Guam 7 de marzo DE LA DESESPERACIÓN A LA ESPERANZA: 1a PARTE s Yo apenas tenía cuatro años cuando mi madre murió. Era demasiado pequeño para entender la muerte, pero sabía que algo andaba mal. Mi infancia fue infeliz. Por mucho que lo intentaba, no podía complacer a mi padre. Él me prestaba poca atención. Cuando tenía nueve años me fui de casa, y me quedé con amigos y familiares hasta que me pusieron en una serie de hogares de crianza. Cuando era adolescente, estuve en un reformatorio durante tres años. Allí conocí a un chico muy alto, que era un excelente jugador de baloncesto. Comenzamos a hablar, y cuando le dije mi nombre me miró sorprendido. Me dijo que éramos primos. “Tu mamá y mi papá eran hermanos”, me aseguró. Casi no podía creerlo. Nunca había conocido a la familia de mi madre, y no sabía que tenía tías, tíos y primos de su lado. Mi primo me llevó a su casa a conocer a mi familia, y en la casa había más y más parientes que querían verme. Durante la conversación, me enteré de que mi madre murió debido a complicaciones producidas por las palizas que mi padre le daba. Fui liberado del reformatorio y me fui a vivir con mi tío. A veces iba a casa de mi padre a ver a mi hermano y mi hermana menores. Una vez estando cerca de la casa, vi a mi padre tomar a mi hermano pequeño y lanzarlo contra la pared. Cuando corrí y traté de detenerlo, cogió una tabla y me golpeó con ella. Mi ira contra mi padre fue creciendo. Él era un hombre querido y respetado en la isla de Guam, pero nadie fuera de nuestra familia sabía lo que él era en casa. Yo me negué a depender de otra persona. La secundaria la completé solo, y trabajé para comprarme mi propia ropa. Cuando me gradué, me uní a la Guardia Nacional, para poder salir de la isla. Dos años más tarde, pedí que me transfirieran a la Infantería de Marina, donde logré alcanzar el rango de sargento. Me casé, y tuve tres hijas con mi esposa. Mi trabajo me mantuvo lejos de casa durante mucho tiempo, y se me hizo difícil mantener mi matrimonio, debido a mi temperamento y mis ausencias. Finalmente, nos divorciamos. Me sentí muy herido y vacío por dentro. Una vez más me quedé sin familia, y me sentí completamente solo. INSATISFECHO Aunque tenía una exitosa carrera en la Infantería de Marina, aún me sentía insatisfecho. Ya nada me importaba, y decidí que la vida no valía la pena, así que un día tomé mi rifle y me fui a la playa para acabar con mi vida. Llegué hasta una roca que estaba en el agua y me senté con mi arma a pensar en mi vida fracasada. Después de estar un rato sentado, un policía se acercó. Al parecer, notó que MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS DIVISIÓN NORTEAMERICANA 23 CÁPSULA INFORMATIVA • Junto con Guam, Micronesia incluye la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte, la República de las Islas Marshall, los Estados Federados de Micronesia y Palaos. • Guam, un territorio de los Estados Unidos, es la mayor de las islas y la más poblada, considerada la “puerta de acceso” a Micronesia y un centro para la región. • La Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte es un Estado Libre Asociado que consta de catorce islas justo al norte de Guam y, junto con Guam, forma el archipiélago de las Islas Marianas. • Los Estados Federados de Micronesia y Palau son dos naciones insulares independientes y juntos componen las naciones del archipiélago de las Islas Caroline. • La República de las Islas Marshall es también una isla independiente, ubicada aproximadamente a dos mil cuatrocientos kilómetros al este de Guam, y se compone de muchas pequeñas islas de baja altitud y atolones. 24 yo estaba contemplando suicidarme, así que se metió en el agua y llegó hasta donde yo estaba. Alcé el rifle y le advertí que se mantuviera alejado. El agente retrocedió. A los pocos minutos, mi coronel de la base de la Marina llegó y me ordenó que bajara el arma. Yo me negué. Entonces, llegó mi papá. Cuando lo vi caminando hacia mí, me puse el cañón del arma en la boca y apreté el gatillo. Hubo una explosión, y caí hacia atrás de la roca. Todos corrieron y me sacaron del agua. Estaba vivo. Examinaron el arma, y encontraron que la bala se había atascado a mitad de camino en el cañón. Cuando mi padre vio lo que había pasado, se marchó. Después de esto, fui expulsado de la Infantería de Marina. Ahora sí que no tenía nada. No tenía trabajo, ni familia, y odiaba a mi padre. Sentí que mi vida no tenía sentido. MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS DIVISIÓN NORTEAMERICANA MI