Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 LO PULSIONAL Y SU RELACION CON EL OBJETO. SU DESPLIEGUE EN EL ESCENARIO ANALITICO, HOY. La autoría de este trabajo corresponde a un grupo de investigación y estudio desarrollado en el seno de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Está integrado por Eva Bianco, María Díaz de Pinto, María Ester Hodari, Herminia López de Parada, Cristina Pascuzzo de García Lema, Marizul Martínez, Pola Roitman Woscoboinik, Olga Rudi y Diana Valenti. Se formó a partir de la concurrencia a los seminarios de postgrado “Corrientes actuales en el pensamiento psicoanalítico”, dictados por el Dr. Norberto Marucco. (2002/4) Este trabajo se propone abordar el despliegue de lo pulsional en su relación con el objeto, en el escenario analítico, hoy. Los planteos freudianos fundamentales con sus sucesivas reformulaciones; las teorizaciones de Green, Laplanche y Marucco, y su instrumentación en el campo de las patologías actuales, configuraron nuestros puntos de referencia. A la vez, exponemos nuestras propias reflexiones e interrogantes. La temática elegida gira en torno a: 1-La pulsión y su fuente. El estatuto del objeto en el psicoanálisis contemporáneo. 2-Sentido y alcance del segundo dualismo pulsional. 3-Su despliegue en el proceso de la cura. Lugar del analista. Formulaciones freudianas Desde sus primeros trabajos, Freud fija los lineamientos básicos para pensar los modos de funcionamiento de lo pulsional en el hombre. Con Tres ensayos de una teoría sexual (1905), el concepto de Trieb entra formalmente en su teorización, considerando dos grupos de tendencias pulsionales: el primero, 1 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 agrupado bajo la nominación de funciones de autoconservación; el segundo, el de las pulsiones sexuales. Frente a la inermidad inicial del pequeño infans, la satisfacción de la autoconservación deberá contar con la presencia ineludible de “el semejante”. -En relación al origen -fuente- de las pulsiones sexuales aparece un concepto clave: el de Anlehnung, traducido como apuntalamiento/apoyo. Da cuenta de la emergencia de la sexualidad a partir de las funciones de autoconservación y de la articulación entre ambos grupos. Las pulsiones sexuales se harán independientes sólo secundariamente. Freud utiliza la noción de apuntalamiento por vez primera en relación a lo anal; pero más tarde, la oralidad pasará a ser la referencia privilegiada. En Tres ensayos puntualiza: “Es claro que la acción del niño chupeteador se rige por la búsqueda de un placer, ya vivenciado y ahora recordado… Al comienzo está la satisfacción de la zona erógena que se asoció con la satisfacción de la necesidad de alimentarse. El quehacer sexual se apuntala primero en una de las funciones que sirven a la conservación de la vida y sólo más tarde se independiza de ella”. En este texto, también señala que la cualidad y el ritmo materno abren la erogeneidad del cuerpo infantil. El surgimiento de lo sexual se da, entonces, “a remolque” de lo autoconservativo.1 En 1910, las funciones de autoconservación pasarán a ser designadas pulsiones del yo. Mientras tanto, la noción de apuntalamiento va tomando un segundo matiz. En Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci (1910), Freud señala dos tipos posibles de elección de objeto: por apuntalamiento (tipo anaclítico) y la de base narcisista. La problemática de la pulsionalidad se complejiza: Introducción del narcisismo (1914) marca un punto importante de inflexión. Comienza a discriminarse libido 1 En 1912 reafirmará: “…las pulsiones sexuales hallan sus primeros objetos apuntalándose en las estimaciones de las pulsiones yoicas, del mismo modo como las primeras satisfacciones sexuales se experimentan apuntaladas en las funciones corporales necesarias para la conservación de la vida”. (“Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa”),Pag. 174. 