Newsletter SCOR Global Life ¿Qué opina de los tratamientos inmunosupresores de última generación? « Los tratamientos inmunosupresores han aportado considerables progresos en las enfermedades autoinmunes así como en los trasplantes de órganos, mejorando el pronóstico de nuestros pacientes de forma indiscutible. Sin embargo, presentan un riesgo añadido, sobre todo de carácter infeccioso y oncológico, cuya gravedad está disminuyendo en los últimos años. Hemos constatado que los inmunosupresores que llegan al mercado de forma progresiva determinan de forma más específica y precisa el mecanismo inmunológico y están acompañados por un menor número de efectos secundarios, en cuanto a infecciones y casos de cáncer. » Dr. Alexandre KARRAS El sistema inmunitario Un riesgo real de infección en descenso Un riesgo cardiovascular difícil de evaluar El riesgo de infección aumenta con la utilización simultánea o secuencial de varios tratamientos inmunosupresores. Las dosis prescritas también son un factor a tener en cuenta. Por ejemplo la mortalidad infecciosa de la corticoterapia multiplica por dos el riesgo de infección severa, pero ese no es el caso de la azatioprina y del metotrexato utilizados en solitario. Los anti-TNF (p. ej.: infliximab, etanercept), recetados actualmente con frecuencia, parecen favorecer de forma moderada algunas infecciones. En los últimos años, gracias a un estudio previo exhaustivo, a medidas antiinfecciosas curativas o profilácticas así como a una importante vigilancia clínica y biológica, el riesgo añadido de infección de los tratamientos inmunosupresores ha disminuido considerablemente. Si bien se ha reconocido que los corticoides favorecen el síndrome metabólico, que la ciclosporina o el sirolimus provocan un desequilibrio en el análisis de lípidos y que el tacrolimus es prodiabético, el peso de estas anomalías metabólicas en la supervivencia y la morbilidad cardiovascular de los pacientes queda aún por demostrar. Los riesgos cardiovasculares potenciales de los tratamientos inmunosupresores no deben quitarle importancia a los auténticos riesgos que presentan las enfermedades renales crónicas antes y después del trasplante. En estas condiciones, es difícil determinar qué parte exacta en el riesgo cardiovascular añadido corresponde a los tratamientos inmunosupresores. Un riesgo de padecer cáncer multifactorial en aumento Los tratamientos inmunosupresores más antiguos (p. ej.: ciclofosfamida) poseen un auténtico potencial cancerígeno. En efecto, la inactivación sin especificar del sistema inmunitario altera la capacidad del organismo de detectar y eliminar las células cancerígenas. Los tipos de cáncer más frecuentes en un paciente inmunodeprimido suelen ser aquellos relacionados con la activación de un virus específico (p. ej.: virus del papiloma, virus de Epstein-Barr). En los pacientes trasplantados, la incidencia de nuevos casos de cáncer se multiplica por tres en comparación con la población general, pero casi la mitad de esos casos de cáncer son poco agresivos y lo suficientemente fáciles de curar; es el caso, por ejemplo, de los carcinomas cutáneos. En el caso de trasplantes renales, algunos tipos de cáncer parecen más correlacionados con la enfermedad renal subyacente que con el propio tratamiento inmunosupresor. Otros elementos pueden aumentar el riesgo oncológico, como la existencia de una inmunosupresión anterior al trasplante, la intensidad y la duración del tratamiento inmunosupresor, la edad, el tabaquismo o, sobre todo, factores hereditarios. En caso de enfermedades autoinmunes, el riesgo oncológico es mucho menos importante, dejando a un lado quizás a las personas que reciben importantes dosis acumuladas de ciclofosfamida. Es interesante constatar que algunos inmunosupresores de última generación (p. ej.: sirolimus, everolimus) parecen poseer sus propias defensas antitumorales. Lo que parece prometedor para el futuro... No obstante, en estos pacientes que normalmente cuentan con una muy buena supervisión en el terreno médico, las complicaciones oncológicas suelen detectarse en un estadio precoz, permitiendo así una terapia eficaz, sin comprometer la supervivencia