CAS. Nº 4255-2012 LIMA. Lima, veintiséis de setiembre de dos mil trece.LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; con los acompañados; vista la causa número cuatro mil doscientos cincuenta y uno - dos mil doce, en audiencia pública realizada en la fecha y producida la votación correspondiente, emite la siguiente sentencia. I. ASUNTO: En el presente proceso de desalojo por ocupación precaria, la sucesora de la demandante, Administradora de Comercio S.A. ha interpuesto recurso de casación mediante escrito de fojas cuatrocientos sesenta y seis, contra la sentencia de vista de fecha veintisiete de junio de dos mil doce, expedida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que revoca la apelada de fojas trescientos treinta y siete su fecha quince de octubre del año dos mil diez que declaró fundada la demanda y reformando la declaró improcedente. II. ANTECEDENTES: DEMANDA: Según escrito de fojas cuatro la Caja de Pensiones Militar Policial interpone demanda de desalojo por ocupación precaria, a fi n de que los demandados desocupen y restituyan el chalet número ocho ubicado en la manzana “G” del Programa Constructivo denominado Los Jardines de San Juan de Lurigancho, Provincia y Departamento de Lima. La demandante sostienen como sustento de su pretensión que con fecha veintidós de marzo de mil novecientos noventa y cinco demandante y demandada celebraron contrato de compra venta respecto al chalet objeto de desalojo y el precio sería cancelado mediante pago de arras y el saldo financiado en ciento ochenta armadas mensuales a razón de ciento noventa y cuatro dólares mensuales. Que en la cláusula cuarta del contrato se pactó una condición resolutoria expresa por la cual la actora estaba facultada a resolver el contrato de pleno derecho ante el incumplimiento de pago de una de las armadas mensuales pactadas, en aplicación del artículo 1430 del Código Civil. Que la emplazada ha incumplido con el pago de más de una de las armadas, así, a la fecha de redacción de la Carta Notarial adeudaba ciento doce armadas, configurándose la resolución automática pactada. Que, mediante carta notarial de fecha cinco de junio de dos mil siete, se comunicó a la demandada la decisión de la actora de optar por la resolución extrajudicial del contrato, la misma que se ha producido de pleno derecho, revirtiendo el derecho de propiedad del inmueble a favor de la Caja demandante; en consecuencia habiendo quedado resuelto el contrato de compraventa, ha fenecido el título que tenía la demandada para poseer el inmueble materia de desalojo, por lo que la posesión deviene en precaria. DECLARACIÓN DE REBELDÍA: Mediante resolución número cuatro de fecha trece de mayo de dos mil ocho, obrante a fojas noventa y ocho se declara rebelde a la demandada Teresa Ruiz Toledo. INTERVENCION LITISCONSORCIAL: Mediante escrito de fecha veinticuatro de noviembre de dos mil ocho obrante a fojas ciento ochenta y siete se apersona al proceso Misael Arturo Rojas Veliz, en calidad de cónyuge de la demandada. Por resolución número ocho del uno de diciembre de dos mil ocho obrante a fojas ciento ochenta y dos se incorpora al proceso a Misael Arturo Rojas Veliz como litisconsorte voluntario. CONTESTACIÓN: Refiere el litisconsorte Misael Arturo Rojas Veliz que conjuntamente con su cónyuge Teresa Ruiz Toledo adquirieron el inmueble sub litis, es así que con mucho esfuerzo estuvieron aportando directamente a la demandante las cuotas mensuales pactadas, sin embargo ante problemas administrativos de la Caja, optaron por consignar las cuotas mensuales ante el Quincuagésimo Noveno Juzgado Civil, no obstante ello, la demandante mediante carta notarial de fecha veintisiete de junio de dos mil siete les pone en conocimiento la resolución del contrato por el incumplimiento de ciento doce cuotas, esto es, sin tener en cuenta las consignaciones judiciales. PUNTOS CONTROVERTIDOS: Según consta de la Audiencia de Conciliación de fojas ciento noventa y cinco se establecieron los siguientes puntos controvertidos: 1.- Determinar si la demandada Teresa Ruiz Toledo posee título vigente o éste ha fenecido, respecto del inmueble sub litis y por consiguiente si tiene la condición de ocupante precario o no. 2.- Determinar si el litis consorte voluntario Misael Arturo Rojas Veliz tiene o no la condición de ocupante precario. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA: El A quo, mediante resolución de fojas trescientos treinta y siete su fecha quince de octubre de dos mil diez, dicta sentencia declarando fundada la demanda de desalojo por ocupación precaria, considerando que la demandante Caja de Pensiones Militar Policial hizo uso de la cláusula resolutoria al haber incurrido en mora la compradora en el pago de las armadas, comunicando dicha decisión a la emplazada mediante carta notarial de fecha veintiuno de junio de dos mil siete, quedando así resuelto el contrato de compraventa del bien inmueble materia de desalojo. Agrega que corrobora lo antes expuesto, la carta notarial de fojas ciento treinta y seis de fecha diez de enero del dos mil dos remitida por la demandada, en la que reconoce expresamente haber incurrido en mora al no haber pagado las armadas correspondiente a los meses de mayo a setiembre de mil novecientos noventa y ocho; por otro lado, la copia del acta de audiencia de actuación y declaración judicial recaída en el proceso de ofrecimiento de pago y consignación que obra a fojas ciento treinta y siete data del veintiséis de agosto de dos mil dos, al igual que las copias de los certificados de depósitos de fojas ciento treinta y ocho, lo cual no puede invalidar la resolución del contrato de compra venta al haber ésta operado de pleno derecho con mucha anterioridad. Que, en autos no está acreditado que la propuesta formulada mediante carta de fojas ciento setenta y tres de fecha veinticuatro de julio de dos mil ocho haya sido cumplida por la emplazada, por el contrario, del tenor de las cartas de fojas ciento setenta y cuatro y ciento setenta y seis remitidas por la emplazada a la entidad demandante demuestra su incumplimiento. Que, la demandada y el litis consorte voluntario Misael Arturo Rojas Veliz, tienen expedito su derecho de recurrir a la vía judicial a fi n de cuestionar la resolución del contrato sublitis, lo cual sin embargo no enerva a la fecha la plena validez de la resolución del mismo y como consecuencia de ello haber revertido la propiedad y el derecho de posesión del inmueble a favor de la actora, deviniendo en precaria la posesión de la emplazada y del litis consorte. APELACIÓN: Interpone recurso de apelación: la demandante Teresa Ruiz Toledo, alega que esta es la segunda vez que la demandante le interpone una demanda de desalojo por ocupante precario, pues la primera oportunidad fue en el año mil novecientos noventa y nueve concluyendo mediante sentencia expedida por la Primera Sala Civil subespecialidad en procesos sumarísimos y no contenciosos de Lima de fecha nueve de junio del año dos mil expediente número treinta y dos mil seiscientos cinco- noventa y nueve declarando infundada la demanda, la misma que quedó consentida y adquirió los efectos de cosa juzgada. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA: La Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima mediante resolución de fecha veintisiete de junio del año dos mil doce, obrante a fojas cuatrocientos cuarenta y nueve, revoca la apelada que declaró fundada la demanda y reformándola la declaró improcedente, sustenta dicha decisión en que del expediente número treinta y dos mil seiscientos cinco- mil novecientos noventa y nueve, seguido por la Caja de Pensión Militar Policial contra Teresa Toledo Ruiz sobre desalojo; se advierte que en aquél proceso la pretensión planteada tenía por fi nalidad que el órgano jurisdiccional ordene la restitución del predio constituido por el Chalet número ocho, ubicado en la Manzana G, del Programa Constructivo denominado Los Jardines de San Juan, del Distrito de San Juan de Lurigancho, Provincia y Departamento de Lima, al haberse resuelto de pleno derecho el contrato de compra venta de fecha veintidós de marzo del año mil novecientos noventa y cinco. Que de esta forma se verifi ca la similitud con el petitorio planteado en el presente proceso, lo que determina que existiendo un pronunciamiento anterior, a éste le asiste la calidad de cosa juzgada, cuya inmutabilidad transciende en el tiempo como garantía del derecho al debido proceso que le asiste a todo justiciable, así como la seguridad jurídica que se desprende de dicha decisión como referente de todo nuestro ordenamiento normativo. RECURSO DE CASACION: Por escrito de fojas cuatrocientos sesenta y seis Administradora de Comercio, sucesora procesal de la Caja de Pensiones Militar y Policial interpone recurso de casación contra la resolución emitida por la Sala Superior. Este Supremo Tribunal mediante resolución de fecha veinte de marzo de dos mil trece, declaró la procedencia del referido recurso por las siguientes causales: 1.