CUESTIONARIO 11 CUARTO PERÍODO LENGUA CASTELLANA LEE EL SIGUIENTE FRAGMENTO CANTO IV Rompió el profundo sueño de mi mente un gran trueno, de modo que cual hombre que a la fuerza despierta, me repuse; la vista recobrada volví en torno ya puesto en pie, mirando fijamente, pues quería saber en dónde estaba. En verdad que me hallaba justo al borde del valle del abismo doloroso, que atronaba con gemidos infinitos. Oscuro y hondo era y nebuloso, de modo que, aun mirando fijo al fondo, no distinguía allí cosa ninguna. «Descendamos ahora al ciego mundo --dijo el poeta todo amortecido-: yo iré primero y tú vendrás detrás.» Y al darme cuenta yo de su color, dije: « ¿Cómo he de ir si tú te asustas, y tú a mis dudas sueles dar consuelo?» Y me dijo: «La angustia de las gentes que están aquí en el rostro me ha pintado la lástima que tú piensas que es miedo. Vamos, que larga ruta nos espera.» Así me dijo, y así me hizo entrar al primer cerco que el abismo ciñe. Allí, según lo que escuchar yo pude, llanto no había, mas suspiros sólo, que al aire eterno le hacían temblar. Lo causaba la pena sin tormento que sufría una grande muchedumbre de mujeres, de niños y de hombres. El buen Maestro a mí: «¿No me preguntas qué espíritus son estos que estás viendo? Quiero que sepas, antes de seguir, que no pecaron: y aunque tengan méritos, no basta, pues están sin el bautismo, donde la fe en que crees principio tiene. Al cristianismo fueron anteriores, y a Dios debidamente no adoraron: a éstos tales yo mismo pertenezco. Por tal defecto, no por otra culpa, perdidos somos, y es nuestra condena vivir sin esperanza en el deseo.» Sentí en el corazón una gran pena, puesto que gentes de mucho valor vi que en el limbo estaba suspendidos. «Dime, maestro, dime, mi señor -yo comencé por querer estar cierto de aquella fe que vence la ignorancia-: ¿salió alguno de aquí, que por sus méritos o los de otro, se hiciera luego santo?» Y éste, que comprendió mi hablar cubierto, respondió: «Yo era nuevo en este estado, cuando vi aquí bajar a un poderoso, coronado con signos de victoria. Sacó la sombra del padre primero, y las de Abel, su hijo, y de Noé, del legista Moisés, el obediente; del patriarca Abraham, del rey David, a Israel con sus hijos y su padre, y con Raquel, por la que tanto hizo, y de otros muchos; y les hizo santos; y debes de saber que antes de eso, ni un espíritu humano se salvaba.» No dejamos de andar porque él hablase, mas aún por la selva caminábamos, la selva, digo, de almas apiñadas No estábamos aún muy alejados del sitio en que dormí, cuando vi un fuego, que al fúnebre hemisferio derrotaba. Aún nos encontrábamos distantes, mas no tanto que en parte yo no viese cuán digna gente estaba en aquel sitio. «Oh tú que honoras toda ciencia y arte, éstos ¿quién son, que tal grandeza tienen, que de todos los otros les separa?» Y respondió: «Su honrosa nombradía, que allí en tu mundo sigue resonando gracia adquiere del cielo y recompensa.» Entre tanto una voz pude escuchar: «Honremos al altísimo poeta; vuelve su sombra, que marchado había.» Cuando estuvo la voz quieta y callada, vi cuatro grandes sombras que venían: ni triste, ni feliz era su rostro. El buen maestro comenzó a decirme: «Fíjate en ése con la espada en mano, que como el jefe va delante de ellos: Es Homero, el mayor de los poetas; el satírico Horacio luego viene; tercero, Ovidio; y último, Lucano. Y aunque a todos igual que a mí les cuadra el nombre que sonó en aquella voz, me hacen honor, y con esto hacen bien.» Así reunida vi a la escuela bella de aquel señor del altísimo canto, que sobre el resto cual águila vuela. Después de haber hablado un rato entre ellos, con gesto favorable me miraron: y mi maestro, en tanto, sonreía. Y todavía aún más honor me hicieron porque me condujeron en su hilera, siendo yo el sexto entre tan grandes sabios. Así anduvimos hasta aquella luz, hablando cosas que callar es bueno, tal como era el hablarlas allí mismo. Al pie llegamos de un castillo noble, siete veces cercado de altos muros, guardado entorno por un bello arroyo. Lo cruzamos igual que tierra firme; crucé por siete puertas con los sabios: hasta