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La poesía lírica en el Barroco
1. Introducción.
La poesía barroca es una continuación de la poesía renacentista en el sentido de que parte de
las mismas bases en lo referente a:
– temas y motivos
– formas métricas
– inspiración en modelos clásicos.
No obstante, presenta innovaciones sobre todo en tono y estilo. En cuanto al tono, frente a la
visión optimista del hombre y de la naturaleza, propia del Renacimiento, en el Barroco predomina
una consideración pesimista de la vida y la naturaleza del hombre; esta actitud barroca se expresa
por medio del concepto de “desengaño”, del que hablaremos posteriormente.
Por lo que se refiere al estilo, también se observa un cambio, puesto que mientras que en el
Renacimiento el ideal estético era la naturalidad expresiva y la elegancia, con intención de provocar
en el lector una sensación de armonía y serenidad, en el Barroco lo que se busca es la artificiosidad,
el recargamiento y la dificultad, con el objeto de sorprender y conmover al lector.
Dentro de la poesía barroca, se diferencian dos tendencias: el conceptismo y el culteranismo,
que tienen muchos características en común. No obstante, el conceptismo y el culteranismo se
diferencian en los siguientes rasgos:
CONCEPTISMO
Se centra en el contenido
CULTERANISMO
Se centra en la forma
Busca la expresión breve, sintética (decir mucho Busca la musicalidad de los versos, que son muy
con pocas palabras)
artificiosos y recargados
Es una poesía de las ideas (que deben ser agudas Es una poesía de los sentidos (todo lo sensorial,
e ingeniosas)
color, sonido, olor, etc. es muy importante)
Su máximo representante es Quevedo
Su máximo representante es Góngora
2. Características temáticas.
Los temas que encontramos en la poesía barroca son, en líneas generales, los mismos que los
de la poesía renacentista. Así, encontramos:
a) El tema amoroso, tratado de acuerdo con el modelo petrarquista que Garcilaso generalizó en
el Renacimiento. En algunos casos, sin embargo, el tema amoroso es presentado con mayor
distanciamiento o, incluso, con intención burlesca o paródica.
b) El tema moral y filosófico: Aquí encontramos lo más característico del Barroco, pues la base
de muchos poemas es el concepto típicamente barroco de desengaño, que consiste en una
consideración negativa de la vida y de la naturaleza del hombre. Según los barrocos, hay
que desengañarse sobre la vida porque las apariencias son engañosas y ocultan que los
placeres, valores y bienes terrenales son inestables y poco duraderos. En relación con este
concepto, se desarrollan una serie de tópicos como son: el tópico de las “ruinas”, con que se
expresa la caída de ciudades famosas del pasado, como Roma o Cartago, de cuyo poder y
grandeza no quedan más que los restos arqueológicos; el tópico del “tempus fugit”, y del
“ubi sunt”, también sobre la fugacidad de la vida, o los de “la vida como sueño” o “la vida
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como teatro” que insisten en el carácter engañoso de las apariencias.
Esta visión negativa de la realidad lleva a los barrocos a defender una actitud estoica: hay
que renunciar a las ambiciones, placeres y bienes terrenos, para así conseguir la serenidad y
la felicidad. Aunque en algunos casos, y frecuentemente en los mismos escritores que en
otros casos mantienen posturas estoicas, este sentimiento tan agudo del paso del tiempo y
del carácter perecedero de lo terrenal les lleva a adoptar una actitud vitalista, o sea, a desear
gozar lo más intensamente de los placeres antes de que se acaben (“carpe diem”).
c) El tema religioso: abundan los poemas religiosos, sobre todo, los escritos en ocasión de
alguna festividad (Navidad, Semana Santa, etc.), aunque también hay otros en los que el yo
poético analiza su propia vida a la luz de la doctrina religiosa, o los que se centran en la
figura de Cristo. Frecuentemente, en la poesía religiosa se emplean los mismos tópicos que
vemos en la poesía moral y ascética.
d) El tema burlesco: es un tipo de poesía también muy característico de los poetas barrocos. Se
trata de una visión burlesca o cómica de la realidad, realidad que aparece degradada o
depreciada. Es muy característica del Barroco la presentación paródica y burlesca de mitos
clásicos, que quedan así convertidos en motivo de risa.
