18. Acta impresa de la Junta Suprema de la ciudad y provincia de

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18. Acta impresa de la Junta Suprema de la ciudad y provincia de Cartagena de Indias
acordando acatar las órdenes de las Cortes de Cádiz, 1810
“Acta impresa de la Junta Suprema de la ciudad y provincia de Cartagena de Indias acordando acatar
las órdenes de las Cortes de Cádiz”. (1810, diciembre 31). En Serie general (legajo 21, No 6). Madrid:
Archivo del Congreso de los Diputados Españoles.
El 29 de septiembre de 1810, el Consejo de Regencia informó a todos los territorios subordinados a
la Monarquía española la solemne instalación de las Cortes de Cádiz, y la necesidad de que cada una
de las autoridades provinciales reconociera formalmente la autoridad y legitimidad de las Cortes, y
acatara sus determinaciones. En ese contexto, la Junta Suprema que se había instalado en Cartagena
de Indias, acordó someterse a la autoridad de las Cortes, con algunas condiciones y limitaciones que
ponen de manifiesto las aspiraciones autonomistas de las juntas criollas, al mismo tiempo que su
lealtad a la monarquía española. De ello es clara muestra el acta de la Junta de Cartagena del 31 de
diciembre de 1810.
Acta impresa de la Junta suprema de la ciudad y provincia de Cartagena de Indias acordando acatar
las órdenes de las Cortes de Cádiz
En la ciudad de Cartagena de las Indias, a 31 días del mes de diciembre de 1810, congregados
extraordinariamente en esta Sala Consistorial los señores vocales de esta Suprema Junta de la
Provincia…, se procedió a tratar sobre el grave e importante punto del reconocimiento de las Cortes
Generales Extraordinarias instaladas en las Isla de León, según se comunica al Gobierno de esta
Plaza por el Sr. Ministro de Estado con fecha 29 de setiembre último acompañando la Acta solemne
de su instalación y los decretos expedidos en sus sesiones de 24 y 25 del mismo, y para este fin
teniéndose presente todas las reales órdenes antecedentes que tratan de la materia, y leído el informe
pedido al señor síndico procurador general que presentó en esta sesión, se entró a conferenciar con el
detenimiento y circunspección que exigía la gravedad del asunto, y habiéndose discutido largamente
sobre la forma, modo y términos en que se halla constituido el referido Congreso, apuradas todas las
razones políticas y de justicia que se presentan a la discusión en las actuales circunstancias, así de la
Península como de los Reynos de América, con el objeto de conciliar la unidad de la Nación bajo una
forma constitucional, con los imprescindibles y sancionados derechos de entera y absoluta igualdad, y
representación de los pueblos de esta Provincia con los demás de la Monarquía Española, y los mejores
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Juntas e independencias en el Nuevo Reino de Granada
modos de su conservación y felicidad, se acordó por la mayoría de los votos que se reconozcan las
órdenes del Congreso de las Cortes como de una soberanía interinaria y supletoria, mientras que por
los principios imprescriptibles de justicia e igualdad de derechos que se proclaman se constituyen
legalmente, a reserva siempre de nuestro gobierno económico y administración interior de la Provincia
para obrar su felicidad y conservación territorial bajo los principios y máximas que tiene publicadas
esta Junta, y sin las cuales no podría conseguir unos fines tan sagrados y esenciales a toda sociedad, y
evitar los abusos necesarios y consiguientes de gobernarse los pueblos a tanta distancia del Gobierno
supremo de la Nación, mucho menos bajo el sistema de gobiernos militares absolutos y despóticos.
Que para que cuanto antes se verifique la reunión del Reyno en estos mismos sentimientos partan
sin demora dos de los Diputados nombrados por esta Junta, en calidad de principal y suplente, para
el Congreso de sus Provincias y con los poderes e instrucciones convenientes. Que por un suceso
tan plausible y deseado por la Nación para la mejor defensa de su libertad y establecimiento de su
regeneración política, se efectúen las solemnidades y rogaciones piadosas que se expresan en las
reales órdenes de 11 y 25 de setiembre último, pasándose al efecto los correspondientes oficios, a
fin de que se empiecen el día 3 del mes entrante y se terminen el día de Reyes, en el que asistirá esta
Suprema Junta con todos los Tribunales, y así en éste, como en los otros anteriores, el Excmo. Cabildo.
Y a su consecuencia procedieron todos los señores presentes a prestar en manos de mí el secretario el
correspondiente juramento, como enseguida se verificó jurando a Dios Nuestro Señor y una señal de
Cruz, por el cual ofrecieron cumplir y guardar fielmente lo resuelto y determinado en este acuerdo,
previniendo que para los mismos fines se hiciese imprimir y circular a todas las autoridades y jueces
así de esta ciudad como del distrito de la Provincia, quienes lo prestarán en la misma forma y a todas
las demás del Reyno para su inteligencia y fines convenientes.
Con lo cual se concluyó este Acuerdo de que certifico
José María Benito Revollo, vocal secretario
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