- Infracción normativa del artículo 139 inciso 5º de la Constitución Política del Estado y los artículos 50 inciso 6º, 122 inciso 3º, y 12 de la Ley orgánica del Poder Judicial; alega que no se ha motivado y fundamentado debidamente el fallo, por cuanto se declara improcedente la demanda supuestamente por existir sentencia judicial anterior que ya decidió la causa, sin tener en cuenta que se tratan de procesos diferentes, dado que la causa pretendi es distinta; 2.- Infracción normativa del artículo 911 del Código Civil; pues señala que el título que tenía la demandada ha fenecido, al haber la Caja de Pensiones Militar Policial hecho ejercicio de la cláusula resolutoria contenida en la cláusula cuarta del contrato de fecha veintidós de marzo de mil novecientos noventa y cinco, mediante el diligenciamiento de cartas notariales de fecha cinco de junio de dos mil siete, a lo que debe añadirse que la demandada con las cartas de fecha catorce y treinta de agosto de dos mil siete declaró no haber cumplido con las armadas descritas en el contrato de compraventa. III. MATERIA JURÍDICA EN DEBATE: Es necesario señalar que la cuestión jurídica materia de debate por este Supremo Tribunal consiste en determinar si se transgrede el principio constitucional al deber de motivación, por no haberse apreciado que la causa pretendi del proceso de desalojo recaído en el expediente número treinta y dos mil seiscientos cinco mil novecientos noventa y nueve es distinta a la del presente proceso, y en consecuencia si le alcanza el efecto de la cosa juzgada. IV. FUNDAMENTOS DE ESTA SALA SUPREMA: 1.- Que, estando a la calificación de procedencia del recurso, en el que se comprende la infracción procesal y material, debe analizarse previamente la causal adjetiva o de error in procedendo denunciada, pues debido a su naturaleza y a los efectos que produce, de manera que, si mereciera ser amparada por infracción al debido proceso, entonces carecería de objeto pronunciarse respecto a la causal sustantiva por ser incompatibles con aquellas. 2.- Que en tal sentido, la infracción normativa procesal es sancionada ordinariamente con nulidad procesal, la misma que se entiende como aquél estado de anormalidad del acto procesal, originado en la carencia de algunos de sus elementos constitutivos o en vicios existentes sobre ellos que potencialmente los coloca en la situación de ser declarados judicialmente inválidos. El estado de nulidad potencial no puede afectar el debido proceso ya sea por ser subsanable el vicio, por convalidación o porque el acto cumplió con su finalidad. La garantía al debido proceso implica también el administrar justicia de acuerdo a las normas procesales, porqué en razón a su texto, son consideradas imperativas o de estricto cumplimiento, consecuentemente, está sancionada su omisión o cumplimiento deficiente con la respectiva declaración de nulidad, siendo ello así, es tarea de esta Suprema Sala revisar si se vulneraron o no las normas que establecen expresamente un determinado comportamiento procesal con carácter de obligatoriedad, en cuyo caso debe disponerse la anulación del acto procesal viciado. 3.- Que, el artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Estado establece el derecho a la: “(…) motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto los decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se sustentan”; asimismo, el artículo 50 del Código Procesal Civil, precisa: “Son deberes de los Jueces en el proceso: 6. Fundamentar los autos y las sentencias, bajo sanción de nulidad, respetando los principios de jerarquía de las normas y el de congruencia”, por su parte, el artículo 122 del Código Adjetivo, establece que: “Las resoluciones contienen: (…) 3. La mención sucesiva de los puntos sobre los que versa la resolución con las consideraciones, en orden numérico correlativo, de los fundamentos de hecho que sustentan la decisión, y los respectivos de derecho con la cita de la norma o