Texto completo en pdf - Biblioteca de Ciencias de la Salud

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JÓHNYCAR PÉREZ M.
MARY C. SUÁREZ V.
CAROLINA A. TORRES P.
MÁREAN A. VÁSQUEZ R.
YAIGUALIDA Y. VIELMA R.
MARÍA V. VOGEL
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES Y CARACTERÍSTICAS
EPIDEMIOLÓGICAS EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE
ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO
URBANO TIPO II “LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE 2007 – ENERO 2008.
BARQUISIMETO, ENERO 2008
JÓHNYCAR PÉREZ M.
MARY C. SUÁREZ V.
CAROLINA A. TORRES P.
MÁREAN A. VÁSQUEZ R.
YAIGUALIDA Y. VIELMA R.
MARÍA V. VOGEL
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES Y CARACTERÍSTICAS
EPIDEMIOLÓGICAS EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE
ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO
URBANO TIPO II “LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE 2007 – ENERO 2008.
BARQUISIMETO, ENERO 2008
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”
DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD
“DR. PABLO ACOSTA ORTÍZ”
DEPARTAMENTO DE MEDICINA PREVENTIVA Y SOCIAL
MEDICINA INTEGRAL DEL MEDIO URBANO
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES Y CARACTERÍSTICAS
EPIDEMIOLÓGICAS EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE
ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO
URBANO TIPO II “LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE 2007 – ENERO 2008.
AUTORES: Jóhnycar Pérez M.
Mary C. Suárez V.
Carolina A. Torres P.
Márean A. Vásquez R.
Yaigualida Y. Vielma R.
María V. Vogel
TUTORA: Dra. Julia Sánchez
ASESORA: Dra. Edith Luz Herrera
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES Y CARACTERÍSTICAS
EPIDEMIOLÓGICAS EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE
ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO
URBANO TIPO II “LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE 2007 – ENERO 2008.
__________________________
Tutora
Dra. Julia Sánchez
__________________________
Asesora
Dra. Edith Luz Herrera
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES Y CARACTERÍSTICAS
EPIDEMIOLÓGICAS EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE
ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO
URBANO TIPO II “LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE 2007 – ENERO 2008.
AUTORES:
Jóhnycar Pérez M.
Mary C. Suárez V.
Carolina A. Torres P.
Márean A. Vásquez R.
Yaigualida Y. Vielma R.
María V. Vogel
__________________________
Tutora
Dra. Julia Sánchez
__________________________
Jurado
__________________________
Jurado
BARQUISIMETO, ENERO 2008
DEDICATORIA:
A nuestros padres, seres irremplazables, quienes
calman nuestros temores y protegen nuestros sueños,
dejándonos como legado la certeza de que no existen
imposibles y podemos lograr lo que nos propongamos sólo
si
tenemos
confianza
en
nosotros
mismos.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos en primer lugar a Dios, nuestro creador, por regalarnos el don de la
vida, colocándonos siempre en el lugar y tiempo indicado para llevarnos al camino de la
sabiduría y de las buenas obras; por haber sido guía en nuestra decisión de dedicarnos a esta
profesión que nos permite brindar ayuda y consuelo a muchas personas, haciéndonos más
humildes; por la capacidad de pensar y razonar, cualidades que nos han permitido
sobrellevar esta carrera; y por habernos dado la oportunidad de conocernos y establecer
nexos, lo que nos permitió llevar a cabo esta investigación.
Agradecemos infinitamente a nuestros progenitores por ser pilar fundamental de
nuestras vidas, luz de nuestro camino, y por su permanente apoyo tanto en los malos como
en los buenos momentos, para así hacernos alcanzar nuestras metas; por toda la paciencia y
tolerancia que han sabido darnos; por su amor incondicional que fue consuelo en los
momentos difíciles; por los valores inculcados, que nos han permitido desenvolvernos ante
las diferentes situaciones de la vida, a ustedes mil gracias.
A nuestros familiares, parejas, y amigos cercanos, por prestarnos su ayuda
incondicional en los momentos más difíciles, por entender la falta de tiempo para
dedicarles, y por saber escuchar nuestros problemas tratando de brindar el mejor consejo,
muchas gracias.
A la Dra. Julia Sánchez, tutora de nuestra investigación, por toda su paciencia para
con nosotros, por saber mantenernos en pie de lucha, aupándonos para seguir adelante,
siempre siendo sosegada y carismática; por su constante sonrisa, incluso ante las
adversidades, que nos regaló alegrías en medio de las preocupaciones, por todo eso le
estaremos eternamente agradecidas.
vi
vii
A nuestra asesora metodológica, Dra. Edith Luz Herrera, quién con su trato amable
y paciente ha sabido guiarnos en la realización de esta investigación, aportando todos sus
conocimientos para lograr nuestros objetivos, sin perder nunca su humildad al tratar de
comprender nuestras dudas y dar respuesta a ellas, mil gracias.
Agradecemos al personal perteneciente al Laboratorio de Parasitología del Decanato
de Ciencias de la Salud: Lic Elsy Cárdenas, Tec. Ricardo Rodríguez y Tec. Rosa Perdomo,
por aceptarnos con los brazos abiertos en su lugar de trabajo enseñándonos las técnicas y
métodos necesarios para la realización de nuestra investigación, también por su paciencia,
colaboración y dedicación para con nosotros.
A la Sección de Parasitología del Decanato de Ciencias de la Salud de la UCLA, por
facilitar tanto los recursos humanos como materiales sin los cuales no hubiese sido posible
cumplir nuestra meta, y por siempre tener las puertas abiertas para nosotros, gracias.
Al Decanato de Ciencias de la Salud de la Universidad Centro Occidental Lisandro
Alvarado, cuna de nuestros sueños y segunda casa, que a lo largo de estos años de carrera
universitaria durante muchas horas del día nos ha visto crecer, siendo albergue de buenos y
malos momentos, proporcionándonos conocimientos invalorables que utilizaremos a los
largo de nuestro ejercicio como médicos y como seres humanos, y permitiéndonos
encontrar personas que nunca olvidaremos, así como facilitándonos su estructura física para
nuestra educación, le estaremos por siempre agradecidas.
Al ambulatorio tipo II “Laura Labellarte” de la comunidad de Santos Luzardo, y al
personal que allí labora, tanto del área de la salud, como administrativo y obrero, por
permitirnos usar sus instalaciones para la realización de nuestra investigación, prestando
siempre amablemente su ayuda y colaboración con recursos humanos y materiales,
manteniendo un ambiente de cordialidad que hizo mucho más llevadera ésta tarea, gracias.
viii
Al Dr. Edgar Soto, médico pediatra, por darnos la oportunidad de utilizar su
consulta y su tiempo como docente en la realización de nuestra investigación siendo sus
pacientes parte de la misma, muchas gracias.
Y por último, pero no menos importante, a las comunidades áreas de influencia del
ambulatorio “Laura Labellarte”, especialmente a las madres y niños, parte esencial de
nuestro trabajo, sin los cuales no se hubiese podido cumplir nuestra meta; por su interés,
receptividad, y constancia le estaremos muy agradecidas.
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES Y CARACTERÍSTICAS
EPIDEMIOLÓGICAS EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE
ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO
URBANO TIPO II “LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE 2007 – ENERO 2008.
Por: Jóhnycar Pérez M., Mary C. Suárez V., Carolina A. Torres P., Márean A. Vásquez R.,
Yaigualida Y. Vielma R., María V. Vogel.
RESUMEN
Con el objetivo de determinar la frecuencia de parasitosis intestinales y características
epidemiológicas en niños de 1 a 12 años de edad que acudieron a la consulta pediátrica del
Ambulatorio Urbano tipo II “Laura Labellarte”, en el lapso Septiembre 2007- Enero 2008,
se realizó un estudio de tipo descriptivo transversal, siendo la muestra no probabilística por
conveniencia, constituida por 139 niños. Previo consentimiento informado se realizó una
entrevista dirigida, se solicitó una muestra de heces para análisis por examen directo y
concentrado (Ritchie) y se realizó método de Graham a quienes aceptaron. Se encontraron
parasitados 69 niños (49,6%), a predominio de escolares (57,1%) y no hubo predilección
por sexo. Se identificó Blastocystis hominis (43,5%), Enterobius vermicularis (39,1%),
Giardia lamblia (33,3%), Entamoeba histolytica (10,1%) y Ascaris lumbricoides (1,4%).
También se encontraron los comensales: Endolimax nana (11,5%), Entamoeba coli (4,3%)
y Chilomastix mesnilii (1,4%), lo que sugiere fecalismo. El mayor número de parasitados se
encontró en: los sintomáticos (51,3%) encontrándose con mayor frecuencia dolor
abdominal (66,7%), prurito anal (53,6%) y diarrea (49,3%), así como también en
procedentes de hogares con pobreza extrema (52,8%), con consumo de agua de calidad
inadecuada (53,8%), inadecuado almacenamiento de los alimentos (57,1%), inadecuada
disposición de excretas (71%) e inadecuada frecuencia de recolección de basura (50%); no
así con relación al lavado de manos y alimentos, disposición de basura, antecedentes
familiares de parasitosis intestinales, antecedentes de tratamiento antiparasitario previo y
presencia de vectores; sin embargo, se demostró asociación de presencia de vectores con
Blastocystis hominis y, específicamente de moscas con Giardia lamblia y de roedores con
todos los agentes causales hallados. La alta frecuencia de protozoos encontrada se
explicaría por el amplio uso de antihelmínticos. La frecuencia de enterobiasis puede
deberse a su fácil transmisión directa y a la utilización del método de diagnóstico
específico.
Palabras clave: parasitosis intestinales, características epidemiológicas, método de Graham,
Blastocystis hominis, Enterobius vermicularis, Giardia lamblia, Entamoeba histolytica,
Ascaris lumbricoides.
ix
ÍNDICE
CAPÍTULO
PÁGINA
AGRADECIMIENTO…………………………………………………………..
vi
RESUMEN……………………………………………………………………..
ix
I.
INTRODUCCIÓN……..…………………………………………………..
11
II. METODOLOGÍA…………………………………………………………..
33
III. RESULTADOS...…………………………………………………...............
37
IV.DISCUSIÓN, CONCLUSIÓN, RECOMENDACIONES…………………..
54
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………..………
64
ANEXOS…………………………………………………………………….….
70
I. INTRODUCCIÓN
Las parasitosis intestinales se consideran un problema de salud pública que afecta a
individuos de todas las edades y sexos; pero se presentan sobretodo en los primeros años de
vida, ya que este grupo de edad aún no ha adquirido los hábitos higiénicos necesarios para
prevenirlas y no han desarrollado inmunidad frente a los diferentes tipos de parásitos; de
esta manera, se valora que la población infantil aporta el mayor número de infectados entre
los más de 1.000.000.000 de personas que cada año se infectan por helmintos, según los
cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), siendo los niños en edad escolar
los de mayor riesgo de padecer helmintiasis, aceptándose que más de 200 millones de ellos
sufren enfermedades producidas por este grupo de parásitos 1, 2, 3.
La relación huésped – parasito constituye una infección basada en la influencia de
factores propios del parasito que está condicionada por las cepas, virulencia, número,
tropismo especial por algunos órganos y tejidos, entre otros. En cuanto a los factores del
hospedero relacionados a las parasitosis intestinales, se consideran importantes, la edad,
raza, sexo, susceptibilidad, estado inmunitario, estado nutricional y constitución genética 4.
El parasitismo ocurre cuando un ser vivo (parásito) se aloja en otro de diferente
especie (huésped u hospedero) alimentándose de éste, causándole daño aparente o no. Por
otro lado, parasitosis es el estado de infección o infestación del hombre o de los animales
con un parásito. El huésped es el animal que recibe el parásito, el cual se considera como
huésped definitivo cuando tiene al parásito en su estado adulto o cuando éste se reproduce
sexualmente; se llama huésped intermediario al que tiene las formas inmaduras o asexuales
del parásito y huésped paraténico o transportador, aquel que alberga al parásito sin que este
se desarrolle 5,6.
Cualquier ser humano, animal, artrópodo, plantas, suelo o materia inanimada puede
ser reservorio de parásitos si éstos viven y se multiplican en ellos, y si existe una relación
11
12
de dependencia para su supervivencia, reproduciéndose de manera que pueda ser
transmitida a un hospedador susceptible; en el caso de la parasitosis humana, el hombre es
el principal reservorio debido a que la mayoría de los parásitos que lo afectan pasan de
hombre a hombre; para esta transmisión es importante la existencia de un vector, que es un
artrópodo, molusco u otro vehículo capaz de transmitir el parásito entre los hospedadores,
los cuales a partir del momento de la infección, se consideran portadores, que pueden
albergar el agente infeccioso sin manifestar síntomas y, a su vez transmitirlo a otros
hospedadores. Los vectores pueden ser solo portadores mecánicos de los parásitos como en
el caso de las moscas o cucarachas o, pueden ser verdaderos portadores biológicos, cuando
los parásitos se multiplican en ellos o las larvas se transforman para ser infectantes 4, 6.
