La doble moral latinoamericana Esteban: Cuando a alguien de otras latitudes le hablan de Latinoamérica, entre las muchas cosas que se piensan o dicen acerca de los latinoamericanos, cuando nos miramos a nosotros mismos en esos reflejos que pedimos a otra persona, encontramos que hay cierta visión despectiva por una especie de doble moral, o doble manera de hacer las cosas del latinoamericano, como del que se aprovecha de ciertas situaciones para sacar ciertas tajadas en beneficio propio o de un colectivo al cual pertenece. Esto parece que fuera “Vox populi” en todo el mundo Salvador. Salvador: Bueno, sucede que está acentuada en América Latina la doble moralidad. Digo esto, porque tenemos que ser honestos. La doble moralidad existe en todas partes. Hay una diferencia siempre entre el discurso y la práctica, por eso creo que es importante señalar algunas diferenciaciones que debemos hacer en el programa. En primer lugar hablemos de la ética, vamos a decir como utilizaremos en el programa la palabra ética y moral. La ética es una parte de la filosofía, ¿A qué se dedica?, es la ciencia de la moral y la conducta, el conjunto de juicios que una sociedad tiene acerca de lo bueno o malo; lo correcto o incorrecto, eso sería la ética. Es decir desde este punto de vista toda ética es social siempre, (tiene que ver con la sociedad), porque el hombre vive en sociedad, no solo. Entonces decimos que esos son los principios que nos rigen. La moral a diferencia de la ética es la vida concreta, la practica real de la ética, sé que esto podría ser discutible por algún purista, porque la palabra ética y la palabra moral aunque tienen diferentes orígenes significan lo mismo, pero para nuestro entendimiento en el programa vamos a darle esta connotación, por un lado esta la ética, lo que creemos que es bueno o malo, por otro lado está la moral, lo que practicamos con respecto a lo bueno o malo. Esa distancia entre lo que creemos y lo que practicamos se da en todas las culturas, sucede que en Latinoamérica adquiere características especiales porque la diferencia es mayor, están más distanciados para decirlo técnicamente o en una forma agradable. La diferencia que existe entre la ética y la moral en un anglosajón es distinta a la de en un latinoamericano. Recuerdo un cuento de Borges que lo sitúa en una universidad de Inglaterra (es un cuento sobre la ética de dos personajes), alguien le preguntó porque lo había situado ahí y no en Buenos Aires su ciudad, él dijo “porque es impensable que la ética que manejan los personajes se practique en Buenos Aires, esa ética se practica en Inglaterra”, es decir que con esa visión universalista que tenía Borges estaba diciendo “miren este personaje, no es típico de esta región, tiene una ética que no es la de esta persona”. En general señalaba que el hombre anglosajón cuando le plantean algo, es en términos éticos, justo o injusto, mientras que el latinoamericano piensa en si es lucrativo o no, es ventajoso o no, ahí estaría la diferencia entre la ética y la moral. O sea que cuando proclamamos lo que creemos, no nos diferenciamos mucho de todo el mundo, creemos exactamente que lo mismo es bueno o malo, lo justo o injusto, lo correcto o incorrecto, pero cuando uno observa nuestros países latinoamericanos, ve que el grado de corrupción aquí es superior al de otros países, la corrupción está más generalizada, tenemos una mayor diferencia entre la ética y la moral. Esteban: Bueno, eso va mucho más allá de los índices de corrupción que a veces se usan por ciertas organizaciones, porque en la practica se extiende a todo el tejido social. Salvador: Claro, en eso se diferencia por ejemplo, el latinoamericano en su viveza como se le dice en muchos países. Viveza tienen todos en todos los países pero algunos dicen: “somos los descendientes de España y ésta nos legó toda una literatura llamada picaresca, entonces