Introducción

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Introducción
Reconocida en 2007 como una de las siete nuevas maravillas del mundo, Petra es un lugar
único por su belleza por sus testimonios y por los matices de la roca. Una de las joyas
arqueológicas mas famosas de Oriente próximo y probablemente el destino mas codiciado
por cualquiera que viaje a Jordania, Petra, la ciudad rosa del desierto jordano, es conocida,
sobre todo, por el bello color de sus piedras. A menudo se olvida su importancia histórica,
como sede de los edomitas, enemigos de Israel en el Antiguo Testamento y más tarde de los
nabateos, pueblo nómada árabe de excelentes comerciantes, intermediarios entre el Próximo
Oriente y Occidente.
Sólo el pueblo romano, en el siglo II d.C. cambió la suerte de Petra, que permaneció
olvidada durante diez y siete siglos.
El nombre de Petra proviene del griego πέτρα que significa piedra, pero su
denominación original era Rqm p Reqem, palabra que probablemente alude a los fantásticos
colores de la piedra arenisca en la que se excavo y esculpió gran parte de la ciudad. No se
trata de una ciudad construida con piedra, sino, literalmente, excavada y esculpida en la
piedra.
Bab El-Siq(tumba de los obeliscos)
Khazneh (el tesoro)
De la ciudad que fue capital de un reino de nómadas nabateos no quedan hoy casi
estructuras construidas, ni muchas ruinas de muros o edificios públicas.
Podríamos decir que Petra « No es », puesto que es el paisaje y no sus estructuras
ciudadanas visibles las que nos permiten hablar de ella como « la ciudad rosa».
Petra es un círculo de rocas rosas, naranjas, amarillas, que cambian de tono a cada instante
según cambia la situación del sol en el cielo.
Un círculo de rocas, de montañas, sobre las que dominaba la L una, la dios a de la fertilidad,
al'Uzza, la principal diosa de los nabateos, que iluminaba con sus pálidos rayos los altares
de sacrificio, denominados « lugar es altos», donde debieron morir numerosas víctimas
humanas en las noches de primavera.
Situación geográfica
Petra se encuentra en Jordania, a unos 257 km al sur de la capital jordana, Ammán, a tres
horas de viaje por la carretera del Desierto o a cinco horas por el Camino de los Reyes.
El oasis de Petras está situado en la cuenca de Wadi Arabah, sumido a su vez en la gran
depresión conocida como Valle del Rift, frontera natural que corre desde el Golfo de Aqaba
hasta el Mar Muerto, a 392 metros bajo el nivel del Mar Mediterráneo y se prolonga por el
rio Jordán.
Mapa de Petra
Historia
El origen de Petra se remonta al siglo IV a.C. y se liga a la existencia de los nabateos, una
tribu nómada procedente del oeste de Arabia.
Área central de Petra
Los nabateos, una tribu de pastores nómadas extraordinariamente hábiles, convirtieron
Petra en el centro de su imperio hace más de dos mil años. Procedían del noroeste de Arabia
y a partir del siglo V a.C, durante un periodo de 600 años, extendieron sus dominios hacia el
norte, hasta llegar a Damasco. Antes de la invasión de los nabateos existió un emplazamiento
edomita —Edom, que significa rojo, era el nombre bíblico de esta región—, pero fueron
aquéllos quienes excavaron la ciudad en la roca. Además, desarrollaron un estilo
arquitectónico propio, una cerámica delicada y característica y un magnífico sistema de
irrigación, fundamental para la historia y la prosperidad de la ciudad.
Estratégicamente situada en un cruce de antiguas rutas comerciales, Petra acogía a
numerosos mercaderes que trasportaban mercancías del Mediterráneo, Egipto, Damasco y
Arabia. Los nabateos controlaban las rutas de caravanas y se hicieron ricos y prósperos
contando con Petra como base casi inexpugnable. La roca tenía una importancia vital, y por
ello no resulta sorprendente que su principal dios, Dusares, estuviera simbolizado en bloques
de piedra y obeliscos, que pueden encontrarse en el Siq y en toda la ciudad, que
posteriormente adquiriría la denominación de Petra, «piedra».
