ZAMORA, 27 DE MARZO DE 2011 dominical El guarda mayor Eugenio Sanz, en el aprovechamiento hidrológico de La Flecha. (●) Foto Miriam Chacón Los vigilantes de la orilla La Guardería Fluvial de la Confederación Hidrográfica del Duero cumple 50 años en su función de control de más de 50.000 kilómetros de cauces Rutas a pie por tierras de Zamora A orillas de la rivera de Moralina Iñaki Gabilondo Periodista «Soy el contemporáneo perfecto, he vivido los momentos clave en la edad justa y desde una posición muy buena» delfinario El espíritu de mi tía DELFíN RODRÍGUEZ LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011 II / dominical Los custodios de las orillas «Policías» que no quitan el ojo al Duero La Guardería Fluvial de la CHD cumple 50 años en su labor de control y vigilancia de los 50.000 kilómetros de cauces, una tarea marcada ahora por las nuevas tecnologías y la conciencia ambiental ✒ J. A. Sin quitar ojo al Duero llevan ya medio siglo los integrantes de la Guardería Fluvial, una policía administrativa que se creó en marzo de 1961 para reforzar la tarea de control, vigilancia, tutela y salvaguarda del dominio hidráulico del río que vertebra de este a oeste los territorios de Castilla y León, comunidad que baña, junto a sus afluentes, en un 98 por ciento. El incremento de las funciones, la incorporación de tecnología y medios técnicos, así como de mujeres, marcan su 50 cumpleaños. En el inicio de la década de los años 60, surgió la actual Guardería Fluvial, dependiente de la Comisaría de Aguas. Los primeros 31 guardas fluviales del Duero, todos ya jubilados, asumieron el control de los 50.000 kilómetros de cauce que conforman la cuenca, que inicialmente se dividió en cinco demarcaciones y éstas en distritos, unidades territoriales de menor tamaño. Papel y lápiz, gabardina y gorra, eran prácticamente los únicos medios de que disponían. 50 años después, el guarda mayor de Valladolid, Eugenio Sanz, comparte una mañana de trabajo con un equipo de la agencia Ical. Destaca el salto dado en pocos años. Él se incorporó a la plantilla de la Guardería Fluvial con 22 años. «Entonces era el chico de los recados». Hoy, a sus 48 años, es uno de los más veteranos de la cuenca del Duero. Sus 26 años de carrera profesional –confiesa- le han permitido acumular conocimientos, ampliar su experiencia y, sobre todo, constatar el «salto» dado en materia de recursos y de conciencia ambiental. Recordó que cuando él empezó había quien en zonas rurales, cuando se referían a la Confederación, preguntaban: «¿Quién es esa señora?». Desde 1961, el progresivo incremento de la funciones de vigilancia e inspección del dominio público hidráulico obligó a modificar la división territorial inicial. Con la entrada en vigor de la Ley de Aguas de 1986, la plantilla se amplió a 40 empleados (32 guardas fluviales y ocho guardas mayores). En 2009, Arriba, el Guarda Mayor Eugenio Sanz, junto a la estación donde se almacenan los datos recogidos por el sistema de información de calidad de las aguas de Simancas. A la derecha, Sanz junto a un antiguo punto de vertido y a la izquierda, el Guarda Mayor en la plataforma del sistema de información de calidad de las Aguas de Simancas. (●) Fotos Miriam Chacón se acometió una nueva reestructuración territorial, que dividió la cuenca en 11 demarcaciones, una por provincia, salvo en León y Zamora, donde existen dos. Plantilla De esta forma, en la actualidad la plantilla es de 59 perso- nas, que pertenecen a las escalas de agentes medioambientales y técnicos superiores de Actividades Técnicas y Profesionales. Por demarcaciones, la abulense cuenta con cuatro guardas; la burgalesa, con cinco; la leonesa este, con cinco; la leonesa oeste, con ocho; la palentina, con ocho; Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO dominical / III ❜❜ Cuando se creó la confederación, en 1961, en algunas zonas rurales preguntaban «¿Y quién es esa señora»? La conciencia ambiental de los castellano-leoneses ha aumentado en los últimos años, hay menos sanciones río» por lo que reclamó más «autoridad» para el colectivo de guardas forestales. En su día a día, el trabajo de inspección, que abarca incluso 90 localidades, absorbe el 70 por ciento de su jornada laboral. Acuden a los lugares o puntos necesarios para la toma de decisiones de la CHD, por lo que indicó son sus «ojos». Para ello, se sirven de planos, mapas, información catastral o de las memorias de los proyectos a evaluar. Con todo, recaban datos, que recogen en informes en unos casos, o denuncian una infracción, cuando la afección es ya irreversible, como la extracción de áridos de los ríos. Primera promoción de la Guardería Fluvial delante de la puerta de la sede de la CHD en 1961. (●) Foto Miriam Chacón Funciones Las funciones de vigilancia del dominio hidráulico –incluidas las aguas subterráneasque desarrolla este personal consisten en la inspección del cumplimiento de las concesiones y autorizaciones, así como de las obras que se lleven a cabo por parte de particulares, administraciones o del propio organismo de la cuenca. También, se encargan de vigilancia en situaciones de emergencia por avenidas, sequías o mortandades piscícolas, así como de obtener información sobre los expedientes que se tramitan, así como sobre los cauces que precisan de actuaciones. Respecto a la denuncia de infracciones a la normativa de aguas, éstas se derivan, principalmente, de obras y actuaciones en los cauces y sus zonas de policía sin autorización (100 metros a ambos márgenes), aprovechamientos de agua no autorizados, vertidos, o acumulaciones de materiales susceptibles de contaminar las aguas o de deteriorar el entorno de los cauces. Para todo ello, los guardias fluviales cuentan con la colaboración del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), gracias al convenio firmado en octubre de 1997 entre el instituto armado y el Ministerio de Medio Ambiente. Además, el acuerdo rubricado a finales del año 2009 ha impulsado la actuación de esta «policía» ambiental. Reducción de sanciones la salmantina, con cinco; la segoviana, con cinco; la soriana, con cuatro; la vallisoletana, con seis; la zamorana norteOrense, con cinco y la zamorana sur, con cuatro. Se calcula que de media cada guarda recorre al año unos 22.000 kilómetros. La estructura actual está encabezada por un jefe de servicio, del que dependen el comisario y la comisaria adjunta. En el tercer escalafón de mando se sitúan los guardas mayores, que coordinan el trabajo de los guardas fluviales. A la experiencia de los más antiguos se une la formación, cada vez más completa, de los más recientes, integrando un colectivo que realiza una tarea no siempre agra- dable y casi siempre en condiciones duras. Cámara digital, GPS, portátil y todoterreno El guarda vallisoletano rememoró entre risas que fue uno de los primeros en escribir los informes a máquina, porque había algunos compañeros de más edad que lo hacían a mano con una caligrafía de difícil lectura y una ortografía relajada. Sin embargo, explicó que ahora disponen de oficina en todas las zonas y cada agente cuenta con vehículo todoterreno, cámara digital, GPS y ordenador portátil, así como ropa y calzado específicos de protección frente al agua y bajas temperaturas. Además, sostuvo que la CHD ha apostado por la formación continuada. Como ejemplo, comentó que acaba de realizar un curso sobre diseño gráfico, para llevar a cabo a través de este programa informático los croquis que ahora plasma sobre el papel a mano alzada. También, destacó la apuesta decidida y el compromiso de la comisaria adjunta de la Guardería Fluvial, así como el ingreso de mujeres. Guardianes ambientales «No sales al campo a ver que pasa», dijo Eugenio Sanz, al tiempo que censuró los estereotipos que de su profesión tienen todavía algunos segmentos sociales que creen que saben «donde están los cangrejos en el La conciencia ambiental de la ciudadanía castellana y leonesa se han incrementado, aseguró el Eugenio Sanz, quien subrayó la labor de divulgación del organismo y de la normativa que hace los guardas fluviales. «No sólo ponemos denuncias», dijo. El número de denuncias desde el año 2006 se ha reducido, según fuentes de la CHD, así como la cuantía que oscila entre los 200 y los 300.000 euros. De éstas, consideradas como «muy graves» se contabilizaron dos en 2008 y otras tantas en 2009. Aproximadamente cada año se abren unos 1.800 expedientes sancionadores, de ellos, una «pequeña parte» están vinculados con el uso ilegal de las aguas. De esta forma, la gran mayoría están relacionadas con los vertidos y las ocupaciones del dominio público hidráulico (construcciones). IV / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011 Fermoselle en la historia El callejero que desapareció (y II) ✒ Manuel Rivera Lozano Continuamos hoy con el tema del callejero de la villa. El componer el listado actual nos ha resultado fácil. Hemos acudido a nuestro libro «Fermoselle», también a la guía telefónica aunque carezca de validez oficial, pero con la única intención de que nos sirviera de orientación o afianzamiento de algún dato, a nuestro artículo publicado en «LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA» de fecha 29-10-2006, a una abundante documentación que pacientemente hemos estudiado, perseguido y en muchos casos encontrado, y además de todo ello hemos recibido el asesoramiento preciso del amigo Andrés Cuellar, funcionario del Ayuntamiento, al que agradecemos sus detalles por las acertadas aclaraciones de la realidad de nuestras calles y plazas. En la publicación anterior hacíamos notorio el largo y rico listado del nomenclátor local a lo largo de los tiempos añadiendo alguna otra información y ateniéndonos a la limitación del espacio de una página que tiene a bien concedernos este diario, que ya está bien. Hoy vamos a referirnos al callejero vigente, al que conocemos por figurar sus titulares en placas metálicas o de otro material en las bocacalles de nuestras vías, pero lógicamente incluyendo los cambios aprobados en el último pleno municipal del día 2 de febrero del año en curso, festividad de Nuestra Señora de la Candelaria. El resultado final ha sido el que exponemos a continuación, ordenado alfabéticamente y en número de 47: Almendros, Alto de Santa Colomba, Antonio Regojo Rodríguez, Amargura, Barrancos, Callejina, Corral del Concejo, Diputación Provincial, Doctor Lozano Castro, Eras del Caño, Francisco Galiana Hernández, Hermenegildo Píriz Nieto, Isaac Vaquero Fernández, Gonzalo Martín Flores, Guapo, José Luelmo Flores, Juan de la Encina, Laguna, Maestro Isidro Cabezas, Manuel Luelmo Díez, Manzanal, Mesón, Moralina, Muladares, La Nogal, El Noval, Olivos, Palombera, Las Peñas, plaza de la Iglesia, Portal del Villar, La Portilla, Portugal, Pozo Mergúbez, Raúl Garrido Seisdedos, Rincón del Castillo, La Rodera, La Rumía, San Albín, San Juan, Subida de las Fontanicas, Tablao, Tellerinas, Tenerías, Terraplén, Torrejón y Zamora. En su conjunto responde a denominaciones antiguas o ligadas al devenir de la historia y muchas de ellas con bastantes siglos a cuestas, nombres propios de la orografía o relieve, como