Módulo 2 Otorga 1 crédito para la recertificación profesional Código: 2.01.06 COFA22210-0611-0 Actualización en Problemáticas Prevalentes Cuidados de la piel en verano Segunda entrega del curso que aborda las principales problemáticas prevalentes estacionales, las cuales serán desarrolladas por dos especialistas. Serán cuatro módulos especiales no consecutivos. Junto con la cuarta entrega (junio 2011), el cuestionario de evaluación. Por Dra. Gabriela Berengust * F . Radiaciones peligrosas. Las radiaciones solares nocivas para la piel corresponden a los UV A y B. Los UV C son incompatibles con la vida pero son filtrados por la capa de ozono. Los UV B penetran en la piel superficialmente y su concentración es mayor de 10 a 14hs. Corresponden a la banda de eritema o quemadura solar y estimulan poco el bronceado. Los UV A penetran en la dermis profunda, representan al 95% de los UV que impactan en la piel y están presentes todo el día. Producen menos enrojecimiento que los UV B y más bronceado, s s s otoprotección El sol es indispensable para la vida, ya que representa una fuente de luz y calor y activa la vitamina D, paso necesario para prevenir la descalcificación ósea. Sin embargo, la exposición indiscriminada al sol para lucir una piel bronceada, paradigma cultural de salud y belleza, condiciona daño en la piel, cuyas manifestaciones son la quemadura solar, el fotoenvejecimiento y cáncer. En el presente coleccionable desarrollaremos las patologías cutáneas vinculadas a las radiaciones ultravioletas (UV), sus mecanismos de acción, factores de riesgo y las medidas preventivas, que incluyen los fotoprotectores. y junto a los UV B, fotoenvejecimiento y cáncer cutáneo. Los efectos del sol en la piel pueden ser agudos, como la quemadura solar, afecciones desencadenadas por el sol de causa desconocida (urticaria solar), o agravadas por sol (melasma, rosácea, lupus), reacciones por fotosensibilidad medicamentosa (amiodarona, tetraciclinas), y el bronceado. Las lesiones crónicas se refieren al fotodaño acumulativo que aparece en zonas fotoexpuestas (cara, cuello, manos) e incluye piel seca, manchas, arrugas, flaccidez y cáncer de piel (queratosis solares, melanoma y epiteliomas). Mecanismos del daño solar. Los UV son absorbidos por el ADN, ARN, proteínas y lípidos de las membranas celulares, liberándose mediadores de la inflamación como histamina y prostaglandinas (quemadura). También se forman radicales libres que al dañar el ADN favorecen el cáncer de piel. Otro mecanismo es la inmunosupresión. Los UV reducen la población de las células de Langherans, responsables de iniciar la respuesta inmune, lo cual afecta los mecanismos de reparación celular (cáncer). Estas acciones son más deletéreas en personas de piel blanca, que pasan más tiempo al aire libre o que sufren exposiciones cortas pero intensas. Factores de riesgo. Se refieren a las causas que predisponen a aumentar la aparición de quemadura solar y fotodaño, e incluyen: fototipo de piel, presencia de nevos (lunares), mayor tiempo de exposición al sol por actividad laboral, deportes y lugar de residencia. En cuanto a los fototipos de piel, se trata de la aptitud de desarrollar quemadura solar y bronceado. Se clasifican del I al VI: los primeros grupos corresponden a personas que se queman siempre frente al sol y se broncean nada o poco (blancos, pelirrojos), mientras que los últimos, a los que se queman poco o nada y se broncean muy bien (morenos). Para protegerse de las radiaciones solares, la piel cuenta con la melanina, pigmento que fabrican los melanocitos en respuesta al sol. Absorbe los UV como un filtro natural y, además, actúa como antirradicales libres. Sin embargo, broncearse bien no evita el fotoenvejecimiento ni el cáncer de piel. Otros elementos cutáneos fotoprotectores son la capa córnea que absorbe UV, enzimas antioxidantes (superóxido dismutasa, catalasa), vitaminas C y E, minerales (cobre) y betacarotenos. Cuidados de la piel. El concepto actual es el de fotodefensa integrada, como una serie de medidas para defender y restaurar los mecanismos biológicos deteriorados en la piel por los Uv. Ésta incluye fotoprotección física (ropa, anteojos, sombrero) y química (pantallas solares). Las pantallas químicas absorben fotones de UV A y B, y por reacciones fotoquímicas los transforman en radiaciones inofensivas. Incluyen benzofenonas, mexoryl, vitaminas C y E y betacaroteno. Las pantallas físicas imper- meabilizan la piel y reflejan los UV y son el dióxido de titanio y óxido de zinc, entre otros. En cuanto al FPS, es el índice que mide la capacidad protectora de un filtro contra la quemadura solar producida por los UV B, en relación a estar sin protección. Así, por ejemplo, una persona que se quema en 10 