Francisco P. Fernández Mateos Capítulo I.- Primera Guerra Mundial. El nacimiento de los carros. Aunque desde finales del siglo XIX se venían construyendo y ensayando diferentes vehículos acorazados, cuando comenzó la PGM, sólo había en servicio un reducido número de ingenios dotados de ametralladoras y, en algunos casos, de cañones para la lucha contra los globos, que eran ampliamente usados como observatorios de artillería. En una palabra, su utilización como armas terrestres quedaba reducida a misiones de carácter limitado, como escoltas de convoyes, reconocimientos por carreteras o buenos caminos, golpes de mano, etc. El Ehrhardt Modelo 1915 fue uno de los pocos blindados de ruedas utilizados durante la PGM. Las razones para un empleo tan restringido de estos vehículos, las podemos resumir en dos: La total falta de experiencia que no permitía ver sus grandes posibilidades; y las reducidas prestaciones técnicas de los vehículos que, al ser diseñados a partir de chasis comerciales, carecían de suficiente movilidad para ser empleados fuera de los caminos. En ese estado de cosas, el aumento de la potencia de fuego de las unidades, unido al uso masivo de obstáculos de todo tipo, llevó a la llamada “guerra de trincheras”, en la cual, el combate defensivo alcanzó un valor inusitado, hasta el punto de que hubo que revisar algunos de los antiguos preceptos doctrinales. Así, el 8 de enero de 1916, el Ejército francés publicó una “Instrucción sobre el combate ofensivo de las pequeñas unidades”, que contenía las siguientes conclusiones: 1. La Infantería no tiene, por sí misma, ninguna potencia ofensiva frente a los obstáculos defendidos por el fuego y guarniciones con defensas accesorias. 2. La Infantería tiene una gran capacidad para la ocupación del terreno. 4 MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX El uso masivo de las ametralladoras y los obstáculos de todo tipo, llevaron a la denominada guerra de trincheras. Ante esta situación, era creencia generalizada que la única posibilidad de obtener la victoria residía en emplear grandes concentraciones de artillería, capaces de arrasar las defensas enemigas, para lanzar seguidamente el asalto de la infantería. Sin embargo, cuando eran ocupadas las posiciones asaltadas, el enemigo ya se había acogido a otras más retrasadas y fuera del alcance de la artillería. Ello obligaba a adelantar las piezas, lo que permitía que las fuerzas adversarias reforzaran sus nuevas líneas. En resumen, si bien el uso masivo de la artillería había sido eficaz, no bastaba por sí mismo para romper el frente, al menos, en la profundidad deseada. A lo largo de toda la guerra, quedó demostrado que el uso masivo de la artillería no era suficiente para asegurar el éxito de la infantería. Los carros aliados. Para que la infantería pudiera acercarse al enemigo a cubierto de sus fuegos, se idearon diversas protecciones o escudos, similares a las antiguas mantas o manteletes, que no dieron 5 Francisco P. Fernández Mateos el resultado apetecido ya que pesaban excesivamente y, además, no ofrecían una protección completa. En consecuencia, tanto los franceses como los británicos tuvieron la feliz idea de construir ingenios blindados que, dotados del correspondiente armamento, podrían romper el frente enemigo1. Entonces, surgió el problema del tipo de tren de rodaje que debían montar, ya que las ruedas no eran aptas para movimientos por zonas llenas de trincheras, zanjas, embudos de artillería, alambradas, barro, etc. Las protecciones blindadas, similares a las antiguas mantas y manteletes, demostraron poca eficacia. Protección individual dotada de ruedas, que podemos considerar antecesora de los vehículos acorazados. Aunque fueron estudiadas diferentes soluciones, como el uso de ruedas de gran tamaño, finalmente, se escogió el uso de la oruga que, siendo conocida desde hacía 150 años, por aquel entonces ya era muy utilizada por los tractores de artillería. De hecho, tal como dijo Winston Churchill, que fue uno de los principales impulsores de los carros2: “sería bastante fácil habilitar en un corto plazo, cierto número de tractores con pequeñas plataformas cubiertas, blindadas, en las que los hombres y ametralladoras podrían colocarse resguardados de las balas”. 