Los poemas burlescos pueden ser simples ejercicios de ingenio, pero otras veces -como, por
ejemplo, se observa en los que se escribieron Quevedo y Góngora- consisten en ataques a
personas concretas.
e) La poesía de circunstancias: Se trata de poemas escritos para ocasiones concretas;
frecuentemente, en elogio de amigos o de algún personaje importante.
3. Características formales.
Existe gran variedad de géneros poéticos y de registros. Encontramos gran variedad de
géneros cultos, de origen italiano como sonetos, canciones, silvas, liras, etc., cuya base métrica es el
verso endecasílabo, pero igualmente abundan los géneros de inspiración popular, como villancicos,
letrillas o romances, cuya base métrica es el verso octosílabo.
Por lo que se refiere a registros encontramos igualmente los más variados: desde el más
refinado y culto hasta el más procaz y vulgar (por ejemplo, en los poemas con referencias
escatológicas o en los que imitan la jerga del hampa, como las jácaras de Quevedo).
Un rasgo muy característico del Barroco desde el punto de vista formal se refiere a los
recursos retóricos. Por un lado, en el Barroco los poetas emplean “conceptos”, que es como ellos
mismos denominan a las asociaciones sorprendentes de ideas (generalmente, por medio de
metáforas), que es un medio de mostrar la agudeza de ingenio; por otro lado, se tiende a la
acumulación de recursos retóricos. Todo ello hace que la poesía se vuelve difícil, con lo que el
poeta demuestra su ingenio y al mismo tiempo pone a prueba la cultura del lector.
4. Luis de Góngora
4.1. Vida.
Nació en Córdoba en 1561. Pertenecía a una familia noble relacionada con la Iglesia. De ahí
que bastante joven obtuviera el cargo de racionero de la catedral de Córdoba. Por motivos de su
trabajo viajó bastante por España y, en concreto, estuvo frecuentemente en la Corte. Con su poesía
buscó el éxito y la fama, y pretendió el favor de personajes importantes de la época, para obtener
puestos que le permitieran vivir desahogadamente, cosa que no consiguió. En 1617, se ordenó
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sacerdote y se trasladó a Madrid, con el cargo de capellán real. Pero los problemas económicos
nunca lo abandonaron y en 1626, enfermo y lleno de deudas, regresó a Córdoba, donde murió al año
siguiente.
4.2. Obra poética.
Góngora es el creador del lenguaje poético más innovador de su época, lo que le supuso el
ser el objeto de las más ardientes polémicas poéticas de la época, fue defendido ardientemente por
sus partidarios y atacado de forma encarnizada por sus enemigos... Su poesía puede clasificarse en
los siguientes grupos:
a) Poemas de arte menor: Aquí se incluyen los romances (escribió romances moriscos,
pastoriles, históricos, burlescos, etc.) y otros tipos de poemas como las letrillas o los
villancicos (de contenido frecuentemente burlesco). A estos poemas debió Góngora gran
parte de la popularidad que alcanzó en su época.
Dentro de este grupo, podemos destacar el romance Fábula de Píramo y Tisbe, que es una
versión paródica de la historia clásica, contada por Ovidio en las Metamorfosis (Píramo y
Tisbe eran dos enamorados, cuyas familias no querían que se viesen. Quedaron a escondidas
en el campo, junto a una morera. Tisbe llegó primero y huyó al ver a una leona, pero en la
huida se le cayó el velo que la leona destrozó y manchó de sangre. Más tarde, al llegar
Píramo y ver el velo, pensó que Tisbe había muerto y se mató. Cuando Tisbe regresó, vio el
cadáver de Píramo y se suicidó).
b) Sonetos: Escribió sonetos de tema variado. Podemos destacar los amorosos, en los que
encontramos entre otros el tópico del “carpe diem”, pero marcado con la angustia de la
sensación barroca de la fugacidad de la vida. También escribió sonetos burlescos y morales
(en estos últimos se centra en la idea de desengaño).
c) Poemas mayores: Se trata de la Fábula de Polifemo y Galatea y de las Soledades. Las dos
composiciones se dieron a conocer en 1613 y son las obras maestras de Góngora, en las que
lleva a su máxima expresión su propio estilo poético.
