CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO (CELAM) DEPARTAMENTO DE COMUNIÓN Y DIÁLOGO “La Sección de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso: el camino recorrido, logros, debilidades y principales desafíos” Pbro. Juan Carlos Urrea Viera, Chile. INTRODUCCIÓN En el contexto de este importante encuentro organizado por el Departamento de Comunión y Diálogo para tratar temáticas, que a mi juicio, constituyen desafíos importantes en este nuevo milenio como son: las “Relaciones Iglesia – Estado” y la “Libertad Religiosa” , se me ha solicitado una evaluación de esta Sección de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso, en vistas de la gran interrelación que ambas temáticas tienen con sus objetivos específicos y trabajo a desarrollar. Para este cuatrienio 2011-2015, se señaló lo siguiente: “Evaluar el actual camino recorrido respecto al ecumenismo y al diálogo interreligioso de las conferencias Episcopales en razón de planes, criterios y líneas de acción”. (Paso 10.1). La evaluación de este camino está en estrecha relación con la acción ecuménica e interreligiosa que ha desarrollado esta Sección a lo largo de su recorrido histórico que ha tenido diversos momentos desde su creación hasta el día de hoy. Las problemáticas han ido cambiando, las acentuaciones han sido diversas existiendo momentos de entusiasmo y en las palabras de SS. Juan Pablo II, también periodos de un “invierno ecuménico”. Debemos señalar que el compromiso de los dos últimos sucesores de Pedro han sido claves en este nuevo impulso: SS. Benedicto XVI, ha vuelto a insistir desde el inicio de su pontificado en este compromiso cuando señala: “El actual sucesor de Pedro se deja interpelar en primera persona por esta petición y está dispuesto a hacer todo lo posible para promover la causa fundamental del ecumenismo”1. “Su actual sucesor asume como compromiso prioritario trabajar sin ahorrar energías en la reconstitución de la unidad plena y visible de todos los seguidores de Cristo. Esta es su ambición, este es su apremiante deber”2 . Este camino ecuménico e interreligioso no ha surgido por generación espontánea sino que es el fruto de acontecimientos eclesiales que se han plasmado en estructuras que en el transcurso de los años han posibilitado su acción. A continuación señalo los siguientes: 1.- Tres acontecimientos claves en la tarea de comunión y búsqueda de la unidad. Al encontrarnos en las vísperas de cumplirse 50 años del inicio del Concilio Vaticano II, señaló como hitos importantes los siguientes hechos eclesiales: 1.1.- La creación del Consejo Episcopal Latinoamericano: un organismo de comunión episcopal y coordinación pastoral La Primera Conferencia realizada en Río en el año 1955, había manifestado a través de las ponencias de los Obispos, la urgente necesidad de crear un organismo a nivel continental que propiciara la unidad y coordinación de iniciativas pastorales a nivel continental. Esto coincidía por lo expresado cuando el Papa Pío XII en la carta “Ad Ecclesian Christi”, señalaba la necesidad de una apropiada coordinación de la labor apostólica en el continente3. Desde esta perspectiva el titulo XI de las Conclusiones4, se convierte en un momento histórico para la vida eclesial de América Latina, al proponer expresamente la creación de un Consejo Episcopal Latinoamericano5, cuyas acciones prioritarias debían ser el estudio, coordinación y animación de la vida pastoral latinoamericana y la preparación de las futuras Conferencias Generales, contituyéndose así en uno de los principales frutos de la Primera Conferencia. El servicio eclesial del CELAM, como organismo de comunión y reflexión de la vida eclesial del continente ha sido ampliamente reconocido, pues, su tarea no sólo se ha limitado a tomar parte activa en la preparación y desarrollo de las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano de Medellín, Puebla y Santo Domingo y Aparecida, transformándose a la vez en una instancia permanente de análisis de la vida eclesial del continente, como lo estamos testimoniando hoy. 1.2.