Evaluación y Seguimiento de la Influencia del Riego en los

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Evaluación y Seguimiento de la Influencia del Riego en los Acuíferos
Correspondientes al Consorcio de Usuarios de Aguas Subterráneas ZONA I
Claudio Carignano1 y Sebastián Bettiol2
1
Universidad Nacional de Córdoba - CONICET
Consorcio de Regantes de Córdoba
Bv. Mitre 517, 18°K (5000) Córdoba Capital. e-mail: [email protected]
2
Introducción
El Consorcio de Usuario de Aguas Subterráneas Zona I es una organización descentralizada
constituida legalmente en 2005, que funciona como ente autárquico y trabaja conjuntamente
con la Subsecretaría de Recursos Hídricos. Tiene como finalidad la administración y control
del uso que se hace del agua subterránea en su zona de influencia, entendiéndola como un
recurso precioso del cual es posible hacer un uso útil y a la vez responsable. Su principal
función es la aprobación, administración y supervisión de proyectos que involucran el uso de
agua proveniente de cuencas subterránea en explotaciones agrícolas, promoviendo la toma de
conciencia acerca de su utilización responsable.
Aunque la explotación de las aguas subterráneas, por cualquiera de los sistemas posibles que
incluyan bombeos, produce inexorablemente un descenso del nivel piezométrico, sea en el
entorno inmediato de los pozos o en una amplia área, ello no es sinónimo de
sobreexplotación. De una forma sencilla, la explotación intensiva de un acuífero se puede
definir como la extracción del agua del mismo en una cantidad superior a la correspondiente a
su alimentación, todo ello referido a un período de tiempo suficientemente largo como para
diferenciar las consecuencias similares que tendrían períodos anómalamente secos como los
que hemos sufrido en los últimos cinco años. En el caso de que el volumen extraído en un
período de un año sea mayor que el volumen repuesto al acuífero, se producirá un descenso de
año en año del nivel piezométrico; esta es una señal clara de que puede estarse en una
situación hacia la sobreexplotación y, por lo tanto, debe procederse a un monitoreo
sistemático de los niveles.
En todos los casos, si los acuíferos tienen capacidad de recarga, después de un período de
descenso vendrá un período de recuperación de los niveles estáticos. Por lo general se
considera que: si el nivel medio del estático en período largo (5 o más años) es constante o
tiende a crecer, es el signo más seguro de que no existe sobreexplotación (Bosch, 2001 y citas
allí contenidas). Por ello, para comprobar el impacto real de la explotación es necesario
determinar exactamente la magnitud y comportamiento de las fluctuaciones en los niveles a lo
largo del tiempo.
Con este marco conceptual, desde el año 2012, el consorcio lleva adelante un proyecto para la
determinación y seguimiento continuo del impacto producido sobre el agua subterránea por
las explotaciones agrícolas en todo el territorio abarcado por su zona de influencia
administrativa (toda la llanura ubicada al este de las sierras de Córdoba).
Objetivo
El objetivo principal del proyecto es determinar las características y funcionamiento
hidrogeológico de los acuíferos que abastecen los sistemas de riego, y brindar una base de
información objetiva para la óptima administración del recurso.
Plan de trabajo y metodología
El proyecto contempla, en una primera etapa, la medición anual de niveles piezométricos
durante el verano y el invierno, a fin de establecer el comportamiento de los acuíferos en una
situación de riego intensivo y otra con riego restringido, y para establecer fluctuaciones
estacionales anuales e interanuales, así como para determinar las tendencias en el largo plazo.
En una segunda etapa se prevé hacer, conjuntamente con la medición de niveles, la
determinación de la química del agua extraída en cada pozo, para realizar un modelado
hidrogeoquímico de los acuíferos, con el objetivo de caracterizar las diferentes cuencas
explotadas y evaluar su comportamiento frente a las extracciones.
En el largo plazo se prevé realizar determinaciones isotópicas de elementos químicos
presentes en el agua, que brindan información sobre su origen y su tiempo de permanencia en
el sistema de acuíferos, a fin de comprender la dinámica de circulación del agua en los
acuíferos y poder establecer zonas y velocidad de recarga.
El proyecto se organizó en cuatro unidades temáticas:
a) Creación de una estructura técnica en el Consorcio.
b) Actualización, control y seguimiento de las perforaciones.
c) Elaboración del modelo hidrogeológico de cada una de las cuencas
d) Organización del SIG y las bases de datos.
El producto final está integrado por una red de estaciones de control y obtención de datos y un
Sistema de Información Geográfico con el que se administran las bases de datos, con los
parámetros de los pozos en permanente actualización; de la cual se podrán deducir
comportamientos y tendencias bajo diferentes situaciones de uso y condiciones de entorno.
El proyecto contempla las siguientes actividades:
1) Actualización, control y seguimiento de las perforaciones
2) Muestreo sistemático de:
a) Parámetros Físico-Químicos del agua.
b) Parámetros del Pozo (caudal, depresión, rendimiento).
c) Agrupamiento y tratamiento y de los Datos.
3) Generación de un modelo hidrogeológico regional
Resultados
Hasta el presente se han realizado cinco campañas semestrales de medición de niveles
estáticos, que comenzaron en abril del 2012 (primera campaña sin riego) y que abarcan los
veranos e inviernos de 2013 y 2014.
