El simbolismo y su relación con los procesos primario y secundario * Charles Rycroft * ,~ El propósito de este trabajo es examinarla relación entre los procesos simbólicos y el funcionamiento yoico. He comenzado por reformular la conceptualización inicial de Freud acerca de las diferencias entre los procesos primario y secundario, con particular referencia al concepto de Winnicott y Milner sobre la ilusión (sección 1). Pasé luego a sugerir las razones por las que, en mi opinión, el hecho de limitar el concepto de simbolismo al uso de símbolos en el proceso primario, como hacen algunos autores, resulta no sólo equivocado sino también incompatible con las nociones posteriores de Freud sobre la naturaleza y el desarrollo del Yo (sección 11). En esta sección he seguido en gran parte a Milner y Kubie, quienes propugnan la ampliación del concepto analítico clásico de si mbolismo. En la tercera y última sección he intentado reformular la teoría del simbolismo, partiendo del supuesto de que la simbolización constituye una capacidad general de la mente basada en la percepción y que tanto el proceso primario como el secundario pueden hacer uso de ella. A lo largo de todo el trabajo resultará evidente mi inmensa deuda para con el trabajo clásico de Jones, "La teoría del simbolismo" (1916), aunque mi posición difiere de la de este autor. También debo señalar la enorme influencia de la concepción de Brierley sobre la metapsicología como una teoría de procesos y la importancia que atribuye a la necesidad de relacionar la teoría psicoanalítica con la tendencia del pensamiento moderno, que constituye "un movimiento que se aparta del análisis de las cosas y tiende al análisis de los procesos" I (Waddington, citado por Brierley, 1951). Una de las consecuencias este punto de vista es que las formulaciones dinámicas y económicas de en térmi nos de proceso y organización deben preferirse, de ser ello posible, a las descripciones topográficas, que suelen ser estáticas y tienden a fomentar la cosificación, esto es, la falacia consistente 'en olvidar que conceptos como el Ello y el Yo son ficciones y en conferirles una realidad Una versión levemente abreviada de este artículo fue leída en una reunión de la Sociedad Psicoanalitica Británica el 20 de abril de 1955.· El presente trabajo ,fue publicado en el lnt, J. of Psycho·Anal., 1956, XXXVII, 2-3. . Dirección: 50 Wimpole Street. Londres, W. 1, Inglaterra. Charles Rycroft concreta que sólo poseen las "cosas", como por ejemplo, los órganos corporales. Este es el motivo por el cual, en algunas ocasiones, he formulado ideas ya familiares en términos nuevos. La distinción entre proceso primario y secundario constituyó una de las más tempranas y fundamentales ideas de Freud. Este fundó su metapsicología sobre el supuesto de un aparato psíquico primitivo, cuyas actividades están guiadas por el intento de regular estados de tensión mediante la descarga de impulsos instintivos. Este aparato psíquico. está basado en .el modelo de un arco reflejo, cuya rama sensorial transmite impulsos endógenos de origen somático, mientras que la rama motora descarga esos impulsos, eliminando así la tensión a la que dan origen. Supuso, asimismo, que en el aspecto motor existen dos modos psíquicos y vías de descarga. Estos modos de descarga recibieron ceso primario y proceso secundario. final el' nombre de pro- Si un impulso se descarga por vía del proceso primario, el resultado es una alucinación en la vigilia o durante el dormir. En este último caso, se trata de lo que llamamos un sueño. El mecanismo que interviene aquí es el siguiente: la energía o la libido correspondiente al impulso no se transmite a los órganos corporales que podrían lograr una satisfacción real del impulso, sino a esa parte del aparato psíquico donde están representados los recuerdos de las satisfacciones pasadas. Las huellas mnémicas-o imagos de los objetos que proporcionaron esas satisfacciones reales en el pasado quedan así cargadas con energía (catectizadas) y se experimentan como reales. La imago mnémica se convierte en una alucinación por obra del mismo proceso que en' la vida normal dé vigilia hace que cualquier parte del mundo externo se vuelva subjetivamente real al quedar 3.e6,.; cargada con libido. El hecho de que se pueda reemplazar la imago por un símbolo será examinado en la sección 111. La precondición para que El simbolismo y su relación con los procesos primario y secundario las irnagos rnnermcas y los símbolos se conviertan en alucinaciones del modo señalado, es el retiro de la carga de la realidad externa y la inmovilizacióh funcional de aquellas partes de la mente orientadas hacia esa I realidad. Ello ocurre bajo cuatro condiciones distintas por lo menos: a) En el dormir y, por ende, en los sueños. b) En la psicosis, en la que hay una negación defensiva de la realidad: Rreud se sintió muy impresionado por la existencia de las alucinosis simples de realización de deseos, que fueron descriptas por primera vez por Meynert, uno de sus maestros de neuropsiquiatría. El hecho de que ! la gran mayoría de las alucinaciones psicóticas presenten una psicopatología mucho más compleja no invalida, desde luego, la importancia de esta observación. Durante la temprana infancia, época en que la inmadurez del Yo facilita, la realización alucinatoria de deseos. Freud entendía, según creo, que todos los impulsos infantiles se manejan primero mediante la aluci, nación y que sólo se experimenta dolor cuando la tensión sobrepasa cierto punto ;crítico. 8) En la neurosis, en la que un retiro parcial .d~1 interés por el mundo exterior está acompañado por introversión -y por el' desarrollo de una vida de fantasía basada en la elaboración psíquica de los recuerdos infantiles. l' .. h ~n ninguno de estos cuatro casos la mente está totalmente sometida a la influencia del proceso primario. En el dormir, el retiro del interés por el mundo exterior no es tan grande como para impedir que el individuo que duerme registre estímulos externos significativos; por ejemplo, señales de pellgro real, aunque haya un intento por interpretarlas erróneamente con el ¡fin de no despertar. Lo mismo ocurre en los sueños provocados por la necesidad de orinar o de defecar: el soñante suele despertar' a tiempo. Tampoco el bebé está totalmente sometido al proceso primario; cuenta con ciertas respuestas' innatas que constituyen actividades adaptativas primitivas, por ejemplo, la reacción de sobresalto, el llanto cuando no se siente firmemente sostenido o cuando experimenta hambre, etcétera. 