- El Concilio Vaticano II (1962-1965). El Concilio Vaticano II, constituyó en el acontecimiento eclesial que vino a darle el impulso que necesitaba el ecumenismo en el continente latinoamericano, significando la superación, en gran parte, de los análisis de carácter apologético que se hacían acerca de la existencia de otras comunidades cristianas no-católicas. Sus Actas son un claro testigo de que la búsqueda de la unidad de los cristianos ocupó un lugar importante, constituyéndose en el instrumento providencial para la promoción de la causa ecuménica en una época que se caracterizaba por un gran deseo de unidad. El Decreto “Unitatis Redintegratio”, aprobado y promulgado el 21 de noviembre de 1964, constituye para la reflexión episcopal de América Latina, no sólo el punto de partida de las importantes relaciones que se establecerán con las otras Iglesias 3 Cfr. PÍO XII, Carta “Ad Ecclesiam Christi”. En Conferencias Generales: 36. Cfr. Primera Conferencia, Conclusiones, Titulo XI, N° 110-112. En Conferencias Generales: 8182. 5 Cfr. RESTREPO, J., 1995. CELAM 40 años sirviendo e integrando. Datos para una historia, Colección Autores, Consejo Episcopal Latinoamericano, Bogotá: 9-14. 4 Cristianas, sino también un punto de llegada de los esfuerzos que se venían desplegando en la búsqueda de la unidad de los cristianos6. El horizonte de su comprensión debe buscarse en los mismos que animaron el Concilio Vaticano II. Los principios básicos del ecumenismo a la luz de este documento conciliar son muy amplios y ricos. La sola mención del principio de pertenencia e incorporación a la Iglesia7, la importancia del diálogo ecuménico8, la “jerarquía de verdades”9, etc., merecen un tratamiento especial. Nos limitaremos a señalar, a modo de conclusión, que las enseñanzas ecuménicas del Concilio Vaticano II encontraron una respuesta inmediata en la reflexión episcopal realizada en el CELAM, tanto a nivel doctrinal como institucional 1.3.- La creación del Departamento de Ecumenismo del CELAM: un fruto concreto del impulso ecuménico en el continente La Décima Asamblea Ordinaria, realizada en Mar de Plata, Argentina, del 9-15 de octubre de 1966, es la expresión más clara del deseo de aplicar en el continente las enseñanzas ecuménicas del Concilio Vaticano II, al retomar la idea y proyectar la creación de un Departamento de Ecumenismo.. A esto se agregaba la opinión de los obispos presentes en la Asamblea acerca de la conveniencia de separar los ámbitos del futuro Departamento y la labor que desarrollaba el Comité Latinoamericano de la Fe, el cual debía dedicarse a tareas propiamente catequéticas. En dicha Asamblea se aprobó la creación del Departamento, acordándose su Sede en Argentina y dándose inicio a diversos contactos con la Conferencia Episcopal de ese país para proceder a la designación del obispo Presidente y del Secretario Ejecutivo., materializándose su creación en la Décima Primera Asamblea Ordinaria, realizada en Lima, desde el 19 al 26 de noviembre de 1967, fecha en la cual comenzó a funcionar oficialmente este nuevo Departamento del CELAM, nombrándose Presidente por aclamación10 a Mons. Antonio Quarracino, obispo de la Diócesis de Nueve de Julio, Argentina, y como Secretario Ejecutivo a Pbro. Jorge María Mejía. A esta Secretaría se le creó una sección especial para las Relaciones con el Judaísmo, cuyo responsable sería Pbro. Luis H. Rivas11. Desde ese momento el nuevo Departamento de Ecumenismo del CELAM, comenzará a realizar y promover diversas iniciativas ecuménicas y de diálogo interreligioso hasta nuestros días. Su trayecto de servicio eclesial no ha estado ajeno a las mismas acentuaciones que el tema ha tenido en el transcurso de los años: pasar de Departamento a Sección y de Sección integrarse a un Departamento más amplio como es el actual Departamento de Comunión y Diálogo, a partir del cuatrienio 2003-2007. 10 11 Cfr. Ibídem: 1967. XI Asamblea Ordinaria. Acta de la Undécima Sesión. Vol. I: 277. Cfr. CELAM, 1982: 322-328. 2.- Breve síntesis del tema ecuménico e interreligioso en las Conferencias Generales del Episcopado. 2.1.