Los parásitos pueden producir daños al huésped por medio de diversas acciones,
entre las que destacan:
Acción Sustractora: expolia los nutrientes del huésped pudiendo causarle o agravar
una desnutrición, tal es el caso de la anemia producida por Diphyllobothrium latum, o por
la acción hematófaga, como ocurre en las infecciones por Ancylostoma duodenale y
Trichuris trichiura 4.
Acción Traumática: lesionan al huésped durante su migración; es producida por
helmintos tales como Fasciola hepatica durante su migración por el hígado o de Ascaris
lumbricoides por el pulmón 4.
Acción Mecánica: gran cantidad de parásitos producen obstrucción de conductos del
organismo, tal es el caso de la obstrucción intestinal o de vías biliares por Ascaris
lumbricoides o por compresión al ocupar el espacio de una víscera, como por el ejemplo
invasión del cerebro por cisticercos 4.
Acción Tóxica: producida por metabolitos intermediarios del parásito que pasan a
ser lesivos para el hospedador, como ocurre con la fiebre en la malaria
4
.
13
Acción Inmunoalérgica: igual al anterior, pero en un huésped sensibilizado, lo que
explica el shock anafiláctico del quiste hidatídico roto a serosas, pruritos, urticarias,
edemas, granulomas, entre otros 4.
La infección parasitaria es la penetración, desarrollo o multiplicación de un ser vivo
que actúa como parásito en otro que funcione como hospedador. Esta infección puede
mantenerse asintomática y, si es mayor, puede expresarse en forma de enfermedad, con
síntomas y signos. De tal modo, se define enfermedad parasitaria como un estado mórbido
del hombre o de los animales, ocasionada por un parásito o sus productos tóxicos,
presentando una sintomatología clínica 7.
Los parásitos han sido descritos desde tiempos remotos como causantes de
enfermedad en el hombre. Ya en el año 1600 A.C. en el Papiro de Ebers se hace referencia
a gusanos dañinos al hombre; Hipócrates estableció métodos de tratamiento y algunas
religiones limitaban el consumo de carne de animal por relacionarlo con mayor frecuencia
de parasitosis 5.
Los parásitos se pueden dividir teniendo en cuenta diversos parámetros:
1.
Según su morfología: protozoos, helmintos y artrópodos.
2.
Según su grado de parasitismo: parásitos temporales o facultativos, los que parasitan
solo por momentos al huésped, permaneciendo gran parte de su existencia como
insectos de vida libre (pulga), y parásitos permanentes y obligatorios aquellos que,
necesariamente deben vivir la totalidad de su desarrollo en el huésped porque perecen
rápidamente en su estado libre.
3.
Según su topografía: endoparásitos (viven dentro del huésped) y ectoparásitos (viven
en la superficie externa del huésped, artrópodos).
4.
Según su localización en sistemas y órganos: enteroparásitos, aquellos que parasitan el
tubo digestivo; histoparásitos, los que parasitan los tejidos; hemoparásitos, aquellos
que
parasitan
la
sangre
y
ectoparásitos,
los
que
parasitan
la
piel.
14
5.
Según su especificidad: estenoxenos,
aquellos que tienen preferencia por una
determinada especie o huésped y eurixenos, aquellos que infectan diferentes especies o
huéspedes.
6.
Según su ciclo evolutivo: monoxenos, cumplen toda su evolución en un solo huésped y
heteroxenos, su ciclo evolutivo se realiza en dos o más huéspedes.
7.
Según el tipo de alimento consumido: estenotróficos, tienen exigencia para un único
tipo de alimento y euritróficos, se nutren de diferentes sustancias.
8.
Según su capacidad para producir lesiones: patógenos, capaces de producir lesión en el
huésped (Plasmodium) y no patógenos, aquellos que estando en el huésped no
producen lesiones (Entamoeba coli) 4.
El Comité de Sistemática y Evolución de la Sociedad de Protozoología, clasifica a
los seres vivos en cinco reinos: Monera, Protista, Plantae, Fungi y Animalia. En el reino
Protista se incluye al subreino Protozoo. Se han identificado más de 65000 especies
pertenecientes a este reino de los cuales diez mil son parásitos humanos. En el reino
Animalia se ubica el subreino Metazoa, el cual incluye una variedad de parásitos llamados
helmintos. Por lo tanto, las especies parasitarias causantes de parasitosis intestinales, se
pueden dividir en 2 grandes grupos: helmintos y protozoos
5, 8, 9
.
Los protozoos son organismos eucariotas, unicelulares de dimensiones y formas
variables en sus diversas etapas evolutivas, son microscópicos y se localizan en diferentes
tejidos realizando funciones fisiológicas necesarias a través de sus organelas especializadas.
El quiste representa la forma infectante de casi todos los protozoos y facilita la transmisión
de un huésped a otro. Dentro de las especies patógenas más comúnmente encontradas están:
Entamoeba histolytica, Giardia lamblia y Blastocystis hominis
5, 8, 9
.
Entamoeba histolytica causa la amibiasis, parasitosis que predomina en países
tropicales, principalmente en las zonas donde hay hacinamiento y condiciones sanitarias
deficientes. La mayoría de las infecciones son asintomáticas, siendo los portadores de gran
importancia epidemiológica para la diseminación de los quistes del parásito. El reservorio
15
es el hombre; éste se infecta al ingerir alimentos o bebidas contaminadas ya sea por una
mala disposición de excretas o por vectores como las moscas y cucarachas, o bien
directamente por manos contaminadas con excremento humano 8.
Giardia lamblia ocasiona la giardiasis, parasitosis de distribución mundial de mayor
incidencia en países tropicales y algunos templados. Es más frecuente en niños debido a
que tienen mayor facilidad para infectarse. Tiene mayor prevalencia en áreas de mal
saneamiento y guarda relación con el consumo de agua tratada inadecuadamente. La
transmisión de la infección se efectúa bien sea por un mecanismo fecal-oral mediante
manos contaminadas o por contaminación de aguas y alimentos con materia fecal o por
moscas y cucarachas. La transmisión hídrica es la de mayor importancia 8.
Blastocystis hominis es el agente causal de la blastocistosis, la cual ha adquirido
mayor importancia en los últimos años debido a que su diagnóstico es cada vez más
frecuente; en Venezuela se estima una prevalencia de 15% aproximadamente. No se ha
demostrado invasión a la mucosa intestinal y no tiene un ciclo evolutivo preciso en el
hombre; se puede encontrar tanto en portadores asintomáticos como en pacientes con
manifestaciones clínicas 8.
Balantidium coli causa la balantidiasis, enfermedad que afecta principalmente a
suinos y de forma esporádica al hombre. Su incidencia es baja, sin embargo, el contacto con
cerdos infectados puede aumentar la tasa de infección. Su distribución es mundial,
sobretodo en zonas tropicales. Este parásito habita en la luz del intestino grueso, pudiendo
penetrar en la mucosa y causar lesiones. Cursa con sintomatología leve a moderada, mejor
conocida como disentería balantidiana 8.
Cryptosporidium parvum ocasiona la criptosporidiosis, tercera enfermedad
ocasionada por protozoos en frecuencia y severidad en pacientes con SIDA; se estima una
prevalencia de 4 % de la población mundial. Puede colonizar todo el tracto digestivo, se
16
transmite por mecanismo fecal – oral o por contaminación hídrica. Provoca alteración en la
absorción intestinal y es autolimitada (10 – 14 días) 8.
Existen otras especies no patógenas frecuentemente encontradas solas o en
asociación con especies patógenas, éstas desaparecen espontáneamente o durante algún
tratamiento de una amibiasis. Dentro de estos protozoos comensales están: Entamoeba coli,
Entamoeba hartmanni, Endolimax nana, Trichomonas hominis, Iodamoeba butschlii,
Chilomastix mesnili y Dientamoeba fragilis, todas habitan en el intestino grueso 8.
Por otra parte, los helmintos son organismos multicelulares muy complejos con
tejidos y órganos diferenciados, siendo animales invertebrados de vida libre o parasitaria,
llamados comúnmente “gusanos”, ampliamente distribuidos en la naturaleza; sus especies
parásitas más comunes son: Trichuris trichiura, Ascaris lumbricoides, Enterobius
vermicularis y con menos frecuencia Necator americanus
5, 8, 9
.
Ascaris lumbricoides es un parásito cosmopolita, causante de la ascariasis, frecuente
en países tropicales y subtropicales; se asocia factores socioeconómicos, culturales y
sanitarios que favorecen su transmisión. El hombre se infecta por la ingestión de huevos
fértiles por medio de las manos, alimentos o agua contaminados. También las moscas y
cucarachas pueden actuar como vectores mecánicos 9.
Trichuris trichiura es un geohelminto cosmopolita de elevada prevalencia en los
países tropicales y subtropicales, ocasiona la tricuriasis, presentándose frecuentemente en
niños, principalmente preescolares, quienes suelen presentar mayores cargas parasitarias y
manifestaciones clínicas importantes. En Venezuela se ha estimado una prevalencia de
33%. El mecanismo de infección, al igual que la ascariasis, consiste en la ingestión de
huevos larvados por medio del agua, alimentos o manos contaminadas 9.
Enterobius vermicularis es el agente causal de la enterobiasis u oxiuriasis,
parasitosis muy frecuente, con escasa o ninguna sintomatología; es una helmintiasis
17
cosmopolita que afecta a personas de ambos sexos, de todas las edades y clases sociales. En
los países tropicales predomina en las áreas más empobrecidas y de menores recursos
sanitarios. Su real prevalencia en nuestro país no esta bien establecida por la poca
utilización de la técnica diagnóstica apropiada (método de Graham). Es más frecuente en
preescolares y escolares, generalmente varios miembros del mismo grupo familiar están
afectados; guarda estrecha relación con la higiene personal y el hacinamiento. Los
individuos pueden infectarse directamente a través de un mecanismo fecal-oral por medio
de manos contaminadas, principalmente por el rascado perianal, muy común en esta
parasitosis o bien de manera indirecta a través de ropa de vestir, ropa de cama, alimentos u
objetos contaminados 9.
Strongyloides stercoralis es un nematelminto muy pequeño causante de una
geohelmintiasis propia de países tropicales, afecta principalmente al intestino delgado pero
puede
diseminarse
a
diferentes
partes
del
cuerpo,
sobretodo
en
pacientes
inmunosuprimidos. Las manifestaciones clínicas dependen de la severidad de la infección y
del estado inmune del hospedador, con síntomas digestivos inespecíficos, pero en la
mayoría de los casos es asintomática. Es un parásito de importancia relevante en
inmunosuprimidos 9.
Necator americanus y Ancylostoma duodenale producen una geohelmintiais
conocida como anquilostomiasis o uncinariasis, parasitosis de mayor prevalencia en el
medio rural y en estratos socioeconómicos bajos; es considerada un problema de salud
pública porque afecta principalmente a agricultores; habitan en el duodeno y yeyuno,
fijándose a la mucosa. Las manifestaciones clínicas se relacionan con el mecanismo de
infección y con la acción patógena en las diferentes etapas de su ciclo vital en el hombre,
puede que no haya ninguna sintomatología pero cuando la parasitosis es masiva puede
llegar a ser mortal 9.
Taenia solium y Taenia saginata ocasionan una helmintiasis intestinal conocida
como teniasis, conocidos popularmente como “solitarias”, ya que el hombre frecuentemente
18
es parasitado por un solo verme. Su prevalencia en el mundo varía desde 0,5 a 2%. Su
importancia radica en las temibles consecuencias que puede ocasionar su forma larvaria
(Cisticercosis). Depende de factores económicos, culturales, geográficos y consumo de
carne cruda o poco cocida. El hombre es el único hospedador definitivo. La mayoría de los
casos son asintomáticos o pueden cursar con clínica inespecífica o con eliminación de la
forma adulta en las heces 9.
Los parásitos intestinales poseen una alta actividad reproductiva que contrarresta el
gran número de ellos que se pierde en el ciclo de vida, el cual representa todo el proceso
para llegar al huésped, desarrollarse en él y producir formas infectantes que perpetúen la
especie. El ciclo de vida más simple es aquel que permita a los parásitos dividirse en el
interior del huésped para aumentar su número y a su vez producir formas que salen al
exterior para infectar nuevos huéspedes; este ciclo existe principalmente en los protozoos
intestinales, mientras que la mayoría de los helmintos requieren la salida al exterior de
huevos o larvas, que en circunstancias propicias de temperatura y humedad llegan a ser
infectantes. En ciclos mas complejos existen huéspedes intermediarios, en los cuales las
formas larvarias crecen o se multiplican antes de pasar a los nuevos huéspedes definitivos 5.
