Dominical - La Opinión de Zamora

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ZAMORA, 27 DE MARZO DE 2011
dominical
El guarda mayor Eugenio Sanz, en el aprovechamiento hidrológico de La Flecha.
(●) Foto Miriam Chacón
Los vigilantes de la orilla
La Guardería Fluvial de la Confederación Hidrográfica del Duero cumple 50 años
en su función de control de más de 50.000 kilómetros de cauces
Rutas a pie por
tierras de Zamora
A orillas de
la rivera de
Moralina
Iñaki Gabilondo
Periodista
«Soy el contemporáneo perfecto, he
vivido los momentos clave en la edad
justa y desde una posición muy buena»
delfinario
El espíritu
de mi tía
DELFíN RODRÍGUEZ
LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011
II / dominical
Los custodios de las orillas
«Policías»
que no quitan
el ojo al Duero
La Guardería Fluvial de la CHD cumple 50
años en su labor de control y vigilancia de los
50.000 kilómetros de cauces, una tarea
marcada ahora por las nuevas tecnologías y la
conciencia ambiental
✒ J. A.
Sin quitar ojo al Duero llevan
ya medio siglo los integrantes de
la Guardería Fluvial, una policía
administrativa que se creó en
marzo de 1961 para reforzar la
tarea de control, vigilancia, tutela y salvaguarda del dominio hidráulico del río que vertebra de
este a oeste los territorios de Castilla y León, comunidad que baña, junto a sus afluentes, en un 98
por ciento. El incremento de las
funciones, la incorporación de
tecnología y medios técnicos, así
como de mujeres, marcan su 50
cumpleaños.
En el inicio de la década de los
años 60, surgió la actual Guardería
Fluvial, dependiente de la Comisaría de Aguas. Los primeros 31
guardas fluviales del Duero, todos
ya jubilados, asumieron el control
de los 50.000 kilómetros de cauce
que conforman la cuenca, que inicialmente se dividió en cinco demarcaciones y éstas en distritos,
unidades territoriales de menor tamaño. Papel y lápiz, gabardina y
gorra, eran prácticamente los únicos medios de que disponían.
50 años después, el guarda mayor de Valladolid, Eugenio Sanz,
comparte una mañana de trabajo
con un equipo de la agencia Ical.
Destaca el salto dado en pocos
años. Él se incorporó a la plantilla de la Guardería Fluvial con 22
años. «Entonces era el chico de
los recados». Hoy, a sus 48 años,
es uno de los más veteranos de la
cuenca del Duero. Sus 26 años de
carrera profesional –confiesa- le
han permitido acumular conocimientos, ampliar su experiencia
y, sobre todo, constatar el «salto»
dado en materia de recursos y de
conciencia ambiental.
Recordó que cuando él empezó había quien en zonas rurales,
cuando se referían a la Confederación, preguntaban: «¿Quién es
esa señora?». Desde 1961, el progresivo incremento de la funciones de vigilancia e inspección del
dominio público hidráulico obligó a modificar la división territorial inicial. Con la entrada en vigor de la Ley de Aguas de 1986,
la plantilla se amplió a 40 empleados (32 guardas fluviales y
ocho guardas mayores). En 2009,
Arriba, el Guarda Mayor Eugenio Sanz, junto a la estación donde se
almacenan los datos recogidos por el sistema de información de
calidad de las aguas de Simancas. A la derecha, Sanz junto a un
antiguo punto de vertido y a la izquierda, el Guarda Mayor en la
plataforma del sistema de información de calidad de las Aguas de
Simancas.
(●) Fotos Miriam Chacón
se acometió una nueva reestructuración territorial, que dividió la
cuenca en 11 demarcaciones, una
por provincia, salvo en León y Zamora, donde existen dos.
Plantilla
De esta forma, en la actualidad la plantilla es de 59 perso-
nas, que pertenecen a las escalas
de agentes medioambientales y
técnicos superiores de Actividades Técnicas y Profesionales.
Por demarcaciones, la abulense
cuenta con cuatro guardas; la
burgalesa, con cinco; la leonesa
este, con cinco; la leonesa oeste,
con ocho; la palentina, con ocho;
Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO
dominical / III
❜❜
Cuando se creó la
confederación, en 1961,
en algunas zonas rurales
preguntaban «¿Y quién es
esa señora»?
La conciencia ambiental
de los castellano-leoneses
ha aumentado en los
últimos años, hay menos
sanciones
río» por lo que reclamó más «autoridad» para el colectivo de guardas forestales.
En su día a día, el trabajo de inspección,
que abarca incluso 90 localidades, absorbe
el 70 por ciento de su jornada laboral. Acuden a los lugares o puntos necesarios para la
toma de decisiones de la CHD, por lo que
indicó son sus «ojos». Para ello, se sirven de
planos, mapas, información catastral o de las
memorias de los proyectos a evaluar. Con
todo, recaban datos, que recogen en informes en unos casos, o denuncian una infracción, cuando la afección es ya irreversible,
como la extracción de áridos de los ríos.
Primera promoción de la Guardería Fluvial delante de la puerta de la sede de la CHD en 1961.
(●) Foto Miriam Chacón
Funciones
Las funciones de vigilancia del dominio
hidráulico –incluidas las aguas subterráneasque desarrolla este personal consisten en la
inspección del cumplimiento de las concesiones y autorizaciones, así como de las
obras que se lleven a cabo por parte de particulares, administraciones o del propio organismo de la cuenca. También, se encargan
de vigilancia en situaciones de emergencia
por avenidas, sequías o mortandades piscícolas, así como de obtener información sobre los expedientes que se tramitan, así como sobre los cauces que precisan de actuaciones.
Respecto a la denuncia de infracciones a
la normativa de aguas, éstas se derivan, principalmente, de obras y actuaciones en los
cauces y sus zonas de policía sin autorización (100 metros a ambos márgenes), aprovechamientos de agua no autorizados, vertidos, o acumulaciones de materiales susceptibles de contaminar las aguas o de
deteriorar el entorno de los cauces.
Para todo ello, los guardias fluviales
cuentan con la colaboración del Servicio de
Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), gracias al convenio firmado
en octubre de 1997 entre el instituto armado
y el Ministerio de Medio Ambiente. Además, el acuerdo rubricado a finales del año
2009 ha impulsado la actuación de esta «policía» ambiental.
Reducción de sanciones
la salmantina, con cinco; la segoviana,
con cinco; la soriana, con cuatro; la vallisoletana, con seis; la zamorana norteOrense, con cinco y la zamorana sur, con
cuatro.
Se calcula que de media cada guarda
recorre al año unos 22.000 kilómetros.
La estructura actual está encabezada por
un jefe de servicio, del que dependen el
comisario y la comisaria adjunta. En el
tercer escalafón de mando se sitúan los
guardas mayores, que coordinan el trabajo de los guardas fluviales. A la experiencia de los más antiguos se une la formación, cada vez más completa, de los
más recientes, integrando un colectivo
que realiza una tarea no siempre agra-
dable y casi siempre en condiciones duras.
Cámara digital, GPS, portátil y
todoterreno
El guarda vallisoletano rememoró entre
risas que fue uno de los primeros en escribir
los informes a máquina, porque había algunos compañeros de más edad que lo hacían
a mano con una caligrafía de difícil lectura
y una ortografía relajada. Sin embargo, explicó que ahora disponen de oficina en todas
las zonas y cada agente cuenta con vehículo todoterreno, cámara digital, GPS y ordenador portátil, así como ropa y calzado específicos de protección frente al agua y bajas temperaturas.
Además, sostuvo que la CHD ha apostado por la formación continuada. Como
ejemplo, comentó que acaba de realizar un
curso sobre diseño gráfico, para llevar a cabo a través de este programa informático los
croquis que ahora plasma sobre el papel a
mano alzada. También, destacó la apuesta
decidida y el compromiso de la comisaria
adjunta de la Guardería Fluvial, así como el
ingreso de mujeres.
Guardianes ambientales
«No sales al campo a ver que pasa», dijo
Eugenio Sanz, al tiempo que censuró los estereotipos que de su profesión tienen todavía algunos segmentos sociales que creen
que saben «donde están los cangrejos en el
La conciencia ambiental de la ciudadanía
castellana y leonesa se han incrementado,
aseguró el Eugenio Sanz, quien subrayó la
labor de divulgación del organismo y de la
normativa que hace los guardas fluviales.
«No sólo ponemos denuncias», dijo. El número de denuncias desde el año 2006 se ha
reducido, según fuentes de la CHD, así como la cuantía que oscila entre los 200 y los
300.000 euros. De éstas, consideradas como
«muy graves» se contabilizaron dos en 2008
y otras tantas en 2009. Aproximadamente
cada año se abren unos 1.800 expedientes
sancionadores, de ellos, una «pequeña parte» están vinculados con el uso ilegal de las
aguas. De esta forma, la gran mayoría están
relacionadas con los vertidos y las ocupaciones del dominio público hidráulico
(construcciones).
IV / dominical
LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011
Fermoselle en la historia
El callejero que desapareció (y II)
✒ Manuel Rivera
Lozano
Continuamos hoy con el tema del callejero
de la villa. El componer el listado actual nos ha
resultado fácil. Hemos acudido a nuestro libro
«Fermoselle», también a la guía telefónica aunque carezca de validez oficial, pero con la única intención de que nos sirviera de orientación
o afianzamiento de algún dato, a nuestro artículo publicado en «LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA» de fecha 29-10-2006,
a una abundante documentación que pacientemente hemos estudiado, perseguido y en muchos casos encontrado, y además de todo ello
hemos recibido el asesoramiento preciso del
amigo Andrés Cuellar, funcionario del Ayuntamiento, al que agradecemos sus detalles por las
acertadas aclaraciones de la realidad de nuestras calles y plazas.
En la publicación anterior hacíamos notorio
el largo y rico listado del nomenclátor local a
lo largo de los tiempos añadiendo alguna otra
información y ateniéndonos a la limitación del
espacio de una página que tiene a bien concedernos este diario, que ya está bien.
Hoy vamos a referirnos al callejero vigente, al
que conocemos por figurar sus titulares en placas
metálicas o de otro material en las bocacalles de
nuestras vías, pero lógicamente incluyendo los
cambios aprobados en el último pleno municipal
del día 2 de febrero del año en curso, festividad
de Nuestra Señora de la Candelaria.
El resultado final ha sido el que exponemos
a continuación, ordenado alfabéticamente y en
número de 47:
Almendros, Alto de Santa Colomba, Antonio Regojo Rodríguez, Amargura, Barrancos,
Callejina, Corral del Concejo, Diputación Provincial, Doctor Lozano Castro, Eras del Caño,
Francisco Galiana Hernández, Hermenegildo
Píriz Nieto, Isaac Vaquero Fernández, Gonzalo Martín Flores, Guapo, José Luelmo Flores,
Juan de la Encina, Laguna, Maestro Isidro Cabezas, Manuel Luelmo Díez, Manzanal, Mesón, Moralina, Muladares, La Nogal, El Noval,
Olivos, Palombera, Las Peñas, plaza de la Iglesia, Portal del Villar, La Portilla, Portugal, Pozo Mergúbez, Raúl Garrido Seisdedos, Rincón
del Castillo, La Rodera, La Rumía, San Albín,
San Juan, Subida de las Fontanicas, Tablao, Tellerinas, Tenerías, Terraplén, Torrejón y Zamora.
