Un vaso elegante refuerza la imagen de la marca y reduce el impacto ambiental ¿Qué tan elegante puede ser un vaso hecho de papel? Un vaso puede ser simple, blanco y anónimo, o bien puede ser uno que resista el calor y que realce una marca. Todo depende de la fabricación, el material y el grado de transformación que uno desee. Iggesund Paperboard se propuso explorar los límites de lo posible y decidió crear un vaso grande con pared doble, método de fabricación bastante común en el mercado que posibilita el uso, en la parte interior, de material diferente al de la parte exterior, lo que protege contra el calor y sirve como soporte para la marca. “Para la parte interior del vaso optamos por Invercote plastificado con polietileno (PE) y para la parte exterior usamos Aluvision, que es Invercote plastificado por extrusión con una delgada capa de aluminio laminado revestida de PE”, explicó la señora Anna Adler, encargada del proyecto para Marketing en Iggesund Paperboard. “Deseábamos esta característica metálica a fin de obtener elegancia y brillantez, pues en el trabajo de impresión nos limitaríamos a un solo color: naranja clásico”. En el proyecto se usó un patrón ornamental para enmarcar la marca Invercote de Iggesund. El plan era cubrir todo —salvo el patrón— con el color naranja y luego hacer brillar el patrón y el nombre del producto por medio de gofrado en relieve. SMR Stanztechnik AG —la fábrica suiza de herramientas— proveyó la herramienta de gofrado de alta precisión y SDG Scatolificio del Garda S.p.A. —empresa italiana especialista en vasos de papel— se hizo cargo de la impresión. “Realizamos varios ensayos con diferentes gofrados, pero a fin de cuentas decidimos gofrar el patrón y el nombre de la marca completos”, explicó Alex Guglielmi, Director de Servicios Técnicos de Iggesund. “Fue interesante ver cómo el gofrado hizo brillar de veras los tonos metálicos que no fueron sobreimpresos con el color naranja. Algo realmente llamativo”. Armonizar las áreas impresas y gofradas fue todo un reto. Para evitar errores de registro, se decidió reducir de 27 a 24 el número de vasos preacabados por hoja impresa. “Invercote tiene una fantástica estabilidad dimensional, pero a veces conviene ir a lo seguro”, dijo el señor Guglielmi. “En vez de ir por 27, preferimos ser cautos y trabajamos con 24. El resultado sigue siendo sorprendente para quienquiera que busque elegancia y una impresión visual que pueda realzar una marca”. La capacidad de impresión de la cartulina y las posibilidades que brinda para lograr acabados con alto grado de elegancia no son las únicas razones que impulsan a Iggesund a confiar en el renacimiento de los vasos fabricados con este material. Los vasos hechos con otros materiales tales como plástico tradicional o espuma de poliestireno generan una huella de carbono mayor que los fabricados con cartulina finamente plastificada con PE. “La huella de carbono de un vaso fabricado con Invercote plastificado con PE es apenas la cuarta parte de la que deja uno hecho de plástico, por simple comparación del peso del material utilizado”, según enfatizó la señora Anna Adler. “Tan solo con ese parámetro sale ya triunfador un vaso de cartulina. Si a eso añadimos la existencia de sistemas eficientes de reciclaje y el hecho de que la bioenergía almacenada puede recobrarse eventualmente, la cartulina es una opción excelente como material”. Iggesund ve oportunidades de negocios a largo plazo con este producto sobre todo en los Estados Unidos, donde se están discutiendo con energía los aspectos ambientales de los vasos de espuma de poliestireno. Varias ciudades de ese país están tratando de prohibir el uso de espuma de poliestireno en vasos y empaques de alimentos. Leyenda: Con impresión en un solo color, pero con un patrón y un mensaje gofrados, el vaso Invercote es elegante en extremo. Su impacto ambiental es, además, inferior al de los vasos de plástico.