Con respecto a los mecanismos de transmisión de las enteroparasitosis, se
distinguen cuatro formas:
Infección por Fecalismo: el huésped infectado elimina al ambiente las formas
infectantes a través de sus heces contaminando el suelo, luego el huésped susceptible
contrae la infección por la ingestión de quistes y ooquistes, esporoquistes y esporas de
protozoos o huevos de helmintos. Esta modalidades ocurre en los ciclos monoxénicos
(Entamoeba histolytica, Giardia lamblia, Blastocistosis hominis, Ascaris lumbricoides y
Trichuris trichiura) 4.
Infección por Carnivorismo: ocurre en aquellos parásitos con ciclos evolutivos
complejos, con interposición de hospederos intermediarios (ciclos heteroxénicos), donde el
19
huésped definitivo presenta la infección en el intestino albergando la fase sexuada del
parasito cuyas formas infectantes salen por las heces dando ocasión para que se infecte el
huésped intermediario por fecalismo y el parásito se desarrolle y multiplique
asexuadamente en sus tejidos; el ciclo se completa cuando el huésped definitivo ingiere
carnes crudas o mal cocidas que contengan protozoos o estados larvales de los cestodos
(Taenia solium y Taenia saginata) 4.
Infección por el ciclo ano – boca: típico de la enterobiasis, en la cual los parásitos se
albergan en el intestino, salen por las heces, contaminan el ambiente y el huésped
susceptible o los ya infectados, adquieren la infección o se reinfectan fácilmente a través de
las manos contaminadas con la forma infectante que son posteriormente ingeridas 4.
Infección por la piel: algunos helmintos eliminan al exterior a través de las heces del
huésped, larvas rabditiformes no infectantes o huevos en avanzadas etapas de desarrollo,
que rápidamente evolucionan a larvas filariformes con gran capacidad de penetrar por la
piel iniciando la infección en un huésped susceptible 4.
La disposición de excretas es uno más de los diversos factores del medio ambiente
que influye en la salud de la comunidad; es uno de los elementos del saneamiento
ambiental que están relacionados con la salud de la población. Entre los factores
ambientales que se asocian a la alta prevalencia de infecciones parasitarias, se encuentran
las fallas en la disposición de excretas, que promueven un ambiente adecuado para las
continuas reinfecciones. La eliminación inadecuada de las heces contamina el suelo y las
fuentes de agua y a menudo, propicia criaderos para ciertas especies de moscas y
mosquitos, dándoles la oportunidad de transmitir la infección; atrae también a animales
domésticos y roedores que transportan consigo las heces y con ellas posibles enfermedades
10,11
.
También es epidemiológicamente importante la disposición de la basura en la
morbilidad por parasitosis intestinales. En los centros poblados en donde existe un servicio
20
de recolección de basuras es importante que el lugar donde se deposita el recipiente sea de
fácil acceso para el personal encargado de dicho servicio, pues facilita la rapidez de
recolección. A su vez, la frecuencia y horario de recolección también son factores de riesgo
y, aunque depende de las condiciones locales, en general la basura doméstica debe ser
recogida dos veces a la semana o de forma interdiaria en los sectores residenciales y
diariamente en los establecimientos comerciales, hospitales, cuarteles, entre otros 12.
Por otro lado, dentro de las características relacionadas a parasitosis intestinales se
encuentra la calidad del agua potable, que es la expresión de condiciones tanto
microscópicas (libre de gérmenes y partículas químicas tóxicas) como macroscópicas
(aspecto físico transparente, sabor insípido, sin olor, ni turbiedad) del agua, que sean
adecuadas para el consumo del ser humano sin causarle daño alguno. Se ha demostrado que
la implementación de agua potable en algunas comunidades ha condicionado el descenso de
la frecuencia de parasitosis intestinales y de enfermedad diarreica aguda. En el mismo
contexto, investigaciones recientes han demostrado la transmisión de protozoos a través del
agua 12, 13.
La vía digestiva es la forma de transmisión más común para los enteroparásitos;
con frecuencia, los alimentos son objeto de contaminación bacteriana y química, y como
resultado, afectan la salud de la comunidad. Muchas enfermedades y padecimientos son
directamente imputables al consumo de alimentos contaminados. La contaminación por
gérmenes patógenos no solo se produce en la preparación o inadecuado almacenamiento
sino también en el momento de servirlos; el uso de recipientes y utensilios mal lavados,
manos sucias y prolongada exposición del alimento al aire, son otros de los variados
medios por los cuales pueden contaminarse los alimentos y poner en riesgo la salud de
muchas personas. En Venezuela se ha demostrado, por ejemplo, la presencia de quistes de
protozoos y huevos de helmintos en vegetales de consumo humano 12, 14.
Es conocido que en las parasitosis intestinales los individuos mas afectados están
entre 5 y 15 años de edad, en los cuales, la carga parasitaria alcanza su máxima expresión,
21
por lo que tienden a sufrir infecciones más severas y duraderas; llegando en ocasiones a
producirse efectos deletéreos tanto sobre el crecimiento, como sobre el aprendizaje de estos
niños, por lo que se hace necesario el conocimiento de la asociación existente entre la
presencia de parasitosis intestinales y la edad de los individuos afectados. Se han reportado
asociaciones entre la edad y la presencia de parasitosis intestinales en la población infantil;
al analizar el comportamiento del parasitismo intestinal según el sexo, no se reportan
diferencias significativas en la literatura 1,2, 3, 15.
En la literatura se ha demostrado, en países en desarrollo, asociación entre los
niveles socioeconómicos bajos y la presencia de parasitosis intestinales. Existen
requerimientos psicofísicos y culturales cuya satisfacción constituye una condición mínima
necesaria para el funcionamiento y desarrollo de los seres humanos en una sociedad
específica que no son suplidas; esto se resume en un método que establece niveles de
pobreza en la sociedad, conocido como Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) 16.
En América Latina, el método de las NBI ha significado un importante aporte para
la identificación de ciertas carencias críticas de la población y la caracterización de la
pobreza. Este método es ampliamente utilizado porque permite identificar la proporción de
personas y hogares que tienen insatisfechas una o más necesidades, las cuales son básicas
para subsistir en la sociedad 16.
Existen cinco indicadores utilizados frecuentemente en los mapas de pobreza de
América Latina, los cuales son el reflejo de insatisfacción de algunas de las necesidades del
ser humano que se consideran como básicas: calidad de la vivienda (tipo de vivienda y
materiales de construcción de la misma), condiciones sanitarias (disponibilidad de agua
potable y acceso a servicios sanitarios para el desecho de excretas), escolaridad (niños de 7
a 12 años que no reciben instrucción primaria), dependencia económica (mas de tres
personas que dependen económicamente de un trabajador y cuyo jefe no ha alcanzado una
escolaridad mayor de tres años) y hacinamiento crítico (tres o más personas por cuarto)
17
.
16,
22
Al aplicar estos indicadores se generan tres estratos de acuerdo a las siguientes
situaciones de las Necesidades Básicas: 1) Hogares con Necesidades Básicas Satisfechas
(No pobres), 2) Hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas (pobres), 3) Hogares de
“Pobreza extrema” (PEXT) 16.
Diversos estudios reportan que las parasitosis intestinales son especialmente
prevalentes en niños y adultos de poblaciones con necesidades básicas insatisfechas. La
distribución de estas parasitosis intestinales se encuentra influenciada por factores bióticos,
abióticos y culturales. Estudios previos llegaron a concluir que la mayor cantidad de
parasitados provenían de hogares con pobreza extrema, lo cual representa un indicador
acerca de la población que debe ser objeto de campañas para prevenir dichas enfermedades
15, 17
.
El diagnóstico de las parasitosis intestinales en niños es principalmente clínico-
epidemiológico, basándose en los síntomas que presente el paciente y los factores de riesgo a
los que se encuentran expuesto. Es importante señalar que los síntomas de las parasitosis
intestinales no son fácilmente identificables por un examinador, pero son, sin embargo, un
hallazgo al buen interrogatorio clínico del paciente. Los síntomas son expresados por las
personas como molestias de salud que pueden no hacerse manifiestas a la hora de la consulta
5, 8, 9 ,18
.
La sintomatología en las parasitosis intestinales es inespecífica, puede hallarse dolor
abdominal, el cual puede ser errático o tipo cólico y suele acompañarse con estado nauseoso
y sensación de opresión en epigastrio. Entre otros síntomas, cabe destacar la alteración del
ritmo defecatorio existiendo más comúnmente diarreas; también puede haber pérdida del
apetito, decaimiento, prurito anal y nasal (especialmente nocturnos); ocasionalmente puede
expresarse palidez de piel y mucosas, trastornos de conducta, nerviosismo, trastornos en la
absorción intestinal y, a veces, tos 5, 8, 9, 19.
23
Para el diagnóstico de parasitosis intestinales, se deben incluir:
1. Diagnóstico Clínico: contempla tanto síntoma y signos que se manifiestan en el paciente
con parasitosis intestinal.
2. Diagnóstico Epidemiológico: toma en cuenta los factores de riesgo asociados a esta
patología, entre los cuales se encuentran: inadecuada higiene personal y de los
alimentos, disposición de excretas y basura, características de la vivienda, hacinamiento,
servicio de agua potable, escolaridad, dependencia económica, entre otros.
3. Diagnóstico de Laboratorio: comprende el conjunto de técnicas empleadas para la
observación directa y diagnóstico exacto de parasitosis intestinales. Las más utilizadas
son:
•
Examen de heces directo:
Extensión directa de la muestra (disuelta en suero salino fisiológico si es necesario),
sobre una lámina cubierta con laminilla, para su posterior visualización al microscopio.
Permite observar directamente las características morfológicas de los parásitos adultos,
enteros o fraccionados, quistes y/o huevos, así como los cambios en las características
organolépticas de las heces eliminadas.
•
Métodos de concentración:
Permiten corroborar el hallazgo del método directo y conocer la intensidad del
enteroparasitismo. Existen diversos métodos, entre éstos: método de Ritchie o de
sedimentación por centrifugación y flotación, el cual se basa en la concentración de los
quistes y huevos por sedimentación mediante la centrifugación, con la ayuda de formol y éter
para separar y visualizar los elementos parasitarios; es el mas utilizados para concentrar
quistes de protozoos, huevos y larvas de helmintos. El método de Kato o de concentración
por tamizado, consiste en la diafanización o aclaración de las heces con el uso de glicerina y
utiliza el verde de malaquita, observándose así las formas parasitarias. El método de Willis,
consiste en preparar el material fecal con solución saturada de NaCl, los huevos de helmintos
de peso específico menor que la solución saturada de NaCl tienden a subir y adherirse a una
lámina colocada en contacto con la superficie del líquido. La técnica de Faust o de
24
sedimentación y flotación por centrifugación con sulfato de zinc al 33,3%, se basa en que los
quistes y/o huevos de los parásitos flotan en la superficie por ser de menor densidad que el
sulfato de zinc a 33,3%; es útil para la búsqueda de quistes y/o huevos de parásitos,
excepcionalmente se observan larvas 5, 20, 21.
Algunas parasitosis no se pueden diagnosticar por el examen de heces, por lo que
exigen técnicas especiales como el método de Graham; se realiza para verificar la presencia
de Enterobius vermicularis; consta de tres partes principales: preparación de la lámina
portaobjetos con cinta engomada transparente con la mitad de un bajalenguas; la muestra se
obtiene mediante toques en el borde anal con la cinta adhesiva transparente y se lleva a
observación al microscopio 22.
Para lograr el diagnostico de Strongyloides stercoralis, es necesario utilizar otro tipo
de método: el Método de Baerman, cuyo fundamento es el termotropismo y el hidrotropismo
positivo de las larvas 5.
Una vez diagnosticadas las parasitosis intestinales es necesario el tratamiento
farmacológico, que tiene como objetivo erradicarla de forma rápida y completa; sin
embargo, en las zonas endémicas es frecuente observar que estos tratamientos solo
disminuyen la carga parasitaria y evitan las complicaciones sistémicas 23.
La terapia medicamentosa en los niños con parasitosis intestinal es diversa y los
fármacos a seleccionar por el médico tratante dependen de los medicamentos existentes en
cada región o país, de la experiencia previa, del costo y disponibilidad, así como de los
efectos colaterales que se presentan; los mas empleados en Venezuela contra los protozoos
son metronidazol, tinidazol, ornidazol, furazolidona, mebendazol, secnidazol entre otros.
Los antihelmínticos de mayor uso en Venezuela son albendazol, mebendazol y pamoato de
pirantel. El albendazol es empleado para el control de parasitosis, en base a su amplio
margen de acción sobre protozoos y helmintos 9, 10, 23, 24,
25
.