En su conjunto responde a denominaciones
antiguas o ligadas al devenir de la historia y
muchas de ellas con bastantes siglos a cuestas,
nombres propios de la orografía o relieve, como Barrancos, Peñas, Subida de Santa Colomba o Terraplén, relacionada con los oficios que
nos lleva a épocas gremiales, como Eras del
Caño, Mesón, Tenerías o Tellerinas, el cerco
amurallado de la villa todavía se recuerda con
Portal del Villar, La Portilla, Rincón del Castillo o Torrejón (y no Torojón como algunos
quieren imponer), la vida municipal, con Corral del Concejo o Diputación Provincial.
No son muy abundantes los nombres religiosos, pues solamente contamos con Amargura, Santa Colomba, plaza de la Iglesia, San Albín y San Juan, en otros casos es el hecho, el
objeto o el lugar, tales como Almendros, Laguna, Manzanal, Muladares, La Nogal, Olivos o
Pozo Mergúbez y solamente contamos con el
nombre toponímico de Zamora.
Hay nombres recientes en el callejero, más
o menos reconocidos, cuyo registro ignoramos
si es oficial, así encontramos Almendros, Manzanal, El Noval, Olivos, La Rodera o Tablao,
que corresponden a nuevas calles surgidas de
la reciente expansión local.
Y entre todas tenemos una calle que llama la
La plaza de Sagasta pasa a ser Francisco Galiana. En la foto aparece el muy recordado alcalde Honorario Perpetuo junto al
párroco Ángel Peláez y el coadjutor. También aparecen Antonio Regojo, el sacristán Ramiro Maldonado, los funcionarios
municipales y demás público asistente. Año 1963.
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El Ayuntamiento, el de
ahora o el que salga de
las urnas, debe legitimar
todos los nombres que
figuren en el callejero o
nomenclátor de la
localidad, y de no ser así
deben retirarse para
evitar equívocos, y será
también el momento de
afianzar algunos
nombres
atención, porque es original y muy curiosa, su
nombre es «Guapo», sin artículo alguno, que
reemplazó en el siglo XIX a otras denominaciones como Triperas, o Herreros, y donde se
encontraba el Corral del Tiento, pero también
mantenemos otro de siempre, seguramente medieval que no resulta agradable ya que en su
placa se lee «Muladares», y no Muradales como figura o ha figurado en alguna ocasión.
El titular antiguo referido a nombre de personas es el del Maestro Vicente Isidro Cabezas,
que ejerció la docencia en Fermoselle durante
muchos años aunque antes de su jubilación se
trasladó a Huércal-Olvera. Era natural de Moral de Sayago y casó en la villa, emparentando
con la todopoderosa familia de los SerranoFlores. En los inicios del siglo XX se vio honrado con tal distinción, ocupando el letrero
Dueñas, calle antiquísima, de siempre, que partiendo de la Plaza Mayor llegaba a la Cruz de
la Cárcel.
El segundo nominado fue Francisco Galiana Hernández, natural de San Felices de los Gallegos (Salamanca), alcalde de Fermoselle desde 1947 a 1954, delegado comarcal de Auxilio
Social, diputado provincial y fue nombrado hijo adoptivo y alcalde honorario perpetuo por su
ingente labor en la realización del abastecimiento de aguas. Su nominación sustituyó a la
del político don Práxedes Mateo Sagasta, que
fue presidente del Gobierno en la restauración
de Alfonso XII.
En tercer lugar en merecer figurar su nom-
bre en una calle correspondió a Antonio Regojo Rodríguez, de la familia de «Los Corales» y
su gran mérito se debe a la destacadísima ayuda prestada a Fermoselle en múltiples formas y
principalmente a los necesitados, pero le cabe,
con todos los merecimientos, ser el primer hijo nacido en la villa que obtuvo tal honor.
Le sigue el turno en el orden el más universal personaje que viera la luz en Fermoselle, (o
al menos lo era su padre) el inmortal Juan del o
de la Encina, pero entendemos que es de estricta justicia buscarle otra calle en consonancia de su categoría. Y mientras, reconocemos
su mérito a la «Gran Peña Fermosellana El Pulijón» que lo promovió en su día.
El último nominado, hace una media docena de años, ha sido el doctor en Medicina Ángel Lozano Castro, también nacido en Fermoselle pero residente en Salamanca.
Y ahora ya vamos a referimos a las nuevas
nominaciones aprobadas:
Manuel Luelmo Díez, alcalde durante 19
años, y con una larga lista de mejoras conseguidas durante su mandato dará nombre a la
Plaza Mayor de la villa, en la que vive. A lo largo de los siglos nunca tuvo otra denominación
oficial y menos de persona alguna hasta la guerra civil española que se le impuso el nombre
del político asesinado don José Calvo Sotelo,
aunque bien es verdad que también fue conocida como plaza Nueva o plaza de los Toros, según consta en la abundante documentación estudiada.
José Luelmo Flores, presidente de la Hermandad de Labradores y Ganaderos, concejal
en diversos consistorios y alcalde de Fermoselle en los años 60 y tío del regidor actual, dará nombre a la calle en la que tuvo su casa, Requejo, que fue siempre la más larga y la de más
números de viviendas, que se iniciaba en la
Plaza Mayor y llegaba, hace años, hasta pasado el cuartel de la Guardia Civil, hoy «Casa
Rural doña Urraca», y absorbió a la De Arriba,
Puerta de Zamora, Arco, Terradillo y Fontanicas.
Isaac Vaquero Fernández, también alcalde
de la villa en los años 60, (su hijo es en la actualidad concejal) pondrá su nombre a la últimamente llamada Sanjurjo, Subida de Santa
Colomba y en otra ocasión Alfonso XIII.
Gonzalo Martín Flores, fue Juez de Paz y Alcalde en la década de los años 70, será la nueva denominación de la desaparecida calle José
Antonio Primo de Rivera, que nace en la plaza
de la Diputación y llega al cruce de «cuatro caminos, Moralina-Fontanicas».
Raúl Garrido Seisdedos, primer mandatario
del Ayuntamiento ya en época democrática, va
a ocupar el callejero de la circunvalación de la
villa en la llamada avenida del Generalísimo
Franco. Cuñado de Isaac Vaquero.
A Valentín Ramos Victoriano, también primer edil, se le propuso para la nueva calle que
en siglos pasados se conoció como Corral de la
Rueda, que formaba parte de la otrora Dueñas
y posteriormente maestro Isidro Cabezas, lugar
en el que vive.
Y Hermenegildo Píriz Nieto, será el titular
de mi calle que también es la suya, General
Mola, que ostentó en otros tiempos el título de
Libertad y de La Cárcel. Ha sido en varias ocasiones munícipe y otras tantas alcalde electo de
su Fermoselle natal. Al menos en una ocasión
fue nombrado diputado provincial y por su entrega y dedicación es el más veterano del ruedo político local.
¿Y por qué se excluyeron a los alcaldes Ángel Matos y Paulino Guerra?
Cerramos estos comentarios sobre nuestras
calles diciendo que alguna suena un tanto mal,
hay títulos que no son correctos, otros nombres
dicen muy poco y llama la atención la falta de
rótulos que perpetúen el recuerdo de fermosellanos ilustres o destacados con los que la villa
tiene una deuda pendiente.
En otro orden de cosas el Ayuntamiento, el
de ahora o el que salga de las urnas, debe legitimar todos los nombres que figuren en el callejero o nomenclátor de la localidad, y de no
ser así deben retirarse para evitar equívocos, y
será también el momento de afianzar algunos
nombres, por ejemplo: Si debe decirse Barrancos o Los Barrancos, Guapo debe figurar sin
añadido alguno, el nombre correcto debe ser
Muladares, Nogal debe llevar el artículo femenino delante, porque así se dijo siempre en estas tierras de Sayago, Tablao figuraba en otros
tiempos Tablado, o el ya referido Torrejón.
Para otras ocasiones venideras recordamos
a nuestros munícipes que en el barrio de Las
Eras del Caño, nombre completo, o de Santa
Colomba hay solo dos calles y multitud de
menores que carecen de él o que llevan el mismo de la principal y eso es un intríngulis que
se debe corregir, sin problemas, confeccionando un banco de posibles titulares que bien
podrían ser: Requejo, Rincón de la Castillera,
Ronda, Cruz de la Cárcel, Terradillo, Santa
Marina, Puerta de Zamora, Reina doña Urraca, Obispo Acuña, Marqués de La Liseda, Religiosos Franciscanos, Hijas de María Inmaculada, La Coronela, Alcalde Ronquillo, Emigrantes, Los Corales, Aduana de la Frontera,
Temelde...
Como siempre, nuestra colaboración está a
su disposición, si lo tienen a bien.
Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO
dominical / V
Premios Nacionales «Flamenco Hoy» 2010
Ganadores
1. Mejor labor de PROMOCIÓN del Flamenco
«EL FLAMENCO VIVE»
2. Mejor labor de DIFUSIÓN del Flamenco en medios
«JONDOWEB.COM»
3. Mejor LIBRO
ALFREDO GRIMALDOS – «Historia social del Flamenco»
4. Mejor DVD
MIGUEL POVEDA – «Coplas del querer»
5. Mejor BAILAOR
ISRAEL GALVÁN
6. Mejor BAILAORA
PASTORA GALVÁN
7. Mejor PRODUCTOR de Disco
GERARDO NÚÑEZ – «María Mezcle» de María ‘Mezcle’
8. Mejor disco INSTRUMENTAL
ABDÓN ALCARAZ – «Reikiavik»
9. Mejor GUITARRA DE ACOMPAÑAMIENTO
JUAN «HABICHUELA» – «Entre viejos zarzales» de
«Cancanilla de Málaga»
10. Mejor Disco de CANTE REVELACIÓN
ROSARIO «LA TREMENDITA» – «A tiempo»
11. Mejor Disco de GUITARRA SOLISTA
JUAN CARLOS ROMERO – «Agua encendida»
De izquierda a derecha, Romualdo Molina, Carmen García Matos, José Blas Vega, Blanca del Rey y Alberto Martínez.
12. Mejor Disco de CANTE
MARINA HEREDIA – «Marina»
Los premios de la crisis alcanzan un
notable alto
Miguel Poveda, Israel Galván, Pastora Galván, Gerardo Núñez, Juan
Habichuela, Rosario La Tremendita y Marina Heredia, entre los
galardonados en las distintas categorías
✒ Félix Rodríguez
La décimo segunda edición de los Premios Nacionales de Flamenco tuvo lugar el
pasado lunes en el incomparable marco del
teatro Lara de Madrid. Sala que fue inaugurada en septiembre de 1880 conservándose
prácticamente idéntica desde entonces. Si
duda el entorno escénico ha sido uno de los
alicientes de la especial noche.
Abrió la velada como es habitual, ese mago del periodismo de raza en nuestro país,
iniciado en la mítica Radio Vida de Sevilla
y proyectado al estrellato internacional a través de la crítica cinematográfica, sin olvidarse del arte excelso. Alfonso Eduardo Pérez Orozco no sólo ha inventado los premios, sino que amén de otros vástagos que
se le pudieran reconocer, éstos son sus hijos
mas preciados. Su gran obra de senectud,
marcando un hito para generaciones venideras.
Llamó a escena para entregarle un premio
especial a Joaquín San Juan y a Toni El Pelao. No era para menos. Joaquín es el auténtico capitán de barco de esa imprescindible escuela denominada «Amor de Dios», y
sin la que sería posible entender el flamenco tal y como hoy lo conocemos. Toda una
institución esencial en el devenir de los bailaores y bailaoras desde hace sesenta años.
Como el propio Joaquín reconoció al agradecer el premio, treinta y cinco mil horas de
trabajo y ensayos anuales, junto a todos los
grandes de la escena que han pasado por
allí, o bien para perfeccionar su estilo, o
bien para impartir docencia. Con él estaba
el que es máxima figura del baile de hombre
actual, y que tuvimos la excepcional dicha
de disfrutarlo en el Festival de Morales del
Vino en el pasado 2009 junto a La Uchi, me
refiero a Toni El Pelao.