del paciente. Los tratamientos inmunosupresores en la actualidad Julio 2011 Newsletter Autores Dr Dominique Lannes, Dr Gabriela Mendoza-Buffet Médicos consejeros de SCOR Global Life. Estas últimas décadas han sido testigo del desarrollo de los medicamentos inmunosupresores en un gran número de patologías. Las primeras moléculas utilizadas (corticoides, azatioprina, etc.), potentes pero poco específicas, conllevan múltiples efectos secundarios, en particular un aumento de las infecciones y de algunos tipos de cáncer. Recientemente, los inmunosupresores modernos como el sirolimus, que determina un mediador o una vía de señalización en la reacción inmunitaria o inflamatoria con más precisión, han permitido mejorar los resultados en términos terapéuticos, pero también limitar los efectos secundarios, especialmente de carácter infeccioso u oncológico. Sin embargo y como hemos visto anteriormente, la experiencia de los médicos en el manejo de inmunosupresores aumenta con el paso de los años y a día de hoy sabemos prevenir, detectar y tratar mejor los efectos secundarios de estos tratamientos. La inmunodepresión en la infección por VIH y los tratamientos inmunosupresores « El VIH (virus de la inmunodeficiencia humana es el responsable del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), que se caracteriza por la aparición de múltiples infecciones y tumores en las personas afectadas. Desde 1996, gracias a la generalización de los tratamientos que asocian 3 clases de moléculas diferentes (las “terapias triples”), la incidencia de casos de SIDA y la mortalidad en personas infectadas por el VIH han disminuido sensiblemente en los países donde el acceso a los cuidados está generalizado. Actualmente, los tratamientos inmunosupresores se utilizan ampliamente en las enfermedades autoinmunes o en la prevención del rechazo de órganos trasplantados. Hemos dedicado nuestros 23º Encuentros Médicos al estudio del riesgo en seguros en caso de inmunodepresión, ya sea provocada por la infección por VIH o como consecuencia de un tratamiento inmunosupresor. Nuestros invitados, la Profesora Brigitte Autran (Hôpital de la Pitié-Salpêtrière, París) y el Dr. Alexandre Karras (Hôpital Georges Pompidou, París), han expuesto los últimos datos de la investigación, ofreciéndonos la El equipo del centro internacional de I+D de selección médica y aceptación de siniestros de SCOR Global Life supervisa desde hace varios años los trabajos y las publicaciones realizados acerca de los riesgos asociados a la inmunosupresión. Una colaboración estrecha con equipos médicos de renombre permite al centro tener en cuenta los datos médicos más recientes de la forma más rápida para entender y evaluar su impacto en materia de seguros de riesgos agravados. Para obtener más información acerca de este asunto, no dude en ponerse en contacto con sus representantes habituales de SCOR Global Life. © 2011 – ISSN: 1961-7119 - Queda prohibida la reproducción total o parcial del presente documento cualquiera que sea el soporte sin previa autorización del Editor. SCOR se esfuerza en garantizar la exactitud de la información contenida en sus publicaciones y renuncia a toda responsabilidad en caso de imprecisión, inexactitud u omisión. Editor Bérangère Mainguy Tél. : +33 (0)1 46 98 70 00 [email protected] SCOR Global Life SE Societas Europaea con un capital de 274 540 000 € 1, avenue du Général de Gaulle 92074 Paris La Défense Cedex France RCS Nanterre 433 935 558 www.scor.com posibilidad de cotejar sus conocimientos con la percepción del riesgo para la obtención de seguros para las personas. Este boletín representa para nosotros la oportunidad de hacerles partícipes de nuestras reflexiones acerca de este asunto que tanto nos afecta, ya que después de esta reunión SCOR Global Life ha firmado un acuerdo de cooperación con el fin de apoyar los trabajos y las investigaciones relacionados con el VIH realizados por la Profesora Brigitte Autran. » Gilles Meyer Director General de SCOR Global Life Newsletter SCOR Global Life Newsletter SCOR Global Life La infección por VIH: 1996 o el inicio de una nueva historia Los nuevos datos y las nuevas esperanzas La historia