6 MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX Arriba, un dibujo de Leonardo Da Vinci. Abajo, el denominado Carro del Zar, realizado en Rusia y claramente inspirado en el primero que, como otros vehículos similares, demostró que no era viable. En 1893, la firma Krupp diseñó la Cúpula Acorazada Móvil armada con un cañón de 57 mm. Sólo le faltaba el motor. En Francia, la idea de fabricar blindados con orugas surgió casi al mismo tiempo que en el Reino Unido, y se debió al Coronel Estienne que, tras conseguir el apoyo del General Joffre, a la sazón Jefe del Ejército francés, inició el desarrollo del Char D´Assaut Schneider, en base al tractor americano Holt, seguido muy pronto por el St. Chamond y el Renault FT 17. Aunque no parece oportuno entrar en más detalles sobre el nacimiento y evolución de los carros franceses y británicos, cuyo estudio queda fuera del marco de este libro, sí creo conveniente citar algunos hechos relativos a su desarrollo durante la PGM, ya que, haciendo las oportunas comparaciones, podremos comprender mejor el error cometido por los alemanes, al no darles desde el principio el verdadero valor que les correspondía. 7 Francisco P. Fernández Mateos El Tractor sobre orugas Holt sirvió de base para el diseño de los primeros carros. En el primer ataque de los carros británicos Mark I, lanzado de forma un tanto precipitada el 15 de septiembre de 1916, sólo se utilizaron 50 vehículos, muchos de los cuales quedaron averiados o atascados en el barro. Sin embargo, en la denominada “primera batalla de Cambrai”, librada el 20 de noviembre de 1917, se llegaron a emplear 378 ejemplares de los modelos Mark IV/V, apoyados por otros 98 Mark I3, que habían sido dotados de radio y fueron empleados para mantener el contacto con la retaguardia. El 9 de agosto del año siguiente, durante la batalla de Amiens, entraron en combate unos 450 carros4 encuadrados en doce batallones, ocho de ellos con Mark V, dos con Mark V* y otros dos con los ligeros Mark A Whippet. En la batalla de Cambrai (20 noviembre de 1917), llegaron a emplearse un total cercano a los 500 carros. 8 MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX En lo relativo a los carros franceses, las cifras son aún más esclarecedoras. Así, mientras que en la primera intervención de los Schneider, efectuada en Berry-au-Bac el 16 de abril de 1917, tomaron parte ocho grupos de a 16 carros cada uno, es decir, 128 vehículos, en la primavera de 1918, el Ejército francés ya integraba 468 carros, cifra que fue incrementada enormemente en los meses posteriores, con la incorporación masiva del llamado “carro de la victoria”, el Renault FT 17, del que llegaron a salir de las cadenas de montaje 3.177 ejemplares antes del final de la guerra5, 440 de los cuales fueron destruidos en combate. El Schneider fue denominado carro de asalto de artillería. En resumen, en julio de 1918, las fuerzas aliadas contaban con 1.600 carros, aumentados hasta los 3.0006 con fecha 11 de noviembre y, todo ello, a pesar de las enormes pérdidas sufridas. Como simples ejemplos, citaremos que de los 600 carros recibidos el 18 de julio de 1918 por los Ejércitos franceses 6º y 10º, un total de 175 fueron destruidos el día 22; así mismo, de los 500 que utilizó el Royal Tank Corps el 8 de agosto, sólo quedaban operativos 155 el día 9 y únicamente 38 dos días más tarde. Con una proa tan alargada, el St. Chamond disponía de una configuración poco apropiada para cruzar obstáculos. 9 Francisco P. Fernández Mateos El Renault FT 17 fue conocido como el carro de la victoria. No en vano llegaron a construirse casi 3.200 ejemplares antes del final de la guerra, siendo posteriormente el primer carro que dotó a numerosos ejércitos de todo el mundo, incluido el español. Aunque unas pérdidas tan elevadas7 podrían haber llevado el desánimo a sus usuarios, lo cierto es que el nuevo ingenio tenía cada vez más adeptos, de manera que, no sólo no se pensó nunca en abandonar su fabricación, sino que se estudiaron planes para llegar a construir, a lo largo de 1919, unos 11.000 carros en Francia, 8.000 en los Estados Unidos y 6.000 en el Reino Unido. En resumen, si bien no todos los mandos aliados tuvieron la necesaria claridad de ideas, en líneas generales, comprendieron rápidamente lo importantes que eran los carros para terminar definitivamente con la estabilización de los frentes. De hecho, a finales de 1916, el General Foch escribió lo siguiente: <<Se ha comprobado que la infantería conquista y defiende sin pérdidas anormales las posiciones en las que recibe un apoyo completo y bien preparado de la artillería, y el ejemplo de los éxitos de Fayolle en el Somme, así como el de Mangin en Douaumont dan fe de ello. Por el contrario, la continuación de los ataques en profundidad exige un arreglo de los dispositivos de apoyo que deja a la infantería reducida a sus propios medios y ofrece al enemigo el tiempo necesario para la intervención de sus reservas…En el futuro, será necesario preparar una maniobra, no sólo más extendida, sino más rápida y eficiente, buscando combinaciones nuevas en el espacio y por su misma naturaleza…El empleo generalizado del tanque puede obtener este resultado y permitir que la infantería, una vez tomadas las primeras posiciones, continúe y extienda su acción. La artillería pesada motorizada contribuirá a dar al ataque la velocidad necesaria. El coche blindado será la caballería