Barrancos, Peñas, Subida de Santa Colomba o Terraplén, relacionada con los oficios que nos lleva a épocas gremiales, como Eras del Caño, Mesón, Tenerías o Tellerinas, el cerco amurallado de la villa todavía se recuerda con Portal del Villar, La Portilla, Rincón del Castillo o Torrejón (y no Torojón como algunos quieren imponer), la vida municipal, con Corral del Concejo o Diputación Provincial. No son muy abundantes los nombres religiosos, pues solamente contamos con Amargura, Santa Colomba, plaza de la Iglesia, San Albín y San Juan, en otros casos es el hecho, el objeto o el lugar, tales como Almendros, Laguna, Manzanal, Muladares, La Nogal, Olivos o Pozo Mergúbez y solamente contamos con el nombre toponímico de Zamora. Hay nombres recientes en el callejero, más o menos reconocidos, cuyo registro ignoramos si es oficial, así encontramos Almendros, Manzanal, El Noval, Olivos, La Rodera o Tablao, que corresponden a nuevas calles surgidas de la reciente expansión local. Y entre todas tenemos una calle que llama la La plaza de Sagasta pasa a ser Francisco Galiana. En la foto aparece el muy recordado alcalde Honorario Perpetuo junto al párroco Ángel Peláez y el coadjutor. También aparecen Antonio Regojo, el sacristán Ramiro Maldonado, los funcionarios municipales y demás público asistente. Año 1963. ❜❜ El Ayuntamiento, el de ahora o el que salga de las urnas, debe legitimar todos los nombres que figuren en el callejero o nomenclátor de la localidad, y de no ser así deben retirarse para evitar equívocos, y será también el momento de afianzar algunos nombres atención, porque es original y muy curiosa, su nombre es «Guapo», sin artículo alguno, que reemplazó en el siglo XIX a otras denominaciones como Triperas, o Herreros, y donde se encontraba el Corral del Tiento, pero también mantenemos otro de siempre, seguramente medieval que no resulta agradable ya que en su placa se lee «Muladares», y no Muradales como figura o ha figurado en alguna ocasión. El titular antiguo referido a nombre de personas es el del Maestro Vicente Isidro Cabezas, que ejerció la docencia en Fermoselle durante muchos años aunque antes de su jubilación se trasladó a Huércal-Olvera. Era natural de Moral de Sayago y casó en la villa, emparentando con la todopoderosa familia de los SerranoFlores. En los inicios del siglo XX se vio honrado con tal distinción, ocupando el letrero Dueñas, calle antiquísima, de siempre, que partiendo de la Plaza Mayor llegaba a la Cruz de la Cárcel. El segundo nominado fue Francisco Galiana Hernández, natural de San Felices de los Gallegos (Salamanca), alcalde de Fermoselle desde 1947 a 1954, delegado comarcal de Auxilio Social, diputado provincial y fue nombrado hijo adoptivo y alcalde honorario perpetuo por su ingente labor en la realización del abastecimiento de aguas. Su nominación sustituyó a la del político don Práxedes Mateo Sagasta, que fue presidente del Gobierno en la restauración de Alfonso XII. En tercer lugar en merecer figurar su nom- bre en una calle correspondió a Antonio Regojo Rodríguez, de la familia de «Los Corales» y su gran mérito se debe a la destacadísima ayuda prestada a Fermoselle en múltiples formas y principalmente a los necesitados, pero le cabe, con todos los merecimientos, ser el primer hijo nacido en la villa que obtuvo tal honor. Le sigue el turno en el orden el más universal personaje que viera la luz en Fermoselle, (o al menos lo era su padre) el inmortal Juan del o de la Encina, pero entendemos que es de estricta justicia buscarle otra calle en consonancia de su categoría. Y mientras, reconocemos su mérito a la «Gran Peña Fermosellana El Pulijón» que lo promovió en su día. El último nominado, hace una media docena de años, ha sido el doctor en Medicina Ángel Lozano Castro, también nacido en Fermoselle pero residente en Salamanca. Y ahora ya vamos a referimos a las nuevas nominaciones aprobadas: Manuel Luelmo Díez, alcalde durante 19 años, y con una larga lista de mejoras conseguidas durante su mandato dará nombre a la Plaza Mayor de la villa, en la que vive. A lo largo de los siglos nunca tuvo otra denominación oficial y menos de persona alguna hasta la guerra civil española que se le impuso el nombre del político asesinado don José Calvo Sotelo, aunque bien es verdad que también fue conocida como plaza Nueva o plaza de los Toros, según consta en la abundante documentación estudiada. José Luelmo Flores, presidente de la Hermandad de Labradores y Ganaderos, concejal en diversos consistorios y alcalde de Fermoselle en los años 60 y tío del regidor actual, dará nombre a la calle en la que tuvo su casa, Requejo, que fue siempre la más larga y la de más números de viviendas, que se iniciaba en la Plaza Mayor y llegaba, hace años, hasta pasado el cuartel de la Guardia Civil, hoy «Casa Rural doña Urraca», y absorbió a la De Arriba, Puerta de Zamora, Arco, Terradillo y Fontanicas. Isaac Vaquero Fernández, también alcalde de la villa en los años 60, (su hijo es en la actualidad concejal) pondrá su nombre a la últimamente llamada Sanjurjo, Subida de Santa Colomba y en otra ocasión Alfonso XIII. Gonzalo Martín Flores, fue Juez de Paz y Alcalde en la década de los años 70, será la nueva denominación de la desaparecida calle José Antonio Primo de Rivera, que nace en la plaza de la Diputación y llega al cruce de «cuatro caminos, Moralina-Fontanicas». Raúl Garrido Seisdedos, primer mandatario del Ayuntamiento ya en época democrática, va a ocupar el callejero de la circunvalación de la villa en la llamada avenida del Generalísimo Franco. Cuñado de Isaac Vaquero. A Valentín Ramos Victoriano, también primer edil, se le propuso para la nueva calle que en siglos pasados se conoció como Corral de la Rueda, que formaba parte de la otrora Dueñas y posteriormente maestro Isidro Cabezas, lugar en el que vive. Y Hermenegildo Píriz Nieto, será el titular de mi calle que también es la suya, General Mola, que ostentó en otros tiempos el título de Libertad y de La Cárcel. Ha sido en varias ocasiones munícipe y otras tantas alcalde electo de su Fermoselle natal. Al menos en una ocasión fue nombrado diputado provincial y por su entrega y dedicación es el más veterano del ruedo político local. ¿Y por qué se excluyeron a los alcaldes Ángel Matos y Paulino Guerra? Cerramos estos comentarios sobre nuestras calles diciendo que alguna suena un tanto mal, hay títulos que no son correctos, otros nombres dicen muy poco y llama la atención la falta de rótulos que perpetúen el recuerdo de fermosellanos ilustres o destacados con los que la villa tiene una deuda pendiente. En otro orden de cosas el Ayuntamiento, el de ahora o el que salga de las urnas, debe legitimar todos los nombres que figuren en el callejero o nomenclátor de la localidad, y de no ser así deben retirarse para evitar equívocos, y será también el momento de afianzar algunos nombres, por ejemplo: Si debe decirse Barrancos o Los Barrancos, Guapo debe figurar sin añadido alguno, el nombre correcto debe ser Muladares, Nogal debe llevar el artículo femenino delante, porque así se dijo siempre en estas tierras de Sayago, Tablao figuraba en otros tiempos Tablado, o el ya referido Torrejón. Para otras ocasiones venideras recordamos a nuestros munícipes que en el barrio de Las Eras del Caño, nombre completo, o de Santa Colomba hay solo dos calles y multitud de menores que carecen de él o que llevan el mismo de la principal y eso es un intríngulis que se debe corregir, sin problemas, confeccionando un banco de posibles titulares que bien podrían ser: Requejo, Rincón de la Castillera, Ronda, Cruz de la Cárcel, Terradillo, Santa Marina, Puerta de Zamora, Reina doña Urraca, Obispo Acuña, Marqués de La Liseda, Religiosos Franciscanos, Hijas de María Inmaculada, La Coronela, Alcalde Ronquillo, Emigrantes, Los Corales, Aduana de la Frontera, Temelde... Como siempre, nuestra colaboración está a su disposición, si lo tienen a bien. Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO dominical / V Premios Nacionales «Flamenco Hoy» 2010 Ganadores 1. Mejor labor de PROMOCIÓN del Flamenco «EL FLAMENCO VIVE» 2. Mejor labor de DIFUSIÓN del Flamenco en medios «JONDOWEB.COM» 3. Mejor LIBRO ALFREDO GRIMALDOS – «Historia social del Flamenco» 4. Mejor DVD MIGUEL POVEDA – «Coplas del querer» 5. Mejor BAILAOR ISRAEL GALVÁN 6. Mejor BAILAORA PASTORA GALVÁN 7. Mejor PRODUCTOR de Disco GERARDO NÚÑEZ – «María Mezcle» de María ‘Mezcle’ 8. Mejor disco INSTRUMENTAL ABDÓN ALCARAZ – «Reikiavik» 9. Mejor GUITARRA DE ACOMPAÑAMIENTO JUAN «HABICHUELA» – «Entre viejos zarzales» de «Cancanilla de Málaga» 10. Mejor Disco de CANTE REVELACIÓN ROSARIO «LA TREMENDITA» – «A tiempo» 11. Mejor Disco de GUITARRA SOLISTA JUAN CARLOS ROMERO – «Agua encendida» De izquierda a derecha, Romualdo Molina, Carmen García Matos, José Blas Vega, Blanca del Rey y Alberto Martínez. 12. Mejor Disco de CANTE MARINA HEREDIA – «Marina» Los premios de la crisis alcanzan un notable alto Miguel Poveda, Israel Galván, Pastora Galván, Gerardo Núñez, Juan Habichuela, Rosario La Tremendita y Marina Heredia, entre los galardonados en las distintas categorías ✒ Félix Rodríguez La décimo segunda edición de los Premios Nacionales de Flamenco tuvo lugar el pasado lunes en el incomparable marco del teatro Lara de Madrid. Sala que fue inaugurada en septiembre de 1880 conservándose prácticamente idéntica desde entonces. Si duda el entorno escénico ha sido uno de los alicientes de la especial noche. Abrió la velada como es habitual, ese mago del periodismo de raza en nuestro país, iniciado en la mítica Radio Vida de Sevilla y proyectado al estrellato internacional a través de la crítica cinematográfica, sin olvidarse del arte excelso. Alfonso Eduardo Pérez Orozco no sólo ha inventado los premios, sino que amén de otros vástagos que se le pudieran reconocer, éstos son sus hijos mas preciados. Su gran obra de senectud, marcando un hito para generaciones venideras. Llamó a escena para entregarle un premio especial a Joaquín San Juan y a Toni El Pelao. No era para menos. Joaquín es el auténtico capitán de barco de esa imprescindible escuela denominada «Amor de Dios», y sin la que sería posible entender el flamenco tal y como hoy lo conocemos. Toda una institución esencial en el devenir de los bailaores y bailaoras desde hace sesenta años. Como el propio Joaquín reconoció al agradecer el premio, treinta y cinco mil horas de trabajo y ensayos anuales, junto a todos los grandes de la escena que han pasado por allí, o bien para perfeccionar su estilo, o bien para impartir docencia. Con él estaba el que es máxima figura del baile de hombre actual, y que tuvimos la excepcional dicha de disfrutarlo en el Festival de Morales del Vino en el pasado 2009 junto a La Uchi, me refiero a Toni El Pelao. La genial bailaora Blanca del Rey sale para entregar galardón a Israel Galván —siempre ausente— y a su hermana Pastora. El premio al mejor libro fue para Alfredo Grimaldos, y mejor que el premiado fue el que le entregó el galardón, una personalidad —la máxima personalidad en el campo de la investigación flamenca— , José Blas Vega. Quien da nombre honorable al Patio del Ayuntamiento