TRABAJO DE FILOSOFIA “EL EXISTENCIALISMO” I.E.D JULIO FLORES “J.M” AREA DE FILOSOFIA Y DERECHOS HUMANOS BOGOTA D.C 2008-11-10 TRABAJO DE FILOSOFIA “EL EXISTENCIALISMO” PROFESOR/A: JOSE ANTONIO ROBAYO I.E.D JULIO FLORES “J.M” AREA DE FILOSOFIA Y DERECHOS HUMANOS BOGOTA D.C 2008-11-10 OBJETIVOS 1. Conocer los aspectos importantes del existencialismo 2. Conocer los autores más importantes y precursores del existencialismo 3. Aprender y conocer cada una de las características del existencialismo 4. Aplicar a nuestras vidas los pensamientos de cada uno de los autores 5. Aprender de las actividades que nos dejan 6. Comprender el mensaje que nos deja este libro del existencialismo 7. Dar a conocer nuestras opiniones respecto al tema dado HISTORIA DE LA FILOSOFIA TEMA #18 EL EXISTENCIALISMO EL EXISTENCIALISMO: CONTENIDO Pág. INTRODUCCION… 5 1. CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS Y PROBLEMÁTICA DEL HOMBRE DEL SIGLO XX 7 1.1 Periodo de las dos guerras mundiales y de la postguerra 1.2 Problemática existencial del hombre del siglo XX 7 8 2. CARACTERISITCAS DEL EXISTENCIALISMO 9 3. SOREN KIERKEGAARD: PRECURSOR DEL EXISTENCIALISMO 10 3.1 Exigencia de interioridad 3.2 Estadios de realización del hombre 10 11 4. MARTIN HEIDEGGER 12 4.1 vida y obras 4.2 Pensamiento de Heidegger 12 13 4.2.1 Análisis de la existencia: a) Dasein b) Ser-en-el-mundo c) Cuidado d) Existencia autentica e) Temporalidad 14 14 15 16 16 4.2.2 Análisis del ser 4.2.3 Critica de la metafísica occidental 4.2.4 La técnica, fase final de la metafísica 16 17 18 5. JEAN-PAUL-SARTRE 20 5.1 Vida y obras 5.2 Aspectos principales de su filosofía 20 21 5.2.1 El existencialismo de Sartre 21 a) La conciencia: “Ser-para-si” b) El objeto: “Ser-en-si” c) La existencia d) La libertad e) El hombre (yo) f) Los otros “La intersubjetividad” g) Dios 22 23 24 24 25 26 27 5.2.2 Marxismo-existencialismo 27 a) La dialéctica b) La serie y el grupo c) El poder político 28 29 29 6. ACTIVIDADES 31 INTRODUCCION El existencialismo es una corriente filosófica que está orientada como reacción contra el pesimismo, escepticismo, relativismo, realismo e inconformismo, propios del periodo entre las dos guerras mundiales y algunos años posteriores a ellas. Ante las cuantiosas pérdidas de vidas humanas (cerca de 52 millones de muertos en ambas guerras) parece como que el hombre no vale nada. Por otra parte, los adelantos de la ciencia y de la tecnología, la industrialización creciente, van deshumanizando, alienando, a los trabajadores de toda índole que se convierten en tornillos del engranaje industrial de la sociedad de consumo. Pero sobre todo la crisis económica, política y espiritual que siguió a las guerras fue factor decisivo en el hundimiento de los valores humanos. Todo estos hace que el pensamiento gire en torno a los grandes interrogantes del ser humano: ¿Qué sentido tiene la existencia? ¿Qué valor se le confiere a la vida humana? ¿Cuál es el presente del hombre europeo destrozado? Lo primero que hace la filosofía existencial (o, mejor dicho, el hombre que piensa y vive existencialmente) en negarse a reducir su ser humano, su personalidad, a una entidad cualquiera. El hombre no es un “ente” abstracto, sino que es un “existente concreto”. Su ser es un constituirse a sí mismo, no un producto de las circunstancias científicas, políticas o económicas. Por lo tanto, esta filosofía abarca la comprensión del ser; comprensión para lo histórico y lo singular del hombre, en oposición a las filosofías de las esencias estáticas y esquemáticas, en clara rebeldía contra la metafísica tradicional del ser abstracto y conceptual. Ya no interesa la “esencia” del hombre; la que interesa, es su “existencia” real y concreta. “La existencia antes que la esencia”. Los existencialistas abordan en su pensamiento al sentir de la mayoría de los hombres europeos; se plantean los problemas del hombre concreto, los concernientes: Al sentido último de la existencia, Al sentido de la vida, Al destino del hombre, A la autenticidad, a la elección, al compromiso Al modo de estar en el mundo, A la libertad, a la muerte, etc. De ahí que el existencialismo llego a impregnar de tal modo la conciencia de los hombres que, como recoge Sartre en su obra el existencialismo es un humanismo, se convirtió en moda con sus propias manifestaciones sociológicas en todos los campos de la actividad humana: “no había dificultad alguna en declararse ‘existencialista’ porque la palabra había tomado tal amplitud y tal extensión que abarcándolo todo ya no significaba absolutamente nada”. 1. CIRCUNTANCIAS HISTORICAS Y PROBLEMÁTICA EXISTENCIAL DEL HOMBRE DEL SIGLO XX 1.1Circunstancias históricas a) Periodo de las dos guerras mundiales La filosofía existencial es producto de una situación social y cultural de crisis profunda, a consecuencia de la terrible ola de violencia y destrucción originada por las dos guerras mundiales. La primera guerra mundial (1914-1918) había costado 10 millones de vidas humanas, y la segunda (1936-1945), cerca de 45 millones. Si la primera aumentó considerablemente la capacidad destructiva del hombre con la máquina de combate, la segunda la llevo a extremos definitivos, con artefactos nucleares, que se lanzaron más que sobre objetivos militares sobre objetivos civiles. Este sangriento holocausto origino una inmensa crisis de conciencia y de valores; patentizo el drama de la muerte y de la angustia del hombre; desencadeno y puso en primer plano la reflexión sobre el sentido de la existencia. b) La postguerra: crisis sociopolítica El fin de la segunda guerra mundial señala el comienzo de una época histórica que cubre la parte central del siglo XX hasta nuestros días. La situación mundial experimenta una especie de cataclismo: unos cambios profundos, violentos y rápidos, que afectan tanto a las estructuras sociales como a las políticas y económicas. Como advierte Sartre: “la guerra, esa guerra, ha terminado, pero el porvenir sigue sin estar seguro, nadie garantiza que no seguirán otras”. De hecho, tras la victoria de los aliados surgió una nueva tensión internacional, la de los “bloques” y la “guerra fría”, capitaneados por EE.UU, y la URSS, quienes para defender sus respectivos intereses y sus antagónicos modelos de sociedad, se habían repartido el planeta. Ante la necesidad de superar la crisis, a nivel ideológico se formulan filosofías que intentan devolver al hombre el sentido de la confianza y seguridad perdidos, con el fin de alcanzar esa realidad de humanidad feliz a que aspira todo ser humano, tanto material como espiritual. El mundo de la postguerra intenta establecer la paz y la dignidad humana a escala mundial; después de muchos intentos, una serie de países se reúnen y logran formar la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1945, y asi dan esperanza a la humanidad frente a la caótica realidad que estaba viviendo. Más tarde, en 1948, cincuenta y un países logran ponerse de acuerdo y formulan el decálogo de la dignidad humana: la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 1.2 Problemática existencial del hombre Ante esta situación el hombre fue perdiendo sus ilusiones hasta quedar totalmente abandonado, sumido en sus propias fuerzas, como señala Sartre: “fue comprendiendo finalmente que solo podía confiar en el mismo”. Lo ideal, lo absoluto, lo perfecto, aparecen como categorías que se habían vaciado de contenido. La desconfianza y el escepticismo penetraron en los sistemas ideológicos y en los logros científicos considerados como definitivos. Ya no interesaban las especulaciones abstractas, sino las doctrinas próximas a la vida, las que penetran en la realidad dramática, absurda, de la existencia, que ya no se describe centrada en la razón, ni fundamentada en Dios, sino en el “absurdo y en la nada”, sin posibilidad de establecer ninguna norma de carácter trascendente que las pueda definir. Consecuentemente, si la humanidad camina a la deriva, la historia carece de meta. La idea de progreso ya no le cuadra. El conocimiento científico, objetivo que se venía alzando por encima de cualquier otro, pierde su valor de certeza absoluta. Cualquier conocimiento no tiene más valor que el que el hombre quiere prestarle: es existencial, relativo; lo que no quiere decir que carezca de valor, que sea negativo. Como advierte Camus en su obra: “El Mito de Sísifo”: “aunque todo conocimiento sea relativo, aunque no exista ningún sistema racional coherente y susceptible de ser enseñado, existe la necesidad de conseguir que la vida sea digna de ser vivida”. La filosofía existencial inicia un proceso de reflexión que puede colocar al hombre en su sitio, en su dignidad y grandeza. Reflexiona desde la perspectiva del hombre como actor de su vida y de su historia, en vez de hacerlo desde el ángulo de espectador, como era habitual en la filosofía tradicional. Como dijimos en la introducción, el existencialismo se puso de moda y no había dificultad alguna en declararse “existencialista”. 2. CARACTERISTICAS DEL EXISTENCIALISMO Esta corriente filosófica se caracteriza por afirmar: a) La existencia humana concreta Pretende elaborar las bases para la constitución de un “nuevo humanismo”, es decir, una filosofía del hombre como persona individual y como ser social, en consecuencia con sus circunstancias históricas. No se trata de denunciar la explotación del hombre (marxismo), ni de afirmar la vida por encima de la razón (vitalismo), sino de recuperar al hombre en su “ser concreto”, en su singularidad, con las cualidades que lo hacen único e irrepetible. b) La existencia antes que la esencia El existencialismo insiste que lo más importante para el hombre concreto, no es ser “animal racional” (esencia), como lo había definido la filosofía tradicional, sino que lo concreto de cada persona, es decir, sus caracteres individuales, lo que lo distingue de los demás. c) La existencia como actividad El hombre no es un mero espectador que reflexiona, que piensa y objetiva racionalmente los acontecimientos, sino que es un “actor” que vive sumergido en la angustia de sus situaciones y problemas particulares. Al hacerse consciente de esa situación empieza a verse a sí mismo en su autentica desnudez, y entonces se ve conducido a tomar la decisión de elegir una existencia propia que lo realice en forma autentica o que se deje llevar por los acontecimientos (inautentica). d) El método fenomenológico Aunque la filosofía de Husserl, según ellos, es esencialista, sin embargo el método fenomenológico le sirve para analizar la existencia humana. Piensa que no se puede comprender al hombre y al mundo en que vive, sino partiendo de su “conciencia”. 3. SOREN KIERKEGAARD. PRECURSOR DEL EXISTENCIALISMO (1813-1855) A la hora de buscar unos antecedentes a la filosofía existencialista, algunos autores se han remontado a San Agustín. Sin embargo, desde el punto de vista doctrinal, puede afirmarse que el antecedente histórico más inmediato es el filósofo danés, Soren Kierkegaard. Y, desde el punto de vista metodológico, Husserl, con su método fenomenológico, aplicado ahora al análisis de la existencia humana. KIERKEGAARD, tras estudiar teología en su ciudad natal, Copenhague, y filosofía en la universidad de Berlín, donde sigue las lecciones de Schelling y Hegel, guiado por su propia condición personal de hombre atormentado y melancólico, reacciono contra el idealismo, marxismo y el protestantismo. - - En el orden intelectual se enfrenta al sistema idealista, pues lo considera como un atentado a lo mas intimo y sagrado de la persona humana, cuya libertad e individualidad son sacrificadas en aras de la necesidad y universalidad del absoluto. En el orden social, se enfrenta al marxismo, pues considera que masifica a la persona humana en aras de un proletariado colectivo. En el orden religioso, se enfrenta a la iglesia protestante, pues considera que ha pactado con la mundanidad, practicando una religión formalista y mediocre, sin las exigencias de un cristianismo vivido con seriedad. Kierkegaard sale en defensa del hombre individual y concreto proponiendo una filosofía nueva, existencial. 