LA NECESIDAD DE FORTALECER, DESDE LA ACADEMIA, LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA PARA LA EXPRESIÓN ESCRITA COMO PARTE DEL PROCESO DE FORMACIÓN INTEGRAL DE LA SOCIEDAD COSTARRICENSE M.Sc. María Rosa Solano Solano 1. Introducción En Costa Rica, la mayoría de los estudiantes universitarios enfrentan serios problemas al redactar documentos técnicos básicos de su quehacer, puesto que acusan serias debilidades en su competencia lingüística para cifrar y descifrar con coherencia y cohesión, mensajes escritos, adecuados tanto al objetivo del mensaje como a la situación comunicativa que lo genera. Lo mismo experimentan quienes ya están en el ejercicio profesional, pues enfrentan problemas para rendir informes escritos o interpretar textos importantes de su campo de trabajo y por supuesto que los equipos de trabajo y apoyo de estos profesionales también muestran la misma debilidad. 2. Realidad que se propone transformar esta propuesta Como consecuencia de esta deficiencia comunicativa de estudiantes y graduados universitarios, surgen en nuestra sociedad algunas prácticas comunes hoy: la creciente demanda de cursos, seminarios y talleres rápidos de redacción, la corrección estilística obligatoria de estudios universitarios y trabajos finales de graduación (tesinas y tesis de grado), la corrección filológica de los artículos científicos escritos por profesionales e investigadores como requisito previo para su publicación, la creación de manuales de estilo para crear textos elementales, la corrección de estilo de documentos académicos y empresariales. Esto deja constancia de que los autores producen textos difíciles de entender que, por su forma, pueden ser objeto de más de una interpretación. La necesidad de esta competencia lingüística es sentida por un amplio sector de la población nacional y se manifiesta en todos los niveles. Los profesores universitarios se muestran preocupados por la calidad de los trabajos escritos de los educandos a lo largo de toda la carrera universitaria y algunas investigaciones lingüísticas determinan las causas del problema. Esto le proporciona a la Universidad un campo de investigación e innovación de la labor docente para contribuir a la superación del problema fortaleciendo la competencia comunicativa para cifrar y descifrar mensajes escritos en cuatro áreas: I. Fortalecimiento de la competencia lingüística de niños y jóvenes mediante el replanteamiento del proceso de enseñanza aprendizaje de la comunicación escrita en el Sistema Educativo. II. Fortalecimiento de la competencia lingüística de todos los estudiantes universitarios, mediante la formación lingüística para la creación e interpretación eficiente de textos, independientemente de la disciplina y la carrera que cursen. III. Fortalecimiento de la competencia lingüística de los graduados universitarios egresados antes de implementar el proceso formador al que se refiere el punto 2. IV. Fortalecimiento de la competencia lingüística de los individuos y sectores sociales que lo demanden, como parte de la acción social y la investigación universitaria. 3. Propuesta de transformación I. Fortalecimiento de la competencia lingüística de niños y jóvenes Al analizar la competencia lingüística de la niñez y la juventud para la expresión escrita, se debe considerar como primera razón de la debilidad el hecho de que el Sistema Educativo costarricense no promueve, en materia lingüística, una actividad pedagógica que efectivamente lleve al educando a conocer la lengua como un objeto real, un instrumento de valioso potencial para establecer y desarrollar una de las actividades humanas más importantes del ser humano: la comunicación. Así lo señala la investigación titulada Problemas de expresión escrita del estudiante universitario costarricense (Ana María Rodino y Ronald Ross, 2001), quienes proponen que para lograr una actividad pedagógica eficaz, formadora de usuarios efectivos de la lengua española para la expresión oral y escrita caracterizada por la participación, la operatividad, la criticidad y la creatividad, la teoría lingüística y la teoría de la enseñanza, el proceso formador debe entenderse como un proceso cabal de comunicación que defiende la participación activa, crítica y creativa del educando en el proceso de creación y desciframiento de mensajes. Por tanto, los autores citados plantean nuevos roles para los educadores, que superen la función de dispensadores pasivos de conocimientos absolutos y estáticos construidos de antemano, para convertirse en coparticipantes y promotores de un proceso bidireccional y dialéctico, que