llegar a un prado fresco y verde. Gente había con ojos graves, lentos, con gran autoridad en su semblante: hablaban poco, con voces suaves. Nos apartamos a uno de los lados, en un claro lugar alto y abierto, tal que ver se podían todos ellos. Erguido allí sobre el esmalte verde, las magnas sombras fuéronme mostradas, que de placer me colma haberlas visto. A Electra vi con muchos compañeros, y entre ellos conocí a Héctor y a Eneas, y armado a César, con ojos de ave de rapiña. Vi a Pantasilea y a Camila, y al rey Latino vi por la otra parte, que se sentaba con su hija Lavinia. Vi a Bruto, aquel que destronó a Tarquino, a Cornelia, a Lucrecia, a Julia, a Marcia; y a Saladino vi, que estaba solo; y al levantar un poco más la vista, vi al maestro de todos los que saben, sentado en filosófica familia. Todos le miran, todos le dan honra: y a Sócrates, que al lado de Platón, están más cerca de él que los restantes; Demócrito, que el mundo pone en duda, Anaxágoras, Tales y Diógenes, Empédocles, Heráclito y Zenón; y al que las plantas observó con tino, Dioscórides, digo; y via Orfeo, Tulio, Livio y al moralista Séneca; al geómetra Euclides, Tolomeo, Hipócrates, Galeno y Avicena, y a Averroes que hizo el «Comentario». No puedo detallar de todos ellos, porque así me encadena el largo tema, que dicho y hecho no se corresponden. El grupo de los seis se partió en dos: por otra senda me llevó mi guía, de la quietud al aire tembloroso y llegué a un sitio en donde nada luce. CANTO V Así bajé del círculo primero al segundo que menos lugar ciñe, y tanto más dolor, que al llanto mueve. Allí el horrible Minos rechinaba. A la entrada examina los pecados; juzga y ordena según se relíe. Digo que cuando un alma mal nacida llega delante, todo lo confiesa; y aquel conocedor de los pecados ve el lugar del infierno que merece: tantas veces se ciñe con la cola, cuantos grados él quiere que sea echada. Siempre delante de él se encuentran muchos; van esperando cada uno su juicio, hablan y escuchan, después las arrojan. «Oh tú que vienes al doloso albergue -me dijo Minos en cuanto me vio, dejando el acto de tan alto oficio-; mira cómo entras y de quién te fías: no te engañe la anchura de la entrada.» Y mi pregunta: «¿Por qué le gritas tanto? No le entorpezcas su fatal camino; así se quiso allí donde se puede lo que se quiere, y más no me preguntes.» Ahora comienzan las dolientes notas a hacérseme sentir; y llego entonces allí donde un gran llanto me golpea. Llegué a un lugar de todas luces mudo, que mugía cual mar en la tormenta, si los vientos contrarios le combaten. La borrasca infernal, que nunca cesa, en su rapiña lleva a los espíritus; volviendo y golpeando les acosa. Cuando llegan delante de la ruina, allí los gritos, el llanto, el lamento; allí blasfeman del poder divino. Comprendí que a tal clase de martirio los lujuriosos eran condenados, que la razón someten al deseo. Y cual los estorninos forman de alas en invierno bandada larga y prieta, así aquel viento a los malos espiritus: arriba, abajo, acá y allí les lleva; y ninguna esperanza les conforta, no de descanso, mas de menor pena. Y cual las grullas cantando sus lays largas hileras hacen en el aire, así las vi venir lanzando ayes, a las sombras llevadas por el viento. Y yo dije: «Maestro, quién son esas gentes que el aire negro así castiga?» «La primera de la que las noticias quieres saber --me dijo aquel entoncesfue emperatriz sobre muchos idiomas. Se inclinó tanto al vicio de lujuria, que la lascivia licitó en sus leyes, para ocultar el asco al que era dada: Semíramis es ella, de quien dicen que sucediera a Nino y fue su esposa: mandó en la tierra que el sultán gobierna. Se mató aquella otra, enamorada, traicionando el recuerdo de Siqueo; la que sigue es Cleopatra lujuriosa. A Elena ve, por la que tanta víctima el tiempo se llevó, y ve al gran Aquiles que por Amor al cabo combatiera; ve a Paris, a Tristán.» Y a más de mil sombras me señaló, y me nombró, a dedo, que Amor de nuestra vida les privara. Y después de escuchar a mi maestro nombrar a antiguas damas y caudillos, les tuve pena, y casi me desmayo. Yo comencé: «Poeta, muy