CASO HIPOTÈTICO EICE 3 2013-2 “Tres historias en la estación

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CASO HIPOTÈTICO
EICE 3
2013-2
“Tres historias en la estación”
La historia de Luis Vélez
1. El colombiano Luis Vélez, hijo único, sufrió un accidente en 1990 cuando tenía 15 años
de edad, a raíz del cual perdió el sentido de la vista. En ese mismo accidente, sus
padres murieron. Como herencia, Luis recibió varias propiedades en distintos
municipios de Colombia, pero quizá el bien más importante que recibió en su herencia
fue una finca llamada “Mi Ranchito”, ubicada en el Norte de Bogotá, donde vivió con
sus padres hasta el día del accidente.
2. Luis le tiene un inmenso carriño a esta finca, no sólo porque ahí guarda todos los
recuerdos de sus padres y la conoce a la perfección (lo cual resulta vital para la
situación), sino porque poco a poco, con mucho esfuerzo y con la inversión de un
altísimo presupuesto ha podido adecuar el terreno y la casa a las necesidades que tiene
como persona en situación de discapacidad, adecuaciones que le han permitido tener
una vida totalmente independiente, a pesar de su situación.
3. El 15 de Junio de 2005 Luis recibió una comunicación del Distrito, en la cual le
notificaban que el terreno “Mi Ranchito” sería expropiado, por nuevas obras de
Transmilenio que requería la ciudad. Esta comunicación le informaba los pasos que
tendría el proceso de la expropiación y lo invitaba a negociar. El precio de negociación
que le ofrecían por la finca era el de su valor catastral según la administración, valor
que por supuesto no consideraba las adecuaciones que se habrían realizado al terreno y
a la casa, ni su valor sentimental. Luis se negó a negociar, por lo cual se inicio la
expropiación.
4. El 15 de Julio de 2005 muy temprano en la mañana el conductor de Luis llamó a
informarle que no podría pasar a recogerlo –como era su acostumbre- pues su esposa
había tenido que ser hospitalizada de emergencia. Ese día, a las 10 A.M., Luis tenía la
audiencia de conciliación relacionada con la expropiación. Debido a que Luis contaba
con su perro guía y que ya en ocasiones anteriores había tenido que salir sin conductor,
se dirigió a las 7 a.m. hacia la estación de Transmilenio más cercana con el fin de llegar
con suficiente antelación a la diligencia.
5. A las 7:15 a.m. Luis llegó a la estación de Transmilenio. Sin embargo, dos patrulleros
le impidieron la entrada, bajo el argumento de que no podía entrar con el perro de raza
pastor alemán. Luis les explicó que se trataba de un perro guía que cumplía con toda la
reglamentación aplicable y que además llevaba un bozal. Adicionalmente, les explicó
a los patrulleros la urgencia de su desplazamiento a la diligencia judicial. Los
patrulleros se negaron a dejarlo entrar, Luis les manifestó que tendrían que resarcirle los
daños y perjuicios que se pudieran generar porque le estaban impidiendo acudir a la
diligencia judicial.
6. Luis trató entonces e tomar un taxi, pero a esa hora de la mañana le fue imposible
conseguirlo por lo cual llamó a un General de la Policía, viejo amigo de sus padres, y le
explicó la situación que le había ocurrido con los patrulleros. Inmediatamente el general
se comunicó con los patrulleros, quienes finalmente le permitieron la entrada a Luis a
la estación. Ya eran para ese momento las 8:15 a.m.
7. Dentro de la estación, tres niños empezaron a jugar con el perro guía. Luis les advirtió
que no se acercaran al perro y trato de localizar al adulto que se encontraba con los
niños pero no fue posible. Los niños terminaron por retirarle el bozal al perro y
comenzaron burlarse de Luis, mientras él intentaba controlar la situación. Los
patrulleros se encontraban a la entrada de la estación y al parecer no notaron lo que
estaba sucediendo. Ante las burlas de los niños (que incluyeron múltiples empujones)
el perro guía terminó por enfurecerse y por morder a Felipe, uno de los niños.
8. Fue en ese momento que apareció la madre del niño, Carolina Fernández, quien no se
había percatado de la situación con anterioridad porque estaba conversado con su jefe
por celular. Debido a que notó que la herida de Felipe en su pierna era profunda, llamó
inmediatamente a los patrulleros a gritos y en medio de su ofuscación les manifestó
que ellos eran responsables por no cumplir con las funciones legalmente establecidas
para su cargo. Luis, Carolina y sus tres hijos fueron retenidos en la estación mientras
llamaban una ambulancia, llegaba el personal de Medicina Legal y se dirigían a una
estación de policía para que Carolina pudiera poner la denuncia y Luis diera las
explicaciones que fueran del caso.
9. La diligencia en la estación de policía terminó a las 12 m. A raíz de todos estos
inconvenientes, Luis no pudo llegar a tiempo a la audiencia de conciliación. A pesar de
que trató de llamar al juzgado para dar a conocer la situación en la cual se encontraba,
no pudo comunicarse. En el proceso judicial Luis alegó fuerza mayor. Sin embargo, el
juzgado considero su ausencia en la diligencia como falta grave en su contra y
terminaron expropiándole el terreno y la finca “Mi Ranchito” por el valor catastral.