genere y transmita conocimientos y derive en un educando capaz de investigar, por sí mismo, su lengua y de operar adecuadamente con ella para cifrar mensajes con claridad. Esta posición cobra relevancia, por tratarse de la enseñanza-aprendizaje de la lengua, objeto del conocimiento esencialmente dinámico y cambiante que los individuos requieren para la interacción cotidiana eficaz. La sociedad integrada por individuos formados dentro del nuevo paradigma propuesto por estos lingüistas podrá exigirles a sus individuos observar y registrar las diversas variedades de su código lingüístico, analizar las estructuras morfosintácticas que conforman los mensajes y reflexionar sobre ellas en cuanto al grado de formalidad y la objetividad o subjetividad que reconocen en los textos. También podrán investigar las variedades geográficas, sociales y funcionales de la lengua en su comunidad hispanohablante. Como la Universidad representa el nivel superior del conocimiento científico, debe asumir mayor responsabilidad social en el fortalecimiento de la competencia lingüística del costarricense para la expresión escrita. Lógicamente esto la convierte en el líder idóneo para plantear, mediante la investigación pedagógica y lingüística, soluciones integrales para el problema de la falta de competencia de la población universitaria y profesional, a fin de establecer una eficaz más eficaz en todos los ámbitos de la sociedad. Consecuentemente, corresponde a la Universidad la tarea de asesorar el replanteamiento de la educación nacional en materia lingüística, a fin de suplir una nueva formación a los niños y los jóvenes, es decir, a las futuras generaciones de universitarios y profesionales, tarea que, según Rodino y Ross, implica emprender acciones docentes como las siguientes: 1. Mejorar la formación académica del docente de lengua materna, mediante la revisión crítica de los planes y programas de los profesorados de lengua, con el propósito de fortalecer sus bases teóricas de pedagogía y lingüística. 2. Orientar adecuadamente la práctica docente del maestro o profesor de lengua materna, a fin de que en todo momento guíe la investigación del complejo fenómeno del lenguaje y entrene de manera práctica al alumno en las destrezas lingüísticas. Esto demanda una actitud más comprensiva hacia el educando, una atención más individualizada, acorde con las necesidades particulares previamente diagnosticadas, procesos de evaluación capaces de detectar oportunamente problemas individuales y grupales. 3. Promover la creatividad para resolver los problemas detectados, mediante la estimulación y ejercitación de actividades lingüísticas con diversos grados de complejidad y más o menos frecuentes en la realidad cotidiana del alumno. 4. Analizar diversos modelos de textos de reconocida calidad lingüística, tanto literarios como no literarios. 5. Corregir los productos lingüísticos del alumno en forma individual y fundamentada, y emitir sugerencias específicas tendientes al mejoramiento de la expresión oral o escrita. Además, orientar la reelaboración de los productos lingüísticos defectuosos y volver a evaluarlos comparándolos con el primer intento. 6. Promover la participación colectiva en el análisis y la evaluación de textos (mensajes) escritos en el aula. 7. Capacitar a los docentes de todas las especialidades y niveles educativos en el conocimiento de la comunicación humana, del español como lengua materna y de los problemas propios de su enseñanza. 8. Programar nuevas instancias académicas para enseñar el español como L2, para universitarios nacionales( hablantes nativos de lenguas indígenas costarricenses –bribris, guaimíes, cabécares-) y para extranjeros que también requieran aprenderlo. 9. Diseñar, producir y editar textos y materiales innovadores para la enseñanza de la lengua española en todos los niveles del sistema educativo sobre las nuevas bases teóricas lingüísticas y pedagógicas. 10. Promover más la investigación sobre los aspectos teóricos y metodológicos de la enseñanza de la lengua española mediante el análisis y la producción dirigida de textos 11. Diseñar e implementar nuevos modelos de evaluación lingüística capaces de medir la competencia lingüística real del alumno, es decir, su eficacia comunicativa. 