- Medellín, 1968. El proceso de preparación y desarrollo de la Segunda Conferencia el Departamento de Ecumenismo fue gravitante en el espíritu ecuménico vivido en la Conferencia y en el deseo de los obispos de impulsar el ecumenismo como se constata Documentos Preparatorios, Desarrollo y Conclusiones de la Conferencia. Los textos de las Conclusiones nos invitan a establecer variados vínculos de colaboración ecuménica en diversos campos del acontecer social y eclesial del continente como es la tarea de trabajar por la paz12, la familia13 y la educación14. La catequesis adquiría una importancia fundamental en la formación y promoción del diálogo ecuménico, cuya tarea consistía en pasar del ámbito de la mera información a la formación de una nueva mentalidad ecuménica capaz de valorar las otras comunidades cristianas en vistas a una búsqueda común de la unidad querida por Cristo 15 . La acción del ecumenismo espiritual16, no debía mostrar la plena conciencia de que el ecumenismo no dependía sólo de un esfuerzo institucional y humano, sino fundamentalmente era obra de la acción del Espíritu Santo, donde la oración ocupaba un lugar privilegiado. 2.2.- Puebla (1979) . La Tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, realizada en Puebla, fue el primer documento de una Conferencia General del Episcopado Latinoamericano que trataba específicamente el tema. La participación de los observadores no-católicos, al igual que Medellín, fue muy valiosa para la dimensión ecuménica y dialogal de la conferencia expresada no sólo en la fraternal convivencia sino también en la mayor experiencia ecuménica que se tenía en los diversos ambientes eclesiales. En el Documento de Puebla el ecumenismo es el diálogo que se inscribe en la línea de la comunión y participación y que debe realizarse desde una perspectiva evangelizadora17. El diálogo es analizado en un sentido amplio, pues, después de referirse al que debe desarrollarse con los cristianos no-católicos lo amplía a los no- cristianos y a los no-creyentes18. Su documento final marca una diferencia clara en la tarea ecuménica, el diálogo interreligioso y sin dejar de hacer una referencia importante a los “nuevos movimientos religiosos” llamados popularmente sectas19 y a otras expresiones denominadas “para-religiosas”. 2.3.- Santo Domingo 1992. La Cuarta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, realizada en Santo Domingo, se encuentra íntimamente ligada a dos acontecimientos: la celebración del V Centenario de la Evangelización en el continente y a la invitación del Papa Juan Pablo II, efectuada en la Catedral de Puerto Príncipe, Haití, en el año 1983, a desarrollar una “nueva evangelización” con características muy específicas.20 El tema del ecumenismo fue tratado en la Segunda Parte: Jesucristo evangelizador viviente en la Iglesia e insertado en el capítulo 1, referido a la nueva evangelización21. Después de hacer referencias a la urgencia expresada por Cristo (cfr. Jn 17,21), de la unidad señala que, a la luz del Concilio Vaticano II, se deberán buscar “los caminos más eficaces para alcanzar la unidad en la verdad” 22, cuya división se ha agravado por la confusión que existe sobre el tema y por el proselitismo de los grupos sectarios23. Los obispos señalan un problema que ha sido permanente en el continente: la escasa distinción que se hace en el plano pastoral entre ecumenismo, diálogo interreligioso y el fenómeno sectario. A esto debe agregarse una deficiente formación sobre estos temas. Uno de los aportes importantes, pese a la brevedad del tratamiento del tema ecuménico fue el considerarlo como una “prioridad pastoral de nuestro tiempo”24. 2.4.- Aparecida (2007). La Quinta Conferencia de Aparecida realizada en Brasil, sintetiza en los números 227-234, el pensamiento ecuménico e interreligioso de los obispos del continente. Se inscribe como una exigencia de “la comprensión y la práctica de la eclesiología de comunión nos conduce al diálogo ecuménico…(donde) la relación con los hermanos y hermanas bautizados de otras iglesias y comunidades eclesiales es un camino irrenunciable para el discípulo y misionero” (227). Dicha acción “no se justifica por una exigencia simplemente sociológica sino evangélica, trinitaria y bautismal … donde el diálogo emerge como actitud espiritual y práctica, en un camino de conversión y reconciliación. (228). En esta tarea se vuelve a insistir que “la unidad es, ante todo, un don del Espíritu Santo, y oramos poco por esta intención. Esta conversión del corazón y esta santidad de vida, juntamente con las oraciones privadas y públicas por la unidad de los cristianos, han de considerarse como el alma de todo el movimiento ecuménico y con razón puede llamarse ecumenismo espiritual”(230). Termina señalando la importancia que han tenido los diálogos bilaterales, la publicación del Directorio Ecuménico y el Documento sobre la Formación Ecuménica (231), las confusiones que se dan respecto a los interlocutores del diálogo ecuménico e interreligioso (232) y la necesidad de seguir avanzando en este camino de diálogo y unidad (234). 