2 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 objetal -el objeto cobra relevancia en las teorizaciones freudianas- y libido narcisista. “Verdadero descubrimiento” en palabras de Laplanche: la sexualidad invistiendo al objeto o al yo: amor al objeto, amor al yo. Lo “absolutamente nuevo es esto del yo como objeto de amor”. También: “la idea que los objetos exteriores son reflejo o están en relación con este investimiento primero del yo, puesto que amamos al otro según nuestra propia imagen.”2 La libido volcada al yo, anticipa la consideración de aspectos negativos, destructivos de la sexualidad, que serán profundizados recién a partir de 1919. Freud dedica uno de sus trabajos de la Metapsicología -“Pulsiones y destinos de pulsión” (1915)- al análisis de sus elementos: empuje, fuente, objeto y meta. El objeto es caracterizado, en lo fundamental, por su contingencia. Finalmente, en teorizaciones de 1919, -“Lo ominoso”- Freud empieza a dar cuenta de la compulsión a la repetición, una de las formas que toma la repetición, expresión de la naturaleza más intima de las pulsiones. Son reflexiones que desarrolla en ”Más allá del principio del placer” (1920) y que marcan un verdadero “giro” teórico: la compulsión repetitiva es, por una parte, extereorización forzosa de lo reprimido pero también, el descubrimiento de un “hecho nuevo y asombroso”: se repiten experiencias no placenteras; se repite el sufrimiento. “El eterno retorno de lo igual” plasmado en rasgos de carácter y en un destino de “sesgo demoníaco”. La compulsión a repetir instaura un más allá del principio del placer Esto anuncia cambios teóricos fundamentales: en primer lugar, otro dualismo pulsional, enfrentando ahora a Eros y a Thánatos: “Acerca de las pulsiones he desarrollado una (nueva) intuición, una visión”...expresará Freud en El yo y el Ello (1923). Mientras Eros persigue la complejidad y el enriquecimiento de la vida -ligadura, reunión, síntesis- la otra clase de fuerza -pulsión de muerteintentará, una y otra vez, reconducir al cero del estado de Nirvana. Ligadura y desligadura son los modos de funcionamiento, respectivamente, de cada 2 Intervención de Laplanche en el Simposio sobre “La pulsión de muerte”, Marsella, 1986, Pag. 25. 3 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 categoría pulsional. ”La ligazón es un acto preparatorio que introduce y asegura el imperio del principio del placer”3 Un cambio conceptual de envergadura: en la primera tópica la pulsión se presenta como una fuerza que opera en el límite somato-psíquico y es conocida sólo a través de sus representantes. Se rige por las reglas del proceso primario y del principio del placer. El proceso de la cura propone, entonces, hacer consciente las representaciones inconscientes y la escucha, en atención flotante, se despliega sobre las asociaciones significantes del paciente. Se trata de la recuperación del recuerdo reprimido asociado al deseo prohibido. En la segunda tópica, en cambio, la pulsionalidad está actuando dentro del aparato: tiene su asiento en el Ello, “caos, un caldero lleno de excitaciones borboteantes. Imaginamos que en su extremo está abierto hacia lo somático”4. La representación deja de ser un referente de comienzo para indicar el alcance de una meta. La fuerza de la compulsión repetitiva se presenta como un nuevo desafío analítico: ”....ésta nos aparece como más originaria, más elemental, más pulsional que el principio del placer que ella destrona”5 Cuando en “El problema económico del masoquismo” (1924) Freud plantea: “En el ser vivo la tarea de la libido es volver inocua la pulsión de muerte”, en un progresivo trabajo de ligarla a su propio funcionamiento, consideramos que está transmitiendo, desde el punto de vista pulsional, el objetivo de todo proceso terapeútico. La pulsión y su fuente. Estatuto del objeto. Freud ubica el origen de la pulsión, como vimos, a partir de su apuntalamiento en lo autoconservativo. Por lo tanto, el anclaje es en el cuerpo que, desde el comienzo, es cuerpo erógeno. La madre se constituye en el primer objeto del pulsionar infantil y el aparato psíquico comienza a desplegarse. 3 4 5 Freud, S. :Más allá del principio del placer,1920 Freud, S.: Nuevas conferencias de Introducción al psicoanálisis, Conf.31, 1932/3, Pag.68 Freud, S. :Mas allá del principio del placer, 1920 4 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 En sus teorizaciones, Laplanche cuestiona a Freud acerca de la fuente de la pulsión y habla de su ”desvio biologizante”. Para este autor lo pulsional constituye una “segunda naturaleza” ya que surge instalado por el plus de sexualidad inconciente que trasmite el mensaje materno. Mensaje de naturaleza enigmática, tanto para el niño como para la madre: no todos sus contenidos pueden ser significados, ni por esta última al ser portadora de inconsciente, ni por el infans, con un psiquismo que comenzará recién a desplegarse. Recupera y amplía la teoría de la seducción de Freud, otorgándole el estatuto de fundacional: es su “teoría de la seducción generalizada”. Desde una “asimetría inicial estructurante”, lo no traducible del mensaje materno, cae bajo la represión y se “implanta” en el infans, dando origen al pulsionar infantil y a la estructuración de su psiquismo: el Ello, -esa otra cosa- “el otro externo que se hace interno” y el Yo, incipiente, contituído con lo traducido de dicho mensaje. “...Las instancias del aparato del alma sólo se conciben por su origen: el impacto de los mensajes sexuales enigmáticos del otro sobre un organismo biológico en vías de desarrollo”6. Por lo tanto, es “el otro” (con minúscula) -el objeto- quien instala la fuente de la pulsión y el inconsciente, de naturaleza exógena. Y más aún: sin desconocer la existencia de lo instintual -del orden de lo autoconservativo- sostiene, no sólo la disminución de la fuerza de los engramas instintuales en el infans, sino su moldeamiento desde lo pulsional. Sucede en la pubertad: cuando el instinto sexual hace irrupción, “encuentra el sillón ocupado” por la pulsión que lo moldea y le da su tónica. Es por esto que Laplanche habla de “la odisea” y “la perversión” del instinto. “La prioridad del otro” toma protagonismo en su teorización. La mayoría de los planteos psicoanalíticos actuales no acuerdan con este punto de vista. Entre ellos, los de Green: la fuente de la pulsión tiene su asiento en el 6 Laplanche, Jean: El extravío biologizante en la obra de Freud, 1991/2 5 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 cuerpo. Encuadrado en su teoría general de la representación, la pulsión es entonces, una delegación de lo corporal/erógeno, regida por las leyes del proceso primario. Pero para que la pulsión se manifieste -y ésto debe ser enfatizado- es imprescindible la presencia del objeto, “auténtico y natural develador de la pulsión”7. Lo fundamental residirá en la dinámica pulsión/objeto. A la manera de la paradoja winnicotteana del objeto creado/encontrado: para comenzar su accionar la pulsión debe “ser encontrada” por el objeto. Al cumplir con su función de apuntalamiento y cobertura, el objeto se erige en el garante fundamental del principio de placer. De allí que Green se pregunte: “¿por qué no pensar la compulsión a la repetición como la subversión del principio de placer por un fracaso en la instauración del objeto y su participación?”8. Interrogante que obró de disparador en nuestro grupo para numerosas reflexiones teórico/técnicas. En la medida que lo pulsional sólo se conoce por sus efectos -con la mediación imprescindible del objeto- y teniendo en cuenta la caracterización del Ello como caldero de fuerzas con un polo abierto hacia lo corporal, se destaca como esencial el valor de su fuerza (Drang), transformadora en y de la vida, tal como lo señala Marucco9. Drang que puede tomar dos caminos: o el ligamen elaborativo con el objeto o la descarga en el circuito corto del cuerpo o de la acción. En cuanto al estatuto del objeto, lo fundamental es precisamente estar ahí, dispuesto a ser investido y ligado. Un punto de partida esencial es la dialéctica que enlaza pulsión y objeto como nociones solidarias. 7 Green, André: La metapsicología revisitada, 1995. Green, André: El tiempo fragmentado, cap. 9 y 10 9 Marucco, Norberto: El escenario traumatico en el psicoanálisis contemporáneo.Trabajo presentado en APA, junio del 2004. 8 6 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 De aquí la idea de un principio de funcionamiento psíquico, anterior al principio de placer: el de ligadura al objeto, enunciado por Sara y Cesar Botella10, en base a claros planteos freudianos. El objeto: nuestras reflexiones. Un propósito fundamental timoneó nuestras reflexiones e intercambios en el seno del grupo: el esclarecimiento de la función analítica en el marco de las patologías actuales. De allí que nos interesara profundizar, especialmente, acerca del lugar del objeto en la teoría. Aunque Freud apoyó sus formulaciones preferentemente en lo intrapsíquicopulsional, la referencia al lugar del objeto está presente -como vimos- en su obra11. Es importante transcribir, en función de planteos críticos al respecto, una aseveración de una nota al pie de página, en “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico”(1911). … “Con razón se objetará que una organización así esclava del principio de placer y que descuida la realidad objetiva del mundo exterior, no podría mantenerse en vida ni por un instante,… Sin embargo, el uso de una ficción de esta índole se justifica por la observación del lactante, con tal que