nhelar más, tener coraje y creerse el cuento, aunque siempre con los pies en la tierra, han sido las principales motivaciones de Felipe Howard, socio fundador de Latitud 90 (1997), dedicada al turismo receptivo, educación al aire libre y capacitación para empresas. Hoy, este emprendimiento factura más de US$9 millones anuales. Sus sueños comenzaron a planificarse desde que junto a su socio, Alberto "Tito" Gana, eran compañeros de curso en el colegio Notre Dame, donde fueron scouts y se apasionaron por los viajes, las aventuras y las expediciones al aire libre. Al preguntarle por los orígenes de Latitud 90 y cómo nació la idea, Felipe se ríe y comenta que siempre le preguntan lo rnisrrre, pero nunca tiene una respuesta concreta: "Partimos en 1997 con un capital de $900.000, pero hubo un par de años en los que no nos tirábamos a la piscina e forma definitiva, sino que nos juntábamos en las tardes o los fines de semana a pensar en lo que íbamos a hacer". En ese entonces, cada socio -también participaba Pablo Osses-, se dedicaba a lo suyo: Felipe en Fundación Maitenes, Pablo como geógrafo y Tito como arquitecto. "Nos interesaba trabajar en lo que creíamos que nos gustaba - hacer viajes- y trabajar con los amigos", relata. Para Howard, la aventura en serio empezó cuando volvió del programa Servicio País que hizo en Chiloé entre 1999 y 2<XXJ.Ahí fue cuando a Latitud 90 se asociaron tres personas: Juan Manuel Santa Cruz, Javier Cox y Kiko López, los que aportaron con $6 millones (50",(, de la propiedad). El foco en ese entonces estaba puesto en desarrollar viajes para turistas nacionales: "Visitábamos todas las agencias chilenas, ofreciendo lo que fuera y sin tener mucho éxito", confiesa Howard. Para promocionarse, diseñaron una guía impresa llamada "Más rutas" con circuitos de mountain bike y trekking, la cual no generó mucho interés: "Una de ellas se llamaba Vacaciones en Chile y apenas se vendió. Mandamos a imprimir 5.<XXJejemplares y como eran tantas, las teníamos en la oficina y las fuimos regalando a os alumnos en viajes de estudio o las rifábamos en programas", -ecuerda A modo de anécdota, Howard señala que como estaban -;:cién partiendo, sus catálogos incluían fotografías de sus paseos • os guías expertos que aparecían en éstos eran ellos mismos, así =no sus familiares y amigos. =-;¡r¡to se dieron cuenta de que su extenso conocimiento del país, =ra a clave de su negocio y que lo suyo era ofrecer sus servicios ::;extranjeros. Así comenzaron a visitar ferias internacionales y a carse a conocer, ahora en turismo receptivo. =-- 2002, Tito Gana logra viajar a la feria World Travel Market y +cstrar su primer catálogo de viajes especiales en Chile con ofertas ::.: trexkinq. ski, kayak y bicicleta de montaña, entre otros. Ahí =,"",'guen captar el primer viaje de incentivo a través de la agencia -éca Nuba Expediciones, lo que les permitió traer a un grupo de .i; esoañoles a Torres del Paine. "Ese catálogo hasta el día de hoy -=:::ó un hito. La gente juraba que era una organización gigantesca la que estaba detrás y sólo éramos seis' gallos'. Eso tiene que ver con soñar en grande", argumenta Howard. Ese espíritu también fue reconocido por Endeavor, quienes en 2002 entregaron a los socios el reconocimiento a los mejores emprendedores del año. "Fue un espaldarazo para creernos más aún el cuento. Que llegue alguien a decirte "chiquillos lo hacen bien" es súper fuerte. Llevábamos harto rato aperrando, con tiempo y energía a full en los primeros seis años, donde todo lo hacíamos nosotros. En ese contexto, lo de Endeavor, fue súper potente", recuerda nuestro líder de esta edición. Ese mismo año, llega Nicolás Boetsch, amigo y compañero de colegio de ambos, quien pronto se convierte en el tercer socio a cargo de desarrollar el área de empresas. "Él llegó primero a arrendar la oficina. Nosotros justo habíamos captado clientes de turismo, colegios y, ocasionalmente, hacíamos actividades corporativas pero no había nadie que se hiciera cargo. Así, le propusimos a Nico que ofreciera productos para entidades y nos fuéramos por mitades. Así estuvimos un año hasta que en 200510 incorporamos como socio", recuerda Howard. Luego de eso, Latitud 90 empieza una nueva etapa de En 2008, Boetsch fallece tras un terrible accidente que afianzamiento enluta el círculo de emprendedores y su participación (33%) pasa a manos de su esposa, Viviana Izzo, quien siempre tuvo claro que en cuanto se le presentara una oportunidad, iba a vender