LA VOLUNTAD DEL ELECTOR Federico Escóbar Klose

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LA VOLUNTAD DEL ELECTOR
Federico Escóbar Klose
Asesor Legal
Este domingo 16 de octubre, tenemos una cita con las urnas, dentro del proceso
electoral de autoridades judiciales. A pesar de las observaciones a la forma como se
llevo a cabo ese proceso, en el que la evaluación y selección de los candidatos, a
instancias de la Asamblea Legislativa Plurinacional, no garantizaba con certeza que los
candidatos seleccionados sean los más idóneos, y otras observaciones que fueron
surgiendo en el transcurso del mismo, el domingo se llevan a cabo los comicios.
En ese contexto, cada uno ejercerá su derecho al sufragio, expresado en el voto; voto
que es libre porque expresa la voluntad de cada uno de los ciudadanos en calidad de
elector. En ese orden, el Art. 161 de la Ley Nº 26 del Régimen Electoral, señala que el
electorado puede manifestar su voluntad mediante tres tipos de votos:
1) Voto válido: Es aquel que se realiza por una candidatura, marcando con un
signo, marca o señal visible e inequívoca en el espacio específico destinado para
ese fin.
2) Voto blanco: Es el que se realiza dejando sin marcar las opciones establecidas en
la papeleta de sufragio.
3) Voto nulo: Es aquel que se realiza través de marcas, signos o expresiones
realizados fuera de los lugares establecidos para marcar el voto que
deliberadamente anulen la papeleta, o mediante marcas, signos o expresiones
que no indiquen con claridad la voluntad del voto; también son nulos los votos
cuando se vote mediante marcas o signos en más de una casilla de voto para un
mismo nivel de representación; o cuando se usen papeletas rotas, incompletas o
con alteraciones.
El sufragio, como derecho individual, es la manifestación unilateral y externa de la
voluntad del ciudadano por medio del cual éste, de manera libre, secreta, directa y
personal, manifiesta su preferencia de entre las opciones propuestas.
El voto, como expresión del ejercicio del derecho a sufragar, es un parecer u opinión
con que se elige entre las opciones presentadas. Es así que, el voto, como lleva implícito
un proceso de elección, se encuentra vinculado a la libertad; que permite al elector
manifestar libremente su voluntad mediante los tres tipos de votos previstos en la ley.
El elector podrá elegir la opción de votar por algún candidato, o podrá elegir la opción
de dejar la papeleta en blanco, o, finalmente, podrá elegir la opción de anular su voto.
En una primera instancia, la libertad de elegir no radica en el hecho de tener que votar
por alguna candidatura; sino más bien, la libertad de elegir radica en que el
ciudadano elector exteriorice su voluntad eligiendo entre las tres opciones de votos
que dispone la ley: válido, blanco o nulo.
Sólo si el elector tiene preferencia por algún candidato, elegirá la opción de votar
válido. Caso contrario, nos encontramos frente a las otras dos opciones, que hacen a los
votos no válidos: votar en blanco o anular el nulo; que, como se dijo, también son
manifestaciones de la voluntad del electorado.
En ese entendido, al ser la expresión de una colectividad, constituyen un importante
parámetro de la legitimidad de quienes resultasen elegidos. Es así que, en la
formación de la voluntad individual y su posterior exteriorización mediante el voto,
pueden existir desacuerdos, críticas y/o una especie de protesta pacífica y democrática
con el proceso eleccionario, independientemente de los candidatos.
Sea cual sea la opción que se elija y los factores que influyan en la elección de cada
elector, será una expresión democrática que, como en toda elección pasada, definirá el
destino colectivo.
Por ello, es necesario meditar sobre las tres opciones legales del voto y sus
consecuencias para la administración de justicia en nuestro país.
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