gustoso hablaría a esos dos que vienen juntos y parecen al viento tan ligeros.» Y él a mí: «Los verás cuando ya estén más cerca de nosotros; si les ruegas en nombre de su amor, ellos vendrán.» Tan pronto como el viento allí los trajo alcé la voz: «Oh almas afanadas, hablad, si no os lo impiden, con nosotros.» Tal palomas llamadas del deseo, al dulce nido con el ala alzada, van por el viento del querer llevadas, ambos dejaron el grupo de Dido y en el aire malsano se acercaron, tan fuerte fue mi grito afectuoso: «Oh criatura graciosa y compasiva que nos visitas por el aire perso a nosotras que el mundo ensangrentamos; si el Rey del Mundo fuese nuestro amigo rogaríamos de él tu salvación, ya que te apiada nuestro mal perverso. De lo que oír o lo que hablar os guste, nosotros oiremos y hablaremos mientras que el viento, como ahora, calle. La tierra en que nací está situada en la Marina donde el Po desciende y con sus afluentes se reúne. Amor, que al noble corazón se agarra, a éste prendió de la bella persona que me quitaron; aún me ofende el modo. Amor, que a todo amado a amar le obliga, prendió por éste en mí pasión tan fuerte que, como ves, aún no me abandona. El Amor nos condujo a morir juntos, y a aquel que nos mató Caína espera.» Estas palabras ellos nos dijeron. Cuando escuché a las almas doloridas bajé el rostro y tan bajo lo tenía, que el poeta me dijo al fin: «¿Qué piensas?» Al responderle comencé: «Qué pena, cuánto dulce pensar, cuánto deseo, a éstos condujo a paso tan dañoso.» Después me volví a ellos y les dije, y comencé: «Francesca, tus pesares llorar me hacen triste y compasivo; dime, en la edad de los dulces suspiros ¿cómo o por qué el Amor os concedió que conocieses tan turbios deseos?» Y repuso: «Ningún dolor más grande que el de acordarse del tiempo dichoso en la desgracia; y tu guía lo sabe. Mas si saber la primera raíz de nuestro amor deseas de tal modo, hablaré como aquel que llora y habla: Leíamos un día por deleite, cómo hería el amor a Lanzarote; solos los dos y sin recelo alguno. Muchas veces los ojos suspendieron la lectura, y el rostro emblanquecía, pero tan sólo nos venció un pasaje. Al leer que la risa deseada era besada por tan gran amante, éste, que de mí nunca ha de apartarse, la boca me besó, todo él temblando. Galeotto fue el libro y quien lo hizo; no seguimos leyendo ya ese día.» Y mientras un espiritu así hablaba, lloraba el otro, tal que de piedad desfallecí como si me muriese; y caí como un cuerpo muerto cae. El anterior fragmento hace parte de la obra de Dante Alighieri en el que se hace una síntesis de pensamiento político y religioso de la época medieval. Dante escribió el texto considerado el poema épico más grande de la literatura italiana, entre 1307 y 1321, en él se describe la situación de las almas en el infierno, desde el purgatorio hasta llegar al paraíso. Dante, en su viaje por el infierno y el purgatorio es acompañado por el poeta Virgilio y, posteriormente, en el paraíso es acompañado por Beatriz. A lo largo de este viaje, el autor describirá la situación de diversos personajes de la historia de la humanidad y la suerte que ha merecido por su comportamiento en esta vida. El libro fue llamado Comedia pues, de acuerdo con la definición clásica, las tragedias no podían tener un final feliz, como ocurre con esta obra. 1. Averigua el significado de las palabras: Erguido, estorninos, amortecido, satírico, tino, ciñe, borrasca, lascivia. 2. La expresión Y todavía aún más honor me hicieron /porque me condujeron en su hilera, significa: ________________________________________________________________________________________________________ 3. Escribe V o F si la afirmación es Verdadera o falsa. A. Al primer círculo son enviados quienes se dejaron llevar por la lujuria. (___) B. Quienes están en el primer círculo tienen méritos pero no fueron bautizados (___) C. En el segundo círculo están todos aquellos que se interesaron por la poesía (___) 4. Describe la situación de los cantos. WILLIAM SHAKESPEARE (GRAN BRETAÑA 1564- 1616) Poeta y autor teatral inglés, considerado generalmente como uno de los mejores dramaturgos de la