normas aplicables en cada punto, según el mérito de lo actuado”. Finalmente, el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales también se encuentra presente en el artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que regula: “Todas las resoluciones, con exclusión de las de mero trámite, son motivadas, bajo responsabilidad, con expresión de los fundamentos en que se sustentan. Esta disposición alcanza a los órganos jurisdiccionales de segunda instancia que absuelven el grado, en cuyo caso, la reproducción de los fundamentos de la resolución recurrida, no constituye motivación suficiente”. Así, sobre el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales el Tribunal Constitucional ha sostenido que: “La jurisprudencia de este Tribunal ha sido constante al establecer que la exigencia de que las decisiones judiciales sean motivadas “garantiza que los jueces, cualquiera sea la instancia a la que pertenezcan, expresen el proceso mental que los ha llevado a decidir una controversia, asegurando que el ejercicio de la potestad de administrar justicia se haga con sujeción a la Constitución y a la ley; pero también con la finalidad de facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa de los justiciables” [Cfr. Sentencia recaída en el Expediente N.º 01230-2002-HC/TC, fundamento 11]. De este modo, la motivación de las resoluciones judiciales se revela tanto como un principio que informa el ejercicio de la función jurisdiccional, así como un derecho constitucional que asiste a todos los justiciables [Cfr. Sentencia recaída en el Expediente N.º 08125-2005-HC/TC, fundamento 10].1 4.- En esa medida, la debida motivación debe estar presente en toda resolución que se emita en un proceso, lo que implica que cualquier decisión cuente con un razonamiento que no sea aparente o defectuoso, sino que exponga de manera clara, lógica y jurídica los fundamentos de hecho y de derecho que la justifican, de manera tal que los destinatarios, a partir de conocer las razones por las cuales se decidió en un sentido o en otro, estén en la aptitud de realizar los actos necesarios para la defensa de su derecho. 5.- Que, estando a lo expuesto, no puede perderse de vista que lo que alega la recurrente es que al presente proceso no le alcanza los efectos de la cosa juzgada de lo decido en el expediente número treinta y dos mil seiscientos cinco- mil novecientos noventa y nueve por cuanto los supuestos fácticos son distintos. Siendo ello así, este Supremo Tribunal considera pertinente señalar que en cuanto cosa juzgada la Constitución Política del Estado en su artículo 139 refiere: “Son principios y derechos de la función jurisdiccional (…) 13.- La prohibición de revivir procesos fenecidos con resolución ejecutoriada. La amnistía, el indulto, el sobreseimiento definitivo y la prescripción producen los efectos de cosa juzgada”, Al respecto se debe mencionar que la fi gura de la Cosa Juzgada contiene dos supuestos: a. La cosa Juzgada Formal: En el sentido de que la sentencia puede ser objeto de otra sentencia posterior, en otro juicio; que confirme o invalide la anterior. Ejemplo: los juicios de interdicción, en los cuales la persona es declarada legalmente interdicta, es decir; incapaz de realizar ciertos actos de disposición y de administración por determinados problemas psicológicos, pues bien; esas sentencias definitivas son de índole formal, no material, por cuanto esta sentencia, juicio o proceso, puede ser objeto de un nuevo litigio, o que convalide esta sentencia anterior o definitivamente la anule. Esto porque en este nuevo proceso, la parte interesada, es decir, el interdicto va a demostrar que la incapacidad no existe. Y al no existir la incapacidad, el Juez debe fallar restituyéndole todas las facultades, tanto jurídicas como administrativas. Por esta razón se les denomina sentencias de índole formal, porque aceptan revisión a futuro, que puede modificar la anterior o puede crear una nueva situación. b. Cosa Juzgada Material: La sentencia definitivamente firme ejecutoriada, es aquella no susceptible de recurso ordinario o extraordinario contra ella y que constituye ley entre las partes en los límites de la controversia decidida y que es vinculante en todo proceso futuro; su efi cacia trasciende a toda clase de juicio. Criterio que es compartido por el Tribunal Constitucional conforme se aprecia de la Sentencia 4587-2004-AA/TC, cuando señala: Conforme a reiterada jurisprudencia constitucional, la cosa juzgada tiene una doble dimensión (formal y material). Mediante el contenido formal se consagra el derecho “38.