de Morales del Vino, lugar de celebración del emblemático Festival de la Tierra del Vino. En el apartado de Alfonso Eduardo promoción ¡Ya era coloca el micro a hora! El reconociLa Tremendita. miento recayó en Alberto Martínez de La Fuente y la gran docente del flamenco para niños, Silvia Marín del «Flamenco Vive». Ambos desarrollan una importantísima labor en divulgación del arte más genuinamente español y Silvia enamoró a los zamoranos el pasado mes de mayo con su espectáculo «Cuatro Estaciones» sobre las tablas del Teatro Principal, mereciendo foto de portada en nuestro diario «LA OPI- NIÓN-EL CORREO DE ZAMORA». Alfonso Eduardo reclama la presencia de Paco Suárez, gitano por los cuatreo cuarterones. Director de la Orquesta Sinfónica de Bulgaria. Un elenco internacional formado por más de setenta músicos, gitanos y no gitanos. Interpretan las partituras de los grandes compositores europeos que se han inspirado en la música flamenca. Entrega el galardón a Abdón Alcaraz por mejor disco instrumental. Marcos Escanez, creador y director de «Jondo Web», además de eterno finalista en varias ediciones, alcanzó el reconocimiento en el apartado de difusión. La nota entrañable de la velada la puso ese «pater nostrum» llamado Romualdo Molina, sevillano ejerciente hasta el morir, y crítico hasta después de muerto. Tío Romualdo dijo antes de entregar el premio «Es mi jefe» —refiriéndose a Marcos Escanez—, Pablo San Nicasio me hace unas entrevistas, y va él y las cuelga, pero no del cuello, las cuelga en internet. Con la esbeltez que exhibe La Tremendita, Alfonso Eduardo tuvo que oficiar como diestro del bricolaje para colocar el micro a la altura de su talle. Lo consiguió a medias. Y más o menos, esta ha sido la crónica de unos Premios Nacionales, que pese a no tener el glamur de otras ediciones, contaron entre sus asistentes con el más importante de la velada, José Blas Vega, los citados anteriormente, y también con Ricardo Pachón, Carmen García Matos, Génesis García, el presidente de la SGAE Teddy Bautista, y otras importantes personalidades del mundo del flamenco y de la música en general. VI / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011 A TI QUE SUFRES. NO TE PREOCUPES, MUJER, EL AMOR VOLVERÁ A NACER PARA TI CON MÁS FUERZA QUE N delfinario DELFÍN RODRÍGUEZ El espíritu de mi prima DE NIÑO VIVÍ UNA NOCHE CON UNA TÍA MÍA. DESCUBRÍ ENTRE GRANDES MIEDOS QUE A MENUDO ERA POSEÍDA POR UN DEMONIO. La frase Si los bancos son nuestros amigos, ¿por qué ponen cadenas a sus bolígrafos? Alan King (humorista estadounidense) Durante toda la noche había escuchado aquellos extraños ruidos que te ponían la piel como si te sumergieras en un baño de hielo. Provenían de la habitación de mi tía Gertrudis. Mi tía Gertrudis era una solterona de orinal, rosario y novena, a pesar de que apenas si acababa de cruzar la raya de los cuarenta. Había perdido la oportunidad de casarse cuando dejó a un pollero que era un buen partido, porque tenía negocio de su propiedad. El novio de mi tía era un buen muchacho, que se afanaba en ampliar su negocio expendiendo orejas de bacalao, frutos secos y algo de latería, pero mi tía no había conseguido verle la gracia. Quizás era porque tenía una pierna de madera, pero que no le afeaba porque siempre la llevaba bien tapada por el pantalón de pana que se ajustaba en el tobillo con una goma que había hecho con los restos de un guante de fregar. El novio aquel se llamaba Ambrosio y siempre le decía a mi tía, Gertrudis, la gracia la tengo en el banco y te aseguro que no es manca… Y es que era huérfano y había quien aseguraba que su padre le había dejado una cartilla con un plazo fijo de sesenta mil duros. Eso, entonces, era un enorme capital. Yo vivía con mi tía porque mi padre no quería que su hermana se quedara sola por la noche. Los primeros días dormía en su misma cama, pero al final me puso otra habitación con el pretexto de que yo daba muchas vueltas y cuando la rozaba le picaba con el pelo de las piernas. Yo me sentí un niño rechazado porque pelos no tenía apenas. Eso solo era una disculpa. La verdad era que los pelos que yo tenía se doblaban con suma facilidad. Eran como juncos, como pelusillas que al mínimo viento se movían como si fueran a volar. Los ruidos de por la noche me estaban poniendo muy nervioso. Vivía en una eterna alarma. Eran como jadeos, ruidos de muelles, como si la cama tuviera vida y se desplazara de un lado a otro. Incluso un cua- En uno de los movimientos me pareció ver el espíritu que poseía a mi tía. Era calvo. Vamos, que aquel demonio no tenía un pelo Me llevé las manos a la boca para ahogar un grito. Sin duda alguna aquel era el espíritu que endemoniaba a mi tía por las noches dro de la virgen de Fátima que había en mi habitación se movía, porque los tabiques eran de caña y barro y el cabecero de mi tía daba a mi habitación. Una mañana le pregunté por aquellos movimientos y me dijo con mucho misterio que no dijera nada de lo que oía. Que por la noche, a veces, la visitaba un espíritu que la poseía y que le salía espuma por la boca. Según ella, los ojos del espíritu le daban vueltas en las cuencas como si fueran las ruedas de mi bicicleta. Yo me callé como la tumba de un muerto. Cómo iba a contar que el demonio visitaba a mi tía... El cura la excomulgaría. Porque eso es lo que entendía yo, que era el demonio quien venía en persona a visitarla. A mi me daba mucho miedo porque pensaba que un día la casa podía salir ardiendo. El demonio y el fuego del averno son dos cosas que van muy unidas. Cuando escuchaba que llegaba el demonio, siempre llenaba el jarrón de agua y lo ponía en la cabecera de la cama porque no quería correr riesgos. Luego me metía dentro de las sábanas y me tapaba la cabeza para tratar de amortiguar el ruido. Una noche la posesión parecía que iba a levantar el techo, porque todo se movía como si fuera un terremoto. Sentí tanta curiosidad que me levanté y salí al pasillo. Me asomé a la ventana. Había nevado durante toda la noche y estaba empañada. Por la gatera que mi tía había hecho para el gato entraba un frío que te congelaba los tobillos. Me agaché y me los froté para meterlos en calor. Me acerqué a la habitación de mi tía y cogí el pomo. Era de hierro y estaba muy frío, como si fuera una bola de nieve. Moví la manivela lentamente y comencé a empujar la puerta. Por la ventana entraba la claridad de una farola de la calle. Miré a la cama. Había un movimiento enorme. La vista se me fue acostumbrando a la oscuridad. Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO dominical / VII NUNCA PUERTA ÓPTIMA DOMINICAL Simón: El último romántico En uno de los movimientos me pareció ver al espíritu que poseía a mi tía. Era calvo. Vamos, que aquel demonio no tenía un pelo. Era lógico. Si los demonios estaban en el infierno entre llamas, lo más normal es que tuvieran el pelo quemado. Observé unos minutos. Los dos estaban desnudos encima de la cama y no sentían frío. Claro que el demonio, si venía del infierno, estaría abrasando y sería como un calentador para el cuerpo de mi tía. Jadeaban. Se retorcían. Parecía que iban a morirse de un pasmo. Pero no se morían. Volví a la cama. Ya no sentía miedo. Aquel demonio se comportaba de forma violenta, pero mi tía nunca dijo que le hiciera daño. Al contrario. Decía que durante las posesiones sentía cierta complacencia. Y es que el demonio para engañarnos es así, complaciente y placentero. Lo peor es si, al final, la llevaba con él al infierno por toda la eternidad. A lo mejor le merecía la pena. Mi tía siempre decía que la cera que va por delante es la que alumbra. A la mañana siguiente madrugué. No tenía que sacar al burro Diógenes al prado por la nieve, pero cuando nevaba siempre madrugaba para coger la pajarera e ir a colocarla en los prados. Clavaba una manzana en ella y cuando los pájaros picaban, zas, al morral. Mi tía y yo nos dábamos unos banquetes de pájaros cuando llegaban las nevadas y los pájaros buscaban desesperadamente algo que comer. Salí al corral. Había un gran manto de nieve en el suelo. Me acerqué a la ventana de la habitación de mi tía donde siempre dejaba las pajareras. Al mi- rar al suelo, vi un carrilito de huellas que se dirigían hacia la ventana. Bajé la mirada y me fijé un poco más. Eran huellas de zapato. Empujé la ventana. Estaba cerrada. El espíritu que poseía a mi tía tenía piernas porque tenía zapatos, pensé. Pero también pensé en como habría entrado si la ventana estaba a cal y a canto. A lo mejor era espíritu de cintura para arriba y cuerpo mortal de cintura para abajo… Cuando regresé de los prados con una buena percha de pájaros, se lo dije a mi tía. Incluso le dije que el espíritu que la visitaba tenía que ser pequeño, porque las huellas estaban poco introducidas en la nieve. Ella me dijo que me olvidara de aquello, que el espíritu no volvería más. Pero yo no me olvidé, salí de nuevo al corral y seguí los pasos del espíritu, seguro de que me conducirían al infierno. Las huellas se podían leer nítidamente. Incluso en una se veía el número que calzaba el demonio: el 39. Realmente era un demonio pequeñín. Y de pronto descubrí que las huellas se detenían. Alcé la mirada del suelo y vi las puertas del infierno. En ellas había un cartel verde que ponía: «Todo por la Patria». ¡El infierno estaba en el cuartel de la guardia civil! Aquello era asombroso. Repasé de memoria todos los demonios guardias y ninguno era calvo. Pasaron los días y el espíritu, tal y como dijo mi tía, no volvió. Pero yo me quedé con la mosca detrás de la oreja. Aquel era un espíritu con zapatos, pequeño y calvo… Inconscientemente por mi mente comenzaron a pasar un escaparate de vecinos del pueblo. Porque a lo mejor el demonio era un vecino y mi tía no se había dado cuenta. Pero no. No había ninguno. Pasó el tiempo y llegó la fiesta de los mártires Fabián y Sebastián. Era un día grande en el pueblo. La guardia civil escoltaba a las figuras que recorrían todas las calles. Cuando acabó la procesión, comenzó la misa. Yo me fijaba en los guardias civiles. Efectivamente, ninguno era calvo. Pero me percaté de que ninguno era calvo, porque jamás se quitaban el tricornio de encima… De entre todos me fijé en Almanzor, un cabo de Granada que era un tapón. Aquel guardia podía ser el espíritu de mi tía. Aunque el tricornio le aumentaba cinco centímetros, no le alcanzaba con la punta al pecho del cura. De pronto el san Fabián que había salido en procesión comenzó a ladearse amenazando con caerse. El cabo Almanzor soltó la escopeta con la que hacía escolta y fue a echarle mano. En ese momento el tricornio voló de su cabeza y, oh, Dios santo… ¡era calvo como una bota de vino! Me llevé las manos a la boca para ahogar un grito. Sin duda aquel era el espíritu que endemoniaba a mi tía. Fíjate, tan pequeñín en la iglesia y tan saltarín en la cama… Cuando acabó la misa y los guardias salieron a la calle, yo me puse detrás del cabo Almanzor. Lo examiné de arriba abajo. Y me quedé perplejo. Aquel no podía ser el demonio: no tenía rabo. Y pensé para mis adentros: como no sea el burro Diógenes... delfí[email protected] Hay que ser muy brujo para invertir, generar