del mañana y se convertirá en el arma de explotación. Lo ejércitos necesitarán, por consiguiente, un material nuevo a base de artillería pesada transformada y tanques, y de hecho será la fabricación la que decidirá la marcha de la ofensiva y por lo tanto de la guerra>>. Como vemos, un excelente presagio del futuro. Ahondando un poco más en este tema, recordemos que, tras la batalla de Cambrai, el Generalísimo Haig afirmó: <<El gran valor de los carros en la ofensiva ha sido probado de 10 MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX manera concluyente>>. Por su parte, el 30 de junio de 1917, Petain felicitó a sus unidades de carros manifestando que <<después del debut del mes de abril, los carros han afirmado en 30 combates y dos batallas seguidas su alto valor ofensivo>>. Los carros alemanes. Ya en 1911, un Teniente de ingenieros austríaco llamado Gunther Burstyn realizó el prototipo de un vehículo oruga que, montando un cañón en torre giratoria, disponía de cuatro grandes brazos con ruedas en los extremos, que servirían para cruzar obstáculos. Fue denominado Motorgeschütz y, al ser rechazado por los Ejércitos austro-húngaro y alemán, fue abandonado definitivamente. Motorgeschütz del Teniente Burstyn. Dos años más tarde, en 1913, el ingeniero Friedrich Goebel consiguió que fuera creada una comisión para estudiar su Landpanzaerkreuzer (crucero acorazado terrestre), que contaba con una sola cadena central. Según algunos autores, llegó a fabricarse un prototipo que fue probado en 1915, siendo rechazado por su excesivo peso (su autor calculaba unas 550 toneladas) y la dificultad para variar la dirección de marcha. En los años posteriores, fueron estudiados diferentes blindados sobre orugas (Marienwagen I, Orionwagen, Dürwagen…), con grandes ruedas (Treffaswagen) e, incluso, semiorugas (Marienwagen II), aunque ninguno de ellos pasó de la fase de prototipo. 11 Francisco P. Fernández Mateos Marienwagen con dos cadenas delanteras y otras dos traseras. Marienwagen II en configuración semi-oruga, utilizado como tractor de artillería. Prototipos de Orionwagen I/II. 12 MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX El Treffaswagen disponía de dos grandes ruedas y un rodillo posterior para facilitar los giros. Tras la entrada en acción de los carros británicos, el Alto Mando alemán recibió suficientes datos como para comprender el valor que podrían alcanzar. Así, un informe remitido por el primer Ejército decía que: <<Es preciso creer que el nuevo ingenio satisface las esperanzas que nuestros enemigos pusieron en él; después de algunos perfeccionamientos será seguramente un arma muy eficaz>>. Por otra parte, existe otro informe del Jefe de Estado Mayor, fechado el 11 de octubre de 1916, en el que puede leerse: <<Sin elogiar la acción de los carros, es preciso esperar a nuevos ensayos. En todo caso, un carro perfeccionado constituirá un medio de combate potente. Yo tengo por seguro la necesidad de entrar por dicho camino; en cuanto haya un modelo aceptable será necesario comenzar su construcción en masa>>. En vista del desarrollo de los acontecimientos, en octubre de 1916 se creó el Comité A7V8, en el que fueron integrados diferentes representantes de las industrias de automoción, con la idea de crear un carro nacional. Dos meses después, Jossef Vollmer, ingeniero jefe del proyecto, tras modificar varios de los requisitos iniciales, presentó los planos de que sería el primer y único carro alemán construido en serie durante la guerra, el Sturpanzerwagen A7V. En enero del año siguiente se iniciaron las pruebas con un prototipo de madera, que fue presentado al Kaiser el 19 de junio. 13 Francisco P. Fernández Mateos El A7V fue el único carro alemán construido en serie durante la PGM. A finales de 1917, fue ordenada la fabricación de 100 A7V y, más tarde, de otros 800 de un modelo ligero denominado Leichtkampwagen LK, que no era más que una copia del Whippet (lebrel) británico; sin embargo, cuando finalizó la guerra solamente se habían terminado 20 ejemplares del primero. Por otra parte, es obligado citar otros dos proyectos de la misma época que, denominados A7V/U y K-wagen, nunca pasaron de la fase de prototipo. Aunque fueron encargados 100 A7V, cuando terminó la guerra sólo se habían entregado 20. Se llegaron a solicitar 800 ejemplares del LK I, aunque finalizó la guerra antes de que comenzaran las entregas. 