367 Charles Rycroft Al describir el curso de un impulso cuando está sometido al procesa primario, he descripto también, por implicación, el proceso secundario. Se trata del proceso mediante el cual un impulso pasa a esa parte del aparato psíquico que a) percibe la realidad externa y b) controla los órganos físicos que pueden efectuar modificaciones en el mundo externo conducentes a la satisfacción del deseo (descarga del impulso). Es decir, el proceso secundario es aquel por el cual un impulso se convierte en un deseo más o menos consciente, que se ve satisfecho no en forma inmediata mediante una alucinación, sino sólo al cabo de una postergación durante la cual a) la realidad externa se percibe y se analiza en busca de un objeto adecuado y 'b) se utilizan habilidades de tipo más o menos complejo de manera tal que el deseo quede satisfecho. Tales habilidades pueden ser innatas o adquiridas. En otras palabras, el proceso secundario implica él empleo de las funciones de prueba de realidad y manejo de la realidad. Según las condiciones particulares que prevalecen, el proceso secundario puede ser más o menos complejo e implicar una demora mayor o menor para la descarga del impulso. La diferencia esencial entre el proceso primario y el secundario puede expresarse adecuadamente de dos maneras distintas, una de las cuales destaca el destino del impulso y la otra, la cualidad de la relación con el objeto. De acuerdo con la primera, la diferencia consiste en que el proceso primario alivia la tensión sin demora y al margen de la realidad externa, pero sólo en forma temporaria, mientras que el proceso secundario implica una postergación, depende de la realidad, pero alivia la tensión de manera permanente, esto es, permanente con respecto al impulso que actúa en un momento particular. Desde luego, no elimina la tendencia natural de los impulsos a reaparecer. Es esta diferencia entre ambos procesos lo que explica el valor limitado de los sueños. Los deseos insatisfechos que de otra manera perturbarían el dormir pueden aliviarse sin demora y de manera completa mediante los sueños -como lo señala el criterio freudiano 368 de que la función de los sueños es la de preservar el dormir-, sueño logrará jamás satisfacer de manera real y permanente pero ningún los deseos y El simbolismo y su relación con los procesos primario y secundario de ahí ·Ia eventual necesidad de despertar y volver a cargar los objetos externos. Consideraciones similares. explican la eficacia temporaria y el fracaso final de los ensueños diurnos y los síntomas neuróticos que proporciohan satisfacción. lCon respecto a la cualidad de la relación con el objeto, la diferencia esencial radica en que el proceso primario es objetivamente autista, y ello a pesar de la presencia subjetiva de una imago objetal (interna), mientras due el proceso secundario lleva a la comunicación, el contacto y la interacción con un objeto externo que, en el momento de la consumación, I está objetiva y subjetivamente presente. La naturaleza básicamente autista del proceso primario resulta evidente en sus manifestaciones más simples, pero no tanto en sus elaboraciones más complejas. Como consecuencia del empleo de las identificaciones proyectiva e introyectiva, es posible tratar [ los objetos pertenecientes al mundo exterior, con o sin su consentimiento, como lsustltutos inconscientes de las imagos internas ideales. Cuando ello ~. . sucede, se desarrolla una relación seudoobjetal que es técnicamente y potencialmente inestable, aunque aparentemente y pueda durar toda una vida. Ejemplos de ello son la" folie cienes' perversas y ciertos grupos ideológicos . cótical" . psi- sea egosintónica deux, las rela- a I [Es importante comprender que el proceso primario y el secundario no cdnstituyen fenómenos clínicamente observables, sino construcciones teórids destinadas a explicar una serie particular de hechos. Fueron ereadás para explicar, en primer lugar, la introversión y la fantasía neuróticaÁ y sobre todo histéricas y, en segundo lugar, los sueños, en los que Freud I encontró un análogo normal de la fantasía histérica. La formulación más simple de la similitud entre la neurosis y el soñar consiste en que ambos están impregnados por el proceso primario, por intentos destinados a satisfacer los deseos de manera no realista por medio de relaciones con • I En todo este trabajo he utilizado la palabra "psicótico" para referirme a una cualidad o intensidad particular de la carga con que puede revestirse una imago objetal interna. Dicha carga, que surge del proceso primario, otorga a la imago objetal cualidades delirantes o alucinatorias, sea en un sentido real si la imago se -proyecta, o' en forma potencial si ello no ocurre. Más adelante me refiero a tales imagos objeta les con el término "fantasmas". 369 Charles Rycroft / objetos internos adecuados sino de una manera ilusoria de imagos objetales internas (cf. Jones, 1911). mediante la carga Las -formulaciones de la diferencia entre el proceso primario y el secundario suelen asumir la forma de una antítesis entre la fantasía y la realidad, entre lás ideas imaginadas acerca de los objetos y los objetos externos reales. Por ende, resulta importante comprender que tal antítesis no siempre es válida y que, como lo ha señalado en particular Winnicott (1945), se dan circunstancias en que tal distinción desaparece. Ello se debe a que la satisfacción de ciertos deseos, por ejemplo los producidos por impulso? orales y genitales, requiere un objeto que esté motivado por un deseo recíproco. Así, por ejemplo, la satisfacción de los deseos orales de un niño requiere la participación activa de una madre que desea amamantar al bebé. Evidentemente, puede suceder que, como resultado de las acciones de la madre, no transcurra un lapso significativo apreciable entre la aparición del deseo infantil de recibir alimento y la satisfacción de esa necesidad, es decir, puede suceder que el pecho aparezca antes de que el bebé haya comenzado a padecer un grado doloroso de tensión. (No' supongo aquí que la madre satisface el deseo de comer del niño en cuanto dicho deseo aparece -resulta difícil incluso concebir un deseo de este tipo que surja en un momento particularsino que; existe un período de tiempo durante el cual el deseo es' activo sin que el niño tenga expectativa alguna en el sentido de que no será satisfecho y durante el cual, por lo tanto, tampoco tiene motivos para percibir o negar la terna.). Cuando ello ocurre, ¿cuál es la experiencia subjetiva tiene .de ese hecho? ¿Su percepción del pecho real es de alguna tinta' .de la imagen del pecho que alucina cuando está bajo realidad exque el niño manera disla influencia del proceso primario, o es el pecho percibido idéntico al imaginado? En este '.