empleo y triunfar en Zamora. Un brujo y un valiente. Es lo que ha ocurrido con Simón García Taboada, un niño que aprendió el oficio de sanar con hierbas de su padre y de su abuelo. Desde entonces, aquellos jarabes, aquellos mejunjes que se vendían de puerta en puerta, se envasan hoy por millones y se expenden en miles de tiendas de todo el mundo. Lo que era una pequeña habitación con algunas botellas y un embudo para rellenarlas, son hoy impresionantes fábricas que ocupan miles de metros cuadrados y dan trabajo a más de medio centenar de mujeres. Podría parecer que estamos hablando de Madrid o Barcelona, pero no, estamos hablando de ahí al lado, de un minipueblo que se llama Ferreras de Abajo en el que Simón ha aposentado sus reales para darle lustre y vida. Lo curioso es que todo esto ocurre cuando Zamora agoniza, se muere. Cuando el empresariado no está por la labor de ponerle la respiración asistida a este enfermo patológico que se asfixia sin remisión. Los médicos de aquí prefieren operar en otras latitudes donde tienen más facilidades para desarrollar su función. Quizás tienen razón. Para ganar dinero hay que ir donde está la gente y aquí, la gente, cada vez brilla más por su ausencia. Simón ha nadado contra corriente, consciente de que hay industrias que no precisan tener a la gente al lado para desarrollarse. Él solo necesita la mano de obra y en su pueblo la hay. El producto es cuestión de exportarlo con camiones a los centros de distribución. Quizás también pudo evitarse esa carga: Cataluña, Cantabria, tienen puertos para la exportación, pero a él le tira más la tierra, ayudar al desarrollo local. Quizás sea el último romántico. Días pasados tuve la suerte de conocer las instalaciones con unos amigos. Me quedé anonadado. No imaginaba que tras el letrero de Gartabo existiera nada parecido. A fe que debería ser una industria de visita obligada para todo el empresariado de Zamora. Para entrar tienes que ponerte calzas, gorrito y hasta bata. Como la UCI de un hospital. Lógico si se piensa que se trabaja con medicina natural. Allí se fabrican los cientos de productos que se comercializan en las tiendas de la multinacional Naturhouse, que tiene franquicias en medio mundo: Estados Unidos, México... desde Asia a África pasando por América y Europa. Lo sorprendente es que, aparte de la moderna tecnología y robótica, existe una fábrica que hace frascos, envases para los productos. Parece mágico. Trucos de Houdini. Por un lado entra el vidrio y por otro sale el frasquito debidamente esterilizado, listo para rellenar… Las botellas de litro y los embudos de la niñez de Simón, han dado paso a máquinas y químicos. El binomio logra el milagro de una industria puntera que debiera ser el orgullo de nuestra tierra. Atrás quedaron las hierbas recogidas en el monte y las calderas de cocer, los embudos y los palos de dar vuelta a los caldos. Antes, estos magos que aliviaban los males a base de preparados con hierbas, eran brujos. Ahora solo son químicos que preparan remedios para la menopausia, colesterol, bronquitis, huesos… Y belleza. La dietética se ha convertido en una de las estrellas de las factorías de Simón. Está orientada a procesos de adelgazamiento. No es extraño que las mujeres que trabajan allí sean tan esbeltas y hermosas. Será maravilloso asistir a la fiesta del pueblo. LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011 VIII / dominical Rutas a pie por tierras DE ZAMORA ✒ Texto y fotos: Javier Sainz Distancia desde Zamora: 41 km Longitud total del trayecto: 7 km Tiempo aproximado: 2 horas Dificultad: Media (tramos sin sendas) Detalles de interés: Cascadas pintorescas, sotos arbolados, molinos, puentes tradicionales, paisaje pintoresco, monumentos religiosos, instalaciones artesanales Moralina es una localidad próspera y expansiva, ubicada en un paraje despejado, sin agobios orográficos por lado alguno. A pesar de esa apariencia de uniformidad, su extenso término posee lugares bucólicos y apartados, enclaves de notable hermosura en los que la naturaleza se muestra sorprendente y generosa. Nosotros, en esta ocasión, vamos a recorrer algunos de esos rincones, quizás los más excelsos. Para ello seguiremos el curso del arroyo local más importante, designado con el nombre casi común de Rivera de Moralina. Este lecho solo dispone de corrientes en las estaciones húmedas, por lo que conviene visitarlo en esas épocas. Es entonces cuando los caudales bajan hinchados, rumorosos, saltando las aguas de piedra en piedra. Además todo el entorno muéstrase espléndido y atractivo, dotado de una belleza auténtica que penetra sin artificio por los sentidos. Nada importan el barro, ni los encharcamientos, que en ciertos tramos pueden obligarnos a tomar algunos rodeos. Dentro del casco urbano local llaman la atención los grandes almacenes de una pujante empresa de materiales de construcción. Los localizamos fácilmente dado su tamaño y hasta ellos hemos de acudir, pues salimos al campo libre por el camino que pasa ante sus puertas. Es este un carril tradicional que se dirige hacia el oriente entre las paredes de diversas cortinas. Alcanzamos pronto el curso de la rivera y a su orilla vamos a caminar durante largo trecho, manteniéndonos en todo momento por su margen izquierda. Pese a la cercanía del pueblo, este lugar ya se siente grato y sereno, rodeados por la fronda de viejas encinas y con la compañía de una hilera de chopos que pros- A orillas de la rivera de Moralina (Sayago) pera junto al cauce. La Veiga es el nombre con el que se conoce esta zona. En ella hallamos un molino, el único que perdura íntegro de los más de una docena que existieron a lo largo de todo el cauce. Es una pequeña construcción rectangular, que aprovecha la existencia de un talud para contar con el desnivel imprescindible. Consta de planta rectangular, casi cuadrada, con techumbre de un solo faldón. En general todo el edificio se halla restaurado con esmero, para servir de ejemplo y testimonio de formas de vida ya superadas. Hemos de gozar con calma del enclave, disfrutar con el murmullo de las aguas que se deslizan presurosas por lechos tapizados de césped. Después reanudaremos la marcha valle abajo, arrimándonos a las paredes si el chapatal es excesivo, con la opción de saltar al interior de las fincas en los tramos anegados. Al fin salimos a lugares más espaciosos, en los que las praderas libres se extienden sin apreturas por ambos lados. Empalmamos ahora con una buena pista que llega directa desde el pueblo, denominada camino de Requejo, pues sirve de acceso a los espacios de la antigua dehesa de ese nombre. De ella se aparta un ramal que se dirige hacia los campos de la cuesta frontera y que salva el cauce acuático a través de un precioso paso de carácter tradicional, conocido como Puente del Molino Sabel. No hay duda que esa designación ha de proceder de la existencia a su lado de otra de las factorías harineras citadas que ha desaparecido por completo. La obra que allí vemos está formada por tres vanos. Todos son rectangulares, creados por dinteles enormes. Como soportes disponen de pilas elementales, constituidas por piezas que se unen entre sí solo por su peso, ya que carecen de argamasa o cemento alguno que las ligue. Unos puntales inclinados hacen eficazmente la función de contrafuertes y de tajamares. Es esta una pieza espléndida, similar a muchas otras de la comarca no menos admirables. La adaptación al entorno es absoluta, formando parte de un paraje sereno, un tanto elemental y solitario. Aguas abajo prospera una pequeña fresneda, retazo inconexo de la serie intermitente de grupos de árboles de esa especie que ya hemos visto antes y con los que toparemos más adelante. Tras seguir en paralelo largo tramo, el camino cruza la rivera en un lugar en el que ésta sufre un violento cambio de dirección. Tendieron para ello otro puente, llamado del Molino Bailador, que en orígenes debió de ser similar al ya señalado, pero que ha sido ensanchado y consolidado, reforzando sus ojos con tubos de cemento. Tampoco aquí permanece huella alguna del molino del que tomó nombre. Ante la disyuntiva que se presenta, nosotros optamos por seguir junto al cauce acuático. Avanzamos de nuevo campo a través, buscando paso entre las cercas de las fincas y el arroyo. Nos apartamos así de la comodidad de la pista, la cual asciende por suave cuesta hacia los espacios de la ya citada dehesa de Requejo. Ese antiguo latifundio se integra dentro del término de Moral. Alrededor del año 1915, tras desembolsar 600.000 pesetas, fue adquirido por los vecinos de los dos pueblos, Moral y Moralina, parcelándolo a continuación. No nos arrepentiremos del afán de seguir al lado de la rivera, pues nos adentramos en parajes sumamente hermosos. En ellos el desnivel se hace más acusado adensándose a su vez el manto arbó- A la izqu Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO dominical / IX De arriba a abajo, puente del molino Sabel e iglesia de Moralina. A la derecha, cascada de los Molinos Carreros. uierda, puente Entre las Cabezas y sobre estas líneas, molino de La Veiga. reo. Por ambas orillas, multitud de encinas, junto al algún roble, forman una masa vegetal que impide lanzar las miradas hacia cualquier interés lejano. Además, al borde del lecho acuático, o dentro de él, prosperan numerosos fresnos de los cuales algunos poseen una envergadura nada desdeñable. Las corrientes caen raudas entre las peñas o se remansan en cadozos tan quietos y brillantes como espejos. Por esta parte sí se reconocen ruinas, muy destrozadas, de algunas de esas factorías harineras, antaño tan útiles. Desde sus presas, ahora inservibles, saltan preciosas cascadillas. De esa manera, unos tras otros, se suceden rincones bravos en los que el murmullo de las aguas compone una excelsa música natural. Tras un recodo aparece de improviso el puente de Entre las Cabezas. Es una plataforma peatonal aún más ruda que los otros pasos ya vistos, con irregulares apoyos sobre las piedras desiguales que forman los fondos. Se sitúa en un enclave singularmente agreste, con berruecos por todos los lados y fresnos tan juntos como si quisieran anular y engullir la obra humana. A poco que escuchemos, siéntese desde allí un chapoteo muy intenso que agita y desazona. Unos pasos más adelante la vaguada por la que avanzamos cae en fuerte desnivel. Se origina así un violento escalón que fue aprovechado para la construcción de dos molinos, los de Carreros, cuyos muros aún resisten. Dado su abandono, los caudales acuáticos han recuperado sus formas naturales, por lo que se despeñan formando un salto admirable. Las rocas, bolones enormes algunas, rotas y cuarteadas las demás, forman un escenario imponente ante el que el ánimo se sobrecoge y del que hay que gozar con calma. Hasta aquí llegaremos en esta ocasión. Hemos de saber que unos cientos de metros hacia abajo la rivera recibe los aportes de otro cauce acuático similar que desciende de la raya de Villadepera. Potenciada así, se introduce en un barranco profundo y escabroso, en el que aún se divisan más ruinas de otros viejos molinos y algún pontón. Sale ya del término local y tras