14 MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX Como cabe apreciar, el diseño del A7V/U se basó en los Mark británicos, con sus clásicas cadenas envolventes. Estaba previsto que el K-Wagen alcanzara las 120 toneladas y montara 4 cañones de 77 mm y 7 ametralladoras. En total, a lo largo de la guerra, el Ejército alemán llegó a disponer de más de 60 carros, más de la mitad de los cuales, eran Mark IV y Whippet británicos9. Con todos ellos, desde finales de 1917, fueron organizadas hasta 8 unidades de carros de asalto (Sturpanzer Abteilungen), cada una de las cuales integró cinco carros10. La primera actuación en combate de estas unidades se produjo el 21 de marzo de 1918, durante la gran ofensiva conocida como Kaiserchlacht. Dos unidades de carros, una con 4 A7V y otra con 5 Mark IV, encuadradas en los Cuerpos de Ejército XVII y IX, respectivamente, tomaron parte en los combates desarrollados en Urviller, en la carretera de Ham a San Quintín. Sin embargo, dado su corto número, se emplearon en frentes cerrados y como meras armas de apoyo de infantería. Transporte de carros A7V por ferrocarril. 15 Francisco P. Fernández Mateos Hasta el final de la guerra, las unidades de carros solamente intervinieron en 13 acciones de cierta importancia, entre las que cabe destacar las siguientes: Villers-Bretonneaux (24 de abril de 1918): Participaron tres unidades de 5 carros cada una, repartidas entre las Divisiones de Reserva 228ª y 77ª, y la 4ª de la Guardia. Su misión consistía en apoyar los ataques sobre Villers-Bretonneaux, Cachy y el bosque de Aquene. Amparándose en la niebla, los carros avanzaron venciendo las resistencias enemigas y tomando 160 prisioneros. Al sur de la primera ciudad, los ingleses lanzaron un ataque que dio lugar al primer enfrentamiento de carros de la historia, en el que intervinieron tres Mark IV (dos hembras y un macho) frente a tres A7V. Durante el combate, los dos Mark IV hembras, al estar dotados únicamente de ametralladoras, fueron dañados por los alemanes y terminaron retirándose, mientras que el macho alcanzó al A7V con su cañón y lo destruyó. A lo largo de la jornada, otros dos carros fueron destruidos por el fuego de la artillería aliada y varios más se averiaron, a pesar de lo cual, consiguieron la mayor parte de sus objetivos. Por ello, esta operación es considerada como la más destacable de las realizadas por los carros alemanes a lo largo de la guerra. Fontavert (21 de mayo): Para el asalto al Camino de las Damas, un corto número de carros apoyaron al Grupo de ejércitos de Krompriz. Aisne (24 de mayo): Se utilizaron doce carros que fueron incapaces de atravesar las defensas francesas. Fuerte Pompelle (31 de mayo): Tomaron parte en el asalto al campo atrincherado, sin obtener grandes resultados. Reims (15 de julio): Actuaron doce carros con un final desastroso. Beuguy y Fremincour (29 de agosto): Intentaron frenar la contraofensiva aliada, no destacando especialmente. Bapaume (31 de agosto): Tres carros se aproximaron a las defensas británicas, siendo capturados dos de ellos. Cambrai (8 de octubre): Fueron empleados quince carros que no obtuvieron ningún éxito reseñable. St. Aubert (11 de octubre): En esta desafortunada operación, cuatro carros fueron destruidos por fuegos de artillería. Vehículo accidentado en Picardie, que terminó en manos aliadas. 16 MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX Como hemos citado, el empleo de los carros alemanes fue muy restringido y, además, en ningún caso, el número de carros utilizados conjuntamente fue lo suficientemente elevado como para obtener resultados apreciables. En una palabra, podemos concluir que la actuación de los carros alemanes durante la Primera Guerra Mundial fue una simple anécdota. Pero, ¿cuáles fueron las causas del retraso sufrido por la construcción de carros en Alemania?. Teniendo en cuenta que la idea de usar vehículos blindados sobre orugas ya había sido estudiada con anterioridad, podemos deducir que la principal razón fue la falta de visión de futuro de los mandos militares, que permitió a los aliados tomar la iniciativa. Posteriormente, cuando se vio la posible utilidad del carro, no se tuvo la suficiente confianza como para iniciar su producción de forma decidida, aduciendo que sólo producía efectos morales que podían contrarrestarse fácilmente. Por último, cuando la evidencia no dejó lugar a dudas, ya era demasiado tarde y las empresas alemanas, dedicadas de lleno a fabricar aviones y submarinos, no tenían capacidad para acometer un programa de cierta envergadura. Las condiciones (calor, humo, ruido, incomodidad, etc) de los tripulantes dentro de aquellos primeros carros eran realmente penosas. De ahí que, en cuanto tenían ocasión, salían al exterior del vehículo. Para justificar estas afirmaciones, veamos algunos hechos que ponen de manifiesto la falta de confianza e indecisión del Alto Mando alemán, en todo lo referente a los carros. A lo largo de 1917 se llevó a cabo una amplia campaña propagandística, encaminada a desprestigiar a los carros ante las tropas y la población civil, que incluyó todo tipo de folletos, caricaturas, carteles, etc. El propio Hindeburg llegó a decir, en una fecha tan tardía como el 20 de noviembre, que <<no le habían causado una gran impresión particular>>. Hasta tal extremo se llegó en la campaña que, según el general von Schwarte, <<tanto y tanto se dijo para prevenir a las tropas del escaso valor del tanque, de su inutilidad, del poco aprecio en que debían tenerlo, que el Estado Mayor, que tales cosas hacía correr, terminó por engañarse a sí mismo>>. 