25
En el ámbito mundial se ha estudiado la frecuencia de parasitosis intestinales en
niños, citándose a continuación las investigaciones más resaltantes:
Okyay P y colaboradores, 2004, realizaron un estudio en Turquía con la finalidad de
determinar la prevalencia de parasitosis intestinal en escolares de 7 a 14 años de edad e
identificar su asociación sociodemográfica, factores ambientales y hábitos higiénicos;
encontraron 31,8% infectado con uno o más parásitos intestinales; 6,4% resultó parasitado
por más de un parásito; 5,7% con dos parásitos y 0,7% por tres parásitos. Las tres especies
parasitarias más comunes fueron, Enterobius vermicularis, Giardia lambia y Entamoeba
coli. La prevalencia de parasitosis intestinal fue elevada en el área rural, en niños cuyas
madres solo tenían educación primaria, niños que utilizaban sus manos para lavar el área
anal luego de evacuar y niños quienes usan papel sanitario algunas veces o nunca 26.
Soriano y colaboradores, 2005, investigaron la prevalencia y distribución de
parasitosis intestinales en 126 niños de 2 a 14 años, de dos poblaciones de diferente nivel
socioeconómico de la ciudad de Neuquén (Argentina) a fin de evaluar su relación con las
condiciones de hábitat y factores socioeconómicos. Se detectó 50,7% de niños con
parasitosis intestinales del sector suburbano y 92,9% de los niños del sector marginal.
Blastocystis hominis fue la especie más frecuentemente encontrada en ambas poblaciones.
No se encontraron helmintos diferentes de Enterobius vermicularis en el Sector I y la
prevalencia de tal especie fue muy baja en el Sector II. Las condiciones de hábitat
deficiente y los bajos parámetros socioeconómicos se relacionaron con una mayor
prevalencia de parasitosis intestinales de transmisión directa como protozoos y Enterobius
vermicularis en las poblaciones estudiadas 27.
Teixeira J y colaboradores, 2006, en Brasil, caracterizaron las enfermedades
parasitarias transmitidas de forma fecal-oral e identificaron los factores asociados con esta
patología, haciendo énfasis en factores ambientales, en niños entre 1 y 5 años de edad
residentes en comunidades de estrato social bajo. La muestra fue de 753 niños, un total de
319 presentó enfermedades parasitarias de transmisión fecal-oral. Los factores asociados
26
con las parasitosis intestinales incluyeron edad, ingreso familiar, hacinamiento, agua
proveniente de manantiales poco profundos, o de fuentes naturales, ausencia de reservorios
de agua intradomiciliaria bien cubiertos y la presencia de aguas negras fluyendo por la calle
28
.
En el mismo orden de ideas, Ávila E y colaboradores, 2007, investigaron los
factores asociados a parasitosis intestinales en niños de la consulta ambulatoria de un
hospital en México en 429 niños entre 6 y 36 meses de edad. Encontraron parasitosis
intestinales en 31,2%; los parásitos fueron Entamoeba histolytica y Giardia lamblia; los
factores asociados a las parasitosis fueron: edad, ingreso económico familiar y tenencia de
refrigerador; la amibiasis se asoció con la edad e ingreso familiar y giardiasis con la edad y
calidad de las paredes de la casa. Concluyeron que la condición socioeconómica y las
condiciones inadecuadas de la vivienda se asocian a un mayor riesgo de parasitosis
intestinales, principalmente por protozoos 29.
Hagel I y colaboradores, 2001, llevaron a cabo un estudio sobre los factores que
promueven la alta frecuencia de parasitosis intestinales en áreas rurales y marginales
urbanas de Venezuela en 1190 niños escolares y preescolares; compararon comunidades
centinelas de los Estados Trujillo, Miranda, Sucre, Nueva Esparta, Delta Amacuro y
Caracas. Los datos se recopilaron del examen físico, determinación de niveles séricos de
IgE total y específica (ELISA),
análisis coprológico (Kato-Katz), cargas parasitarias
(número de huevos por gramo de heces) y determinación del nivel socioeconómico
familiar. Encontraron una prevalencia e intensidad de Ascaris lumbricoides y Trichuris
trichiura similar en todos los grupos rurales (65-70%), encontrándose significativamente
más alta en los Estados Sucre y Miranda y mas bajas en el ambiente urbano. La
estrongiloidiasis y necatoriasis sólo se encontraron en comunidades del Estado Sucre y en
niños de la etnia Warao en Delta Amacuro. Entre los factores ambientales más importantes
que se asociaron a la alta prevalencia de estas infecciones, encontraron la falta de agua
potable y fallas en la disposición de excretas; en cambio, la intensidad de las mismas,
mostró una dependencia de factores intrínsecos a la capacidad de respuesta tales como el
27
estado nutricional y la respuesta inmune específica a los parásitos. Estas consideraciones
son importantes para el diseño adecuado de estrategias de control y seguimiento de la
presencia de parasitosis en las comunidades rurales del país 10.
Rivero Z y colaboradores, 2001, publicaron un estudio con el objetivo de determinar
la prevalencia de parasitosis intestinales en escolares de 5 a 10 años de edad en la E.B.N
“Francisco Valera” del municipio Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela; recolectaron
muestras de heces y material de frotis anal (método de Graham). Observaron que 87% de
los escolares presentaba enteroparásitos, encontrando un marcado predominio de
poliparasitismo (75,53%). No se observó diferencia significativa según la edad, sin
embargo se observó un ligero incremento de las parasitosis intestinales en los niños de 7 y 8
años de edad. Los principales enteroparásitos patógenos encontrados fueron: Blastocystis
hominis (44,4%), Trichuris trichiura (41,7%), Ascaris lumbricoides (34,3%), Giardia
lamblia (25,9%), Enterobius vermicularis (19,4%) y Entamoeba histolytica (15,7%) 1.
Acosta M y colaboradores, 2002, llevaron a cabo un estudio para determinar la
prevalencia y los síntomas de enterobiasis y su relación con el nivel socioeconómico y
grado de hacinamiento, en 154 escolares de 6-12 años de edad, provenientes de la
comunidad rural de Sabaneta del Estado Falcón. Utilizaron la técnica de Graham para el
diagnóstico parasitológico. Observaron una prevalencia total de 57,79%, no detectándose
diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de edades y el sexo. El prurito
anal representó la manifestación clínica más común entre los escolares (53,9%).
Adicionalmente, se evidenciaron los siguientes síntomas: lesiones perianales (34,8%) y
vulvovaginitis (32,6%). El análisis socioeconómico (Graffar) reveló que los escolares
provenían de núcleos familiares de los estratos IV y V, con diversos grados de
hacinamiento. Se encontró una correlación significativa entre el grado de hacinamiento
familiar y los porcentajes de infección por Enterobius vermicularis 30.
Devera R y colaboradores, 2007, realizaron un estudio para determinar la
prevalencia de parasitosis intestinales en niños, niñas y adolescentes de siete dependencias
28
del Instituto Nacional del Menor de Ciudad Bolívar. La prevalencia de parasitosis
intestinales fue 45,7%; no hubo diferencias con relación al sexo de los afectados; a menor
edad mayor fue la prevalencia de parasitosis. El “Centro de Diagnóstico y Tratamiento de
Varones” fue la dependencia con más afectados (75%), seguido del “Jardín de infancia
Negro Primero” (53,8%). Los protozoos fueron más comunes que los helmintos. Se
diagnosticaron 11 especies de enteroparásitos, siendo Blastocystis hominis (26,7%) y
Giardia lamblia (13,3%) los más frecuentes. Se encontró monoparasitado a 66,7% y
poliparasitado a 33,3% 31.
Rumien F y colaboradores, 2005, con la finalidad de determinar la prevalencia de
parásitos intestinales en las heces y en el lecho subungueal en escolares de la U.E.E. Teresa
de la Parra del Barrio Buen Retiro en San Félix, Estado Bolívar, evaluaron 344 niños, entre
6 y 15 años, encontrando que la prevalencia de parásitos en heces fue de 97,4%. No hubo
relación con la edad
ni el sexo. Los protozoos fueron más prevalentes, destacando
Blastocystis hominis (76,2%). Entre los helmintos el más común fue Trichuris trichiura
(74,1%). La prevalencia de estadios parasitarios en el deposito subungueal fue de 3,6%,
siendo Ascaris lumbricoides y Entamoeba coli los más comunes. No hubo relación entre la
presencia de parásitos en el lecho subungueal y en las heces 32.
Al igual que en los diferentes estados de Venezuela, en Lara, específicamente en el
municipio Iribarren, García y colaboradores, 1999, realizaron una investigación cuyo
principal objetivo fue determinar la frecuencia de parasitosis intestinales y los factores de
riesgo asociados en 127 niños que asistían a la Escuela Básica Estadal General “José
Trinidad Morán” en Barquisimeto, encontrando a 69,29% parasitado, a predominio de
protozoos (97,73%), el más frecuente fue Giardia lamblia (51,14%) seguido de Entamoeba
coli (23,73%), Entamoeba histolytica (2,68%) y Trichuris trichiura (2,27%),
único
helminto hallado. Los niños de 4 a 6 años fueron los más afectados con 54,84% para el
género masculino y 40,35% para el género femenino. La asociación entre la frecuencia de
parasitosis y los hábitos higiénicos fue significativa, con 53,82% para los parasitados y
15,38% para los no parasitados 33.
29
En Barquisimeto, Venezuela, Arias y colaboradores, 2001, con el objetivo de
determinar la frecuencia de parasitosis intestinales y algunos factores de riesgo en
preescolares y escolares de primer grado de la unidad educativa Dr. Cecilio Acosta,
encontraron una frecuencia de parasitosis intestinales de 57,48%, siendo los parásitos más
frecuentemente observados Blastocystis hominis (60,41%) y Giardia lamblia (36,45%); no
se encontró diferencia en cuanto al sexo de los parasitados. El mayor porcentaje de
parasitados provenía de hogares con pobreza extrema (45,83%) y hábitos higiénicos
regulares (80,20%) 15.
Atacho Z, en el año 2002, estudió la frecuencia de desnutrición y parasitosis
intestinales en niños que acudieron a la consulta de atención integral en el Ambulatorio
Urbano Tipo I “Antonio María Sequera”, de la comunidad de Tamaca, Barquisimeto. Se le
realizó a cada niño una entrevista, se tomaron medidas antropométricas y se tomaron
muestras de heces que fueron estudiadas por el método de Lugol y Kato; encontrándose que
70,58% de los niños tenía un estado nutricional normal, 22,35% tenía desnutrición y 7,06%
tenía sobrepeso; la frecuencia de parasitosis intestinales abarcó 72,94% encontrándose
Blastocistis hominis en un 53,2%. De los pacientes desnutridos 52,6% presentó parasitosis
intestinales 34.
Mendoza y colaboradores, 2005, llevaron a cabo un estudio para determinar la
frecuencia de parasitosis intestinales y algunos factores de riesgo en escolares de cuarto
grado de tres Unidades Educativas de Barquisimeto, encontrándose que 7,9% de la
población estudiada resultó parasitada sin predilección por el sexo. El mayor porcentaje fue
por protozoos (80,8%). De los casos positivos, 17,9% correspondía a aquellos niños que
obtenían el agua a través de recipientes almacenados, seguidos de 16,1% de quienes la
obtenían por tuberías. Entre los parasitados 10,7% no cumplió con el lavado de las manos.
En cuanto el consumo de alimentos se pudo constatar entre los casos positivos que 8,4%
consumía alimentos de vendedores ambulantes y que la frecuencia de parasitosis intestinal
disminuyó a medida que aumentaba la edad 35.
30
Méndez y colaboradores, 2005, estudiaron la frecuencia de giardiasis en niños
menores de 10 años de “El Ujano”, Barquisimeto-Venezuela, encontrándose afectado
22,50% de la muestra. La frecuencia fue mayor en preescolares (38,46%), seguido de los
lactantes menores (18,75%) y lactantes mayores (14,29%); no se encontró giardiasis en
escolares, ni hubo diferencia significativa con relación al sexo. Se encontró, en orden de
frecuencia, blastocistosis (27,50%), amibiasis (7,50%) y enterobiasis (5%). En los pacientes
con giardiasis, la blastocistosis se asoció en 44% mientras que la enterobiasis y la amibiasis
fueron de 11,11% respectivamente. Entre los 9 pacientes con giardiasis 77,78% tenía un
estado nutricional normal y 11,11% sobrepeso con talla normal. No se encontraron
pacientes desnutridos 36.