múltiples revueltas busca entregarse al río Duero en uno de los enclaves más recónditos e impenetrables de Los Arribes. Este trecho es realmente áspero y resulta difícil el transitar por él debido a la espesura de la maleza y a la hosquedad de los cortados rocosos. Nosotros iniciamos el retorno. Para ello buscamos la senda a la que sirve el inmediato puente de Entre las Cabezas. Por ella, en dirección suroeste, subimos hasta empalmar con el camino de los Témpanos. Después, en continua cuesta arriba, llegaremos directos hasta el pueblo. De nuevo en el casco urbano, hemos de recorrer con calma sus diversas calles. Con sorpresa, descubriremos, recuperado, alguno de los talleres de la artesanía local. En esta localidad se mantuvieron hasta nuestros días telares accionados a mano en los que se fabricaban productos textiles tradicionales. Elaboraban mantas, tapabocas, mantones, costales, alforjas…, piezas sin duda bastas, pero de auténtica calidad y áspera belleza. Dos monumentos canalizaron los anhelos religiosos. El más humilde es la ermita del Cristo de la Veiga, a orillas de la cual se acondicionó el viejo cementerio. Posee muros de cuidada mampostería pétrea, desprovistos de cualquier detalle ornamental. Sobre su fachada de poniente se alza una espadañuela coronada por un arco monolítico, del que cuelga una pequeña campana. Por debajo cegaron la que fuera una amplia ventana rectangular. Aquí se dio culto ❜❜ Vamos a recorrer algunos rincones, quizás los más excelsos de Moralina. Para ello seguiremos el curso del arroyo local más importante, designado con el nombre casi común de Rivera de Moralina Tras un recodo aparece de improviso el puente de Entre las Cabezas. Es una plataforma peatonal aún más ruda que los otros pasos ya vistos, con irregulares apoyos sobre las piedras desiguales que forman los fondos antaño a la enigmática imagen del Crucificado, guardada ahora en la parroquia. La iglesia es un edificio mucho mayor. Por fuera destaca por la sólida potencia de su campanario de remate triangular, cuya superficie lisa del hastial se aprovechó como juego de pelota. Llama la atención la considerable extensión de los tejados, cuya desmesura resulta más evidente dada la escasa envergadura de las paredes, creadas con perfecta sillería. La puerta se cobija a la sombra de un abierto alpende. Dispone de un escueto arco de medio punto formado por grandes dovelas. Si tenemos la suerte de poder visitar el interior, apreciaremos que este templo es la suma de estructuras de épocas diversas, siendo románicas las más antiguas. De ese estilo son los dos grandes arcos fajones de la nave, simple el uno y doblado el otro, de los cuales este segundo tal vez fue el de triunfo primitivo. En el siglo XVIII la cabecera fue alargada, agregándose otra capilla mayor y un nuevo arco para acceder a ella. Son varios los retablos, destacando el principal, barroco aunque sobrio, con nobles columnas estriadas. Colgada del muro, a la izquierda, hallamos la ya citada figura del Cristo de la Veiga. Es una escultura muy ruda, catalogada como románica. Muestra al Redentor muerto, pero erguido, con los brazos horizontales y piernas paralelas. El paño de pureza dispone de bandas doradas y pliegues geométricos, tan artificiosos como alejados de una inspiración natural. Dadas esas formas se ha barajado la posibilidad de no ser obra tan antigua como aparenta, que hubiera sido tallada por algún carpintero o devoto local, no muy habilidoso, en tiempos mucho más cercanos. X / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011 Iñaki Gabilondo / Periodista «Soy el contemporáneo perfecto, he vivido los momentos clave en la edad justa y desde una posición muy buena» ● «Cuando llegó a la presidencia, José María Anar pidió a Cebrián y a Polanco que nos despidieran a mí y a Haro Tecglen, pero no le hicieron ni caso» ● «Felipe y el líder del PP se odiaban, han traspasado ese odio a los partidos y los medios afines se han sumado a la batalla» ✒ Andrés Montes Iñaki Gabilondo (San Sebastián, 1942) conserva buena parte de la popularidad que proporciona el haber sido durante años el número uno de la radio en España. Con el cierre de CNN+, la cadena de televisión por la que dejó la SER, se ha quedado sin soporte mediático, aunque eso no supone, según manifiesta, haber dejado de estar en activo. El Gabilondo entrevistado es igual de ágil que el Gabilondo entrevistador y aquí reflexiona sobre su trabajo y sobre lo que le ha tocado vivir. —Su libro se titula «El fin de una época». ¿Qué época es esa que termina? —Termina una época. Creo que todo el mundo está de acuerdo en esto. No tiene que ver conmigo, es un hecho objetivo. Yo soy una especie de contemporáneo perfecto, como si fuera una persona diseñada para vivir los momentos clave en la edad exacta y desde una posición muy buena. Tuve mucha suerte. Viví la llegada de los «Beatles» con veintiún años, Mayo del 68 residiendo en París recién casado, el 23-F en la televisión, el 11-M ante el micrófono, la llegada de las voces que venían del exilio en «Hora 25», pasando todos por allí, la modernización de China con Deng Xiaoping, estando allí en la plaza del Pueblo... Termina una época y parece que también es justo que a mí se me acabe y empiece un tiempo nuevo. Es un momento muy evidente de un mundo que se despide, aunque no sepamos lo que vendrá después, y parecía una buena ocasión para hacer una recapitulación, sobre todo, dirigida a la gente más joven que empieza en el periodismo, por parte de alguien que lleva 45 años de vida profesional, alguien que, además, es, de profesión, contemporáneo. —¿Cómo se lleva, después de trabajos muy intensos y absorbentes, vivir al margen de los medios? —Es que no vivo al margen de nada. ❜❜ Me dejé llevar por la ira con Aznar. Fui muy duro con él durante su segunda legislatura, le pedí perdón mi último día en la SER Estamos en un viaje hacia la superficialidad y hacia la información altamente digestiva El descrédito de los políticos y el de los periodistas son dos caras del mismo descrédito Tengo mucho trabajo, estoy haciendo muchas cosas y voy a seguir haciendo muchas cosas más. No tengo para nada la impresión de haber cerrado una vida profe- SOLUCIONES A LOS PASATIEMPOS sional. He cerrado un tiempo muy claro, pero ni por lo que estoy haciendo ni por lo que tengo sobre la mesa para hacer tengo la impresión de estar despidiéndome de nada, salvo de un modelo de vida profesional que va a ser sustituido por otro. Pero sin ninguna melancolía. Empiezo otro tiempo que será el último, seguramente. —¿Qué sensación le queda cuando el que ha sido su último medio, CCN+, cierra y ese hueco lo cubren con el «Gran hermano» sin interrupción? —Ya no está, lo han cambiado. —... Pero esa sustitución fue como una metáfora de la época. —Son cosas que ocurren. Vasile (consejero delegado de Telecinco) no tuvo nada que ver con el cierre de CNN+, que fue una decisión de Prisa, pero se quedó con el canal y en el primer segundo puso eso. A lo mejor podía haber esperado un poco en lugar de ir por derecho a sus cosas, pero es un punto de vista, él es muy dueño de hacer lo que le diera la gana. Es cierto que, al hacerlo así, ese segundo se convirtió en una especie de metáfora perfecta de muchas cosas. Una metáfora bastante estruendosa de algo que, por otra parte, no es ninguna novedad. Estamos viviendo un viaje, que a todo el mundo le parece digno de ser observado con cierta inquietud, hacia la superficialidad, hacia la simplificación y hacia la información altamente digestiva. —Da la impresión de que las grandes empresas mediáticas cometieron el mismo pecado que todas, crecer de forma desmesurada sobre bases endebles, y ahora lo paga el periodismo. —En este momento todo es economía y todo es prosa, no hay poesía ninguna. Actividades como la nuestra, que tienen un componente activo de tipo humanista pero que se sostienen sobre estructuras industriales de gran peso ahora están sufriendo esa descompensación. La lógica del gerente, como yo digo, la lógica de la industria se lleva la energía de todas las empresas, dada la realidad del mundo y la magnitud de la crisis. La comunicación se lleva una parte mínima de la energía de la actividad empresarial, que se proyecta sobre la actividad económica y sobre la manera de sobrevivir. Eso es el resultado de que lo económico se haya apoderado de todo, nada importa salvo eso, y la crisis lo ha agudizado más. Empezar a hacer reproches tontos a las empresas sería una simpleza. Es una bomba atómica que ha caído sobre todos. —... Pero una vez más los periodistas sucumben ante los contables. —No sé si una vez más, pero pocas veces de una manera tan clara. Los periodistas y los contables en una actividad como la nuestra hemos nacido para vivir juntos, y siempre ha sido así. Nuestro oficio necesita una industria, y ellos y nosotros queremos vender el mayor número de ejemplares y que nuestro trabajo se difunda lo más posible, pero siempre hubo distintas lógicas, y en estos momentos la lógica del gerente se lleva toda la energía. La otra lógica está perdida. No hay batalla. —Da la impresión de que el periodismo nunca estuvo amenazado desde tantos frentes, la coyuntura económica, el cambio tecnológico... —El cambio tecnológico no me preocupa tanto, surgirá otro modelo de negocio, que es lo que está en crisis. No albergo ninguna duda sobre el sentido del periodismo en la época de internet, porque, a toda velocidad, se está descubriendo lo importante que es este oficio para la ordenación, esclarecimiento, contextualización y hacer inteligible lo que ocurre. Lo que más me preocupa es que el periodismo no construya un parapeto ético que lo defienda de las asechanzas del mundo que viene y que dentro de muy poco se convierta en una rama más de la publicidad o de la propaganda. Como no haya ese parapeto ético, toda esta lógica económica de la alta rentabilidad puede ir empujando hasta convertir el periodismo en una caricatura, una insignificancia, como ahora ya lo es en ocasiones. El periodismo va a tener que hacerse fuerte en la ética. Ésta es la época en la que los periodistas menos sabemos lo que tenemos que contar. No reflexionamos sobre eso, estamos todo el día pensando en las empresas y en los cacharritos, pero hemos dejado de lado el pensar sobre lo fundamental de nuestro trabajo. —Los malos tiempos pesan mucho. —Sí, pero estos momentos no son más que un tiempo, al que cometemos la equivocación de darle un valor de fijeza que luego no tiene. Yo he vivido setenta momentos, algunos de los cuales parecía que iban a determinarlo todo, y luego no fue así. Esto saldrá por algún sitio seguro. —Con crisis o sin ella, lo que no parece que decaiga es el encono mediático. —Hace ya mucho tiempo que no sé si es un encono mediático o es el encono de algunas personas que están construyendo su negocio en torno a ese encono. Las empresas viven sus tensiones y sus rivalidades por la cuota de mercado, pero gran parte de esa tensión periodística no está relacionada sólo con eso, sino con el encono añadido de las llamadas estrellas mediáticas, que libran una batalla por el estrellato como las estrellas del fútbol o