Juliana Chávez Salazar Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas

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Juliana Chávez Salazar
Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Icesi (CaliColombia)
Año de intercambio académico en Francia
Certificate in French law- Université Pierre Mendès France (Grenoble II)
Grenoble, Francia, Octubre, 2015
Testimonio de mi intercambio académico en Francia
Hace exactamente un mes que llegué a este increíble país, y las enseñanzas que me ha
dado esta aventura son innumerables. En este testimonio intentaré resumir el proceso
que llevé a cabo para venir a estudiar a Francia, mis experiencias como estudiante de
intercambio en Grenoble, y por supuesto, las emociones y preocupaciones inherentes
a un cambio de esta magnitud.
“Cuando se quiere algo con el corazón, y se tiene la persistencia y el coraje para
alcanzarlo, los sueños se hacen realidad”. Ese fue mi pensamiento durante el proceso
de postulación a la beca de ISEP, de elección de destino, universidad, programa de
estudios y visa de estudiante francesa. Son procesos largos que requieren dedicación,
organización y constancia.
Considero que la vida se debe disfrutar en plenitud en el presente, y que no se debe
esperar a que las grandes cosas sucedan después. Por eso decidí perseguir mis metas
de aprender un tercer idioma, viajar para conocer el mundo, nutrirme de nuevas
culturas, y aprender derecho internacional. Para ello, decidí concursar con el fin
obtener un cupo en la beca de ISEP, la cual obtuve después de un largo proceso. Ahora
durante mi intercambio recibo dinero para mi alimentación y vivienda.
Mi proceso fue un poco diferente al de mis otros compañeros que también iniciarían
sus estudios en el exterior por medio de ISEP. Esta organización me ubicó en la
universidad “Pierre Mendès France”, donde ofrecen un Certificado en Derecho
Francés que tiene una duración de un año. Sin embargo, sólo es posible hacer un
intercambio a través de ISEP por seis meses, entonces, para terminar el certificado y
obtener mi título internacional, tuve que iniciar conversaciones con la universidad
francesa para que firmara un convenio con Icesi. El documento finalmente se llevó a
cabo, lo cual me llenó de alegría y orgullo, porque sé que ahora los estudiantes de Icesi
tienen las puestas abiertas en Grenoble para realizar este programa.
Después de muchas esperas por trámites y la visa, tenia todos mis documentos listos
para partir. Tenía miedo a lo desconocido, a empezar a afrontar mi vida sola en un
país con una lengua extraña. Sin embargo, siempre recordaba todo el empeño y
dedicación que tuve durante este proceso, y eso me daba alegría y satisfacción. Las
despedidas siempre son difíciles, pero sabía que algo grande venía para mi.
Llegué a Lyon, una ciudad increíble que queda sólo a una hora y 15 minutos de
Grenoble, mi ciudad de destino. Recorrí la ciudad el primer día, caminé al lado de los
ríos Rhône y Saône, se puede tomar vino y comer queso en los “Bouchons, unos
restaurantes típicos de Lyon. Recuerdo que la sensación de felicidad de ese día me
hacían recordar que los sueños sí se hacen realidad. Ahora visito Lyon cada vez que
puedo, porque es una ciudad mágica.
Cuando llegué a Grenoble todo fue diferente. Al entrar a la residencia universitaria me
llevé una desagradable sorpresa: olía mal, la cocina compartida estaba sucia y las
paredes de mi habitación de 12 m2 también estaban sucias y en mal estado. Los
primeros días fueron difíciles: no conocía a nadie, no entendía lo que la gente me decía
y me perdía en todas partes, sobretodo en la noche con frío. Todo me asombraba, y
tenía mucha precaución con lo que hacía, ya que hay cosas muy diferentes a Colombia:
desde la forma de reciclar la basura, hasta comprar la comida en el supermercado;
eran nuevos retos para mi, y ahora tenía que aprender a vivir sola al otro lado del
mundo.
Pero poco a poco fui conociendo la ciudad, Grenoble, una ciudad pequeña rodeada de
montañas impactantes que pueden verse desde cualquier punto de la ciudad. La
movilidad es muy sencilla en el Tram, y transportarse de un lado a otro de la ciudad
no toma más de cuarenta minutos. Es una ciudad tranquila y muy linda. También es
famosa por sus deportes, en especial, las personas vienen mucho a esquiar. Yo no voy
a perderme esa oportunidad, y por eso ¡me inscribí en clases de esquí en la
universidad!
De igual manera me fui relacionando con el campus universitario, el cual es muy
grande debido a que es compartido con otras universidades, tales como “Sciences Po”.
Mi universidad, “Université Pierre Mendès France” es pública, y por eso no tuve que
pagar por mis estudios en Francia, aunque sí debí hacerlo en Icesi como si estuviera
haciendo mi semestre allá.
El Certificado en Derecho Francés me ha parecido bastante bueno, pues los cursos son
en inglés y además hay clases de francés para extranjeros. Es muy interesante ya que
tiene un enfoque internacional, pero también contiene asignaturas que le permiten al
estudiante aprender sobre el sistema legal francés. Además, el Certificado me ha
permitido conocer personas de Inglaterra, Alemania, Barbados, Brasil, España,
Bulgaria, entre otros. Es una mezcla supremamente interesante, ya que durante las
clases tenemos la oportunidad de estudiar cómo funciona el sistema jurídico del país
de cada uno de mis compañeros frente a un caso específico.
También he tenido la oportunidad de viajar un poco. Estuve al otro lado de Francia, en
Bordeaux, la ciudad del vino. Sus calles están llenas de historia y elegancia; en algunos
momentos me sentía en un cuento medieval. También conocí Cabo Ferret, en
Aquitania, en donde hicimos un paseo en barco y mis amigos hicieron wakeboard.
Además, este fin de semana estuve en un pueblo encantador cerca a Grenoble: Annecy.
Allí puedes pasear alrededor de un hermoso lago y ver cómo un riachuelo pasa en
medio de calles antiguas francesas que están llenas de colores, y un castillo que
vigilaba la ciudad.
Ahora, después de este corto periodo de tiempo, siento que he aprendido un millón de
lecciones. Después de un comienzo un poco difícil, me siento muy feliz y cada día me
adapto más a mi vida en Francia. Mi francés ha mejorado mucho y he adquirido
conocimiento importante sobre el derecho internacional. Cada día me levanto
pensando en que estoy viviendo mi sueño y que esta es una experiencia que jamás voy
a olvidar.
No me queda más que alentar a cada persona que lee mi testimonio a seguir su
camino, el camino que les indica el corazón. Que no hay obstáculos que puedan vencer
la energía de alcanzar los sueños, y que vivan su vida al máximo sin pensarlo dos
veces. Venir a estudiar en el exterior es una experiencia que te permite, no solo crecer
como persona, sino también disfrutar y conocer el mundo desde diferentes
perspectivas.
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