Márquez A y colaboradores, 2006, realizaron un estudio con la finalidad de
determinar la frecuencia de parasitosis intestinales y factores de riesgo asociados en niños
entre 1 y 11 años de “La Carucieña”, a la muestra de 171 niños se le realizó una entrevista
dirigida, se solicitó una muestra de heces para análisis por examen directo y concentrado y
se realizó método de Graham a quienes aceptaron, resultó parasitado 34,50%, no hubo
predilección por edad ni género, el mayor numero de parasitados se encontró entre los
procedentes de hogares en pobreza extrema (35,58%), los que consumían agua hervida
(38,10%), alimentos preparados tanto en el hogar como fuera del mismo (34,51%), los que
tenían hábitos higiénicos adecuados (38,57%), los que tenían vectores en el hogar
(38,10%), los que disponían la basura no tapada con recolección irregular (43,14%), los
cuidados por familiar (41,03%), los que no habían recibido tratamiento antiparasitario
previo (40,32%) y los que manifestaron parasitosis intestinales diagnosticadas
recientemente en la familia (46,15%). Se identificó Blastocystis hominis (49,15%), Giardia
lamblia (33,90%) y Enterobius vermicularis (33,90%). Se demostró elevada frecuencia de
factores de riesgo asociada a parasitosis intestinales, siendo estadísticamente significativos
la presencia de vectores y el uso de tratamiento antiparasitario previo 37.
En el estado Lara, los registros que maneja el sistema de vigilancia epidemiológica
del estado (SIVEL) para el año 2006, reporta que 2,4% de la población general presenta
31
parasitosis intestinales, siendo las más relevantes Amibiasis, Giardiasis y Helmintiasis. Sin
embargo, es importante destacar la diferencia marcada que se observa al revisar los
resultados de investigaciones sobre parasitosis intestinales llevadas a cabo por estudiantes
del Decanato de Medicina de la UCLA, en las cuales la frecuencia de esta patología oscila
entre 7,9 y 69,29% 38.
En el ámbito mundial, nacional e incluso local, existen múltiples estudios que han
concluido que la frecuencia de parasitosis intestinales son elevadas en niños, a pesar de los
esfuerzos científicos, farmacológicos, preventivos y educacionales a la población; la
información que se maneja en los registros de salud pública revelan un subregistro de
parasitosis intestinales, lo que representa un problema de salud pública ya que repercute en
el desarrollo biopsicosocial de esta población en crecimiento.
A pesar de que se han realizado múltiples estudios sobre la prevalencia de
parasitosis intestinales en niños en el ámbito nacional e incluso local, en el área de
influencia del Ambulatorio Urbano tipo II “Laura Labellarte” de la comunidad de “Santos
Luzardo” de Barquisimeto no se conoce la frecuencia de esta patología ni los factores de
riesgo a los que están expuestos los niños de esta población, por lo que se consideró de
suma importancia el determinar la frecuencia de parasitosis intestinales en niños de 1 a 12
años de edad que acudieron a la Consulta Pediátrica de dicho ambulatorio para el período
Septiembre 2007 - Enero 2008, así como su asociación con diversas características
epidemiológicas tales como edad, sexo, agente causal, presencia de síntomas
gastrointestinales, Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), calidad del agua para
consumo, lavado de manos, lavado de los alimentos y forma de almacenarlos, forma de
disposición de excretas y de basura, frecuencia de recolección de basura, presencia de
vectores, antecedente familiar de parasitosis intestinal en los últimos 6 meses, y antecedente
de tratamiento antiparasitario previo en los últimos 6 meses.
Con el presente estudio se aportó información tanto al personal de salud del
Ambulatorio Urbano Tipo II “Laura Labellarte” como a la comunidad de “Santos Luzardo”
32
acerca de la magnitud que representan las parasitosis intestinales como problema de salud
pública a dicha comunidad, así como también se les concientizó acerca de la necesidad de
implementar programas educativos y preventivos a fin de mejorar las condiciones
epidemiológicas de la comunidad, a su vez, la presente investigación sirve como dato
epidemiológico comparativo para otros estudios similares que se realicen en esta
comunidad o en poblaciones vecinas.
II. METODOLOGÍA
El presente estudio es una investigación de tipo descriptiva transversal, con una
población y muestra constituidas por 139 niños entre 1 y 12 años de edad que acudieron a
la Consulta Pediátrica del Ambulatorio Urbano Tipo II “Laura Labellarte” para el período
Septiembre 2007 - Enero 2008, muestreo que se consideró de tipo no probabilístico, por
conveniencia 39.
Para la realización del estudio se le entregó una comunicación al médico(a)
coordinador(a) del ambulatorio “Laura Labellarte” para solicitar su autorización para la
realización del mismo en el ambulatorio. A su vez, la comunicación sirvió para informarle
acerca de la investigación que se realizó en el ambulatorio y el por qué y para qué era
necesaria para la comunidad de “Santos Luzardo”. (Anexo N° 1).
Así mismo, se le presentó al doctor encargado de la Consulta Pediátrica del
Ambulatorio Urbano tipo II “Laura Labellarte” la información acerca del estudio realizado,
y se solicitó, a través de una carta, su autorización para efectuar las pesquisas necesarias
para el trabajo durante la consulta pediátrica, los días martes y jueves de cada semana
(Anexo N° 2).
Se le informó a los padres o representantes de los niños que acudieron a la Consulta
Pediátrica acerca de la investigación y el objetivo de la misma y, a los que aceptaron
participar se les leyó y pidió firmar una planilla de consentimiento informado (Anexo N°
3), se le realizó la entrevista dirigida, que sirvió para recolectar la información necesaria
sobre las características epidemiológicas del niño y su familia, tales como síntomas
comunes en los niños parasitados, Índice de NBI (escolaridad, características de la
vivienda, servicios básicos, hacinamiento, ingresos económicos familiares), calidad del
agua para el consumo, lavado de manos en los niños, lavado y forma de conservación de los
alimentos consumidos, disposición de excretas y de basura, frecuencia de recolección de la
33
34
basura, presencia de vectores en el hogar, antecedente familiar de parasitosis intestinal, y
antecedente en el niño de tratamiento antiparasitario en los últimos 6 meses.
Luego de la entrevista al padre o representante, se le informó acerca del método de
Graham y se procedió a tomar la muestra al niño. Dicho método consta de un pedazo de
cinta adhesiva transparente de 12 cm de largo y 1 cm de ancho, que se pegó a un
portaobjetos, dejando que sobresalieran los extremos de la cinta, uno de los cuales se plegó
sobre si mismo para usarlo de asidero, mientras que el otro extremo se pegó a un
bajalenguas de madera. Al momento de tomar la muestra se despegó la cinta y se dobló por
detrás del bajalenguas de tal manera que la parte adhesiva quedó hacia fuera, y se procedió
a realizar varias aplicaciones en la región perianal. A continuación se volvió a pegar la cinta
pegante a la placa de vidrio, y luego se eliminaron las burbujas que se formaron haciendo
presión sobre el portaobjetos con una gasa; posteriormente se desprendió el portaobjetos del
bajalenguas 5.
A continuación se le entregó al representante un envase estéril con tapa hermética
conteniendo 15mL de un medio conservador Railley – Henry en su interior, compuesto por
2% ácido acético glacial, 5% de formol y 0,85% cloruro de sodio. El envase tenía una línea
indeleble de indicación del nivel que debía alcanzar su contenido una vez colocada la
muestra de heces. Cada envase estaba identificado con el nombre, apellido, edad y sexo del
niño y se le informó acerca de las medidas preventivas respecto al almacenamiento del
mismo, como por ejemplo que no debía permanecer al alcance de los niños y no se debía
ingerir. Acto seguido se le explicó a los padres la forma adecuada para la recolección de las
heces, como por ejemplo que la muestra debía ser tomada, preferiblemente en horas de la
mañana, antes de bañarse, evacuar o limpiar la región perianal; debió tener cerca el
recipiente con el medio conservador antes de disponerse a obtener las heces, las cuales
debían ser depositadas previamente en un pedazo de cartón, bacinilla o papel para facilitar
su recolección; luego de evacuar debió recoger una porción pequeña de la muestra con un
bajalenguas y colocarlo en el recipiente entregado con anticipación; si se observaba moco,
sangre o pus en las heces se debía escoger preferiblemente esa parte; y si era necesaria la
35
administración de algún medicamento la muestra debió ser tomada antes de iniciarse el
mismo 5, 40.
Se le indicó al representante que en un plazo no mayor a 3 días debía entregar la
muestra de heces. Una vez obtenidas las muestras se trasladaron al Laboratorio de
Coprología de la Sección de Parasitología del Decanato de Ciencias de la Salud de la
UCLA, donde fueron examinadas por los integrantes del grupo de investigación, asesorados
por personal capacitado. En la evaluación macroscópica de las heces se determinó el olor,
consistencia, color, presencia de moco, sangre, restos alimenticios, o helmintos.
Microscópicamente se evaluó colocando en un extremo de la laminilla una gota de solución
fisiológica y en el otro una gota de lugol, luego se tomó una pequeña porción de excretas
con un aplicador y se realizó una suspensión en la gota de solución salina, repitiendo el
proceso en la gota de lugol. Se cubrió con un portaobjetos y se observaron al microscopio
con objetivos 10X y 40X, de tal manera que se pudo ver la presencia de formas vegetativas
o quísticas de los parásitos en la gota de solución fisiológica, mientras que en el lugol se
observó la presencia estructuras nucleares de los protozoos, huevos de helmintos y larvas
que se tiñen de color café 5.
También se realizó el examen concentrado mediante la técnica de Ritchie; como las
muestras venían diluidas en solución conservadora, se pasaron por una gasa doble y
húmeda y se centrifugaron en un tubo de centrifuga a 1500-2000 rpm durante 2 minutos,
descartando luego el sobrenadante. A continuación se diluyó el sedimento con solución
salina, para centrifugar nuevamente y decantar. Se le agregaron 10 mL de formol al 10% al
sedimento, dejándolo reposar durante 5 minutos. Se agregaron 3 mL de éter y luego de
tapar el tubo se agitó fuertemente con precaución por 30 segundos. Se destapó el tubo y se
volvió a centrifugar a 1500 rpm por 2 minutos para así obtener 4 capas, que de abajo hacia
arriba se ubicaron de la siguiente manera: un sedimento con los huevos, quistes u otros, una
capa de formol, un anillo con restos de material fecal y el éter en la superficie. Se aflojó el
anillo con restos de materias fecales de las paredes del tubo utilizando un aplicador y se
36
descartaron las otras 3 capas. Consecutivamente se mezcló el sedimento con el líquido
restante en el tubo y se preparó en solución salina y lugol para observarlos al microscopio 5.
Los resultados de los exámenes practicados a las muestras fueron estudiados y
clasificados según la presencia o ausencia de parasitosis intestinales y se entregaron a los
representantes de los niños, se les ofreció la interpretación de los mismos, y la indicación
del tratamiento oportuno a quienes lo ameritaron, el cual fue prescrito por la Dra. Julia
Sánchez, especialista en parasitología y tutora del presente estudio.
Todos los datos obtenidos fueron registrados en una entrevista estructurada como
sigue: Parte I: datos de identificación; Parte II: presencia de síntomas; Parte III: datos
epidemiológicos, a) método de NBI (calidad de la vivienda: tipo de vivienda y materiales
de construcción de la misma, condiciones sanitarias: calidad del agua para consumo, acceso
a servicios sanitarios para el desecho de excretas, disposición de basura y frecuencia de
recolección de la misma, escolaridad: niños de 7 a 12 años que no reciben instrucción
primaria, dependencia económica: mas de tres personas que dependen económicamente de
un trabajador y cuyo jefe no ha alcanzado una escolaridad mayor de tres años y
hacinamiento crítico: tres o más personas por cuarto); b) lavado de manos y alimentos,
forma de almacenamiento de los alimentos, presencia de vectores en el hogar, lugar de
cuidado del niño, antecedentes familiares de parasitosis intestinales y antecedentes
personales de tratamiento antiparasitario previo. Parte IV: reporte del examen
coproparasitológico. (Anexo N° 4)
Los resultados obtenidos se insertaron en una base de datos en el programa EPI
INFO 2007, se tabularon y fueron presentados en tablas con porcentajes; también se les
aplicó el Test de significancia estadística de Fisher y/o Chi2.
III. RESULT ADOS
CUADRO N° 1
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS
DE EDAD QUE ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL
AMBULATORIO URBANO TIPO II “LAURA
LABELLARTE”, BARQUISIMETO, LARA.
SEPTIEMBRE 2007 - ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Presente
Ausente
Total
N°
%
N°
%
N°
%
69
49,6
70
50,4
139
100
De los 139 niños estudiados, resultaron parasitados 69 (49,6%) el resto, 70 (50,4%)
resultó no parasitado.
37
38
CUADRO N° 2
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN EL GRUPO DE
EDAD EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS QUE ACUDEN A LA CONSULTA
PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO URBANO TIPO II “LAURA
LABELLARTE”, BARQUISIMETO, LARA.
SEPTIEMBRE 2007 - ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Presente
Grupo de edad
Ausente
Total
N°
%
N°
%
N°
%
Lactantes mayores
7
35
13
65
20
100
Preescolares
18
42,9
24
57,1
42
100
Escolares
44
57,1
33
42,9
77
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
Chi2 = 0,121
Al comparar la frecuencia de parasitosis intestinales por grupo de edad se evidenció
que el más afectado fue el de los escolares con 57,1%, seguido de los preescolares con
42,9%; el menos afectado fue el de los lactantes mayores, en el cual 35% resultó parasitado.