Época romana. En los siglos inmediatamente anteriores y posteriores al nacimiento de
Cristo, los nabateos vivieron el periodo de máximo esplendor, contabilizando Petra una
población de unas 20.000 personas. De vez en cuando, debían defenderse de ataques de sus
vecinos, en especial los romanos del norte, que ya en el 63 a.C habían intentado conquistar
Petra. Estos lo consiguieron definitivamente en el 106 d.C, fecha en que Petra,
aparentemente sin litigio, pasó a formar parte de la provincia romana de Arabia.
Época bizantina. La dinastía nabatea se había extinguido, y la población coexistió con los
romanos durante más de un siglo. Durante este tiempo, Petra siguió prosperando, y los
romanos construyeron el teatro y la columnata. Cuando Petra pasó a formar parte del
Imperio cristiano bizantino en el siglo IV, la Tumba de la Urna fue convertida en iglesia, y la
ciudad, en sede de un obispado. Pero con el establecimiento de la era musulmana, comenzó a
ignorarse el destino de Petra, con la excepción de una breve estancia de los cruzados, que
construyeron un sencillo castillo en lo alto de una colina al oeste de la ciudad.
El descubrimiento
El descubrimiento de la ciudad de Petra, capital del reino de los nabateos, tuvo lugar en el
año 1812 y no fue obra de ningún arqueólogo, sino de un
explorador de origen suizo: Johann Ludwig Burckhardt.
Hasta entonces, Petra era una ciudad “fantasma” que
aparecía mencionada en las fuentes antiguas, pero de la
que se desconocía su emplazamiento exacto. A comienzos
del siglo XIX, Burckhardt fue contratado por una sociedad
británica para adentrarse en las desconocidas regiones
del interior de Egipto, una empresa difícil y peligrosa pues
debía recorrer zonas donde los viajeros occidentales no
eran bien recibidos. Por esta razón, Burckhardt decidió
estudiar el Corán y la lengua árabe y vestirse como un
musulmán; además, una vez convenientemente preparado
Johann Burckhardt
y antes de viajar a Egipto, recorrió parte del Próximo
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Oriente –que por aquel entonces también formaba parte
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del Imperio Otomano- para probar la eficacia de su
aspecto y conocer a fondo las costumbres de los pueblos islámicos.
Estando en el territorio de la actual Jordania oyó hablar de una antigua ciudad oculta entre
montañas impenetrables y, llevado por la curiosidad, decidió ir a visitarla.
Tuvo que inventar una estratagema para poder llegar hasta allí, pues la región estaba en
manos de tribus beduinas hostiles ante la presencia de cualquier extraño; el ardid consistió
en hacerse pasar por un peregrino que deseaba hacer un sacrificio en honor del profeta
Aarón, el hermano de Moisés, que según la tradición estaba enterrado en la cima del Jebel
Harun, una montaña muy cercana a este misterioso lugar. Así fue como, acompañado de un
beduino de la zona, Burckhardt –que se hacía llamar Ibrahim ibn Abdallah- fue el primer
occidental que pudo recorrer brevemente los restos visibles de Petra, que él identificó
correctamente como los de la ciudad nabatea de la que hablaban los autores antiguos, a
pesar de que el miedo que tenía a ser descubierto le impidió explorarla como hubiera
querido.
Un pueblo del Antiguo Testamento
Petra fue una ciudad fundada por un grupo de nómadas que se asentaron en ese lugar, los
Oritas de los cuales habla la Biblia.
“Como hizo Jehová con los hijos de Esaú que habitaban en Seir delante de los cuales
destruyo a los horeos, y ellos sucedieron a estos y habitaron en su lugar hasta hoy”.
Deuteronomio 2.22
Crearon un centro para el comercio que iba a norte a sur y de este a oeste.
Los siguientes en dominar la ciudad fueron los edomitas, descendientes de Esaú, la Biblia
también nos los cuenta en diferentes textos del Génesis. En ellos se nos relata cómo se
estableció Esaú y sus descendientes en la tierra de Edom al separarse de su hermanan Jacob.
La finalización de los edomitas, según se nos relata la Biblia fue un castigo divino de Dios al
no permitir Esaú la entrada en sus tierras a su hermano Moisés. Esto viene relatado en los
textos de la Biblia.
