Celebracion de Cierre del Anio Jubilar Diocesano y Envio Misionero

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CELEBRACIÓN DEL CIERRE DEL JUBILEO DIOCESANO
A – ESQUEMA DE LA CELEBRACIÓN:
1.
Terminada la oración después de la Comunión, el guía introduce el momento del envío misionero con el
que se cerrará el Jubileo Diocesano.
2.
Se invita a uno o más representantes de los diversos sectores sociales de la comunidad (educadores,
agentes de salud, familias, jóvenes, representantes de la justicia, empleados del ámbito público y
privado, miembros de las fuerzas armadas, inmigrantes, etc.) a que se acerquen al presbiterio para
recibir la luz proveniente del cirio pascual.
3.
Cuando todos han recibido la luz (y, si es posible, la han multiplicado entre los miembros de la Asamblea)
tiene lugar el Compromiso Misionero.
4.
Formulado el Compromiso Misionero, el celebrante invita a los fieles, si se puede hacer sin dificultad, a
pasar a través de la puerta principal del templo, que hace las veces de “Puerta Santa”, como gesto
simbólico de su marcha hacia la misión.
5.
Una vez que se ha cruzado la “Puerta Santa” (o después del Compromiso Misionero, si este paso se ha
omitido) el celebrante pronuncia la oración de envío misionero y luego imparte a todos la bendición
final.
B - DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN:
Terminada la Oración después de la comunión:
PRIMER MOMENTO: ENTREGA DE LA LUZ
Guía:
Llega el momento del cierre de la Puerta Santa al finalizar este Año Jubilar, que transcurrió bajo el lema
“Celebramos y Anunciamos: “El Señor ha visitado a su pueblo”. La Puerta Santa es un símbolo de Cristo, al
cerrarla queda abierto el Corazón de Cristo.
El Papa Benedicto XVI, al proponernos este año como Año de la Fe, nos convoca a una nueva
evangelización, nos convoca a reflejar una Iglesia con rostro bello y creíble como el rostro del Señor. Con
humildad vayamos a mostrar ese rostro a todas las realidades que rodean nuestra comunidad.
Cristo, luz del mundo, renueva nuestra vida y con el Espíritu Santo nos impulsa a proclamarlo a todos los
hermanos. Invitamos a un representante de cada grupo social de nuestra ciudad para que reciban la Luz de
Cristo del cirio pascual. Lo hacemos cantando…
En este momento, los representantes de las distintas realidades sociales se acercan para recibir la luz del cirio pascual.
Se puede cantar un canto apropiado, por ejemplo “Enciende una luz”, “Signos de amor” o “Hay una luz”
SEGUNDO MOMENTO: COMPROMISO MISIONERO
Guía:
La gracia del Año Jubilar nos fue dada para compartirla, ayudando a muchos otros hermanos a llegar a un
encuentro personal con Jesús Salvador. Por eso ahora manifestemos públicamente que estamos dispuestos
a ser testigos y misioneros del Señor.
1ª Formula (En esta fórmula puede intervenir un Lector, que lee un breve texto del Papa Benedicto XVI en su carta
Porta Fidei, y luego el celebrante interroga a la asamblea)
Lector:
Nos dice el Papa: “Hoy como ayer, Jesucristo nos envía por los caminos del mundo para
proclamar el Evangelio a todos los pueblos de la tierra”. (PF 7)
Celebrante:
¿Están dispuestos a trabajar con entusiasmo en la nueva evangelización de todas las
realidades presentes en la Diócesis, para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar
el entusiasmo de comunicar la fe?
Todos:
Si, estamos dispuestos
Lector:
Sostiene el Papa que: “La fe y el amor se necesitan mutuamente, porque la fe permite al
amor seguir fielmente su camino” (cfr. PF 14)
Celebrante:
¿Están dispuestos a intensificar el testimonio de la caridad, especialmente entre los más
pobres y necesitados de nuestra sociedad, de modo que ustedes puedan convertirse en
signo vivo de Cristo Resucitado?
Todos:
Si, estamos dispuestos
Lector:
Afirma el Papa Benedicto XVI: “Lo que el mundo necesita hoy son testigos de la fe” (PF
15)
Celebrante:
¿Están dispuestos a revitalizar el don de la fe, haciéndola resplandecer cada día más,
ofreciendo ante el mundo un testimonio creíble de Jesucristo que se manifiesta en la
comunidad de los bautizados?
Todos:
Si, estamos dispuestos
O bien:
2ª Fórmula
Celebrante:
¿Están dispuestos a hacer redescubrir, en quienes habitamos estas tierras patagónicas, el
gusto de alimentarnos con la Palabra de Dios y con el Pan de la Vida, ofrecido como
sustento a todos los que son discípulos de Jesús?
Todos:
Si, estamos dispuestos
Celebrante:
¿Están dispuestos a abrir sus corazones, para llenarlos del amor de Cristo que nos impulsa a
evangelizar, a proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra, especialmente a
quienes viven en nuestra Diócesis?
Todos:
Si, estamos dispuestos
Celebrante:
¿Están dispuestos a redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y
rezada, para que su testimonio de vida sea cada vez más convincente?
Todos:
Si, estamos dispuestos
O bien:
3ª Fórmula:
Celebrante:
¿Están dispuestos a cruzar el umbral de la puerta de la fe, dejándose impregnar el corazón
por la gracia que transforma, anunciando la Palabra de Dios a quienes comparten nuestra
vida?