tenemos picardía”. Es verdad pero en la picaresca española, por ejemplo “El Buscón” de Quevedo, “El lazarillo de Tormes”; el ventajero, que trata sacar ventaja es un marginal y es una excepción mientras que en Latinoamérica esto se ha generalizado, “El lazarillo de Tormes”, es pícaro porque necesita sobrevivir. En América Latina es pícaro porque ha encarado la vida con picardía, porque esa es la vida, no lo hace por sobrevivir, es su estilo de vida. Esteban: No lo hace solamente el marginal, sino también el que está en una posición a veces socioeconómica privilegiada, buscando sacar tajada. Salvador: Esa es la diferencia ética que tenemos, es bueno mirarnos así. Muchas veces hacemos el programa pensando en el público latinoamericano y en el hispano, o americano. Y lo que estamos diciendo seguramente para muchos resultará doloroso, para nosotros también le tenemos que decir que nos resulta doloroso porque somos latinoamericanos, es decir pertenecemos a esta tierra; pero tengo un lema en mi vida, una frase de Francisco De Quevedo y Villegas creo es muy importante recordarlo en este momento y tratando este tema. Él decía: “¿Siempre se ha de pensar lo que se dice y nunca se ha de decir lo que se piensa?”, es decir hoy vamos a decir lo que pensamos realmente, hablemos descarnadamente de esto porque son nuestros males y a veces hay que mirarse para dentro y los propios males de la cultura, solamente analizando los males del propio pueblo en el que uno vive, adquiere madurez. Debemos aprender esto, tratar de tomar cierta distancia de nosotros mismos, es difícil, como argentino sé que lo es, me costó mucho transitando todo América tomar distancia de mí, de lo que es el argentino en América Latina, tomar distancia, verme desde afuera y darme cuenta el por qué la fama del argentino. Cada uno de nosotros tiene que mirarse desde afuera, ver cuales son las características, las negativas, hoy quisiera vernos como latinoamericanos, sino como dice Quevedo: “¿Siempre se ha de pensar lo que se dice y nunca decir lo que se piensa?”, pues hablemos alguna vez francamente de lo que nos pasa. Desde la historia nuestra que estamos teniendo, desde nuestro nacimiento, raíces como continente, tal vez hablemos de la colonia y la influencia que ha tenido la misma, pero esta diferencia siempre ha estado presente y muchas veces cuando miramos raíces históricas digo, no tenemos que empezar a tomarlo como justificativo, porque cada uno de nosotros tiene la capacidad de rever el pasado y corregirlo, no tomemos como justificativo de donde venimos, sino digamos ¿Qué estamos haciendo?, ¡Es importante! PAUSA... Esteban: La doble moral latinoamericana es el tema que estamos encarando el día de hoy con Salvador Dellutri, nos decías que querías hablarlo descarnadamente, miremos ejemplos de cómo podemos ilustrarlo. Salvador: Bueno, creo que podríamos tomar algún ejemplo literario. Vamos a tomar lo que es el canto fundacional de la literatura argentina: “El Martín Fierro”, una obra literaria que algunos dicen que para mal y otros que para bien se ha tomado como el canto más importante de los argentinos algo así como puede ser “El Tabaré” para los uruguayos o alguna de las obras latinoamericanas tan importantes que las naciones la toman como el libro que mejor los representa. Martín Fierro es un hombre que se rebela contra el autoritarismo de las fuerzas militares en la Argentina gaucha, donde tomaban a los gauchos y los llevaban para defender la frontera, los obligaban a hacer esto, pero cuando él regresa a su casa y se encuentra con su familia después de haber vivido toda esa experiencia le da consejos a sus hijos y en esos consejos, (consejos que Martín Fierro da a sus hijos), son de una ética maravillosa, por ejemplo dice: “es mejor que aprender mucho aprender cosas buenas”, o dice: “ni el miedo ni la codicia es bueno que a uno lo asalten, así no se