3.- El servicio del CELAM en los últimos años a través de las diversas instancias al servicio del diálogo ecuménico e interreligioso. 3.1.- Dos acontecimientos esenciales: los Pontificados de Juan Pablo II y de Benedicto XVI. Si deseamos evaluar los últimos años y proyectar los desafíos debemos necesariamente señalar como puntos clave estos dos pontificados. Así como en la realización del Concilio Vaticano II, el pensamiento ecuménico de Juan XXII y Paulo VI fueron claves, la historia del movimiento ecuménico hacia el futuro ha de considerar estos pontificados como puntos de referencia fundamental. 3.1.1.- S.S. Juan Pablo II. Todos quienes hemos estado directa o indirectamente involucrados en estos temas sabemos que el pensamiento, compromiso y acciones en la búsqueda de la unidad del Papa Juan Pablo II, han sido fundamentales en el impulso ecuménico en todos los niveles. Solo algunas referencias: El Papa Juan Pablo II, señalaba en la Tertio Millennio adveniente” (TMA), que la cercanía “del final del segundo milenio anima a todos a un examen de conciencia y a oportunas iniciativas ecuménicas, de modo que ante al gran Jubileo nos podamos presentar, sino del todo unidos, al menos mucho más próximos a superar las divisiones del segundo milenio” (TMA nº 34). Para este objetivo se proponían tres indicaciones que tocaban al corazón mismo del movimiento ecuménico: el arrepentimiento, la necesidad de oración y la continuación del diálogo teológico. Las separaciones, no sólo han roto la koinonía, alejando a los cristianos de la participación de un mismo pan y un mismo cáliz y han impedido que nos reconozcamos unos a otros como discípulos de un mismo Maestro, sino que también constituyen un motivo de escándalo para el mundo y comprometen la credibilidad del mensaje de salvación. Nos ha insistido que “el camino ecuménico es el camino de la Iglesia” (cfr. UUS 7). Estas palabras pronunciadas por el Santo Padre nos sirven de inspiración y también son una enseñanza que nos convoca para su realización en la vida de las Iglesias particulares y en todos los ámbitos pastorales. Considero que una de las mejores explicitaciones de este “ut unun sint” se encuentran desarrolladas en la Encíclica sobre el empeño ecuménico, cuando afirma que: “Creer en Cristo significa querer la unidad; querer la unidad significa querer la Iglesia; querer la Iglesia significa querer la comunión de gracia que corresponde al designio del Padre desde toda la eternidad. Este es el significado de la oración de Cristo: ut unum sint” (UUS 9). 3.1.2.- S.S. Benedicto XVI. Es probable que todos hayamos sido sorprendidos en un primer momento la importancia que desde los inicios de su Pontificado el S:S Benedicto XVI, le ha asignado a la importancia que ha de tener en la vida de la Iglesia la búsqueda de la unidad de los cristianos. En un lenguaje teológico claro y sin ambigüedades podemos percibir un decidido impulso que el diálogo ecuménico ha de tener en la vida de la Iglesia. “Son precisos gestos concretos que penetren en los espíritus y remuevan las conciencias, llevando a cada uno hacia esa conversión interior que es el presupuesto de todo progreso en el camino del ecumenismo”25. “Cada quien debe presentarse ante Dios, juez supremo de todo ser vivo, consciente del deber de rendirle cuentas un día de lo que ha hecho o no ha hecho por el gran bien de la unidad plena y visible de todos los discípulos”26. “Alegrémonos por tu promesa que no defrauda y hagamos todo lo posible por recorrer el camino hacia la unidad que tú has prometido”27. Estas citas son un testimonio elocuente de que nos encontramos frente a un desafío ineludible en nuestra tarea evangelizadora y que el S.S. Benedicto XVI ha testimoniado en estos años de su pontificado. 