le agreguemos, el cuidado materno…”12 Es decir el objeto. La diferenciación de 1914 entre libido narcisística y objetal remitía –habíamos subrayado a dos tipos de elección de objeto y, en consecuencia, a dos tipos de objeto. Tanto en “Introducción del narcisismo” (1914) como en “Duelo y melancolía” (1917) aparece un objeto total e irremplazable que colapsa y coloniza al yo. Pero cuando en 1920, vuelve al principio de placer para señalar un más allá, de nuevo se afirma en la pulsión: no entra a considerar el placer o el más allá… en el objeto. Aún así, en 1920, en nota agregada a Tres ensayos aclarará: …“para 10 Botella, Sara y César: Más allá de la representación. Freud, S.: Tres Ensayos de una teoría sexual,1905 12 Freud, S.: Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico, 1911. 11 7 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 el psicoanálisis, lo esencial no eslá en la génesis sino el vínculo con el objeto”1314 . En los desarrollos psicoanalíticos contemporáneos, el objeto cobra relevancia y jerarquía: es crucial en la estructuración del psiquismo. Estas teorizaciones permiten encontrar en lo intersubjetivo un punto de anclaje para comprender tanto los modos del funcionamiento pulsional, como las formas de abordar el deseo y su más allá… en el proceso de la cura. Consideramos que la repetición del sufrimiento no sólo puede estar al servicio de un placer masoquista, sino también a la búsqueda de un objeto que brinde la ligadura faltante: nuevo desenlace que instale el funcionamiento psíquico dentro de las leyes del principio del placer. ”La ligazón es un acto preparatorio que introduce y asegura el imperio del principio del placer” (Freud, 1920)15. Presencia implícita del objeto. Pensamos, en efecto, que la intrincación ligadura/desligadura, pulsión de vida/pulsión de muerte, se da en función de la presencia y la calidad del objeto. Su ausencia o fallas conducirán a una descarga de la energía pulsional promoviendo patologías severas. El equilibrio entre presencia-ausencia del objeto posibilita un investimiento libidinal significativo y la instalación intrapsíquica de su representación: la energía, ligada primero al objeto y luego, a su representación, dará lugar a una progresiva psiquización. Es que en el accionar de la pulsión, regida por las leyes del proceso primario, circula una energía libremente móvil que pasará luego a ser simbolizada con la mediación del lenguaje y las leyes del proceso secundario. Así, el logro de la representación resulta impensable en ausencia del entramado intrapsíquico/intersubjetivo. 13 Freud, S.: Nota agregada en 1920 a Tres ensayos. Es importante destacar que Winnicott, en muchos de sus escritos, hace referencia a estas citas de Freud como fundamento a su teoría de la ineludible presencia de la madre junto al infans, aunque éste no la perciba como algo separado de sí. 15 Freud, S.: Más allá del principio de placer, 1920 14 8 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 En este punto, hacemos propia la pregunta de Widlöcher, en el “Simposio sobre la pulsión de muerte”, (Marsella, 1986)16 acerca de si las nociones de ligadura y desligadura de la pulsión tienen el mismo significado para los distintos pensadores psicoanalíticos. Al respecto, consideramos que la teorización de Green, al incluir las nociones de función objetalizante y función desobjetalizante de las pulsiones, enriquece el alcance de los conceptos señalados. Apertura importante por el alcance que le confiere a la objetalización propia de la pulsión de vida: no sólo inviste al objeto (externo e interno) sino que puede convertir diferentes estructuras en objeto, aún cuando el mismo no esté directamente en cuestión –aunque sí disponible a investir-; también puede investir al yo y hasta al proceso mismo de objetalización. Pensamos que, precisamente aquí, reside lo esencial de la pulsión de vida y su función objetalizadora. Hace a la estructuración misma del psiquismo: la formación del objeto interno no sólo significa un logro por este hecho en sí, sino porque conlleva la internalización del proceso que operó en esa instauración. Al mismo tiempo, la noción de desobjetalización aporta un referente valioso para la comprensión de la clínica actual. En esta misma línea de pensamiento, nos plantemos cómo poner en tensión las nociones de pura desligadura/desobjetalización y de energía libre. La primera, propia de la pulsión de muerte; la segunda, detentando una suerte de virtualidad a la ligazón