3.1 Exigencia de interioridad Kierkegaard considera que para que el hombre concreto se realice es necesario en él una exigencia de “interioridad”. Esta interioridad se debe manifestar en tres aspectos fundamentales: la existencia, la subjetividad y la individualidad. a) La existencia no es estar ahí como los animales, sino el modo de ser de él, que se hace a sí mismo, en el ejercicio de su libertad, que se vuelve decisión en el momento en que elige una u otra de las múltiples posibilidades que le ofrece su elección. Por lo tanto, la existencia es “autorrealización”. b) La subjetividad la autorrealización del hombre exige que se vaya apropiando de la verdad que va descubriendo a medida que se va realizando. Lo importante no es que la verdad exista, sino que yo la reconozca y la haga mía. c) La individualidad la autorrealización y la auto apropiación de la verdad son acciones de la individualidad; en otra palabras, el individuo es el único existente, el hombre concreto de carne y hueso, que no está determinado por nada ni por nadie, que esta trágicamente solo ante si mismo y que tiene que elegir entre infinidad de posibilidades, lo cual le produce “angustia”. 3.2 Estadios en la realización del hombre Pero Kierkegaard no se contenta con formular la exigencia de interioridad, como única solución posible en el hombre, sino que también trata de mostrar el camino para llegar a ella. Considera que el hombre debe recorrer tres estadios para llegar a su realización plena: a) Estadio “estético”: es el estadio en el que el hombre se encuentra completamente disperso por las sensaciones, que lo impulsan a la búsqueda desaforada del placer en todas sus formas. Como estos placeres no llegan a satisfacerle plenamente, le acarrea un estado de “angustia”, de desesperación. b) Estadio “ético”: en este estadio, el hombre deja la persecución de los placeres y mediante la ruptura y el desengaño causado por la vaciedad de ellos, se dedica al cumplimiento del “deber”. Al principio encontrara una intensa satisfacción al sentir que avanza en su autorrealización, cumpliendo el deber; pero con el tiempo llegara al convencimiento de que el deber tampoco llega a satisfacerle plenamente. El deber necesita una realidad superior que lo sustente y le dé sentido. c) Estadio “religioso”: comienza en el momento en que el hombre se hace consciente de su relación personal con Dios. La presencia de Dios lleva entonces toda la existencia humana y esta se convierte en una apertura total a la llamada de Dios. Al paso de un estadio a otro no se hace gradualmente sino que se realiza con brusquedad, de “salto”. Este salto es provocado por la “angustia”, que se origina en la insatisfacción. Esta angustia no es solo negativa, sino que el hombre al descubrir sus propios límites, lo pone frente a Dios, y lo impulsa al salto definitivo de la fe. Esta es la paradoja por excelencia, el “absurdo”, el salto a lo absolutamente incomprensible, puesto que si bien Dios encarnado en la historia es lo más próximo al hombre, sin embargo sobrepasa siempre esa historia, porque entre el hombre y Dios se abre todo un abismo. El rescate del hombre concreto de la marginalidad en la que lo habían colocado las corrientes más influyentes de la filosofía moderna, es por lo que se le ha considerado a Kierkegaard como el precursor del existencialismo; y con ello hizo posible el resurgimiento de un nuevo humanismo que abriera nuevos proyectos de realización y progreso sin sacrificar la dignidad de la persona humana. 4. MARTIN HEIDEGGER (1889-1976) Personaje poco dado a la vida pública y entregado por entero a su actividad filosofica como docente y como escritor; Heidegger es uno de los filósofos más significativos, fecundos y enigmáticos del siglo XX; sobre todo por la crítica radical a la tradición del pensamiento occidental. A pesar de la enorme dificultad que ofrece su pensamiento, debido tanto al contenido como al lenguaje que usa, su influencia ha sido grande en movimientos filosóficos como el existencialismo, la hermenéutica y el ecologismo entre otros, lo que muestra la variedad de sus planteamientos. 4.1 Vida y obras - Vida: nace en Messkirde, sur de Alemania; estudia bachillerato en Friburgo e ingresa a la universidad de la misma ciudad, primero como estudiante jesuita de teología y dos años después, de filosofía hasta graduarse como doctor con la tesis; “La doctrina del juicio en el psicologismo”. Inicia su actividad docente como colaborador de Husserl en la universidad de Friburgo: 1923 Es nombrado catedrático de la universidad de Marburgo. 1928 Vuelve a Friburgo para sustituir a Husserl en la cátedra. 1933 Es nombrado por los nazis rector de la universidad de Friburgo, y en su discurso de posesión alaba las proezas del Fuhrer. Se distancia de Husserl Por su origen judío y colabora con el régimen. Por ello fue criticado, a pesar que al año dimitió del cargo de rector. 1945 Tras la victoria de los aliados, es destituido de su cátedra por las autoridades francesas de ocupación. 1951 Es reintegrado en sus funciones como profesor, pero se mantiene alejado de la universidad, realizando solamente seminarios, charlas y conferencias. 1969 Abandona su labor profesoral y se dedica a preparar la edición de sus obras completas. Obras: La obra filosofica de Heidegger arranca la convicción de que “el ser es el autentico y único tema de la filosofía”. Su filosofía está dedicada íntegramente a la investigación del significado del “ser” y al análisis crítico de la tradición metafísica occidental, con el fin de corregir sus desvíos y reencontrar el camino el camino para elaborar una nueva ontología universal. Las obras importantes, son: - Ser y tiempo, considerada su obra capital. En ella desarrolla la pegunta por el “sentido del ser”. ¿Qué es metafísica?, La esencia del fundamento, introducción a la metafísica, Kant y el problema de la metafísica. o En estas obras desarrolla el análisis crítico de la historia de la metafísica en la filosofía occidental. Considera que la filosofía se ha ocupado del “ente” y se ha olvidado del “ser”, elaborando toda una metafísica de la subjetividad en cuanto constitutiva de objetos cuando lo propio del hombre es vivir abierto al ser. Desde 1935 aplico también el lenguaje fenomenológico al análisis de la poesía, el arte, etc., buscando una configuración más unitaria de las distintas manifestaciones de nuestra civilización en torno al nuevo humanismo en obras como: Carta sobre el humanismo, sendas pérdidas, Nietzsche. 4.2 Pensamiento de Heidegger Heidegger en su filosofía pretende elaborar una reflexión sobre el mundo y la cultura occidental en sus múltiples manifestaciones, con el fin de fundamentar un nuevo humanismo y recuperar asi su sentido unitario un tanto disperso y en crisis. Dado que lo que el hombre entiende de sí mismo y sus manifestaciones culturales es producto de una manera concreta de concebir la relación “ser-pensar”, es decir, producto de una metafísica, considera Heidegger que la metafísica anterior se ha olvidado del ser y que, por lo tanto, se hace necesario plantearse de nuevo la “pregunta que interroga por el sentido del ser”. Esta es la tarea que mediante el método fenomenológico emprende en su obra más importante: ser y tiempo. Los estudiosos de esta obra proponen dos posibles “fases” en la evolución de su pensamiento: en la primera es un Heidegger “existencialista”, pues se centra en el análisis de la existencia; la segunda se centra en el análisis del “ser”. Otros cualifican a estas fases: primer Heidegger y segundo Heidegger, y pretenden ver una ruptura entre los dos, pero Heidegger rechaza esta interpretación y manifiesta que toda su obra responde a la pregunta por el “sentido del ser” 4.2.1 Análisis de la existencia Para responder a la pregunta por el “sentido del ser” no empieza, como otros filósofos, por el análisis de las propiedades del ser, sino que inicia por el análisis del hombre, ya que es el hombre el único capaz de formular la pregunta por el “sentido del ser”; tanto a nivel general como de su ser en particular. Es en el hombre donde se da el hecho de la comprensión del ser: es más, en eso precisamente radica su determinación esencial, puesto que su ser consiste en realizarse como ser en medio de los seres, en hacerse su propio ser. Es la pregunta que interroga por el ser la que le conduce a Heidegger a desarrollar, en primer lugar, el análisis de la existencia humana. Para poder entender este análisis, vamos a ir interpretando los conceptos fundamentales o categorías que el usa. a) “Dasein” La palabra alemana Dasein significa “ser-ahí” o (estar-ahí). El hombre se expresa en la existencia, es “ser-ahí” =Dasein, cuyo peculiar modo de ser consiste en realizar su propio ser. Por lo tanto, la naturaleza propia del Dasein (ser-ahí) consiste en su existencia. El Dasein no es un ente como los demás; propiamente no es un ente, sino un “existente”, es decir, una realidad en cuyo ser le va el ser o como dice Heidegger, consiste en “irle al ser”, en tener el ser como algo que realizar. b) “Ser-en-el-mundo” Si nos atenemos a la cotidianidad del “ser-ahí”, la estructura de su existencia se pone de manifiesto en el hecho de “ser-en-el-mundo”. No es hallarse de una cosa en otra, sino una realidad total. Por eso no hay sujeto en el mundo (realismo) ni un mundo en un sujeto (idealismo). Para Heidegger, el mundo no es un conjunto de cosas, con las que el hombre no tiene relación, el mundo, para él, designa las cosas con las cuales el hombre se relaciona, habita, está familiarizado, se ocupa de ellas como instrumentos para realizar sus propias posibilidades de existencia. El hombre es un ser que está en el mundo (ser-ahí), entre otras cosas y estas constituyen el entorno o mundo circundante, aquello con lo que trata en su vivir diario. Al analizar las cosas que hay en el entorno, lo lleva a diferenciar entre el (estarpresente” y el “estar-a la mano”. Son las cosas que están a la mano a las que Heidegger se refiere, es decir, a las cosas que están disponibles, que puede manejar y utilizar. En este sentido el mundo es un “existencial”, y como tal está abierto; no es el conjunto de cosas-objeto sino que es el espacio en el que se den las cosas. Pero “ser-en-el-mundo” implica además “ser con otros ser-ahí”, que “son en el mundo conmigo”. El mundo es “un mundo compartido”, el mundo del ser-ahí es un mundo de “ser con otros”. Este hecho es un existencial, pues el ser del hombre consiste en estar abierto a los otros, aunque de hecho este solo, su ser esta referido siempre a los otros. Por lo tanto, el hombre además de “ocuparse” de las cosas, se “preocupa por” los otros, su mundo es un mundo público. El trato del “ser-ahí” con el mundo se manifiesta en tres formas básicas: - - - En el “encontrarse”: indica la situación misma. El ser-ahí está “arrojado” existiendo en una situación en la que se halla inmerso y en la que tiene que “realizar” su tarea de existir; En el “comprender”: es, por asi decirlo, “el constituirse comprensivamente”, el ser original dado como “un poder ser”. Por eso el “comprender” está estrechamente relacionado con el “proyectar”, el ser como “proyecto”, esto es, como proyectado de su propia posibilidad de ser; En el “habla”: es una de las posibilidades fundamentales del “ser-en-elmundo”. Al articular la comprensibilidad del mundo, manifiesta lo que la cosas son; “tener sentido y poder ser dicho son en realidad una miasma cosa”. El habla es el fundamento ontológico existencial del lenguaje (conjunto estructurado de formas lingüísticas). En conclusión, la estructura del Dasein, “su existencialidad” se despliega en los existenciales: encontrarse, comprender y habla. c) Cuidado Todos los constitutivos básicos del Dasein como ser-en-el-mundo, pueden organizarse en la unidad estructural que Heidegger expresa con el término “cuidado” o “preocupación”. En tanto que “ser-ahí”, el hombre tiene tendencia a perderse entre las cosas y a interpretarlas desde ellas, esto hace que su existencia sea inautentica, anodina, movida por lo exterior. Pero “cuidándose” las cosas pierden significado e