Razones Por Las Cuales Murió y Resucito Jesús» (Romanos 14:9)

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«Razones Por Las Cuales Murió y Resucito Jesús»
(Romanos 14:9)
INTRODUCCIÓN
En este tan especial, ya que es especial por que celebramos la Resurrección de
Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
No nos basamos a tradiciones de los hombres, sino a lo que narran las Escrituras de
este grandioso y maravilloso acontecimiento, que para algunos no es real, pero para
muchos en los cuales nos incluimos nosotros es un hecho real y verdadero. Gloria a Dios.
Es por ello que en esta ocasión vamos a estar considerando:
«Razones Por Las Cuales Murió y Resucito Jesús»
I. RAZONES POR LAS CUALES MURIÓ JESÚS.
A. Para que se Cumplieran las Escrituras.
1. El mismo Señor Jesús dijo que su muerte era necesaria para que se cumplieran
las Escrituras del Antiguo Testamento.
Lucas 24:26-27: «46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo
padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día»
2. Pablo también declaro que era necesario que el Señor Jesús muriera para que la
Palabra de Dios se cumpliera.
Hechos 17:2-3: «2 Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de
reposo discutió con ellos, 3 declarando y exponiendo por medio de las Escrituras,
que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a
quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo»
3. No solo al principio de su predicación Pablo declara lo necesario que era que el
Señor Jesús muriera, sino que más adelante cuando tenía más conocimiento.
1 Corintios 15:3: «3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí:
Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras…»
4. Un pasaje en el Antiguo T., que nos narra detalladamente los Sufrimientos de
Jesucristo es Isaías 53. Por ello podemos asegurar que era necesario que Jesús
muriera para que así el plan de Dios para la Salvación del ser humano se efectuara.
B. Para Pagar el Precio por Nuestra Salvación.
1. Jesucristo murió para que el ser humano tuviera la oportunidad de librarse de la
condenación eterna y a si tuviera una oportunidad en la vida y poder vivir libre.
Isaías 53:5, 10-11: «5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados.
10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo,
sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado,
verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano
prosperada. 11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su
conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos»
2. Por haber muerto el Señor Jesús, y todo aquel que cree en su sacrificio ha sido
aceptado por Dios, ya que por el poder de su Sangre recibimos Perdón.
Efesios 1:6-7: «6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el
Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia»
3. Lo que no pudieron hacer los sacrificios del Antiguo T., por la salvación del ser
humano, vino a ser posible por la Sangre de Jesucristo.
Hebreos 9:12-14: «12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su
propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido
eterna redención. 13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las
cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la
carne, 14 cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se
ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras
muertas para que sirváis al Dios vivo?»
Poesía: ¿Quién Mato a Cristo?
—¿Quién mató a Cristo?
—Yo lo crucifiqué, yo y los jefes judíos —dijo el sumo sacerdote.
—¿Quién lo entregó, de los doce, con un beso en la mejilla?
—Yo —dijo Judas Iscariote—, por treinta monedas de plata.
—¿Quién se lavó las manos en señal de inocencia?
—Yo —dijo Pilato, con la conciencia remordida.
—¿Quién negó al Maestro, que lo miró de frente?
—Yo —dijo Pedro, llorando amargamente.
—¿Quién le llevó el madero a la cima del Calvario?
—Yo, Simón el cireneo, para aliviar su tormento.
—¿Quién de los de cerca lo miró sufrir?
—Yo —dijo Juan, a quien amaba—, yo lo vi morir.
—¿Quién al lado suyo le imploró clemencia?
—El ladrón arrepentido, humillado en su presencia.
—¿Quién dijo aterrado: «¡Éste era el Hijo de Dios!»?
—El centurión romano, cuando la tierra tembló.
—¿Quién limpió su sangre de color carmesí?
—Yo —dijo la madre—, yo la recogí.
—¿Quién ungió su cuerpo para la sepultura?
—Yo —dijo Nicodemo—, con áloe y con mirra.
—¿Quién le dio una tumba de su propiedad?
—José de Arimatea, quien selló la entrada.
—¿Quién llevó las nuevas de su resurrección?
—María Magdalena. ¡Había visto al Señor!
—¿Quién lo vio ascender en las nubes hacia el cielo?
—Cada apóstol de los once, a quienes comisionó.
—¿Quién mató a Cristo?
—Yo, yo lo maté con mi culpa y mi pecado. —¡Señor, perdóname!
II. RAZONES POR LAS CUALES RESUCITO JESÚS.
A. Para que se Cumplieran las Escrituras.
1. El mismo Señor Jesús certifico que tenía que resucitar conforme a las Escrituras.
Lucas 24:26-27: «46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo
padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día»
2. Pablo colaboro para certificar que las Escrituras tenía que cumplirse, por ello
presenta la resurrección del Señor como su cumplimiento.
Hechos 17:3: «3 declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario
que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio,
decía él, es el Cristo»
3. No solamente Pablo confirma que la Resurrección de Jesucristo era el
cumplimiento de las Escrituras, sino que también presenta los testigos que la
hacen validad, o sea verdadera.
1 Corintios 15:4-8: «4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a
las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6 Después apareció a
más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya
duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de
todos, como a un abortivo, me apareció a mí»
B. Para Dar Vida Abundante y Eterna.
1. Vida Abundante en el Presente (Juan 10:10)
a. Satanás quiere destruir al ser humano, por ello; mientras las gentes no le den la
importante verdadera a la Resurrección de Jesucristo, no podrán disfrutar de sus
beneficios.
b. Pero todo aquel que considera la Resurrección como un hecho verdadero y creen
en Jesucristo tiene una vida especial en esta tierra, una vida abundante, o sea; gozo,
paz, victoria y sobre todo verdadero amor.
2. Vida Eterna (Juan 3:16)
a. La Resurrección de Jesucristo trajo esperanza para todo aquel que cree en Él y lo
acepta como Señor y Salvador en su vida.
b. Podemos estar seguros que tenemos vida eterna en Cristo, y que la disfrutaremos
cuando nos reunamos con Él en el Cielo, y esto es para la Eternidad.
CONCLUSIÓN
Para concluir. Debemos siempre considerar las siguientes cosas importantes:
1. Era necesario que Jesús muria y fuera sepultado y resucitara al tercer día, ya que se
tenía que cumplir lo que las Escrituras decían.
2. Gracias a Dios que por medio de esta muerte y resurrección del Señor Jesucristo,
somos perdonados y obtenemos salvación por su sangre en el presente, para todo
aquel que creen en Él y lo acepta como Señor y Salvador
3. Gracias a Dios que por medio de esta muerte y resurrección del Señor Jesucristo,
que también tenemos una vida abúndate en este tierra y la seguridad de la vida
eterna para el futuro.
4. ¡Gloria a Dios porque Nuestro Señor Jesucristo Resucito!
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