que la puede llevar a apartarse de ese cero nirvánico y desplegarse a la posibilidad -o no- de un investimiento objetal. Implicancias del posicionamiento teórico en el proceso de la cura 16 La pulsión de muerte. Primer Simposio de la Federación Europea de Psicoanálisis, Marsella, 1984 9 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 Cada posicionamiento teórico tiene importantes y obvias repercusiones en la forma de pensar e instrumentalizar los recursos técnicos. Laplanche, al definir al psicoanálisis como “una antihermeneútica” y a la cura psicoanalítica como un proceso de deconstrucción/reconstrucción, concibe la técnica desde una óptica determinada. Para este pensador, sólo la situación analítica reitera la “asimetría inicial” del niño con su madre: un ”otro” significativo se acerca con sus mensajes, que forzosamente contienen elementos enigmáticos y al igual que en el inicio de su vida, el “bebé analizante”, tendrá que “traducirlos” , decodificarlos. “El único hermeneuta es primero, el niño y luego, el analizante”17. Esto supone que el analista deberá hacer un uso cuidadoso de la interpretación para no obturar el trabajo de desligadura/nueva ligadura propio de cada paciente. Tarea de permanente interrogación por parte del analizando y de rechazo a la seducción que implica todo intento de síntesis por parte del analista. Deberá, también, estar atento al ingreso de su contratransferencia en su condición de obstáculo en el proceso de la cura ya que, de hecho, porta sus propios mitos y teorías. Asimismo, mantener a ultranza el respeto al silencio, regla de oro del encuadre y un triple rehusamiento: al saber; a las demandas autoconservativas y a las demandas sexuales. Para Laplanche, la fuerza de la pulsión, desplazable y transferida al ámbito analítico, admite primero, una desligadura y luego, el descubrimiento de nuevos sentidos. En coherencia con su planteo, la finalización del proceso se definirá en la posibilidad de transferencia de la pulsión fuera de dicho ámbito: allí proseguirá la búsqueda de nuevas respuestas a los propios enigmas. Estos desarrollos, pensamos nos ubican en el área de Las neurosis, del deseo y su “más acá”. Pero, ¿Qué sucede más allá de la neurosis? ¿Puede esta técnica ser aplicada a las patologías actuales? 17 Laplanche, J.: Entre seducción e inspiración: el hombre, 1999. 10 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 Partimos de la base que estas patologías asientan en fallas importantes en el vínculo con el objeto primario, ya sea por carencia y/o por exceso. Fallas que conducen a la desligadura -Green dirá desobjetalización- y a la descarga de la pulsión en el circuito corto. En esta compulsión a la repetición se subvierte el principio de placer y estamos frente al predominio de Thánatos ”¿Cómo cercar las manifestaciones primarias de la pulsión de muerte y su lazo con el objeto primario”?18, se pregunta Green, interpretando una inquietud urticante en el quehacer psicoanalítico, hoy. Todo lleva a pensar en la función del analista como objeto en el proceso de la cura. La propuesta de Green, -teniendo como inspiradores a Winnicott y a Bion- exige del analista acceder a una postura que le permita ”ensoñar” el inconsciente del analizante. Intento de metabolización de aquellos elementos que no encontraron ligamen y/o que fueron desligados traumáticamente. Si ”la pulsión sin objeto se agota en el vacío y remite a huecos interiores que se reactivan en el análisis” es menester que el objeto-analista se enfrente y rescate al paciente de los vacíos de representación y de las representaciones de vacío, en el intento de una recreación. Se trata de restaurar la función objetalizante para la pulsión de vida y su encadenamiento erótico a través de un nuevo investimiento significativo19. Green convoca así, la presencia de un analista que sea “el archivista de la historia del proceso analítico” y que, en función de lo que llama “contratransferencia imaginativa”, pueda llevar su pensamiento a una regresión formal para dar figurabilidad a lo no representado por el paciente. Al mismo tiempo, permitirse apartar de recursos técnicos tradicionales, como el uso del silencio y de la atención flotante. No así, de la interpretación en transferencia: “Pudiera ser que la transferencia sea el único medio capaz de desanudar los hilos, solidamente entrelazados de la compulsión a la repetición”20 18 Green, A.: Las cadenas de Eros, 1997 Green, A.: Las cadenas de Eros, 1997. 