17 Francisco P. Fernández Mateos Aunque un estudio profundo de los fracasos iniciales de los carros habría concluido que se debieron, principalmente, a su inadecuado empleo, junto a las deficiencias técnicas y de diseño de los primeros modelos, los alemanes se dejaron llevar por la euforia y sacaron conclusiones totalmente erróneas. Así, a mediados de 1917, se mantenían afirmaciones como que <<los combates han demostrado que la infantería poco debe temer del carro si sabe permanecer en calma y tiene confianza en sus medios de defensa>>, o <<la construcción de los carros franceses debe juzgarse como un ensayo fallido que ha conducido a emplear estos medios sin estar a punto, sin satisfacer ninguna de las esperanzas que en ellos se habían fundado. Los carros son impotentes contra nuestros medios de defensa, particularmente artillería>>. Columna con carros Mark británicos, capturados y reacondicionados por los alemanes en Charleroi. Sin embargo, en las zonas donde los carros actuaron con algún éxito, las opiniones eran distintas. Así, la 27ª División redactó un informe en el que podía leerse que <<El efecto moral del carro sobre la infantería es muy grande. El efecto material de sus cañones y ametralladoras no debe ser desestimado. El 124º Regimiento ha sufrido pérdidas importantes>>. A pesar de todo, continuó poniéndose énfasis en los fracasos y obviando los éxitos, hasta el punto de que la fabricación de los carros nacionales no se consideró un problema prioritario e, incluso, se llegaron a cancelar los programas en curso. Tal como después llegó a escribir el General von Schwarten: <<Los espíritus vacilan largo tiempo sobre la continuación de las construcciones. La gran eficacia de la artillería contra los carros parece indiscutible después de los éxitos del verano del 17 contra los ataques enemigos>>. El Mephisto es el único A7V conservado en el Queensland Museum (Australia). 18 MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX En los ataques de Malmaison y Cambrai (octubre y noviembre de 1917) los carros aliados jugaron un brillante papel que, en gran medida, obligó a los alemanes a ir corrigiendo su postura. Así, se reconoció su gran efecto moral y la necesidad de contar con armas de puntería directa, pues la artillería se había demostrado poco eficaz. El propio Hindeburg contó así la batalla de Cambrai: <<El 20 de noviembre, los ingleses atacan por sorpresa. Tenían enfrente a una parte de la posición Siegfried, que era muy sólida desde el punto de vista técnico, pero estaba protegida por tropas escasas y fatigadas. Gracias a sus “tanks” pudieron atravesar nuestras líneas sucesivas de defensas accesorias, sin haberlas destruido previamente…Los “tanks”, casi perfectos, pudieron atravesar nuestras defensas y trincheras casi intactas. Este hecho causó una gran impresión en nuestras tropas. Los colosos de acero hicieron menos daño materialmente con sus armas que moralmente con su presencia e invulnerabilidad relativa. Nuestros infantes se sentían casi impotentes contra su blindaje. Desde que atravesaron nuestras trincheras, los defensores se imaginaron que sus espaldas estaban amenazadas y abandonaron sus posiciones. Yo esperaba que, todavía, nuestros soldados llegarían a acostumbrarse a este nuevo medio de destrucción. También esperaba que nuestra técnica nos daría medios para luchar contra los carros>>. Cuando los alemanes estaban preparando la ofensiva del 18, todavía mantenían la idea de que el único efecto apreciable de los carros era el moral, por lo que podían ser derrotados con la suficiente sangre fría. Por consiguiente, si bien se tomaron algunas medidas como la redacción de normas, la creación de escuelas en todo el frente, la distribución de balas con núcleo de acero e, incluso, la fabricación de un fusil contracarro de 13 mm, lo cierto es que aún mantenían la esperanza de que la superioridad artillera11 podría asegurar la victoria. Como ejemplo, citaremos que el propio Erich Ludendorff llegó a afirmar que: <<Nosotros no tenemos carros para acompañar a la infantería. Éstos no son más que armas del ataque, y nuestros ataques tienen éxito sin ellos>>. Por su parte, tras pasar revista a los A7V que habían llegado a Charleroi en enero, Hindenburg dijo: <<No nos servirán de mucho pero, ya que están costruidos, los podremos emplear>>. Un Renault FT-17 en Renania. 