literatura universal. Resulta imposible llevar a cabo una exposición completa de la vida del celebrado autor inglés, pues existen en torno a ella numerosas suposiciones y muy pocos datos comprobados. Se mantiene tradicionalmente que nació el 23 de abril de 1564, y se sabe a ciencia cierta que fue bautizado al día siguiente, en Stratford-upon-Avon, Warwickshire. Tercero de ocho hermanos, fue el primer hijo varón de un próspero comerciante, y de Mary Arden, hija a su vez de un terrateniente católico. Probablemente, estudió en la escuela de su localidad y, como primogénito varón, estaba destinado a suceder a su padre al frente de sus negocios. Sin embargo, según un testimonio de la época, el joven Shakespeare hubo de comenzar a trabajar como aprendiz de carnicero, por la difícil situación económica que atravesaba su padre. Según otro testimonio, se convirtió en maestro de escuela. Lo que sí parece claro es que debió disfrutar de bastante tiempo libre durante su adolescencia, pues en sus obras aparecen numerosas y eruditas referencias sobre la caza con y sin halcones, algo poco habitual entre sus contemporáneos. En 1582 se casó con Anne Hathaway, hija de un granjero, con la que tuvo una hija, Susanna, en 1583, y dos mellizos —un niño, que murió a los 11 años de edad, y una niña— en 1585. Al parecer, hubo de abandonar Stratford al sorprenderlo cazando ilegalmente en las propiedades de sir Thomas Lucy, el juez de paz de la ciudad. Se supone que llegó a Londres hacia 1588 y, cuatro años más tarde, ya había logrado un notable éxito como dramaturgo y actor teatral. Muy poco después, consiguió el mecenazgo de Henry Wriothesley, tercer conde de Southampton. La publicación de dos poemas eróticos según la moda de la época, Venus y Adonis (1593) y La violación de Lucrecia (1594), y de sus Sonetos (editados en 1609 pero que habían estado circulando en forma de manuscrito desde bastante tiempo atrás) le valieron la reputación de brillante poeta renacentista. Los Sonetos describen la devoción de un personaje que a menudo ha sido identificado con el propio poeta, hacia un atractivo joven cuya belleza y virtud admira, y hacia una oscura y misteriosa dama de la que el poeta está encaprichado. El joven se siente a su vez irresistiblemente atraído por la dama, con lo cual se cierra un triángulo, descrito por el poeta con una apasionada intensidad que, no obstante, no llega a alcanzar los extremos de sus tragedias, sino que, más bien, tiende al refinamiento en el análisis de los sentimientos de los personajes. De hecho, la reputación actual de Shakespeare se basa, sobre todo, en las 38 obras teatrales de las que se tienen indicios de su participación, bien porque las escribiera, modificara o colaborara en su redacción. Aunque hoy son muy conocidas y apreciadas, sus contemporáneos de mayor nivel cultural las rechazaron, por considerarlas, como al resto del teatro, tan sólo un vulgar entretenimiento. La vida profesional de Shakespeare en Londres estuvo marcada por una serie de arreglos financieros que le permitieron compartir los beneficios de la compañía teatral en la que actuaba, la Chamberlain’s Men, más tarde llamada King’s Men, y de los dos teatros que ésta poseía, The Globe y Blackfriars. Sus obras fueron representadas en la corte de la reina Isabel I y del rey Jacobo I con mayor frecuencia que las de sus contemporáneos, y se tiene constancia de que sólo en una ocasión estuvo a punto de perder el favor real. Fue en 1599 cuando su compañía representó la obras de la deposición y el asesinato del rey Ricardo II, a petición de un grupo de cortesanos que conspiraban contra la reina Isabel, encabezado por un ex-favorito de la reina, Robert Devereux, y por el conde de Southampton, aunque en la investigación que siguió al hecho, la compañía teatral quedó absuelta de toda complicidad. A partir del año 1608, la producción dramática de Shakespeare decreció considerablemente, pues al parecer se estableció en su ciudad natal, Stratford, donde compró una casa llamada New Place. Murió el 23 de abril de 1616 y fue enterrado en la iglesia de Stratford. Su carrera literaria se suele dividir en