últimocaso, nos encontrarnos con una. situación en que se produce una satisfacción real mientras el niño está sometido a la influencia proceso -,primario, en el cual una experiencla real es subjetivamente 370 del una alucinación, La' experiencia repetida de esta superposición o convergencia de ilus.ión y realidad tiende a vincular positivamente al individuo con la El simbolismo y su relación con los procesos primario y secundario -----~:----------------------------------------------------------Ú I realidad externa sin que surjan perturbaciones debidas a la negación, el odio, la desconfianza, la desilusión o el retraimiento. Aunque la frustración puede .llevar a aceptar la realidad, sólo la satisfacción permite amarla. Es factible que la función que desempeñan el galanteo y el juego amoroso en la vida sexual adulta consista en producir una situación análoga, en la tual la presencia en ambos participantes de deseos recíprocos' sincronizados lleva a eliminar, en el momento del orgasmo, todo distingo entre fantasía y realidad. De ser ello así, se explicaría la aparente paradoja de que la culminación del amor objetal es un sentimiento de identificación con el1objeto o, como lo expresa Fenichel, que "en la culminación de la satisfatción genital plena la identificación retorna en un nivel superior" (Fenict\el, 1945, pág. 85). Evidentemente, esta idea está muy cerca de la concepción de Ferenczi y Balint acerca del amor genital. 11 En la sección anterior he utilizado el término "proceso primario" en su sentido restringido, esto es, la tendencia a la realización alucinatoria de deseos, y no h;e adoptado su uso más amplio que incluye todos aquellos rasgos que Freud :describió como característicos del inconsciente, esto es, simbolización, desplazamiento, condensación, movilidad de las cargas, ausencia de I ,. las categorías de espacio y tiempo, etcétera. Me han movido a ello dos razones. Primero, algunos de estos rasgos, como la movilidad de las cargas, ta ausencia de las categorías de espacio y tiempo y quizás la condensación, constituyen consecuencias lógicamente necesarias de la tendencia I a la realización alucinatoria de deseos y, por ende, no requieren una consideración especial. Segundo, la inclusión de los otros rasgos, por ejemplo la simbolización y el desplazamiento, en el concepto de proceso primario., implica dos cosas que, en mi opinión, son falsas: Que los modos de la actividad mental inconsciente y consciente son absolutamente distintos desde el punto de vista cualitativo y, sobre todo, p 371 Charles Rycroft 2) que la simbolización es un rasgo de la actividad mental incons- ciente y no aparece en el pensamiento consciente. Entiendo que es posible rechazar con argumentos de índole general la idea de que la actividad mental inconsciente y consciente son cualitativamente distintas, ya que esa noción pasa por alto el hecho de que la mente, a. pesar de su propensión al conflicto, la disociación, etcétera, es una estructura unitaria que actúa como un todo. Por ende, resulta ilógico concebir la mente como subdividida en dos estructuras subsidiarias, un Inconsciente y un Consciente, un Yo y un Ello, que funcionan de manera totalmente distinta. Desde el punto de vista biológico, sólo cabe pensar en términos de una de ellas, el Yo, como una diferenciación especializada de la otra, del mismo modo que -y quizás esto sea más que una analogía[a corteza cerebral es una diferenciación especializada de partes más primitivas del sistema nervioso central. El hecho de que ciertos aspectos de la actividad cortical sean a veces conscientes no justifica el supuesto de· que la corteza funciona de una manera del resto del sistema nervioso central. básicamente distinta La idea de que el simbolismo se limita a la actividad mental inconsciente está sujeta no sólo a la objeción general planteada en el último párrafo, sino también a otras más específicas. En primer lugar, hace muy . difícil describir el proceso de sublimación y, en particular, diferenciar las sublimaciones estables y progresivas de las seudosublimaciones neuróticas y defensivas. En segundo lugar, resulta imposible explicar la naturaleza de la acción terapéutica que ejerce el psicoanálisis sin reconocer que el analista, - la situa~ión analítica y las palabras utilizadas en el tratamiento analítico, son símbolos. Tercero, contradice la observación clínica, que Freud hizo muy a comienzos de su carrera, de que algunos individuos tienen una comprensión .e~p-ontánea ~.elas ecuaciones simbólicas y no ofrecen resistencia alguna a las interpretaciones del simbolismo sexual. o Tales individuos no sorr necesariamente esquizofrénicos, al principio. De paso, tampoco son siempre artistas. como Freud pensó El simbolismo y su relación con los procesos primario y secundario . Las dificultades inherentes al intento de limitar el concepto de sirnbolismo se hacen evidentes al examinar un' tratado de Jones "La teoría del simbolismo", escrito en 1916, es decir, antes del desarrollo de la psicología del Yo. En él, Jones sostiene que existe un simbolismo' "verdadero" que puede distinguirse de lo que él llama "simbolismo en el sentido más amplio" -y no, como se observará, "falso" simbolismo-. Por un lado, afi'f,l ma: "Si la palabra simbolismo se toma en su sentido más arnplio.. se ve que abarca casi todo el desarrollo de la civilización. Pues ¿de qué..sa.trata sino de una interminable serie de sustituciones evolutivas.r.uns-incesante reemplazo de una idea, un interés, una capacidad o ..unavtendencia. po'r. otra?" Por otro lado, sostiene que "el simbolismo surge-cornor.resultado-del conflicto intrapsiquico entre las tendencias represoras: y;,:Io[::r~pr:irnido~[;iY "sólo lo reprimido se simboliza; sólo lo reprimldoxnecesita-ser sirnbolizadoúí Más adelante, al formular la diferenciaí.esencial .enttesksimbolismo ;~'ve'r~ dadero" y "simbolismo en el sentido? más :amplio':';,:.l Jones'esctíbersr'Lés dos características 1) que el proceso cardinales deliisirrrbolismo es cornpletamentefncouscieúte (en reste;!"sentidoc.esÚictolcs'on :oí, F-y¡ 2y;qi.JE)~"el;',afectó con que está' cargada la"idea2simbolitada n'o);:h:aiCderi1ostradó:;,ser. ca'pái¡ en lo que al simbolism'ó;::se':lrefii:ú'e',:I:declesa~:ñf6difi¿aciÓnrcúalitiÜiva<~(fúe denota el térrninonsüblimáción' :C::Está cita; rfii.resn~'"! que ;::Dóriifs 'nci;'hashécn6 tan sólo una: distinción! a'rHith:iriao:yrpurárñenté::'vérbá'P'aFliriíit2Ir :el: concept'Ó de simoblism'o:rra'i:ideñt:ifiéacioh-es" entre.'lideas',:-::uh'a :ae las' c'Úales;2'esfá primida y es inconsciente, sinonque: est¡3blece<!'üna")distiríciÓ'!fi:real/:;y:'muy r , ¡:re~~ importanteusá.lsaber.eehtré: símoolósl~que;han?qtiedado)sübordin'adOs-=al proceso? neu róticosiys los -queese sutüízaroh ren !~el\~d'€sa?r'dllo:-,yoico¡;Sin : embargo] puédermhacerseudosaobjecioneso interre racionada s"l,fi la"!Ctna"h"era) eh~'qUé-' .Jones tormula'ztal+distingob :oob:::c'~ ; ':' -.: :;,' -"': 8;'p ;;j.:::\' e:; O;¡¡!J(; n.i o!)s:t ,;~'::~¡,:L:a:\I)rimera~!es;jqu~2;resulta~:sinj(dudarrmas18Iógic'0'1decir,[qúer:él) simbó1 Iisrno eqnstitwyet2una1bcapacJdád rgenera lsrqueslpuede sutil izarse ¿H~)9dos'pmat neras :jdisti:ntas;:>quensübdivid innél rslmbol isrnó: :e'nedoslqcategoélastcsegún 610s ldl$JilltOS9lJ$9S;nP~ranIQs:~(qúe;::se;?loQ'em plea: nLaarseguhdartob j eciónd re's,c;la,Jde .9!:1..ei eJ di.stlr:rgo, 1:.tJi¡izadonpbr.::rJo.nes tcornoi orltenonpara sdifer.