interés, entonces experimenta la “angustia”, que cerrándose sobre si mismo, le abre al hecho insuperable de tener que ser-en-el-mundo. Tentado a huir, la angustia entrega al hombre a su propia responsabilidad, a lo que todavía no es o nunca es del todo. Solo su propio fin, “la muerte”, como posibilidad de “no ser ya más”, suprime la angustia, cierra el proceso. La muerte pertenece a la estructura constitutiva de la existencia: “El hombre es un ser para la muerte”, afirma Heidegger. d) Existencia autentica El cuidado hace que el hombre no se pierda entre las cosas y le abre por medio de la angustia a la posibilidad de vivir una vida responsable, una existencia autentica, es decir, una vida original que va más de acuerdo con su propio ser. Este hecho se ha planteado universalmente como “seguir la voz de la conciencia” entendía como resonancia en el sujeto de una voz ajena; pero en Heidegger la “conciencia” se descubre como “una llamada de la existencia a sí misma”, como lo que invoca al ser-ahí a salir de la “caída al anonimato” (existencia inautentica). Decidiéndose, el hombre elige, es decir, resuelve dar noticia de su propio ser y saldar asi la culpa o deuda contraída con su condición de existencia originaria finita, negativa. e) Temporalidad La existencia autentica hace que el hombre se apropie de sí mismo, se vea como es, vea aquello que le hace posible: su “temporalidad”. La temporalidad significa ser-en-el-tiempo. El hombre es el ser capaz de “realizarse” en el tiempo concreto en que vive. El tiempo-pasado-presente-futuro- forma algo continuado, el hombre es un ser que se va realizando y madurando en la historia. La temporalidad, más que un transcurrir en el tiempo, indica que va progresando, que va haciéndose realidad en el tiempo. El ser-ahí en cuanto posibilidad se hace “temporalizandose”. Es la temporalidad la que unifica los diversos elementos estructurales del ser-ahí y la que acaba dándole sentido. 4.2.2 Análisis del ser Recordemos que, aunque Heidegger haya iniciado con el análisis de la existencia, su objetivo es la pregunta por el “sentido del ser”. En el análisis de la existencia nos mostro que lo propio del hombre no es vivir en si mismo sino “abierto” al ser. La existencia constituía el sentido del ser, es decir, el ser se explica a partir del hombre. En el análisis del ser va a hacer un recorrido “inverso”, es decir, no explicar el ser a partir del hombre, sino a partir del ser explicar al hombre. En esta pate de la obra ser y tiempo, el ser no aparece ya “abierto al Dasein”, sino como lo que hace posible la propia apertura del Dasein. Su pensamiento aquí se va a caracterizar por transformar al pensar acerca del ser un “pensar el mismo ser” o “descubrir el ser”. En este “pensar o descubrir el ser”, Heidegger se caracteriza por su hostilidad a la exposición sistemática, por su preferencia por el lenguaje poético, y por su constante buceo en lo escondido del ser. (Es necesario tener en cuenta estos aspectos para poderlo entender). - - - - - - - El ser se convierte en una “casa” donde pueda habitar el hombre que en lugar de “forzar” el ser se inclina humildemente ante él; el ser se convierte en un claro en un bosque donde los caminos no van a ninguna parte. El ser puede aparecer u ocultarse; pero en ningún caso es “apariencia”, sino “presencia”. Lo mejor para aprender el ser es justamente no aprenderlo, es decir, dejarlo en su ser; el hombre debe permanecer donde esta sin tratar de “forzar” la realidad mediante la técnica, con el fin de permitirle al ser “transparecer”. El ser es como un horizonte humano en el cual todos los entes están en su verdad. El ser es una especie de “gracia”; la importancia del hombre radica no en despojar el camino para alcanzar esa gracia, sino en dejarla ser y dejarse llevar por ella en el tiempo: el hombre es, en rigor, “el pastor del ser”. El hombre no encamina el ser a su realización o a su degradación, sino que el ser hace posible para el hombre existir o no, auténticamente. El ser aparece en el horizonte del lenguaje; pero no en un lenguaje “forzado”, como el lenguaje científico, que constituye la realidad como objeto; ni como lenguaje técnico, que modifica la realidad para aprovecharse de ella. El lenguaje, según Heidegger, es “conmemorativo”; hay que “conmemorar al ser” para que no caiga en el olvido. Conmemorar el ser es protegerlo contra la descripción, la explicación y la interpretación. Hay que acceder al ser, algo muy distinto de conocerlo; al ser se accede, no por el análisis metafísico, sino por el “habitarlo”: habitar en la tierra es un modo de seguir el ser. El ser es un misterio, pero no en el sentido de estar fuera de toda comprensión, sino solo en cuanto no es comprensible a base de ninguno de los entes. El ser del cual se habla y en cuya “casa” habita el hombre, es la realidad misma en cuanto ser, es decir, “el ser será todo lo que se ha negado de él”. 4.2.3 Critica a la metafísica occidental A partir del análisis del ser, Heidegger hace un análisis crítico a la historia de la metafísica occidental. Considera que la filosofía se ha ocupado del ente y se ha olvidado del ser; ha elaborado una metafísica de la “subjetividad” en cuanto constitutiva de objetos, cuando lo propio es “desvelar el ser”, “exteriorizarlo”. Los filósofos presocráticos ciertamente filosofaron desde la intuición del ser, pero tras ellos la filosofía occidental en un proceso de antropocentrismo creciente, ha pretendido comprenderlo todo desde el hombre. La historia de la metafísica occidental, desde platón a Nietzsche, es la historia de la metafísica de la “subjetividad”: olvidándose del ser, se ha centrado en el estudio del ente, sin advertir que, al hacerlo, ha dado la espalda precisamente a aquello que puede darle sentido. Es, pues, necesario a juicio de Heidegger “un viraje” en la filosofía que permita un retorno al fundamento de la metafísica, al “ente en cuanto ente”. En su obra De la esencia de la verdad, Heidegger se plantea ese viraje desde el concepto habitual de verdad “como concordancia”, al concepto de verdad “como desvelación”. Al respecto dice: la esencia de la verdad no consiste en una representación de lo real, sino en dejar que “las cosas se manifiesten como lo que son” y podamos, por tanto, atenernos a las mismas como normas de comportamiento. Como solamente puede manifestarse que está oculto, el misterio, la verdad coincide con el “ocultamiento originario del ser” al que el hombre tendrá que ir “desvelándose”. Por lo tanto, la cuestión fundamental de la metafísica no es interrogar sobre lo que es, sino interrogar al ser mismo y sobre su verdad, es decir, “desvelar al ser”. Desde otra perspectiva la metafísica tradicional tiene al ser como horizonte y no a la razón: su tarea consiste en comprender como acontece y como debe ser pensando el ser mismo, “determinar la verdad del ser” Heidegger concluye que la metafísica occidental tradicional, al llevar consigo el “olvido del ser”, este se hace presente en su ausencia, por lo tanto, es necesario recuperarlo en la dirección de lo no pensado, el ser. Como se ve, más que constituir un nuevo humanismo, lo que Heidegger persigue con su reflexión filosofica es integrar el sentido del hombre dentro de la historia del ser. 4.2.4 La técnica, fase final de la metafísica El mundo moderno progresa gracias al descubrimiento de nuevas técnicas en todos los campos de la ciencia. El hombre actual, en su ciega carrera tecnológica y armamentista está comprometiendo la existencia humana en la tierra: amenaza el equilibrio ecológico (necesario para vivir), y también pone el planeta en peligro de un holocausto nuclear. Pensada la “técnica” desde la óptica de la historia del ser, aparece en su esencia como la realización de esa metafísica que se ha olvidado del ser. Corrientemente concebimos la técnica como un instrumento en si mismo indiferente, del que dispone el hombre para su mejorar realización. Sin embargo, lo que define a la técnica considerada en sí misma, es “la causación o producción de objetos para ciertos fines”. Los griegos, desde el ser de la naturaleza, entendieron esta producción como un mero traer a la presencia, desocultar lo oculto, o descubrir lo que hay. Con posterioridad, desde el hombre moderno, no se ha entendido como un hacer mediante la manipulación de los medios, es decir, como una manufactura. La que produce ya no es la naturaleza sino que el que únicamente produce ahora es el hombre. El olvido del ser ha convertido a las cosas en materia prima que el hombre, con su voluntad de dominio, pone a su servicio. La técnica es, pues, una metafísica consumada porque muestra al ser de una determinada manera, establece el modo como las cosas aparecen y configura una imagen del mundo y del hombre. En su obra La época de la imagen del mundo, Heidegger dice: “que la técnica industrial moderna provoca a la naturaleza al exigir de ella materias primas y energía y al controlarla mediante la explotación, transformación, almacenaje y consumo de bienes producidos; ahora las cosas ya no son bienes naturales sino existencias de almacén, objetos de encargo, dispuestos para su compra y consumo. Dentro de este proceso, el hombre, en cuanto que es el sujeto de la provocación de la naturaleza, se cree dueño y señor de la técnica cuando, en realidad, en medio de objetos producidos el también es requerido por la técnica para cumplir una misión preasignada; es un medio de uso al servicio de fines extrínsecos, un objeto mas, que vale no por lo que es, sino por aquello para lo que sirve. El estado totalitario, los conglomerados urbanos, la masificación, la manipulación de la sociedad de consumo, el desastre ecológico, el peligro del holocausto nuclear, etc., son las consecuencias inmediatas del olvido del ser y de la sociedad tecnológica que se asienta sobre él. El hombre, con toda su omnipotencia, se encuentra solo ante sí mismo y su propio poder; los horizontes se le cierran. Estamos ante una época de ocaso. En su obra Sendas perdidas, Heidegger afirma que el hombre no necesita bomba atómica alguna, porque lo que realmente le amenaza de muerte es su absoluto querer imponerse en todo. La civilización técnica desarraiga cada vez más al hombre, en ella ya no tiene “patria”, tan solo tiene puras relaciones técnicas; ya no vive en la tierra. En este sentido la técnica moderna en cuanto experimento de la voluntad de poder, de la apariencia de que todo es producto del hombre y de que todo debe ser puesto a su servicio, constituye la fase final de la metafísica occidental una vez más. También aquí el ser se manifiesta en la negatividad, constituye una época de su historia temporal, y el nihilismo comienza a manifestarse como consumación para dar paso a una nueva apertura receptiva, al ser y a la salvación del hombre. 5. JEAN PAUL SARTRE Es considerado el padre del existencialismo, y su principal y más genuino representante. Contribuyo a su desarrollo y difusión con todos los medios a su alcance: obras filosóficas, ensayos, novelas, narraciones, obras de teatro, manifestaciones callejeras, etc. Mediante la acción y el compromiso dedico toda su vida a defender sus ideas. 