Edom era una comarca al sur de Palestina, que se extendía entre el Golfo de Aqaba y el Mar
Muerto. Comprende una faja de tierra de 160 Km. de largo por 32 de ancho, en su mayor
parte montañosa con esporádicas regiones de tierra fértil. Sus habitantes, los Edomitas (o
idumeos) eran un pueblo semita, mencionado muchas veces en el Antiguo Testamento. Se
instalaron al este de Arabia, entre el Golf o de Aqaba y el Mar Muerto hacia fines del siglo
XI V a.C., en los territorios tomados por Hor, el horiía, que debe su nombre a que estos
hombres vivían primitivamente de cuevas, es decir, eran los horin o « habitantes de las
cuevas » .
La religión nabatea
Los nabateos eran politeístas y su panteón estaba compuesto por numerosos dioses y diosas a
los que representaban en forma de betilo, una piedra sagrada rectangular que puede tener un
tamaño variable (desde unos pocos centímetros hasta más de un metro) y no suele presentar
ningún adorno ni imagen, simplemente se les tallaba en su parte inferior, en ocasiones, un
asiento o base, llamado motab.
Sin embargo, hay excepciones pues algunos incluyen ojos, nariz y boca, es decir, rasgos
antropomórficos esquemáticos. En Petra los betilos aparecen por doquier, tallados en las
paredes rocosas bien aisladas o en parejas, tríos o grupos de varios, solos o enmarcados en
un nicho más o menos elaborado. El dios principal del panteón es una divinidad masculina,
Dushara, al que se concibe como tal porque aparece mencionado en mayor número de
ocasiones que los demás, era venerado en todo el reino y aparece mencionado a veces como:
“Dushara y los demás dioses”. Junto a él hay una divinidad femenina: al-Uzza (la más
fuerte, la poderosa), diosa de la fertilidad que parece ser su pareja y, de hecho, en numerosas
ocasiones las parejas de betilos se identifican con Dushara y al-Uzza.
La imagen de la ciudad
Petra está situada en un valle rodeado por montañas y cerros d e arenisca que la ocultan y
constituyen su defensa natural. Y aprovechando esta peculiar orografía y la relativa facilidad
con que se trabaja la piedra arenisca, los nabateos excavaron las paredes rocosas para
elaborar sus tumbas y viviendas.
Imagen de las tumbas de Petra
Las casas parecen simples cuevas desde el exterior y su interior tiene forma más o menos
cuadrada, con las paredes y el techo alisados. En ocasiones, estas paredes interiores están
talladas con estrías oblicuas, dispuestas de forma perfectamente regular que debían servir
como base para situar encima una capa de yeso o estuco sobre el que, finalmente, se
pintaría, decorando así la casa. También conservan nichos y alacenas que servirían para
colocar el ajuar doméstico. En los modelos más complejos, la vivienda contaba con varias
estancias cada una dedicada a una función (dormitorio, sala de reunión o banquetes, cocina,
almacén), con tiguas o situadas cerca unas de otras, con un recinto abierto o patio delantero
situado delante a la estancia principal. A veces, las distintas habitaciones están ubicadas a
diferentes alturas, comunicadas mediante escalones (dependiendo de las posibilidades que
ofreciera la pared rocosa escogida).
Imagen de las casas de Petra
Se han catalogado en Petra unas quinientas cincuenta viviendas rupestres de todo tipo, un
número no demasiado elevado si tenemos en cuenta los habitantes que pudo tener la ciudad
en su período de mayor esplendor, entre el siglo I a.C. y el I d.C. Este tipo de habitación
rupestre fue el primero en ser utilizado por los nabateos, pero no fue el único pues los
petrenses vivieron también en casas construidas (una de ellas, az-Zantur, está en proceso de
excavación actualmente).En cuanto a las tumbas, existen en Petra más de setecientas tumbas
rupestres junto a cientos de tumbas más sencillas, excavadas en el suelo. Lo elevado de su
número y su presencia claramente visible, frente a otro tipo de monumentos que permanecen
aún enterrados bajo la arena, las ha convertido –como decíamos antes- en la imagen de
Petra.
Interior de la tumba de la Urna, muy bien conservado y con grandes nichos murales.
Las tumbas rupestres se excavaron en las laderas de las montañas y colinas que rodean la
ciudad y sus dimensiones varían considerablemente. Todas ellas son anónimas pues carecen
de inscripciones que indiquen quién o quiénes estaban enterrados allí.
