Espacios de insilio y exilio en las protagonistas de las novelas de Zoé Valdés Olivia Torijano Navarrete Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Resumen: Este trabajo presenta un recorrido a través del exilio e insilio de las protagonistas de algunas novelas de la autora Zoé Valdés. La importancia radica no solo para el ámbito literario, sino que a través de la obra escrita es posible percibir una generación de mujeres que nacieron durante el inicio de la Revolución cubana y actualmente viven su cubanía desde el exilio. Por medio de la protagonista, las mujeres se convierten en el centro de atención de su obra, por lo que su historia no se suprime, pero se incluye en la historia de la Cuba. Palabras clave: Zoé Valdés, literatura, protagonista, Cuba Como bien reconoció Luisa Campusano el corpus de mujeres escritoras cubanas continúa expandiéndose. Zoé Valdés, mantiene su cubanía y a pesar de lo que digan sus recientes pasaportes se le considera una escritora cubana renombrada. Desde su residencia parisina vive su exilio, continúa imaginando y extrañando “aquella isla”. La autora nació en 1959, salió definitivamente de la isla en 1995 por medio de un contrato firmado con la editorial francesa ActesSud para la traducción de algunos manuscritos. Mientras se encontraba en Francia, la mencionada editorial publicó La nada cotidiana. A consecuencia de las fuertes críticas a las carencias de la dictadura que aparecieron en ése libro, y a que no tenía el permiso de las autoridades cubanas para firmar un contrato en el extranjero fue exiliada. Es mi propósito presentar un recorrido a través del exilio e insilio la historia de la Yocandra, personaje que aparece en tres novelas de Zoé Valdés: en La nada cotidiana1 como protagonista, en Milagro en Miami2 como personaje secundario y en El todo cotidiano3 regresa como protagonista. Lo anterior en función de la reiteración observada de rasgos y roles. La importancia radica no solo para el ámbito literario, sino que a través de la obra escrita es posible percibir una generación de mujeres que nacieron durante el inicio de la Revolución cubana y actualmente viven su cubanía desde el exilio. Algunos elementos pudieran encontrar analogías con literatura de naciones que viven situaciones similares, abriendo un espacio para el desarrollo de estudios posteriores relacionados. Sería pertinente hacer en este momento una distinción entre emigrado, expatriado, refugiado y exiliado. Un emigrado (émigré) es cualquier persona que se muda a un nuevo país; vive la ambigüedad, piénsese en los misionarios o militares que aunque sientan la soledad de un exiliado su existencia no ha sido “borrada” por su país. Un refugiado, es un término político usado en el siglo XX para referirse a los inocentes que requieren asistencia internacional de manera urgente. Los expatriados viven de manera voluntaria en otro país, debido a razones personales o sociales, como Hemingway. Por su parte, el exiliado ha sido dejado de la mano de su lugar de origen, éste borra su 1 Zoé, Valdés. La nada cotidiana. 1ra ed. Emecé: Barcelona, 1996. (Reimpresión 2000). ____. Milagro en Miami. 1ra ed. Planeta: Barcelona, 2001. 3 ____. El todo cotidiano. Planeta: Barcelona, 2010. 