RESEÑA DE LA CONFERENCIA “GALLEGOS EN LA DIVISIÓN AZUL” Museo Militar Regional de la Coruña 28 de noviembre de 2014 El Museo Militar de la Coruña y su Asociación de Amigos, programó en dos semanas consecutivas un ciclo de conferencias. La primera semana sobre la 1ª Guerra Mundial con motivo del centenario y la segunda sobre GM II. Para el segundo ciclo de conferencias, los organizadores pidieron al coronel Navarro de los Paños una disertación sobre algún hecho relevante de la Segunda Guerra Mundial y este eligió hablar sobre la División Azul, centrando la conferencia en la participación de los gallegos, con lo cual se determinó que la conferencia tendría por título “Gallegos en la División Azul” La conferencia ha tenido lugar el pasado jueves 28 de noviembre en el salón de conferencias del Museo Militar Regional de la Coruña, con su aforo completo. De hecho, es la que más asistencia ha tenido de las seis conferencias que constituían el ciclo. Se inició, tal como estaba programado, a las 20:15 h si bien no se cumplió con igual puntualidad su final previsto para las 21:15 pues se prolongó hasta pasadas las 22 horas sin que en ningún momento decayera la atención y, lo que no es más importante, la emoción. Porque hubo un auténtico clima emotivo, que se tratará de transmitir a los lectores del Blau, aunque sea difícil empresa el que algo narrado despierte en el lector las emociones de quienes lo vivieron. Comenzó la disertación con el saludo del conferenciante a los presentes, haciendo hincapié en que antes que nada aquello quería ser un homenaje a todos los voluntarios de la División Azul, por lo que les agradecía su presencia. A continuación expuso que, de los miles de gallegos que se alistaron voluntarios para luchar contra el bolchevismo, había seleccionado para la ocasión a tres: al cabo de ingenieros (zapador) Antonio Ponte Anido, héroe de Krasny Bor y Caballero Laureado de San Fernando, máxima condecoración militar española y resaltando que su sobrina Elena estaba presente, y que a última hora no había podido asistir, por un problema familiar, otra sobrina del héroe. El otro divisionario al que quería rendir homenaje era al capitán de artillería José Luís Gómez Díez-Miranda muerto también heroicamente en Krasny Bor y propuesto para la Medalla Militar, poniendo de manifiesto que por su parte también estaban presentes familiares directos: sus sobrinos y su hermano, cuyo nombre precisamente se le había puesto en recuerdo de su heroico tío. Y en cuanto al tercer divisionario elegido era Antonio Sánchez-Pascuala y Buendía, del que teníamos el honor y el privilegio de contar con su presencia acompañado de sus dos hijas, resaltando que el próximo 28 de febrero cumplirá los 95 años y que como se podría comprobar gozaba de una magnífica salud y prodigiosa memoria. 1 Finalmente y en cuanto a los dos divisionarios muertos en Krasny Bor, Ponte Anido y José Luís Gómez, teniendo en cuenta que como dijo el poeta “los muertos no mueren nunca mientras alguien los recuerda” También estaban allí: ¡PRESENTES! La disertación comenzó exponiendo el contexto histórico de la División Azul seguida de un análisis táctico de la Batalla de Krasny Bor. Del primer epígrafe respaldado en una sólida base documental, expuesta en gran cantidad de proyecciones mediante una elaborada presentación de “power point”, llamó especialmente la atención la conocida imagen de la despedida multitudinaria de la División Azul y su apretado bosque de brazos en alto: en el andén, en los vagones y encima de estos, viéndose francas sonrisas entre los asistentes cuando el conferenciante adujo que, tal como dice Martínez Reverte en su libelo contra la División Azul, los voluntarios iban forzosos y tal hecho podía comprobarse en todos aquellos brazos extendidos que querían sujetarlos para que no se los llevaran. También causó sensación como resumen de las motivaciones que impulsaron a los divisionarios a alistarse, la imagen de la Puerta de Alcalá presidida por la hoz y el martillo en el emblema de la Rusia comunista, la leyenda VIVA LA URSS y sus tres arcos tapiados con carteles de dirigentes comunistas, siendo la figura central como no podía ser menos, la de Stalin. A continuación vino la exposición de la batalla y sus circunstancias, apoyadas la explicaciones en los insuperables mapas de Carlos Caballero tomados de su libro “Morir en Rusia” y que se iban proyectando en la pantalla. El conferenciante entró en detalles de carácter táctico, posiblemente por el lugar donde se estaba desarrollando la conferencia y porque entre los asistentes debía haber algunos compañeros de profesión. El final de esta parte fue impactante. La proyección de un audiovisual de unos pocos minutos correspondiente a una preparación artillera rusa