5.1 Vida y obras Nace en parís. Hijo de pequeños burgueses, queda muy pronto huérfano de padre. - - - Niño solitario e introvertido, muestra desde el comienzo de sus estudios un vivo interés por la literatura y una brillante capacidad expresiva. Estudia bachillerato en la Rochelle, destacando en humanidades. En la universidad conoce a Simone de Beauvoir, que será su compañera de por vida. Obtiene su licenciatura en filosofía en la escuela superior de parís y ejerce como profesor de esa materia en varios liceos. Becado por el instituto francés, se traslada a Alemania, donde entra en contacto directo con el movimiento fenomenológico. Al estallar la segunda guerra mundial se incorpora al cuerpo de seguridad y es hecho prisionero por los alemanes. Una vez liberado, interviene activamente en la resistencia francesa. En 1945 funda una de las revistas más prestigiosas de la época: Temps moderns (Tiempos Modernos). Abandona la docencia para dedicarse más plenamente a sus escritos y al activismo político. Siguiendo el lema “denuncias para cambiar”, se opone al “gaullismo” y a su política colonialista. Apoya la independencia de Argelia. Participa en el tribunal Russell sobre crímenes de guerra e impulsa la revuelta estudiantil de mayo del 68, defendiendo la libertad. En 1969 se le concede el premio nobel de literatura, el cual rechaza. Hasta su muerte siempre mantiene la denuncia social en defensa de la libertad. Obras: Su producción es enorme y abarca los más diversos géneros: novela, teatro, ensayo, periodismo…Entre sus obras literarias podemos destacar: El muro, La nausea, Las moscas, A puerta cerrada, Las manos sucias, El idiota de la familia. Los artículos periodísticos están recogidos en los volúmenes de situaciones. Entre las obras filosóficas, que son las que aquí nos interesan podemos destacar: El ser y la nada: Ensayo de una ontología fenomenológica, El existencialismo es un humanismo, La crítica de la razón dialéctica. 5.2 Aspectos principales de la filosofía de Sartre En la evolución del pensamiento filosófico de Sartre se distinguen dos etapas: la primera se centra en la obra El ser y la nada, donde expone en forma sistemática y completa toda su concepción de la doctrina existencialista; en la segunda etapa se centra en las otras dos obras donde pretende compaginar el existencialismo con el humanismo y con la filosofía marxista, a la que considera la más viva y representativa de la época. 5.2.1 El existencialismo de Sartre La publicación en 1943 de la obra El ser y la nada convierte a Sartre en uno de los filósofos más conocidos y también más importantes de la época actual. Pero ya anteriormente se había consagrado como escritor de primer orden por sus novelas y piezas teatrales. En ellas aparecen desarrolladas prácticamente todas sus ideas fundamentales; de tal manera que antes de abordad la elaboración de esta obra tenia, sin duda, en su mente un esquema de lo que iban a ser las líneas maestras de su filosofía. No obstante, el estilo de El ser y la nada es el propio del filósofo profesional, sin concesiones a la literatura. Se trata de una obra seria y difícil, asequible únicamente, como el mismo dicen en El existencialismo es un humanismo, a técnicos y filósofos. El centro de atención en ella es la “existencia”, entendida como “existencia humana”; Sartre asume la afirmación kantiana de que la filosofía se puede reducir, en última instancia, a la pregunta: ¿Qué es el hombre? Hay que reconocer, sin embargo, que, en la respuesta sartriana, el hombre sale mal parado. Y esta insistencia en los aspectos sórdidos de la existencia le ha acarreado reacciones viscerales en no pocos autores. En un texto de filosofía publicado en los años 60, se muestra asi toda su doctrina: “Las teorías sartrianas se reducen a esto: el mundo es una casualidad absurda que provoca nausea; el hombre es una pasión inútil; los demás son el infierno y la maldición; la sociedad es un conflicto. El ser existe para la nada. Dios es algo contradictorio y no existe”. Esta apretada síntesis puede presumir, sin duda, de ser rigurosamente exacta, pues todas las afirmaciones se encuentran literalmente, en su obra El ser y la nada y en otras obras anteriores y posteriores a ellas. Pero en honor a la verdad, lo interesante de Sartre no reside tanto en las conclusiones a que llega, cuanto en las razones que aporta y el proceso discursivo que conduce hasta ellas. Por lo demás, está claro que también aparecen en sus escritos otros textos menos sombríos y más abiertos a la esperanza. Aquí nos esforzamos en aclarar lo más posible el sentido de los conceptos fundamentales de su obra. a) La “conciencia”: “Ser para sí” De ella afirma Sartre que es un “ser para sí”, una existencia que no tiene ser, esencia o naturaleza; es posibilidad sin límites; pura libertad; en si misma consiste en un vacio, un agujero en el ser, una “nada”. Para Sartre la conciencia originaria es “intencional” es conciencia de algo, lo que directamente percibe es el objeto. Solo mediante la reflexión se descubre a sí misma, y es entonces cuando se le hacen patentes los dos polos: el sujeto y el objeto, que fue el descubrimiento primero en Husserl. Dicho de otro modo, lo que primordialmente aparece en nuestra conciencia, no es la relación del yo y de las cosas, sino las cosas solamente. Ejemplo: cuando estoy absorto en la contemplación de un paisaje, lo único que percibo directamente es el paisaje, y ya en segundo lugar, mediante un acto de reflexión, me percibo también a mi mismo contemplándolo. Con este planteamiento, se separa desde el principio de la posición fenomenológica en dos puntos cruciales: - Lo principal no es el sujeto-objeto al mismo nivel, sino el objeto solo; La existencia de los objetos no se pone entre paréntesis, sino que se afirma como algo trascendental a la conciencia; Se aprecia con claridad la tendencia a acentuar el estatus del objeto a costa de diluir el polo subjetivo. La intencionalidad sigue siendo la esencia de la conciencia, pero el objeto de la intencionalidad no es inmanente sino trascendente a ella. Sartre no tiene que demostrar la existencia del mundo como descartes, sino que la capta desde el primer momento como existente. Si interpretamos literalmente la intencionalidad, como la cualidad, esencial a la conciencia, de ser siempre “conciencia de” algo distinto a ella, y admitimos que ese algo es el “ser”, tenemos que concluir que la conciencia es algo distinto al ser y, por tanto, la nada. Pero esto corre el riesgo de quedarse en un simple juego de palabras; en realidad el razonamiento de Sartre tiene más solidez. Para él la conciencia no solo es conocimiento, sobre todo, deseo, pasión, emoción. La esencia común a todos estos actos sigue siendo la intencionalidad: se desea, se odia, se teme a algo o a alguien que está siempre fuera, más allá del sujeto. El objeto de los actos existe, está ahí; por eso lo conocemos, deseamos u odiamos. Pero ¿Qué es, en que consiste el acto mismo de conocer o desear? Si aquello de lo que se tiene conciencia no está en la conciencia, porque es trascendente a ella, se empieza a comprender que la conciencia debe consistir en una especie de “vacio” que los objetos están llamados a llenar. Toda la realidad de nuestros pensamientos y deseos esta en los objetos pensados y deseados. Pero estos objetos son distintos del acto por el que se piensan y se desean. De este modo se nos hace asequible la paradójica formula sartriana: “la conciencia es lo que no es y no es lo que es”. Significa que toda la realidad, toda la densidad del ser está situada en las cosas, más allá de la conciencia; esta se reduce simplemente a tender hacia esa realidad. La conciencia en sí misma no es, por tanto, más que tensión, aspiración, vacio, nada. No es la nada absoluta, sino una nada que “tiende hacia” el ser. b) El objeto: “El ser en si” Sartre llama al objeto “ser en sí”, y a la conciencia, ya lo dijimos, “ser para sí”. Esta terminología no es caprichosa, tiene sólidos antecedentes en la historia de la filosofía, al menos desde Hegel. El “ser en si” y el “ser para sí”, son los dos ámbitos que abarca la totalidad del ser. Después del análisis que ha hecho Sartre de la conciencia “ser para sí” cabía pensar que el análisis del “ser en sí” (objeto) había de ser enormemente rica y variada. Acabamos de decir que toda la realidad está del lado del objeto, del ser en sí, por lo tanto es aquí donde debería llegar la complejidad. Y sin embargo, la explicación que da Sartre del ser en sí no puede ser más escueta: lo único que cabe decir de él es que simplemente “es”. Y asi lo define él: “el ser es. El ser es él en-sí. Él ser es lo que es”. Una masa inerte, maciza, opaca, impenetrable; asi es él ser en sí, gratuito sin razón alguna para existir, sin finalidad ni sentido. ¿De dónde nacen los valores y los fines? ¿Qué fundamento tiene la belleza y él bien, la felicidad que nos atrae y los objetivos que nos esforzamos para conseguir? ¿Cuál es el origen del sentido? La respuesta de Sartre, es clara: “la posibilidad de un fundamento vienen al mundo por él “ser para sí”. Dicho de otro modo: es la conciencia la que introduce el sentido del ser. Las cosas en sí mismas no son bellas, ni buenas, ni grandes, ni pequeñas, simplemente son. Y todo lo que puede decirse de ellas es posible hacerlo gracias a una conciencia que las percibe y les da sentido. La conclusión provisional que se deriva de todo esto es más o menos la siguiente: el mundo de la realidad, el ser en sí es opaco y no tiene ningún valor; el mundo de los valores está del lado de la conciencia, del ser para sí, que no tiene ninguna realidad. Ya se puede intuir las dificultades de construir sobre estas bases una concepción de la existencia humana medianamente esperanzadora. c) La existencia La existencia a la que se refiere Sartre no es la existencia de las cosas (objeto), sino la existencia del ser para sí. Habría que decir en propiedad de las cosas son y la conciencia existe. La existencia define por la posibilidad. Existir quiere decir la posibilidad de ser. Es este otro término que aparece usado en un sentido distinto al de la filosofía tradicional. Para él existencialismo la existencia es anterior a la esencia. d) La libertad Como el mismo Sartre confiesa en su obra autobiográfica Las palabras, desde su más temprana infancia su vida se desarrolla en un clima de continua tensión, de ansia libertad. El inconformismo visceral que recorre toda su trayectoria hizo afirmar a su compañera Simone de Beauvoir que se trataba de un “anarquista de temperamento”. Siendo asi, resulta comprensible que el problema de la libertad se constituye en goce de todo su pensamiento y acción. En última instancia, todos los análisis de su filosofía se reducen a buscar él camino que conduce a la libertad y, una vez instalado en ella, defenderla frente a cualquier amenaza. La conciencia en cuanto es “ser para sí” es un ser “que no es”, que carece de esencia, “la nada se inserta en el ser”, la nada la lanza a su plena positividad. Es decir, la nada adviene al mundo por medio de una existencia que se cuestiona su ser y, precisamente, en este cuestionar su ser radica su “libertad”. La libertad, pues, tiene que ver con la nada y es la esencia de la conciencia, constituye su único valor fundamental ya que sobre ella se asientan todos los demás valores. La libertad es el fundamento de todo, pero ella misma carece de fundamento; ni siquiera se puede preguntar que es, porque trasciende al mundo en sus posibilidades. Es él ser libre del hombre, su no-ser, lo que hace que exista un mundo. La no suficiencia del hombre, su tener que hacerse, y su ser como ser lo que debe ser y no es, constituye la esencia de la libertad. La libertad es creativa, es lo que él hombre no tiene pero que debe alcanzar; es provenir, nunca actualidad. La libertad es dinámica, es la expresión de un ser que tiene que ser “sí mismo”, autoafirmarse, ser siempre autor de su propia historia. A esta libertad absoluta le corresponde por supuesto una responsabilidad absoluta. Sartre consagra este carácter absoluto de la libertad con una frase paradójica: “Estamos condenados a ser libre”, es decir, somos libres a la fuerza. e) El hombre (yo) Todos los análisis anteriores no son, en el fondo, más que perspectivas bajo las que se puede descubrir la verdadera índole del ser humano, que es el único existente. Sí hacemos una síntesis de todos los aspectos considerados, vemos que la condición del ser humano, según Sartre, está marcada por la contradicción: “no es un ser, pero es el que da sentido al ser; no es más que una existencia, sin esencia; y finalmente, está condenado a ser libre”. La radicalidad de este planteamiento conduce a conclusiones dramáticas. La libertad, por ejemplo, que siempre ha tenido connotaciones positivas se convierte aquí en una autentica condena. - El hombre como “angustia”: Al hombre lo agobia un sentimiento de “angustia”. Por el compromiso que tiene su acción, el hombre es “angustia”. Para Sartre la angustia, no es algo que le viene al hombre desde