sobresalten por los bienes que perezcan”, es decir esta ante el materialismo diciendo que no sea esto lo fundamental. “El trabajar es la ley porque es preciso adquirir, no se expongan a sufrir una triste situación, sangra mucho el corazón del que tiene que pedir”, está hablando del trabajo como un valor fundamental y lo va a reafirmar diciendo: “debe trabajar el hombre para ganarse su pan, pues la miseria en su afán de perseguir de mil modos, llama a la puerta de todos y entra en la del haragán.”, es una defensa al trabajo, a la honestidad, honradez, a que el hombre tenga ciertos pudores éticos; dice: “si la vergüenza se pierde jamás se vuelve a encontrar”, habla de la honestidad, “ el hombre de razón no roba jamás un cobre pues no es vergüenza ser pobre y es vergüenza ser ladrón”, es decir que el compendio ético que presenta Martín Fierro es maravilloso que nosotros adherimos. El asunto es que José Hernández (el autor del poema), no solamente presenta la figura del Martín Fierro sino también una contrafigura; lo notable es que los estudiosos dicen, entre ellos Ezequiel Martínez Estrada el “Viejo Viscacha”, (que viene a ser la contrafigura), tiene más carnadura real que “El martín Fierrro”, cuando el Martín Fierro da consejos suena a prefabricado, pero cuando el viejo Viscacha los da, suena a lo que pasa todos los días. ¿Quién es el viejo Viscacha? un anciano, un hombre viejo a los que sus años no le otorgaron sabiduría, la de la ancianidad, sino le dio astucia, es un viejo astuto, haragán, vive de los otros, anda rodeado de perros que alimenta matando ganado ajeno, vende los cueros de los animales que le roba a los otros y mata; se los vende en complicidad con la gente que comercia y cuando se emborracha se le cae el velo, ese que todo el mundo tiene de respetabilidad, da consejos también, entonces aparecen los otros consejos, y ellos son, “hacerte amigo del juez y no le des de que quejarse, cuando el quiere enojarse vos te tenés que encoger”; es decir que el hombre tiene que acomodarse con el poder, “no te tenés que afligir aunque el mundo se desplome, lo que más precisa el hombre (yo discurro), es la memoria del burro que nunca olvida donde come”, está diciendo: mira no te hagas mala sangre por nada, lo único que tenés que buscar es comer. En otro párrafo dice: “lo que es yo, nunca me aflijo y a todito me hago el sordo, el cerdo vive tan gordo y hasta se come a los hijos”, ¡Terrible lo que dice! Que no te importe absolutamente nada y tiene una moral descarnada que la revela cuando dice: “yo voy a donde me conviene y jamás me descarrilo, llevate el ejemplo mío y te llenarás la barriga”, es decir que él, tiene una moral que se acomoda a la circunstancia, ventajera, se acerca al que le puede dar, individualista falta de solidaridad, roba para vivir y no necesita todo eso, pero a elegido ese camino, nació lo que en el Río de la Plata se llama viveza criolla, el hombre que trata de vivir de los demás, se contrapone: “el vivo vive del sonzo y el sonzo de su trabajo”. Entonces él pertenece al vivo que vive del sonzo quien trabaja, es una de las cosas que nos ha perjudicado, porque creemos que es elogiable esa actitud, hemos adoptado además un viejo refrán español que logré rastrearlo hasta el siglo XVI pero supongo que debe ser más viejo, dice: “hecha la ley, hecha la trampa”, es decir que cuando se hace la ley, en general el latinoamericano está pensando cuales son los resquicios que quedan para burlarla. ¿Cómo podemos hacer para no cumplirla? Entonces llega un momento que nuestra distancia entre una cosa y otra es tan grande que estamos viviendo en la inmoralidad, por supuesto esto nos tiene que llevar a reflexionar profundamente, porque las cosas que uno hace recaen sobre si mismo. Es interesante, estaba meditando la semana pasada sobre unas palabra que conozco hace cincuenta años pero a veces hay frases que merecen