19 Francisco P. Fernández Mateos Una vez que los aliados iniciaron la contraofensiva, con el empleo masivo de los nuevos Renault FT 17, los alemanes vieron la necesidad de mejorar sus medidas contracarro, como puede desprenderse de esta orden dictada por Ludendorff: <<Una atención especial debe otorgarse a la defensa contracarro. Nuestros éxitos anteriores engendraron hacia ellos un cierto desprecio. Hoy debemos enfrentarnos con carros de armadura más fuerte, más pequeños, móviles y peligrosos. Ellos también serán vencidos; pero una nueva forma de instrucción es necesaria, a fin de que medidas de defensa ya conocidas sean aplicadas útil y oportunamente>>. Único carro Saint Chamond conservado en el Museo de Saumur. Arriba, durante su restauración en los años 80. Tras la batalla de Amiens, en la que también fue utilizado un Batallón de Coches Blindados para efectuar la explotación del éxito, en sustitución de la caballería clásica, los alemanes no tuvieron más remedio que reconocer su error, de forma que, según las notas del General von Eulitz, el 30 de septiembre, Ludendorff convocó una reunión a la que asistieron representantes de los diferentes Estados Mayores, en la que expuso: <<No es solamente la reducida fuerza de nuestras Divisiones la causa de la crítica situación, sino más bien los carros que, en número cada vez más elevado, surgen por sorpresa. La conducción de la guerra en el frente oeste, a consecuencia del efecto de los carros, ha tomado para el primer Jefe el carácter de un juego de azar>>. Empleo táctico de los carros. Como en el caso de cualquier otra arma de nuevo diseño, el uso inicial del carro estuvo plagado de dudas y controversias. De hecho, mientras que algunos de sus más fervientes defensores como Swinton, Churchill, Fuller o Estienne mantuvieron desde el principio que deberían concentrarse en grandes masas, capaces por sí mismas de penetrar en las defensas enemigas, lo cierto es que hasta finales de 1917 fueron empleados como un arma más de la 20 MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX infantería, eso sí, muy eficaz para destruir los nidos de ametralladoras. Por consiguiente, fueron obligados a combatir en terrenos poco apropiados y realizando misiones secundarias. Mark I destruido. El uso inadecuado y las deficiencias técnicas de los vehículos propiciaron su destrucción y captura durante los combates. Finalmente, los carros tuvieron su gran oportunidad en Cambrai, si bien la falta de confianza del Mando impidió que el éxito inicial cosechado tuviera efectos tangibles. En consecuencia, volvieron a emplearse en misiones de acompañamiento hasta que, en el verano de 1918, se produjo la batalla de Amiens, que puede ser considerada como un preludio de las grandes operaciones de carros de la SGM. Terminada la guerra, a petición del Mariscal Pétain, el ya General Estienne redactó un informe con fecha de 25 de mayo de 1919, que incluía las siguientes afirmaciones: <<De los dos factores, fuego y movimiento, que constituyen la batalla, uno solo, el fuego, había aprovechado hasta ahora el progreso de las máquinas…hasta el punto de que el movimiento desapareció prácticamente del combate…La aparición del motor en el campo de batalla devolvió al movimiento toda su importancia>>. <<El verdadero carro de combate deberá ser capaz de destruir los carros enemigos y las ametralladoras, actuando a la vez como carro de combate y carro de acompañamiento…Para explorar y barrer todo el terreno se necesitan muchos, muchísimos carros; una concentración masiva…La lucha no tardará en adoptar el medio más potente y más protegido que la industria actual sea capaz de crear…>>. <<El mando deberá abandonar a la defensa contracarro y a los obstáculos…algunas zonas del frente, y concentrar, por el contrario, sobre los puntos en los que sea necesaria una acción profunda, todos sus carros de combate, así como sus restantes medios…La batalla comenzará con un combate de carros…las masas de carros serán precedidas por carros rápidos, por grupos de motociclistas y autos blindados, acompañados por su artillería – muy móvil y 21 Francisco P. Fernández Mateos dotada de cureñas motorizadas –, cuyo papel consistirá en atacar a los carros enemigo a distancia…Los aviones intervendrán en la lucha con sus bombas…El mejor observatorio será, además, el observatorio aéreo; por lo tanto, es preciso activar su empleo intensivo>>. <<Para oponerse a los carros, se constituirá una red de centros de resistencia…ampliamente organizada en profundidad>>. Los británicos vieron muy pronto la necesidad de construir diferentes versiones, como este vehículo de apoyo logístico. Dos años después de redactar este informe, durante una conferencia que pronunció el mismo Estienne en Bruselas, a la que asistió el Rey Alberto, dijo: <<Reflexionad, señores, en la formidable ventaja estratégica y táctica que adquirirán sobre los pesados ejércitos del más reciente pasado, 100.000 hombres capaces de cubrir 80 km en una noche…Y, para ello, basta