44| JUVARRA, Filippo (Messina, 1678 - Madrid, 1736) Proyecto de fuente monumental (Ca. 1706) Dib/15/19/41 2 dibujos (1 h.) sobre papel amarillento verjurado : pluma, trazos de lápiz negro y tinta marrón oscura ; 135 x 201 mm. Barcia n.º 8314. Este proyecto de fuente monumental, a pluma y lápiz, tiene la agilidad de una idea y la solvencia de resolverla atrapándola como proyecto, ya se trate, como ha supuesto Millon (1984), de una intención autónoma, posiblemente vinculada a uno de los temas propuestos para el premio de segunda clase en el Concurso Clementino de 1706 (Marconi et al. 1974; Architectural fantasy and reality 1981) o de una copia de un dibujo previo de Carlo Fontana para la Fontana di Trevi (Braham y Hager 1977), que habría de ser, a partir del proyecto de Nicola Salvi, en 1732, una de las fuentes más célebres de Roma y, como escribiera Francesco Milizia en 1785 (Memorie dei architetti antichi e moderni), la «più magnifica» obra construida en la ciudad en el siglo XVIII (D’Onofrio, 1986; Kieven 1991; Pinto 1999). Sea como fuere, no cabe duda de que ambas cuestiones son posibles a la hora de entender el proyecto. En primer lugar, la Fontana di Trevi era un asunto pendiente desde el siglo anterior, para el que habían presentado proyectos arquitectos como Bernini o el propio Fontana, entre otros. En segundo lugar, Carlo Fontana había pensado en utilizar la columna Antonina para la Fontana di Trevi (Millon 1984) y, en tercer lugar, Francesco Fontana, que acababa de levantar la columna Antonina, debió estimular también esta idea. Ambos, con su peso en la Accademia di San Luca debieron promover la idea de que uno de los temas para el Concurso Clementino de 1706 pudiera llevar este asunto como protagonista, incluidas las tres «broche d’acqua» como aparecen, precisamente, en el recto de este dibujo de Juvarra, y es coincida su intensa relación con los Fontana y con la Accademia di San Luca en esos primeros años, habiendo ganado el primer premio del Concurso Clementino de 1705. El dibujo, tan magistralmente abocetado como compositivamente seguro, debió ser realizado por Juvarra atendiendo a esas coincidencias en el tiempo, recién llegado a Roma y partícipe entusiasta de las actividades, magisterio e ideas de Carlo Fontana. Planteada en forma de exedra, terminada en dos edículos coronados por escudos y un arco de triunfo central, el agua brota de tres bocas de agua, dos que surgen de los arcos laterales de la exedra y, la tercera, del frente mismo de la base rocosa, que recuerda la Fontana dei Quattro Fiumi de Bernini, en Piazza Navona (Rodríguez Ruiz 2003) —y el modelo era casi referencia inevitable en esta escuela, aunque sustituyese el obelisco por una columna triunfal que se eleva sobre la montaña rocosa—. En la parte superior derecha del dibujo hay un apunte con la planta de la fuente, en la que esta deja vacía la parte trasera, como si hubiera de vincularse a algún edificio previo, como ocurría históricamente con la Fontana di Trevi. Es decir, que Juvarra, en su diseño, bien pudo haber sintetizado ese cúmulo de coincidencias, unas académicas y otras históricas, para trazar un proyecto que ni tenía intención de presentar a la Accademia, ni le habían pedido expresamente, aunque el asunto de la Fontana di Trevi andaba en el ambiente y se concluiría maravillosamente con el proyecto de Salvi. En el verso, el dibujo presenta una variante de la columna sobre las rocas, con figuras abocetadas, como en la fuente de Piazza Navona de Bernini y, de manera invertida, la inscripción «PARS VERNA». [DR] 65