La genial bailaora Blanca del Rey sale para
entregar galardón a Israel Galván —siempre ausente— y a su
hermana Pastora.
El premio al mejor
libro fue para Alfredo Grimaldos, y mejor que el premiado
fue el que le entregó
el galardón, una personalidad —la máxima personalidad en
el campo de la investigación flamenca—
, José Blas Vega.
Quien da nombre honorable al Patio del
Ayuntamiento de
Morales del Vino, lugar de celebración
del emblemático
Festival de la Tierra
del Vino.
En el apartado de
Alfonso Eduardo
promoción ¡Ya era
coloca el micro a
hora! El reconociLa Tremendita.
miento recayó en
Alberto Martínez de
La Fuente y la gran docente del flamenco
para niños, Silvia Marín del «Flamenco Vive». Ambos desarrollan una importantísima
labor en divulgación del arte más genuinamente español y Silvia enamoró a los zamoranos el pasado mes de mayo con su espectáculo «Cuatro Estaciones» sobre las tablas del Teatro Principal, mereciendo foto
de portada en nuestro diario «LA OPI-
NIÓN-EL CORREO DE ZAMORA».
Alfonso Eduardo reclama la presencia de
Paco Suárez, gitano por los cuatreo cuarterones. Director de la Orquesta Sinfónica de
Bulgaria. Un elenco internacional formado
por más de setenta músicos, gitanos y no gitanos. Interpretan las partituras de los grandes compositores europeos que se han inspirado en la música flamenca. Entrega el galardón a Abdón Alcaraz por mejor disco
instrumental.
Marcos Escanez, creador y director de
«Jondo Web», además de eterno finalista en
varias ediciones, alcanzó el reconocimiento
en el apartado de difusión. La nota entrañable de la velada la puso ese «pater nostrum»
llamado Romualdo Molina, sevillano ejerciente hasta el morir, y crítico hasta después
de muerto. Tío Romualdo dijo antes de entregar el premio «Es mi jefe» —refiriéndose a Marcos Escanez—, Pablo San Nicasio
me hace unas entrevistas, y va él y las cuelga, pero no del cuello, las cuelga en internet.
Con la esbeltez que exhibe La Tremendita, Alfonso Eduardo tuvo que oficiar como
diestro del bricolaje para colocar el micro a
la altura de su talle. Lo consiguió a medias.
Y más o menos, esta ha sido la crónica de
unos Premios Nacionales, que pese a no tener el glamur de otras ediciones, contaron
entre sus asistentes con el más importante
de la velada, José Blas Vega, los citados anteriormente, y también con Ricardo Pachón,
Carmen García Matos, Génesis García, el
presidente de la SGAE Teddy Bautista, y
otras importantes personalidades del mundo del flamenco y de la música en general.
VI / dominical
LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011
A TI QUE SUFRES. NO TE PREOCUPES, MUJER, EL AMOR VOLVERÁ A NACER PARA TI CON MÁS FUERZA QUE N
delfinario
DELFÍN RODRÍGUEZ
El espíritu
de mi prima
DE NIÑO VIVÍ
UNA NOCHE
CON UNA TÍA MÍA.
DESCUBRÍ ENTRE
GRANDES MIEDOS QUE A MENUDO
ERA POSEÍDA POR UN DEMONIO.
La frase
Si los bancos son
nuestros amigos, ¿por
qué ponen cadenas a sus
bolígrafos?
Alan King
(humorista estadounidense)
Durante toda la noche había escuchado
aquellos extraños ruidos que te ponían la
piel como si te sumergieras en un baño de
hielo. Provenían de la habitación de mi tía
Gertrudis. Mi tía Gertrudis era una solterona de orinal, rosario y novena, a pesar de
que apenas si acababa de cruzar la raya de
los cuarenta. Había perdido la oportunidad
de casarse cuando dejó a un pollero que era
un buen partido, porque tenía negocio de su
propiedad.
El novio de mi tía era un buen muchacho,
que se afanaba en ampliar su negocio expendiendo orejas de bacalao, frutos secos y
algo de latería, pero mi tía no había conseguido verle la gracia. Quizás era porque tenía una pierna de madera, pero que no le
afeaba porque siempre la llevaba bien tapada por el pantalón de pana que se ajustaba
en el tobillo con una goma que había hecho
con los restos de un guante de fregar.
El novio aquel se llamaba Ambrosio y
siempre le decía a mi tía, Gertrudis, la gracia la tengo en el banco y te aseguro que no
es manca… Y es que era huérfano y había
quien aseguraba que su padre le había dejado una cartilla con un plazo fijo de sesenta
mil duros. Eso, entonces, era un enorme capital.
Yo vivía con mi tía porque mi padre no
quería que su hermana se quedara sola por
la noche. Los primeros días dormía en su
misma cama, pero al final me puso otra habitación con el pretexto de que yo daba muchas vueltas y cuando la rozaba le picaba
con el pelo de las piernas.
Yo me sentí un niño rechazado porque
pelos no tenía apenas. Eso solo era una disculpa. La verdad era que los pelos que yo tenía se doblaban con suma facilidad. Eran
como juncos, como pelusillas que al mínimo viento se movían como si fueran a volar.
Los ruidos de por la noche me estaban
poniendo muy nervioso. Vivía en una eterna alarma. Eran como jadeos, ruidos de
muelles, como si la cama tuviera vida y se
desplazara de un lado a otro. Incluso un cua-
En uno de los
movimientos me
pareció ver el
espíritu que poseía
a mi tía. Era calvo.
Vamos, que aquel
demonio no tenía
un pelo
Me llevé las
manos a la boca
para ahogar un
grito. Sin duda
alguna aquel era el
espíritu que
endemoniaba a mi
tía por las noches
dro de la virgen de Fátima que había en mi
habitación se movía, porque los tabiques
eran de caña y barro y el cabecero de mi tía
daba a mi habitación. Una mañana le pregunté por aquellos movimientos y me dijo
con mucho misterio que no dijera nada de
lo que oía. Que por la noche, a veces, la visitaba un espíritu que la poseía y que le salía espuma por la boca. Según ella, los ojos
del espíritu le daban vueltas en las cuencas
como si fueran las ruedas de mi bicicleta.
Yo me callé como la tumba de un muerto. Cómo iba a contar que el demonio visitaba a mi tía... El cura la excomulgaría. Porque eso es lo que entendía yo, que era el demonio quien venía en persona a visitarla. A
mi me daba mucho miedo porque pensaba
que un día la casa podía salir ardiendo. El
demonio y el fuego del averno son dos cosas que van muy unidas.
Cuando escuchaba que llegaba el demonio, siempre llenaba el jarrón de agua y lo
ponía en la cabecera de la cama porque no
quería correr riesgos. Luego me metía dentro de las sábanas y me tapaba la cabeza para tratar de amortiguar el ruido.
Una noche la posesión parecía que iba a
levantar el techo, porque todo se movía como si fuera un terremoto. Sentí tanta curiosidad que me levanté y salí al pasillo. Me
asomé a la ventana. Había nevado durante
toda la noche y estaba empañada. Por la gatera que mi tía había hecho para el gato entraba un frío que te congelaba los tobillos.
Me agaché y me los froté para meterlos en
calor.
Me acerqué a la habitación de mi tía y cogí el pomo. Era de hierro y estaba muy frío,
como si fuera una bola de nieve. Moví la
manivela lentamente y comencé a empujar
la puerta. Por la ventana entraba la claridad
de una farola de la calle. Miré a la cama.
Había un movimiento enorme. La vista se
me fue acostumbrando a la oscuridad.
Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO
dominical / VII
NUNCA
PUERTA ÓPTIMA DOMINICAL
Simón:
El último
romántico
En uno de los movimientos me pareció ver al espíritu que poseía a mi tía.
Era calvo. Vamos, que aquel demonio
no tenía un pelo. Era lógico. Si los demonios estaban en el infierno entre llamas, lo más normal es que tuvieran el
pelo quemado. Observé unos minutos.
Los dos estaban desnudos encima de la
cama y no sentían frío. Claro que el demonio, si venía del infierno, estaría
abrasando y sería como un calentador
para el cuerpo de mi tía. Jadeaban. Se
retorcían. Parecía que iban a morirse de
un pasmo. Pero no se morían.
Volví a la cama. Ya no sentía miedo.
Aquel demonio se comportaba de forma violenta, pero mi tía nunca dijo que
le hiciera daño. Al contrario. Decía que
durante las posesiones sentía cierta
complacencia. Y es que el demonio para engañarnos es así, complaciente y
placentero. Lo peor es si, al final, la llevaba con él al infierno por toda la eternidad. A lo mejor le merecía la pena.
Mi tía siempre decía que la cera que va
por delante es la que alumbra.
A la mañana siguiente madrugué.
No tenía que sacar al burro Diógenes al
prado por la nieve, pero cuando nevaba
siempre madrugaba para coger la pajarera e ir a colocarla en los prados. Clavaba una manzana en ella y cuando los
pájaros picaban, zas, al morral. Mi tía
y yo nos dábamos unos banquetes de
pájaros cuando llegaban las nevadas y
los pájaros buscaban desesperadamente algo que comer.
Salí al corral. Había un gran manto
de nieve en el suelo. Me acerqué a la
ventana de la habitación de mi tía donde siempre dejaba las pajareras. Al mi-
rar al suelo, vi un carrilito de huellas
que se dirigían hacia la ventana. Bajé la
mirada y me fijé un poco más. Eran
huellas de zapato. Empujé la ventana.
Estaba cerrada. El espíritu que poseía a
mi tía tenía piernas porque tenía zapatos, pensé. Pero también pensé en como habría entrado si la ventana estaba
a cal y a canto. A lo mejor era espíritu
de cintura para arriba y cuerpo mortal
de cintura para abajo…
Cuando regresé de los prados con
una buena percha de pájaros, se lo dije
a mi tía. Incluso le dije que el espíritu
que la visitaba tenía que ser pequeño,
porque las huellas estaban poco introducidas en la nieve. Ella me dijo que
me olvidara de aquello, que el espíritu
no volvería más. Pero yo no me olvidé,
salí de nuevo al corral y seguí los pasos
del espíritu, seguro de que me conducirían al infierno.
Las huellas se podían leer nítidamente. Incluso en una se veía el número que calzaba el demonio: el 39. Realmente era un demonio pequeñín. Y de
pronto descubrí que las huellas se detenían. Alcé la mirada del suelo y vi las
puertas del infierno. En ellas había un
cartel verde que ponía: «Todo por la
Patria». ¡El infierno estaba en el cuartel de la guardia civil! Aquello era
asombroso. Repasé de memoria todos
los demonios guardias y ninguno era
calvo.
Pasaron los días y el espíritu, tal y
como dijo mi tía, no volvió. Pero yo me
quedé con la mosca detrás de la oreja.
Aquel era un espíritu con zapatos, pequeño y calvo… Inconscientemente
por mi mente comenzaron a pasar un
escaparate de vecinos del pueblo. Porque a lo mejor el demonio era un vecino y mi tía no se había dado cuenta. Pero no. No había ninguno.
Pasó el tiempo y llegó la fiesta de los
mártires Fabián y Sebastián. Era un día
grande en el pueblo. La guardia civil
escoltaba a las figuras que recorrían todas las calles. Cuando acabó la procesión, comenzó la misa. Yo me fijaba en
los guardias civiles. Efectivamente,
ninguno era calvo. Pero me percaté de
que ninguno era calvo, porque jamás se
quitaban el tricornio de encima…
De entre todos me fijé en Almanzor,
un cabo de Granada que era un tapón.