10. Luis interpuso una tutela contra la sentencia que ordenó la expropiación, pero sus
argumentos no fueron aceptados, dado que el juez de la tutela afirmó que había sido su
propia negligencia dentro del proceso la que había traído como consecuencia la
expropiación de la finca. Luis ha contactado una prestigiosa firma de abogados,
buscando nuevas vías legales nacionales e internacionales para la protección de sus
derechos.
La historia de Carolina Fernández
11. Carolina Fernández es madre cabeza de familia de tres hijos ( para el año 2005 Felipe
tenía 5 años, Juan Carlos 7 años y Gabriel 10 años). El padre de los niños, Roberto
Villalba, abandonó a Carolina cuando Felipe estaba recién nacido, no visita nunca a
los niños. Desde entonces, Carolina ha asumido toda la responsabilidad económica y de
crianza. A pesar de que en 2003 Carolina y Roberto firmaron un acta de conciliación en
la cual Roberto se comprometió a pagar una suma por concepto de alimentos, él nunca
ha cumplido con este compromiso hasta la fecha y Carolina no ha intentado vías para
exigírselo, pues no quiere tener más acercamientos con una persona que le ha hecho
tanto daño.
12. Desde el año 2002 Carolina trabajaba en la firma de arquitectos “Pombo y Barrios
Ltda.”, realizando labores administrativas. Dentro de sus tareas debía realizar
diligencias urgentes en la ciudad. El 15 de Julio de 2005 Carolina tenía una de las
diligencias más importantes de la oficina. Tenía que llevar a la Secretaria de Educación
todos los documentos listos para participar en una de las licitaciones más grandes de
diseño para la construcción de escuelas de la ciudad. La propuesta debía entregarla a
las 9 a.m. (hora de cierre de entrega), por lo cual había planeado dejar a sus hijos con
su vecina (pues se encontraban en vacaciones) y dirigirse a entregar la propuesta con la
antelación suficiente. Su vecina, sin embargo, tuvo un inconveniente esa mañana y no
pudo recibirle sus niños, por lo cual Carolina tuvo que irse con ellos a las 7 a.m. a
buscar transporte público. La firma le había dado dinero para tomar un taxi, pero le fue
imposible encontrar un taxi a eso hora. Ante la angustia de llegar tarde a entregar la
propuesta, Carolina se dirigió, junto con sus tres hijos, a la estación de Transmilenio
más cercana.
13. Una vez llegó a la estación, su jefe Bernardo Pombo, la llamó para asegurarse de que
todo estuviera en orden. Carolina le explicó que había tenido que dirigirse al
Transmilenio. Bernardo se disgustó mucho con ella, pues las instrucciones de que
tomara un taxi estaban muy claras. Carolina le explicó que había sido una situación de
fuerza mayor, y al final Bernardo le dijo que cuidara mucho los documentos que
conformaban la propuesta. Carolina no informó al jefe que había tenido que salir con
sus tres hijos.
14. Una vez colgó la llamada con su jefe, se percató de que a Felipe, su hijo, lo acaba de
morder un pastor alemán. Inmediatamente llamó a gritos a los patrulleros de la
estación. En medio de la confusión, le robaron su teléfono celular, único lugar donde
tenía guardado el número de teléfono de su jefe. Luis le prestó su celular para llamar al
113 para que le dieran el teléfono de la firma, pero dado que recientemente las oficinas
habían cambiado su sede, el teléfono que le dieron estaba equivocado. Para el momento
en que Carolina pudo comunicarse con Bernardo, eran las 10:30 a.m. y ya se habían
cerrado los plazos para la entrega de la propuesta.
15. Una vez terminada la diligencia en la policía, Carolina se dirigió a la empresa, donde
la esperaba una carta de despido en su escritorio. La carta afirmaba que el despido se
realizaba con justa causa y que tenía efectos inmediatos. Carolina intento hablar con su
jefe, pero la asistente le informó que tenía instrucciones precisas de no permitirle
entrar a las oficinas de los socios. Con lágrimas en los ojos, Carolina le insistió a la
asistente y le informó de su situación y de la necesidad de atender las obligaciones
económicas de su familia. Sin embargo, sus intentos de comunicarse con sus jefes
fueron infructuosos.
16. Carolina no contaba con ahorros y le fue imposible conseguir plata prestada, por lo cual
comenzó a atrasarse en las cuotas del colegio de los niños, en el cánon de arrendamiento
del apartamento en el cual vivía con sus hijos, y lo poco que pudo conseguir con
amigos cercanos apenas le alcanzaba para alimentar a sus hijos una vez al día.