39
CUADRO N° 3
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN EL SEXO EN NIÑOS
DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL
AMBULATORIO URBANO TIPO II “LAURA LABELLARTE”,
BARQUISIMETO, LARA. SEPTIEMBRE 2007 –
ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Presente
Sexo
Ausente
Total
N°
%
N°
%
N°
%
Masculino
36
47,4
40
52,6
76
100
Femenino
33
52,4
30
47,6
63
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
P=0,338
Del total de niños estudiados, se encontró que 76 eran del sexo masculino, de los
cuales 47,4%
estaba parasitado; los 63 restantes eran del sexo femenino, estando
parasitados 52,4%.
40
CUADRO N° 4
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN EL AGENTE
CAUSAL EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE ACUDEN A LA
CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO URBANO
TIPO II “LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE 2007 - ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Agente Causal
Presente
N°
%
Blastocystis hominis
30
43,5
Enterobius vermicularis
27
39,1
Giardia lamblia
23
33,3
Entamoeba histolytica
7
10,1
Ascaris lumbricoides
1
1,4
n=69
De lo 69 niños parasitados, la especie parasitaria más frecuentemente encontrada fue
Blastocystis hominis (43,5%), seguida de Enterobius vermicularis (39,1%), Giardia
lamblia (33,3%), Entamoeba histolytica (10,1%) y Ascaris lumbricoides (1,4%).
La suma de estos valores no da como resultado 100%, debido a que algunos de los
niños estudiados estaban parasitados por 2 ó más de las especies encontradas.
41
CUADRO N° 5
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN LA PRESENCIA DE
SÍNTOMAS GASTROINTESTINALES EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE
EDAD QUE ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL
AMBULATORIO URBANO TIPO II “LAURA
LABELLARTE”, BARQUISIMETO, LARA.
SEPTIEMBRE 2007 - ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Presente
Síntomas
Ausente
Total
N°
%
N°
%
N°
%
Presentes
60
51,3
57
48,9
117
100
Ausentes
9
40,9
13
59,1
22
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
P=0,255
Al estudiar la frecuencia de parasitosis intestinales con relación a la presencia de
síntomas gastrointestinales, se encontró parasitado 51,3% de los sintomáticos y 40,9% de
los asintomáticos.
42
CUADRO N° 6
FRECUENCIA DE SÍNTOMAS GASTROINTESTINALES PRESENTES EN LOS
NIÑOS CON PARASITOSIS INTESTINALES DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE
ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO URBANO
TIPO II “LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO, LARA.
SEPTIEMBRE 2007 - ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Síntomas
Presente
Gastrointestinales
N°
%
Dolor Abdominal
46
66,7
Prurito Anal
37
53,6
Diarrea
34
49,3
Vómitos
20
29
Expulsión de Vermes
18
26,1
Distensión Abdominal
13
18,8
Náuseas
11
15,9
Tenesmo
1
1,4
n=69
Entre los niños parasitados, el síntoma más frecuente fue el dolor abdominal
(66,7%), seguido de prurito anal (53,6%) y diarrea (49,3%) en tercer lugar.
La suma de estos valores no da como resultado 100%, debido a que algunos de los
niños estudiados presentaban 2 ó más síntomas gastrointestinales.
43
CUADRO N° 7
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN EL ÍNDICE DE
NECESIDADES BÁSICAS INSATISFECHAS (NBI) EN NIÑOS DE 1 A 12
AÑOS DE EDAD QUE ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL
AMBULATORIO URBANO TIPO II “LAURA LABELLARTE”,
BARQUISIMETO, LARA. SEPTIEMBRE 2007ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Presente
Índice NBI
Ausente
Total
N°
%
N°
%
N°
%
No pobres
1
50
1
50
2
100
Pobres
3
21,4
11
78,6
14
100
Pobreza Extrema
65
52,8
58
47,2
123
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
P=0,083
Al estudiar las parasitosis intestinales con relación al índice de NBI el grupo más
afectado fue el de pobreza extrema (52,8%), en el grupo de no pobres y pobres se evidenció
infección en 50% y 21,4% respectivamente.
44
CUADRO N° 8
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN LA CALIDAD DEL
AGUA PARA CONSUMO EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE
ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO
URBANO TIPO II “LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE 2007 - ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Calidad del agua
Presente
Ausente
Total
para consumo
N°
%
N°
%
N°
%
Adecuada
20
41,7
28
58,3
48
100
Inadecuada
49
53,8
42
46,2
91
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
P= 0,118
Al analizar la presencia de parasitosis intestinales según la calidad del agua para
consumo, se evidenció infección en 53,8% de los niños que consumían agua de calidad
inadecuada y en 41,7% de los que consumían agua de calidad adecuada.
45
CUADRO N° 9
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN EL LAVADO DE
MANOS EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE ACUDEN A LA CONSULTA
PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO URBANO TIPO II “LAURA
LABELLARTE”, BARQUISIMETO, LARA.
SEPTIEMBRE 2007 - ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Lavado de manos
Presente
Ausente
Total
N°
%
N°
%
N°
%
Adecuado
56
52,3
51
47,7
107
100
Inadecuado
13
40,6
19
59,4
32
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
P= 0,168
En la muestra estudiada se encontró parasitosis intestinales en 52,3% de quienes los
representantes refirieron lavado de manos adecuado y en 40,6% de quienes presentaron
lavado de manos inadecuado.
46
CUADRO N° 10
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN EL LAVADO DE LOS
ALIMENTOS EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE ACUDEN A LA
CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO URBANO TIPO II
“LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO, LARA.
SEPTIEMBRE 2007 - ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Lavado de los
Presente
Ausente
Total
alimentos
N°
%
N°
%
N°
%
Adecuado
69
49,6
70
50,4
139
100
Inadecuado
0
0
0
0
0
0
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
Con relación a la presencia de parasitosis intestinales según el lavado de los
alimentos, los representantes de todos los niños estudiados refirieron lavado adecuado de
los alimentos, por lo que la totalidad de los parasitados 49,6% estaba en este grupo
47
CUADRO N° 11
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN LA FORMA DE
ALMACENAMIENTO DE LOS ALIMENTOS EN EL HOGAR DE LOS
NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE ACUDEN A LA CONSULTA
PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO URBANO TIPO II
“LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE 2007 –
ENERO 2008.
Forma de
Parasitosis Intestinales
almacenamiento de
Presente
Ausente
Total
los alimentos
N°
%
N°
%
N°
%
Adecuada
65
49,2
67
50,8
132
100
Inadecuada
4
57,1
3
42,9
7
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
P= 0,492
Al estudiar la frecuencia de parasitosis intestinales con relación a la forma de
almacenamiento de los alimentos, se encontró parasitosis intestinales en 57,1% de los que
los almacenaban en forma inadecuada y en 49,2% de quienes los almacenaban en forma
adecuada.
48
CUADRO N°12
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN LA FORMA DE
DISPOSICIÓN DE EXCRETAS EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD
QUE ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL
AMBULATORIO URBANO TIPO II “LAURA
LABELLARTE”, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE 2007 –
ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Disposición de
Presente
Ausente
Total
excretas
N°
%
N°
%
N°
%
Adecuada
47
43,5
61
56,5
108
100
Inadecuada
22
71,0
9
29,0
31
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
P= 0,006
Al relacionar la frecuencia de parasitosis intestinales con la disposición de excretas,
se encontró parasitado a 43,5% de los que la disponían adecuadamente y a 71% de los que
la disponían inadecuadamente.
49
CUADRO N° 13
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN LA FORMA DE
DISPOSICIÓN DE LA BASURA EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD
QUE ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL
AMBULATORIO URBANO TIPO II “LAURA
LABELLARTE”, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE 2007 –
ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Disposición de la
Presente
Ausente
Total
basura
N°
%
N°
%
N°
%
Adecuada
69
51,9
64
48,1
133
100
Inadecuada
0
0
6
100
6
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
P= 0,015
Con relación a la frecuencia de parasitosis intestinales según la disposición de la
basura se encontró que de los 139 niños estudiados, 133 tuvieron una adecuada disposición
de la basura y la totalidad de los parasitados se encontró en este grupo.
50
CUADRO N° 14
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN LA FRECUENCIA DE
RECOLECCIÓN DE LA BASURA EN LA COMUNIDAD DONDE HABITAN LOS
NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE ACUDEN A LA CONSULTA
PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO URBANO TIPO II
“LAURA LABELLARTE, BARQUISIMETO,
LARA. SEPTIEMBRE
2007 – ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Frecuencias de
Recolección de la
Presente
Ausente
Total
N°
%
N°
%
N°
%
Adecuada
44
49,4
45
50,6
89
100
Inadecuada
25
50
25
50
50
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
Basura
P= 0,545
Al analizar la presencia de parasitosis intestinales según la frecuencia de recolección
de la basura, se encontró infectado a 50% de los niños con inadecuada recolección de la
basura y a 49,4% de los niños con adecuada recolección de basura.
51
CUADRO N° 15
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN LA PRESENCIA DE
VECTORES EN EL HOGAR DE LOS NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE
ACUDEN A LA CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO
URBANO TIPO II “LAURA LABELLARTE”,
BARQUISIMETO, LARA. SEPTIEMBRE
2007 - ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Vectores
Presente
Ausente
Total
N°
%
N°
%
N°
%
Presente
63
48,5
67
51,5
130
100
Ausente
6
66,7
3
33,3
9
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
P= 0,239
Al estudiar la frecuencia de parasitosis intestinales con relación a la presencia de
vectores en el hogar, se evidenció que estaba parasitado 48,5% de los niños cuyos
representantes refirieron la presencia de los mismos y 66,7% de los que la negaron.
52
CUADRO N° 16
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN EL ANTECEDENTE
FAMILIAR DE PARASITOSIS INTESTINALES EN LOS ÚLTIMOS 6 MESES
EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE ACUDEN A LA CONSULTA
PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO URBANO TIPO II
“LAURA
LABELLARTE”, BARQUISIMETO, LARA.
SEPTIEMBRE 2007 - ENERO 2008.
Antecedente
Parasitosis Intestinales
familiar de
Parasitosis
Presente
Ausente
Total
N°
%
N°
%
N°
%
Presente
20
43,5
26
56,5
46
100
Ausente
49
52,7
44
47,3
93
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
Intestinales
P= 0,200
Con relación al antecedente familiar de parasitosis intestinales en los últimos 6
meses y la presencia de parasitosis intestinales en los niños estudiados, se demostró que
entre los que tuvieron dicho antecedente, 43,5% resultó parasitado y de los que lo negaron
resultó parasitado 52,7%.
53
CUADRO N°17
FRECUENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN EL ANTECEDENTE
DE TRATAMIENTO ANTIPARASITARIO PREVIO EN LOS ÚLTIMOS 6
MESES EN NIÑOS DE 1 A 12 AÑOS DE EDAD QUE ACUDEN A LA
CONSULTA PEDIÁTRICA DEL AMBULATORIO URBANO
TIPO II “LAURA LABELLARTE”, BARQUISIMETO.
SEPTIEMBRE 2007 – ENERO 2008.
Parasitosis Intestinales
Antecedente de
tratamiento
Presente
Ausente
Total
antiparasitario
previo
N°
%
N°
%
N°
%
Presente
36
56,3
28
43,8
64
100
Ausente
33
44
42
56
75
100
Total
69
49,6
70
50,4
139
100
P=0,102
Según el antecedente de tratamiento antiparasitario previo, resultó parasitado 56,3%
de quienes tuvieron este antecedente y 44% de quienes no habían recibido tratamiento
antiparasitario previo.
IV. DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Las parasitosis intestinales son consideradas un problema de salud pública a nivel
mundial, nacional y local. Estudios previos han reportado que la frecuencia de las
parasitosis intestinales se ve asociada muy comúnmente a condiciones de vida inadecuadas,
influyendo ésto en el alto índice de morbilidad por esta patología, viéndose afectada en su
mayoría la población infantil1, 2, 15.
En base a esta información, se llevó a cabo una investigación que relacionó la
frecuencia de parasitosis intestinales y las características epidemiológicas en niños de 1 a
12 años de edad que acudieron a la consulta pediátrica del ambulatorio urbano tipo II
“Laura Labellarte”, ubicado en Barquisimeto, Estado Lara, durante el periodo septiembre
2007-Enero 2008, cuya muestra estuvo constituida por 139 niños, 69 (49,6%) resultaron
parasitados.
Al considerar el sexo no hubo diferencia significativa con respecto a la frecuencia
de parasitosis intestinales, lo cual se asemeja a los hallazgos de Devera y colaboradores,
2005 (masculino 53,3% y femenino 46,7%) y Márquez y colaboradores, 2006 (masculino
35,56% y femenino 33,33%) entre otros 31, 37.