Aquel guardia podía ser el espíritu de
mi tía. Aunque el tricornio le aumentaba cinco centímetros, no le alcanzaba
con la punta al pecho del cura.
De pronto el san Fabián que había
salido en procesión comenzó a ladearse amenazando con caerse. El cabo Almanzor soltó la escopeta con la que hacía escolta y fue a echarle mano. En ese
momento el tricornio voló de su cabeza y, oh, Dios santo… ¡era calvo como
una bota de vino!
Me llevé las manos a la boca para
ahogar un grito. Sin duda aquel era el
espíritu que endemoniaba a mi tía. Fíjate, tan pequeñín en la iglesia y tan saltarín en la cama… Cuando acabó la misa y los guardias salieron a la calle, yo
me puse detrás del cabo Almanzor. Lo
examiné de arriba abajo. Y me quedé
perplejo. Aquel no podía ser el demonio: no tenía rabo. Y pensé para mis
adentros: como no sea el burro Diógenes...
delfí[email protected]
Hay que ser muy brujo para invertir, generar
empleo y triunfar en Zamora. Un brujo y un valiente. Es lo que ha ocurrido con Simón García
Taboada, un niño que aprendió el oficio de sanar
con hierbas de su padre y de su abuelo. Desde entonces, aquellos jarabes, aquellos mejunjes que
se vendían de puerta en puerta, se envasan hoy
por millones y se expenden en miles de tiendas
de todo el mundo.
Lo que era una pequeña habitación con algunas botellas y un embudo para rellenarlas, son
hoy impresionantes fábricas que ocupan miles de
metros cuadrados y dan trabajo a más de medio
centenar de mujeres. Podría parecer que estamos
hablando de Madrid o Barcelona, pero no, estamos hablando de ahí al lado, de un minipueblo
que se llama Ferreras de Abajo en el que Simón
ha aposentado sus reales para darle lustre y vida.
Lo curioso es que todo esto ocurre cuando Zamora agoniza, se muere. Cuando el empresariado no está por la labor de ponerle la respiración
asistida a este enfermo patológico que se asfixia
sin remisión. Los médicos de aquí prefieren operar en otras latitudes donde tienen más facilidades para desarrollar su función. Quizás tienen razón. Para ganar dinero hay que ir donde está la
gente y aquí, la gente, cada vez brilla más por su
ausencia.
Simón ha nadado contra corriente, consciente
de que hay industrias que no precisan tener a la
gente al lado para desarrollarse. Él solo necesita
la mano de obra y en su pueblo la hay. El producto es cuestión de exportarlo con camiones a
los centros de distribución. Quizás también pudo
evitarse esa carga: Cataluña, Cantabria, tienen
puertos para la exportación, pero a él le tira más
la tierra, ayudar al desarrollo local. Quizás sea el
último romántico.
Días pasados tuve la suerte de conocer las instalaciones con unos amigos. Me quedé anonadado. No imaginaba que tras el letrero de Gartabo
existiera nada parecido. A fe que debería ser una
industria de visita obligada para todo el empresariado de Zamora.
Para entrar tienes que ponerte calzas, gorrito y
hasta bata. Como la UCI de un hospital. Lógico
si se piensa que se trabaja con medicina natural.
Allí se fabrican los cientos de productos que se
comercializan en las tiendas de la multinacional
Naturhouse, que tiene franquicias en medio mundo: Estados Unidos, México... desde Asia a África pasando por América y Europa.
Lo sorprendente es que, aparte de la moderna
tecnología y robótica, existe una fábrica que hace frascos, envases para los productos. Parece
mágico. Trucos de Houdini. Por un lado entra el
vidrio y por otro sale el frasquito debidamente esterilizado, listo para rellenar…
Las botellas de litro y los embudos de la niñez
de Simón, han dado paso a máquinas y químicos.
El binomio logra el milagro de una industria puntera que debiera ser el orgullo de nuestra tierra.
Atrás quedaron las hierbas recogidas en el monte y las calderas de cocer, los embudos y los palos de dar vuelta a los caldos.
Antes, estos magos que aliviaban los males a
base de preparados con hierbas, eran brujos. Ahora solo son químicos que preparan remedios para la menopausia, colesterol, bronquitis, huesos…
Y belleza.
La dietética se ha convertido en una de las estrellas de las factorías de Simón. Está orientada a
procesos de adelgazamiento. No es extraño que
las mujeres que trabajan allí sean tan esbeltas y
hermosas. Será maravilloso asistir a la fiesta del
pueblo.
LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011
VIII / dominical
Rutas a pie por tierras
DE ZAMORA
✒ Texto
y fotos: Javier Sainz
Distancia desde Zamora:
41 km
Longitud total del
trayecto: 7 km
Tiempo aproximado:
2 horas
Dificultad: Media (tramos
sin sendas)
Detalles de interés:
Cascadas pintorescas,
sotos arbolados, molinos,
puentes tradicionales,
paisaje pintoresco,
monumentos religiosos,
instalaciones artesanales
Moralina es una localidad próspera y expansiva, ubicada en un
paraje despejado, sin agobios orográficos por lado alguno. A pesar
de esa apariencia de uniformidad,
su extenso término posee lugares
bucólicos y apartados, enclaves de
notable hermosura en los que la
naturaleza se muestra sorprendente y generosa.
Nosotros, en esta ocasión, vamos a recorrer algunos de esos
rincones, quizás los más excelsos.
Para ello seguiremos el curso del
arroyo local más importante, designado con el nombre casi común de Rivera de Moralina. Este
lecho solo dispone de corrientes
en las estaciones húmedas, por lo
que conviene visitarlo en esas
épocas. Es entonces cuando los
caudales bajan hinchados, rumorosos, saltando las aguas de piedra
en piedra. Además todo el entorno muéstrase espléndido y atractivo, dotado de una belleza auténtica que penetra sin artificio por
los sentidos. Nada importan el barro, ni los encharcamientos, que
en ciertos tramos pueden obligarnos a tomar algunos rodeos.
Dentro del casco urbano local
llaman la atención los grandes almacenes de una pujante empresa
de materiales de construcción.
Los localizamos fácilmente dado
su tamaño y hasta ellos hemos de
acudir, pues salimos al campo libre por el camino que pasa ante
sus puertas. Es este un carril tradicional que se dirige hacia el
oriente entre las paredes de diversas cortinas. Alcanzamos pronto
el curso de la rivera y a su orilla
vamos a caminar durante largo
trecho, manteniéndonos en todo
momento por su margen izquierda. Pese a la cercanía del pueblo,
este lugar ya se siente grato y sereno, rodeados por la fronda de
viejas encinas y con la compañía
de una hilera de chopos que pros-
A orillas de la
rivera de
Moralina
(Sayago)
pera junto al cauce. La Veiga es el
nombre con el que se conoce esta
zona. En ella hallamos un molino,
el único que perdura íntegro de los
más de una docena que existieron
a lo largo de todo el cauce. Es una
pequeña construcción rectangular,
que aprovecha la existencia de un
talud para contar con el desnivel
imprescindible. Consta de planta
rectangular, casi cuadrada, con techumbre de un solo faldón. En general todo el edificio se halla restaurado con esmero, para servir de
ejemplo y testimonio de formas
de vida ya superadas. Hemos de
gozar con calma del enclave, disfrutar con el murmullo de las
aguas que se deslizan presurosas
por lechos tapizados de césped.
Después reanudaremos la marcha
valle abajo, arrimándonos a las
paredes si el chapatal es excesivo,
con la opción de saltar al interior
de las fincas en los tramos anegados.
Al fin salimos a lugares más espaciosos, en los que las praderas
libres se extienden sin apreturas
por ambos lados. Empalmamos
ahora con una buena pista que llega directa desde el pueblo, denominada camino de Requejo, pues
sirve de acceso a los espacios de
la antigua dehesa de ese nombre.
De ella se aparta un ramal que se
dirige hacia los campos de la
cuesta frontera y que salva el cauce acuático a través de un precioso paso de carácter tradicional, conocido como Puente del Molino
Sabel. No hay duda que esa designación ha de proceder de la
existencia a su lado de otra de las
factorías harineras citadas que ha
desaparecido por completo. La
obra que allí vemos está formada
por tres vanos. Todos son rectangulares, creados por dinteles enormes. Como soportes disponen de
pilas elementales, constituidas por
piezas que se unen entre sí solo
por su peso, ya que carecen de argamasa o cemento alguno que las
ligue. Unos puntales inclinados
hacen eficazmente la función de
contrafuertes y de tajamares. Es
esta una pieza espléndida, similar
a muchas otras de la comarca no
menos admirables. La adaptación
al entorno es absoluta, formando
parte de un paraje sereno, un tanto elemental y solitario. Aguas
abajo prospera una pequeña fresneda, retazo inconexo de la serie
intermitente de grupos de árboles
de esa especie que ya hemos visto antes y con los que toparemos
más adelante.
Tras seguir en paralelo largo
tramo, el camino cruza la rivera en
un lugar en el que ésta sufre un
violento cambio de dirección.
Tendieron para ello otro puente,
llamado del Molino Bailador, que
en orígenes debió de ser similar al
ya señalado, pero que ha sido ensanchado y consolidado, reforzando sus ojos con tubos de cemento. Tampoco aquí permanece
huella alguna del molino del que
tomó nombre. Ante la disyuntiva
que se presenta, nosotros optamos
por seguir junto al cauce acuático.
Avanzamos de nuevo campo a través, buscando paso entre las cercas de las fincas y el arroyo. Nos
apartamos así de la comodidad de
la pista, la cual asciende por suave cuesta hacia los espacios de la
ya citada dehesa de Requejo. Ese
antiguo latifundio se integra dentro del término de Moral. Alrededor del año 1915, tras desembolsar 600.000 pesetas, fue adquirido
por los vecinos de los dos pueblos, Moral y Moralina, parcelándolo a continuación.
No nos arrepentiremos del afán
de seguir al lado de la rivera, pues
nos adentramos en parajes sumamente hermosos. En ellos el desnivel se hace más acusado adensándose a su vez el manto arbó-
A la izqu
Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO
dominical / IX
De arriba a abajo, puente del molino Sabel e iglesia de Moralina. A la derecha, cascada de los Molinos Carreros.
uierda, puente Entre las Cabezas y sobre estas líneas, molino de La Veiga.
reo. Por ambas orillas, multitud de
encinas, junto al algún roble, forman una masa vegetal que impide
lanzar las miradas hacia cualquier
interés lejano. Además, al borde
del lecho acuático, o dentro de él,
prosperan numerosos fresnos de
los cuales algunos poseen una envergadura nada desdeñable. Las
corrientes caen raudas entre las
peñas o se remansan en cadozos
tan quietos y brillantes como espejos. Por esta parte sí se reconocen ruinas, muy destrozadas, de
algunas de esas factorías harineras, antaño tan útiles. Desde sus
presas, ahora inservibles, saltan
preciosas cascadillas. De esa manera, unos tras otros, se suceden
rincones bravos en los que el murmullo de las aguas compone una
excelsa música natural.
Tras un recodo aparece de improviso el puente de Entre las Cabezas. Es una plataforma peatonal
aún más ruda que los otros pasos
ya vistos, con irregulares apoyos
sobre las piedras desiguales que
forman los fondos. Se sitúa en un
enclave singularmente agreste,
con berruecos por todos los lados
y fresnos tan juntos como si quisieran anular y engullir la obra humana. A poco que escuchemos,
siéntese desde allí un chapoteo
muy intenso que agita y desazona.