él;lciar csusndós Charles Rycroft clases de simbolismo, es decir, si el afecto con que se carga un símbolo ha sufrido o no "esa modificación cualitativa que denota el término 'sublimación' ", es en realidad un distingo entre dos clases de afecto, modificado y no modificado, y no entre dos clases de, símbolos. Creo que la cuestión relativa a que de hecho sea posible distinguir clases distintas de afecto no tiene pertinencia directa para el tema 'de este trabajo. Confío en que se entenderá que los párrafos precedentes no constituyen, en el sentido corriente del término, una crítica a Jones. Antes bien, sonuna reformulación de algunas de las dificultades debidas a la inmadurez de la teoría psicoanalítica en el momento en que se escribió ese trabajo, dificultades que, sin duda, deben haber ejercido cierta influencia para que Freud reemplazara su meta psicología previa por la del "Yo y el Ello", en la 'que a) lo que es inconsciente no está necesariamente reprimido, b) el Yo (que reemplaza al consciente) no es necesariamente consciente y' c) el concepto de un consciente en contraste con un inconsciente está reemplazado por el de un Yo que constituye "ésa parte del Ello que ha sido modificada por la influencia directa del mundo externo". Es esto último lo que, en mi opinión, hace que la teoría clásica del simbolismo resulte insostenible. La única justificación de este trabajo es mi creencia de que los analistas no siempre han apreciado, al reflexionar sobre el simbolismo, las consecuencias de la psicología del Yo y han tendido a pensar que el simbolismo y el funcionamiento yoico son dos campos totalmente separados dentro del estudio psicoanalítico. . Dos notables excepciones son el trabajo de Melanie Klein sobre la formación de símbolos (1930) y el de Susan Isaacs sobre la' fantasía (1948). Sin embargo, como seguramente ya resulta obvio, en este trabajo he adoptado un punto de vista que difiere en algunos aspectos de la teoría kleiniana. Quizás convenga examinar en forma detallada un aspecto de esa divergencia, ya que está directamente relacionado con el tema de este trabajo. Tiene que ver con el concepto de fantasía. En la única ocasión en que he utilizado 37g esta palabra; la empleé como antítesis de realidad externa y no en el sentido kléiniano amplio' de "contenido mental inconsciente" que subyace a toda El simbolismo y su relación con los procesos primario y secundario la conducta, incluyendo la actividad mental tanto neurótica como realista. del significado que, como señalaré más adelante, cuenta con respetables antecedentes literarios, me parece muy útil y, al mismo tiempo, sumamente equívoca. Creo que su valor radica en que llama la atención sobre el hecho de que los procesos inconscientes simbólicos e imaginativos subyacen tanto al desarrollo y mantenimiento de un sentido de la realidad como al desarrollo y el mantenimIento de la neurosis.~' Esta ampliación Desde luego, tal es el tema central de este trabajo. En mi opinión, su debilidad consiste en que tiende a oscurecer un distingo que resulta muy claro en la teoría analítica clásica. Se trata de la distinción entre los procesos mentales que implican imagos "psicóticas" ilusorias, ideales y cargadas con propósitos defensivos -a las que podría aplicarse el término "fantasmas"y los que implican imagos directamente basadas en recuerdos de experiencias' reales. Creo que .existe una diferencia esencial, a pesar de que las primeras surgen de la idealización de las segundas. La importancia que se atribuye en la teoría kleiniana al hecho de que tanto la "realidad psíquica" como la "realidad externa" son subjetivamente reales, tiende a oscurecer el hecho de que, no obstante ello, existen entre ambas diferencias esenciales, y de que la realidad psíquica es en sí misma divisible en una parte que está ligada, desde el punto de vista del desarrollo, a la realidad externa, y otra que se ha formado por idealización (Rycroft, 1955). La diferencia fundamental entre "realidad externa" y esta segunda parte de la "realidad psíquica" consiste, desde luego, en que las satisfacciones que proporciona la primera son Objetivamente reales,' mientras que las que ofrece la segunda, son ilusorias y engañosas con respecto a los sentidos. A veces se tiene la impresión de que, en su justificada reacción contra cierta tendencia a subestimar la realidad psíquica, algunos analistas kleinianos caen sin darse cuenta en el error contrario, esto es.vsubestirnar la realidad externa. La falacia que significa pensar en la fantasía .como • Idéntico punto de vista es el que sustenta Kubie (1953) sin referirse al concepto de fantasía. " .... Cada momento del ~pensamiento y sentimiento implica simultáneamente la activación de un sígnificado literal, alegórico y onírico del representante simbólico de todos los perceptos y conceptos que son pertinentes" ese momento de la actividad psíquica." 375 Charles Rycroft en una mera fantasía, como lo señala Susan Isaacs, es reemplazada por el error de pensar en la realidad externa como mera realidad externa. Otro aspecto de esta falta de un distingo observación cebida correcta como de que toda claro es la tendencia percepción una "incorporación", a una injustificada entre la percepción y la introyección y la proyección "psicótica"). La necesidad de restablecer a pasar de la es inconscientemente "psicótica" ecuación con- implícita (y entre el reconocimiento el distingo clásicamente mantenido por la antítesis entre fantasía y realidad ha sido, según creo, una de las razones por las que Winnicott embargo, y Milner introdujeron el hecho de que ello constituye, un concepto previo, ha quedado el concepto en efecto, oscurecido por ambos autores se han ocupado fundamentalmente de la relación entre (la capacidad realidad externa durante llevan a un divorcio vicisitudes la disociación del conflicto se ha producido. la psicopatología da por sentada, clásica, donde acertadamente Una ayuda adicional fantasía y realidad distinción la reintroducción de la circunstancia de definir reciprocidad la forma en la que los trastornos entre ilusión y realidad. posteriores Sin entre la oposición para volver entre sería utilizar el niño en esta relación y realidad constituyen entre fantasía de ciertos a introducir una vez las que el tema de y realidad se límites. el distingo clásico entre en el marco de una teoría que ya no considera sea absoluta, de) la Ambos dan por sentadas ilusión Tales vicisitudes dentro de que la naturaleza para) la ilusión y (la percepción el período de máxima y su madre, y de describir de ilusión. la palabra "imaginación" que tal para el pro- ceso de elaboración, organización y configuración de imagos que depende del proceso secundario y limitar el término fantasía al uso de imagos que tiene lugar en el proceso. primario. Esto ofrecería por lo menos tres ven- tajas: 376 a) Permitiría que la distinción entre el proceso primario y el secundario fuera clara, sin pasar por alto el hecho de que todo pensamiento El simbolismo