17. Por consejo de su vecina, Carolina acudió al consultorio jurídico de la Universidad de
la Sabana. Estudiantes muy diligentes interpusieron en el 2005 una tutela y las
demandas correspondientes ante la jurisdicción laboral (por la situación de despido),
ante la jurisdicción civil en contra de Luis Vélez y ante la jurisdicción contencioso
administrativa en contra del Distrito (por la situación ocurrida con el pastor alemán en
el Transmilenio). La tutela fue denegada en primera y segunda instancia pues los jueces
determinaron que no existía un perjuicio irremediable. Los estudiantes encargados en el
consultorio alegaron que se estaban violando no sólo normas de carácter nacional sino
también normas y jurisprudencia de carácter internacional de protección a las mujeres y
los niños. El juez de tutela afirmó que esas fuentes internacionales no le eran
vinculantes. Las demandas laboral, civil y administrativa aun siguen pendientes de
decisión en primera instancia.
18. Debido a la mora en el pago del arrendamiento por más de un año, para finales del
2006 Carolina fue desalojada por su arrendador, sin mediar un proceso judicial y tuvo
que pasarse a vivir a un inquilinato. Por otro lado, el colegio privado donde estudiaban
sus hijos no le permitió matricularlos para el siguiente año lectivo debido a las deudas
pendientes. Para el momento en que fue notificada de esta situación, Carolina ya no
logró conseguir cupos en los colegios de Distrito, por lo que los niños dejaron de
estudiar durante el año 2006. Ante tales dificultades, algunos estudiantes de la
Universidad de la Sabana le aconsejaron que interpusiera una solicitud de medidas
cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La historia de Bernardo Pombo
19. Bernardo Pombo es socio de “Pombo & Barrios Ltda.”, constituida en 1992. Desde su
creación, Bernardo ocupa el cargo de gerente comercial, teniendo entre sus funciones
conseguir clientes para la empresa, logrando muy buena reputación en el medio. La
licitación que abrió el Distrito para el diseño en la construcción de escuelas era
considerado por él como uno de los más grandes negocios de su firma.
20. A raíz de lo ocurrido con Carolina Fernández, Bernardo llamó al secretario de
educación, a quien pudo contactar por las gestiones de un amigo cercano. Bernardo le
explicó la situación que había ocurrido y le pidió que le recibiera la propuesta de su
firma de manera extemporánea a cambio de una suma considerable de dinero. El
Secretario de Educación, Manuel Monsalve, luego de muchas suplicas accedió a
recibírsela extemporáneamente, pero le dijo que no recibiría algún tipo de dinero. No
obstante, afirmó que le enviaría la hoja de vida de su hija, quien se acababa de graduar
de arquitectura y “se la recomendó mucho” pues estaba justamente buscando trabajo. A
la semana siguiente Bernardo contrató a la hija de Manuel Monsalve en la firma.
21. Bernardo Pombo estaba convencido de que iba a ganarse la licitación de las escuelas. Él
había interpretado de la conversación con Monsalve y del excelente sueldo que le había
ofrecido a su hija, que también tenía asegurados los resultados de la licitación. Por esta
razón contrató con varios proveedores antes de que se anunciaran los resultados de la
licitación. Sin embargo, otra firma de arquitectos ganó la licitación de las escuelas.
Varios proveedores demandaron a la firma por el incumplimiento de los contratos.
22. Los proveedores que fueron contratados por Bernardo Pombo son los siguientes:
a) Mc Kalister Funny Coporation. Entidad fabricante encargada de amueblamiento
recreativo escolar domiciliada en Dallas (U.S.A.). Ésta debía instalar y suministrar
juegos gimnásticos para un espacio de una hectárea. Si bien se adelantaron procesos
internos de alistamiento de producción, la carga no alcanzó a ser enviada.
b) Valenzuela y Rojas S.A. a través de un contrato de compraventa obtuvo de Schander
Korporation, fabricante, dos maquinas para la adecuación de terrenos húmedos y
montañosos. La entidad fabricante está domiciliada en Bremen, Alemania. La empresa
Valenzuela y Rojas S.A. contactó a “Transportadores Marítimos del Caribe Ltda.”
Para poner a disposición del destinatario las maquinas en un puerto de Barranquilla, las
cuales llegaron a Bogotá la fecha estipulada a través de “Colombia Envíos”. Al recibo
en bodega, una de las maquinas presentaba averíos considerables en la estructura.
c) Servites EST. Empresa de servicios temporales colombiana, quien se obligo a enviar 50
trabajadores en misión.
23. Enterado de la inverosímil situación, Jorge Barrios, quien es propietario del 50% de la
firma y su representante legal, acude donde el Dr. Salustio Cuellar, abogado de su
confianza, debido a que no se explica por qué motivos Bernardo suscribió esos
contratos con los proveedores de manera tan anticipada. Jorge Barrios piensa que
Bernardo quería aprovechar el negocio con los proveedores para obtener un dinero, al
menos proveniente de los anticipos que parecen deberse a cargo de la firma “Pombo y
Barrios” y a favor de aquellos. La sospecha del señor Jorge Barrios se suscitó también
porque éste conocía de las relaciones de su socio con algunos altos funcionarios de
Valenzuela y Rojas S.A. y con el propietario de la empresa de servicios temporales. El
Dr. Salustio Cuellar le aconsejó que con esa información podía interponer una
denuncia penal en contra de su socio.
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Universidad de la Sabana. Autores: Juana Inés
Acosta, María Carmelina Londoño, Margarita Cárdenas y Alejandro Machado
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