v , Emilio Eduardo s/p.s.a. de abuso sexual con penetración S.C. V. 188, L. XLI. Suprema Corte: 1 El Superior Tribunal de Justicia de la provmCIa de Jujuy rechazó el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la parte querellante contra la decisión de la cámara de apelaciones que confmnó el sobreseimiento de Eduardo Emilio V (fs. 35/37 vta., 15/22). Contra esa resolución la representante de la querella interpuso el recurso del artículo 14 de la ley 48 (fs. 38/49), cuya denegación dio lugar a la presente queja (fs. 50/51 vta. y 53/61). II Para mayor claridad de cuanto se dirá, conviene consignar que, de la reseña hecha en los recursos presentados y las constancias acompañadas se colige que, encontrándose detenida Romina Anahí T -imputada de haber matado a su hijo recién nacido-, denunció a Eduardo Emilio V por el abuso sexual del que habría sido víctima, hecho que habría derivado en su embarazo. Según se relata, el día 10 de agosto de 2002 V T llevó a por la fuerza hacia su automóvil -sacándola del lugar de baile donde se encontraban-, trasladándose hasta un lugar cercano a la casa de la víctima, donde habría ocurrido el sometimiento sexual, sobre el asiento trasero del vehículo. El auto de sobreseimiento se asienta, básicamente, en dos razones: primero, que la versión del imputado, en cuanto a que ese día ya la hora del hecho estuvo en otro lugar, fue corroborada por las personas con quien dijo estar; y segundo, que por el tiempo de gestación estimado sobre , . el recién nacido, la fecha de concepción no fue ellO de agosto; circunstancias que abonarían la mendacidad de la denuncia. ID 1. Con fundamento en que la impugnación se dirige a cuestionar los hechos fijados en la sentencia a partir de la valoración de la prueb~ aspectos reservados a los jueces de grado, el a quo rechazó el recurso de inconstitucionalidad al considerar que en el caso no se dan los supuestos de excepción que admitirían el apartamiento de aquel principio. En ese sentido, señaló que el fallo evidencia un cotejo acertado • de la prueba de testigos y un razonamiento que justifica concluir en que el imputado no se encontraba en el lugar del hecho el día que la denunciante dijo haber sido agredida sexualmente, que ésta no fue su única relación sexual y que la hija de la denunciante no fue concebida en la fecha que dijo haber sido violada. 2. En el recurso extraordinario la apelante tacha de arbitraria esa denegación, alegando violación de los derechos de defensa y debido proceso, y privación del acceso a la justicia porque fruto del excesivo rigor formal se impidió el tratamiento de la cuestión de fondo, omitiendo el examen de agravios planteados, circunstancia que determinaría la nulidad de lo resuelto. En esenci~ ataca la decisión del juez de grado y de la cámara que lo confrrma por carecer del grado de certeza que es menester para el dictado de un sobreseimiento, estado de convicción que, según aleg~ es incompatible con la no producción de la prueba oportunamente dispuesta por el juez y conducente para la resolución del caso. 2 • v , Emilio Eduardo s/p.s.a. de abuso sexual con penetración S.C. V. 188, L. XLI. y en concreto, se agravia por no haberse realizado el examen de A.D.N. puesto que de acreditarse la paternidad del imputado se demostraría la contradicción con el tiempo de gestación fijado, cuyo rigor científico la parte cuestiona, circunstancia que, a su manera de ver, impide descartar que el hecho sucediera, como dice T , ello de agosto de 2002. Por otro lado, amén de las constancias que a su juicio avalan la existencia del hecho denunciado y que no fueron consideradas, critica la valoración hecha sobre la prueba de testigos toda vez que éstos se refieren a horarios aproximados, como también lo hace la denunciante, y los lapsos de diferencia permitirían concluir que el imputado sí pudo estar en el lugar del hecho. Por último, invoca la doctrina sobre gravedad institucional por tratarse de un caso sensible a la comunidad provincial, nacional e internacional, por las cuestiones de género y derechos humanos ventiladas, con repercusión en la opinión pública. 3. Sobre la base de que la impugnación pretende la revisión de los hechos a partir del valor asignado a la prueba y descartando el supuesto excepcional de la arbitrariedad, el a qua rechazó el recurso extraordinario. 4. En su escrito de queja, la apelante sostiene que ese rechazo se ciftó a invocar una doctrina de carácter general y omite señalar por qué se descarta el supuesto de arbitrariedad alegado. IV Los pronunciamientos de los más altos tribunales provinciales que deciden acerca de la procedencia de los recursos extraordinarios de orden local, no justifican, por regla, el otorgamiento de la apelación 3 .. extraordinaria -en virtud del carácter fáctico y procesal de las cuestiones que suscitan- (Fallos: 326:1349 y 1958, entre muchos otros) y la tacha de arbitrariedad es particularmente restringida respecto de aquéllos . Tal es la doctrina de la que, en mi opinión, no cabe apartarse en este caso pues no advierto, al margen de la dudosa fundamentación del recurso federal y la presente quej a, que la apelante demuestre ciertamente con la reedición de los planteamientos introducidos y resueltos en anteriores instancias-la arbitrariedad que predica de la decisión del a quo. Es que, más allá de que las alegaciones sobre el fondo del asunto se refieren a cuestiones de hecho y prueba, por principio ajenas al conocimiento de V.E., no logra demostrar que el superior tribunal de la provincia haya incurrido en arbitrariedad al rechazar el recurso local con sustento en las regias procesales que delimitan su admisión. En ese sentido, cabe observar que los jueces consignaron su apreciación sobre las conclusiones del auto liberatorio, demostrando que las alegaciones de la apelante fueron escuchadas, aunque con resultado adverso para la parte. Alegaciones que, conviene añadir, también se hicieron ante la cámara, con el marco amplio que es propio del recurso ordinario de apelación. De todos modos, debo decir que tampoco demuestra que las medidas de prueba reclamadas diriman la autoría del imputado en el hecho de violación, y que de tal suerte se vea afectada la irrenunciable búsqueda de la verdad. En efecto, acreditar la paternidad cuando el imputado admite el acceso carnal -pero con el consentimiento de T - permitiría establecer el vínculo fIlial, mas no la violencia ilegítima del acto. De manera que aun concediendo que pudiere ser una pauta coadyuvante, no es determinante en 4 • v , Emilio Eduardo s/p. s. a. de abuso sexual con penetración S.C. V. 188, L. XLI. este caso, pues ambos -víctima y supuesto victimario- están de acuerdo en que existió relación sexual. Con mayor razón aún si no se olvida que la víctima del hecho que se atribuye a T vivió varias horas después de su nacimiento y de las heridas que recibió. A modo de síntesis, la alegada arbitrariedad reposa en consideraciones sobre la valoración de los elementos de juicio reunidos y su aptitud para desvincular al imputado del proceso, cuestiones de hecho, prueba y derecho procesal que, por regla, son ajenas al conocimiento de V.E., ya que la parte no reseña sino supuestas inexactitudes, conclusiones opinables o aun rebatibles. Por lo demás, es necesano recordar que la gravedad institucional no puede confundirse con la repercusión periodística del caso y no se demuestra que la intervención de la Corte tuviera otro alcance que el de remediar -eventualmente- los intereses de la parte (Fallos: 325:3118 y sus citas). V Por todo 10 expuesto, soy de la opinión que V.E. puede rechazar la presente quej a. Buenos Aires, Z2 de marzo de 2006. ES COPIA FERNANDO LUIS SANTIAGO GONZALEZ WARCALDE . HAMAM PROSECRETARIO ADMINISTRATIVO OC 2;:l¡~ t';5""' 5