Unos pasos más adelante la vaguada por la que avanzamos cae
en fuerte desnivel. Se origina así
un violento escalón que fue aprovechado para la construcción de
dos molinos, los de Carreros, cuyos muros aún resisten. Dado su
abandono, los caudales acuáticos
han recuperado sus formas naturales, por lo que se despeñan formando un salto admirable. Las rocas, bolones enormes algunas, rotas y cuarteadas las demás,
forman un escenario imponente
ante el que el ánimo se sobrecoge
y del que hay que gozar con calma.
Hasta aquí llegaremos en esta
ocasión. Hemos de saber que unos
cientos de metros hacia abajo la
rivera recibe los aportes de otro
cauce acuático similar que desciende de la raya de Villadepera.
Potenciada así, se introduce en un
barranco profundo y escabroso, en
el que aún se divisan más ruinas
de otros viejos molinos y algún
pontón. Sale ya del término local
y tras múltiples revueltas busca
entregarse al río Duero en uno de
los enclaves más recónditos e impenetrables de Los Arribes. Este
trecho es realmente áspero y resulta difícil el transitar por él debido a la espesura de la maleza y
a la hosquedad de los cortados rocosos.
Nosotros iniciamos el retorno.
Para ello buscamos la senda a la
que sirve el inmediato puente de
Entre las Cabezas. Por ella, en dirección suroeste, subimos hasta
empalmar con el camino de los
Témpanos. Después, en continua
cuesta arriba, llegaremos directos
hasta el pueblo. De nuevo en el
casco urbano, hemos de recorrer
con calma sus diversas calles. Con
sorpresa, descubriremos, recuperado, alguno de los talleres de la
artesanía local. En esta localidad
se mantuvieron hasta nuestros días telares accionados a mano en
los que se fabricaban productos
textiles tradicionales. Elaboraban
mantas, tapabocas, mantones, costales, alforjas…, piezas sin duda
bastas, pero de auténtica calidad y
áspera belleza.
Dos monumentos canalizaron
los anhelos religiosos. El más humilde es la ermita del Cristo de la
Veiga, a orillas de la cual se acondicionó el viejo cementerio. Posee
muros de cuidada mampostería
pétrea, desprovistos de cualquier
detalle ornamental. Sobre su fachada de poniente se alza una espadañuela coronada por un arco
monolítico, del que cuelga una pequeña campana. Por debajo cegaron la que fuera una amplia ventana rectangular. Aquí se dio culto
❜❜
Vamos a recorrer
algunos rincones,
quizás los más
excelsos de
Moralina. Para ello
seguiremos el curso
del arroyo local más
importante,
designado con el
nombre casi común
de Rivera de
Moralina
Tras un recodo
aparece de
improviso el puente
de Entre las
Cabezas. Es una
plataforma peatonal
aún más ruda que
los otros pasos ya
vistos, con
irregulares apoyos
sobre las piedras
desiguales que
forman los fondos
antaño a la enigmática imagen del
Crucificado, guardada ahora en la
parroquia.
La iglesia es un edificio mucho
mayor. Por fuera destaca por la
sólida potencia de su campanario
de remate triangular, cuya superficie lisa del hastial se aprovechó
como juego de pelota. Llama la
atención la considerable extensión de los tejados, cuya desmesura resulta más evidente dada la
escasa envergadura de las paredes, creadas con perfecta sillería.
La puerta se cobija a la sombra
de un abierto alpende. Dispone
de un escueto arco de medio
punto formado por grandes dovelas. Si tenemos la suerte de poder visitar el interior, apreciaremos que este templo es la suma
de estructuras de épocas diversas, siendo románicas las más
antiguas. De ese estilo son los
dos grandes arcos fajones de la
nave, simple el uno y doblado el
otro, de los cuales este segundo
tal vez fue el de triunfo primitivo. En el siglo XVIII la cabecera fue alargada, agregándose otra
capilla mayor y un nuevo arco
para acceder a ella. Son varios
los retablos, destacando el principal, barroco aunque sobrio,
con nobles columnas estriadas.
Colgada del muro, a la izquierda, hallamos la ya citada figura
del Cristo de la Veiga. Es una escultura muy ruda, catalogada como románica. Muestra al Redentor muerto, pero erguido, con los
brazos horizontales y piernas paralelas. El paño de pureza dispone
de bandas doradas y pliegues geométricos, tan artificiosos como
alejados de una inspiración natural. Dadas esas formas se ha barajado la posibilidad de no ser obra
tan antigua como aparenta, que
hubiera sido tallada por algún carpintero o devoto local, no muy habilidoso, en tiempos mucho más
cercanos.
X / dominical
LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011
Iñaki Gabilondo / Periodista
«Soy el contemporáneo perfecto, he
vivido los momentos clave en la edad
justa y desde una posición muy buena»
● «Cuando llegó a la presidencia, José María Anar pidió a Cebrián y a Polanco que nos
despidieran a mí y a Haro Tecglen, pero no le hicieron ni caso» ● «Felipe y el líder del PP se
odiaban, han traspasado ese odio a los partidos y los medios afines se han sumado a la batalla»
✒ Andrés Montes
Iñaki Gabilondo (San Sebastián, 1942)
conserva buena parte de la popularidad que
proporciona el haber sido durante años el
número uno de la radio en España. Con el
cierre de CNN+, la cadena de televisión por
la que dejó la SER, se ha quedado sin soporte mediático, aunque eso no supone, según
manifiesta, haber dejado de estar en activo.
El Gabilondo entrevistado es igual de ágil
que el Gabilondo entrevistador y aquí reflexiona sobre su trabajo y sobre lo que le ha
tocado vivir.
—Su libro se titula «El fin de una
época». ¿Qué época es esa que termina?
—Termina una época. Creo que todo el
mundo está de acuerdo en esto. No tiene que
ver conmigo, es un hecho objetivo. Yo soy
una especie de contemporáneo perfecto,
como si fuera una persona diseñada para
vivir los momentos clave en la edad exacta
y desde una posición muy buena. Tuve
mucha suerte. Viví la llegada de los
«Beatles» con veintiún años, Mayo del 68
residiendo en París recién casado, el 23-F en
la televisión, el 11-M ante el micrófono, la
llegada de las voces que venían del exilio en
«Hora 25», pasando todos por allí, la
modernización de China con Deng Xiaoping, estando allí en la plaza del Pueblo...
Termina una época y parece que también es
justo que a mí se me acabe y empiece un
tiempo nuevo. Es un momento muy evidente de un mundo que se despide, aunque no
sepamos lo que vendrá después, y parecía
una buena ocasión para hacer una recapitulación, sobre todo, dirigida a la gente más
joven que empieza en el periodismo, por
parte de alguien que lleva 45 años de vida
profesional, alguien que, además, es, de
profesión, contemporáneo.
—¿Cómo se lleva, después de trabajos
muy intensos y absorbentes, vivir al margen de los medios?
—Es que no vivo al margen de nada.
❜❜
Me dejé llevar por la
ira con Aznar. Fui muy
duro con él durante su
segunda legislatura, le
pedí perdón mi último
día en la SER
Estamos en un viaje
hacia la superficialidad
y hacia la información
altamente digestiva
El descrédito de los
políticos y el de los
periodistas son dos
caras del mismo
descrédito
Tengo mucho trabajo, estoy haciendo
muchas cosas y voy a seguir haciendo
muchas cosas más. No tengo para nada la
impresión de haber cerrado una vida profe-
SOLUCIONES A LOS PASATIEMPOS
sional. He cerrado un tiempo muy claro,
pero ni por lo que estoy haciendo ni por lo
que tengo sobre la mesa para hacer tengo la
impresión de estar despidiéndome de nada,
salvo de un modelo de vida profesional que
va a ser sustituido por otro. Pero sin ninguna melancolía. Empiezo otro tiempo que
será el último, seguramente.
—¿Qué sensación le queda cuando el
que ha sido su último medio, CCN+, cierra y ese hueco lo cubren con el «Gran
hermano» sin interrupción?
—Ya no está, lo han cambiado.
—... Pero esa sustitución fue como una
metáfora de la época.
—Son cosas que ocurren. Vasile (consejero delegado de Telecinco) no tuvo nada
que ver con el cierre de CNN+, que fue una
decisión de Prisa, pero se quedó con el canal
y en el primer segundo puso eso. A lo mejor
podía haber esperado un poco en lugar de ir
por derecho a sus cosas, pero es un punto de
vista, él es muy dueño de hacer lo que le
diera la gana. Es cierto que, al hacerlo así,
ese segundo se convirtió en una especie de
metáfora perfecta de muchas cosas. Una
metáfora bastante estruendosa de algo que,
por otra parte, no es ninguna novedad. Estamos viviendo un viaje, que a todo el mundo
le parece digno de ser observado con cierta
inquietud, hacia la superficialidad, hacia la
simplificación y hacia la información altamente digestiva.
—Da la impresión de que las grandes
empresas mediáticas cometieron el mismo
pecado que todas, crecer de forma desmesurada sobre bases endebles, y ahora lo
paga el periodismo.
—En este momento todo es economía y
todo es prosa, no hay poesía ninguna. Actividades como la nuestra, que tienen un componente activo de tipo humanista pero que se
sostienen sobre estructuras industriales de
gran peso ahora están sufriendo esa descompensación. La lógica del gerente, como yo
digo, la lógica de la industria se lleva la energía de todas las empresas, dada la realidad
del mundo y la magnitud de la crisis. La
comunicación se lleva una parte mínima de
la energía de la actividad empresarial, que se
proyecta sobre la actividad económica y
sobre la manera de sobrevivir. Eso es el
resultado de que lo económico se haya apoderado de todo, nada importa salvo eso, y la
crisis lo ha agudizado más. Empezar a hacer
reproches tontos a las empresas sería una
simpleza. Es una bomba atómica que ha
caído sobre todos.
—... Pero una vez más los periodistas
sucumben ante los contables.
—No sé si una vez más, pero pocas veces
de una manera tan clara. Los periodistas y
los contables en una actividad como la nuestra hemos nacido para vivir juntos, y siempre
ha sido así. Nuestro oficio necesita una
industria, y ellos y nosotros queremos vender el mayor número de ejemplares y que
nuestro trabajo se difunda lo más posible,
pero siempre hubo distintas lógicas, y en
estos momentos la lógica del gerente se lleva
toda la energía. La otra lógica está perdida.
No hay batalla.
—Da la impresión de que el periodismo
nunca estuvo amenazado desde tantos
frentes, la coyuntura económica, el cambio tecnológico...
—El cambio tecnológico no me preocupa tanto, surgirá otro modelo de negocio,
que es lo que está en crisis. No albergo ninguna duda sobre el sentido del periodismo
en la época de internet, porque, a toda velocidad, se está descubriendo lo importante
que es este oficio para la ordenación, esclarecimiento, contextualización y hacer inteligible lo que ocurre. Lo que más me preocupa es que el periodismo no construya un
parapeto ético que lo defienda de las asechanzas del mundo que viene y que dentro
de muy poco se convierta en una rama más
de la publicidad o de la propaganda. Como
no haya ese parapeto ético, toda esta lógica
económica de la alta rentabilidad puede ir
empujando hasta convertir el periodismo en
una caricatura, una insignificancia, como
ahora ya lo es en ocasiones. El periodismo
va a tener que hacerse fuerte en la ética.
Ésta es la época en la que los periodistas
menos sabemos lo que tenemos que contar.
No reflexionamos sobre eso, estamos todo
el día pensando en las empresas y en los
cacharritos, pero hemos dejado de lado el
pensar sobre lo fundamental de nuestro trabajo.
—Los malos tiempos pesan mucho.
—Sí, pero estos momentos no son más
que un tiempo, al que cometemos la equivocación de darle un valor de fijeza que luego
no tiene. Yo he vivido setenta momentos,
algunos de los cuales parecía que iban a
determinarlo todo, y luego no fue así. Esto
saldrá por algún sitio seguro.