cuatro periodos: 1) antes de 1594; 2) entre 1594 y 1600; 3) entre 1600 y 1608 y 4) desde 1608. Sus primeras obras fueron dramas que tenían como trasfondo los enfrentamientos civiles en la Inglaterra del siglo XV. Estas obras, Enrique VI (1592) y Ricardo III (1593), tratan de las funestas consecuencias que para el país tuvo la falta de un liderazgo fuerte y de un proyecto nacional, debido al egoísmo de los políticos de la época. Tito Andrónico (1594), una tragedia poblada de justas venganzas, que posee una puesta en escena extremadamente detallista. Comedias como La comedia de los equívocos (1592), una divertida farsa que, imitando el estilo de la comedia clásica romana, basa su interés en los errores de identidad que provocan dos parejas de gemelos y los equívocos que se producen respecto al amor y a la guerra; La doma de la bravía (1593), Los dos hidalgos de Verona (1594) y Trabajos de amor perdidos (1594). En el segundo periodo marcado por una profundización en su individualidad como autor teatral, escribió algunas de sus obras más importantes relacionadas con la historia inglesa y las denominadas comedias alegres, así como dos de sus mejores tragedias. Ricardo II (1595), Enrique IV (1597) y Enrique V (1598), que cubren un periodo de tiempo inmediatamente anterior al de su Enrique VI. Entre las comedias de este periodo sobresale Sueño de una noche de verano (1595), El mercader de Venecia (1596), Mucho ruido y pocas nueces (1599), Como gustéis (1600), Noche de Epifanía (1600) y Las alegres casadas de Windsor (1599). Dos grandes tragedias, muy distintas entre sí por su naturaleza, marcan el comienzo y el final de este segundo periodo, Romeo y Julieta (1595) y Julio César (1599). En el tercer periodo el dramaturgo inglés escribió sus mejores tragedias y las llamadas comedias oscuras o amargas. Hamlet (1601), su obra más universal, Otelo, el moro de Venecia (1604), El rey Lear (1605), Antonio y Cleopatra (1606), Macbeth (1606), Troilo y Cressida (1602), Coriolano (1608) y Timón de Atenas (1608). Las dos comedias de este periodo son también algo oscuras, A buen fin no hay mal principio (1602) y Medida por medida (1604) tienen en común, además, el hecho de cuestionar la moral oficial. Finalmente el cuarto periodo comprende las principales tragicomedias románticas, Pericles, príncipe de Tiro (1608), Cimbelino (1610), El cuento de invierno (1610), La tempestad (1611), el drama histórico Enrique VIII (1613) y Los dos nobles caballeros (1613), la historia de dos jóvenes caballeros enamorados de una dama, atribuidas a Shakespeare, parecen ser más bien fruto de su colaboración con John Fletcher. Hasta el siglo XVIII, Shakespeare fue considerado únicamente como un genio difícil. Del siglo XIX en adelante, sus obras han recibido el reconocimiento que merecen en el mundo entero. Casi todas sus obras continúan hoy representándose y son fuente de inspiración para numerosos experimentos teatrales, pues comunican un profundo conocimiento de la naturaleza humana, ejemplificado en la perfecta caracterización de sus variadísimos personajes. Su habilidad en el uso del lenguaje poético y de los recursos dramáticos, capaz de crear una unidad estética a partir de una multiplicidad de expresiones y acciones, no tiene par dentro de la literatura universal. Autores teatrales ingleses posteriores, como John Webster, Philip Masinger y John Ford tomaron prestadas ideas de sus obras, y su influencia en los autores de la restauración, en especial sobre John Dryden, William Congreve y Thomas Otway resulta más que evidente. 5. 6. 7. 8. ¿Cuál es la importancia de Shakespeare en la literatura moderna? ¿cuáles fueron sus aportes? ¿Qué género literario prevaleció con mayor fuerza en la literatura de Shakespeare? ¿Cuáles aspectos de la vida de Shakespeare te llamaron la atención? Justifica tu respuesta. TARTUFO DE MOLIERE Esta humorística e irónica comedia en verso se divide en cinco actos. Es una sátira contra los hipócritas: su protagonista, Tartufo, es un intrigante que finge ser buena persona y se aprovecha de la bondadosa necedad de Orgón, cabeza de una rica familia, para imponer su voluntad en su casa y alzarse con su fortuna. La exagerada devoción de Orgón por Tartufo Tartufo se ha ganado la confianza de Orgón, por lo que frecuenta su casa. Sin embargo, los otros miembros de la familia (Elmira, su segunda mujer, Cleanto, el hermano de esta, Damis y Mariana, hijos del primer matrimonio de Orgón, y Dorina, la doncella de Mariana) lo detestan. Tartufo, con su hipocresía, tiene obnubilado a Orgón, el cual solo tiene ojos para él: ORGÓN.