La Fábula de Polifemo y Galatea, escrita en octavas reales, es un mito tomado de las
Metamorfosis de Ovidio. El tema es amoroso, pero destaca sobre todo por la descripción de
la naturaleza. Cuenta la historia de Galatea, que es una ninfa. Galatea está enamorada de un
pastor, Acis, al que el cíclope Polifemo, celoso, arroja un peñasco. Los dioses, apiadándose
de su desgracia, lo convierten en río.
Las Soledades, poema escrito en silvas, es la composición más ambiciosa de Góngora, pero
quedó inacabada. Al parecer, debía componerse de cuatro partes, pero solo escribió la
primera y parte de la segunda. En la Soledad primera, un náufrago es recogido por unos
cabreros y, a la mañana siguiente, asiste a una boda a la que le invitan unos serranos. En la
Soledad segunda, unos pescadores lo invitan a ir a su isla, donde asiste a una cacería.
Las Soledades son un poema sobre la naturaleza, el leve argumento que presentan es un
pretexto que le permite a Góngora hacer una exaltación de la naturaleza y de la vida humilde
en el campo.
4.3. Estilo.
El estilo de Góngora puede calificarse, en líneas generales, como culto y difícil, aunque la
dificultad es variable dependiendo de los poemas. La dificultad de su estilo se debe al empleo de:
– cultismos y latinismos
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– lenguaje alusivo (en vez de nombrar algo directamente recurre al empleo de alusiones)
– uso intensivo de recursos retóricos
Los enemigos de Góngora denominaron su estilo como culterano (neologismo formado por
la unión de las palabras culto y luterano, lo que era una forma de atacar lo que consideraban “la
herejía” poética de Góngora).
5. Lope de Vega.
5.1. Vida.
Nació en Madrid en 1562. Fue el dramaturgo más importante de su tiempo, con más de
trescientas obras estrenadas, pero escribió también novela y poesía; por su impresionante
fecundidad literaria le llamaron “monstruo de la naturaleza”. Fue un personaje muy célebre por su
obra literaria -por su teatro, sobre todo- y por su vida. Llevó una vida bastante escandalosa para la
época: se casó dos veces, tuvo varias amantes y muchas aventuras, de algunas de las cuales dejó
constancia en su propia poesía. En 1614 se ordenó sacerdote, tras sufrir una crisis espiritual. Murió
en Madrid en 1635.
5.2. Obra poética.
Su obra poética es muy extensa y variada (más aún, si consideramos que todo su teatro está
escrito en verso y que en sus obras en prosa también solía incluir poemas). Escribe poesía narrativa
y poesía lírica; de arte mayor (italianizante) y de arte menor (de inspiración popular). Trata toda la
variedad posible -existente en su época- de temas literarios: poemas de amor, morales, religiosos,
satíricos, etc.
De su obra poética podemos destacar:
– Los romances: fue uno de los creadores del romancero nuevo. Escribió romances de
todos los tipos y frecuentemente estos tenían carácter autobiográfico y hacían
referencia a sus aventuras amorosas. Sobresalen los romances de temática religiosa.
– La poesía petrarquista: La encontramos por ejemplo en el libro Rimas. Se trata de
poemas de arte mayor y tema variado (moral, de amor, laudatorios, etc.); destacan
aquí los sonetos amorosos. .
– La poesía religiosa: reunida en el libro Rimas sacras, expresa su arrepentimiento y
su sentida devoción religiosa.
– La poesía burlesca: Sobre todo, en el libro Rimas humanas y divinas del licenciado
Tomé de Burguillos, donde hay encontramos una parodia de un cancionero amoroso
de tipo petrarquista; en este libro se incluye también un poema épico-burlesco, la
Gatomaquia.
5.3. Estilo.
Es el más clasicista de los poetas barrocos; así pues, frente a la artificiosidad de Quevedo o
Góngora, su estilo se caracteriza por su llaneza y naturalidad expresiva y, por ello, fue criticado en
algún caso. No obstante, en mayor o menor medida, según los casos, se observa en sus poemas la
influencia del conceptismo y del culteranismo.