y su relación con los procesos primario con respecto a la realidad está "sustentado para utilizar las palabras de Susan Isaacs. por la fantasía y secundario inconsciente", b) Estaría de acuerdo con el empleo culto de esa palabra, esto es, que la' imaginación constituye un requisito esencial para poder apreciar plenamente la realidad y que las personas pueden padecer de cierta falta de imaginación. e) Proporcionaría tres palabras -ilusión, fantasía e imaginaciónpara comprender la amplia gama de significados que antes quedaban incluidos en el término fantasía. (En la actualidad, dicho término se utiliza para referirse a 1) una actividad mental general, 2) una forma neurótica particular de dicha actividad, 3) un estado mental que es consecuencia de aquélla y 4) el reino ficticio en el que tiene lugar.) En este contexto, la ortografía de la palabra "fantasía" (phantasy) encierra interés. De acuerdo con Susan Isaacs, los traductores ingleses de Freud "adoptaron una forma ortográfica especial de la palabra fantasía (phantasy) para diferenciar el significado psicoanalítico del término de la palabra popular fantasía (fantasy), que significa 'ensueños diurnos, ficciones, etcétera'''. Sin embargo, y de acuerdo con el Oxford English Dictionary, (1901), ambas formas fueron entendidas desde el redescubrimiento de la cultura griega como palabras distintas, siendo el significado predominante de, la segunda "capricho, invención imaginativa" , mientras· que la primera denota "imaginación, idea visionaria". En otras palabras, hubo una tendencia a reconocer que la noción de fantasía (phantasy) encierra dos ideas distintas o también que se trata de un proceso que puede llevar a dos resultados diferentes. La comprensión preanalítica más clara de la naturaleza de la fantasía parece haber sido' la de Coleridge, quien basó su teoría de la Imaginación (Phantasy) sobre una distinción entre la imaginación primaria, que describió como "el poder viviente y el agente primario de toda percepción humana" y la fantasía (fancy), que describió como "una modalidad de la memoria emancipada del tiempo y el espacio", una frase que parece casi la definición del proceso primario. POr 377 Charles Rycroft desgracia, las teorías de Coleridge están tan entremezcladas con su filosofía idealista que probablemente no ofrezcan ninguna utilidad a los psicoanalistas. Con todo, quisiera incluir otras dos citas que sugieren que este autor se refería al mismo problema que tratamos aquí y que su pertinencia no es sólo aparente. Esas ideas son a) su concepto de una imaginación secundaria que es "un eco de la primera (esto es, la imaginación primaria), que coexiste con la voluntad consciente, y, no obstante, es idéntica a la primaria en cuanto al tipo de su acción y difiere sólo en cuanto al grado, y en su modo de operación. Ella disuelve, esparce y disipa (esto es, analiza) con el propósito de recrear" (Biographia literaria, 1817), y b) su formulación de la relación entre Imaginación y Fantasía (Fancy). "La imaginación debe tener fantasía (fancy); de hecho, los poderes intelectuales superiores sólo pueden actuar a través de la energía correspondiente a los inferiores" (Table Talk, 1833) (1. A. Richards, Coleridge on Imagination, 'f: 1934): No me he propuesto desarrollar aquí las consecuencias de que la percepción de la realidad implica la pena mencionar una de ellas en relación j de la idea imaginación. Con todo, vale con el simbolismo, 'esto es, que hace posible concebir que cada. individuo posee su propia visión idiosincrásica de la realidad, basada en las configuraciones específicas de sus propios procesos imaginativos y simbólicos, sin que sea necesario suponer que ello representa una desviación con respecto a un sentido normal hipotético de la realidad. Esta idea es de gran importancia en relación con la obra de los pensadores y artistas que crean nuevos símbolos para captar la realidad, modificando así constantemente el sentido de la realidad en quienes los siguen (cf. Milner, 1952). Esta posición no es necesariamente y los símbolos idealista o siquiera relativista, puesto que a) las imagos surgen, en última instancia, de percepciones corporales co- munes a toda la humanidad, creadas por los pensadores 378 y b) las nuevas concepciones de la realidad y los artistas representan agregados a las concepciones ya existentes de la realidad que tienden a quedar incluidos en ellas; en este sentido difieren esencialmente de los sistemas delirantes El simbolismo y su relación con los procesos primario. y. secundario de los esquizofrénicos, gicas con ellos. aunque tienen algunas vinculaciones psicopatoló- 111 En esta última sección intentaré formular la teoría del simbolismo sobre la base de que la simbolización constituye una tendencia o capacidad general de la mente, que puede utilizar tanto el proceso primario como el secundario, en forma neurótica o realista, para la defensa o la autoexpresión, para mantener la fijación o promover el crecimiento. Para una mayor brevedad, mi formulación adoptará la forma de catorce proposiciones. _ . 1. El proceso de formación de símbolos consiste en el desplazamiento de cargas desde la idea de un objeto o una actividad de interés instintivo primario, a la idea de un objeto de interés instintivo menor." Esta última actúa entonces como símbolo de la primera. Conviene ampliar y clarificar de símbolos en tres aspectos: A. el objeto • esta manera de definir la formación La noción de un objeto de interés instintivo primario incluye a) externo de un impulso primario, b) las partes del Self que resul- Como se observará, me he referido al desplazamiento en la 'formación de simbolos entendiendo que tiene lugar desde un objeto de interés instintivo primario a otro de interés instintivo menor, y no carente de interés instintivo. Ello es necesario al menos por dos razones. Primero, la noción de Un objeto de interés instintivo primario es relativa, ya que, en última instancia, es imposible concebir que un instinto sea continuamente primario can respecto a otro. Sólo cabe afirmar que, en un momento particular, dentro de una fase particular del desarrollo, un impulso instintivo predomina sobre todos los otros impulsos potencialmente activos, y que el desplazamiento en la formación de simbolos se aleja del objeto especifico de ese impulso en dirección a algún otro objeto. Segundo, este otro objeto sin duda puede ser, y quizás siempre sea, objeto de algún otro impulso. Esa posibilidad es obvia, y me he referido a ella en la proposición 5. La posibilidad de que ello ocurra siempre, surge del -hecho de que por lo menos cabe argumentarse que todos los objetos perceptibles son de' interés instintivo. Sin duda, existe una tendencia a hacer este supuesto cuando se consideran los mundos perceptuales de especies menos complejas que el hombre, y considero probable que todos los objetos que entran en nuestros campos perceptuales son inconscientemente evaluados como fuentes potenciales de satisfacción o peligro. En tal sentido. resulta pertinente que la mayoria de los objetos fóbicos, incluyendo los espacios cerrados y abiertos y también los objetos humanos, de hecho ofrecen' motivos racionales para una actitud cautelosa. 