–Permitidme que, para disipar preocupaciones, me informe un poco de las últimas nuevas de por aquí. (A Dorina.) ¿Todo ha ido bien en estos días que he estado fuera? ¿Cómo están todos? se comió dos perdices, con la mitad de una pierna hecha picadillo. DORINA.–La señora tuvo ayer una calentura que le duró hasta el amanecer y una jaqueca que no os podéis imaginar. DORINA.–El ama pasó la noche sin poder pegar ojo. Con unos sofocos que le entraron no pudo dormir: hasta el amanecer hubimos de velar a su lado. ORGÓN.–¡Qué alma de Dios! ORGÓN.–¿Y Tartufo? ORGÓN.–¿Y Tartufo? DORINA.–¿Tartufo? A las mil maravillas. Gordo y rollizo, reluciente, colorados los labios… ORGÓN.–¡Qué alma de Dios! DORINA.–Al caer la noche el ama tuvo unas fuertes náuseas y no pudo en la cena probar bocado, pues le duraba todavía el fuerte dolor de cabeza. DORINA.–Ganado por un sueño dulcísimo pasó a su alcoba nada más levantarse de la mesa. Se metió al punto en su lecho, bien calentito, y allí… sin rechistar, hasta la mañana siguiente. ORGÓN.–¡Qué alma de Dios! ORGÓN.–¿Y Tartufo? DORINA.–Al final, convencida por nuestras razones, se resolvió a la sangría y el alivio fue casi inmediato. DORINA.–Cenó él solito, delante de ella y con mucha devoción ORGÓN.–¿Y Tartufo? 9. Describe la situación del fragmento 10. ¿Cuál es la importancia de la obra Tartufo dentro de la literatura barroca? 11. Investiga otras obras de Moliere. Los viajes de Gulliver (fragmento) " Golbasto Momaren Evlame Gurdilo Shefin Mully Ully Gue, muy poderoso emperador de Liliput, delicia y terror del universo, cuyos dominios se extienden cinco mil blustrugs -unas doce millas en circunferencia- hacia los confines del globo; monarca de todos los monarcas, más alto que los hijos de los hombres, cuyos pies oprimen el centro del mundo y cuya cabeza se levanta hasta tocar el Sol; cuyo gesto hace temblar las rodillas de los príncipes de la tierra; agradable como la primavera, reconfortante como el verano, fructífero como el otoño, espantoso como el invierno. Su Muy Sublime Majestad propone al Hombre-Montaña, recientemente llegado a nuestros celestiales dominios, los artículos siguientes, que por solemne juramento él viene obligado a cumplir: Primero. El Hombre-Montaña no saldrá de nuestros dominios sin una licencia nuestra con nuestro gran sello. Segundo. No le será permitido entrar en nuestra metrópoli sin nuestra orden expresa. Cuando esto suceda, los habitantes serán avisados con dos horas de anticipación para que se encierren en sus casas. Tercero. El citado Hombre-Montaña limitará sus paseos a nuestras principales carreteras, y no deberá pasearse ni echarse en nuestras praderas ni en nuestros sembrados. Cuarto. Cuando pasee por las citadas carreteras pondrá el mayor cuidado en no pisar el cuerpo de ninguno de nuestros amados súbditos, así como sus caballos y carros, y en no coger en sus manos a ninguno de nuestros súbditos sin consentimiento del propio interesado. Quinto. Si un correo requiriese extraordinaria diligencia, el Hombre-Montaña estará obligado a llevar en su bolsillo al mensajero con su caballo un viaje de seis días, una vez en cada luna, y, si fuese necesario, a devolver sano y salvo al citado mensajero a nuestra imperial presencia. Sexto. Será nuestro aliado contra nuestros enemigos de la isla de Blefuscu, y hará todo lo posible por destruir su flota, que se prepara actualmente para invadir nuestros dominios. Séptimo. El citado Hombre-Montaña, en sus ratos de ocio, socorrerá y auxiliará a nuestros trabajadores, ayudándoles a levantar determinadas grandes piedras para rematar el muro del parque principal y otros de nuestros reales edificios. Octavo. El citado Hombre-Montaña