Jesús, el pan El pan es el símbolo de todo aquello que despierta hambre en nosotros, de todo aquello que nos alimenta, de lo que podemos vivir. El pan nos vigoriza para la vida diaria. Los judíos, en su paso por el desierto, tenían hambre de pan. Y Dios les dio pan del cielo. Con el maná saciaron su hambre en el camino por el desierto. Jesús se atreve a presentarse como el pan que es capaz de saciar nuestra hambre. Es joven el que espera, el que sabe caminar, el que lucha por el Reino, sin volver la vista atrás. El que da su mano a otros, el que sabe transformar, el que es pan para los pobres defendiendo la verdad Quiero ser pan para el hambre ser el pan de mi pueblo, construir el escándalo del compartir. Es joven el que arriesga, el que saber caminar el que siempre se pregunta, sin volver la vista atrás el que sabe hacer historia, el que sabe transformar el que es voz de los pequeños defendiendo la verdad. San Juan 6, 1-15.47-51 Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan para darles de comer?». Él decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le respondió: «Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: «Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?». Jesús le respondió: «Háganlos sentar». Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran unos cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron. Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada». Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: «Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo». Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña. Después, Jesús habló a la muchedumbre, diciendo: Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo». Quiero ser pan para el hambre ser el pan de mi pueblo, construir el escándalo del compartir. El que sigue a Jesús pobre, el que sabe caminar el que apoya la justicia sin volver la vista atrás, el que vive siempre abierto, el que sabe transformar el que canta con nosotros defendiendo la verdad. Quiero ser pan para el hambre ser el pan de mi pueblo, construir el escándalo del compartir. En adoración a Jesús Pan de Vida, ofrecemos nuestros esfuerzos, nuestros dones, nuestras cualidades… “Quiero ser pan para…” Padre Nuestro Bendición Eucarística Bendito sea Dios. Bendito sea su Santo Nombre. Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo. Bendita sea la Madre de Dios la Santísima Virgen María. Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida "Yo soy el Camino:' En todas las religiones el camino es un símbolo importante de la vida humana. La persona humana es un peregrino. Está siempre de camino. No debe pararse. Transitando se va transformando.2 El camino tiene su meta. La meta es la vida y el conocimiento. Pero los caminos hacia esta meta suelen ser muy largos y muy sinuoso. Conducen por rodeos y por sendas erróneas o estrechas, por túneles. En el desierto, Dios precedía al pueblo de Israel en el camino hacia la tierra prometida. Salmo 119 Cantamos PON TU MANO EN LA MANO del Señor de Galilea. Pon tu mano en la mano del Señor que calma el mar. Es Jesús quien te va a cuidar noche y día sin cesar. Pon tu mano en la mano del Señor que calma el mar. Pon tus pies en la huella del Señor... En tus labios las Palabras del Señor... San Juan 14, 1-7 Jesús continuó diciendo a sus discípulos: «No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy». Tomás le dijo: «Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?». Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto». Felices los que van por un camino intachable, los que siguen la ley del Señor, Felices los que cumplen sus prescripciones y lo buscan de todo corazón, los que van por sus caminos, sin hacer ningún mal. Tú anunciaste tus mandamientos para que se cumplieran íntegramente. ¡Ojalá yo me mantenga firme en la observancia de tus mandatos! Así no sentiré vergüenza, al considerar tus mandamientos. Te alabaré con un corazón recto, cuando aprenda tus justas decisiones. Quiero cumplir fielmente tus preceptos: no me abandones del todo. ¿Cómo un joven llevará una vida honesta? Cumpliendo tus palabras. Yo te busco de todo corazón: no permitas que me aparte de tus mandamientos. Conservo tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti. Tú eres bendito, Señor: enséñame tus preceptos. Yo proclamo con mis labios todos los juicios de tu boca. Me alegro de cumplir tus prescripciones, más que de todas las riquezas. Respondemos cantando: Yo soy el camino firme, yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán. Padre Nuestro Bendición Cantamos “Dulce Doncella” Meditaré tus leyes y tendré en cuenta tus caminos. Mi alegría está en tus preceptos: no me olvidaré de tu palabra.