379 Charles Rycroft . tan necesarias para establecer, mantener o consumar una relación con un objeto externo y c) la substancia que pasa entre el sujeto y el objeto. S. He utilizado la frase "objeto o actividad" en lugar de simplemente "objeto", para señalar el hecho de que los objetos derivan su importancia de su función y que, por lo tanto, el desplazamiento que tiene lugar en la formación de símbolos se produce de un proceso o función a otro y no de una "cosa" a otra. En lo que sigue debe entenderse término "objeto" significa "función de un objeto". que el C. Esta definición, con su énfasis en las relaciones objeta les, sólo resulta válida para los impulsos orales y genitales, que evidentemente necesitan' de un objeto para su satisfacción y con respecto a' los cuales no hay duda alguna en cuanto a la naturaleza del objeto. Con respecto a la simbolización de ios impulsos anales y uretrales,' la situación se vuelve más' compleja, -.puesto que es' incierto a) si las heces y la orina deben entenderse como objetos instintivos que requieren 'su expulsión o como substancias que se prestan fácilmente para su empleo como objetos simbólicos, y b) si la defecación y la' micción son actividades primariamente autoeróticas o bien una parte intrínseca de la relación del niño con la madre. En el segundo caso, la madre es primariamente el objeto de la actividad anal y uretral y las heces y la entre el sujeto y el objeto (véase A). oriria son las sustancias que pasan 2.' El objeto o 'Ia actividad sobre la que, se desplaza la carga es de tal índole que la mente, debido a _su organización intrínseca, puede asociarlo con el objeto o la actividad primaria. Un símbolo puede a) semejarse al objeto primario por' su aspecto, función o _~ap~,si9acl,:,R§l,r~, o,espertar idéntico afecto o b) ser parte..•.. del o.bjeto I:lr:irnar,io? O'¡' e) 'haber' sido !8rJ 6':,] .os'tuqvru OiIO nl~,,"J': ~., (,' )1(1"1 ~ experimentado en contigüiaad;'¡espacial o"'temporalt'cCinJiél .. Estas tres+clases ~,~ 380 rr:· ?0t~·1(l9J":-f1 ,·:.:i~)Jdo ¿01.:.';¡Y:;¡ l¡lIlJ i:;':,:'1;!l'j;~ ;.'. ~.-'- ;'" !ri~~; ~~i(,~e~~p i?cQ~jeQ,~~e~: ~J:!~~Á ~.~~ I?~~yJ}~;:~!.lT)lbl~ Ii;~Jd?r.'t}yqOnt ~~~~~.,n"'1d ~~,~,~,;J a(¡~) figúras 'retórícas:!~símil.,nsinécdoque'y metonimia 2(~véaseoSharpe, Análisis:' de :=....,1 !:.-D G "!~'l:ir'~ ::1 ')1.0 :::fi ../!.• ., C! r:i:..:.":, r oi .uoa Ie::t n3 .018119q o nOi~:l612ijG¿ eb 2~:G¡::m3J"("(j 'los~sueños'r,Gápítulo:il'l:)~,,1 x i'ol1.,it:., ,~ aob-rrieo eoi asqeo eol obn9'{ulori .aocidót ?oJoic;o , .aaolcruso butitOG srru svcq eetsnoloat eovírom nnaerto ortcsrí El simbolismo y su relación con los procesos primario y secundario 3. Un símbolo. encierra afecto desplazado desde el objeto que representa. En. cualquier caso particular, el afecto vinculado a un objeto . será de amor, odio, temor, etcétera, y el símbolo que representa al objeto se habrá elegido según su aptitud para provocar ese afecto. Los símbolos fálicos, como un puñal, una regadera, un revólver, un aeroplano y una serpiente -para utilizar ejemplos citados por Freudse refieren a distintas concepciones afectivas del pene, y a distintos aspectos de sus funciones. 4. El proceso de desplazamiento desde un objeto o actividad a otro es susceptible de repetición indefinida, de modo que, esquemáticamente, se puede construir una serie de ecuaciones simbólicas, estando el objeto o actividad primario A simbolizado por B, B por e, e por D, etcétera, hallándose cada miembro sucesivo de la serie más alejado del objeto primario y exhibiendo menor semejanza o conexión intrínseca con él. En otras palabras, el simbolismo es un proceso unidireccional y centrífugo. Con todo, también puede haber un desplazamiento de cargas en sentido centrípeto, que es característico de la disfunción mental que tiene su ?rigen en la regresión neurótica, la lesión cerebral, el dormir o la fatiga. Este desplazamiento centrípeto de cargas suele conocerse como "regresión", aunque quizás sea más adecuado y menos confuso llamarlo "desimbolización". Por ejemplo, el reemplazo de imágenes verbales por imágenes visuales en los sueños o en los estados de' fatiga, constituyó la base de la teoría de Silberer sobre el simbolismo funcional. De acuerdo con la idea expresada aquí, la visualización regresiva constituye lo opuesto de la simbolización, y no una forma especial de ella. Más adelante volveré a referirme a la naturaleza simbólica detas palabras. : 5. El hecho de que un objeto o actividad sea en sí mismo de interés instintivo primario no impide que se lo utilice como un símbolo. I Un pene puede representar un pecho, o una cabeza, un pene. En tales casos, el objeto tiene una carga doble, de la que sólo .una es susceptible de interpretación, mientras que la otra es intrínseca ejrreductible, 381 Charles Rycroft 6. El proceso de formación de símbolos presupone cierto grado de desarrollo yoico, ya· que el futuro símbolo debe ser percibido antes de poder utilizarlo como tal. Aunque no parecen existir motivos para no suponer que la mente posee cierta clase de idea innata de los objetos neo cesarios para la satisfacción de los instintos primarios (y probablemente también de los "estímulos-signos" necesarios para la liberación de los impulsos instintivos y el reconocimiento de sus objetos) (cf. Tinbergen, 1953), la idea de que los símbolos son innatos implica o bien la herencia de conocimientos adquiridos o un inconsciente colectivo. La llamada universalidad 'de los símbolos se explica mejor haciendo referencia a a) "la uniformidad de los intereses fundamentales y perennes de la humanidad", para, utilizar, la 'frase de Jones, b) la uniformidad de los a~ectos y sensaciones que acompañan a los actos instintivos (véase Sharpe, 1940, con respecto a la metáfora) y e) la uniformidad de la capacidad de la mente humana para formar guestalts y percibir similitudes entré ellas. Este útimo es un hecho que los analistas pueden dar por sentado, ya que, en este sentido, la mente del-analista y la del paciente funcionan de manera idéntica. A ello se debe que las ecuaciones simbólicas se perciban con tanta facilidad en tanto no intervenga una resistencia emocional. Quizás las cosas serían muy distintas diferentes. si se intentara el análisis entre miembros (La idea de que el simbolismo se hereda aparece de especies en la literatura psicoanalítica contemporánea, por ejemplo, Fliess, 1953. Parece estar basada en una confusión de ideas, ya que no se aclara si la palabra "simbolismo" significa "propensión a formar y utilizar símbolos" o "modo de adquirir símbolos". En el primer caso, la afirmación es cierta, pero no encierra especial importancia, ya que, en cierto sentido, es probable que todas las propensiones, sean heredadas. En el segundo caso, la afirmación es falsa, pues a) implica que es posible heredar el conocimiento adquirido, o sea que es lamarckiana, o bien b) es autocontradictoria, ya que la esencia 382 de un símbolo radica en que adquiere su significación mediante el desplazamiento desde alguna otra cosa, mientras que la esencia de una idea El simbolismo y su relación con los procesos primario y secundario heredada es que su significación es intrínseca. Si los símbolos psicoanalíticos se heredaran, ello proporcionaría una base para establecer un distingo absoluto entre' ellos y otras clases de símbolos. En la "Décima sección introductoria" (1916), donde describe el simbolismo como 'un "modo de expresión antiguo pero obsoleto", Freud incluye en su lista de símbolos fálicos típicos aviones y zepelines, inclusión que resulta compatible con la idea de Jones de que cada individuo recrea su propio simbolismo mediante la percepción.) 