con 8.000 camiones o tractores y 400 carros oruga tripulados por una tropa de choque de 20.000 hombres>>. En el Reino Unido, Fuller y Liddel-Hart se pronunciaban en el mismo sentido. Así, el primero de ellos12, en su libro “la influencia del armamento en la Historia”, escribió lo siguiente: <<Si la guerra hubiera durado un año más, habría sido evidente que, intrínsecamente, los tanques y los aviones no eran armas, sino por el contrario, vehículos que pueden dotarse con cualquier equipo…Podría crearse, en función de estos vehículos, una organización militar enteramente nueva, compuesta por ejércitos blindados autopropulsados y ejércitos aerotransportados>>. A pesar de su innegable valor, las ideas de Fuller no fueron acogidas con demasiado entusiasmo, ni mucho menos. En realidad, fue tachado de “extremista de los carros” y de “visionario poco práctico”. Las críticas que recibió fueron tan duras que llegó a decir: <<Existen bajo el sol dos potencias conservadoras, la Iglesia Católica y el Ejército Británico>>. Por su parte, Liddel Hart, además de utilizar todas sus influencias para presionar al Alto Mando, fue incluso más lejos que Fuller. Así, en 1928, escribió: <<El secreto se encuentra, por una parte, en el efecto de sorpresa del ataque, sorpresa en dirección y en el tiempo, pero 22 MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX sobre todo, en la persecución, en la explotación de la brecha, la penetración táctica del frente, hasta la realización de un penetración estratégica profunda, obtenida por fuerzas blindadas desplazándose a vanguardia del grueso del Ejército, y operando independientemente>>. A pesar de todo, los británicos y franceses continuaron utilizando los carros como apoyo a la infantería. En Francia, algunos personajes como Soldan y el General De Gaulle mantenían las mismas premisas que Fuller y Liddel Hart, aunque tampoco fueron escuchados. Sin embargo, en Alemania, tal vez por aquello de que “nadie es profeta en su tierra” y que “se aprende más de las derrotas que de las victorias”, tuvieron muy presente las lecciones aprendidas y estudiaron a fondo los escritos de los autores citados, aunque también surgieron numerosas voces contrarias al uso masivo de los carros. Desde 1920, el General Hans von Seeckt, Jefe de la Truppenamt u Oficina de Tropas (realmente, era el Estado Mayor General encubierto), expuso la necesidad de la ofensiva y la guerra de movimiento, con frases como estas: << Todo el porvenir del arte de la guerra me parece depender de la utilización de ejércitos muy móviles, poco importantes en efectivos…apoyados eficazmente por la Aviación y por la movilización inmediata de toda la reserva…que servirá, bien para reforzar el ataque, bien para proteger la retaguardia>>. Además, aclaraba que <<el material ha prevalecido sobre las masas de hombres pero no sobre el hombre>>. Durante los años posteriores, diversos mandos militares de todos los niveles13, apoyaron las ideas de Seeckt, de manera que, a partir de 1925, el Ejército alemán decidió apoyar incondicionalmente el empleo de los carros y desarrollar una doctrina de empleo eficaz. A pesar de todo, todavía existía un cierto recelo contra los carros, sobre todo por parte de algunos componentes de infantería que veían peligrar el protagonismo de su Arma y de caballería14, cuya existencia podía verse amenazada. Aunque a menudo se mantiene la idea de que Heinz Guderian fue el mayor impulsor de los carros alemanes y de la conocida Blitzkrieg, lo cierto es que, para numerosos autores, su importancia en el desarrollo de la doctrina blindada alemana hasta 1933 fue irrelevante, si 23 Francisco P. Fernández Mateos bien es cierto que participó en el diseño de las divisiones Panzer, mandando una de las primeras y fue un excelente líder de las formaciones blindadas a lo largo de la SGM. De hecho en su conocido libro ¡Achgtung Paner!, publicado en 1937 (dos años después de la creación de las divisiones Panzer), lo único que hizo realmente fue recoger las ideas de otros autores con algunas innovaciones poco destacables. Sirvan como colofón los siguientes ejemplos: En 1924, Seeckt había ordenado de forma secreta que todas las unidades nombraran un oficial encargado del entrenamiento de las tropas en la guerra blindada. Además, ordenó construir maquetas de los carros franceses Renault FT 17 e ingleses Mark V para las maniobras de ese mismo año, al tiempo que insistió en que se emplearan tanques en todos los ejercicios tácticos y juegos de guerra. En un informe realizado en 1926, Friedrich von Rabenau, afirmó que solamente el uso masivo de vehículos motorizados permitiría la sorpresa y el completo envolvimiento de las fuerzas enemigas. En 1928, tras un pequeño parón provocado por diversas filtraciones aparecidas en la prensa británica, comenzó a funcionar la Escuela de Tropas