12. Diseñar propuestas remediales para quienes egresan de un nivel educativo con una evidente incompetencia lingüística. Estas propuestas deben responder a las dificultades detectadas y deben fundamentarse en bases teóricas lingüísticas y pedagógicas reconocidas. Por tanto, se propone: 1. Desarrollar, en la carrera de formación docente de la Escuela de Educación de la UCR, una innovación de sus programas, de conformidad con la propuesta de los lingüistas Rodino y Ross y los planteamientos de Daniel Cassany, de modo que el educador tenga una nueva perspectiva del proceso de enseñanza aprendizaje de la expresión escrita y no se limite a transmitir un marco exclusivamente normativo, mediante la memorización de listas de morfemas y reglas para su uso correcto primero en las construcciones sintácticas propias del español y después en eventuales textos. El proceso formativo de producción textual propuesto debe ser integral, dinámico y práctico; debe conducir al ordenamiento escrito del pensamiento, considerando el lenguaje como su materia prima; debe concienciar al educando de la importancia del tono y el estilo del mensaje escrito. 2. Revisar desde la Academia, todos los programas educativos vigentes para el primero y segundo ciclos y el ciclo diversificado, así como la metodología docente empleada en ese proceso de enseñanzaaprendizaje, con el fin de proponerle al ministerio de Educación Pública (MEP), las adecuaciones necesarias para adecuarlos a esta nueva visión de la competencia lingüística para la expresión escrita en el Sistema Educativo. El resultado de implementar la propuesta en esta área será un educando creativo y crítico, capaz de analizar, en primer lugar, el objetivo del mensaje que pretende crear; la mejor manera de hacerlo llegar a su receptor real, la estructura más conveniente del mensaje, según la situación comunicativa a la que responde; la selección y jerarquización de las ideas que lo conforman, la claridad de la exposición y, finalmente, la revisión del texto tanto en su forma como en su contenido. Al ejercitarse el alumno de modo sistemático en este proceso, a lo largo de todos los niveles del Sistema Educativo, se convierte poco a poco en una persona autocrítica, capaz de generar su propio conocimiento. II. Fortalecimiento de la competencia lingüística de todos los estudiantes universitarios Ante la debilidad tan generalizada de la competencia para expresarse por escrito, la Educación Superior puede crear también un sistema, accesible para todos los estudiantes universitarios, que, como parte de su formación profesional, les permita fortalecer de manera efectiva esta competencia lingüística, puesto que prácticamente no existe ninguna disciplina exenta de la obligación de expresarse clara y coherentemente por escrito, con adecuación a la situación comunicativa y en función del receptor implícito del mensaje escrito (lector). Así por ejemplo, la obligación de saber crear informes técnicos la tienen tanto el médico, que redacta una epicrisis, como el abogado que redacta resoluciones y sentencias, el geólogo que redacta informes, el auditor que redacta informes de auditoría forense o el politólogo, que reporta el diseño, avance o desarrollo de una política social. La falta de la competencia lingüística para expresarse por escrito puede provocar que un informe ineficaz e ineficiente por su forma o por su contenido no refleje a cabalidad la naturaleza, el alcance ni la magnitud de una investigación o la realidad respecto del criterio, la condición, la causa y el efecto de cada uno de los hallazgos. Para lograr una efectiva respuesta de la Universidad ante esta realidad nacional se propone: 1. Partir de un diagnóstico y, con base en las necesidades reales de la población, ofrecer debe darse en dos momentos cruciales de la formación universitaria. 2. Crear un programa teórico-práctico en el ciclo de Humanidades, para que quienes ingresan a la Educación Superior aprendan los principios y fundamentos generales de la expresión escrita: cohesión, coherencia y adecuación, la complejidad de la escritura, las clases de textos existentes (textos formales y textos informales, textos objetivos y textos subjetivos, textos generales y textos específicos, importancia de la estructura del textos, el componente morfosintáctico del texto, el componente léxico del texto y el componente discursivo del texto. 