del rock and roll. Es una equivocación medir eso como una cuestión sólo ideo- Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO dominical / XI Pilates Iñaki Gabilondo./FOTO NACHO OREJAS lógica. Tiene un componente ideológico, pero está disfrazado de ideología un combate que es puramente estelar, de notoriedad, de éxito, de dinero. Queda mucho más noble decir que hay un enfrentamiento ideológico que decir que hay un enfrentamiento de estrellas librando una batalla por su negocio. Y éste es un aspecto que se ha analizado muy poco y que poca gente ha visto así. Por poner un ejemplo, la COPE ha vivido muchos enfrentamientos que la propiedad de la cadena no tenía interés en librar y, pese a ello, la Conferencia Episcopal estaba en el centro de la bronca. —¿Cómo se mueven los flujos, la tensión mediática caliente en el patio político, o es a la inversa? —Creo que todo empezó en la política. España es un país muy difícil, diría que incluso peligroso. Aquí los líderes se han odiado. Felipe y Aznar se odiaban. Eso ha llevado a los partidos a odiarse y ha llevado a los medios afines a sumarse a esa batalla. Todo se envenenó porque se ha elevado de grado, ha habido más que discrepancias. Suspiro por el día en que los partidos políticos se enfrenten como adversarios y los medios como rivales y la gente los vea como afines sin más. Esto quizá sea consecuencia de la propia juventud de nuestra democracia y de los procesos que aquí hemos vivido a gran velocidad, sin digestión. Pero todo esto ha hecho mucho daño. El descrédito de los políticos y el de los periodistas son dos caras del mismo descrédito. En todo el mundo los periodistas tienen afinidades ideológicas, y eso no es incompatible con su independencia. En lo que se refiere a esto estamos en una etapa levemente predemocrática. —El ámbito de la política parece carecer de normas elementales, las reglas de juego sólo existen cuando conviene. —Si te pones optimista piensas que hemos crecido más aprisa que el traje democrático y que por eso le salen costurones. Si te pones pesimista piensas que no tenemos arreglo. Los partidos tienen que hacer una revisión profundísima de todo, el periodismo también, el sindicalismo, las empresas..., hemos sido atropellados por este cambio enorme. La mayor prueba de inmadurez democrática es que la gente vote a los corruptos. Si el corrupto no sólo no es castigado, sino premiado como víctima de la persecución del adversario es que alguien no ha entendido bien de qué va esto. —¿Esa aceptación del beneficio personal a costa de lo que es de todos no estará arraigada en el hecho de que vivimos ajenos al valor de lo público? —Lo que es de todos no es de nadie, lo público no existe. Esa idea se la hemos transmitido a los jóvenes. A veces somos muy severos con nosotros mismos y en poco tiempo, en términos históricos, hemos hecho muchas cosas: un cambio democrático, una nueva estructura territorial, un salto brutal a la modernidad. Todo ello sin un acompañamiento equivalente desde el punto de vista educativo y formativo. España es un país que no tiene todavía bien digerido todo lo que ha vivido. No somos conscientes de lo que nos ha pasado. —¿José María Aznar fue el entrevistado que más se le resistió? —Lo entrevisté 23 veces y no volví a hacerlo desde el momento en que él fue presidente del Gobierno y se enfadó con el grupo Prisa. Antes de eso, terminaba todas las entrevistas preguntándole si iba a ser presidente, a lo que él siempre contestaba que sí. Y hubo una sorpresa grande para mí, algo que no sabía y que cuenta Juan Luis Cebrián en el prólogo a su libro «El pianista en el burdel». Ahí relata que cuando Aznar llegó a la Moncloa le pidió que nos cesara a Eduardo Haro Tecglen y a mí. Se lo pidió a Cebrián y a Polanco, que ni le hicieron caso ni me lo contaron en su momento. Eso fue una sorpresa, porque yo siempre atribuí el rechazo de Aznar como la parte que me tocaba de un rechazo al grupo, no a mí, porque tampoco le daba entrevistas a Carlos Llamas. Fui muy duro con él durante la segunda legislatura. Cuando me despedí de la SER, el último día pedí perdón por mi ira contra Aznar. No me arrepiento de la crítica, pero sí de una ira por la que no debía haberme dejado llevar, me encrespaba su actitud ante la guerra. Eso fue un error. —¿Cómo convive el periodista con el hermano ministro? —Muy bien. Somos nueve hermanos muy unidos, una familia extraordinaria. Y entre esos hermanos algunos somos, además, amigos, como mi hermano Ángel y yo. Esa circunstancia (que sea ministro de Educación) no ha alterado nuestra relación ni la intensidad de ese contacto ni nuestras conversaciones. Siempre nos hemos respetado todos mucho en mi familia. «Tesaer» I: El bromista Es un ejercicio intermedio que se basa en la articulación de la columna, la potenciación abdominal, y en la integración-disociación de movimientos, el equilibrio y la estabilidad de la columna, pelvis y caderas ✒ Nieves Álvarez (*) Promueve la articulación secuencial de la columna. POSICIÓN INICIAL: Túmbese boca arriba y estire las piernas formando un ángulo de 45 grados, con los brazos por encima de la cabeza alineados con las orejas. Ancle la espalda en la colchoneta con los abdominales hacia dentro y hacia arriba. Inspire. Haga ascender la columna, alargue los brazos hacia las rodillas, los tobillos y los dedos de los pies. Eleve los brazos hasta dejarlos verticales y colóquelos junto a las orejas para estirar los costados. Mantenga quietas ambas piernas. Espire. Descienda la espal- da de forma controlada, con ambas piernas quietas. Estírese y alargue las manos y las piernas todo lo que pueda mientras se desliza hacia atrás. REPETICIONES: 3-5 SIMPLIFICACIONES: Siéntese formando una V con las rodillas flexionadas y sujete la parte posterior de los muslos. Descienda y suba. A continuación extienda las piernas. Doble las rodillas, siéntese formando una V y repita. PRECISIONES: —Utilice el powerhouse para elevarse en lugar de darse impulso. —Mantenga el peso equilibrado entre ambos huesos coxales y ambos lados de la columna. —Estire los costados del cuerpo mientras levanta los brazos. Conecte los hombros, los omoplatos y las costillas. —Los brazos se estiran paralelos a los muslos, con las palmas hacia delante. Evite mover los brazos para levantarse. —Mantenga las piernas totalmente quietas y al nivel de los ojos (formando un ángulo de 45 grados). ESENCIA: Músculos activos: el transverso abdominal para aplanar el abdomen y estabilizar la región lumbopélvica, las fibras profundas del suelo pélvico para ayudar a activar el transverso, el recto abdominal y los oblicuos concéntricamente al rodar hacia arriba, excéntricamente al rodar hacia abajo, los flexores de las caderas concéntricamente al rodar hacia arriba, excéntricamente al rodar hacia abajo, los estabilizadores de las escápulas. ¡ATENCIÓN! Con los problemas de la parte inferior de la espalda. RECUERDA. Consulta con tu médico antes de comenzar a practicar cualquier tipo de ejercicio físico, más aún si sufres alguna patología (*) Especialista en Pilates. Centro Pilates. XII / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011 Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO dominical / XIII XIV / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011 En forma Los riesgos radiactivos ✒ Martín Caicoya Médico «Uno debe concluir que de estos experimentos la sustancia fosforescente en cuestión emite rayos que atraviesan el papel opaco y reducen las sales de plata». Son palabras con las que Henri Becquerel finalizaba su exposición en la Academia de Ciencias Francesa el 24 de enero de 1896. Acababa de hacer público su descubrimiento de la radiación. Ocurrió mientras intentaba entender el fenómeno descrito por Röentgen un año antes, los rayos X. Para hacerlo, investigaba la fosforescencia de las sales de uranio. Fue un hallazgo casual por el que recibió el premio Nobel junto con Marie Sklodowska-Curie y Pierre Curie. Ella todavía iba a recibir otro premio Nobel, esta vez de Química, en 1911. Hay que distinguir radiación ionizante, como rayos X, rayos gamma o las bombas de protones que se emplean en radioterapia, de las otras formas de radiación como microondas, ondas de radio, infrarrojo. Estas últimas transmiten energía térmica, simplemente calientan, más o menos profundamente. La radiación ionizante produce daños estructurales y químicos a las proteínas y los ácidos nucleicos. Todos recibimos radiación, de media unos 3,60 mSv (milisieverts, la medida de la dosis de radiación absorbida por el organismo), la mayoría proviene del radón, un elemento natural que al degradarse suelta energía radiactiva. La otra fuente importante es la médica. Por ejemplo, una radiografía de tórax produce de 0,06 a 0,11 mSv pero un escáner hasta 8 mSv. Bastan 100 mSv para producir depresión de la médula ósea: unos 10 escáneres. Recuerden que nuestras células sanguíneas tienen una vida muy corta, entre una semana y algunos meses. Se fabrican continuamente en la médula ósea. Es lo que llamamos el tuétano. Hay que distinguirla de la médula espinal que es el conjunto de haces nervios metidos dentro de la columna vertebral por los que circula las corrientes que van desde el cerebro a todo el cuerpo transmitiendo sus órdenes y desde todo el cuerpo ❜❜ Las células más sensibles a la radiación son las de la piel, el intestino, la sangre y las gónadas al cerebro llevando información de dolor, posición, temperatura, presión, etcétera. Volviendo a la radiación, naturalmente nadie se hace 10 escáneres seguidos, pero como se acumula la dosis, esta tecnología médica es una fuente importante de patología. Y una bendición para el diagnóstico y el seguimiento de muchas enfermedades. El caso es emplearla bien. La dosis letal mínima es 1 sievert (Sv) y nadie sobrevive con 10 Sv. Cómo afecta una dosis menor de 10 Sv depende de la susceptibilidad individual y la intervención médica; antibióticos, transfusión, citokinas, trasplante. La radiación ionizante además de actuar directamente en las proteínas y ácido nucleico, afecta a otras moléculas como el agua, de manera que producen radicales libres. Ya se sabe que los radicales libres son los efectores finales en la cadena del daño biológico. La idea de tomar antioxidantes se basa en que teóricamente los neutralizan, pero en la práctica no hay pruebas sobre su utilidad. Dado que las dianas son las proteínas y el ácido nucleico, los elementos estructurales y germinales son más sensibles a la radiación las células que se dividen rápidamente como las de la piel, el intestino y aquellas que tienen un potencial de maduración importante, como las hematológicas, las gonadales o las del cartílago de crecimiento. La dosis de radiación que uno recibe, si está expuesto habitualmente como ocurre con los radiólogos, se mide con un dosímetro. Cuando sobrepasa una cierta cantidad, que no suele ocurrir, se le manda descansar. El grado de exposición al que estuvieron personas ante una situación accidental se puede conocer de varias maneras, una es observando los marcadores biológicos, especialmente el daño cromosómico. Tras una exposición masiva se produce el