Aunque no se evidenciaron diferencias significativas entre los grupos de edad, se
observó una mayor frecuencia de parasitosis intestinales en el grupo de escolares (57,1%); a
diferencia de lo encontrado por Márquez y colaboradores, 2006, donde la mayor frecuencia
de parasitados fue en el grupo de preescolares (35,9%). En otros trabajos no se agruparon
por grupos de edades, por lo que los resultados no son comparables 37.
La Blastocistosis es una parasitosis intestinal que tiene una alta frecuencia tanto en
el ámbito nacional como internacional, motivo por el cual era esperada una alta frecuencia
de esta patología en la presente investigación, hecho que fue corroborado al observar que la
especie parasitaria que se encontró con mayor frecuencia fue Blastocystis hominis (43,5%),
54
55
valor similar al encontrado en investigaciones realizadas por Rumien y colaboradores, 2005
(76,2%) y Atacho, 2002 (53,2%). Siguiendo el orden de frecuencia, Enterobius
vermicularis se encontró en 39,1% ocupando el segundo lugar, porcentaje similar al
encontrado en estudios realizados por Acosta y colaboradores, 2002 (57,79%) y Márquez y
colaboradores, 2006 (33,9%). Cabe destacar que la frecuencia de enterobiasis fue
significativa probablemente debido a que se realizó el método específico para su
diagnóstico (Método de Graham), a diferencia de otros estudios los cuales solo realizaron
examen de heces, encontrando muy bajo porcentaje del agente causal de esta parasitosis
30,33,34,37
.
La frecuencia de Giardia lamblia encontrada en esta investigación fue de 33,3%,
porcentaje similar a los encontrados en trabajos realizados por Rivero y colaboradores,
2001 (25,9%), Arias y colaboradores, 2001 (36,45%) y Márquez y colaboradores, 2006
(33,90%). Por su parte Entamoeba histolytica ocupó el cuarto lugar en frecuencia con
10,1%, hallazgo similar a investigaciones realizadas por Arias y colaboradores, 2001
(8,33%), y Méndez y colaboradores, 2001 (7,5%). Llama la atención que en el estudio
realizado por Ávila y colaboradores, 2007, la frecuencia de este patógeno fue altamente
significativa (79,7%) 1, 15, 29, 36, 37.
A diferencia de investigaciones en las cuales se encontró una alta frecuencia de
Ascaris lumbricoides, como las realizadas por Rumien y colaboradores, 2005 (48,3%) y
Rivero y colaboradores, 2001 (34,3%), en la presente investigación se encontró este
parásito solo en 1,4% de la muestra, hecho que podría estar relacionado con el amplio uso
de antihelmínticos en la población estudiada. Adicionalmente, aunque la población
estudiada pertenece a un área periurbana, ésta reunía condiciones sanitarias generales
aceptables, como agua tratada y suministrada por tuberías y sistema de cloacas; estas son
condiciones que desfavorecen la transmisión de helmintos como Ascaris lumbricoides y
Trichuris trichiura, porque requieren de una fase ambiental durante su ciclo, hecho que no
ocurre con Enterobius vermicularis y la mayoría de los protozoos, agentes que pueden
transmitirse directamente de hombre a hombre. Esta información ha sido demostrada en la
56
presente investigación al evidenciar parasitosis intestinales en alta frecuencia por
Enterobius vermicularis, Blastocystis hominis, Entamoeba histolytica y Giardia lamblia
32
1,
.
Es importante destacar que no solo se encontraron agentes patógenos, sino también
parásitos comensales como Endolimax nana (11,5%), Entamoeba coli (4,3%), Chilomastix
mesnilii (1,4%), frecuencia similar a la encontrada en estudios realizados por Rumien y
colaboradores, 2005 (E. nana 24,7%, C. mesnilii 7,8%), García y colaboradores, 1999 (E.
nana 12,5%) y Arias y colaboradores, 2001 (E. nana 17,7%, C. mesnilii 1,4%); hecho que
se consideró importante debido a que es un indicador de fecalismo, lo que permite inferir la
elevada probabilidad de la transmisión de patógenos, hecho que se sustenta con el hallazgo
de Endolimax nana asociada a patógenos en el 15,9% de los niños parasitados 15, 32, 33.
La literatura describe los síntomas de las parasitosis intestinales como
inespecíficos por que no son fácilmente identificables por un examinador, pero son, sin
embargo, un hallazgo al buen interrogatorio clínico del paciente. En este estudio los
síntomas más frecuentemente encontrados en los parasitados fueron: Dolor abdominal
(66,7%), prurito anal (53,6%), diarrea (49,3%) y vómitos (29%), sin demostrarse su
asociación con ninguna parasitosis intestinal en particular. No obstante, al analizar cada
síntoma con cada agente causal se demostró relación entre las náuseas y la presencia de
Blastocystis hominis; en la literatura revisada no se encontraron datos similares. A pesar de
que el prurito anal se describe en la literatura como síntoma característico de la
enterobiasis, en la presente investigación no se encontró relación entre ellos.
Una de las características epidemiológicas que se relaciona con gran frecuencia
con la presencia de parasitosis intestinales son las condiciones socioeconómicas,
características incluidas en las NBI. De los 139 niños estudiados, 123 (88,49%) eran
procedentes de hogares con pobreza extrema, este hecho puede explicar la alta frecuencia
de parasitados encontrados en esta investigación; datos similares a los encontrados por
Arias y colaboradores, 2001 (45,8%) y Márquez y colaboradores, 2006 (35,58%) 15, 37.
57
En esta investigación se evidenció el mayor porcentaje de parasitados entre
quienes consumían agua con calidad inadecuada (53,8%), aunque la diferencia con quienes
consumían agua de calidad adecuada no fue significativa. Se debe tener en cuenta que en la
presente investigación se contempló la calidad del agua para consumo en el hogar, pero se
debe considerar que los niños estudiados asisten a la escuela, donde se desconoce la calidad
del agua. No se encontró en la literatura alguna investigación que permitiera comparar con
este hallazgo.
Los resultados obtenidos con relación al lavado de manos no fueron los esperados
según lo revisado en la literatura, ya que el lavado de las manos es considerado
generalmente un factor relevante en la transmisión de parasitosis intestinales. Esta
incongruencia podría deberse a que la investigación contempló para estos aspectos una
entrevista a la que las personas pudieron dar respuestas que difirieron de la realidad.
Estudios previos como el de Mendoza y colaboradores, 2005, presentan sus resultados
como el porcentaje de parasitados que se lavaban o no adecuadamente las manos y en la
presente investigación se estudió la frecuencia de parasitados según el lavado adecuado o
no de las manos, puesto que para poder establecer relaciones entre dos variables, en este
caso considerando como la dependiente, las parasitosis intestinales es obligatorio analizar
como variable independiente el lavado de las manos y el único trabajo encontrado que
evaluó el lavado de manos no lo hizo así, sino al revés 35.
Estudios realizados en base a la contaminación de los alimentos, han demostrado la
presencia de formas parasitarias en estos, especialmente vegetales y legumbres
probablemente por el continuo uso de aguas contaminadas para el riego de los sembradíos,
por este motivo se considera de gran importancia el lavado de los alimentos como medida
de prevención para las parasitosis intestinales. Esta variable no ha sido estudiada
aisladamente en investigaciones previas por lo que no es posible comparar. En esta
investigación la totalidad de la muestra estudiada cumplió con un adecuado lavado de
alimentos por lo que no fue posible comparar grupos; este hecho puede ser explicado por
las mismas razones expuestas con relación al lavado de manos 14.
58
El uso de recipientes y utensilios mal lavados, manos sucias y prolongada
exposición del alimento al aire, son otros de los variados mecanismos por los cuales pueden
contaminarse los alimentos y poner en riesgo la salud de muchas personas. El mayor
porcentaje de parasitados se encontró en el grupo que almacenaba los alimentos de manera
inadecuada (57,1%), sin embargo, no hubo diferencia significativa con quienes los
almacenaban adecuadamente; hecho que no es comparable con investigaciones previas
puesto que no incluyen esta variable, aun así fue incluida en este estudio, por considerarse
un factor de riesgo que predispone a la presencia de parasitosis intestinales, evidenciándose
mayor proporción de parasitados entre los que no almacenaban los alimentos
adecuadamente.
Entre los factores ambientales que se asocian a la alta frecuencia de infecciones
parasitarias, se encuentran las fallas en la disposición de excretas que promueven un
ambiente propicio para las continuas reinfecciones. En la presente investigación fue
significativa la alta frecuencia de parasitados entre los que tenían inadecuada disposición de
excretas (71%) con relación a quienes tenían adecuada disposición (43,5%).
En lo
reportado en la literatura no se hace mención a la evaluación de esta variable, por lo que no
es posible comparar los resultados.
De los 139 niños estudiados, 133 (95,68%) tenían adecuada disposición de basura.
Es importante destacar que en el interrogatorio esta variable pudo haberse visto sujeta a
respuestas que difieren de la realidad. Esta variable no es comparable porque otros estudios
no contemplan este factor aislado. A pesar de que las parasitosis intestinales fueron más
frecuentes en niños cuyos hogares tenían una frecuencia de recolección de basura
inadecuada, no fue significativo con relación a las que tenían una frecuencia de recolección
de basura adecuada, no obstante la frecuencia y horario de recolección también son factores
de riesgo y, aunque depende de las condiciones locales, en general la basura domestica
debe ser recogida dos veces a la semana o de forma interdiaria en los sectores residenciales
y diariamente en los establecimientos comerciales, hospitales, cuarteles, entre otros.
59
En cuanto a las características epidemiológicas relevantes en la presencia de
parasitosis intestinales, estudios previos han relacionado la presencia de vectores en el
hogar con una mayor frecuencia de parasitosis intestinales, como lo hallado por Márquez y
colaboradores, 2006 (38,10%). Hecho que difiere a los hallazgos del presente estudio, en el
cual se observó la mayor presencia de parasitosis intestinales entre los que negaron la
presencia de vectores en el hogar (66,7%). Sin embargo, al analizar la relación de la
presencia de vectores con cada especie parasitaria, se encontró asociación con Blastocystis
hominis; en el mismo contexto, se demostró relación entre la presencia de moscas y
Giardia lamblia, así como entre la presencia de roedores y todos los agentes causales
hallados.
En vista de que las personas que forman parte del mismo grupo familiar y habitan
en el mismo hogar, comparten hábitos y se ven influenciados por las mismas características
epidemiológicas, es común la presencia de antecedente de parasitosis intestinales en los
miembros de una familia cuando se le diagnostica a un niño alguna de estas patologías,
motivo por el cual se tomó en cuenta la presencia de tal antecedente como un factor de
riesgo para las parasitosis intestinales, observando que de aquellos niños con este
antecedente, 43,5% estaba parasitado, y de aquellos sin este antecedente, 52,7% resultó
parasitado; no obstante, se desconoce si entre los que negaron parasitosis intestinales en la
familia realmente no estuvieran parasitados, bien sea por ser asintomáticos o por no darle
importancia a un cuadro clínico leve, lo que generalmente ocurre. Estos resultados difieren
del único antecedente encontrado con relación a esta variable, la investigación realizada por
Márquez
y colaboradores, 2006, quienes encontraron mayor porcentaje de infectados
(46,15%) entre los que refirieron el antecedente de parasitosis intestinales en familiares 37.
Se conoce el amplio uso de antiparasitarios por la población en general,
especialmente antihelmínticos, ya sea por automedicación o por campañas de
desparasitación implementadas en las escuelas, incluso como medida de prevención durante
las consultas de niño sano; este hecho ha llevado a una notable disminución de parasitosis
intestinales, especialmente helmínticas. A diferencia de lo esperado, se observó mayor
60
proporción de parasitosis en el grupo que había recibido tratamiento previo (56,3%). Esto
puede explicarse porque los tratamientos que recibieron fueron antihelmínticos y todos los
parasitados en este estudio, excepto uno, tuvieron protozoos; adicionalmente hay una alta
probabilidad de reinfecciones frecuentes, entre otras razones, por las ya expuestas con
relación a las variables disposición de basura, disposición de excretas y lavado de
alimentos.
Con todo lo antes descrito se puede concluir que existe una alta frecuencia de
parasitosis en la población infantil del área de influencia del Ambulatorio Urbano tipo II
“Laura Labellarte”, siendo los escolares el grupo más afectado sin predilección por sexo.
Blastocystis hominis fue la especie parasitaria hallada con mayor frecuencia, seguida de
Enterobius vermicularis, hecho que se explica por el empleo del método de Graham, lo que
demuestra la necesidad de emplearlo rutinariamente en despistaje de parasitosis
intestinales. Se encontraron también especies parasitarias comensales asociadas o no a
especies patógenas, lo que indica fecalismo y sugiere elevado riesgo de infección por
patógenos.