dicha participación. Ese porcentaje fue comprado en 2010 por la familia Matetic. "El que ellos llegaran fue muy natural por la excelente relación que tenemos como socios, desde la creación de Patagonia Camp en 2004", explica Howard. y también de cambios en la sociedad. En 2004 Howard y Gana deciden comprarles su porcentaje de participación a los otros cuatro socios. Poco a poco se comienzan a elimitar las áreas del negocio, las que continúan hasta erdla de hoy: turismo receptivo, programas con compañías y educación al aire libre. I líderes La clave es diferenciarse Diversificar el negocio y trabajar desde distintos frentes ha sido la apuesta que en Latitud 90 ha funcionado. Una de las áreas más rentables es la corporativa, donde lo más solicitado son viajes de incentivo y programas de retención de talentos, donde cuentan con un centro de desafíos camino a Farellones. Otros temas que abordan son fidelización de clientes, comunicación, trabajo en equipo y liderazgo, además de eventos de intereses especiales como lanzamientos de productos, olimpiadas y desarrollo de todo tipo de actividades, las que organizan en conjunto con Latitud Producciones, filial de Latitud 90 que lleva dos años de existencia. ofrecemos cosas novedosas y no sólo con ese sello, sino realizando, por ejemplo; un karaoke o una fiesta de disfraces", explica Howard. Sello innovador Luego del fallecimiento de Nicolás Boestch, los socios se abocaron a ordenar Latitud 90 A partir del segundo semestre, implementarón la iniciativa Experiencias, con el objetivo de volver a los orígenes de Latitud 90 y retomar aquellas ideas que no fueron exitosas en sus inicios. Se trato de promover viajes únicos en Chile y dirigidos a la familia, por ejemplo, en Torres del Paine o Isla de Pascua. La mayoría son jóvenes y sus gerentes de área no sobrepasan los 34 años. En este contexto, los socios han asumido nuevos roles: Gana es el gerente general, mientras Howard vela para que el sello diferenciador de Latitud 90 permanezca, sebre todo a nivel de clientes. "Tuvimos que definir valores, misión y generar procesos de inducción. Mi rol está en mantener la calidad y seguridad de los programas y que los guías sean mejores. El mejor piropo es cuando del área de los colegios llega un director de ciclo y me dice tus guías se pasaron, mucho mejor que tú. Eso significa que lo estamos haciendo bien", recalca. Durante el año pasado más de 3.CXXl personas participaron en estas iniciativas distribuidas en alrededor de 140 programas. Según Howard, lo importante es ofrecer experiencias únicas, como por ejemplo, haber cerrado el Mercado Central para organizar una fiesta para una multinacional-evento que ya han hecho cinco veces-; así como también producir para otra entidad, un city tour distinto o la puesta en escena de un circo para una compañía de servicios. En el ámbito de la educación, son dos los prpductos que brindan: cursos de educación al aire libre y viajes educativos, por el que han pasado un total de 242 cursos de tfJ establecimientos en 2010. Éste último lo han elegido diversos colegios de Santiago y de regiones, siendo su principal atractivo el entregar un valor agregado al típico viaje de estudios. "Los primeros tenían un sello diferenciador porque disponíamos de expediciones con carpa. Pero hoy VIVIR EXPERIENCIAS ÚNICAS Si hace años eran reconocidos como una empresa que entregaba servicios relacionados a experimentar la naturaleza y lo outdoor, hoy Latitud 90 busca ser una firma diferente, que prioriza entregar un valor agregado. "Muchos de nuestros productos han sido innovadores. Por ejemplo, hacer un Patagonia Camp o que los viajes de estudio no vienen del turismo sino desde la educación.", menciona. Reconoce que el sello al aire libre está marcado en programas de educación y en alguna medida en organizaciones, pero su foco está en brindar un servicio legendario, lo que "tiene que ver con hacer cosas con sentido, que una actividad marque a la gente y trascienda. Aspirar a tener siempre un servicio bien evaluado". y reestructurada, dado su gran crecimiento: Hoy trabajan alrededor de 100 personas y más de 50 guías, si se suma su filial Latitud Producciones y Patagonia Campo - - Para ello, los socios se han preocupado de crear un ambiente interne sea fértil para desarrollar ideas nuevas, lo que se refleje en los prodik que entregan. Así es como lanzaron en mayo un primer concurso de ideas innovadoras en que los propios trabajadores plantean mejoras