Se han realizado mediciones en 157 perforaciones distribuidas en toda la llanura comprendida
entre la latitud de la localidad de Las Arrias (30º15’S) por el norte y hasta el Río Cuarto, en
el sur, y desde el piedemonte de la sierra, en el oeste, hasta el meridiano de 63ºO (línea
Arroyito-Pozo del Molle-Pascanas) por el este (Figura 1).
En base a las mediciones realizadas, con el apoyo de modelos digitales de terreno y la
información preexistente, se realizó un modelado y zonificación hidrogeológica,
determinando la geometría de las principales cuencas (Figura 2).
En casi todas las cuencas se observa una tendencia en claro ascenso de los niveles
piezométricos (Figuras 3a, b y c), muy marcada en la zona de influencia del río Tercero
(Figura 3a) y menos notable en el sector al norte del río de Jesús María (Figura 3c).
En la campaña de mediciones de niveles correspondiente al verano de 2014, se realizó un
muestreo de aguas, para análisis químicos, que abarcó desde el río Segundo hacia el norte. La
colección de muestras de agua no se completó al sur del río Segundo pues, debido a las
intensas lluvias ocurridas a partir de fines de enero, los productores suspendieron el riego.
Para la toma de muestras se fijó como condición necesaria que cada pozo, previo a la toma de
la muestra, hubiese estado funcionando al menos 4 horas de manera continua.
Las muestras de agua se enviaron al laboratorio de la Estación Experimental Manfredi del
INTA y al laboratorio AcmeLabs de Bureau Veritas Commodities Canada Ltd. Allí se
realizaron determinaciones de aniones (SO42-, Cl-, CO32-, CO3H-) y 70 elementos químicos entre
mayoritarios (Ca2+, Mg2+, Na+, K+, etc) y elementos trazas por Espectroscopía de Plasma (ICPOES, Figura 4). En campo y laboratorio se midió pH, conductividad y temperatura del agua.
Con las determinaciones químicas se está trabajando en la caracterización hidrogeoquímica de
las cuencas. Mediante análisis estadístico multivariado se han realizado agrupamientos en
conglomerados de perforaciones con similares composición química de sus aguas (Figura 5)
que responden claramente a la sectorización de cuencas (Figura 2 y 6). Asimismo se ha
realizado una zonificación en base a la distribución de aniones y cationes (Figura 7)
Conclusiones
El proyecto se comenzó al final de un período de marcada sequía en todo el territorio
cordobés y durante el mismo se produjo un incremento de la pluviosidad, esto se ve reflejado
en los registros de niveles, que muestran una tendencia en alza (Figuras 3a, b, c, 8 y 9).
La química del agua muestra un buen ajuste a la zonificación hidrogeológica realizada (Figura
5 y 7).
Los modelos hidrogeológicos realizados permiten explicar la variación de los niveles medidos
en cada región (Figuras 2, 6, 8 y 9).
Hasta el presente no se han detectado evidencias que permitan suponer que la extracción de
agua para riego tenga un efecto significativo sobre los acuíferos. Por el contrario, es evidente
que el nivel de los mismos tiende a subir en la medida que se han incrementado las lluvias
(Figuras 3a, b, c, 8 y 9). Lo que permite suponer una recarga inmediata de los mismos.
Es necesario continuar con las mediciones sistemáticas a fin de poder ajustar los modelos y
poder cuantificar con mayor precisión la dinámica del agua subterránea.
Bibliografía citada
Bosch, A. P. (2001). Sobreexplotación de acuíferos y desarrollo sostenible. En Problemática
de la gestión del agua en regiones semiáridas (pp. 115-132). Instituto de Estudios
Almerienses.
Figura 2 Modelado digital del terreno que muestra la
distribución de las principales áreas hidrogeológicas
Figura 1 Ubicación de las perforaciones
monitoreadas
a
b
0
0
-5
-5
-10
GAZDMP2
GUIRPA
PASLALOP1
GAZZDDPP
-15
-10
AGDACPV4
-20
AGDCHAPL14
ALTCABP2
-25
VISSIOP
-15
1
2
3
4
5
6
-30
1
2
3
4
5
6
c
ESPPCASA
ARNPCRIS
SILDP1
TESP2
0
-10
-20
-30
-40
1
2
3
4
5
6
Figura 3 Niveles estáticos correspondientes a las 5
campañas realizadas.
a) Sector sur, correspondiente al área de influencia
del abanico aluvial del río Tercero.
b) Sector central, correspondiente al área de
influencia de los abanicos aluviales de los ríos
Primero y Segundo.
c) Sector norte, correspondiente al piedemonte
ubicado al norte del río Jesús María.
Figura 4 Listado de los 70 elementos químicos determinados por ICP-OES y niveles de detección del método.
Figura 5 Agrupamientos en conglomerados de los tipos de aguas, realizado por análisis estadístico multivariado a
partir de los componentes químicos presentes en las muestras enviadas a laboratorio.
Figura 6 Modelado digital del terreno combinado
con el drenaje superficial que muestra la distribución
de las principales áreas hidrogeológicas
Figura 8 Mapa de diferencias entre la superficie
piezométrica de la décadas 1980 y la de 2012. En azul
se indican incrementos y en amarillo descensos.
Figura 7 Mapa de distribución de sulfatos.
Figura 9 Mapa de diferencias entre la superficie
piezométrica de los años 2012 y la del 2013. En
azul se indican incrementos y en amarillo descensos
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