El cine templario

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Los guionistas y directores de películas de contenido
histórico siempre han intentado aportar su grano de arena
con la difusión de este tipo de películas, en esta ocasión
vamos a intentar dar una explicación de porqué se
realizaban.
En los últimos veinte años se observa un mayor auge en
películas que se relacionan con la Orden del Temple, un
ejemplo sería INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA.
Siguió alguna otra con pequeñas incisiones como LA
BÚSQUEDA y principalmente EL CÓDIGO DA VINCI. Ésta es
un puntal en los últimos años aunque es una novela llevada
al cine sin rigor histórico y basada en especulaciones; es
muy comercial y contribuyó a poner en auge al Temple que
hasta la fecha era bastante desconocido.
Otra película sobre esta temática es LA SANGRE DE LOS
TEMPLARIOS. Ésta es totalmente fantástica pues trata el
tema como gente casi inmortal, y teoriza con las líneas de
sangre de templarios y Priorato de Sión, que nunca han
sido probados por ningún historiador aunque se ven
algunos detalles de sus rituales en castillos con sus criptas
como tumbas de grandes maestres del Temple y rezando el
Padrenuestro en latín. Los directores de cine vieron en
estas películas su filón de oro pues eran muy seguidas por
personas que querían ver aventuras y a la vez entender
que eran los templarios, aunque acabarían más confusos
aún, por la falta de rigor.
Sólo hay una película de este tipo que se aproxima
bastante a la realidad: es EL REINO DE LOS CIELOS de
Ridley Scott. El autor, a la sazón, de GLADIATOR.
Éste es un director más riguroso que el resto en este tipo
de cine, el histórico. En EL REINO DE LOS CIELOS está muy
acertado en los personajes, pero no pasan inadvertidos
para algunos los errores históricos.
Esta película ensalza la lealtad y el honor pues enseña que
es importante el reino de Dios, pero no a cualquier precio,
así como también desmitifica a los templarios, a los que
tacha de violentos asesinos.
Los errores más visibles son: Comienza la película con un
caballero llamado Godofredo, un noble con diversos
vasallos en busca de su hijo, en viaje desde Jerusalén, para
reconocerlo y declararlo heredero. Éste sale de Francia y le
acompañan dos caballeros teutones y un sarraceno, este
último es algo extraño en este lugar, pero los teutones no
fueron fundados hasta 1190 en Acre, y esta historia
empieza en 1184. Es decir, dos teutones antes de su
fundación y además saliendo de Francia, en vez de
Alemania que sería su origen. Otros errores son los
templarios con cruz latina, mujeriegos y asaltadores,
cuando la realidad es que tenían una regla muy rígida
monacal con castidad, entre otros votos, y aquí se muestra
un jefe templario en el personaje de Guido de Lusignan,
casado con Sibila, hermana del rey Balduino IV, y que sería
rey a posteriori; aunque esto sí sería así —lo veremos más
adelante—, su biografía no destaca en ningún momento
como templario, pues además de rico en Jerusalén no
guardaba voto de castidad. Se muestran, además
ejecuciones a templarios, y eso no fue así, pues entre otras
cosas sólo podían ser juzgados por el Pontífice de turno, lo
que denota otro error bastante grave, pues distorsiona lo
que eran en sí los templarios.
Hay grandes bazas a favor en esta película, por ejemplo: El
rey Balduino IV —que era el rey en la época que narra la
película—, era leproso y lucía una máscara de plata, como
así fue en la realidad.
Este rey nació en 1161 en Jerusalén y murió en 1185, no
estando claro el lugar, así que omitiré cualquier dato al
respecto. Fue un rey hábil y guerrero aun con sus
enfermedades, era valiente y fue vencedor de una de las
batallas más importantes del reino de Jerusalén, la de
Montgisard, en 1179, donde vencieron, principalmente los
templarios, a las tropas de Saladino.
La batalla de Montgisard. Pintura al pastel de Mariana Abregú (publicada con
autorización de su propietario, don Pedro López Martínez)
También combatió en el Vado de Jacob, en 1180, que era el
cruce del Jordán desde Jerusalén a Damasco. Este rey casó
a su hermana Sibila en segundo matrimonio con Guido de
Lusignan, que se dedicaba entre otras atrocidades a asaltar
a comerciantes árabes de la ruta Egipto-Damasco y que
estaban tutelados por el tratado de paz cristiano-musulmán
para el comercio. Estos hechos, que los recoge
brillantemente la película, desataron la furia de Saladino
que realizó escaramuzas contra los cristianos. Por ello, el
rey negocia con el caudillo árabe de nuevo la paz y castiga
a Guido de Lusignan públicamente, aunque esto no fue así
realmente; no solo no lo castigó, sino que lo nombró
regente, aunque después se arrepintió y en 1183 lo
destituyó exiliándolo junto a su esposa a Ascalom, y
sacando a ésta fuera de la sucesión, ya próxima, a favor
del hijo de ésta, habido en su primer matrimonio, Balduino
V. Por avatares del destino Balduino V duró poco como rey
y subió al trono Guido de Lusignan, lo que recoge esta
película. Este hecho sí es fiel a la realidad.
Volviendo al tema del film, no se menciona nada especial
del rey Balduino IV; se centra en el personaje del hijo de
Godofredo el cual entrega la Ciudad Santa a cambio del no
derramamiento de sangre, aunque ensalza valores de
caballeros entre Saladino y este personaje que serían
probablemente de ficción, pues los reyes tenían que
negociar la paz y la guerra. Aquí el guionista se equivoca al
no dar el protagonismo al rey, que por cierto tuvo a
Guillermo de Tiro como preceptor.
No se menciona el respeto que los musulmanes sentían por
él, que le consideraban como el mejor rey de Jerusalén;
decían de él que tenía la autoridad, el valor y el respeto a la
altura del rey Salomón.
En resumen: Una película con cierto rigor histórico, con
personajes reales y cronológicamente bien situados, que
ensalza las grandes virtudes y a la vez los grandes defectos
del ser humano y su codicia, mostrando la caballerosidad
entre rivales como el rey y Saladino, así como su
admiración mutua, no dando un papel relevante a templario
alguno, salvo a Guido de Lusignan, que en realidad no era
templario, pero sí fue rey.
Esta película tiene buena puesta en escena en general, y
aprovecha la ventana que abrió EL CÓDIGO DA VINCI, para
vender mejor el producto y de paso difundir esta temática
tan de moda entre la gente como es la de los templarios,
aunque con poco rigor sobre estos.
Aprovechando esta publicidad que brinda el cine, y en este
aspecto el de temática de cruzados y templarios,
numerosas organizaciones neotemplarias, algunas más
serias que otras, aunque ninguna sea heredera legítima del
antiguo Temple, consiguen muchas solicitudes de afiliación
para ser investidos caballeros, además de recomendar este
tipo de películas en sus páginas web, para mayor provecho
de estas entidades, aumentando así el número de personas
afiliadas aunque sin preocuparse lo más mínimo de su
formación templaria.
Otro de los problemas a los que se enfrenta la rigurosidad
histórica de este tipo de películas es que la asesoría
histórica recae, en la mayoría de las ocasiones, en
escritores que profesionalmente son periodistas, cuando
esta labor debería recaer en historiadores exclusivamente,
pues estos tratan estos temas históricos desde la
perspectiva de la investigación histórica y no desde la
novela fantástica.
Manuel Fernández Pardo
Lic. En Geografía e Historia
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