3.2.- Análisis de los últimos cuatrienios del CELAM. El camino recorrido a través de las Conferencias Generales del Episcopado nos señalan estos logros de manera indirecta, pero un análisis de los programas y evaluaciones finales de los últimos cuatro periodos del CELAM (1995-1999; 19992003; 2003-2007; 2007-2011), nos señalan algunas constantes que consignamos, sin pretender agotar toda la riqueza vivida en estos periodos de servicio eclesial. En un análisis general podemos apreciar que se ha desarrollado una gran tarea. Muchas veces podemos quedarnos con la impresión frente a dificultades que aparecen en el camino que hemos hecho poco o que es muy difícil esta tarea. Creo que sería un error. Hay un gran esfuerzo de Obispos Responsables de la Sección en el CELAM y Conferencias Episcopales y Secretarios Ejecutivos de ambas instancias que no han desfallecido en esta tarea. Presento un síntesis de este trabajo. 3.2.1.- Principales logros. 1).- Animación del Ecumenismo y diálogo interreligioso en el continente a partir de: - Reuniones Regionales en todo el Continente (1996) (Ciudad de Panamá 10-12 de junio); (Bogotá 9-11 de agosto); San Juan, Puerto Rico (15-17 de octubre); (Montevideo 28-30 de octubre), cuyos objetivos eran hacer un diagnóstico de la situación ecuménica en el continente. Participaron 21 países. - Reuniones Regionales de los países Bolivarianos en Bogotá (2000), Brasil y Cono Sur en Montevideo (2000). - Encuentro Continental de Presidentes y Delegados de Ecumenismo del Continente (México 1998). del Seminario de Ecumenismo en México del 4 al 8 de agosto de 1998. - Información y Comunicación Permanente con las Comisiones de las Conferencias Episcopales de Ecumenismo (1995-2011). - El Secretario Ejecutivo de Ecumenismo visitó en Roma en julio del 2001, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. (1995-2011). - Envío a las Comisiones Nacionales de Ecumenismo de Documentos sobre el tema y material para la Celebración de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos (1995-2011). - Reuniones Regionales de los países Bolivarianos, en Bogotá, del 24-27 de julio de 2000, y la de los países del Cono Sur, en Montevideo, del 13-16 de noviembre de 2000. - La Sección de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso, convocó a Obispos de la Amazonía Continental para reflexionar sobre la libertad religiosa y la identidad cristiana católica. Al encuentro asistieron 21 Obispos, 14 sacerdotes, 5 religiosas y 28 estudiantes de teología del Seminario Mayor de Manaus. Dom Oneres Marchiori, Obispo responsable de la Sección, orientó el encuentro y poniendo su énfasis en la V Conferencia General, abrió espacios para la reflexión y el estudio de la realidad religiosa en la Amazonía Continental y los retos planteados a la Iglesia católica y sus procesos de evangelización. (2002-2007). - Encuentro de Obispos Responsables y/o Delegados de Ecumenismo de las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe, realizado en Quito, Ecuador del 16 al 19 de marzo de 2009. 2).- Cursos de Formación Ecuménica a través del ITEPAL y Seminarios. - Realización del II Curso sobre “Ecumenismo y nuevos movimientos religiosos (sectas)” (18 de noviembre al 12 de diciembre de 1997), en conjunto con el ITEPAL, con la participación de 54 alumnos provenientes de 14 países. - Realización en colaboración con las Comisiones Nacionales y Diocesanas de Ecumenismo durante 1998-1999, de diversos Talleres de Formación en al campo del diálogo interreligioso, ecumenismo y fenómeno sectario en Bolivia, Costa Rica, Concepción (Chile), Ecuador, Nicaragua y Uruguay. 3).