—Con crisis o sin ella, lo que no parece
que decaiga es el encono mediático.
—Hace ya mucho tiempo que no sé si es
un encono mediático o es el encono de algunas personas que están construyendo su
negocio en torno a ese encono. Las empresas
viven sus tensiones y sus rivalidades por la
cuota de mercado, pero gran parte de esa
tensión periodística no está relacionada sólo
con eso, sino con el encono añadido de las
llamadas estrellas mediáticas, que libran una
batalla por el estrellato como las estrellas del
fútbol o del rock and roll. Es una equivocación medir eso como una cuestión sólo ideo-
Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO
dominical / XI
Pilates
Iñaki Gabilondo./FOTO NACHO OREJAS
lógica. Tiene un componente ideológico,
pero está disfrazado de ideología un combate que es puramente estelar, de notoriedad, de éxito, de dinero. Queda mucho
más noble decir que hay un enfrentamiento
ideológico que decir que hay un enfrentamiento de estrellas librando una batalla por
su negocio. Y éste es un aspecto que se ha
analizado muy poco y que poca gente ha
visto así. Por poner un ejemplo, la COPE ha
vivido muchos enfrentamientos que la propiedad de la cadena no tenía interés en
librar y, pese a ello, la Conferencia Episcopal estaba en el centro de la bronca.
—¿Cómo se mueven los flujos, la tensión mediática caliente en el patio político, o es a la inversa?
—Creo que todo empezó en la política.
España es un país muy difícil, diría que
incluso peligroso. Aquí los líderes se han
odiado. Felipe y Aznar se odiaban. Eso ha
llevado a los partidos a odiarse y ha llevado
a los medios afines a sumarse a esa batalla.
Todo se envenenó porque se ha elevado de
grado, ha habido más que discrepancias.
Suspiro por el día en que los partidos políticos se enfrenten como adversarios y los
medios como rivales y la gente los vea
como afines sin más. Esto quizá sea consecuencia de la propia juventud de nuestra
democracia y de los procesos que aquí
hemos vivido a gran velocidad, sin digestión. Pero todo esto ha hecho mucho daño.
El descrédito de los políticos y el de los
periodistas son dos caras del mismo descrédito. En todo el mundo los periodistas tienen afinidades ideológicas, y eso no es
incompatible con su independencia. En lo
que se refiere a esto estamos en una etapa
levemente predemocrática.
—El ámbito de la política parece carecer de normas elementales, las reglas de
juego sólo existen cuando conviene.
—Si te pones optimista piensas que
hemos crecido más aprisa que el traje
democrático y que por eso le salen costurones. Si te pones pesimista piensas que no
tenemos arreglo. Los partidos tienen que
hacer una revisión profundísima de todo, el
periodismo también, el sindicalismo, las
empresas..., hemos sido atropellados por
este cambio enorme. La mayor prueba de
inmadurez democrática es que la gente vote
a los corruptos. Si el corrupto no sólo no es
castigado, sino premiado como víctima de
la persecución del adversario es que alguien
no ha entendido bien de qué va esto.
—¿Esa aceptación del beneficio personal a costa de lo que es de todos no estará
arraigada en el hecho de que vivimos ajenos al valor de lo público?
—Lo que es de todos no es de nadie, lo
público no existe. Esa idea se la hemos
transmitido a los jóvenes. A veces somos
muy severos con nosotros mismos y en
poco tiempo, en términos históricos,
hemos hecho muchas cosas: un cambio
democrático, una nueva estructura territorial, un salto brutal a la modernidad. Todo
ello sin un acompañamiento equivalente
desde el punto de vista educativo y formativo. España es un país que no tiene
todavía bien digerido todo lo que ha vivido.
No somos conscientes de lo que nos ha
pasado.
—¿José María Aznar fue el entrevistado que más se le resistió?
—Lo entrevisté 23 veces y no volví a
hacerlo desde el momento en que él fue presidente del Gobierno y se enfadó con el
grupo Prisa. Antes de eso, terminaba todas
las entrevistas preguntándole si iba a ser
presidente, a lo que él siempre contestaba
que sí. Y hubo una sorpresa grande para mí,
algo que no sabía y que cuenta Juan Luis
Cebrián en el prólogo a su libro «El pianista en el burdel». Ahí relata que cuando
Aznar llegó a la Moncloa le pidió que nos
cesara a Eduardo Haro Tecglen y a mí. Se lo
pidió a Cebrián y a Polanco, que ni le hicieron caso ni me lo contaron en su momento.
Eso fue una sorpresa, porque yo siempre
atribuí el rechazo de Aznar como la parte
que me tocaba de un rechazo al grupo, no a
mí, porque tampoco le daba entrevistas a
Carlos Llamas. Fui muy duro con él durante la segunda legislatura. Cuando me despedí de la SER, el último día pedí perdón
por mi ira contra Aznar. No me arrepiento
de la crítica, pero sí de una ira por la que no
debía haberme dejado llevar, me encrespaba su actitud ante la guerra. Eso fue un
error.
—¿Cómo convive el periodista con el
hermano ministro?
—Muy bien. Somos nueve hermanos
muy unidos, una familia extraordinaria. Y
entre esos hermanos algunos somos, además, amigos, como mi hermano Ángel y
yo. Esa circunstancia (que sea ministro de
Educación) no ha alterado nuestra relación
ni la intensidad de ese contacto ni nuestras
conversaciones. Siempre nos hemos respetado todos mucho en mi familia.
«Tesaer» I:
El bromista
Es un ejercicio intermedio que se basa en la articulación
de la columna, la potenciación abdominal, y en la
integración-disociación de movimientos, el equilibrio y la
estabilidad de la columna, pelvis y caderas
✒ Nieves
Álvarez (*)
Promueve la
articulación secuencial de la
columna.
POSICIÓN INICIAL:
Túmbese boca arriba y estire
las piernas formando un ángulo de 45 grados, con los
brazos por encima de la cabeza alineados con las orejas.
Ancle la espalda en la colchoneta con los abdominales
hacia dentro y hacia arriba.
Inspire. Haga ascender la
columna, alargue los brazos
hacia las rodillas, los tobillos
y los dedos de los pies. Eleve
los brazos hasta dejarlos verticales y colóquelos junto a
las orejas para estirar los costados. Mantenga quietas ambas piernas.
Espire. Descienda la espal-
da de forma controlada, con
ambas piernas quietas. Estírese y alargue las manos y las
piernas todo lo que pueda
mientras se desliza hacia
atrás.
REPETICIONES: 3-5
SIMPLIFICACIONES:
Siéntese formando una V con
las rodillas flexionadas y sujete la parte posterior de los
muslos. Descienda y suba. A
continuación extienda las
piernas. Doble las rodillas,
siéntese formando una V y
repita.
PRECISIONES:
—Utilice el powerhouse
para elevarse en lugar de darse impulso.
—Mantenga el peso equilibrado entre ambos huesos
coxales y ambos lados de la
columna.
—Estire los costados del
cuerpo mientras levanta los
brazos.
Conecte los hombros, los
omoplatos y las costillas.
—Los brazos se estiran paralelos a los muslos, con las
palmas hacia delante. Evite
mover los brazos para levantarse.
—Mantenga las piernas totalmente quietas y al nivel de
los ojos (formando un ángulo de 45 grados).
ESENCIA:
Músculos activos: el transverso abdominal para aplanar
el abdomen y estabilizar la
región lumbopélvica, las fibras profundas del suelo pélvico para ayudar a activar el
transverso, el recto abdominal y los oblicuos concéntricamente al rodar hacia arriba,
excéntricamente al rodar hacia abajo, los flexores de las
caderas concéntricamente al
rodar hacia arriba, excéntricamente al rodar hacia abajo,
los estabilizadores de las escápulas.
¡ATENCIÓN! Con los
problemas de la parte inferior
de la espalda.
RECUERDA. Consulta con tu médico antes de comenzar a practicar
cualquier tipo de ejercicio físico, más aún si sufres alguna patología
(*) Especialista en Pilates. Centro Pilates.
XII / dominical
LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011
Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO
dominical / XIII
XIV / dominical
LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011
En forma
Los riesgos radiactivos
✒ Martín Caicoya
Médico
«Uno debe concluir que de estos experimentos la sustancia fosforescente en cuestión emite rayos que atraviesan el papel
opaco y reducen las sales de plata». Son
palabras con las que Henri Becquerel finalizaba su exposición en la Academia de
Ciencias Francesa el 24 de enero de 1896.
Acababa de hacer público su descubrimiento de la radiación. Ocurrió mientras intentaba entender el fenómeno descrito por
Röentgen un año antes, los rayos X. Para
hacerlo, investigaba la fosforescencia de las
sales de uranio. Fue un hallazgo casual por
el que recibió el premio Nobel junto con
Marie Sklodowska-Curie y Pierre Curie.
Ella todavía iba a recibir otro premio
Nobel, esta vez de Química, en 1911.
Hay que distinguir radiación ionizante,
como rayos X, rayos gamma o las bombas
de protones que se emplean en radioterapia, de las otras formas de radiación como
microondas, ondas de radio, infrarrojo.
Estas últimas transmiten energía térmica,
simplemente calientan, más o menos profundamente. La radiación ionizante produce daños estructurales y químicos a las proteínas y los ácidos nucleicos.
Todos recibimos radiación, de media
unos 3,60 mSv (milisieverts, la medida de
la dosis de radiación absorbida por el organismo), la mayoría proviene del radón, un
elemento natural que al degradarse suelta
energía radiactiva. La otra fuente importante es la médica. Por ejemplo, una radiografía de tórax produce de 0,06 a 0,11
mSv pero un escáner hasta 8 mSv. Bastan
100 mSv para producir depresión de la
médula ósea: unos 10 escáneres. Recuerden que nuestras células sanguíneas tienen
una vida muy corta, entre una semana y
algunos meses. Se fabrican continuamente
en la médula ósea. Es lo que llamamos el
tuétano. Hay que distinguirla de la médula
espinal que es el conjunto de haces nervios
metidos dentro de la columna vertebral
por los que circula las corrientes que van
desde el cerebro a todo el cuerpo transmitiendo sus órdenes y desde todo el cuerpo
❜❜
Las células más sensibles
a la radiación son las de
la piel, el intestino, la
sangre y las gónadas
al cerebro llevando información de dolor,
posición, temperatura, presión, etcétera.
Volviendo a la radiación, naturalmente
nadie se hace 10 escáneres seguidos, pero
como se acumula la dosis, esta tecnología
médica es una fuente importante de patología. Y una bendición para el diagnóstico
y el seguimiento de muchas enfermedades. El caso es emplearla bien.
La dosis letal mínima es 1 sievert (Sv) y
nadie sobrevive con 10 Sv. Cómo afecta
una dosis menor de 10 Sv depende de la
susceptibilidad individual y la intervención médica; antibióticos, transfusión, citokinas, trasplante.
La radiación ionizante además de actuar
directamente en las proteínas y ácido
nucleico, afecta a otras moléculas como el
agua, de manera que producen radicales
libres. Ya se sabe que los radicales libres
son los efectores finales en la cadena del
daño biológico. La idea de tomar antioxidantes se basa en que teóricamente los neutralizan, pero en la práctica no hay pruebas
sobre su utilidad.
Dado que las dianas son las proteínas y
el ácido nucleico, los elementos estructurales y germinales son más sensibles a la
radiación las células que se dividen rápidamente como las de la piel, el intestino y
aquellas que tienen un potencial de maduración importante, como las hematológicas, las gonadales o las del cartílago de crecimiento.