2 identidad. Cuando se trata la condición histórica del exilio, Edward Said recuerda ésta es aquella que presenta una manera discontinua del ser, pues es separado de sus raíces, su tierra y de su pasado4. Su nuevo mundo se parece más a la ficción, por lo que la mayoría busca ocupaciones que requieran de una mínima inversión en los objetos como es el ser novelista, activista, jugador de ajedrez o intelectual5. Quienes han logrado salir de la isla de algún modo han seguido en contacto con el mundo cubano, tanto si tienen parientes dentro, si no han abandonado las costumbres o si se encuentran al pendiente de la sección “internacional” del periódico. La diáspora se ha hecho patente y se ha reafirmado. Por la década de 1960, la identidad no era un tema ampliamente discutido, pues era cubano aquel que se encontraba en Cuba, todo se apegaba a un territorio y la historia sucedida dentro de ese espacio geográfico. Iván de la Nuez, ha reconocido que se ha perdido ese centro, y “no solamente el de la cultura producida en la isla, sino también el centro por excelencia dentro del exilio. Las cosas ya no se reducen a La Habana o Miami, que comienzan a operar como espacios centrífugos desde los cuales se escapa la cubanidad”6. Este archipiélago en que se ha convertido gran parte del Caribe, es tanto exilio como diáspora. En ambos, existe un modo de vivir lo cubano, existe una interpretación, una taxonomía y desterritorialización. Esto sucede en México con Eliseo Alberto, en Suecia con René Vázquez Díaz, y en Francia con Zoé Valdés. Pero me gustaría que se entendieran estos términos como lo propone Iradia López7, de forma positiva. Pues, Nico Israel ha señalado que la diáspora, asociada a la idea de pérdida, ha adquirido algunos matices positivos dado que los términos albergan resistencia y perseverancia8. Por otro lado, el exilio, se asocia con la modernidad literaria, y con un sujeto coherente relacionado, o confundido, con los conceptos de lugar y hogar9. Yocandra es un personaje actualmente exiliado de modo físico, lo propongo así, porque en La nada cotidiana vivió en el insilio, en Milagro en Miami se nos narra su huida como 4 Said, Edward W. Reflections on exile and other essays. Harvard UP: Cambridge, 2000: 177. p. 181. 6 De la Nuez, Iván. La balsa perpetua. Barcelona: Casiopea, 1998: 28. 7 López, Iradia. “De Alacrán azul a Apuntes posmodernos: Exilio, etnicidad y diáspora cubana 1”. Revista Iberoamericana, Vol. LXX, Núm. 207, Abril-Junio 2004: 455-471. 8 Israel, Nico. Outlandish: Writing between Exile and Diaspora. Stanford, CA: Stanford UP, 2000: 2. 9 p.3 5 balsera y en El todo cotidiano se ha exiliado en París. Pero con este andar, con este viaje, ¿en qué lugar se encuentra Yocandra?, ¿se encuentra luchando para resistir o también extraña su hogar? Yocanda, como diría Hilma Nelly, es una desperdigada, su condición la ha llevado por el mundo sin una patria y con el recuerdo constante de aquella isla que solo físicamente ha quedado en medio del mar10. El exilio siempre conlleva una connotación interna o bien mental, es un flujo constante, un proceso que no termina. La persona se puede encontrar dentro de su país de origen y aún así sentirse “exiliada”11. Saúl Sosnowski, completa la definición, llamando a este proceso, insilio. Añade que este se da cuando existe rechazo al régimen y la marginación dentro del país, sirve que para distender las fronteras nacionales “como única línea demarcatoria de las actitudes frente a la dictadura”12. El insilio se puede dar en silencio, observando y sobreviviendo. Así vivió Yocandra la primera parte de su existencia, viendo el mar desde su ventana, la inmensidad del azul que le recordaba que estaba viva. Mientras transcurría la vida de manera cotidiana, no le queda más que compartir sus pensamientos al lector, nos dice todo lo que no puede ser dicho en voz alta. Sus amigos, el Lince, La Gusana y el Nihilista vivían exiliados de ellos mismos, con sus almas en destierro, “el cuerpo respondiendo obediente al interrogatorio de las circunstancias. Porque para cada persona o cosa” debía “tener un rostro, una respuesta”13. La vida se rige por las relaciones que se establecen dentro de ciertos espacios que las instituciones y prácticas no se han atrevido a romper. En varias ocasiones el espacio privado y público, el espacio familiar y el social, o el espacio de ocio y el de trabajo se consideran como dadas14. En La nada cotidiana, Yocandra descubre que es necesario salir de la isla para que su espacio no sea invadido. Primero no tenía un espacio para ella misma, por lo Zamora, Hilma Nelly, “La memoria del exilio y el abismo de la destrucción en Café nostalgia de Zoe Valdés”. Explicación de textos literarios, 1999-2000, v.28, n. 1-2, p. 125-132. P. 125. 