previa al ataque de su infantería y que encogió el ánimo de todos los presentes al comprender en toda su crudeza lo que vivieron los divisionarios en aquella memorable jornada y que podía resumirse en el nombre del “archivo” que contenía la proyección: VENDAVAL DE FUEGO. Entró luego en las biografías de los tres divisionarios, por el orden que ya se han citado. Hubo de reducirse al máximo las referencias a los años anteriores de su alistamiento en la División Azul por exigencia del horario, que ya se veía superado sobre el previsto. Se hizo una excepción en el caso de Antonio Sánchez Pascuala por estar él presente y es de resaltar que algunas referencias a sus primeros años despertaron el interés y las sonrisas de los asistentes. Igual sucedió al narrar anécdotas de Rusia que el conferenciante conocía de primera mano por haberle hecho dos largas entrevistas el 23 de marzo y el 6 de abril de 2013. De Ponte Anido fue preciso reducir al exposición pues además de ser más conocida su gesta heroica y haberse publicado en varios sitios, algunos de los presentes ya habían asistido con anterioridad a una conferencia sobre el Zapador Laureado. Ello no impidió que la visón de la carta póstuma que el hijo escribe a su madre, y la lectura de la que el capitán Aramburu Topete le dirige a ella, dándole la noticia de la muerte y el pésame, 2 suscitara una profunda emoción por párrafos tan edificantes como “Sólo cuando se piensa que la Patria lo merece todo y que el morir como ha muerto su hijo es más digno de envidia que de llantos, es cuando el consuelo llega a nosotros” También resultó de interés la aclaración del conferenciante sobre el porqué siempre se habla del cabo Ponte Anido cuando en toda la documentación aparece como soldado. La causa es que la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, lleva aparejado según su reglamento, un ascenso por méritos de guerra. A continuación se trazó la biografía del heroico Capitán Gómez Díez-Miranda y su muerte “al pie del cañón”. Entre las numerosas proyecciones de fotos, cartas y documentos -como también había sido en el caso de Ponte Anido y Sánchez Pascualaresultó altamente emotiva la proyección y lectura de la propuesta para la Medalla Militar con la narración del hecho. Pero lo que superó todo lo previsible fue ver proyectada en la pantalla la carta póstuma que escribe a su madre la víspera del ataque ruso, la noche del 9 de febrero de 1943. En ella se puede apreciar perfectamente el rastro dejado por la madre con su mar de lágrimas. Tras comenzar la carta diciéndole que no sabe si la recibirá un día junto a sus pertenencias o la tirará él desde el puente internacional de Hendaya cuando regrese, se va despidiendo de sus hermanos y novia, y finalmente de su madre diciéndole: “Y a ti mamaíña que no me llores demasiado; sé falangista, endurece ese ánimo y a pensar en ese nieto que será como yo rubio y al que quiero que hagáis como yo, artillero” El coronel Navarro resaltó el hecho de que a pesar de su premonición, cuando llega el momento álgido del combate, no hurta el cuerpo al peligro. Acude raudo dese su observatorio artillero “al puesto del honor” “al de mayor riesgo y fatiga” como preconizan las Ordenanzas: donde sus piezas, sin oficiales ni suboficiales y con casi todos los sirvientes muertos, están a punto de caer en manos del enemigo El himno de la División Azul, mientras se visionaban las imágenes de una vieja película con la despedida de los voluntarios y en la que aparecía superpuesta la letra, marcó el final de la conferencia. Se habló al principio de la emoción del acto. Pues bien, cuando al finalizar la exposición sobre el capitán José Luís Gómez Díez-Miranda y tras la lectura de su carta póstuma -carta de incalculable valor humano- parecía que se había llegado a la cima de la emoción, el conferenciante anunció: Y ahora voy a dar una sorpresa, La Hermandad Nacional de la División Azul – Fundación División Azul ha concedido la medalla del 70 aniversario a Antonio Sánchez-Pascuala y Buendía. Se renuncia a describir la sorpresa de los que allí estábamos, del condecorado y de sus dos hijas que lo acompañaban en asientos reservados de la primera fila. La sorpresa y la profunda emoción del momento. Sirva para ello solo una imagen: Antonio Sánchez-Pascuala y Buendía, subió al estrado, y al recibir la medalla de manos del conferenciante, en un gesto tan 3 impremeditado como sentido, se la acercó a los labios y la besó con los ojos arrasados de emoción. Luego el coronel Navarro y el veterano divisionario se fundieron en un apretado y largo abrazo. Tan apretado como se nos puso el corazón a todos los presentes. Y es seguro que Ponte Anido y Gómez Díez-Miranda nos estaban mirando sonrientes con los brazos apoyados en las estrellas. 4