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6. Francisco de Quevedo.
6.1. Vida.
Nació en Madrid en 1580 y murió en 1645. De familia noble, se dedicó a la política y estuvo
al servicio del duque de Osuna, favorito del rey Felipe III. Realizó actividades diplomáticas en
Italia.
Cuando en 1620 el duque de Osuna cayó en desgracia, Quevedo fue desterrado de la Corte,
pero un año más tarde, con el advenimiento del nuevo rey Felipe IV, se le levantó el castigo y
Quevedo reanudó sus actividades políticas. En 1639, Quevedo fue encarcelado por motivos no
aclarados y, posteriormente, se retiró a su pueblo, la Torre de Juan Abad. Murió en 1645.
6.2. Obra poética.
La poesía de Quevedo destaca por su calidad; es -junto con Lope de Vega y Góngora- el
poeta más importante del siglo XVII. Igualmente destaca por su gran variedad de temas, de géneros
y metros (escribe poemas tanto de inspiración culta como de inspiración popular) y de registros
(escribe poemas de pensamiento elevado, expresado con el léxico y el estilo más culto, y de la
misma manera imita la jerga y la temática de personajes de los bajos fondos).
La poesía de Quevedo no se publicó hasta después de su muerte; sus obras poética se
publicó con el título de El Parnaso español.
6.3. Temas.
Encontramos en Quevedo los mismos temas que en el resto de los poetas barrocos, aunque
en su tratamiento presentan ciertas peculiaridades:
a) Poesía amorosa. Sigue el modelo petrarquista. Los motivos más frecuentes son los referentes
a la belleza de la amada, el sufrimiento del amante y el de la fidelidad o constancia en el
amor por parte del amante, que llega de forma hiperbólica -típicamente barroca- a superar el
límite de la muerte en su famosísimo soneto “Amor constante más allá de la muerte”. Gran
parte de sus mejores poemas de amor aparecen reunidos con el título Canta sola a Lisi.
b) Poesía metafísica y moral. En este tipo de poesía Quevedo desarrolla una filosofía estoica,
que se justifica por el profundo desengaño de la vida. Ese desengaño se expresa con motivos
como:
• La fugacidad de la vida (“tempus fugit”).
• El carácter engañoso de las apariencias.
• Un agudo sentimiento de la proximidad de la muerte (“cotidie morimur”).
En este grupo, se incluyen también poemas de contenido político, en el que critica desde los
mismos principios estoicos, la situación de España.
c) Poesía religiosa. Junto con poemas otros poemas morales la encontramos, por ejemplo, en el
libro titulado Heráclito cristiano. Apoyándose en los mismos motivos que en la poesía
moral, en algunos poemas el yo poético reflexiona sobre su propia vida desde una óptica
religiosa, mostrando arrepentimiento de los pecados, y en otros poemas se centra en la figura
de Cristo.
d) Poesía satírica y burlesca. Son poemas en los que priman los juegos de palabras y todo tipo
de recursos que muestran la agudeza de ingenio de Quevedo. Critica de forma humorística
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costumbres, vicios, diferentes clases sociales y profesiones, etc. Hay también poemas de
temática misógina y ataques personales, como los que dedicó a Góngora.
e) Poesía de circunstancias. Son poemas escritos para ocasiones concretas, frecuentemente
como elogio de amigos o de personajes importantes.
6.4. Estilo.
Quevedo es el principal representa de la corriente poética denominada conceptismo,
corriente caracterizada por los siguientes rasgos:
– empleo de “conceptos” (que como ya dijimos son asociaciones sorprendentes de
ideas)
– expresión compleja de las ideas, con tendencia a la condensación expresiva (es decir,
buscando la mayor riqueza expresiva en la forma más breve posible).
– Uso intensivo de recursos retóricos (metáforas, comparaciones, hipérbatos forzados,
antítesis, dilogías, oxímoros, etc.)
Un rasgo muy característico de Quevedo es, igualmente, la creación de neologismos (sobre
todo, en la poesía cómica, pero también en la “seria”). Por ejemplo, naricísimo, sacaabuelas, etc.
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