11 McClennen, Sophia A. The Dialectics of Exile: Nation, Time, Language, and Space in Hispanic Literatures. West Lafayette, IN: Purdue UP, 2004: 30. 12 Sosnowski, Saúl (comp.) “Dentro de la otra orilla: La cultura uruguaya: represión, exilio, y democracia.” Prólogo. Represión, exilio, y democracia: la cultura uruguaya. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, 1987: 16. 13 La nada cotidiana, p. 114. 14 Foucault, Michel. “Of other spaces”. Ed. Nicolas Mirzoeff. The visual culture reader. Ed. Routledge: Nueva York, 1998: 230. 10 que parte de su historia se desarrolla entre el lugar donde vive el Traidor y en las casas de sus amigos. Después, al tener su departamento, las apariciones intermitentes de su exmarido y del Nihilista interrumpen su espacio, al igual que los constantes cortes de electricidad y del suministro de gas alteran el desenlace natural de su vida cotidiana. Al alternar su vida amorosa se convierte en una intermitencia similar a las fallas de servicios que evidencian parte del sueño fallido de la Revolución. Esto la afectará en el futuro, pues en el Todo cotidiano, Yocandra es una mujer madura, y fatigada, muy cansada de sentirse usada y manipulada por la dictadura. Llega al exilio harta, le quedan pocas ilusiones, aunque sigue creyendo que lo más importante es la libertad15. Los diálogos mentales entre Yocandra y Gusana, casi disfrazados de epístolas, son una muestra del esfuerzo constante de la protagonista por explicarse a sí misma los fenómenos por los que pasa la isla y una muestra de su insilio. El hambre, la carencia, el descuido notable por el que atraviesa la ciudad la hacen testigo de esa verdad para la cual no fue educada su generación16. Quienes nacieron con la Revolución debían recibir el mundo prometido, pero no fue así. Se enfrentan a la imagen de un país cuya retórica oficial es más fuerte que la realidad, donde un “partido inmortal” impulsó a la gente hacia la utopía, pero nadie logra verla. La presencia del discurso oficial se encuentra de modo intertextual. Es el nombre de un capítulo, algún letrero o lema al que se no da mucha relevancia a simple vista, ya que forman parte de la vida cotidiana. En el recuerdo de su carrera universitaria, Yocandra repara en el “célebre lemita, que tantos estragos profesionales produjo, de que ‘la vocación no existe, la vocación es el deber cumplido’. Y todo el mundo, en masa, tenía que ser maestro o médico, porque la patria lo necesitaba”17. Intenta mostrar un discurso que van decadencia pero que al mismo tiempo ha logrado extenderse fuera de sus límites físicos. El artista Leandro Soto lo encuentra como "un sentimiento Leyva, Heriberto. Entrevista. “ Zoé Valdés: de La Habana a París, de la dictadura a la libertad, de la nada al todo”. Paraclito.net. N.p., 22 Abril 2011. Web. 17 Enero 2013. <http://paraclito.net/2011/04/22/zoe-valdes-de-la-habana-a-paris-de-la-dictadura-a-la-libertadde-la-nada-al-todo/> 16 La nada cotidiana, p. 95. 17 p. 46. 