7. Una vez que un símbolo se ha formado, mario como el secundario pueden utilizarlo. tanto el proceso pri- 8. Si lo utiliza el proceso primario, el símbolo es tratado exactamente igual que la imago mnémica del objeto primario, con respecto a la cual se convierte en un sustituto y en un representante intercambiable. Esta es otra manera de expresar la formulación de Freud de que el proceso primario está caracterizado por la movilidad de las cargas. La elaboración ulterior de este punto resulta innecesaria, pues implicaría una repetición, mutatis mutandis, de la Sección 1. El ejemplo del empleo de un símbolo por parte del proceso primario es el tipo de sueño, nada raro, que sólo requiere la interpretación simbólica de su contenido manifiesto para que el' deseo subyacente se vuelva obvio. 9. En la medida en que un objeto es utilizado como símbolo por el proceso primario, su significación depende por completo del objeto que representa y de ningún modo de su propia naturaleza intrínseca. Cuando, como resultado del uso de los mecanismos de proyección y negación, un objeto en la realidad externa adquiere la .carga de un objeto, interno, ya no tiene importancia que resulte totalmente inadecuado para cumplir las funciones del objeto que simboliza. 10. Si el proceso secundario utiliza el símbolo, éste mantiene su relación con el mundo externo, y la formación del símbolo lleva a ampliar los intereses libidinales del individuo. El hecho de que la formación "de 383 Charles Rycroft símbolos constituya un proceso capaz de repetición indefinida (véase proposición 4) lleva a la posibilidad de una ampliación cada vez mayor del "mundo externo" del individuo, a que pueda encontrar satisfacción en objetos y actividades cada vez más alejados de sus intereses instintivos primarios, Este es el proceso a que se refiere Jones cuando describe la civilización como una serie inacabable de sustituciones simbólicas. 11. Un objeto sólo puede ser utilizado como símbolo por el proceso secundario si es capaz de proporcionar satisfacción real y, por ende, no hay tendencia a distorsionar el símbolo y negar su naturaleza real. La lectura puede simbolizar la actividad oral y convertirse en una sublimación sólo porque los libros pueden proporcionar conocimientos y placer reales. Sé muy bien que este uso del término "real" implica cierta petición de principios y que hay un importante problema subyacente a la capacidad de los equivalentes simbólicos para proporcionar placer.' Quizás ello sólo ocurra cuando la relación con el símbolo se asemeja a una relación objetal, en tanto implica interacción entre el sujeto y el símbolo y es capaz de un desarrollo progresivo. 12. Las palabras constituyen una clase especial de símbolos que, cuando funcionan como palabras, forman parte del proceso secundario. Surgen exactamente del mismo modo que los otros símbolos, por el desplazamiento de carga de la imago del objeto a la imago de la palabra. En el desarrollo del individuo, la relación entre palabra y objeto se establece por asociación habitual (contigüidad temporal). La razón por la cual cualquier palabra particular simboliza a su referente por lo común sólo puede explicarse en términos históricos, aunque el número de palabras que deben su existencia al "simbolismo' sonoro" y a una aptitud intrínseca para su significado es aparentemente mucho más amplia que el grupo pequeño, pero bien conocido, de palabras onomatopéyicas (Jespersen, Language, Capítulo XX). 384 Las palabras que las diferencian deben su particular de otros símbolos: significación a tres características El simbolismo y su relación con los procesos primario y secundario a) Sus conexiones simbólicas inmediatas son conscientes; la persona que utiliza una palabra sabe qué simboliza por medio de ella, a pesar de que a menudo abriga ciertas dudas en cuanto al' significado que tiene para su interlocutor. b) El desplazamiento de la carga siempre es parcial, y la palabra siempre puede distinguirse .de lo que significa.' e) Son· símbolos convencionales. La forma en que se los adquiere, esto "es, .en e" caso más simple; el niño que escucha repetidamente el sonido de la palabra en conexión con lo que significa, lleva al desarrollo de una comunidad de símbolos, esto es, a la tendencia a que cada Individuo emplee símbolos que son comúnes: a él' y . a los otros miembros, tanto pasados como presentes, de un grupo. Esto' es lo que permite: la transmisión de conocimientos, normas morales, etcétera, de un individuo y una generación 'a otro. Es esto, además, lo que explica'la, importancia "de las palabras en elpensarníento consciente. La áfirma~iÓn de Freud (1923) en el sentido .de que la diferencia esencial entre. una idea inconsciente y una idea preconsciente radica en que esta última ha sido "puesta en conexión con imágenes verbales", es' una 'manera de decir que las ideas conscientes y preconscientes son comunicables y que el Yo es esa parte de la mente que sé ocupa de las relaciones objeta les. De paso, entiendo que la frase "es puesta en conexión con ,imágenes verbales" significa que las ideas preconseientes y conscientes pueden, cuando existe el deseo o la necesidad 'de ello, ser verbal izadas, y no que el pensamiento consciente es siempre verbal. A fin de cuentas, hay formas no verbales de ~omun¡cación e incluso' dentro de la situación analítica, las relaciones objetales no siempre se desarrollan sobre una base puramente verbal. 