natural y clínica La infección por VIH ha dado lugar a investigaciones nunca antes realizadas en la historia de la medicina. La esperanza que ha despertado esta investigación es considerable. La revolución de los tratamientos antirretrovirales La infección por VIH implica la pérdida de inmunidad y el desarrollo de infecciones oportunistas y de algunos tipos de cáncer. La infección aparece acompañada igualmente por una serie de síntomas llamados « constitucionales », principalmente la pérdida de peso, las adenopatías y la fiebre. Estas afecciones definen el SIDA, que es la causa de muertes prematuras. En 1996, aparecieron los primeros tratamientos con antiproteasas, conocidos como « terapias triples » o HAART (Highly Active Antiretroviral Therapy). Evolución del número de casos y fallecimientos por el SIDA entre 1994 y 2006 en En el ámbito clínico, se utilizan dos parámetros en el seguimiento de una persona infectada por el VIH: la tasa de linfocitos CD4 y la carga viral. Incidencia sobre 100 personas-año 140 Sin tratamiento, la cantidad de CD4 disminuye de 50 a 70 células/mm3 al año, hasta alcanzar un valor inferior a 200 células/mm3: esta pérdida de inmunidad, indicada por los síntomas constitucionales, implica la aparición de infecciones oportunistas y, en última instancia, ciertos tipos de cáncer que llegan a provocar la muerte. Sin embargo, el crecimiento de la carga viral aumenta la destrucción de linfocitos y acelera la evolución de la infección por el SIDA. En la actualidad, la carga viral se considera indetectable por debajo del umbral de 20-50 copias/ml. SIDA 120 Fallecimiento 100 80 60 40 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 s1 s2 s1 s2 s1 s2* s1* s2* s1* * Datos corregidos teniendo en cuenta el plazo de declaración. Estos tratamientos provocan un aumento rápido de los CD4 y un descenso considerable de la carga viral, incluso en casos de aplicación tardía en pacientes que hayan desarrollado el SIDA. A largo plazo y con el seguimiento de un tratamiento diario y crónico, se consigue una recuperación inmunitaria, lo que explica la enorme disminución de la morbimortalidad causada por el SIDA desde el año 2000. Desde entonces, la eficacia de los tratamientos antirretrovirales se ha demostrado y se mantiene con el paso del tiempo. Carga viral y tasa de linfocitos CD4 en función del tiempo en un sujeto infectado por el VIH, no tratado Primo-infección Diseminación del Virús Infección 1200 1100 Número de CD4 (células/mm3) 600 Infecciones oportunistas Fallecimiento 500 400 300 10 4 VIH/RNA (c/mL) 10 5 700 10 3 200 Sintomas constitucionales. SIDA 10 2 0 3 6 9 Semanas 12 1 El primer ensayo terapéutico positivo de una vacuna anti-VIH se realizó en Tailandia y fue publicado en 2009 (2). Muestra una prevención de la infección en un 31,2% de las personas vacunadas. Aunque la eficacia de esta vacunación todavía sigue siendo limitada, estos resultados son muy prometedores y la investigación continúa. Además, se ha observado un primer caso de curación (¿definitiva?) en Alemania en 2009 (3), en un paciente afectado por una leucemia y a quien se realizó un trasplante de médula ósea a partir de un donante portador de una deficiencia genética de moléculas de entrada del virus (CCR5); a fecha de hoy, este paciente mantiene una carga viral indetectable. Este resultado ha despertado nuevas esperanzas de poder reproducir esta experiencia única. En la actualidad, la terapia triple mejora la esperanza de vida de los pacientes, en particular cuando la tasa de linfocitos CD4 supera 500/mm3 y cuando la carga viral se mantiene indetectable. Fuentes « Un antiguo estudio mencionaba una esperanza de vida de 39 años. Esta esperanza de vida se revisa de forma contante en función de los progresos terapéuticos en los países donde hay acceso a los tratamientos. Sin embargo, es necesario dejar pasar cierto tiempo para evaluar estos progresos, sabiendo además que algunos algoritmos permiten calcular esta esperanza de vida. Consideramos que las comorbilidades, la ateroesclerosis y el cáncer se deben principalmente a la infección por el VIH y no al tratamiento. Se trata de un consenso actual. Por lo tanto, nos