procesos, productos o servicios, por los que reciben un incentivo. ---- ._----- La apuesta por Patagonia Camp Un claro ejemplo de innovación, fue la creación de Patagonia Camp, el primer campamento de lujo en Sudamérica instalado en las Torres del Paine. En esta iniciativa Latitud 90 apostó colocar todas las utilidades que obtuvo en los primeros años. Fue en 2004 cuando comenzaron con la idea del proyecto formalmente, pero no es sino hasta 2006 cuando se asocian con la Familia Matetic para concretado, en la que se apoyaron además con un fondo de InnovaChile. Con la idea de hacer un proyecto distinto, los socios tenían en mente generar un modelo parecido a los safaris de África. Durante unas vacaciones en Baja California, México, Howard conoce los yurt, unas carpas con todas las comodidades, pero que sólo tenían baños comunes. Con esa referencia, empezaron a trabajar en la idea de un modelo similar, pero con baño privado, el que importaron desde EE.UU. y lo adaptaron al clima del sur de Chile. El principal concepto que se quiso entregar es que los turistas pudieran vivir una experiencia real, "sentir la fuerza del viento, la lluvia, el movimiento de los árboles y la presencia de la fauna local", explica Howard. Gracias a esta iniciativa, Latitud 90 recibió en 2ffJi diversos reconocimientos: el premio Avonni -distinción más importante a la innovación en Chile, otorgado por Foro Innovación, 1VN y El Mercurio; el Premio a la innovación Diario Financiero, así como ser PARQUE YERBA LOCA Recuperar este lugar y convertirlo en un referente de los parques nacionales, 8 otro de los proyectos que esperan consolidar durante 2012 y que realizan en conjunto con la Municipalidad de lo Barnechea, con una inversión de US$3 millones. Significa instalar diferentes niveles de camping, recuperar senderos, crear un centro de educación ambiental e instalar en uno último etapa el Cordillera Camp, algo similar a lo que tienen en lo Patagania. clientes. Fue algo épico, los maestros 'apenando' con el frío", recuerda Howard. También han recibido elogios por su novedoso tratamiento de aguas negras, grises y Ejemplo para otros Una de los cosas que más entusiasma a Howard es hacer charlas motivacionales sobre emprendimiento e innovación, a partir del caso de Latitud 90. "Cuando comenzamos nadie te hablaba de emprendimiento. La historia de nosotros puede ser súper atractiva, porque ni el Tito ni yo venimos del mundo de los negocios, ni ninguno estudió ingeniería", afirma. Por ello, recomienda que la mejor edad para emprender un proyecto sea antes de los 30 años, pues hay que tener coraje y saber que lo nuevo genera incertidumbre y riesgos. Una etapa que él ya vivió y que hoy lo tiene trabajando a full para conseguir la consolidación de la firma. Internacionalizar 17 parte del libro Innovación Made in Chile 2010 de País Digital, que cuenta 50 casos reconocidos en exportación de servicios. A ello se suma, el que Sernatur los reconoció como un aporte al desarrollo del turismo sustentable en 2010, gracias a sus iniciativas de viajes de estudio, Patagonia Camp y Parque Yerba Loca. Este hotel de cinco estrellas considera 18 yurts o carpas instaladas --mediante el concepto de arquitectura ecoamigable- junto al Lago Toro, que brindan las mismas comodidades de un hotel de lujo. Todo está construido en forma aérea, sobre pilotes que no impactan la naturaleza. o obstante, como todo emprendimiento, tuvieron que sortear diversos obstáculos al principio. Como iniciaron la construcción en pleno invierno, "el primer yurt que instalamos salió volando, se hizo pedazos. Tuvimos que cambiar la estructura, las ventanas. Lo probamos cinco meses antes de que llegaran los primeros blancas, además del manejo de residuos orgánicos, gracias al uso de lombrices. Aunque la implementación de este sistema tampoco resultó a la primera, según cuenta Howard: "El Tito tuvo que partir en un vuelo comercial con dos bolsos gigantes con todos los bichos para los baños. Lo gusanos se congelaron y se murieron", dice riendo. "Hoy están cerca de un motor que produce calor y la planta de tratamiento se mantiene". Si quieres oomentar a Latitud 90 ha sido una idea que les ha rondado de manera permanente, pero que Howard siente que aún no es el momento. "Todavía tenemos mucho que hacer en las áreas que tenemos", explica. Según sus proyecciones, de aquí a un par de años podrían llegar a facturar US$12 millones anuales. S algún articulo ingresa en nuestra página web: WWl.v.Otyen.d