15 interior que se experimenta por primera vez viviendo dentro de Cuba"18. Pero el cambio marca de diferente manera a quien sale. Hay quienes saben qué hacer con la libertad, pero muchos otros no, algunos siguen siendo perseguidos por fantasmas del pasado. Yocandra no correría con tanta suerte al dejar Miami para llegar a Francia. Milagro en Miami, presenta el primer contraste con la isla, ahí se puede hablar de todo, no hay carencia y es posible realizar los sueños. Basta recordar que ahí se habla en plata, “como hay que hablar en Miami y lo demás es historia antigua, comparada con París -competencia desigual- Miami saldrá perdiendo. Pero Miami tiene su moña. Miami es una ciudad rebosante de exaltaciones, excesiva en pasiones, y de tan temperamental se ha vuelto lindísima, preciosa”19. Es a ese tipo de escenario al que fue a dar Yocandra una vez que la balsa la llevó hasta la orilla. Ahí comenzó su exilio, y poco a poco el insilio se fue disolviendo. Después de salir del hospital, ayudada por el Lince, se encuentra aletargada, como en un estado de coma. El narrador es quien tiene la voz para describir la escena, en ese punto ya no sabemos qué piensa, ni qué siente, ni si extraña el mar o si tiene idea de ella misma. Pero gracias a los recursos narrativos de este libro, se da un suceso mágico y Yocandra vuela atraída por el aroma de un guiso, un ajiaco. ¿En dónde se encuentra? ¿es ese su nuevo hogar? ¿dónde quedó la ventana por la que miraba el mar para recordar su existencia? Cuando Yocandra huye a Miami se da una especie de liberación del insilio mediante el olvido, pues una vez en el hospital, después de todas las pastillas que se había tomado antes de tomar la balsa, estaba débil y había perdido la memoria. El doctor pide que le pongan canciones de su niñez para ir recordando quién era. Así mismo, el olor de la comida le activa el recuerdo y logra incorporarse y reconocer a su amigo el Lince. Ciertamente, se encuentra en un lugar que no puede reconocer como su nuevo hogar, pues solo se había lanzado al mar a su suerte. Por fortuna, sus amigos cubanos comprendieron que “el espacio le era insuficiente para Soto, Leandro. “Testimonio de un artista.” ReMembering Cuba. Ed. Andrea O’Reilly Herrera. Austin: U of Texas P, 2001:3. 19 Milagro en Miami, p.9. 18 continuar el camino que su mente disociada había iniciado en algún punto secreto de la ausencia20”. Fue preciso llevarla a dar un paseo por la playa para que se relacionara de nuevo en armonía con el horizonte, Yocandra necesitaba de nuevo del mar; verlo para recordarle que existía, que había logrado el primer paso de un camino no planeado, de un viaje sin regreso, llegar viva al exilio, dejar atrás el silencio del insilio y empezar a narrar ella misma su vida. En cuanto a su vida en Paris, cabe mencionar que Edward Said ya había dicho sobre esta ciudad que le resultaba como una capital cosmopolita del exilio, donde además de haber buenos escritores, existen entre sus calles personas desapercibidas que han pasado hambre y soledad21. Es evocada por escritores e intelectuales como una metáfora para un amplio espectro de deseos culturalmente delimitados. En América Latina la cultura urbana ha designado como centro de París idealizado, hegemónico cultural que sirve como modelo para la Modernidad europea22. En El todo cotidiano Yocandra regresa por momentos a refugiarse en su mundo interior de la incertidumbre y la soledad: ella lo trae consigo convirtiendo los recuerdos en su más valioso refugio, formados por una mezcla de vivencias, de esencias de la ciudad donde nació. Podemos ver a través de la narradora una actitud intermedia entre dos espacios que distancian el exilio del insilio, pero al paradójicamente alejan al personaje de la realidad, orillándola a reflexionar si pertenece donde ese lugar en el que se encuentra o en aquella isla que tanto le impuso. Sufre de nostalgia de La Habana cuando está en París. La autora toma este espacio para hacer una alegoría del alcance del terror que la protagonista siente, ya que es el espacio elegido para que sea perseguida por “agentes segurosos”. Es posible decir que Yocandra vuelve a caer en la trampa, se enamora de una persona que al igual que el Traidor en El todo cotidiano, representa al régimen y sigue sus imposiciones. Una vez más, 20 p. 201. Reflections on Exile and Other Essays, p. 175. 