fuera, este es el sentido del “sufrir” y del “padecer”, sino que “surge” desde su intimidad, de la posibilidad de su acción. En este sentido la angustia se diferencia claramente del “miedo”, pues este procede de algo exterior. Podemos decir, que la angustia es el precio de la libertad; de encontrarse solo, antes sí, y tener que decidir sin recurrir a ninguna norma, a nadie ni a nada ajeno a mí, pues yo soy el único legislador. - Conductas del hombre: Hemos visto que la libertad nos lleva a ser responsables de todo, y de tener que elegir solo. Ante la angustia de elegir, el hombre puede adoptar dos tipos de conductas: - Una “conducta de huida”, que Sartre la llama conducta de “mala fe”. La “mala fe” es una “mentira” a sí mismo, pues oculta la verdad que yo sé; esta mala fe se manifiesta a través de “excusas”, de “justificaciones” que eluden mi propia responsabilidad. Tal conducta de huida no es otra cosa que un acto de cobardía. Dice Sartre: “Todo hombre que se refugia tras la excusa de sus pasiones, es un hombre de mala fe. Esta conducta le lleva al hombre a vivir una existencia inautentica. - Conductas de “buena fe”. Frente a las conductas de huida de sí mismo, de vida inautentica, se alza otro tipo de conductas que Sartre las califica de la “buena fe”, que se manifiestan en la creación de valores, y a través de ellos da sentido a su vida. Vivir en conciencia de libertad, creando valores, es vivir una “existencia autentica”. f) Los otros “La intersubjetividad” A la conciencia humana que “opera como objetos-cosas” Sartre añade la “inclusión de otras conciencias, otros sujetos como yo. El descubrimiento de mi intimidad, me descubre al mismo tiempo, al otro como una libertad puesta en frente a mí y que no piensa y no quiere más que para mí o contra mí. A este descubrimiento de los otros, lo llama Sartre “La intersubjetividad” y será, precisamente, en el mundo intersubjetivo, donde él hombre decida lo que él es y lo que son los demás. El hombre es un ser en él mundo, y ser en él mundo, es, entre otras maneras: “ser-entre” o “ser-con-otros” o “ser-ante-otros”. Pero entre todas estas maneras, Sartre tan solo contempla una: la del ser-ante-otros”, en el sentido de enfrentadoal otro. Sartre describe con un ejemplo sencillo la experiencia en la que captamos la existencia del otro con toda intensidad: “nos encontramos en un pasillo de un hotel, y nos agachamos para mirar por la cerradura de una puerta lo que sucede en el interior de la habitación. Si en ese momento nos sorprende, por ejemplo, un empleado del hotel, experimentamos en nosotros un sentimiento inevitable de vergüenza y rechazo. Hemos pasado de observadores a observados, de sujetos a objeto”. Pero la situación elegida como ejemplo no deja de tener un significado profundo. La experiencia en que se me impone irrecusablemente la presencia del otro, es una experiencia violenta, de conflicto. La presencia del otro me resulta incomoda, recibo una mirada como una agresión. ¿Cómo establecer unas relaciones intersubjetivas prometedoras sobre estos cimientos? Para Sartre él otro siempre es visto como un peligro y como una amenaza para mí. Puedo someterme a él, en cuyo caso pierdo mi dignidad de sujeto y me convierto en un “objeto” suyo; o puedo intentar someterlo, dando lugar a unas relaciones de permanente hostilidad. Las relaciones entre los sujetos según él, quedan reducidas a dos formas: sadismo o masoquismo; dominar o ser dominado. Asi lo expresa gráficamente la formula de Sartre: “Los demás son un infierno”. g) Dios Sartre vivió al ateísmo como una actitud espontanea y natural, y lo considera como la única postura intelectual honrada. La filosofía tradicional entiende por Dios al ser que reúne los atributos: necesario y causa de sí mismo. Pero ambos atributos se contradicen, pues él único ser que es “causa sui” es él ser para sí, es decir, el hombre, que es radicalmente contingente. La existencia se identifica, como acabamos de ver, con la contingencia; por tanto, decir que “el ser necesario existe equivale a decir que el ser necesario es contingente”. Luego afirmar que Dios existe es afirmar algo contradictorio, como; él círculo es cuadrado. Sartre cree que los que invocan la existencia de Dios actúan de mala fe (sean o no conscientes de ello). Lo que buscan en el fondo es un pretexto para eludir el peso de la propia responsabilidad que los abruma. Dios seria responsable de los valores, el fundamento de una hipotética naturaleza humana y de unas normas morales eternas. Esto puede servir de consuelo a muchos; pero sí lo que se busca es la verdad, tiene que decidir lo que es bueno y lo que es malo; y para tomar esta decisión no tengo ninguna base en que apoyarme. Sartre considera el existencialismo como la consecuencia lógica del ateísmo: “El existencialismo no es más que un esfuerzo por sacar todas las consecuencias de una posición atea coherente”. Pero afirma también, de modo sorprendente, que “aunque Dios existiera esto no cambiaria” porque el verdadero problema no es el de Dios, sino del hombre. 5.2.2 Marxismo-existencialismo La filosofía marxista no es fácilmente compaginable con los principios del existencialismo que acabamos de esbozar. En las teorías marxistas, la realidad es anterior al hombre y tiene sentido en sí misma, como la tienen también los procesos históricos; pero Sartre afirma que el individuo es el único “donador de sentido”. Por otra parte, los cambios dialecticos tienen leyes propias y dejan muy escaso margen para la libertad que para Sartre pretende ser absoluta. Pero sobre todo el marxismo ha cristalizado en una serie de dogmas que lo hacen inaceptable desde cualquier punto de vista crítico. Sartre reconoce esto último cuando afirma que el marxismo de su tiempo sufre el anquilosamiento y necesita ser revitalizado para recuperar la posición filosofica hegemónica que le corresponde. Cree que él secreto de tal revitalización está en la síntesis marxismo-existencialismo y a esta empresa dedica su extensa obra: Critica de la razón dialéctica. Esta obra no fue aceptada por los marxistas ortodoxos, pero a él no le extraño; demasiado acostumbrado como estaba a ser un gran luchador independiente y solitario. La razón de este rechazo está en que Sartre mantiene en lo fundamental las teorías desarrolladas en su obra Él ser y la nada. Hay, por tanto, una evolución, pero no un cambio de rumbo en su pensamiento. Sintetizamos algunas ideas importantes de la Crítica de la razón dialéctica, en torno a los siguientes puntos: a) La dialéctica: Sartre no se detiene en la dialéctica de la naturaleza (materialismo dialectico). No puede aceptar ningún sentido en procesos que no implique de algún modo la actividad del hombre. El puro mecanicismo le resulta incomprensible. Otra cosa es la dialéctica aplicada a la historia (materialismo histórico). Marx había afirmado que el hombre se realiza a través del trabajo, es decir, a través de su actividad frente a la naturaleza. Según él la dialéctica, en líneas generales, consiste en que el hombre, transformando la naturaleza se transforma a sí mismo. Sartre acepta básicamente la teoría, manteniendo siempre que la iniciativa corresponde al sujeto. Es el hombre el hombre el protagonista de la historia. Sobre esta base distingue dos ámbitos o campos de la dialéctica: - La dialéctica del individuo-naturaleza: la naturaleza cobra sentido por la actividad del sujeto humano (presencia del sujeto: tesis existencialista). Es cierto que este se encuentra en “situación”; que está limitado por condicionamientos históricos y sociales de diversa índole, pero no lo es menos que, por encima de todos ellos, sigue conservando su plena autonomía. Es importante desacatar aquí el decisivo papel que desempeña su concepto “lo práctico-inerte”, es decir, la naturaleza transformada, elaborada por el hombre. Llama “practico-inerte” a todos los productos obtenidos mediante la praxis, o actividad del sujeto humano: una fabrica un libro, una obra de arte, son ejemplos de lo práctico-inerte: naturaleza transformada. Pues bien, decir que él hombre está limitado por la sociedad o por la historia, equivale a decir que está limitado por sí mismo, puesto que una y otra son resultado de su actividad. Y, en última instancia, el individuo siempre será libre para asumir o rechazar estos condicionamientos. - La dialéctica de los individuos entre sí: en su actividad frente a la naturaleza los individuos se consideran enemigos entre sí, como se ha explicado en la primera parte. Pueden trabajar juntos en la misma fábrica, pero se miran rivales: uno puede arrebatar el puesto a otro. No tienen conciencia de pertenecer a una misma clase social, de formar un “nosotros”. La rivalidad a este nivel tiene, además, otro origen inevitable “la escasez”. El concepto de “escasez” tiene para Sartre el principal motor de la dialéctica y, por lo tanto, de la historia. Los bienes que él hombre necesita en su vida, son escasos. Y este hecho convierte a los demás en competidores y funda la división de la sociedad en dos clases fundamentales: los que poseen los bienes y los que carecen de ellos. La reunión de individuos en la que cada uno se interesa exclusivamente por sí mismo, sin tener conciencia de “nosotros” la llama Sartre “serie”. Cuando estos individuos se dan cuenta de que tienen unos intereses comunes y se sienten solidarios, en vez de enemigos, se convierten en “grupo”. b) La serie y el grupo El paso de la serie al grupo se realiza por él advenimiento de la “conciencia de clase”. El proceso es el siguiente: Tesis: “Los individuos actúan sobre la naturaleza por separado” (serie) Antítesis: “El resultado de esta actividad es lo práctico-inerte (los productos del trabajo). Pero este practico-inerte supone un riesgo para el hombre: la maquina supone menor esfuerzo y más rendimiento, pero puede dejar en la miseria a muchos obreros sin trabajo; la maquina puede convertir a su propietario un explotador para el obrero. Síntesis: La situación que debe surgir de este conflicto es precisamente la unión de los trabajadores, conscientes de que tienen unos intereses comunes, en un autentico grupo social, en el sentido marxista. Hay que resaltar que desde el primer momento, el motor de los cambios dialecticos no está en la naturaleza, sino en la libre actividad del individuo humano. Usando la terminología marxista, la serie seria la “clase en-sí” y él grupo seria “la clase-para-sí”. Otra explicación de la aparición de la conciencia de clase seria análoga al descubrimiento del otro, tal como la hemos descrito. Del mismo modo que él otro con su mirada agresiva me hace sentir objeto; asi también, la agresión exploradora del capitalismo burgués hace que los obreros se sientan unidos en la situación de explotados y dominados. Desde esta perspectiva no podría haber “conciencia de la humanidad” porque tendría que existir un ser sobrehumano (Dios) que con su mirada dominadora le hiciera surgir. Pero sí lo demás son un infierno, Dios seria él infierno infinito. c) Él poder político Los componentes del grupo al sentirse solidarios unen sus fuerzas contra él enemigo común. Pero ¿Qué sucederá cuando obtengan la victoria? Sí lo que une al grupo es la opresión exterior, ¿Qué sucederá cuando está haya desaparecido? Es lógico suponer que la cohesión sí se mantiene, debe ser por motivos externos. La cohesión, según Sartre, no puede mantenerse sin una organización en la que están presentes la autoridad, la burocracia y las instituciones de poder. Claro que entonces se corre el riesgo de que la individualidad pierda su libertad, y los que manejan él poder impongan su voluntad a todos los demás. Hay una frase de Sartre que resume este proceso: “Las ideologías son libertad cuando se forman, opresión cuando están formadas”. En realidad está situación se da en todos los países del mundo. Sartre se mostro comprensivo durante algún tiempo hacia los regímenes comunistas, pero termino por repudiarlos, llegando a situarlos al mismo nivel que la dictadura nazi. Se puede decir que la admiración de Sartre por él marxismo ocupo una larga etapa en su producción de madurez, pero termino en profunda decepción. Su inicial anarquismo queda mitigado durante esta época, pero renace con toda intensidad en los últimos años de su vida. 6. Actividades A. De Comprensión: 1. Define en el contexto del tema los términos siguientes e identifica él filosofo que los emplea: interioridad, ser-ahí, estar a la mano, existencia autentica, desvelar él ser, ser-para-sí, nada, mala fe, intersubjetividad. 