Las más sencillas son las que carecen de decoración en el exterior; a simple vista pueden
parecer cuevas o confundirse con las viviendas, pero en su interior se encuentra la cámara
funeraria con loculi o tumbas de fosa, o bien una combinación de ambas. En cambio, las
llamadas “tumbas de fachada” tienen el frente adornado y son las más bellas y
monumentales de Petra. Algunas familias petrenses quisieron dejar testimonio de su riqueza
y condición social a través de estos monumentos funerarios, que aún hoy día resultan
impresionantes. Un adorno muy común son los “merlones escalonados” (similares a las
almenas de los castillos), dispuestos en una o dos filas ocupando la parte superior de la
fachada. Se cree que este es un motivo de origen asirio, que aparece también en su variante
de “medios-merlones”.
Otro motivo decorativo es el denominado “de arco”, menos abundante y que aparece sólo en
tumbas de pequeñas dimensiones. Finalmente, están las “tumbas templo”, llamadas así
porque la decoración de su fachada recuerda la de un templo clásico. Además, otros
elementos suelen ocupar parte de la fachada, como columnas o pilares enmarcando la puerta
de entrada a la cámara funeraria adornados con capiteles, nichos de diversos tamaños,
relieves, frisos y, en contadas ocasiones, estatuas.
Todos ellos completan la decoración de las tumbas de fachada, que muestran una
combinación de rasgos propios (como el característico capitel nabateo) junto con otros
tomados de culturas orientales y occidentales. En la cámara interior (con loculi y fosas) no
suele existir decoración, pero las paredes -como las casas- conservan el estriado que servía
como base para colocar encima una capa de estuco o yeso, sobre el que probablemente se
pintaba. Las tumbas rupestres más destacadas son las llamadas “Tumbas Reales”, situadas
en la ladera de al-Khubtha, una de las principales montañas que rodean Petra por el este. En
realidad, no se sabe si sirvieron o no para enterrar en ellas a los reyes, ya que son anónimas,
pero destacan por su tamaño y también por su decoración. Las principales son la Tumba de
la Urna, la Corintia y la Palacio.Pero hay que tener presente que la imagen actual de las
tumbas rupestres de Petra es diferente de la original y en lo que más difieren es en la propia
fachada, que probablemente estaba cubierta también con estuco pintado de colores. Sin
embargo, la erosión ha causado la desaparición del estuco, así como la aparición de los
fantásticos colores de la arenisca, con los que identificamos hoy día Petra.
El Khazneh el-Faroun
No se puede acabar esta breve enumeración de monumentos rupestres de Petra sin
mencionar el Khazneh, el más emblemático de todos ellos.
Vista del “Tesoro” a la salida del Siq.
Está situado al final del Siq, el desfiladero por el que se accede hoy día a Petra y es una de
las obras de la Antigüedad más popularmente conocida. Los beduinos denominaron Khazneh
al-Farun o “Tesoro del Faraón”, pues según la leyenda, un antiguo faraón había depositado
sus riquezas dentro de la urna que remata el frontispicio, para evitar que fueran robadas.
Fachada del Tesoro iluminada de noche
Cuenta con una fachada de dos pisos, una anchura de unos 28 metros y una altura de 39, 6
pies, muy arquitectónico, obtenidos mediante la reducción de la pared del fondo, por lo que
el edificio no está proyectando roca en el lado, pero es tan incrustado en un marco amplio.
Esta disposición particular debe haber contribuido a la preservación de los relieves
figurativos discretos que, a diferencia de la mayoría de los monumentos de Petra, decoran la
parte delantera del edificio. La parte inferior de la fachada recuerda la de un templo griego,
con un pórtico de seis columnas rematadas por capiteles corintios, que soportan un frontón
triangular. En la zona superior hay dos estructuras con columnas que sustentan un frontón
partido, flanqueando un edificio circular (tholos) rematado con un capitel corintio, sobre el
que está la famosa urna.
La decoración, dispuesta por toda la fachada, es de tipo helenístico y destacan las figuras de
la diosa egipcia Isis, los Dióscuros Cástor y Pólux (encargados de acompañar y guiar a los
muertos al más allá, según la mitología clásica), Victorias aladas, cabezas de Medusa y
temibles amazonas blandiendo un hacha. Por el contrario, el interior del monumento, que
consta de dos grandes salas laterales, y otra central de mayor tamaño, todas ellas excavadas
en la roca, están completamente vacías y carecen de decoración.
El pronaos de las columnas y puertas, ricamente decoradas, que da acceso a la parte suroeste de entorno.