3. Ofrecer, posteriormente, como parte en cada programa de cada carrera, un programa de redacción técnica propio de la escuela, de modo que el alumno analice y produzca con coherencia, cohesión y adecuación, textos propios de su ámbito profesional, y ponga en práctica, además, los principios generales y fundamentos para la creación de artículos científicos, ensayos y otros trabajos escritos publicables, lo cual le abre la oportunidad de divulgar sus propias investigaciones. Esto puede iniciarse creando un adecuado plan piloto. III. Fortalecimiento de la competencia lingüística de los graduados universitarios Ante la necesidad de fortalecer la competencia lingüística de los graduados universitarios para expresarse en forma escrita, se debe tener presente que la Universidad, asume el compromiso de permanecer a la disposición de sus graduados cuando requieran actualizar o refrescar conocimientos, o bien, adquirir las nuevas bases teóricas, epistemológicas y metodológicas surgidas en la Academia. Por tanto, se propone ofrecer, desde la Academia, soluciones a esta población, mediante la implementación de programas teórico-prácticos de expresión escrita en tres vías: 1. Brindar asesoramiento directo a los departamentos de Desarrollo Profesional o Recursos Humanos de las instituciones o de los colegios profesionales para que evalúen esta competencia lingüística en sus funcionarios y, a través de los programas de Educación Continua de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura, asesorarlos en el diseño de programas efectivos de formación por competencias propios, creados para responder a las necesidades evidentes de la institución de que se trate. 2. Permitir el acceso de profesionales de cada ramo al respectivo programa de enseñanza de la expresión escrita que cada escuela universitaria diseñe para ejercitar a sus estudiantes en la redacción eficaz de textos propios de su ámbito profesional. 3. Además, si alguna institución lo requiere, la Universidad puede asumir el rol de orientadora y guía del trabajo de investigación tendiente a crear un manual de estilo para la redacción de los principales textos de la institución, a fin de que sus funcionarios mismos definan las normas mínimas de forma por las que se va a regir su trabajo escrito, de modo que resulte claro, conciso, integral, pertinente y adecuado según la norma académica. IV. Fortalecimiento de la competencia lingüística de los individuos y sectores sociales como parte de la acción social y la investigación universitaria La Escuela de Filología, Lingüística y Literatura de la Universidad de Costa Rica se ha integrado al Programa de Educación Continua de la Fundación de la Universidad de Costa Rica para la Investigación Fundevi, a fin de enriquecer la oferta de servicios para la venta y, por tanto orece desde hace varios años, una serie de cursos generales de lingüística aplicada en los tres períodos lectivos universitarios: primer período en el mes de febrero, segundo período julio – agosto, y tercer período noviembre- diciembre. Los cursos, que gozan de gran demanda son los siguientes: Redacción y Ortografía I Redacción y Ortografía II Expresión Oral I Expresión Oral II Redacción de Informes Técnicos Corrección de Estilo (Curso de especialización para filólogos) Redacción de artículos científicos Taller de Redacción Redacción de Trabajos Finales de Graduación Los asistentes son personas mayores de dieciocho años, interesadas en elevar su competencia lingüística comunicativa, que ejercen diversas profesiones u oficios. Los cursos son de aprovechamiento y al final otorgan a quienes ganan las calificaciones mínimas requeridas, un certificado universitario por el número de horas de cada curso. Los grupos son bastante heterogéneos y ello permite generar experiencias interdisciplinarias enriquecedoras. En esta área se propone: Diversificar y reestructurar la oferta de cursos de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura de la Universidad de Costa Rica como parte de los programas de Educación Continua de la Fundación de Fundevi, de manera que posean una estructura modular más práctica y logren más fácilmente la optimización de esta competencia en los participantes. 4. Conclusión Así, esta propuesta para fortalecer la competencia lingüística en los costarricenses abarca, en efecto todas las áreas contempladas y, sin duda alguna, impulsa al fortalecimiento de la Universidad y potencia su contribución a una formación más efectiva del costarricense, a la generación de una sociedad más empoderada hacia la comunicación, una sociedad que replantee sus paradigmas de desarrollo de las destrezas y habilidades fundamentales para comunicarse: la lectura y la escritura, el ciframiento y el desciframiento de mensajes escritos, con la firme convicción de que una mejor competencia lingüística genera ciudadanos más activos, críticos y propositivos, más conscientes del valor de la palabra escrita y del compromiso que ella representa. BIBLIOGRAFÍA Rodino, Ana María & Ross L. Ronald (2001).Problemas de expresión escrita del estudiante universitario costarricense: un estudio de lingüística aplicada. San José, Costa Rica: Editorial EUNED.