- Publicaciones de Documentos. - Publicación de una serie de artículos acerca de la Encíclica “Ut unum sint” de S.S Juan Pablo II, acerca de una análisis del documento y sus proyecciones pastorales en el continente. - Elaboración por parte del Secretario Ejecutivo de la Sección Pbro. Juan Carlos Urrea Viera del folleto “El diálogo interreligioso: realidad y desafíos” para la Colección “Tercer Milenio”, Nº 14, Año de Dios Padre, 1999. - Estructuración y Elaboración de un número monográfico para la Revista Medellín de mayo de 1999, sobre “Diálogo Interreligioso en América Latina y el Caribe” - Publicación de la Tercera Edición del Libro del P. Francisco Sampedro Nieto, CM. “Sectas y otras Doctrinas en la actualidad”, Colección Autores, Nº 2, Centro de Publicaciones del Celam, 1995 (edición agotada). - Publicación a través del Centro de Publicaciones del CELAM de una Antología de Textos preparada por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso “Sectas y nuevos movimientos religiosos: textos de la Iglesia Católica (19861994)”. - Confección del número monográfico para la Revista Medellín sobre Ecumenismo, Vol XXIII, Nº 91 de septiembre de 1997. - Publicación de un “dossier” sobre temas ecuménicos como un aporte al Sínodo de América en conjunto con el Secretariat for Ecumenical and Interreligious Affairs National Conference of Catholic Bishops y el Canadian Centre for Ecumenism (inglés y francés). - Publicación de la investigación realizada por el Secretario Ejecutivo Pbro. Juan Carlos Urrea Viera “El fenómeno de las sectas. Análisis a partir del magisterio Latinoamericano”, Colección Autores, Nº 18, Centro de Publicaciones del CELAM, 1998 (segunda edición). - Publicación de las Ponencias, Conclusiones y Orientaciones Pastorales en el número monográfico sobre Pentecostalismo de la Revista Medellín, vol XXIV, Nº 95 de septiembre de 1998. - Publicación de Quinta Edición del libro del P. Francisco Sampedro Nieto, Sectas y otras doctrinas en la actualidad. - Publicación de la tercera edición del Directorio para la aplicación de los Principios y Normas sobre el Ecumenismo. - Otras publicaciones referentes al Ecumenismo en América Latiba, Comentarios a la “Ut unum sint” y la “Dominus Iesus”. - Constitución de un respaldo bibliográfico en el Itepal sobre el tema (1995-2011). 4).- Establecimientos de relaciones con las Iglesias Históricas y Organizaciones No-Católicas en el continente. - Realización de un Encuentro con Representantes de Iglesias Históricas, en Concepción-Chile, en 1996. - Diálogo con las Iglesias Históricas Evangélicas y sus familias confesionales, planeada y ejecutada en conjunto con el CLAI (Quito, 19-22 de marzo 2002). - Participación del Obispo responsable de la Sección y del Secretario Ejecutivo en Encuentros Ecuménicos (1999-2003). - Participación del secretario Ejecutivo en la Asamblea Interreligiosa, convocada por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, celebrada en Roma, en octubre del 24-29 de 1999., y en el Congreso organizado por URI (Iniciativa de Religiones Unidas), institución que funciona en San Francisco, California, celebrado en Pittsburgh, Pensylvania, del 25-30 de junio de 2000. - Participación en el III Congreso Internacional de la WACC (World Association for Christian Communication), celebrado en Noordwijkerhout (Holanda), del 4 al 7 de julio de 2001, sobre el tema: Comunicación-ConfrontaciónReconciliación. - Participación en un Encuentro Católico-Presbiteriano, en Bogotá, el 20 de agosto de 2001. - Participación del Secretario Ejecutivo y del P. Juan Carlos Urrea, experto de la SECUM, por invitación oficial, en la reunión de la Junta Directiva del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), en Quito, Ecuador, del 28 de febrero al 01 de Marzo de 2002, para reanudar el diálogo interrumpido con motivo de la publicación de la Dominus Iesus. - Contacto permanente con el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos a través del Oficial para América Latina Mons. Juan Fernando Usma Gómez (1995-2011). 5).- Análisis y Encuentros con el Pentecostalismo en el Continente. - Realización en conjunto con el CLAI de un Seminario destinado a analizar el Pentecostalismo en el continente realizado en mayo de 1998, con el fin de tener una adecuada visión de este fenómeno religioso. Participaron 40 representantes católicos, de Iglesias Históricas y pentecostales procedentes de 16 países de América Latina y Europa. - Participación como expositor del Secretario Ejecutivo de la Sección, en el Encuentro Latinoamericano, organizado por la Comisión Evangélica Pentecostal Latinoamericana (CEPLA), realizado en la Habana en septiembre de 1998. - Visita a la Comisión