1,3. Aunque las palabras tienen estrecha vinculación con el desarrollo del Yo y la capacidad para las relaciones objeta les, su conexión genética con otras clases de símbolos se pone de manifiesto en el hecho de que, bajo ciertas condiciones, pierden sus tres características distintivas y se las trata igual que a los otros símbolos. Ejemplos clásicos de ello son los sueños y el pensamiento esquizofrénico, en los cuales las palabras 385. Charles Rycroft son utilizadas por el proceso primario y a) adquieren significados de los que el individuo no tiene consciencia, b) contienen las cargas completas de los objetos que normalmente sólo deberían significar y e) se convierten en sustitutos recíprocos. "Se transfieren sus cargas entre sí sin que quede resto alguno" (Freud, 1915). Otro ejemplo es la tendencia a inventar palabras del psicólogo o el filósofo esquizoide, que inconscientemente utiliza las palabras para crear un mundo interno privado. De hecho, es probable que todos los trastornos en la capacidad para las relaciones objeta les se reflejen en un menoscabo de la capacidad para emplear : las palabras de manera inteligible. Con todo, se trata de un problema que está complicado por una serie de factores sociales y educativos que influyen sobre la verbalización y la comunicación. 14. Es precisamente el hecho de que las palabras puedan simbolizar actos y objetos instintivos y poseer cargas que, en última instancia, derivan de aquéllos lo que hace posible el tratamiento psicoanalítico. Como señala Milner (1952), la "regla fundamental" de que el paciente trate de expresar con palabras todo aquello de que tiene consciencia implica "que las palabras son, de hecho, símbolos mediante los cuales se comprende el mundo ... en la batalla diaria con nuestros pacientes con respecto a la transferencia preferimos que acepten una relación simbólica con el analista en lugar de una relación literal, que acepten el simbolismo del habla y hablen sobre sus necesidades en lugar de iniciar acciones tendientes a satisfacerlas directamente". En su "Examination of Metaphor", Sharpe (1940) ha descripto acertadamente la forma en que las metáforas utilizadas por los pacientes .pueden analizarse tal como se hace con los símbolos que aparecen en sus sueños y de qué modo las emociones que acompañan a los procesos corporales en la infancia pueden reproducirse en el habla. 386: El simbolismo y su relación con los procesos primario y secundario Bibliografía Brferley, M., Trends in Psycho-Analysis,Londres 1951o Fenichel, O.,, The Psychoanalytic.Theory of the Neurosis, Nueva York, 1945. Fliess, R., TheRevival of Interest in the Dream, Nueva York, 1953. Freud, S. (1915), "TheUnconscious", Collected Papers, IV. (1916) ,lntroductoryLecturesin Psycho-Analysis,Londres, ·1922. -:,- (1923), The Ego and 'the Id, londres 1927.. Isaacs, S. (1948), "The Natureand 'Function of Phantasy", Int. J.Psycho-Anal., 29. Jespersen, O., Language.vl.ondres, 1923. Jones, E. 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W. (1945), "Primitive Emotional Development", Int. :J. Psycho-Anal., 26. Resumen El simbolismo no se hereda ni constituye exclusivamente "el lenguaje (lel inconsciente". los slrnbolos surgen por un desplazamiento de la carga desde las irnagos de los objetos de interés instintivo primario a las imagos de objetos percibidos en el mundo exterior. Una vez formado, el símbolo puede ser utilizado por el proceso primario o por el secundario. En la medida en que lo utiliza el proceso primario, su significado se vuelve independiente del objeto que originalmente representó y queda incluido en los 387 Charles Rycroft 4. That the concept of sublimation presupposes that symbol formation is an important aspect of ego-development. 5. That analytical technique presupposes that the analyst, the analytical situation, ahdthe words uséd in 'analysis ,are' all syrnbols. ' 6. That the idea thát symbolism is,"inharited' irnplies "eltherithé inheritance of acquiredjdeas' or the 'existence of a 'colleétive' unconscious.' ~, .... Ré.Sumé p," De rnérne que 'le symbolisme-n'est. pas- hérité, ·il"ne,constitue .point- exclusivement- le·'!"Iangage" de ~t'lnconscient".: Le~ 'symboles. surgi's~ent,pa'r '~n, déplacement d~ I,a,charge des-.irnagos- des objets a interét instlnctíf.. .aux images des objets ..appercus dans-le mondeextérleur, Une foisformé, .le syrnbole peut etre -utilisépar Je- processus primaire .ou-ipar le secondaire. Dans.tarnesure., ou il: est.cutilisé par le processus. pri-. maire,sasignification devíent. rndépendanta, dé~J~~bjet.,q'u:il"teprésentait. a' I'origine,et II resta.Inclu dans les systernes-ríe fantasmes qulisousgissent 1<3névrose .et. le reve. . _ .• l .. ; .'_. ".. . •• ' ..•• '. " 'j . : ·'c.D'autrepart, dans la- .rnesure oü il·est,u,tilisé p'ar'leproce~sus secondaire•. l~ symbole continué a représsnter I'objet adéquat. dans le 'monde extérieur et devient une' partle. des -processus Imaglnatifs conscients et inconscients -'lui, servent au déve· [oppernent d'un sensde -la-réalité .• J'ai suivi Klein et lsaacs en ce qulconceme la 'suppositiorr-qu'un sens de la réalité .est soutenu par. le' 'fartasme,mais: fa,i,..suggéré que ,le terme "imagination" pourrait étre ernptoyé- pour distinguer les fantasmesqui relévent la, réalité, de ceux qui entretiennent des subtituts névrosiques iIIusoires de la réalité.. J'ai inclu les mots parmi les symboles qui agissent au service du processus secondaire, et j'ai essayé de définir les formes de rendre possible leur distinction des autressymboles. J'ai slgnalé, en particuIier, leur.·étroite relation avec ,la conscience et aVéc'la capacité pour I~s -relations objétales. Cette relation dépend -du falt. que Ia. verbalisatlon est une importante, forme,quoique non laseule, de communicatlon entre objets. .I'a! suivi Milner et Klein en ce qui se rattache a I'adoption, de ce point de vue plus élargi, de la nature du syrrÍbolisme, et j'ai posé.iles objections.. suivantes. aux tentatives de limiter leconcept a I'emploi défenslf des symboles de la part du processus p!imaire: 390 1. Cela implique que les formes d'activité mentales, conscientes' ou lnconséierites, son cornplément différentes du point vue qualitatif 'et ne fait pas attention aux ccnséquencéside l'afflrmatlon de Fréud au seris que "le· Moi est cette partle du de El simbolismo y su relación con los procesos primario y secundario ~a qui a été modifié par I'influence directe du monde externe". Tel que Kubie le signale, "Ces discontinuités, que ceux qui mettent le symbolisme des réves dans une catégorie particullere, semblent supposer, n'existe pas dans la Nature" (Kubie, 1953). 2. Dans son travail classique sur le symbolisme, Jones a établi en réalité une distinction entre deux types différents d'attachement avec lesquels les symboles peuvent se charger, et pas entre deux sortes différentes de symbolisme. 3. 11 implique une antithése entre fantasmes et réalité qui ni tient pas compte du fait que I'imagination est nécessaire pour une pleine appréciation de la réalité. 4. Le concept de sublimation présuppose que la formation de symboles est un aspect important du développement du MoL 5. La technique analytique présuppose que I'analyste, la situation anlytique, et les mots employés en analyse sont des symboles. 6. L'idée que le symbolisme est hérité implique la possibilité d'hériter aussi des idées acquises, ou I'existence d'un inconscient collectif. 391