- (…) a que las resoluciones que hayan puesto fi n al proceso judicial no puedan ser recurridas mediante medios impugnatorios, ya sea porque éstos han sido agotados o porque ha transcurrido el plazo para impugnarla;”, mientras que para el contenido material alude “(…)el contenido de las resoluciones que hayan adquirido tal condición, no pueda ser dejado sin efecto ni modifi cado, sea por actos de otros poderes públicos, de terceros o, incluso, de los mismos órganos jurisdiccionales que resolvieron el caso en el que se dictó.”, 6.- Que, ahora bien, de la revisión de la sentencia de vista recaída en el primigenio proceso de desalojo -Expediente número treinta y dos mil doscientos cinco- noventa y nueve - seguido por la Caja de Pensiones Policial y Militar con Teresa Ruiz Toledo, obrante a fojas trescientos cincuenta y seis se aprecia que resolvió revocando la apelada y reformando declaró infundada la demanda por considerar que la Caja no dio estricto cumplimiento al artículo 1430 del Código Civil, por cuanto la carta notarial mediante la cual la demandante hace saber a la demandada que hará valer la cláusula resolutoria, fue dirigida a un domicilio distinto al señalado en el contrato de compra venta, por lo que, dicha comunicación no surte sus efectos para declararse resuelto el citado contrato. En ese orden, resulta claro que la primera demanda de desalojo fue desestimada por un error formal de la demandante, esto es, haber comunicado la decisión de hacer valer la cláusula resolutoria en un domicilio distinto al señalado en el contrato de compra venta. 7.- Que, de la revisión de los fundamentos de la presente demanda se aprecia que la actora Caja de Pensiones Militar Policial pretende el desalojo por ocupante precario de la demandada Teresa Ruiz Toledo por haber operado la cláusula resolutoria del contrato de compraventa del inmueble materia de desalojo, lo cual fue comunicado a la citada emplazada mediante cartas notariales de fecha cinco de junio del año dos mil siete; lo que se corrobora con las propias cartas notariales de fojas treinta y dos y treinta y tres dirigidas a la emplazada a los domicilios consignados en el referido contrato. 8.- Que, por lo expuesto en los considerandos precedentes el presente proceso contraviene el derecho a un debido proceso en su dimensión al deber de motivación, pues el Ad quem no ha anotado que lo decidido en el primigenio proceso de desalojo expediente número treinta y dos mil seiscientos cinco- mil novecientos noventa y nueve no constituye cosa juzgada inmutable, pues sostener ello, implicaría dejar desprotegido al propietario para que pese a subsanar el error formal de notificación de la carta notarial poniendo de conocimiento la cláusula resolutoria, se encuentre limitado de ejercer el derecho de restitución de su propiedad, lo cual conlleva una clara infracción de orden procesal respecto a las disposiciones denunciadas; por tanto debemos declarar fundado el recurso de casación, nula la sentencia de vista y disponer que la Sala Superior emita nuevo pronunciamiento teniendo en cuenta los lineamientos expuesto en la presente sentencia. VI. DECISIÓN: Esta Sala Suprema, en aplicación de lo señalado por el artículo 396 del Código Procesal Civil: a) Declara FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas cuatrocientos sesenta y seis por la sucesora procesal de la demandante Administradora de Comercio S.A. en consecuencia, NULA la sentencia de vista emitida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, obrante a fojas cuatrocientos cuarenta y nueve su fecha veintisiete de junio de dos mil doce. b) ORDENARON a la Sala Superior emita nueva resolución atendiendo las precisiones expresadas en la presente ejecutoria suprema. c) DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por la Caja de Pensiones Policial Militar con Teresa Ruiz Toledo y otro sobre desalojo por ocupación precaria; y los devolvieron. Interviene como ponente la señora Jueza Suprema Estrella Cama. SS. ALMENARA BRYSON, HUAMANÍ LLAMAS, ESTRELLA CAMA, RODRIGUEZ CHÁVEZ, CALDERÓN PUERTAS