Al relacionar la presencia de vectores en los hogares con parasitosis intestinales no
se encontró diferencias significativas entre los que afirmaron su presencia y los que la
negaron. Al hacer los análisis de esta característica epidemiológica con cada agente causal,
se demostró relación de asociación entre la presencia de vectores y Blastocystis hominis; al
analizar en particular cada vector se evidenció relación entre la presencia de moscas y
Giardia lamblia y de roedores con parasitosis intestinales en general. El único trabajo que
estudió esta variable fue el realizado por Márquez y colaboradores, 2006, quienes
reportaron relación entre vectores y parasitosis intestinales (38,10%) 37.
Es importante destacar que el hecho de que aquellas características
epidemiológicas estudiadas cuya presencia no fue estadísticamente significativa con
relación a la frecuencia de parasitosis intestinales,
pudo deberse a la posibilidad de
información incierta al interrogatorio y a la homogeneidad de la muestra, así como también
61
a la probabilidad de falsos negativos en el examen coproparasitológico, en vista de la
utilización de una sola muestra de heces por paciente, por lo que se considera necesaria la
realización de exámenes de heces seriados para obtener un diagnóstico más certero.
Por lo tanto se plantean las siguientes recomendaciones:
A los padres y representantes:
La necesidad de adoptar las medidas preventivas pertinentes, tales como:
•
Hervir el agua de consumo diario, como mínimo diez minutos
•
Disponer la basura en contenedores tapados y/o en bolsas cerradas, preferiblemente
alejados del hogar.
•
Todo el grupo familiar debe lavarse las manos antes de comer y después de ir al
baño.
•
Lavar bien los alimentos antes de consumirlos.
•
Eliminar moscas, cucarachas, roedores, y sus criaderos.
•
Realizar periódicamente un examen de heces seriado que incluya a todos los
miembros de la familia.
•
Mantener la higiene general del hogar.
•
Llevar regularmente a su representado a la consulta de niños sanos para su
valoración, además de la realización de exámenes de laboratorio de rutina, con la
finalidad de reconocer a los portadores de parasitosis intestinales.
A la Comunidad:
•
Organizar y trabajar en conjunto con el equipo de salud con el fin de promover las
condiciones higiénicas sanitarias, además de reconocer las necesidades sentidas
como: la presencia de vectores en el domicilio, en su mayoría roedores, así como
también la disposición adecuada y recolección diaria de basura.
62
•
Dirigirse a los entes competentes de saneamiento ambiental como el Aseo Urbano
para que atiendan y resuelvan su problemática.
•
Organizar y llevar a cabo junto con el personal de salud campañas de despistaje de
parasitosis intestinales.
Al personal del Ambulatorio Urbano tipo II “Laura Labellarte”:
•
Elaborar un programa que fomente la salud a través de campañas educativas
dirigidas a la comunidad, que incluyan talleres informativos que contengan los
mecanismos de transmisión de las parasitosis intestinales, medidas higiénicas
preventivas y una adecuada nutrición, de igual manera desparasitar a la comunidad
en general periódicamente.
•
Capacitar al personal de salud y dotar de los recursos materiales para que se
practique el Método de Graham como rutina a todo niño que acuda a la consulta de
atención integral, para hacer diagnostico específico de enterobiasis y así justificar el
uso del antiparasitario, destacando que es un procedimiento fácil, rápido y
exclusivo.
Al Ministerio Popular para la Salud:
•
Adoptar dentro de sus campañas preventivas la realización de exámenes de heces a
toda la población, con el fin de determinar la frecuencia de parasitosis intestinales y
a su vez garantizar el tratamiento antiparasitario específico.
•
Hacer del conocimiento de las autoridades gubernamentales relacionados con el
ámbito social la importancia de garantizar viviendas con una buena infraestructura
que mejore la calidad de vida de las comunidades y sus condiciones higiénicas así
como también que brinden un buen servicio en la regularidad de la recolección de
basura, implementar sistema de cloacas en las zonas carentes de este servicio y
controlar vectores y roedores.
63
A los estudiantes de Ciencias de la Salud:
•
Que la información contenida en este trabajo les sirva de estimulo para continuar la
promoción y prevención de parasitosis intestinales.
Al Departamento de Medicina Preventiva y Social del Decanato de Ciencias de la
Salud de la UCLA:
•
Ampliar la línea de investigación sobre parasitosis intestinales, considerando los
hallazgos obtenidos en este estudio como referencia comparativa.
•
Fomentar campañas preventivas dirigidas a las diversas comunidades del área
urbana y peri-urbana de la ciudad sobre diversos temas de salud, dictadas por los
estudiantes de medicina y enfermería.
•
Implementar trabajos como este para el cumplimiento de las horas de servicio
comunitario.
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ANEXOS
ANEXO N° 1
Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”
Decanato de Ciencias de la Salud “Dr. Pablo Acosta Ortiz”
Departamento de Medicina Preventiva y Social
Barquisimeto, 22 de Noviembre de 2007
Dra. Magaly Escalona
Coordinadora del Ambulatorio urbano tipo II “Laura Labellarte”
Su despacho.Reciba un cordial saludo por parte de los bachilleres cursantes del Sexto año de
medicina abajo firmantes y sirva la presente para informarle que estamos cursando
actualmente la pasantía Medicina Integral del Medio Urbano en el Ambulatorio Urbano
tipo II “Laura Labellarte”, motivo por el cual nos planteamos realizar el trabajo de
investigación
titulado:
Frecuencia
de
parasitosis
intestinales
y
características
epidemiológicas en niños de 1 a 12 años de edad que acuden a la consulta pediátrica del
Ambulatorio Urbano tipo II “Laura Labellarte”, Barquisimeto, Lara. Septiembre 2007 –
Enero 2008; requiriendo su valiosa colaboración, motivo por el cual hacemos ante usted la
solicitud formal para autorizar la ejecución de nuestra fase de recolección de muestras en
el centro de salud que usted dirige, en beneficio del Ambulatorio y comunidad.
Sin otro particular a que hacer referencia, en espera de su respuesta, se despiden de
usted,
Atentamente,
____________________
Br. Jóhnycar Pérez
____________________
Br. Márean Vásquez
__________________________
VoBo Dra. Julia Sánchez.
Tutora
____________________
Br. Mary Suárez
____________________
Br. Yaigualida Vielma
____________________
Br. Carolina Torres
____________________
Br. María V. Vogel
__________________________
VoBo Dra. Edith Luz Herrera.
Asesora
ANEXO N°2
Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”
Decanato de Ciencias de la Salud “Dr. Pablo Acosta Ortiz”
Departamento de Medicina Preventiva y Social
Barquisimeto, 22 de Noviembre de 2007
Dr. Edgar Soto
Consulta de Pediatría del Ambulatorio urbano tipo II “Laura Labellarte”
Su despacho.Reciba un cordial saludo por parte de los bachilleres cursantes del Sexto año de
medicina abajo firmantes. Por medio de la presente nos dirigimos a usted con la finalidad
de hacer de su conocimiento que estamos cursando actualmente la pasantía Medicina
Integral del Medio Urbano en el Ambulatorio tipo II “Laura Labellarte”, motivo por el cual
nos planteamos realizar el trabajo de investigación titulado: Frecuencia de parasitosis
intestinales y características epidemiológicas en niños de 1 a 12 años de edad que acuden a
la consulta pediátrica del Ambulatorio Urbano tipo II “Laura Labellarte”, Barquisimeto,
Lara. Septiembre 2007 – Enero 2008, para lo cual requerimos su valiosa colaboración en
beneficio del Ambulatorio y comunidad.
Sin otro particular al que hacer referencia, en espera de una respuesta positiva de su
parte, se despiden de usted,
Atentamente,
____________________
Br. Jóhnycar Pérez
____________________
Br. Márean Vásquez
__________________________
VoBo Dra. Julia Sánchez.
Tutora
____________________
Br. Mary Suárez
____________________
Br. Yaigualida Vielma
____________________
Br. Carolina Torres
____________________
Br. María V. Vogel
__________________________
VoBo Dra. Edith Luz Herrera.
Asesora
ANEXOS N°3
Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”
Decanato de Ciencias de la Salud “Dr. Pablo Acosta Ortiz”
Departamento de Medicina Preventiva y Social
Ambulatorio Urbano Tipo II “Laura Labellarte”
Barquisimeto – Estado Lara
CONSENTIMIENTO INFORMADO
Yo ________________________________________________________________
portador de la Cédula de Identidad Nº________________________, natural de
___________________________
y
residenciado
(a)
en
_________________________________________________________________________
madre/padre o representante del (de la) niño (a) ___________________________________
_________________________________________________________________________
he sido informado sobre el estudio que se está realizando en el Ambulatorio Urbano Tipo II
“Laura Labellarte” en niños entre 1 y 12 años de edad con la finalidad de determinar la
frecuencia de parasitosis intestinales y características epidemiológicas asociadas.
Teniendo conocimiento y comprensión plena de los beneficios de dicha prueba y de
las características de la investigación, doy mi consentimiento totalmente voluntario para
que mi hijo o representado sea incluido en el estudio y autorizo sea analizada su muestra de
heces para el estudio antes mencionado, así como recolectar la muestra necesaria por
medio del método de Graham, y con el conocimiento de que me encuentro en pleno
derecho de retirarlo del mismo si así lo deseo.
En
___________________________
a
los
____________
___________________de 2007.
_____________________________
Firma
del
mes
de
ANEXO N°4
Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”
Decanato de Ciencias de la Salud “Dr. Pablo Acosta Ortiz”
Departamento de Medicina Preventiva y Social
Ambulatorio Urbano Tipo II “Laura Labellarte”
Barquisimeto – Estado Lara
Frecuencia de parasitosis intestinales y características epidemiológicas en niños de 1 a
12 años de edad que acuden a la consulta pediátrica del Ambulatorio Urbano Tipo II
“Laura Labellarte”, Barquisimeto, Lara. Septiembre 2007 – Enero 2008.
INSTRUMENTO DE RECOLECCIÓN DE DATOS
PARTE I:
FECHA: /
/
NOMBRE DEL NIÑO: ______________________________________________________
NOMBRE DE LA MADRE O REPRESENTANTE:_______________________________
TELEFONO______________________________
EDAD: ________
PESO____________
SEXO: Masculino___ Femenino___
PARTE II:
De acuerdo a la pregunta realizada seleccione con una x o responda brevemente:
¿Cuáles de los siguientes síntomas ha presentado el niño en los últimos 6 meses?
__ Dolor abdominal
__ Distensión abdominal
__ Nauseas
__ Vómitos
__ Diarrea
__ Prurito anal
__ Tenesmo rectal
__ Expulsión de vermes
PARTE III:
El agua que utiliza en su casa para beber es:
__Agua hervida
__Agua filtrada
__Agua de botellón
__Agua ozonificada
__Agua de tubería (chorro)
__Por camión cisterna
Tipo de vivienda en el que habita:
__ Casa
__ Apartamento
__ Rancho
__ Otro
Mencione brevemente las características de la vivienda en la que habita:
Piso_______________________________
Techo______________________________
Paredes_____________________________
Número de cuartos de la vivienda_____
Número de personas por cuarto_____
¿Usted tiene niños mayores de 7 años?: Sí____ No____
Si la respuesta es afirmativa responda: ¿Estudian?
Sí ____
No____
¿En su casa cuantas personas dependen del jefe de familia (persona que aporta el dinero
del hogar?______
¿Cuántos años estudió el jefe de familia?
Menos de 3 años______
Más de 3 años______
¿Cómo y donde botan la basura en su casa?
__ Tobo con Tapa
__ Bolsa Cerrada
__ Tobo sin tapa
__ La deposita en la calle
__ La deposita en terreno propio (patio)
__ La entierra
__ La queman
¿Con qué frecuencia recoge el aseo urbano la basura en la comunidad?
__ Menos de 4 días
__ Más de 4 días
__ Nunca
¿Dónde evacuan en su hogar?
__ En W.C
__ En inodoro con fosa séptica
__ En letrina
__ Al aire libre
DX NBI:
__ No Pobre
__ Pobre
__ Pobreza extrema
¿El niño se lava las manos:
__ Antes de comer y luego de ir al baño
__ Nunca
__ Solo antes de comer
__ Solo después de ir al baño
¿Lava los alimentos antes de consumirlos?
__ Sí
__ No
¿Como almacena usted los alimentos?
__ Tapados
__ Nevera
__ Destapados
__ Sobre la mesa
En su casa existen:
__Moscas
__Cucarachas
__Roedores
¿A algún miembro de la familia que viva con el niño le han diagnosticado parasitosis
intestinales en los últimos 6 meses?
SI__ NO__
¿El paciente ha recibido tratamiento antiparasitario en los últimos 6 meses?
SI__ NO__
PARTE IV:
Examen de heces:
a. Directo:
Positivo __ Especie __
Negativo __
b. Concentrado: Positivo __
Negativo __
c. Graham: Positivo __
Negativo __
Especie __
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