síndrome agudo que afecta a la piel, el sistema nervioso, el pulmón, el intestino y la sangre. Se puede predecir la dosis recibida en función de su magnitud. Por ejemplo, un sistema nervioso muy afectado anuncia mucha dosis y mal pronóstico. Los efectos tardíos de la radiación, que pueden tardar muchos años en aparecer, son cánceres, especialmente leucemia y tiroides, retraso en el crecimiento, cataratas, infertilidad y anormalidades fetales. Hay cuatro fases en el síndrome agudo. El prodrómico, que dura desde 24 horas hasta 6 días, comienza con náusea, vómitos, diarrea, fiebre o apatía. Si la dosis fue alta se producirán los temibles daños del sistema nervioso, intestino, piel y sangre. El riesgo de muerte es elevado y las intervenciones médicas pueden modificarlo. Si sobrevive puede entrar en una fase latente con mejoría de los síntomas. Seguidamente ocurre una debacle inmunitaria. Los que resisten el acoso de los microbios suelen arrastrar un sistema inmunitario alterado, susceptible a infecciones. Además, están amenazados por los efectos tardíos ya mencionados. Un panorama desesperanzador. La técnica no es buena ni mala. Simplemente nos hace más poderosos, más capaces de transformar el mundo. Pensar que la naturaleza es sabia y que hurgarla, removerla, tiene consecuencias perniciosas es una falacia. Todos los seres vivos transforman la naturaleza y todo lo que hacen es naturaleza. Es el uso de la tecnología, que depende nuestra inteligencia y valores, lo que hace buena o mala. Domingo, 27 de marzo de 2011 / LA OPINION-EL CORREO dominical / XV Libros Discos por Francisco García Pérez por Solana Hay que educar a los papás y a los profes Las propuestas de José Antonio Marina para formar el talento Tras casi cuarenta libros sobre el ingenio y su refutación, la inteligencia, los sentimientos, el lenguaje, Dios y el cristianismo, el amor, la ética, la lectura, la convivencia, el miedo, la política, el deseo... solo o en compañía de otras y otros, el antiguo catedrático de Enseñanza Secundaria de un Instituto de la sierra madrileña y también horticultor (no estoy de broma: «Soy escritor e inventor de berzas», acaba de declarar, orgulloso de los progresos de su crucífera «Emperatriz de las Jaras») y también conferenciante José Antonio Marina (Toledo, 1939) ha decidido que su proyecto vital es, en definitiva, la educación («la actividad fundacional de la especie humana»), y que sus trabajos anteriores fueron solo preparativos para el magno proyecto de la Universidad de Padres, que desarrolla con gran éxito de matriculados (y con lista de espera abrumadora), dirigida a los docentes y papás de chavales hasta 16 años, hasta el fin de la ESO podría decirse. Al tanto de que sin internet somos poco, «La educación del talento» puede considerarse una especie de programación general (o casi un currículo) de lo que se estudia en la UP, por lo que se completa en la web www.loquepadresydocentesdebensaber.es. En letra negrita, centrado y en párrafo independiente (muy pedagógico), va Marina desgranando la esencia de su trabajo («lo que nos interesa lograr es el GRAN TALENTO, que nos permite utilizar bien nuestras destrezas y capacidades para dirigir nuestra acción hacia una vida lograda»), a base de definiciones: «La función principal de la inteligencia es dirigir bien el comportamiento, aprovechando para ello su capacidad de asimilar, elaborar y producir información»; el progreso es la suma de las habilidades innatas, un proyecto y el entrenamiento correspondiente (hay una lista en la página 181 donde Marina explica los nueve puntos en que, a su juicio, ha progersado la humanidad); «una persona es lo que es más el conjunto de sus posibilidades»; la motivación es el deseo unido a las expectativas y los facilitadores»; «hay un modo pasivo de recibir la información y un modo activo, que incluye cualquier dato dentro de operaciones de comparación, relación, interrogación, etc.». ¿Les parecen a ustedes muy generales, muy vagas, muy verdades de a perrona (que a mí, sí), pues fíjense en esta, destacada asimismo en negritas: «Una gran parte de nuestra actividad mental es inconsciente. Solo se hacen conscientes algunos de los resultados de esa actividad». En fin, menuda novedad. Sin embargo, para que no creamos que todas estas máximas son ocurrencias de Marina una tarde cualquiera, se apoya el autor en los expertos (hay una sección en cada capítulo titu- lada «Conversando con expertos») y que aprecio como la mejor aportación del libro, pues nos facilita nombres, pistas y líneas de investigación sociológica, pedagógica o psicológica (pobre Freud, ya ha quedado convertido en solo un «pesimista») que van desde muy conocidos (y cuya mala interpretación, en algunos casos, tanto daño ha hecho en la enseñanza) como el gran Aaron Beck (lean, por favor, la síntesis de su pensamiento en las páginas 118-119 y líbrense así de muchos disgustos: ¿por qué se leerá tan poco a Beck, con la de problemas cotidianos que soluciona?), cuyas premisas me parece la base de todo el libro, hasta el optimista Seligman, el precoz Vigotsky, el genial Hayek, el inevitable Skinner... un montón de ellos. Cada uno de los ocho capítulos se inicia con una parte, digamos, teórica, a la que siguen la citada charla con expertos (que más que charla es una enumeración de logros de cada uno), otra parte dialogada entre Marina, madres, docentes, adolescentes, profesionales («Fuego de campamento», qué título más inquietante por sus resonancias políticas antiguas para los que somos mayores), y una breve síntesis final («De la teoría a la práctica»). No obstante, la base de toda la argumentación mariniana ya se establece desde el principio. Todas las personas contamos con una «inteligencia generadora» (la que produce ideas, la fábrica) cuyo torbellino productivo queda en manos de la «inteligencia ejecutiva» (la que decide cuál entre todas) para que, al final del proceso, podamos, mediante los «criterios de evalua«La educación ción» ver si la cosa ha redel talento» sultado. Hay, pues, que inhibir el impulso, deliberar y decidir, si quereJosé Antonio Marina mos conseguir la feliciEd. Ariel, 2010 dad, «la armoniosa satisfacción de nuestras tres 188 páginas grandes necesidades: el bienestar, la vinculación social, la ampliación de posibilidades». Todo muy fácil de teorizar, claro. Porque creo que los padres y docentes, los destinatarios de este libro y de sus ramales en la web, van a encontrar estímulos en su lectura (cómo no, pues Marina es un habilísimo comunicador: lo que Eduardo Punset es a la ciencia quiere serlo nuestro JAM a la educación), anécdotas con moraleja, cuentos chinos (dicho sin ninguna intención despectiva, sino literal) y una creencia muy plausible en que la cosa educativa puede mejorar si nos ponemos a ello. Pero no puedo dejar de preguntarme: ¿Puede aplicarse todo lo dicho a todos los chavales de hasta 16 años o solo a los que viven en este balneario que es el primer mundo y, dentro de él, a los más favorecidos por la fortuna económica y afectiva? Mis más de treinta años enseñando me dejan escéptico, qué le voy a hacer. CLARE MAGUIRE Life after dark Regresan las voces, las solistas vuelven a estar de moda en el Reino Unido. A las consagradas Adele, Florence Wells o la polémica Amy Winehouse se suman las nuevas reinas del electropop –Little Boots, La Roux– o la baladista Marina Lambrini Diamandis –Marina & The Diamonds–, en cuya liga ya destaca esta jovencísima Clare Maguire con su debut «Light alter dark», toda una exhibición de voz, potente, clara y rica en matices, aunque sometida a un repertorio –del que es coautora– donde mandan las baladas de melodía facilona mecidas por coros extravagantes, textos simplones en busca de la emoción fácil y pretensiones pseudo-operísticas. Todo un alarde innecesario para mostrar lo evidente: una gran voz que ganaría con el riesgo, más allá de este tono retro ochentero con algo de electrónica para salvar el disco. Una promesa a tener en cuenta. MIGUEL CAMPELLO Chatarrero El Bicho salió de la madrileña Escuela Popular de Música de Guillermo McGuill abanderando el «flamenco-fusión», un revoltijo sonoro y festivo donde rumbas, tangos y bulerías sonaban entrelazadas con jazz, rock, ritmos afro y cadencias magrebíes, un batiburrillo hecho con gusto y sentido preciosista que contó con colaboradores de lujo –de Tino di Geraldo a Carles Benavent o Jorge Pardo– y dio para tres discos de éxito. Su voz, Miguel Campello, se estrena en solitario con un trabajo continuista aunque «Chatarrero» –llamado así por el oficio de su abuelo; como él recogió y recicló material que no encontraba hueco en la banda por el marcado tono personal–, ofrece un mayor acercamiento al pop, un sesgo más intimista, la cara más relajada de su sonido que tirando de «flamenquito» lo lleva a terrenos progresivos sin llegar al desparrame. Canción de autor para escuchar sin prisas. IRON & WINE Kiss each other clean Paso a paso, disco a disco, la música de Sam Beam va ganando en variedad, complejidad estilística y enriqueciéndose instrumentalmente, y lo que comenzó –«The creek drank the craddle», 2002– como un áspero ejercicio folk grabado en su estudio casero sólo con voz y guitarra, pura expresión al estilo pionero, fue innovando –en la voz, superando el monótono susurro; en la producción, matices y texturas transformaban el sonido plano; en la instrumentación, ganando en sofisticación: no sólo guitarras, también slide, o cítaras– hasta convertir Iron & Wine en una banda con sello de identidad. «Kiss each other clean» lejos de encasillarse añade el gusto por las armonías y le sale un soft-rock amable y acogedor, sin aristas, medido instrumentalmente –con la aportación de músicos de Califone o Doveman– y de textos que beben de la tradición. Música de raíces sin complejos explorando su cara más popular. QUEEN Greatest Hits I–II, Remastered Durante dos décadas esta reinona excesiva lideró audiencias de forma absolutista con la autoridad de quien había resuelto el desconcierto que en el negocio discográfico produjo la separación de los «Beatles». La desorientación trajo un revoltijo rockero –ampuloso sinfonismo, vanguardismo progresivo, glam divertido y anfetamínico, la tabula rasa punkie, …– que Freddy Mercury y los suyos solventaron sobrados. Estos «Grandes Éxitos» –el primero publicado en 1881, en 1991 el II–, ahora con sonido actualizado, evidencian su grandeza dominando todos los palos, de la balada –«Play the game»– al rock de estadio –«We are the champions»–; del heavy –«We will rock you»– al bacile retro –«Fat botton girls»–, el funky discotequero –«Another one bite the dust», «Under pressure»– o medios tiempos poperos –«Somebody to love»–, y hasta una obra maestra, «Bohemian Rhapsody», que los contiene a todos. Inmensos. MOON SAFARI Lover’s end Imaginen un paisaje sonoro estival y onírico, como si Brian Wilson y Yes se encontraran ocasionalmente con los Génesis de Peter Gabriel. El cuadro se llama Moon Safari, los artistas son suecos y conjugan con naturalidad sorprendente melodías canónicas, sinfonismo setentero, armonías blancas –«Beatles», «Queen»– y progresivo que no se pierde