20 Green, A.: El tiempo fragmentado, 2000 19 11 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 Siguiendo estos desarrollos, Marucco acerca la idea de una “apuesta pulsional”. Al ocupar momentáneamente el lugar de objeto de la pulsión, el analista accede a la posibilidad de “proveer tejido psíquico, de crear pulsión” -fundamentalmente su fuerza- allí, donde no la hubo21. O porque no se dieron las condiciones en función de la cualidad del objeto, o porque sucumbió frente a lo traumático y su repetición de sufrimiento y encierro tanático. Implica que el analista pueda facilitar la ligadura -vía transferencia- brindando el investimiento significativo faltante para el restablecimiento de Eros. Proceso que puede ser entendido como el “entrecruzamiento de dos cadenas eróticas” con el desarrollo de mutuas transferencias dentro de la concepción de “campo analítico” (Baranger-Mon). Delicado manejo técnico: el analista podrá ocupar ese lugar a condición de salir del mismo en el momento adecuado. La escucha analítica es más amplia que la contratransferencia y la actividad del analista va más allá de la elaboración y uso de la misma. Frente a estos desarrollos, surgidos en función de los desafíos que imponen las patologías actuales al psicoanálisis clásico, reflexionamos en el grupo acerca del mayor compromiso que implica el quehacer analítico en el momento actual. Exige no sólo un manejo sutil y cuidadoso del juego tránsferocontratransferencial, sino la toma de conciencia del compromiso de nuestra singularidad real como personas, también portadoras de inconsciente. Ubica en un primer plano la problemática del reanálisis del analista y todo aquello que hace a nuestra disponibilidad frente a un paciente determinado y su patología.22 21 Marucco, N.: El escenario traumático en el psicoanálisis contemporáneo. Trabajo presentado en APA, junio de 2004. 22 Es oportuno recordar la apreciación de Winnicott en el sentido de no atender más de dos pacientes psicóticos simultáneamente, en función de la dedicación absorbente que los mismos requieren y del cuidado de la salud mental del terapeuta mismo . 12 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 Bibliografía. Freud, Sigmund: Obras Completas En especial: -(1905) Tres Ensayos de una teoría sexua. AE Vol. VII, 1978. -(1910) Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci. AE Vol. XI, 1979. -(1912) Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa AE. Vol. XII, 1980. -(1914) Introducción del narcisismo. AE Vol. XII, 1980. -(1915) Pulsiones y destinos de pulsión. AE. Vol. XIV, 1979. -(1917) Duelo y melancolía, AE Vol. XV, 1979. -(1919) Lo ominoso AE Vol. XVII, 1979. -(1920) Más allá del principio de placer, AE Vol. XVIII, 1979. -(1923) El yo y el ello AE Vol. XIX, 1979. -(1924) El problema económico del masoquismo, AE. Vol. XIX, 1979. -(1932) Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis N*31 AE, Vol. XXII, 1979. Botella, Sara y César (1996) Más allá de la representación Promolibro, 1997, Valencia. (2001) La figurabilidad psíquica AE., 2003, Buenos Aires. Green, André (1995) La Metapsicología Revisitada. Bs. As. , EUdeBA, 1996. (1990) La nueva clínica psicoanalítica y la teoría de Freud. Bs As., AE, 1993. (1997) Las cadenas de Eros. Bs. As. A.E. 1998. (2000) El tiempo fragmentado Bs. As. AE., 2001. Green, Ikonen. Laplanche y otros (1986) La pulsión de muerte. Primer simposio de la Federación europea de psicoanálisis, Marsella, 1984. Bs. As, AE, 1998. Laplanche, Jean (1987) Nuevos fundamentos para el psicoanálisis. AE. Buenos Aires,1989. 13 Fepal - XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento" Lima, Perú - Octubre 2006 (1992) La prioridad del otro en psicoanálisis. Cap.5,7, 8. Bs. As., AE, 1996 (1993) El extravío biologizante de la sexualidad en Freud. AE 1998. (1999) Entre seducción e inspiración: el hombre, cap. 8,10. Bs. As., A.E., 2001 (2001) Pulsión e instinto. Rev. de Psicoanálisis, LVIII, 1, págs. 37 a 66. APA. Marucco, Norberto (1998) Cura analítica y transferencia. De la represión a la desmentida. Cap.5, 8,19, 12. Bs As., AE. (2004) El escenario traumático en el psicoanálisis contemporáneo. Trabajo presentado y discutido en APA en junio del 2004. (2002/4)Seminarios de postgrado: “Corrientes actuales en el pensamiento psicoanalítico” Grupo de autogestión (2005) Lo pulsional: metapsicología del deseo. Su despliegue en el escenario analítico. Presentado en el Simposio de APA. Nov.2005 (2005) Rastreo teórico acerca de la teoría de las pulsiones. 14