Celibato por convicción, no por dogma de fe

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Miércoles. 28 de mayo de 2014 • LA RAZÓN
Sociedad
LA VIDA EN ROSETTA
Rosetta
FORNER
Razón de amor
E
n los últimos años han
salido al mercado obras
literarias según las cuales,
cierta realidad era muy diferente
a como la hemos conocido, pues
Jesús se casó con María de
Magdala, y tuvieron descendencia. Como católica, esto en lugar
de escandalizarme, me acerca
aún más a la figura de ese Ser
extraordinario más allá de
cualquier palabra. Los sacerdotes cristianos se casan, ¿por qué
no? Más allá de si uno opta por
casarse o por permanecer
soltero, está la vocación, en este
caso espiritual, que le lleva a
elegir el «servir a Dios». Hay
quien se «casa» con su vocación
y decide dedicarse a aquello que
le llena el alma, ya sea ser
médico, cooperante, religioso,
escritor, maestro o músico. En la
Biblia no se menciona que los
sacerdotes no deban casarse.
Bien es cierto que, en la Antigüedad, las castas sacerdotales tanto
de hombres como de mujeres,
en la mayoría de las culturas,
optaban por el celibato como
«peaje» necesario para la vida
espiritual, puesto que combinar
el estar en oración y recogimiento dedicado al «dios» que
adoraban no era compatible con
las obligaciones de una vida
mundana ni con el cuidado de
los hijos. Lo cual en nada tiene
que ver con la espiritualidad,
sino con la practicidad. De
admitir el matrimonio para los
sacerdotes (como sucede en la
Iglesia anglicana, la presbiteriana…), la Iglesia católica no se
estaría modernizando, sino
volviendo a sus orígenes.
Casados o solteros, lo importante es que tengan vocación de
compromiso y de ser un ejemplo
de la palabra de Dios. Unir el
cielo y la tierra creo que es una
manera simbólica de expresar
que el auténtico amor comunica
cuerpo y alma, y que la relación
espiritual entre dos seres
humanos es la verdadera unión
de la que nos habló Jesús. De
hecho, en una sociedad actual
donde hay tanta «pyme emocional» (gente que se casa tan sólo
para poder tener un coche o una
casa más grande –o una casa
simplemente–, pagar hipotecas
varias…), abrir la puerta al matrimonio del alma humana basado
en el servicio a Dios es predicar
el matrimonio del amor.
Francisco deja la «puerta abierta» al debate
Celibato por convicción,
no por dogma de fe
Sacerdocio y castidad «no son coincidentes necesariamente», dice Blázquez
V. Ruiz /B. Tobalina/J. Beltrán
«L
a Iglesia católica tiene curas casados. Son católicos griegos y católicos coptos, en el rito oriental. No
se debate sobre un dogma, sino
sobre una regla de vida que yo aprecio mucho y
que es un don para la Iglesia. Al no ser un dogma
defe,siempreestálapuertaabierta».Éstasfueron
las palabras de Francisco cuando el lunes por la
noche en el vuelo papal de regreso de Tierra
Santa fue preguntado por los periodistas por este
asunto a raíz de la carta escrita por 26 mujeres
enamoradas de sacerdotes para estudiar esta
opción. «Lo que el Papa ha respondido es lo
mismo que se trata en el Decreto sobre el Ministerio y la Vida de los Presbíteros, donde hay un
número largo dedicado el celibato», explica a LA
RAZÓN el presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez,
sobre el documento «Presbyterorum Ordinis»
del ConcilioVaticano II, recordando en la misma
líneaque«ministeriosacerdotalycelibatonoson
realidades coincidentes necesariamente».
«Se puede hablar cuando convenga y punto.
Es libertad poner un tema sobre la mesa, no ha
dicho ni sí ni no», mantiene el obispo de Lleida,
Joan Piris, que no considera que se trate de un
debate urgente en la Iglesia, «aunque si quieren
estudiarlo, encantado».
«Que no sea un dogma de fe no significa que
sea una verdad relativa. De hecho, se trata de una
verdad contrastada por muchos siglos de experiencia de vida de la Iglesia», explica Pablo de
Haro, sacerdote desde hace 23 años, que está al
frente de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Parla. Este argumento lleva a viajar hasta
el segundo Concilio de Letrán, en 1139, que recoge cómo «la ordenación sacerdotal se convierte en impedimento matrimonial».