22 Schwartz, Marcy E. Writing Paris: Urban Topographies of Desire in Contemporary Latin American Fiction. Albany, NY: State U of New York P, 1999. 21 Yocandra es utilizada para perseguir interéses ajenos que en vez de tráele beneficios solo limitan la libertad que debería encontrar en el exilio. Pero no todo tiende a la tragedia, la protagonista al refugiarse en Francia recibe apoyo de un viejo compañero artista cubano y se hospeda en su departamento. Entre sus vecinos hay varios cubanos, rusos (que huyeron del comunismo en su momento), noruegos y franceses. Los cubanos del edificio hacían reuniones de comité dos veces al mes con la presencia del propietario para “quejarse ante cualquier bobería”23. En realidad las reuniones no eran necesarias, pero el propietario no se oponía ya que era un hombre muy aburrido y verlos discutir lo divertía. Para la junta disponían de 50 sillas extra porque invitaban a otros cubanos que no vivían ahí, incluso la Sabandija, el personaje más odioso, se autoinvitaba “era puntual y absolutamente fiel a la causa”24. Opinaban sobre trabajo colectivo como la caza de ratas o la limpieza de las instalaciones, uno de los asistentes observó que en pleno París se seguían comportando en el oscurantismo, a lo que respondieron, que todo era hecho bajo su propia libertad y su asamblea era cosa seria25 aunque nunca llegaban a realizar nada de lo acordado. Como el edificio estaba viejo, el dueño decidió venderlo y poco a poco los vecinos lo fueron desalojando. Cuando volvió a inaugurarse, Yocandra volvió a rentar ahí porque era de los pocos lugares disponibles que podía pagar. Repentinamente, los mismos vecinos comenzaron a regresar, por nostalgia. La señora Memé, mientras estuvo en el asilo sólo recordaba lo bien que se la pasaba con los cubanos, Migdalia tampoco podía dejar pasar la oportunidad de regresar a “su mundo infernal”, Funchal, Hinojosa, Jessica, los noruegos, Gus, el Dramaturgo, los franceses, todos habían regresado porque “no podían olvidar el hermoso periodo de sus vidas en Beautreillis”26. En la madrugada, al terminar la fiesta del reencuentro, Yocandra tomó su abrigo, salió a caminar y se encontró “únicamente a los cubanos, sentados al borde del Sena” contemplaban el oleaje, “fui hasta ellos. –Ah, tú también – silabeó Migdalia”27. El resto de los personajes cubanos sufrían de la misma manera que Yocandra el exilio, regresar a ese edificio y 23 El todo cotidiano, p.83. p. 84. 25 P. 87. 26 P. 253. 27 P. 261. 24 descubrir que el resto de los vecinos también los extrañaban despertó el anhelo del mar, pero no del regreso a Cuba, pues ahí no hay nadie esperándolos con los brazos abiertos. A Yocandra le invade una verdadera nostalgia del espacio cuando se encuentra en el exilio, donde se extraña la inmanencia de la isla. Durante su tiempo de insilio vivía recordando y maldiciendo las promesas que le hicieron a su generación sobre un mundo mejor. A manera de conclusión, me gustaría agregar que Yocandra representa parte de la travesía de diversas personas que, unidas por su origen isleño, comparten parte de la historia que atañe a tantas mujeres y hombres que han pasado gran parte de su vida tratando de salir de la isla, o recorriendo lugares para encontrar aires de libertad. Ya sea en el exilio o en el insilio, la cubanía no se queda atrás, los sigue y forma parte de su cultura que se ha ido extendiendo más allá de los límites físicos. El análisis de estos espacios ayuda a comprender parte del universo cubano, y por qué no, el de otras nacionalidades que también se han visto forzados a dejar sus lugares de origen.