2. Identifica y explica las características del existencialismo. 3. ¿Qué es lo que provoca él “salto” de un estadio a otro, según Kierkegaard? Explica porque. 4. Explica el significado que tiene Heidegger el término “cuidado” y a que está referido. 5. ¿Cuál es el “viraje” que según Heidegger hay que darle a la metafísica? Explica porque. 6. ¿Por qué la técnica es el fundamento de la metafísica, según Heidegger? 7. Sartre, al descubrir la conciencia, ¿a cuál de los dos polos (sujeto-objeto) le da más importancia? ¿Por qué? 8. Enuncia las expresiones que usa Sartre al referirse al hombre. 9. ¿Cómo define Sartre él objeto, y que calificativos le da? 10. Explica por qué Sartre es ateo. B. De aplicación: 1. El término “conciencia” es empleado por Heidegger y Sartre. ¿Qué semejanzas y que diferencias encuentras en ambos? 2. Explica el problema ecológico en el pensamiento de Heidegger. ¿Qué aplicación le darías en la realidad colombiana? 3. El término “libertad” es uno de los más importantes en la filosofía sartriana. ¿Qué aplicación le darías referida a tu vida como estudiante? 4. El término “dialéctica” es empleado por el marxismo y por Sartre. ¿Qué semejanzas y que diferencias encuentras en ambos? 5. Desde el concepto de “escasez” empleado por Sartre, haz un pequeño ensayo aplicándolo a la sociedad en que vives. C. Análisis de textos: TEXTO I La ciencia puede definirse como un conjunto de preposiciones verdaderas conectadas por relaciones de fundamentación. Pero está definición ni es completa, ni da en el sentido último de la ciencia. Las ciencias tienen, en cuento modos de conducirse el hombre, la forma de ser de este ente (el hombre). Este ente lo designamos con el término <<ser-ahí>>. La investigación científica no es la única ni la más inmediata forma posible de ser de este ente. El ser-ahí mismo es, encima, señalado entre todos los entes. Se trata de hacer visible provisionalmente lo que tiene de señalado. El dilucidarlo tiene que anticipar los análisis que vendrán más adelante y serán los propiamente mostrativos. El ser-ahí es un ente que no se limita a ponerse delante entre otros entes. Es, antes bien, un ente ónticamente señalado porque en su ser le va este su ser. A esta constitución del ser del (ser-ahí) es inherente, pues, tener él (ser-ahí), en su (ser relativamente a este su ser) se comprende en su ser, de un modo más o menos expreso. A este ente le es peculiar serle, con su ser y por su ser, abierto este a él mismo. La comprensión del ser es ella misma una “determinación de ser” del “ser-ahí”. Lo ónticamente señalado del “ser-ahí” reside en que este es ontológico. HEIDEGGER: “El Ser y el Tiempo” Comenta el texto anterior con las siguientes preguntas: 1. Elabora un resumen del texto. 2. Explica el significado de la expresión: “el ser-ahí es un ente ónticamente señalado porque en su ser le va este su ser”. 3. ¿Es lo mismo para Heidegger ser y ente? Razone su respuesta 4. Heidegger es discípulo de Husserl. ¿Qué semejanzas y diferencias adviertes en cuanto al planteamiento del tema objeto del texto? 5. Resume brevemente en “análisis mostrativo” que Heidegger hace del “ser-ahí”. TEXTO II A continuación se expresan unas ideas principales de la obra de Sartre El existencialismo es un humanismo. Estas ideas han sido estudiadas a través de la exposición que hemos realizado de Sartre. Debes explicar en forma sintética cada una de las ideas: 1. No hay una naturaleza humana, sino solo el hombre es concreto. 2. El hombre concreto es un ser libre que “es” angustia, precisamente por la responsabilidad de su elección permanente. 3. Ante esta angustia él hombre puede adoptar conductas de huida. 4. Otras conductas las hace de “buena fe”. 5. La filosofía de la subjetividad se muestra como intersubjetividad. 6. Esta intersubjetividad se nos expresa en el conflicto. 7. Conflicto que se expresa como consecuencia de una posición atea coherente. SOLUCIÓN A. De Comprensión 1. a) Interioridad: para que el hombre concreto se realice es necesario en él una exigencia de “interioridad”. Esta interioridad se debe manifestar en tres aspectos fundamentales: la existencia, la subjetividad y la individualidad. La existencia: el modo de ser de él, que hace a sí mismo, es “autorrealización La subjetividad: la autorrealización del hombre exige que se vaya apropiando de la verdad que va descubriendo a medida que se va realizando. Lo importante es que yo mismo reconozca la verdad y haga la mía. La individualidad: la autorrealización y auto apropiación de la verdad son acciones de individualidad, el individuo es el único existente. El filosofo que emplea este término es Soren Kierkegaard, precursor del existencialismo. b) Ser-ahí: se designa con la palabra alemana Dasein. El hombre se expresa en la existencia, es “ser-ahí” es decir la forma específica de ser que corresponde al hombre es el «ser-ahí». De esa estructura parte la analítica existencial del Dasein, que en Ser y Tiempo juega el papel de ontología fundamental. Por lo tanto, la naturaleza propia del Dasein consiste en su existencia El filosofo que emplea este término es Martin Heidegger c) Estar a la mano: al analizar las cosas que hay en el entorno, lo lleva a diferenciar entre el “estar-presente” y el “estar-a la mano”. Son las cosas que están a la mano a las que Heidegger se refiere, es decir, a las cosas que están disponibles, que puede manejar y utilizar. El filosofo que emplea este término es Martin Heidegger. d) Existencia autentica: por medio de la angustia le abre al hombre la posibilidad de vivir una vida responsable, una existencia autentica, es decir una vida original que va más acuerdo con su propio ser. Se puede decir que es como “seguir la voz de la conciencia”. El filosofo que emplea este término es Martin Heidegger. e) Desvelar el ser: la cuestión fundamental de la metafísica no es interrogar sobre lo que es, sino interrogar al ser mismo y sobre su verdad, es decir, “desvelar al ser”. El filosofo que emplea este término es Martin Heidegger. f) Ser-para-sí: de la conciencia afirma Sartre que es un “ser-para-sí”, una existencia que no tiene ser, esencia o naturaleza; es posibilidad sin límites; pura libertad; en sí misma consiste en un vacio, un agujero en él ser, una “nada”. El filosofo que emplea este término es Jean Paul Sartre, considerado padre del existencialismo. g) Nada: define Sartre desde la conciencia, llega al punto de concluir un “ser-parasí”, allí dice que es un vacio, un agujero en el ser, en definitivas una nada. El filosofo que emplea este término es Jean Paul Sartre, considerado padre del existencialismo. h) Mala fe: a una conducta de huida, Sartre le llama conducta de mala fe. La mala fe es una mentira a sí mismo, oculta la verdad que yo sé; está mala fe se manifiesta a través de “excusas”, de justificaciones que eluden mi propia responsabilidad. No es otra cosa que un acto de cobardía. Esta conducta le lleva al hombre a vivir una existencia inautentica. El filosofo que emplea este término es Jean Paul Sartre, considerado padre del existencialismo. i) Intersubjetividad: el descubrir mi intimidad, me descubre al mismo tiempo, al otro como libertad puesta en frente a mí y que no piensa y no quiere más que para mí o contra mí. Sartre lo llama “intersubjetividad” y será, precisamente, en el mundo intersubjetivo, donde él hombre decida lo que él es y lo que son los demás. El filosofo que emplea este término es Jean Paul Sartre, considerado padre del existencialismo. 2. Características del existencialismo: a) La existencia humana concreta: Pretende elaborar las bases para la constitución de un “nuevo humanismo”, es decir, una filosofía del hombre como persona individual y como ser social, en consecuencia con sus circunstancias históricas. No se trata de denunciar la explotación del hombre (marxismo), ni de afirmar la vida por encima de la razón (vitalismo), sino de recuperar al hombre en su “ser concreto”, en su singularidad, con las cualidades que lo hacen único e irrepetible. b) La existencia antes que la esencia: El existencialismo insiste que lo más importante para el hombre concreto, no es ser “animal racional” (esencia), como lo había definido la filosofía tradicional, sino que lo concreto de cada persona, es decir, sus caracteres individuales, lo que lo distingue de los demás. c) La existencia como actividad: El hombre no es un mero espectador que reflexiona, que piensa y objetiva racionalmente los acontecimientos, sino que es un “actor” que vive sumergido en la angustia de sus situaciones y problemas particulares. Al hacerse consciente de esa situación empieza a verse a sí mismo en su autentica desnudez, y entonces se ve conducido a tomar la decisión de elegir una existencia propia que lo realice en forma autentica o que se deje llevar por los acontecimientos (inautentica). d) El método fenomenológico: Aunque la filosofía de Husserl, según ellos, es esencialista, sin embargo el método fenomenológico le sirve para analizar la existencia humana. Piensa que no se puede comprender al hombre y al mundo en que vive, sino partiendo de su “conciencia”. - El hombre es pura existencia y pura libertad. - El hombre no tiene razón de ser ni sentido determinado. - El hombre es una pasión inútil. Nada tiene un por qué. El mundo es absurdo. - Los demás disminuyen mi libertad. - No podemos salir del absurdo de la existencia sino por la muerte - La palabra existencia se utiliza referida exclusivamente al ser humano. Sólo el hombre existe. - Existir significa que el hombre “se realiza como interioridad, como conciencia y como libertad, saliendo fuera de sí mismo, en el encuentro con las cosas y en la apertura con los otros en el mundo (Dondeyne)”. - Subraya la individualidad del ser humano, por encima del hombre abstracto del Idealismo y del hombre genérico del Marxismo. 3. El hombre debe recorrer tres estadios para legar a su realización plena: a) Estadio estético: el hombre se encuentra completamente disperso por las sensaciones, en busca del placer. Pero como estos placeres no lo satisfacen, le acerca un estado de “angustia”. b) Estadio ético: el hombre deja los placeres y respecto a su ruptura y desengaño de ellos, el hombre se dedica al cumplimiento del “deber”. Más adelante se dará cuenta que él deber tampoco le satisface, necesitara de un argumento y un sentido. c) Estadio religioso: el hombre se hace consciente de su relación con Dios. El paso de un estadio a otro no se hace gradualmente, es decir que se debe realizar con brusquedad de un “salto”, querer hacerlo por sí mismo. Este salto es provocado por la angustia, está se origina en la insatisfacción. 4. “cuidado”: Los constitutivos básicos del Dasein como ser-en-el-mundo, designa Heidegger como “cuidado” o “preocupación”. Se entiende que el hombre se pierde entre las cosas y asi como las vea las interpreta desde ellas, esto hace compleja una vez más su existencia inautentica. Pero de ello las cosas pierden su interés, quiere decir, que de aquí se experimenta la “angustia”, de saber cuál es el verdadero significado de aquellas cosas. 5. Se ha centrado en el estudio del ente, sin advertir que, al hacerlo, ha dado la espalda precisamente a aquello que puede darle sentido. Es, pues, necesario a juicio de Heidegger “un viraje” en la filosofía que permita un retorno al fundamento de la metafísica, al “ente en cuanto ente”. El viraje que Heidegger da, sobre todo con los extensos estudios publicados en 1961, a la interpretación de Nietzsche consistía en la propuesta de leerlo poniéndolo en relación con Aristóteles, esto es, como un pensador cuyo tema central es el ser, un pensador metafísico, y no sólo como un moralista, un psicólogo o un crítico de la cultura. En virtud de esta decisión interpretativa, Heidegger se refería preferentemente a los escritos tardíos de Nietzsche, sobre todo a las notas que inicialmente debían servir para La voluntad de poder, y tendía, por el contrario, a dejar a un lado mucho de la producción más «ensayística» de Nietzsche, obras como Humano, demasiado humano, Aurora o La gaya ciencia. 