pensarse nuevamente, digo que no me alcanzarían varias vidas para pensar y repensar algunas cosas que uno conoce. Cuando Jesús está crucificado las primeras palabras que dice en la cruz son: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”, me llamó la atención que no dijera por ejemplo, los perdono por lo que están haciendo; dijo: “ Señor perdónalos porque no saben lo que están haciendo”, no es un problema conmigo, sino de ellos con ellos mismos, dije ¿Cuándo empezó esta frase a gestarse en Jesús?, días antes, el domingo de ramos, cundo entra a Jerusalén, montado en un burrito, la gente lo aclama, Él llora y dice están ciegos, no ven, es un contraste tremendo el que se produce ese día, cuando está yendo hacia la cruz, en Jerusalén había una cofradía de mujeres, que atendían a los reos tratando de calmarles los dolores y seguían al que iban a crucificar por las calles llorando, muy típico de ciertas culturas, cundo llegaban al lugar de la crucifixión, le daban una especie de calmante para sostenerlo, cuando Jesús las ve dice: “no lloren por mí, lloren por ustedes y por sus hijos”, los señores entran a Jerusalén y Jesús dice: “están ciegos, no están viendo la realidad”, vienen las mujeres al lado de la cruz y Jesús les dice: “no lloren por mi, lloren por ustedes”, cundo llega a la cruz dice: “Padre, perdónalos, no saben lo que hacen”, está diciendo no se están dando cuenta de lo que realmente sucede, no evaluaron la importancia y la trascendencia de lo que están haciendo, por esto me están crucificando, saqué a los mercaderes del templo pero ellos prefieren quedarse con ellos y me crucifican, es decir se quedan con la corrupción. Le dieron a elegir entre Jesús y Barrabás, eligieron a Barrabas y me están crucificando, tengan cuidado porque el que elige mal, sufre las consecuencias, estaban haciendo una elección ética en ese momento y Jesús dice van a elegir mal, van a elegir al corrupto, al asesino, al ladrón y me van a crucificar a mí, el problema es porque siguiendo ese camino cuarenta años después la ciudad de Jerusalén fue arrasada por Tito, porque el pueblo eligió la corrupción, al delincuente, cuando uno elige la corrupción, al delincuente, a la viveza, la mentira, la inmoralidad paga las consecuencias y lo que estamos viviendo en América Latina es que estamos eligiendo mal, estamos prefiriendo la mentira, la corrupción, la viveza, una moral bien distanciada de la ética, finalmente uno termina pagando las consecuencias. Es la realidad que vivimos digo, estas palabras de Jesús nos tendría que llamar a la reflexión, cuidado con lo que estamos haciendo porque cuando uno elige mal, le va mal, si tenemos una ética y la distanciamos tanto de nuestra práctica, si creemos que “hecha la ley, hecha la trampa” y que el vivo vive del sonzo y el sonzo de su trabajo, si creemos que podemos diferenciar esto, estamos sufriendo las consecuencias, entonces muchas veces hablamos de las opresiones de afuera, de tantas cosas para señalar que muchas veces estamos mal por esto y no tomamos conciencia de que muchas veces estamos mal porque hemos tomado malos caminos. Hay una parte que nos corresponde a nosotros, hay una responsabilidad que tenemos. Uno mira la distancia entre la ética y moral en América Latina y piensa, si no corregimos esto, si no escuchamos a Jesús diciendo no saben lo que hacen y no empezamos a pensar en serio que debemos elegir bien y no podemos seguir prefiriendo la corrupción, la violencia, al ladrón, a Barrabás y no a Jesús, si no nos damos cuenta que estamos haciendo una mala elección no tendremos futuro, elijamos bien, no mandemos a Cristo a la cruz y dejemos suelto a Barrabás, por una vez démonos cuenta que debemos volver nuestros ojos a Jesús y dejar que Barrabás pague con la deuda que tiene en la sociedad, cuando invirtamos esos términos entonces podemos pensar en un futuro latinoamericano diferente.