Evangélica Pentecostal Latinoamericana (CEPLA), en Maracaibo, Venezuela del 1 al 6 de octubre de 2001. Se acordó reanudar la preparación de un Diálogo Teológico Católico Pentecostal para buscar puntos concretos de colaboración y testimonio común y ver la conveniencia de realizar un Segundo Congreso de Pentecostalismo. - Se realizó la Reunión Católico-Pentecostal en Bogotá, Colombia, del 6 al 9 de Octubre de 2002, con la participación del Equipo de Expertos de la SECUM, el Hermano Jeffrey Gros, F.S.C., Secretario de Asuntos Ecuménicos e Interreligiosos de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos y 7 representantes pentecostales. - Encuentro de 6 Expertos Católicos sobre Pentecostalismo y 15 Obispos Responsables de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de las CC EE de América Latina y el Caribe. Medellín, Colombia del 22 al 26 de marzo de 2010. 6).- Encuentros Interreligiosos en el Continente. - Encuentro Judío-Católico del 15 al 17 de septiembre de 1997 en Belo Horizonte. - Encuentro Latinoamericano de Diálogo Judío-Católico realizado en ciudad de México, los días 9 y 10 de septiembre de 2008. Tema: “La vivencia de la fe y la familia en el contexto del mundo actual” Después de catorce años se logró realizar un Encuentro Latinoamericano Judío-Católico 3.2.2.- Principales dificultades. - Dificultades en la continuidad de un Secretario Ejecutivo para la Sección (1999-2000), que afectó la continuidad del trabajo realizado en el cuatrienio anterior. - Se ha señalado que existió un tiempo de reticencias, dudas y en algunos casos, de paralización de la actividad ecuménica a partir de la publicación del Declaración “Dominus Iesus”. (1999-2003). Esto se superó paulatinamente. - Dificultad para conformar equipos de expertos e investigadores permanentes sobre el tema (2000-2011), y ausencia de Secretarios Ejecutivos en algunas Conferencias Episcopales (1999-2003). - Ausencia de actividades en el ámbito interreligiosas en el periodo (19992003). - Se constata en los diversos periodos la ausencia en algunos países de poco interés por el diálogo ecuménico, muchas veces obstaculizado por la presencia del fenómeno sectario, y la dificultad para que el espíritu ecuménico llegue a las bases tanto de los católicos ni entre los hermanos cristianos no católicos (1999-2003). - Un tema recurrente es la escasa formación de agentes de pastoral Ecuménica en los distintos países de América Latina y el Caribe. Poco interés ya que se han tenido que suspender cursos y un diplomado programado por el ITEPAL y la Sección. - Desinterés por la causa Ecuménica originada por la confusión que provoca el fenómeno sectario en algunos países del continente. - Comisiones Nacionales de Ecumenismo a veces más nominales que efectivas instancias de promoción del ecumenismo 3.2.3.- Principales desafíos. Los desafíos se pueden vislumbras en diversos niveles como son la existencia de un emergente pluralismo religioso y el análisis de nuevas realidades que se van presentando y que se encuentran interrelacionadas (Libertad Religiosa; Nuevas Legislaciones y como interpelan la acción pastoral de la Iglesia; las Relaciones IglesiaEstado) y los temas específicos que debe asumir la Sección de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso. 1.- La existencia y aceptación del pluralismo religioso Una de las situaciones características que nos vemos enfrentado en este nuevo milenio, es la existencia de un creciente pluralismo religioso en el continente28. Este profundo cambio que se experimenta en los diversos ámbitos sociales y religiosos tiene serias implicaciones en el ámbito teológico y pastoral, el cual debe ser analizado, no como un fenómeno pasajero, sino como una realidad que continuará haciéndose presente cada día con mayor vitalidad. Nos encontramos inmersos en un universo religioso que se hace cada día más plural, situación que debemos aceptar independiente de si nos gusta o no. Sin embargo, 28 Cfr. AZEVEDO, M., 1996. América Latina perfil complexo de um universo religioso. En Revista Medellín, Volumen XXII, Nº 87, septiembre de 1996: 5-22. tenemos conciencia que no es un hecho nuevo en la vida de la Iglesia Católica, que ha tenido diversas etapas29, aunque