minutos, con FPS 15 tardará 150 minutos. Pantallas solares con FPS menor de 15 no actúan como tales. El FPS no es absoluto y puede distorsionarse por el agua y sudor. Actualmente, también hay protectores solares contra los UV A. Otros factores que influyen en la eficacia de las pantallas son el vehículo (emulsión, gel o loción duran poco tiempo) y resistencia al agua (resistente al agua perdura hasta 40 minutos, y a prueba de agua después de 80 minutos). La elección de las pantallas deberá contemplar el fototipo de piel, edad, lugar geográfico, antecedentes de lunares, ingesta de fármacos y dermatosis fotoagravadas. Tener en cuenta además que las personas de piel muy blanca expuestas al sol desde la niñez y que han sufrido quemaduras solares tienen alto riesgo de desarrollar epiteliomas y melanomas. Cuidados post solares. La exposición solar condiciona sequedad, arrugas, descamación y pérdida de elasticidad, alteraciones que se pueden contrarrestar usando productos posolares. Sus objetivos son rehidratación intensiva de la piel, suavizarla, refrescarla y descongestionarla. Luego de exfoliar la piel durante el baño, aplicar productos en gel, emulsión o body milk con aloe vera, caléndula, urea, té verde y vitaminas A y E, entre otros. Bronceado sin sol. Existen aceleradores del bronceado con aminoácidos precursores de la melanina o tonalizadores de acción di- s s s Recomendaciones y consejos • Protegerse con ropa, anteojos y sombrero. • Usar protector solar en días nublados, ya que un 90% de los UV atraviesan las nubes. • Aplicar la pantalla 30 minutos antes de exponerse al sol en cantidad abundante, incluyendo orejas, cuero cabelludo calvo y labios. Renovarla cada 2hs. • Elegir fotoprotector según fototipo de piel: blancos FPS 50 +, piel trigueña FPS 30, piel oscura, FPS 15. • Evitar el sol de 11 a 16hs. • No exponer a niños menores de 6 años y elegir FPS alto. • Evitar la cama solar. • Evitar el sol en embarazo y/o indicar FPS altos. • Elegir pantallas sin perfumes y evitar las que contienen sustancias fotoalergénicas como Paba y parsol. • Cuando la sombra del cuerpo reflejada en la arena es más corta (mediodía), el riesgo es alto. Buscar sombra (sombrilla, árbol). • La nieve, arena y el agua reflejan el sol en la piel. • Elegir pantallas contra los UV B y A. • Renovar el protector después de nadar. recta, como yodo, permanganato y taninos. También hay bronceadores sin sol en cosméticos o preparados orales destinados a producir color parecido al bronceado sin los riesgos de la exposición solar. Los agentes tópicos incluyen la dihidroxiacetona, que con la queratina forma complejos que van del amarillo al pardo. Para consumo oral existe la cantaxantina al 10%, colorante alimentario autorizado por la OMS y la FAO. Se fija al tejido adiposo y en 15 días produce un bronceado estético, aun con mínimas exposiciones al sol. Viene en cápsulas de 300mg y se ingiere los primeros diez días 1 cápsula tres veces al día con las comidas, diez días subsiguientes 1 cápsula dos veces por día, y en el mantenimiento 1 cápsula por día. Puede enrojecer el color de las heces. Está contraindicado en personas con retinopatías y/o glaucoma, y en el embarazo. De todos modos, siempre se recomienda una consulta médica previa a su uso y ninguno de estos productos asegura protección solar. Comentarios. Es prudente aconsejar la consulta al dermatólogo antes y después del verano, para controlar lunares y descartar lesiones malignas que contraindiquen el sol. El dermatólogo y el farmacéutico recomendarán el fotoprotector adecuado a cada tipo de piel, así como los productos post solares. Ambos, en una tarea de fotoeducación mancomunada, contribuirán a difundir las pautas de cuidados frente al sol para prevenir y tratar las consecuencias que una exposición irresponsable puede provocar en nuestra piel. *Dermatóloga. Miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología. Especialista en tratamientos de estética, criocirugía y láser. [email protected] www.cursopiel.com.ar Nota: En virtud de que este material ha sido intelectualmente compuesto por sus autores exclusivamente, los editores y patrocinantes no son responsables por la exactitud, precisión y vigencia científica de la información, opiniones y conclusiones expresadas en su contenido. Bibliografía - Calderón, P.: Fotoprotección, bases y aplicación. Reumatología; 17(2):54-58; 2001 - Hebert, A.: Fotoprotectores en la infancia. Advances in Dermatology, vol. 8; 309-322; 1993 - Perez Damonte, S: Protectores solares. Dermacó. Dermatología y Cosmetología. Vol. 3, 147-150, 1999 - Piacentini, R.: Las radiaciones ultravioletas B (Uv B) y sus acciones sobre la piel en primavera-verano. Act. Terap. 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