Estas últimas expansiones, que son comúnmente denominadas

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T O M O DEL CINCUENTENARIO. — MEMORIAS
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Estas últimas expansiones, que son comúnmente denominadas
fibras visuales, están provistas con frecuencia, en las primeras
fases del desarrollo, de conos de crecimiento análogos a los que
ostentan las homologas en los vertebrados.
Durante el desarrollo de las crisálidas, especialmente en las de
larga vida, tales como las de Pieris, es relativamente fácil seguir
en su marcha centrípeta a las fibras visuales y reconocer sus dos
tipos o clases diferentes.
Unas, las primeras que aparecen, atraviesan todos los estratos
superficiales y medios del ojo y se encaminan a la retina profunda
o epióptico, en cuyas zonas superficiales terminan por arborizaciones, primero muy sencillas, reducidas casi a un aburtamiento poco
distinto de un cono de crecimiento, que van complicándose tanto
más cuanto más avanza el desarrollo de las crisálidas. Estas son
las fibras visuales
largas o bastones
largos, descubiertos por
C A J A L en la mosca azul y confirmados después por él y nosotros en
esa misma y otras muchas especies de insectos, por lo que estima­
mos muy verosímil su existencia en todos.
Al pasar estos conductores del territorio en que habrá de des­
envolverse la lámina ganglionar formadora del perióptico, de la que
en las primeras fases del desarrollo ninfal no hay más que ligeros
rudimentos, se les ve cruzarse unos con otros para dar origen al
kiasma intermediario, esa enigmática formación cuyo destino se
mantiene oculto a las miradas de los fisiólogos.
Las otras fibras visuales, más tardías en desarrollarse que las
anteriores, no aparecen hasta una época en que ya están bastante
desarrolladas las zonas ganglionares, granulosa y plexiforme del
perióptico o retina intermediaria, y no pasan de esta última zona.
Son los bastones cortos, únicos descritos por otros autores ( Z A WARZIN entre ellos) que se ocuparon de estos asuntos.
Como estos bastones o fibras visuales no pasan de la lámina gan­
glionar de la retina intermediaria, no toman parte en la formación
del kiasma intermediario.
B) Neuronas monopolares. — Los corpúsculos visuales inter­
mediarios o células monopolares
(homologas, según es bien sa­
bido, de las bipolares de la retina de los vertebrados) no se des­
arrollan hasta época bastante avanzada de la vida de las crisálidas.
Este hecho es muy fácil de observar en las crisálidas de evolu­
ción lenta, como sucede en la mariposa de la col y otras especies
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