El más alto de la buhardilla que divide el orden inferior de la zona superior tiene un motivo
de roseta, los laterales se representan por dos esfinges y dos águilas que adornan las cimas
de los frontones rotos. El friso continuo de segundo orden está compuesto por guirnaldas de
hojas y bayas. Todos los motivos ornamentales y los detalles del procesamiento de llamados
modelos alejandrinos revelan la extraordinaria afinidad con las obras del helenístico tardío.
En particular, las capiteles, con dos filas de hojas de acanto y volutas florales tejidos de la
que emerge una flor central, se han considerado las variantes de una forma tardía helenística
alejandrino y se han encontrado pruebas, aunque con algunas diferencias de estilo, incluso
en el ejemplo de Qasr el Bint y el Templo de los leones alados.
Tolos con la diosa Isis y Amazonas y detalle de le urna
Nueve grandes figuras en relieve decoran el marcador de los nichos superiores de los tres
superiores tallados en los tolos, en dos cepillos con ambos lados y luego dos en cada lado del
lugar. Las esculturas de la columnas medianas fueron identificados como alas de Nikai,
mientras que las otros seis, con la excepción de la imagen central de la tolos, fueron
interpretadas correctamente como el Amazonas: su ropa, constituido por una túnica corta, y
la presencia del hacha , atributo habitual de su iconografía, que está esculpida por encima
de la cifra colocada en el extremo norte de la fachada, hacen de esta la interpretación más
plausible de aquel que quiere identificarlo con el Menabi.
La diosa cubierta, tallada en el centro de los tolos, es sin duda la imagen más importante de
toda la fachada y su identificación ha sido controvertida. Se puede ver como las otras figuras
de la parte superior, hay una diosa sobre un pedestal inferior que está sosteniendo un cuerno
de la abundancia con la mano izquierda, mientras que la derecha tiene una patera.
Debajo del pedestal, el gran acroterio que corona la cima del frontón de la parte inferior
está decorada con dos marcos y un disco solar flanqueado por espigas de trigo, símbolo de
la diosa egipcia Hathor primero y luego, en el período helenístico, de Isis.
El cuerno de la abundancia, atributo característico de la diosa egipcia, haciendo hincapié en
el vínculo, la asimilación entre las dos deidades.
Una confirmación de la exactitud de la identificación con Isis Tyche está dada por la
similitud encontrada entre la figura de la Khazneh en algunas imágenes de retratos de reinas
de Ptolomeo (Berenice y Arsinoe) pintado en oinochoe de Alejandría, entre las inscripciones
dedicatorias que acompañan a las embarcaciones, estas representaciones, las más frecuentes
son las destinadas a Agathe Tyche e Isis, que es bien conocida la distribución y la
importancia del culto en el medio ambiente helenístico tardío.
El descubrimiento de Petra en numerosas dedicatorias a la diosa y dos relieves de roca en la
que Isis es representada sentada en un trono también sugiere su asimilación con al'Uzaa, la
diosa suprema del panteón nabateo.
Al igual que lo que se obtiene para la arquitectura general del monumento y su decoración,
también los relieves figurativos parecen atestiguar tanto estrechas relaciones con el mundo y
con la tradición artística de la Alejandría helenística del siglo I a.C.
La alta calidad formal, la sutileza en la ejecución sugieren la presencia del nivel de los
artesanos, que vinieron desde fuera y llamados específicamente para la fabricación de la
gran fachada de roca. Estas consideraciones deberían ayudar a aclarar la historia tan
discutido del edificio y que eruditos como Brunnow Domaszewski, seguido más recientemente
de Wright y Ward Perkins, la datan de la edad de Adriano, por razones de historia, es decir
la visita del emperador Adriano la ciudad, durante la cual se levantaría el templo de Isis.
Algunas peculiaridades de la Khazneh, de hecho, como el frontón roto, y, más el gusto
"barroco" de la fachada aparecen en la arquitectura romana imperial sólo en el II siglo d.C,
pero a estas alturas parece poco convincente.
El contexto estilístico como el programa iconográfico sugiere un edificio que data de la
segunda mitad y el final del siglo I a.C, aunque también desde el punto de vista urbanístico,
parece claro que su alojamiento en el eje principal de la ciudad comienza y termina con el
Qasr parte de un plan de desarrollo establecido y seguido por el rey nabateo. El edificio
parece ser inacabado y eso se puede ver en el detalle de las superficies de piedra de las
paredes y de los techos que no son completamente lisas, pero muestran una preparación para
las ranuras de inserción de un yeso o la aplicada decoración, probablemente de estuco
pintado.