Acorazadas (Panzertruppenschule ), que recibió el nombre del río Kama, en las cercanías de Kazán, como consecuencia de un acuerdo secreto con la Unión soviética de 1926. Hasta que pudieron mandarse carros alemanes en 1929 (6 Grosstraktor y 4 Leichttraktor), se utilizaron algunos carros británicos. La finalidad de la Panzertruppenschule Kama consistía en formar a diferentes técnicos en todo lo relativo a las fuerzas blindadas (mecánica, teoría y realización de ejercicios), debiendo evaluarse los prototipos enviados desde Alemania como maquinaria agrícola. El Mayor General Oswald Lutz, Inspector de las Tropas Motorizadas (Kraftfahrtruppen), que nombró a Guderian como su Jefe de Estado Mayor, a raíz de los ejercicios realizados en 1932, afirmó: <<El carro es un arma esencialmente ofensiva que puede combatir para obtener la superioridad en cualquier punto de interés…No es un arma de apoyo a la infantería, sino que debe ser la fuerza principal en cuyo beneficio deben actuar todas las demás>>. Es decir, que preconizaba la guerra de movimiento con formaciones de armas combinadas definida por Seeckt. En conclusión, Guderian fue un gran comandante de unidades Panzer pero, en absoluto, podemos definirlo como el gran impulsor de la Blitzkrieg. 1 Realmente no era ninguna novedad pues Leonardo Da Vinci, por ejemplo, propuso algo parecido. En 1915, siendo Primer Lord del Mar, mandó crear el “Lanship Committee” (Comité del Buque Terrestre), para apoyar la iniciativa del coronel E. D. Swinton, que no había tenido buena acogida en el Ministerio de la Guerra y que, a la postre, dio lugar al nacimiento de los carros británicos. De ahí las 2 24 MEDIOS ACORAZADOS ALEMANES DURANTE EL SIGLO XX denominaciones típicamente marineras que todavía se utilizan en esos vehículos (proa, popa, escotilla, torre, etc). 3 De cada uno de los modelos Mark II y III, sólo fueron fabricados 50 ejemplares que, más tarde, se transformaron en versiones especiales y de suministro. Por su parte, del Mark IV se llegaron a construir 1.015 vehículos, de los cuales, aproximadamente el 70% eran del tipo Female (hembra), es decir, dotados únicamente de ametralladoras. Los carros dotados de dos cañones eran denominados Male (macho), mientras que los que montaban un cañón en un lateral y una ametralladora en el otro, obviamente recibieron el apelativo de Hermapfrodite (hermafrodita). 4 Parte de ellos se mantuvieron en reserva, mientras que 118 eran de suministros. 5 El número total de carros Schneider y St. Chamond construidos ascendió a 800 vehículos, 400 de cada modelo. 6 De estos 3.000 carros, 2.300 correspondían a las fuerzas francesas, 610 a las británicas y otros 90 a las americanas, que emplearon vehículos cedidos por sus aliados. 7 Estas cifras no se refieren solamente a los carros destruidos sino a todos los inutilizados, entre los cuales, una buena parte correspondía a los averiados o que habían sufrido algún tipo de accidente y que, en cierta medida, eran recuperados posteriormente. 8 Las siglas A7V correspondían a la sección 7ª del Departamento General de guerra (Allgemeine Kriegsdeparrtment 7 Abteilung Verkehrwesen). 9 Los Mark IV habían sido capturados en la batalla de Cambrai, siendo reparados y acondicionados en Charleroi, bajo la dirección del capitán bávaro Bornschlegel. Entre otras modificaciones, recibieron un cañón belga de 57 mm. 10 Las unidades nº 1 y 2 fueron organizadas a partir de septiembre de 1917, contando con 5 oficiales y 109 suboficiales y tropa, además de los A7V y otros nueve vehículos. La unidad nº 3, también con carros alemanes, fue creada en noviembre de 1918, mientras que cuatro de las unidades restantes recibieron caros Mark IV y la última, los ligeros Whippet. 11 Para la primavera del 18, el Alto Mando alemán había previsto que contaría con unas 11.200 piezas de campaña y 7.900 pesadas, mientras que los aliados sólo dispondrían de unas 8.000 de campaña y y 7.100 pesadas. 12 En mayo de 1918 formuló su Plan 1919, que preconizaba una gran ofensiva efectuada por 5.000 carros británicos y franceses, destinada a arrasar Alemania. Además de los carros, se incluyeron otros blindados en versiones de transporte de tropas, lanzapuentes, taller móvil, levantaminas, de mando con equipos de radio, y de abastecimiento. 13 Entre los más destacados podemos citar a: Ernst Volckheim, tanquista durante la Gran Guerra, que puede ser considerado el principal teórico del empleo de los carros en esa época; mayor retirado austríaco Fritz Heigl, autor del libro Taschenbuch der Tanks; Wilhelm Heye, sucesor de Seeckt en 1926, como Jefe del Truppenamt; y, en fin, otros muchos como Friedrich von Rubenau, Ludwig von Radlmaier, Werner von Fristch, Oswald Lutz, Josef Harpe, etc. 14 Claros ejemplos fueron el Inspector de Infantería Friedrich von Taysen y el Jefe de la Caballería von Poseck. 25