Todos:
Si, estamos dispuestos
Celebrante:
¿Están dispuestos a redescubrir el camino de la fe, para manifestar a los jóvenes la alegría
del encuentro con Cristo?
Todos:
Si, estamos dispuestos
Celebrante:
¿Están dispuestos a dar un renovado testimonio de fe, para hacer resplandecer entre
quienes más sufren, la Palabra de Verdad que el Señor Jesús nos dejó?
Todos:
Si, estamos dispuestos
TERCER MOMENTO: PASO DE LA PUERTA SANTA (Optativo)
Guía: (si se hace este rito)
Ahora, con nuestras luces encendidas, vamos a pasar por la puerta principal del templo, como signo de
nuestro envío a la misión, para hacer realidad los compromisos que acabamos de asumir. Una vez que
pasamos por la puerta nos reunimos a la espera de la oración de envío que hará el Celebrante. Cantamos…
Mientras se pasa la Puerta Santa se sugiere cantar “Alma Misionera”, “Presencia y memoria” u otro canto apropiado
CUARTO MOMENTO: ENVÍO MISIONERO
Si se omite el rito de pasar por la “Puerta Santa” la oración de envío misionero se dice inmediatamente después de la
última pregunta del Compromiso Misionero - Segundo momento -
Guía:
Ahora el celebrante nos envía a la misión, al concluir el Año Jubilar de la Diócesis de Río Gallegos.
Oración de envío misionero:
Padre bueno,
al finalizar este Año Jubilar de gracia, perdón y liberación,
queremos agradecerte porque continuamente has visitado a tu pueblo
por medio de tu enviado Jesucristo, que es la luz de nuestros corazones.
Padre bueno, tu Hijo Jesús nos invita, desde el día de nuestro bautismo,
a responder a su llamado:
“Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos”.
Hoy, al cerrar el Jubileo Diocesano,
queremos responder generosamente a esta invitación,
porque no podemos dejar que la sal pierda su sabor y la luz permanezca oculta.
Envía tu Espíritu, para que encienda en nosotros el amor a Cristo,
que nos impulse a evangelizar a nuestros hermanos
que están sedientos de la Palabra de Vida,
y que muchas veces caminan a oscuras
porque la luz de la fe se apagó en sus corazones.
Renueva nuestra fe, la fe que movió el corazón de los discípulos
que formaron la primera comunidad
reunida en torno a la enseñanza de los Apóstoles,
a la oración y a la celebración de la Eucaristía,
poniendo en común todos sus bienes
para atender las necesidades de los hermanos.
Padre bueno,
también nosotros vivimos de esa fe:
gracias a ella reconocemos al Señor Jesús,
vivo y presente en nuestras vidas y en la historia;
por eso nos ponemos en tus manos,
respondiendo con generosidad a tu llamado
para anunciar a nuestros hermanos el amor de tu presencia.
Haz que la Virgen María, Madre de la Iglesia
y Estrella de la Evangelización, Bienaventurada porque ha creído,
acompañe a tu pueblo que peregrina en la Patagonia Austral
y nos conceda el don de la perseverancia en nuestro compromiso misionero.
Amén.
o bien:
Padre bueno, Tú eres rico en amor y misericordia,
visitas a tu pueblo por medio de tu enviado,
Jesucristo, Señor nuestro;
escucha la oración que como Iglesia Diocesana te presentamos
al finalizar este Año Jubilar de gracia y de amor.
Como discípulos misioneros no podemos dejar
que la sal pierda su sabor y la luz permanezca oculta;
por eso queremos llevar la luz de la fe
a aquellos hermanos nuestros que, como la samaritana,
tienen necesidad de acercarse al pozo de la fuente de Agua Viva
que es tu Hijo Jesucristo.
Padre de misericordia,
envía tu Espíritu Santo que renueve en nosotros la luz de la fe
recibida el día de nuestro bautismo,
para que el amor de Cristo llene nuestros corazones
y nos impulse a evangelizar a todos, especialmente a los jóvenes y a los pobres.
Haz que la Virgen María, Madre de la Iglesia
y Estrella de la Evangelización, Bienaventurada porque ha creído,
acompañe a tu pueblo que peregrina en la Patagonia Austral
y nos conceda el don de la perseverancia en nuestro compromiso misionero.
Amén.
BENDICIÓN FINAL
El Sacerdote, extendiendo las manos, dice:
Dios, Padre y fuente de toda luz, que iluminó los corazones de los discípulos
derramando en ellos el Espíritu Santo, los bendiga y les conceda
la abundancia de sus dones. R. Amén
El fuego admirable que apreció sobre los discípulos
purifique los corazones de ustedes de todo mal
y los ilumine con su luz. R. Amén
El Espíritu, que por la proclamación de una misma fe
reunió a los pueblos de diferentes lenguas,
los haga perseverar en esa misma fe y llegar,
gracias a ella, a la visión que esperan. R. Amén
La Bendición de Dios Todopoderoso,
Padre, Hijo, + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. Amén
Pueden ir en paz, aleluia, aleluia
R. Demos gracias a Dios, aleluia, aleluia
Guía:
Dispuestos a ser testigos de Jesús en todo tiempo y lugar, nos despedimos cantando…
Se sugiere cantar “Anunciamos a Jesús”, “Vamos por todo el mundo” u otro canto apropiado.
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