dirigimos hacia un tratamiento muy precoz, ya que impide la aparición de la ateroesclerosis y el cáncer. Si llegamos a esta conclusión, podremos considerar sin lugar a dudas que la esperanza de vida de los pacientes debería ser normal, incluso si no conseguimos erradicar el virus por completo. » Profesora BRIGITTE AUTRAN (1) AIDS. 2010. Immune and virological benefits of 10 years of permanent viral control with antiretroviral therapy. Guihot et al, DECAMUNE study group. (2) N Engl J Med. 2009 Essai de Phase III de Vaccination par canarypox recombinant/HIV et gp120 en Thaïlande. Rerks-Ngarm S, et al. Los nuevos conceptos fisiopatológicos (3) N Engl J Med. 2009 Long term control of HIV by CCR5 delta 32/delta 32 stem cell transplantation. G Hutter et al. VIH 10 6 800 0 ¿Los tratamientos son eficaces a largo plazo? La vacuna anti-VIH y la erradicación viral, del sueño a la realidad ¿Podemos considerar que la esperanza de vida actual de un paciente infectado por el VIH bajo tratamiento, cuya inmunidad ha sido restaurada, alcanza de 20 a 30 años? Carga viral Período de latencia 100 Desde el principio del siglo XXI, la comprensión de las comorbilidades asociadas al VIH ha experimentado una gran mejora. Por ejemplo, se ha determinado que el riesgo cardiovascular añadido no tiene su origen en los tratamientos antirretrovirales, sino en la propia infección viral. También se ha observado un aumento del riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer en portadores del VIH, no asociados al SIDA en sí sino a otros factores de riesgo que pueden añadirse a la infección por VIH... por ejemplo, el tabaquismo (cáncer de pulmón), la coinfección por el virus de la hepatitis B o C (cáncer de hígado), etc. Un estudio francés realizado en 2009 (1) ha valorado los beneficios obtenidos después de diez años de tratamiento antiretroviral. 10 ? 1000 900 Las principales complicaciones en la infección por VIH no tratada son el desarrollo del SIDA y de distintos tipos de cáncer como consecuencia de la inmunodepresión, que son letales en el 99,9% de los casos. La eficacia de los tratamientos antirretrovirales ha permitido controlar esta inmunodepresión pero no la aparición de síntomas clínicos que denominamos « comorbilidad ». Sabemos que la activación inmunitaria y las inflamaciones ligadas a la replicación del propio virus favorecen, a largo plazo, la aparición de comorbilidades, sobre todo cardiovasculares, óseas, cerebrales, cancerígenas, etc.; por ello, es necesario controlar la respuesta inmunitaria en estos pacientes. Las comorbilidades relacionadas con el VIH 20 0 Estrategias terapéuticas orientadas hacia la respuesta inmunitaria del organismo En pacientes tratados en fases avanzadas de la infección por VIH, la tasa de linfocitos CD4 alcanza aproximadamente 200. Después de 10 años, esta tasa sigue en aumento. No obstante, esta restauración permanente del sistema inmunitario exige respetar una condición: se trata del cumplimiento por parte de los pacientes, que deben seguir su tratamiento al pie de la letra y tomar su medicamento antirretroviral diariamente. 2 3 4 5 6 Años 7 8 9 10 11 Fuente: Bartett y Gaillant, 2003 Linfocitos CD4 Los tratamientos inmunosupresores: principalmente, consecuencias infecciosas y oncológicas • Las enfermedades autoinmunes son el resultado de una activación anómala del sistema inmunitario, provocando una « autoagresión » de nuestro propio organismo. • Después de un trasplante de órgano, el sistema inmunitario también puede volverse nocivo destruyendo y rechazando el órgano trasplantado. Estos son dos tipos de afecciones para las cuales el tratamiento elegido es la utilización de medicamentos que disminuyen la respuesta inmunitaria: « los inmunosupresores ». El sistema inmunitario posee acciones antiinfecciosas y antitumorales básicas. Esto explica que los pacientes que sufren una inmunodepresión terapéutica presenten una sensibilidad particular frente a infecciones y un riesgo importante de padecer cáncer. …/… Inmunoactivación Inflamación Riesgo CV / huesos* Inmunodepresión Cánceres Déficit Inmunitario Envejecimiento Cánceres * Riesgo Cardiovascular y en los huesos. SIDA Cánceres