entregará en un plazo de dos lunas un informe exacto de la circunferencia de nuestros dominios, calculada en pasos suyos alrededor de la costa. Noveno. Finalmente, bajo su solemne juramento de cumplir todos los anteriores artículos, el citado Hombre-Montaña dispondrá de un suministro diario de comida y bebida suficiente para el mantenimiento de 1.724 de nuestros súbditos, y gozará libre acceso a nuestra real persona y otros testimonios de nuestra gracia. Dado en nuestro palacio de Belfaborac, el duodécimo día de la nonagésimaprimera luna de nuestro reinado. " 12. ¿Qué obra comparte las características del viaje de Gulliver? 13. Elabora una caricatura describiendo los aspectos del juramento al Hombre-montaña 14. Averigua cuál es la razón por la que al protagonista lo llaman “hombre-montaña” 15. ¿Quién es el autor de los Viajes de Gulliver? Monologo inicial de Fausto Fausto es una obra literaria fundamental Esta piesa teatral escrita en verso aborda una serie de cuestiones relacionadas con la naturaleza humana y caracterizadas por su ondura. Para ello Goethe emplea un nuevo lenguaje teatral que rompe con las convensiones del genero, tanto en el tema como en la estructura la obra se compone de dos partes. La primera es la más conocida, y la que vamos a desarrollar. La segunda es mucho más compleja está escrita de forma alegórica con oscuros simbolismos y su ubicación es absolutamente atemporal así como su localización espacial totalmente difusa. La primera parte consta de una introducción y de dos prólogos, uno en el teatro donde se discute sobre este género y sobre las posibilidades de representación; y otro en el cielo, donde Mefistófeles habla con Dios y los ángeles, y establece el punto de partida de la obra: mefistófeles y dios apuestan sobre la posibilidad de su condena o de su salvacion. tras ello, comienza el acto unico, dividido en 25 esenas. En la primera vemos a fausto, un sabio, expresar su voluntad y su frustración: FAUSTO.–Ahora ya, ¡ay! he estudiado a fondo filosofía leyes medicina y por desgracia tambien teología, con ardoroso esfuerzo. Y ahora me encuentro, ¡pobre de mi!, tan sabio como antes. Me llaman maestro y hasta doctor y diez años llevo ya samarreando a mis discipulos, cojidos de la nariz, arriba, abajo, a este lado y al otro… y veo que no podemos saber nada. Lo cual me achicharra la sangre. Cierto que soy más discreto que todos esos jactansiosos doctores, maestros, escribanos y clérigos; no me quitan el sueño escrupulos ni dudas y no le tengo miedo ni al infierno ni al diablo…; pero en cambio también ha huido de mí toda alegría, no me imagino saber nada a derechas, no me hago la ilución de poder enseñar nada, ni de mejorar ni convertir a los hombres. Tampoco tengo vienes ni dinero ni honor y lustre mundanos; un perro no habría podido haguantar tanto esta vida. Por eso me he conzagrado a la magia a ver si por la fuerza y el verbo del espíritu se me puede revelar más de un misterio a fin de no tener más necesidad de decir sudando la gota gorda, aquello que no sé; de reconocer lo que el mundo encierra en su más intimo meoyo contemplar toda la fuerza operante y las cimientes y no seguir atascado en palabras. 16. Corrige la ortografía (puntos, comas, tildes, grafías, mayúsculas, etc) 17. Ordena las siguientes palabras para que tengan cohesión y coherencia temas flores gran cambio a poesía anterior y sienta bases de mayoría corrientes poéticas de siglos XIX y XX, en que influirá mal enormemente. respecto nuevos composiciones y actitud poeta conforman universo poético muy personal. supone la un de del las la las Los Las del de las la los un El amor crear tema amor sufrimiento oscuros, frecuente en este. como embargo, poema tratamiento sí novedoso aparece muerte,, ya que pone relación con algunos de temas del libro, en enfermedad, sensualidad morbosa, la, el mal, asociado con y es puesto en con otro motivo muy en Baudelaire: uso del vino y del opio como formas de evasión de una realidad desagradable para lo que él llama «paraísos artificiales» El clásico es la la el del es este En la el marginalidad etc. poemario frecuente Sin comparación su se los