T O M O DEL CINCUENTENARIO. — MEMORIAS 137 Estas últimas expansiones, que son comúnmente denominadas fibras visuales, están provistas con frecuencia, en las primeras fases del desarrollo, de conos de crecimiento análogos a los que ostentan las homologas en los vertebrados. Durante el desarrollo de las crisálidas, especialmente en las de larga vida, tales como las de Pieris, es relativamente fácil seguir en su marcha centrípeta a las fibras visuales y reconocer sus dos tipos o clases diferentes. Unas, las primeras que aparecen, atraviesan todos los estratos superficiales y medios del ojo y se encaminan a la retina profunda o epióptico, en cuyas zonas superficiales terminan por arborizaciones, primero muy sencillas, reducidas casi a un aburtamiento poco distinto de un cono de crecimiento, que van complicándose tanto más cuanto más avanza el desarrollo de las crisálidas. Estas son las fibras visuales largas o bastones largos, descubiertos por C A J A L en la mosca azul y confirmados después por él y nosotros en esa misma y otras muchas especies de insectos, por lo que estima­ mos muy verosímil su existencia en todos. Al pasar estos conductores del territorio en que habrá de des­ envolverse la lámina ganglionar formadora del perióptico, de la que en las primeras fases del desarrollo ninfal no hay más que ligeros rudimentos, se les ve cruzarse unos con otros para dar origen al kiasma intermediario, esa enigmática formación cuyo destino se mantiene oculto a las miradas de los fisiólogos. Las otras fibras visuales, más tardías en desarrollarse que las anteriores, no aparecen hasta una época en que ya están bastante desarrolladas las zonas ganglionares, granulosa y plexiforme del perióptico o retina intermediaria, y no pasan de esta última zona. Son los bastones cortos, únicos descritos por otros autores ( Z A WARZIN entre ellos) que se ocuparon de estos asuntos. Como estos bastones o fibras visuales no pasan de la lámina gan­ glionar de la retina intermediaria, no toman parte en la formación del kiasma intermediario. B) Neuronas monopolares. — Los corpúsculos visuales inter­ mediarios o células monopolares (homologas, según es bien sa­ bido, de las bipolares de la retina de los vertebrados) no se des­ arrollan hasta época bastante avanzada de la vida de las crisálidas. Este hecho es muy fácil de observar en las crisálidas de evolu­ ción lenta, como sucede en la mariposa de la col y otras especies