La dosis de radiación que uno recibe, si
está expuesto habitualmente como ocurre
con los radiólogos, se mide con un dosímetro. Cuando sobrepasa una cierta cantidad, que no suele ocurrir, se le manda descansar. El grado de exposición al que estuvieron personas ante una situación
accidental se puede conocer de varias
maneras, una es observando los marcadores biológicos, especialmente el daño cromosómico.
Tras una exposición masiva se produce
el síndrome agudo que afecta a la piel, el
sistema nervioso, el pulmón, el intestino y
la sangre. Se puede predecir la dosis recibida en función de su magnitud. Por ejemplo, un sistema nervioso muy afectado
anuncia mucha dosis y mal pronóstico. Los
efectos tardíos de la radiación, que pueden
tardar muchos años en aparecer, son cánceres, especialmente leucemia y tiroides,
retraso en el crecimiento, cataratas, infertilidad y anormalidades fetales.
Hay cuatro fases en el síndrome agudo.
El prodrómico, que dura desde 24 horas
hasta 6 días, comienza con náusea, vómitos, diarrea, fiebre o apatía. Si la dosis fue
alta se producirán los temibles daños del
sistema nervioso, intestino, piel y sangre. El
riesgo de muerte es elevado y las intervenciones médicas pueden modificarlo. Si
sobrevive puede entrar en una fase latente
con mejoría de los síntomas. Seguidamente
ocurre una debacle inmunitaria. Los que
resisten el acoso de los microbios suelen
arrastrar un sistema inmunitario alterado,
susceptible a infecciones. Además, están
amenazados por los efectos tardíos ya mencionados. Un panorama desesperanzador.
La técnica no es buena ni mala. Simplemente nos hace más poderosos, más capaces de transformar el mundo. Pensar que la
naturaleza es sabia y que hurgarla, removerla, tiene consecuencias perniciosas es
una falacia. Todos los seres vivos transforman la naturaleza y todo lo que hacen es
naturaleza. Es el uso de la tecnología, que
depende nuestra inteligencia y valores, lo
que hace buena o mala.
Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO
dominical / XV
Libros
Discos
por Francisco García Pérez
por Solana
Hay que educar a los
papás y a los profes
Las propuestas de José Antonio Marina para
formar el talento
Tras casi cuarenta libros sobre el ingenio y
su refutación, la inteligencia, los sentimientos,
el lenguaje, Dios y el cristianismo, el amor, la
ética, la lectura, la convivencia, el miedo, la
política, el deseo... solo o en compañía de otras
y otros, el antiguo catedrático de Enseñanza
Secundaria de un Instituto de la sierra madrileña y también horticultor (no estoy de broma:
«Soy escritor e inventor de berzas», acaba de
declarar, orgulloso de los progresos de su crucífera «Emperatriz de las Jaras») y también
conferenciante José Antonio Marina (Toledo,
1939) ha decidido que su proyecto vital es, en
definitiva, la educación («la actividad fundacional de la especie humana»), y que sus trabajos anteriores fueron solo preparativos para
el magno proyecto de la Universidad de Padres, que desarrolla con gran éxito de matriculados (y con lista de espera abrumadora), dirigida a los docentes y papás de chavales hasta
16 años, hasta el fin de la ESO podría decirse.
Al tanto de que sin internet somos poco, «La
educación del talento»
puede considerarse una
especie de programación
general (o casi un currículo) de lo que se estudia en
la UP, por lo que se completa en la web www.loquepadresydocentesdebensaber.es.
En letra negrita, centrado y en párrafo independiente (muy pedagógico),
va Marina desgranando la
esencia de su trabajo («lo
que nos interesa lograr es
el GRAN TALENTO, que
nos permite utilizar bien
nuestras destrezas y capacidades para dirigir nuestra acción hacia una vida
lograda»), a base de definiciones: «La función
principal de la inteligencia
es dirigir bien el comportamiento, aprovechando
para ello su capacidad de
asimilar, elaborar y producir información»; el progreso es la suma de las habilidades innatas, un proyecto y el entrenamiento
correspondiente (hay una
lista en la página 181 donde Marina explica los nueve puntos en que, a
su juicio, ha progersado la humanidad); «una
persona es lo que es más el conjunto de sus posibilidades»; la motivación es el deseo unido a
las expectativas y los facilitadores»; «hay un
modo pasivo de recibir la información y un
modo activo, que incluye cualquier dato dentro de operaciones de comparación, relación,
interrogación, etc.». ¿Les parecen a ustedes
muy generales, muy vagas, muy verdades de a
perrona (que a mí, sí), pues fíjense en esta, destacada asimismo en negritas: «Una gran parte
de nuestra actividad mental es inconsciente.
Solo se hacen conscientes algunos de los resultados de esa actividad». En fin, menuda novedad. Sin embargo, para que no creamos que
todas estas máximas son ocurrencias de Marina una tarde cualquiera, se apoya el autor en los
expertos (hay una sección en cada capítulo titu-
lada «Conversando con expertos») y que aprecio como la mejor aportación del libro, pues nos
facilita nombres, pistas y líneas de investigación
sociológica, pedagógica o psicológica (pobre
Freud, ya ha quedado convertido en solo un
«pesimista») que van desde muy conocidos (y
cuya mala interpretación, en algunos casos,
tanto daño ha hecho en la enseñanza) como el
gran Aaron Beck (lean, por favor, la síntesis
de su pensamiento en las páginas 118-119 y líbrense así de muchos disgustos: ¿por qué se
leerá tan poco a Beck, con la de problemas cotidianos que soluciona?), cuyas premisas me
parece la base de todo el libro, hasta el optimista Seligman, el precoz Vigotsky, el genial
Hayek, el inevitable Skinner... un montón de
ellos.
Cada uno de los ocho capítulos se inicia con
una parte, digamos, teórica, a la que siguen la
citada charla con expertos (que más que charla es una enumeración de logros de cada uno),
otra parte dialogada entre Marina, madres, docentes, adolescentes, profesionales («Fuego de
campamento», qué título
más inquietante por sus
resonancias políticas antiguas para los que somos
mayores), y una breve
síntesis final («De la teoría a la práctica»). No
obstante, la base de toda
la argumentación mariniana ya se establece desde el principio. Todas las
personas contamos con
una «inteligencia generadora» (la que produce
ideas, la fábrica) cuyo torbellino productivo queda
en manos de la «inteligencia ejecutiva» (la que
decide cuál entre todas)
para que, al final del proceso, podamos, mediante
los «criterios de evalua«La educación
ción» ver si la cosa ha redel talento»
sultado. Hay, pues, que
inhibir el impulso, deliberar y decidir, si quereJosé Antonio
Marina
mos conseguir la feliciEd. Ariel, 2010
dad, «la armoniosa satisfacción de nuestras tres
188 páginas
grandes necesidades: el
bienestar, la vinculación
social, la ampliación de posibilidades». Todo
muy fácil de teorizar, claro. Porque creo que
los padres y docentes, los destinatarios de este
libro y de sus ramales en la web, van a encontrar estímulos en su lectura (cómo no, pues
Marina es un habilísimo comunicador: lo que
Eduardo Punset es a la ciencia quiere serlo
nuestro JAM a la educación), anécdotas con
moraleja, cuentos chinos (dicho sin ninguna
intención despectiva, sino literal) y una creencia muy plausible en que la cosa educativa
puede mejorar si nos ponemos a ello. Pero no
puedo dejar de preguntarme: ¿Puede aplicarse
todo lo dicho a todos los chavales de hasta 16
años o solo a los que viven en este balneario
que es el primer mundo y, dentro de él, a los
más favorecidos por la fortuna económica y
afectiva? Mis más de treinta años enseñando
me dejan escéptico, qué le voy a hacer.
CLARE MAGUIRE
Life after dark
Regresan las voces, las solistas vuelven a estar de moda en el Reino Unido. A las consagradas Adele, Florence Wells o la polémica Amy Winehouse se suman las nuevas reinas del electropop –Little Boots, La Roux– o la baladista Marina Lambrini Diamandis –Marina & The Diamonds–, en cuya liga ya destaca esta jovencísima Clare Maguire con su debut «Light alter
dark», toda una exhibición de voz, potente, clara y rica en matices, aunque sometida a un repertorio –del que es
coautora– donde mandan las baladas de melodía facilona mecidas por coros extravagantes, textos simplones en
busca de la emoción fácil y pretensiones pseudo-operísticas. Todo un alarde innecesario para mostrar lo evidente:
una gran voz que ganaría con el riesgo, más allá de este tono retro ochentero con algo de electrónica para salvar el
disco. Una promesa a tener en cuenta.
MIGUEL CAMPELLO
Chatarrero
El Bicho salió de la madrileña Escuela Popular de Música de Guillermo McGuill abanderando el «flamenco-fusión», un revoltijo sonoro y festivo donde rumbas, tangos y bulerías sonaban entrelazadas con jazz, rock, ritmos afro y cadencias magrebíes, un batiburrillo hecho con
gusto y sentido preciosista que contó con colaboradores de lujo –de Tino di Geraldo a Carles Benavent o Jorge Pardo– y dio para tres discos de éxito. Su voz, Miguel Campello, se estrena en solitario con un
trabajo continuista aunque «Chatarrero» –llamado así por el oficio de su abuelo; como él recogió y recicló material
que no encontraba hueco en la banda por el marcado tono personal–, ofrece un mayor acercamiento al pop, un
sesgo más intimista, la cara más relajada de su sonido que tirando de «flamenquito» lo lleva a terrenos progresivos
sin llegar al desparrame. Canción de autor para escuchar sin prisas.
IRON & WINE
Kiss each other clean
Paso a paso, disco a disco, la música de Sam Beam va ganando en variedad, complejidad estilística y enriqueciéndose instrumentalmente, y lo que comenzó –«The creek drank the craddle»,
2002– como un áspero ejercicio folk grabado en su estudio casero sólo con voz y guitarra, pura
expresión al estilo pionero, fue innovando –en la voz, superando el monótono susurro; en la producción, matices y texturas transformaban el sonido plano; en la instrumentación, ganando en sofisticación: no sólo guitarras, también slide, o cítaras– hasta convertir Iron & Wine en una banda con sello de identidad. «Kiss each other clean»
lejos de encasillarse añade el gusto por las armonías y le sale un soft-rock amable y acogedor, sin aristas, medido instrumentalmente –con la aportación de músicos de Califone o Doveman– y de textos que beben de la tradición. Música
de raíces sin complejos explorando su cara más popular.
QUEEN
Greatest Hits I–II, Remastered
Durante dos décadas esta reinona excesiva lideró audiencias de forma absolutista con la
autoridad de quien había resuelto el desconcierto que en el negocio discográfico produjo la
separación de los «Beatles». La desorientación trajo un revoltijo rockero –ampuloso sinfonismo, vanguardismo progresivo, glam divertido y anfetamínico, la tabula rasa punkie, …– que
Freddy Mercury y los suyos solventaron sobrados. Estos «Grandes Éxitos» –el primero publicado en 1881, en 1991 el
II–, ahora con sonido actualizado, evidencian su grandeza dominando todos los palos, de la balada –«Play the game»–
al rock de estadio –«We are the champions»–; del heavy –«We will rock you»– al bacile retro –«Fat botton girls»–, el
funky discotequero –«Another one bite the dust», «Under pressure»– o medios tiempos poperos –«Somebody to love»–,
y hasta una obra maestra, «Bohemian Rhapsody», que los contiene a todos. Inmensos.