Algunas voces sugieren que abrir la puerta a
los sacerdotes casados permitiría acabar con el
déficit vocacional de Europa. «No parece que sea
así, si echamos un vistazo a otras confesiones
cristianas, que también sufren esta crisis de sacerdotes y, sin embargo, permiten que se casen»,
DMYTRO SAVCHUK
Sacerdote católico de rito bizantino
«Mi mujer y mis hijos
me permiten estar más
próximo a los feligreses»
«Mi mujer, que es enfermera, y
mis tres hijos me ayudan en mis
funciones pastorales. Es estupendo poder contar con ellos para
atender a los feligreses», asegura
el padre Dmytro Savchuk.
Para este católico de rito
bizantino, casado y que
ejerce como sacerdote
en Huelva y en Sevilla, su
familia es clave en su labor.
«Me ayudan y me permiten
estar más próximo a los
feligreses. Muchas familias
vienen a hablar conmigo
porque tienen problemas
con sus hijos y ser padre ayuda a
comprenderles mejor. Además, mis
hijos hablan también con muchos
chavales. La vida pastoral con la familiar no es incompatible», afirma
este sacerdote que vino de Ucrania
hace ya siete años. En cuanto al
debate sobre el celibato, «es un
asunto que compete al Vaticano».
apunta De Haro sobre ortodoxos, anglicanos y
protestantes.
En el caso de las comunidades católicas orientales –melquitas, caldeos, siríacos, armenios,
coptos y maronitas–, la Iglesia admite que puedan casarse. Eso sí, no pueden hacerlo si son ya
sacerdotes. Sin embargo, sí pueden casarse primero y acceder al orden sacerdotal después. Es
el caso del padre Daniel Lazar, católico de rito
bizantino, casado y con un hijo de siete años, que
vive en Ciudad Real. Aunque para muchos sacerdotes casados que ejercen en España su vida
familiar ayuda en sus funciones eclesiásticas, él
reconoce que no es tan sencillo. «No es fácil
compatibilizar la vida familiar con la vida pastoral, pero tengo la suerte de tener una esposa que
me acompaña y me ayuda. Fue una decisión
conjunta, ella sabía antes de casarnos que quería
ser sacerdote. Nos casamos en Rumanía y luego
me hice sacerdote», afirma a este periódico. «En
algunos países como Ucrania y Rumanía ser
sacerdote y estar casado es habitual. El sacerdote es visto como un modelo de padre de familia.
Creo que se debería abrir el debate en España.Ya
me lo decía tiempo atrás
un monje benedictino.
¿Cómo?Nolepodríadecir,
eso es cuestión del Espíritu Santo, pero considero
que se podría replantear.
No sé si realmente el Papa
havistolanecesidaddeun
debate o sólo responde a
una pregunta de los medios».
Un sacerdote católico de nuestro país, ¿puede casarse? El Derecho Canónico contempla
la posibilidad de que la Santa Sede confiera
una dispensa que le permita al sacerdote que
difiere de la norma del celibato cesar permanentemente en sus funciones ministeriales y
entrar en el estado laical sin perder la comunión con la Iglesia. De Haro defiende que, al
poner sobre la mesa la cuestión del celibato «a
menudo tendemos a subrayar la renuncia que
supone. No lo vivo así. De hecho, al mirar al
Papa, rebosante de alegría y de ternura, veo el
celibato que yo quiero vivir, en plenitud, sabiendo que Jesús es la persona que colma el
corazón. El sacrificio está presente en todos los
aspectos de la vida y me atrevería a decir que
la exigencia de fidelidad de un sacerdote es
pareja a la que tiene que vivir un casado. Hay
que pensar que la virginidad no se ha de plantear como un ‘‘no poder’’ sino desde el ‘‘amar
verdaderamente”».
El Análisis
Miguel LLUC
Profesor agregado de Teología Histórica
de la Universidad de Navarra
Si no es un dogma,
¿es una tradición?
● ¿Cómo valora las palabras del Santo
Padre sobre el celibato en el sacerdocio?
–En muy poquitas palabras, ha resumido
el pensar de la Iglesia. No hay ninguna
novedad que llame la atención en sus
palabras. Yo lo hubiera planteado igual.
Por ejemplo, si alguien quiere replantear
si Jesús es o no hijo de Dios, es un asunto
cerrado. Sin embargo, hablar de «puerta
abierta» como plantea el Papa se acerca
a la realidad. No podemos convertir en
dogma algo que no lo es. A partir de ahí
ya vienen las interpretaciones
personales o interesadas de lo que está
queriendo o no decir el Papa con ello.
● Si no es un dogma, ¿es una tradición?
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