en soliloquios ni ensimismamientos virtuosos. El resultado es pop luminoso, amable, sin aristas, que siendo elaborado resulta ameno, como dulce no empalaga y resultando un pastiche más en este mundo recauchutado suena fresco. «Lover’s end» es su tercer álbum, mantiene una línea continuista aunque aligera minutaje en los temas, presta más atención al ensamblaje estilístico y mima, aún mas, las armonías. Otra burbuja que hace ¡Pop! Una agradable sorpresa. R. E. M. Collapse into now A la vejez, viruelas; a la madurez, intensidad juvenil y melodías intemporales, como si el trío de Athems, de repente, hubiese superado la amnesia musical que durante una década sólo produjo álbumes hiperproducidos y alejados de aquella pócima a base de punk, folk y psicodelia, envuelta en una actitud humanista que los convirtió en reyes del rock alternativo. «Accelerate», 2008, ya implicaba un regreso a lo crudo, a los temas de dos minutos con las guitarras mandando hasta la saturación. «Collapse into now» –grabado en estudios míticos: los Hansa de Berlín, Music Shed en Nueva Orleans– repite producción con Jacknife Lee y como un muestrario, como si necesitasen recordarnos sus hallazgos, hacen repaso de sus excelencias: rock básico, medios tiempos ricos en armonías y baladas descreídas. Grandes canciones para un regreso esperado. LUIS EDUARDO AUTE Intemperie Extraña verlo de nuevo en los escenarios de nuestra ciudad, pero lleva ya una larga temporada de gira desde que publicara, el pasado noviembre, este «Intemperie», otra radiografía descorazonadora de nuestro tiempo desde razones poéticas. Ráfagas críticas de un francotirador desengañado que utiliza como metralla la duda y el lirismo, la paradoja y el simbolismo, fruncidos con citas –literarias o cinematográficas– a sus obsesiones como pintor, cineasta y cantautor; el testimonio del militante del individualismo que sólo confía en la emoción, capaz de la mirada más aguda y dura expresada con suavidad melódica. Un mundo que lleva desgranando más de cuarenta años –en treinta y dos discos, innumerables exposiciones de pintura y hasta un filme de animación– en una exploración de las sombras desde el escepticismo. CLINT MANSEL Black swan, B. S. O. Natalie Portman, con su sobresaliente interpretación de Nina –joven y ambiciosa bailarina que aspira a triunfar con el doble papel estelar del ballet clásico en «El Lago de los Cisnes»–, logró el «Oscar» a la mejor interpretación femenina y salvó este thriller psicológico del siempre excesivo, y de recursos tan efectistas como repetitivos, Darren Aronofsky. La Portman como prima ballerina inmersa en una obsesiva batalla entre el delicado e inocente Cisne Blanco, la sensual maldad del Cisne Negro y la exigencia física del ballet que harán aflorar la pulsión autodestructiva para que Clint Mansel cree una banda sonora que refleje ese estado depresivo deconstruyendo la célebre obra de Tchaikovsky, melódica y rítmicamente, y dotándola de elementos atonales y discordantes con que acentuar el suspense y la progresiva enajenación de la Reina de los Cisnes. Tchaikovsky de cine. LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de marzo de 2011 XVI / dominical La historia de la cerámica de la provincia (IV) Cántaro de Muelas con más de 70 años, de la alfarera Manuela Miguel Refoyo. Tinajas de la alfarera perigüelana Julia Domínguez, nacida a finales del siglo XIX. Alfarería para el agua La importancia de la función de los cántaros propició que se dictaran normas para su fabricación con una determinada capacidad en el caso de su uso por los aguadores ✒ Ramón M. Carnero La importancia del cántaro en el discurrir de la vida cotidiana, corre paralelo a la importancia de su función: transportar el agua desde ríos y manantiales a las viviendas y a las obras que la precisaban. De ahí que, desde antiguo, su uso estuviera regulado, sobre todo en las ciudades, lo que, sin duda, repercutió en las poblaciones menores, ya que las normas dictadas para su fabricación obligaban a una determinada capacidad, al menos para su uso en el abastecimiento de agua por parte de los aguadores. Las Ordenanzas Municipales de Zamora — Del Canto de la Fuente, Carbajo Martín, Moreta Velasco, «Ordenanzas municipales de Zamora, siglos XV y XVI»,1991; y Ferrero y Martín «Los abastos de Zamora», 2006— en 1540, establecen que el lugar donde los «aguaderos» debían coger el agua era «más allá de la puente hacia las açeñas, o encima de la çuda de Bracos e de encima de la Puerta Nueva», de no hacerlo así «los fieles de las calles» les «quebrarían» los cántaros y les impondrían una «pena de seis maravedís», salvo que el agua fuera para «regar o hacer barro». En estos casos tenían que llevarlos «tapados con estropajos» para que los «fieles de las calles los reconocieran». En un momento dado obligan a que «los cántaros que trageren que sea cada uno de seys açumbres (cada azumbre, unos dos litros) de media e no más» y le dan un tiempo a los «aguaderos» para que sea provean de ellos. Y los que llevaran «cántaros de inferior medida» corrían el riesgo de ser multados y en caso de reincidir les podía acarrear «seys días de cárcel». Respecto a la capacidad, las ordenanzas salmantinas —recogidas por Larruga— en 1581, establecían que «los cántaros que hicieren para los aguadores» fueran «de boca pequeña y de cinco azumbres poco más o menos y sellados con tapaderas de corcho y no de suela». Por tanto, la fabricación de cántaros con medidas concretas para los aguadores, sin duda tuvo que influir en toda o parte de la producción; que en algunos lugares como Carbellino, como vimos en el anterior artículo dedicado a la alfarería de este pueblo sayagués, llegaron a alcanzar merecida fama, por lo que se registraban con el nombre del pueblo de origen. En cambio, los que se hacían en Pereruela, algunos po- Viejos cántaros de Pereruela junto a una niña que sujeta uno de factura actual. ❜❜ Los cántaros de Pereruela llevan siglos fabricándose, ya se mencionan en inventarios y partijas desde 1410 co menos que negarle la existencia ya que reducen su producción a contados ejemplares en alguna casa, dándole preferencia a los de Moveros como lugar de abastecimiento. Hay que recordar que cuando aparecen tar- díamente algunas alfarerías como las de Moveros, Carbellino, Venialbo, El Perdigón, Cibanal..., los cántaros de Pereruela llevan siglos fabricándose; pues ya se mencionan en 1410. Y en algunos inventarios y partijas hechas por defunción, y algún otro documento de los siglos siguientes, aparecen registros de cántaros con el nombre de Pereruela. Lo demuestra el hecho de que de un total de ochenta y cuatro inventarios que hemos visto entre 1530 y 1817, de algunos notarios de Toro, Fermoselle, Alcañices, alguno de Benavente, y sobre todo de Zamora, y viendo algunos años de cada siglo, hemos encontrado 95 cántaros, de los que 48 no se les registra el alfar de procedencia; entre ellos varios cántaros «con soga para sacar agua». De Toro hemos encontrado uno. De Pereruela 32, de los que diez fueron a las tropas francesas que ocupaban el castillo de Zamora, que, además, también se abastecieron de ollas y baños del mismo lugar. En 1814, el abastecimiento de alfarería de esta localidad, aunque el documento no especifica piezas, fue para las tropas portuguesas. De Carbellino 4, como vimos. Y, por último, de Muelas 10. No hemos encontrado otras denominaciones de origen. Pero muchos de los que no están identificados en origen pueden ser de cualquier alfar, incluso de los que aparecen con registro. Otra vasija importante, por resultar imprescindible para el almacenamiento de agua, y en menor medida vino, son las tinajas y los tinajones, aunque alguno haya sido destinado a contener otros productos, por ejemplo garbanzos, y alguna tinaja inutilizada harina. De este recipiente hemos contabilizado 152, de las que 59 no sabemos lugar de procedencia, 58 son de Pereruela, 24 de Cantalapiedra (Salamanca), 3 de Peralejos de Abajo (Salamanca), 4 de Muelas y 4 con la denominación genérica de «zamoranas». Como dato llamativo señalamos que en los inventarios de Toro y su Alfoz que hemos consultado, las tinajas con denominación de origen son de Cantalapiedra y algunas zamoranas. En cuanto a Sayago son de Pereruela, apareciendo también una de Cantalapiedra en Fermoselle. Por lo que respecta a los tinajones, hay que aclarar que aunque tinajón es un aumentativo de tinaja, no se trata de la mayor de las tinajas, sino todo lo contrario, la más pequeña, al menos en Pereruela. Suponemos que en Cantalapiedra, que junto con Pereruela son los dos pueblos en los que hemos documentado denominación propia, sea lo mismo. Los tinajones anotados son 25, de los que 19 no tienen reconocido origen, 5 son de Pereruela y 1 de Cantalapiedra. En cuanto a las vasijas para llevar agua, por ejemplo al campo y las eras, eran los barriles o barrilas, botijas, botijones, también algunas cántaras o cantarillas. Hemos visto que alguno, a los llamados botijones en Pereruela, los ha catalogado como barrilas. Por eso queremos señalar que en la documentación aparecen todos los nombres dados anteriormente. Y en la de Pereruela también aparecen los barriles en dos ocasiones. Barriles, barrilas y botijones, ¿son sinónimos? Desde luego los barriles de algunos lugares y los botijones de Pereruela no se parecen en la forma. De cualquier modo, de todos los registrados se lleva la palma Muelas con 35 barriles. De Toro hemos encontrado 1, lo mismo que de Zamora, 2 de ¿Gallegos? y 5 sin origen. Respecto a las botijas son 7 y sin denominación, lo mismo que el único botijón. Del popular botijo no hay rastro. Hay algunas otras piezas de alfarería, que si bien están relacionadas con los líquidos, su uso no era para contenerlos, sino para medirlos, como es el caso de los cántaros, medios cántaros, cuartillas —hemos encontrado alguna de Pereruela— y medias cuartillas, potes para medir el vino, el aceite, las sal... Todas las medidas, ya fueran de metal, madera o de barro, si eran utilizadas para vender al público, por ejemplo vino, aceite, vinagre..., tenían que ser revisadas y contrastadas y luego marcadas por el merino de la ciudad, que disponía de «quatro limas de hierro para limar los cántaros y demás medidas de barro», y, además, «un yerro para marcarlas». Hasta el año 1500 sólo se autorizaban medidas de barro —Ferrer, La Gobierna, 1986—, a ser posible de mala calidad para que rompieran antes y así el merino de la ciudad cobrar las tasas más a menudo. Llegando a afirmarse que no se conformaba ni el ni sus ayudantes, que «aún en aquello tienen manera con los holleros que las hagan de mal barro e mal cocidas por causa que se gasten y quiebren presto». Por último queremos señalar una vasija de barro, que si cabe está tan relacionada o más que ninguna otra con el agua: el «arcaduz» —a veces aparece con «b»; que era un canjilón para noria—, que hemos documentado junto a crisoles en la Pereruela de la segunda década del siglo XIX. El canjilón cerámico es una vasija doblemente globular, con un estrechamiento o cuello que une las dos «esferas», utilizado para asegurarlo mediante atado a la cadena de la noria.