Aunque parece definitivamente establecido que fue la gran tumba de un rey nabateo,
permanece abierto por el momento, ya que no se puede resolver por falta de datos; la
identificación de la dinastía a la que se dedica la tumba y los distintos poderes, a Areta III
Filelleno, Oboda II (III), Areta IV (9.a.C – 40 d.C.), esperan una mayor investigación.
El Khazneh es uno de los monumentos más grandes de toda Petra y su estado de
conservación es excelente aunque algunos de los numerosos relieves que lo adornan han
sufrido daños, especialmente la urna que remata el monumento, deteriorada de los disparos
que los beduinos efectuaron durante décadas, esperando romperla para recibir una lluvia de
oro.
Salida de la ciudad de Petra
Petra en la actualidad
Hoy, la ciudad de Petra es un lugar maravilloso para ir de vacaciones y visitar. A pesar de
estar ubicada en un moderno país musulmán, muchos occidentales visitan la ciudad para
conocer su maravillosa historia y arquitectura, y se sienten seguros al hacerlo. De hecho,
Marwan Khouri, el director del Departamento de Turismo de Jordania, dijo en un artículo
escrito por Tim Friend, de USA Today en 1997: "Para el mundo exterior, el medio oriente
luce como una gran zona de guerra, pero estamos tratando activamente de convencer a la
gente de que hay mucha seguridad aquí en Jordania."
En el año 1985, la ciudad pasó a formar parte del patrimonio mundial de la UNESCO, y en
1993, Jordania delimitó una parte de la ciudad como parque nacional. Las numerosas
excavaciones que se continúan en la actualidad están dejando al descubierto un grandioso
entramado de canales, edificios civiles, tumbas, esculturas, cerámicas y documentos, que
reflejan el esplendor que tuvo la ciudad antes de desaparecer hacia el siglo VII d.C.
Desde el 1991, la economía jordana conoce uno de sus mejores momentos gracias al tratado
de paz firmado con el estado de Israel. Como consecuencia, el turismo ha multiplicado hasta
tal punto, que actualmente preocupa la conservación de su patrimonio recogido en la ciudad
de Petra. Las ayudas económicas que se reciben van destinadas, prácticamente en su
totalidad, a la mejora de infraestructuras, destinadas al sector turístico de Wadi, la ciudad
que se ha desarrollado en torno a la entrada de Petra.
En 2004, el gobierno jordano estableció un contrato con una empresa inglesa para construir
una autopista para llevar a Petra tanto a expertos como a turistas. En mayo de 2005, la
ciudadela jordana de Petra se hermana con la de Machu Picchu, en el Perú, siendo una
ciudadela rodeada de misterio porque hasta ahora los arqueólogos no han podido descifrar
la historia y la función de esta pétrea ciudad de casi un kilómetro de extensión, erigida por
los Incas en una mágica zona geográfica, donde confluyen lo andino y lo amazónico.
Su fama e importancia han hecho que fuera utilizado el edificio en la secuencia final de la
película Indiana Jones y la última cruzada. El interior mostrado en la película no es el
interior de dicho edificio, sino un escenario construido en un estudio cinematográfico.
Imagen de la película Indiana Jones
Desde el 7 de julio del 2007, Petra es considerada como una de las nuevas maravillas del
mundo.
Bibliografía
http://www.portalplanetasedna.com.ar/petra.htm (Visto en abril 2013)
http://www.elfesi.com/?page_id=673 (Abril 2013)
http://www.csicsif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_26/PATRICIA_
ESPEJO_MERCHAN.1.pdf (Abril 2013)
Carmen BLANQUEZ; Ángel DEL RIO; Petra. Historia y Arqueología,
Ed. Dilema, Madrid, 2010
María Giulia AMADASI GUZZO; Eugenia EQUINI SCHNEIDER;
Petra by Electa, Ed. Electa, Milano, 1997
Jenny WALKER; Matthew D. FIRESTONE; Jordania, Ed Geoplaneta,
2009
Luis ARGEO FERNANDEZ; Jordania/ Jordán; Ed. Anaya Touring
Club 2009
Lelia Mihaela MAIOR
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