Amarre cruzado Edad: con cuidado desde el primer día 1 Cuélguese el rebozo sobre sus hombros hasta la mitad de la espalda con las puntas hacia el frente. Una punta debe ser de 20 a 30 cm más larga. 2 Cruce el rebozo a la altura de su pecho. Concéntrese ahora sólo en el extremo largo cruzando su pecho y dele la vuelta por su espalda pasándolo en medio del columpio que se hizo al principio. 3 Tome el extremo más corto y anúdelo con el largo a un costado. Es mejor que el nudo quede un poco hacia atrás para que no lastime al bebé. Asiente el rebozo, metiendo ambas manos en la cruz y moviéndolas hacia abajo y al frente. 4 Para poner el niño en la cruz, tómelo con una mano recargándolo sobre su hombro y con la mano libre pase una piernita entre el rebozo que viene del hombre donde no está el bebé. 5 Cambie de brazo y haga lo mismo con la otra piernita. Sujete al bebé hasta que haya extendido el rebozo sobre su espaldita. 6 Extienda el rebozo desde la pompa hasta la corva del otro lado. Primero la cinta interior y luego la exterior. 7 Pruebe que el bebé se siente estrecho contra su cuerpo. En caso contrario jale un poco el nudo. El rebozo debe ser extendido hasta las corvas para lograr la posición "ranita" que favorece la formación de la cadera. Las orillas del rebozo que van en las corvas deben de estar un poco enrolladas para que nada sea incómodo. La cabeza de niños chiquitos (o dormidos) se puede asegurar con una banda del rebozo. Para bebés pequeños, deje ambos brazos dentro del rebozo. Ya que están más grandes puede sacar un brazo para ampliar la visión. Y más grandes saque los dos brazos. No necesita, ni es recomendado, poner al bebé viendo al frente. Tiene suficiente visión y aprenderá mejor a orientarse.