vano se les confiere por tiempo limitado, sin reservarse los medios de hacerlos entrar de nuevo en el orden de los ciudadanos. Este es el camino por donde se han hecho absolutos y dictadores perpetuos y para que los pueblos se olvidasen que habían recibido de ellos su poder han intentado persuadirles haberlo recibido del Cielo”26 Este articulo a su vez, pone de manifiesto el temor general que impuso este concepto debido a su capacidad de convertirse en una tiranía, pues el dictador, al no respetar las restricciones habituales de la institución, especialmente en cuanto a su finalidad de conservación constitucional, tenía un gran potencial para ser autoritario. En el caso de Antioquia, como hemos visto, se modificaron varios aspectos esenciales del concepto clásico, especialmente en torno a la temporalidad y a la restricción de sus funciones, ampliando su capacidad de poder y autoridad, degenerando en un concepto polémico, contradictorio y confuso semánticamente, y que puede considerarse como el antecedente del término tal y como se ha usado en el siglo XX. 5. A modo de conclusión Para el siglo XIX, los actores políticos de las revoluciones americanas se inspiraron en la repúblicas romanas para instaurar sus propias formas de gobierno, basadas en la Constitución y la división de poderes, adaptando y reinterpretando ese pasado grecolatino con el fin de distanciarse del modelo español. En este sentido, en la Provincia de Antioquia, al igual que varios gobiernos de la época, el concepto de dictadura jugó un papel 25 Argos de la Nueva Granada, Bogotá, 7 de abril de 1814 (microfilm) 26 Argos de la Nueva Granada, Bogotá, 7 de abril de 1814 (microfilm) fundamental para preservar su modelo político recién instaurado, su libertad política frente a la metrópoli y su estabilidad interna. Ante una situación de crisis y dificultades para el recién constituido Estado de Antioquia, los dirigentes políticos vieron en el concepto de dictadura un medio para superar los peligros por los que atravesaba su independencia y su constitución, adaptando de esta manera el concepto de dictadura a la realidad social del momento, sirviendo como un arma política que dotaba de poderes extraordinarios al ilustre ciudadano Juan del Corral, con la intención de facilitar y agilizar las acciones militares contra las fuerzas enemigas, sin llegar a ser considerado tiránico, pero aun así no exento de ciertos recelos por parte de otros dirigentes políticos. En el Estado de Antioquia se puede apreciar una cierta convencionalidad de acuerdo al concepto clásico como algo positivo, importante, necesario, legal y constitucional, pero que aun así no era una réplica exacta, sino que fue reinterpretado y modificado, por lo cual no fue ajeno a los recelos de ciertos dirigentes como es el caso de Camilo Torres, quien ya anticipaba las posibles implicaciones negativas en la mentalidad de la época como algo contradictorio frente a la independencia política que se buscaba, puesto que podía ser apreciado como una especie de monarquía o régimen tiránico, e incluso podía llegar a ser considerado como algo potencialmente peligroso para el bienestar de la República y la constitución que se supone debía proteger. 6. Bibliografía 6.1 Fuente Primaria - Argos de la Nueva Granada, Bogotá, 7 de abril de 1814 (microfilm) - Archivo Histórico de Antioquia, tomo 827, documento 13054, folios 1r-4v. - Archivo Histórico Restrepo, Revoluciones de la Nueva Granada, Quito y Venezuela 1741 – 1831, Revolución de Antioquia 1810 – 1816, cartas, actas, proclamas y otro tipos de documentos en microfilm, Vol. 7, Rollo 4, 1813 – 1814, f. 170r – 367v. 6.2 Fuente Secundaria - Crespo María Victoria, “Hacia una historia conceptual de la tiranía y la dictadura en las revoluciones americanas de 1810”, en Francisco A. 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