6. Porque en el moderno mundo, el descubrimiento de nuevas técnicas en los campos de la ciencia progresa. El hombre actual, en una ciega carrera tecnológica está comprometiendo la existencia humana; la cual amenaza el equilibrio ecológico. Desde la óptica de la historia del ser, aparece en su esencia como la realización de esa metafísica que se ha olvidado ser. Se interpreta la técnica como un instrumento en sí mismo indiferente, que dispone el hombre para mejorar su realización. 7. Al descubrir la conciencia, Sartre, le da más importancia al polo del objeto, puesto que se afirma como algo trascendental a la conciencia “ser-en-sí”. Toda la realidad está del lado del objeto, del ser en sí por lo tanto es aquí donde debería llegar la complejidad. Según Sartre, al ser observados por otros, adquirimos nuestro ser objeto. Si bien el ser objeto nos degrada, respecto de nuestro ser sujeto, al mismo tiempo nos conforma. También somos objetos y lo somos gracias a la mediación de los demás. Todos necesitamos ser vistos como objetos. 8. Verdadera índole del ser humano Único existente Marcado por la contradicción Da sentido al ser Una existencia Está condenado a ser libre Angustia 9. Sartre llama al objeto “ser en sí”, y a la conciencia, ya lo dijimos, “ser para sí”. Después del análisis que ha hecho Sartre de la conciencia “ser para sí” cabía pensar que el análisis del “ser en sí” (objeto) había de ser enormemente rica y variada. Acabamos de decir que toda la realidad está del lado del objeto, del ser en sí, por lo tanto es aquí donde debería llegar la complejidad. Y sin embargo, la explicación que da Sartre del ser en sí no puede ser más escueta: lo único que cabe decir de él es que simplemente “es”. Y asi lo define él: “el ser es. El ser es él en-sí. Él ser es lo que es”. Una masa inerte, maciza, opaca, impenetrable; asi es él ser en sí, gratuito sin razón alguna para existir, sin finalidad ni sentido. La conclusión provisional que se deriva de todo esto es más o menos la siguiente: el mundo de la realidad, el ser en sí es opaco y no tiene ningún valor; el mundo de los valores está del lado de la conciencia, del ser para sí, que no tiene ninguna realidad. Ya se puede intuir las dificultades de construir sobre estas bases una concepción de la existencia humana medianamente esperanzadora. 10. Sartre es ateo porque la filosofía de él se caracteriza por un ateísmo explícitamente pesimista, en tanto que los seres humanos aunque necesitan una base racional para sus vidas, son incapaces de conseguirla. Para Sartre, el existencialismo es una forma de humanismo en tanto resta la libertad, la elección y la responsabilidad que son propiamente humanas. Los conceptos de Dios y Creación son absurdos. Dios no existe y por lo tanto todas las cosas del mundo son contingentes porque ningún valor es superior a otro. Las cosas carecen de sentido y fundamento siendo vana la necesidad de hallarlo en tanto el hombre es una pasión inútil. Además de esto Sartre perciben a Dios como una contradicción y una limitación intolerable a la auténtica libertad humana. Antes de morir se abre a Dios. B. De aplicación 1. Sartre: Para Sartre la conciencia originaria es “intencional” es conciencia de algo, lo que directamente percibe es el objeto. Solo mediante la reflexión se descubre a sí misma, y es entonces cuando se le hacen patentes los dos polos: el sujeto y el objeto, que fue el descubrimiento primero en Husserl. Dicho de otro modo, lo que primordialmente aparece en nuestra conciencia, no es la relación del yo y de las cosas, sino las cosas solamente. Ejemplo: cuando estoy absorto en la contemplación de un paisaje, lo único que percibo directamente es el paisaje, y ya en segundo lugar, mediante un acto de reflexión, me percibo también a mi mismo contemplándolo. Heidegger: no pudo librarse de las categorías de la filosofía de la conciencia trascendental que lo antecede, a diferencia de Hegel y Marx solamente las habría negado de forma abstracta (2). Heidegger jamás habría abandonado el intuicionismo del procedimiento fenomenológico de interrumpir la actitud natural frente al ente y llevar el fenómeno a la conciencia pura. "En su filosofía tardía se limita a descargar ese proceder de toda pretensión metodológica", esto es a convertirlo en un privilegiado 'moverse dentro de la verdad del Ser'. Habermas sostiene que Heidegger no logra deshacerse de la posición privilegiada del pensar teórico aunque in dictan proceda en términos negativos y que, por tanto, permanece ligado al fundamentalismo de la filosofía de la conciencia. La filosofía sería, entonces, un encaprichamiento en buscar fundamentaciones últimas que cava, capa tras capa, en la realidad en busca del oro del saber enterrado en la capa más profunda. Esta deformación profesional de Heidegger tiene, a juicio, de Haberlas graves consecuencias que procede a examinar. 2. La relación entre el "olvido del olvido del ser" y la devastación de la tierra no permanece inocua en el pensamiento de Heidegger. Se muestra de manera clara, por ejemplo, en aquello que, en Introducción a la metafísica, se denominó como "la decadencia espiritual del planeta." En dicha lección, el autor realiza una vinculación directa entre el olvido de la pregunta por el ser y los "efectos" resultantes de la misma: 1) el oscurecimiento del mundo, 2) la huida de los dioses, 3) la destrucción de la tierra, 4) la masificación del hombre, 5) el odio que desconfía de cualquier acto creador y libre. A su vez, en este mismo texto, se hace la distinción entre lo que modernamente se entiende por naturaleza, como ámbito de los procesos naturales, y la physis griega que "significaba originariamente el cielo y la tierra, la piedra y el vegetal, el animal y el hombre, la historia humana, entendida como obra de los dioses, y, finalmente, los dioses mismos, sometidos al destino. Esto quiere decir, que gracias al descubrimiento de nuevas técnicas en los campos de la ciencia, el hombre ha conseguido amenazar el ecológico, poniendo también al planeta en peligro de un holocausto nuclear. En Colombia: Podemos decir que en Colombia se está viviendo momentos de técnica, ya que se observa que gracias a los avances de tecnología actual, el mundo se ha ido deteriorizando ya que el hombre de hoy en día se fija en su apariencia la cual es como su sombra que cubre lo que realmente es un ser en sí. Por ejemplo podemos decir, que la tecnología ha comprobado que el hombre es incapaz de realizar alguna actividad que ya tiene como tecnología es decir; nosotros dependemos de aquella tecnología para vivir, perdimos la esencia de lo que era nuestro ser, de lo que teníamos para probar nuestra existencia pero con nuestros medios y no por la dicha tecnología, otro problema es el calentamiento global, este ocurre por varios aspectos, uno de ellos es la luz, como sabemos la critica que hace Heidegger a la metafísica es muy válida pues cada argumento nos deja un mensaje para reflexionar, comprender y mejorar el daño que causamos al mundo con estos inventos. 3. Libertad: La libertad es aquel camino que conduce un sendero de amplia condición de vida, la libertad depende de nosotros misma, liberarnos de aquellos malos momentos es dejar atrás un mal pasado como suele pasar en mi vida, los malos o buenos pensamientos son aquellos que suelen representar en mi una libertad conmigo mismo, la libertad es el placer que nos da el mundo, es aquel inexorable significado que nos abraza, que nos abriga y que además me condena a la pura libertad, aquella que siempre fue objetiva para mí. El hombre simplemente es aquel ser que puede determinar de sí mismo su propia libertad, a veces nos preguntamos ¿Qué es libertad?... pero nuestra respuesta es tan simple que decimos “no estar sujetos a ninguna opresión”, pero más allá de ese pensamiento no pensamos en una definición que nos satisfaga totalmente. Sobre aquello pienso que libertad es: la consecuencia de volar sin rumbo alguno, caminar por los atardeceres contemplando y escuchando la voz de aquel silencio que nos deduce la libertad, un objetivo sin fin, una añoranza con plenitud, un deseo que deseo como propiedad mía. Muchas son mis definiciones y ¿cuál es la tuya?... En conclusión “Mi libertad son cadenas sujetas a mi alma que establecen caricias de fuertes y suaves mensajes que llenan mi corazón”. 4. Marx: En Marx este término designa tanto el peculiar proceso con el que se desenvuelve la sociedad a lo largo de su propia historia como el modo en que se debe pensar para captar adecuadamente dicho proceso. Afirmo que el hombre se realiza a través del trabajo, según él, sí el hombre transforma la naturaleza se transforma a sí mismo. Sartre: Sartre trasladó el énfasis puesto en la libertad existencialista y la subjetividad por el determinismo social marxista, la naturaleza cobra sentido por la actividad del sujeto humano. Lo práctico-inerte, es decir, que la naturaleza transformada la elabora el hombre. El hombre está limitado por la sociedad, quiere decir que está limitado por sí mismo, el individuo siempre será libre para asumir o rechazar estos condicionamientos. 5. La sociedad es un mecanismo de apariencia que encuentra en nosotros mismos la semejanza o diferencia que emprenda los beneficios o lo contrario. Está se opone a lo que unos quieran y los otros dependan de ello. Cada uno depende de un pensamiento que atribuye con delirios nuestra mente y que ocupa un gran espacio por lo material en nuestro cuerpo. Somos un circulo donde lo que hayamos se encuentra en el centro y lo que no se haya, nos mantenemos dentro de aquel circulo que solo es un vicio ligero donde queremos ser cada día mejor, pero que cuando lo intentamos, la rivalidad con él otro se vuelve inmune para saciar lo que ellos buscan en un solo fortalecer de vida. “Aquellos quieren y luchan, pero los que no quieren encuentran y no lucharon”. Somos una sociedad la cual hoy en día nos fijamos por él ente, más no en él ser, cada día que pasa, somos como una arma preparada para disparar, quiero decir, preparados para aquella persona que quiere rivalidad con otro/a. Aquellos no tienen conciencia, ya que cada uno quiere vivir a su manera, hoy nos demuestran que la conciencia de aquellas personas reflejan una visión tan improvista que nunca nos damos cuenta de los errores que hemos cometido y que sí seguimos asi, más adelante los errores harán parte de nuestra vida diaria. ¿Qué haremos?...la respuesta comienza por cada uno de nosotros para asi poder analizar y responder conjuntamente, estamos acostumbrados a callar, a establecer un silencio que tenemos oculto como paradigma en nuestra piel, las puertas se nos abren pero al intentar abrirlas en el instante se cierran, ya que las oportunidades que algún día tuvimos para aprovechar, hoy se mantienen en pleno reposo. Y la sociedad que piensa o que realiza ante esto?, muy sencillo, NADA; porque como ya lo dije nos acostumbramos a que todo nos llegue a las manos, sin tener que luchar por alguna meta un final bueno etc., no lo hacemos y somos más que capaces de realizar alguna actividad o desarrollo para él bien de toda la sociedad, pero como no es asi, nos queda dejarles a aquellas personas que pienses y analicen muy bien lo que están intentando hacer con la comunidad, frustración quieren conseguir, y no saben las consecuencias que probablemente podasen llegar a sucedes, porque ahora estamos convertidos en rivales uno a uno, por causa del papel más preciado del mundo(la plata)… C. Análisis de textos TEXTO I 1. La ciencia se define como un conjunto de proposiciones verdaderas que se adjuntan a una argumentada fundamentación. Pero claramente está definición no atribuye a lo que abarca la palabra ciencia. Estas ciencias, tienen modos de conducirse al hombre, la forma de ser de este ente. Esta palabra la designamos con él término “ser-ahí”. Es señalado entre todos los entes. Quiere decir que se trata de mostrar lo que tiene previsto. El dilucidarlo tiene que anticipar los análisis que vendrán y serán los propiamente mostrativos. El ser-ahí es un ente que no se limita a ponerse delante de otros entes. El ser-ahí se comprende en su ser, de modo expreso, y a este ente es peculiar serle, con su ser y por su ser. La comprensión del ser es ella misma una “determinación de ser” del “ser-ahí”. Lo ónticamente señalado del ser-ahí reside en que este es ontológico. 