MOON SAFARI
Lover’s end
Imaginen un paisaje sonoro estival y onírico, como si Brian Wilson y Yes se encontraran
ocasionalmente con los Génesis de Peter Gabriel. El cuadro se llama Moon Safari, los
artistas son suecos y conjugan con naturalidad sorprendente melodías canónicas, sinfonismo setentero, armonías blancas –«Beatles», «Queen»– y progresivo que no se pierde
en soliloquios ni ensimismamientos virtuosos. El resultado es pop luminoso, amable, sin aristas, que siendo
elaborado resulta ameno, como dulce no empalaga y resultando un pastiche más en este mundo recauchutado suena fresco. «Lover’s end» es su tercer álbum, mantiene una línea continuista aunque aligera minutaje en
los temas, presta más atención al ensamblaje estilístico y mima, aún mas, las armonías. Otra burbuja que hace
¡Pop! Una agradable sorpresa.
R. E. M.
Collapse into now
A la vejez, viruelas; a la madurez, intensidad juvenil y melodías intemporales, como si el trío de
Athems, de repente, hubiese superado la amnesia musical que durante una década sólo produjo
álbumes hiperproducidos y alejados de aquella pócima a base de punk, folk y psicodelia, envuelta en una actitud humanista que los convirtió en reyes del rock alternativo. «Accelerate», 2008, ya
implicaba un regreso a lo crudo, a los temas de dos minutos con las guitarras mandando hasta la saturación. «Collapse
into now» –grabado en estudios míticos: los Hansa de Berlín, Music Shed en Nueva Orleans– repite producción con Jacknife Lee y como un muestrario, como si necesitasen recordarnos sus hallazgos, hacen repaso de sus excelencias: rock básico, medios tiempos ricos en armonías y baladas descreídas. Grandes canciones para un regreso esperado.
LUIS EDUARDO AUTE
Intemperie
Extraña verlo de nuevo en los escenarios de nuestra ciudad, pero lleva ya una larga temporada de
gira desde que publicara, el pasado noviembre, este «Intemperie», otra radiografía descorazonadora de nuestro tiempo desde razones poéticas. Ráfagas críticas de un francotirador desengañado que utiliza como metralla la duda y el lirismo, la paradoja y el simbolismo, fruncidos con citas
–literarias o cinematográficas– a sus obsesiones como pintor, cineasta y cantautor; el testimonio del militante del individualismo que sólo confía en la emoción, capaz de la mirada más aguda y dura expresada con suavidad melódica. Un
mundo que lleva desgranando más de cuarenta años –en treinta y dos discos, innumerables exposiciones de pintura y hasta
un filme de animación– en una exploración de las sombras desde el escepticismo.
CLINT MANSEL
Black swan, B. S. O.
Natalie Portman, con su sobresaliente interpretación de Nina –joven y ambiciosa bailarina que
aspira a triunfar con el doble papel estelar del ballet clásico en «El Lago de los Cisnes»–, logró
el «Oscar» a la mejor interpretación femenina y salvó este thriller psicológico del siempre excesivo, y de recursos tan efectistas como repetitivos, Darren Aronofsky. La Portman como prima
ballerina inmersa en una obsesiva batalla entre el delicado e inocente Cisne Blanco, la sensual maldad del Cisne Negro
y la exigencia física del ballet que harán aflorar la pulsión autodestructiva para que Clint Mansel cree una banda sonora que refleje ese estado depresivo deconstruyendo la célebre obra de Tchaikovsky, melódica y rítmicamente, y dotándola de elementos atonales y discordantes con que acentuar el suspense y la progresiva enajenación de la Reina de
los Cisnes. Tchaikovsky de cine.
LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011
XVI / dominical
La historia de la cerámica de la provincia (IV)
Cántaro de
Muelas con más
de 70 años, de la
alfarera Manuela
Miguel Refoyo.
Tinajas de la alfarera perigüelana Julia Domínguez, nacida a
finales del siglo XIX.
Alfarería
para el agua
La importancia de la función de los cántaros propició que se
dictaran normas para su fabricación con una determinada
capacidad en el caso de su uso por los aguadores
✒ Ramón M. Carnero
La importancia del cántaro
en el discurrir de la vida cotidiana, corre paralelo a la importancia de su función: transportar el agua
desde ríos y manantiales a las viviendas y a las
obras que la precisaban.
De ahí que, desde antiguo, su uso estuviera
regulado, sobre todo en las ciudades, lo que, sin
duda, repercutió en las poblaciones menores,
ya que las normas dictadas para su fabricación
obligaban a una determinada capacidad, al menos para su uso en el abastecimiento de agua
por parte de los aguadores.
Las Ordenanzas Municipales de Zamora —
Del Canto de la Fuente, Carbajo Martín, Moreta Velasco, «Ordenanzas municipales de Zamora, siglos XV y XVI»,1991; y Ferrero y
Martín «Los abastos de Zamora», 2006— en
1540, establecen que el lugar donde los «aguaderos» debían coger el agua era «más allá de la
puente hacia las açeñas, o encima de la çuda de
Bracos e de encima de la Puerta Nueva», de no
hacerlo así «los fieles de las calles» les «quebrarían» los cántaros y les impondrían una «pena de seis maravedís», salvo que el agua fuera
para «regar o hacer barro». En estos casos tenían que llevarlos «tapados con estropajos» para que los «fieles de las calles los reconocieran».
En un momento dado obligan a que «los
cántaros que trageren que sea cada uno de seys
açumbres (cada azumbre, unos dos litros) de
media e no más» y le dan un tiempo a los
«aguaderos» para que sea provean de ellos. Y
los que llevaran «cántaros de inferior medida»
corrían el riesgo de ser multados y en caso de
reincidir les podía acarrear «seys días de cárcel». Respecto a la capacidad, las ordenanzas
salmantinas —recogidas por Larruga— en
1581, establecían que «los cántaros que hicieren para los aguadores» fueran «de boca pequeña y de cinco azumbres poco más o menos
y sellados con tapaderas de corcho y no de suela».
Por tanto, la fabricación de cántaros con medidas concretas para los aguadores, sin duda tuvo que influir en toda o parte de la producción;
que en algunos lugares como Carbellino, como
vimos en el anterior artículo dedicado a la alfarería de este pueblo sayagués, llegaron a alcanzar merecida fama, por lo que se registraban
con el nombre del pueblo de origen. En cambio, los que se hacían en Pereruela, algunos po-
Viejos cántaros de Pereruela junto a una niña que sujeta uno de factura actual.
❜❜
Los cántaros de Pereruela
llevan siglos fabricándose,
ya se mencionan en
inventarios y partijas
desde 1410
co menos que negarle la existencia ya que reducen su producción a contados ejemplares en
alguna casa, dándole preferencia a los de Moveros como lugar de abastecimiento.
Hay que recordar que cuando aparecen tar-
díamente algunas alfarerías como las de Moveros, Carbellino, Venialbo, El Perdigón, Cibanal..., los cántaros de Pereruela llevan siglos
fabricándose; pues ya se mencionan en 1410.
Y en algunos inventarios y partijas hechas por
defunción, y algún otro documento de los siglos siguientes, aparecen registros de cántaros
con el nombre de Pereruela. Lo demuestra el
hecho de que de un total de ochenta y cuatro inventarios que hemos visto entre 1530 y 1817,
de algunos notarios de Toro, Fermoselle, Alcañices, alguno de Benavente, y sobre todo de Zamora, y viendo algunos años de cada siglo, hemos encontrado 95 cántaros, de los que 48 no
se les registra el alfar de procedencia; entre
ellos varios cántaros «con soga para sacar
agua». De Toro hemos encontrado uno. De Pereruela 32, de los que diez fueron a las tropas
francesas que ocupaban el castillo de Zamora,
que, además, también se abastecieron de ollas
y baños del mismo lugar. En 1814, el abastecimiento de alfarería de esta localidad, aunque el
documento no especifica piezas, fue para las
tropas portuguesas. De Carbellino 4, como vimos. Y, por último, de Muelas 10.
No hemos encontrado otras denominaciones
de origen. Pero muchos de los que no están
identificados en origen pueden ser de cualquier
alfar, incluso de los que aparecen con registro.
Otra vasija importante, por resultar imprescindible para el almacenamiento de agua, y en
menor medida vino, son las tinajas y los tinajones, aunque alguno haya sido destinado a contener otros productos, por ejemplo garbanzos, y alguna tinaja inutilizada harina. De este recipiente hemos contabilizado 152, de las que 59 no
sabemos lugar de procedencia, 58 son de Pereruela, 24 de Cantalapiedra (Salamanca), 3 de Peralejos de Abajo (Salamanca), 4 de Muelas y 4
con la denominación genérica de «zamoranas».
Como dato llamativo señalamos que en los inventarios de Toro y su Alfoz que hemos consultado, las tinajas con denominación de origen son
de Cantalapiedra y algunas zamoranas. En cuanto a Sayago son de Pereruela, apareciendo también una de Cantalapiedra en Fermoselle.
Por lo que respecta a los tinajones, hay que
aclarar que aunque tinajón es un aumentativo
de tinaja, no se trata de la mayor de las tinajas,
sino todo lo contrario, la más pequeña, al menos en Pereruela. Suponemos que en Cantalapiedra, que junto con Pereruela son los dos pueblos en los que hemos documentado denominación propia, sea lo mismo. Los tinajones
anotados son 25, de los que 19 no tienen reconocido origen, 5 son de Pereruela y 1 de Cantalapiedra.
En cuanto a las vasijas para llevar agua, por
ejemplo al campo y las eras, eran los barriles o
barrilas, botijas, botijones, también algunas
cántaras o cantarillas. Hemos visto que alguno,
a los llamados botijones en Pereruela, los ha catalogado como barrilas. Por eso queremos señalar que en la documentación aparecen todos
los nombres dados anteriormente. Y en la de
Pereruela también aparecen los barriles en dos
ocasiones. Barriles, barrilas y botijones, ¿son
sinónimos? Desde luego los barriles de algunos
lugares y los botijones de Pereruela no se parecen en la forma. De cualquier modo, de todos
los registrados se lleva la palma Muelas con 35
barriles. De Toro hemos encontrado 1, lo mismo que de Zamora, 2 de ¿Gallegos? y 5 sin origen. Respecto a las botijas son 7 y sin denominación, lo mismo que el único botijón. Del popular botijo no hay rastro.
Hay algunas otras piezas de alfarería, que si
bien están relacionadas con los líquidos, su uso
no era para contenerlos, sino para medirlos, como es el caso de los cántaros, medios cántaros,
cuartillas —hemos encontrado alguna de Pereruela— y medias cuartillas, potes para medir el
vino, el aceite, las sal... Todas las medidas, ya
fueran de metal, madera o de barro, si eran utilizadas para vender al público, por ejemplo vino, aceite, vinagre..., tenían que ser revisadas y
contrastadas y luego marcadas por el merino de
la ciudad, que disponía de «quatro limas de hierro para limar los cántaros y demás medidas de
barro», y, además, «un yerro para marcarlas».
Hasta el año 1500 sólo se autorizaban medidas de barro —Ferrer, La Gobierna, 1986—, a
ser posible de mala calidad para que rompieran
antes y así el merino de la ciudad cobrar las tasas más a menudo. Llegando a afirmarse que no
se conformaba ni el ni sus ayudantes, que «aún
en aquello tienen manera con los holleros que
las hagan de mal barro e mal cocidas por causa
que se gasten y quiebren presto». Por último
queremos señalar una vasija de barro, que si cabe está tan relacionada o más que ninguna otra
con el agua: el «arcaduz» —a veces aparece
con «b»; que era un canjilón para noria—, que
hemos documentado junto a crisoles en la Pereruela de la segunda década del siglo XIX. El
canjilón cerámico es una vasija doblemente
globular, con un estrechamiento o cuello que
une las dos «esferas», utilizado para asegurarlo mediante atado a la cadena de la noria.
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