2. “el ser ahí es un ente ónticamente señalado porque en su ser le va este ser”. El ser-ahí quieres decir ser para el mundo o más bien estar en el mundo, ónticamente quiere decir que tiene ser o existe. De aquel significado que le doy, pienso que el ser es un caminante que quiere lo que piensa y siente lo que piensa, de aquí de de atribuir que ese ser caminante dentro de nosotros mismos tiene otro ser el cual es contemplando para poder llegar a tener la autosuficiencia de validar en el mundo, el humano como aquel ente que surge de un pensamiento es el cual, se sumerge dentro de aquellos pensamientos para dar a flote sus carencias de sabidurías que tiene como habitación en su mente. Es creador de lo que promete, de lo que sea, de lo que sueña, o hasta de lo que en algún tiempo quiso ser para poder serlo actualmente. El ente es óntico pues su existir es real y vive de este también. Este ser se constituye de probabilidades, causas, consecuencias como lo es comúnmente en nosotros. El alma es como un instrumento más que se apoya de nuestro cuerpo; es otro de los elementos de un ente, un ser, un hombre, un linaje etc., “El ser puede lo que pudo hacer en el pasado, pero el ser mismo establece el pasado como merito de poder volver hacer lo que hizo en ese instante”, de aquí saco la conclusión de que el ente, vive del mundo, y el mundo vive del ente, un ser para otro ser. 3. No, puesto que un ente es lo que es, existe o puede existir y el afirma que el ser con el Dasein se expresa en la existencia o en el mundo que se pone en manifiesto en este hecho de estar en el mundo, además de ello también afirma que el hombre es un ser que está en el mundo, pero no es un ente que puede o podrá estar en este mundo, porque del ser real depende la existencia. 4. El análisis hecho hasta aquí ya tropezó también con este comprender original, sin haberlo hecho entrar expresamente en su tema. El “ser ahí” es, existiendo, su “ahí”, quiere decir en primer término: el mundo es “ahí”; su “ser ahí” es el “ser en”. Y éste es igualmente “ahí”, a saber, como aquello por mor de lo que es el “ser ahí”. En el “por mor de qué” es abierto el existente “ser en el mundo” en cuanto tal, “estado de abierto” que se llamó “comprender”. En el comprender el “por mor de qué” es co-abierta la significatividad que se funda en él. El “estado de abierto” del comprender abarca, en cuanto “estado de abierto” del “por mor de qué” y la significatividad, con igual originalidad el íntegro “ser en el mundo”. La significatividad es aquello sobre el fondo de lo que es abierto el mundo en cuanto tal. El “por mor de qué” y la significatividad son abiertos en el “ser ahí”, quiere decir: el “ser ahí” es un ente al que, en cuanto “ser en el mundo”, le va él mismo. El hombre se expresa en su existencia. Como venía diciendo somos precursores de lo que hacemos, pensamos, decimos etc., el ser-ahí que comprende exactamente estar en el mundo, es soluble ante el ente que condensa el recorrido del rumbo del ser humano. Heidegger lo definió como el modo de ser que consiste en realizar su propio ser, quiere decir que busca la propia característica de cada ser. 5. Husserl: naturalmente, hay una translación de la psicología a la validez de los objetos ideales, que no son individuales, que no son temporales, que no quedan afectados por la individualidad ni por las circunstancias de la realidad y que son simplemente algo que tiene validez. Y estos objetos ideales tienen una validez universal, no quedan afectados en modo alguno por las vicisitudes de lo real y tienen simplemente ese carácter de validez objetiva y universal. Entonces Husserl trata de describir justamente aquellos objetos que son objeto de conocimiento intuitivo, de conocimiento con evidencia, con una validez universal y que, repito, no quedan afectados. Las cosas reales quedan afectadas por el tiempo, tienen un carácter individual, tienen realidad, lo cual no tienen los objetos ideales. Sartre: al ser observados por otros, adquirimos nuestro ser objeto. Si bien el ser objeto nos degrada, respecto de nuestro ser sujeto, al mismo tiempo nos conforma. También somos objetos y lo somos gracias a la mediación de los demás. Todos necesitamos ser vistos como objetos. TEXTO II 1. El hombre no es aquello concreto hacia lo que se va, el hombre es lo concreto, de lo que se parte y lo concreto en lo que se permanece. Por la indefinición de la naturaleza humana se proclama su negación y por lo tanto su inexistencia. El hombre es lo concreto, es decir la existencia de un mundo, respecto a la naturaleza como no tiene aquella definición exacta se emplea conocimiento de que es un ser inexistente ya que se puede decir que el ser depende de aquella naturaleza, dependiente el ser humano de aquella naturaleza es aquel que se divide en dos, en su pensar y en su existir de un pensar, según esto puedo decir que cada ser humano depende de un alrededor el cual es un tanto imaginario puesto que de él viene esos pensamiento ya sean bueno o malos. La naturaleza tienen como principio un ser existente y ese que lo representa es el ente (ser humano)… asi como también el ser humano depende de esta naturaleza para definir lo que es realmente el ser concreto. 2. El hombre no “sufre” la angustia, ni siquiera la “padece”, sino que “es angustia”. La angustia para Sartre no es algo que venga al hombre desde el exterior, este es el sentido del “sufrir” y del “padecer”, sino que surge desde su interioridad, de la posibilidad de su acción. En este sentido la angustia se diferencia claramente del “miedo”. Se “sufre” y “padece” el miedo y “se es” angustia. El miedo es siempre algo exterior, la angustia, en cambio, es inmanente y es la consecuencia de tener que elegir, es la consecuencia de mi íntima responsabilidad porque no puedo dejar de obrar. La angustia, podemos decir, es el precio de la libertad, es su amargura, la tremenda amargura de la libertad: la de encontrarse sólo, ante sí, y tener que decidir sin recurrir a ninguna norma, a nadie ni a nada ajeno a mí, pues yo soy el único legislador. El hombre como angustia, surge de aquel sentimiento que lo manipula “El hombre es destinatario de sus sentimientos que abogan a su alma para mantenerlos en cubierta con el cuerpo”… la angustia es uno más de esos sentimientos, cada acto que realicemos, nos haremos la pregunta de que sí es bueno cause frenesís de felicidad, alegría, bondad etc., sin embargo sí es lo contrario el frenesís descubierto atribuirá a un alma condenada para vivir de apariencias y sugestiones de otros. Esto viene de afuera de nuestro exterior de responder a una pregunta la cual del pensamiento surge la inexorable angustia. Tenemos decisiones las cuales nos perturban días y noches para saber el cómo solucionarlas, es nuestra propia libertad, de aquella a las cuales hemos de recurrir sin ninguna norma en especifico. 3. Pienso yo que como sentimiento que manipula al hombre “angustia” donde somos una primicia que condena las decisiones dadas por nuestra mente, por esta razón algunos hombres intentan escapar de su propia construcción, de su propia libertad, huyen de sí mismos y de su propia existencia, llevan una existencia inautentica, se engañan buscando otro sentido a sus vidas en la religión o en otros valores, o incluso justificándose en sus propias pasiones. Esta conducta es para Sartre, una conducta de huída y de engaño, que califica de mala fe. El hombre como consecuencia de su alrededor al no apropiarse de ello, busca nuevos caminos que guíen de sus sendero a un rumbo futuro de malas o buenas condiciones, en nuestra mente llevamos solubles de esplendor al cual le llamo paroxismo del alma, donde se halla buscar el bien para cada uno, una construcción de emociones para el ser humano, la cual es para nosotros también un llamado engaño justo con significado propio. 4. La filosofía existencialista es una llamada a la existencia auténtica que es la conciencia de la libertad, la vida no tiene un sentido a priori, sino en la media que se va desarrollando y ejerciendo la libertad, la vida sólo tiene sentido como compromiso y acción en el mundo de las existencias de los otros, de la sociedad. Ésta es la buena fe. De la cual un hombre es creador de sí misma, teniendo y acudiendo a sus propios valores que contengan disciplina y ajuste propio para su vida. 5. La subjetividad sólo se reconoce en el marco de la intersubjetividad. La subjetividad que nosotros alcanzamos a titulo de verdad, nos ha dicho, no es una subjetividad rigurosamente individual, pues el cogito no sólo se descubre a sí mismo, sino también a los otros. El “yo” no es posible sin el “tú”. De esta manera, para obtener una verdad cualquiera sobre mí es necesario pasar por el otro. El otro, de esta forma, hace su aparición como realidad indispensable para mi propia existencia. El descubrimiento de mi intimidad me descubre, al mismo tiempo, al otro como una libertad puesta frente a mí y que no piensa y no quiere más que para mí o contra mí. Con esto, descubrimos la intersubjetividad, y será, precisamente en el mundo intersubjetivo, donde el hombre decida lo que él es y lo que son los demás. El hombre podrá nacer esclavo o libre, pero lo que no podrá obviar nunca es el “ser en el mundo”. Y, “ser en el mundo” es entre otras maneras, “ser entre” o “con otros” o “ante otros”. Pero de entre esas formas de “ser en el mundo”. Sartre sólo contempla una, la de “ser ante el otro” en el sentido de “enfrentado al otro” en la doble cara de dominio o sumisión. De ahí el conflicto de libertades. 6. He allí donde el hombre decide lo que es y lo que son los demás. Esto resulta un conflicto para nosotros mismos y para los demás, pues siempre nos fijaremos en la presencia oculta del otro, como enigma de agresión a ellos por la mirada y a nosotros por contemplarlo. Tal como parece nosotros vemos a un competidor en nuestras vidas algo intersubjetivo, pero de aquí viene un gran problema y es definirnos como perdidos en nuestro abrigo de designios de la perdida de la dignidad, de ello provenimos de la pérdida del sujeto para convertirnos en objeto suyo. Por último nos quedara plasmado en nuestro ser, dominar o ser dominados 7. Éste afirma que si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el cual la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de ser definido por algún concepto: este ser es el hombre, o como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa en este caso que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre ante todo existe, se encuentra, surge en el mundo, y que luego se define. El hombre, según la concepción existencialista, no es definible, en cuanto al principio no es nada. Será sólo después, y será como se habrá hecho. CONCLUSIONES: 1. Comprendimos exactamente la vida de aquellos autores que representaron el existencialismo como tal. 2. Cada pensamiento hallado por los autores del existencialismo, como Sartre, fue llevado a cada una de nuestras vidas; comparando y analizando el porqué de sus pensamientos, y que diferencia atribuye con los míos. 3. Se analizo reflexivamente cada una de sus posturas frente al ser, el ente o el humano, relacionando está filosofía con la que tenemos en la actualidad. 4. entendimos comprensivamente cada uno de los mensajes que reflejaba cada filósofo por medio de su constancia de escribir y la filosofía que indagaron hacia nosotros. “El creador surgió creando pensamientos, que sepultados dieron comienzo al entrever de un hecho real o imaginario”