sus manifestaciones en el continente, sean más perceptibles en los últimos años. La fragmentación progresiva de nuestro panorama religioso continental debería conducirnos a un serio discernimiento sobre sus consecuencias, tanto para nuestra acción pastoral, como para la vida religiosa de nuestros fieles. Podríamos preguntarnos ¿de qué forma debemos asumir en el nuevo milenio que se nos avecina esta situación de pluralismo religioso en el continente? ¿qué desafíos nos presenta?. Existe claridad que esta situación de emprenderse a partir de una profunda iluminación teológica que ayude a la pastoral a realizar un sereno discernimiento, movido por un auténtico espíritu de verdad y caridad cristiana. La teología y las ciencias sociales tienen mucho que decir sobre esta realidad desde sus respectivos campos, para evitar que la aceptación de este pluralismo religioso sea concebido como una neutralización, sincretismo o pérdida de identidad, sino más bien como una realidad que nos interpela en nuestra acción pastoral y cuyas consecuencias deberían redundar positivamente en nuestra vida eclesial. Es necesario tener en todo momento claridad sobre los objetivos, formas y medios que nos posibiliten asumir desde una perspectiva cristiana y católica esta nueva configuración religiosa del continente. Lo principal será la entrega íntegra e inalterada del mensaje de salvación traído por Jesucristo, en una actitud de compromiso con la tarea evangelizadora, que vaya más allá de un simple objetivo aglutinador ya que debe estar movido por el amor a Jesucristo y a su Iglesia donde los fieles se sientan llamados a formar parte de su cuerpo eclesial. A esto deberá corresponder como actitud pastoral un ofrecimiento de la fe desde la libertad de la Iglesia a la libertad de los que invitamos a incorporase a la fe cristiana. Aquí aparece el testimonio evangelizador como el medio más adecuado para quienes debemos aprender a vivir nuestro compromiso evangélico, no en una hegemonía religiosa, sino en la igualdad y convivencia de una pluralidad religiosa que puede significar un mayor compromiso con nuestra vida cristiana. 2.- La Sección de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso en el cuatrienio 20112015.La organización de este encuentro a partir del Departamento de Comunión y Diálogo nos muestran estas nuevas perspectivas en su servicio eclesial. Junto a eso se deberán apoyar la programación aprobada y ver la oportunidad de integrar algunas nuevas tareas. Su acción, junto con evaluar y participar en encuentros, ha de tomar un rol proactivo en aquellas falencias que los cuatrienios anteriores han señalado como recurrentes. Mi atrevo a señalar algunas: 29 El Padre Jesús Hortal señala tres etapas que han sido importantes en la ruptura de la unidad religiosa que podrían ser resumidas en tres frases: “1) Cristo sí, Iglesia no; 2) Dios sí, Cristo no; 3) realidad espiritual sí, pero no necesariamente Dios”. Cfr. HORTAL, J., 1996. El fenómeno sectario en el contexto socio-político latinoamericano, especialmente en el Brasil. En Revista Medellín, Volumen XXII, N º 87, septiembre de 1996: 68. 1).- Lograr que cada Conferencias Episcopal tenga un Secretario Ejecutivo el cual sea un interlocutor permanente ante la Sección. 2).- Mantener y potenciar el contacto con el Pontificio Consejo para la Unidad y el apoyo que debe brindar a la acción ecuménica en el continente. 3).- Establecer un grupo de Expertos que apoye las actividades de la Sección durante el cuatrienio. 4).- Promover la acción ecuménica e interreligiosa en los centros de Formación: Universidades Católicas, Seminarios y otros Centros de Formación. 5).- Proyectar durante el cuatrienio un curso de Formación ecuménica en conjunto con el ITEPAL, destinados a los Secretarios Ejecutivos, Profesores de Ecumenismo y Agentes de Pastoral Ecuménica. 6).- Continuar los contactos con las diversas organizaciones que durante los cuatrienios anteriores se ha desarrollado actividades conjuntas. 7).- Potenciar los análisis, contactos y reuniones conjuntas con el Pentecostalismo. 8).- Ampliar la acción de la Sección en el Diálogo Interreligioso según se vaya constatando la extensión de este pluralismo religioso en el continente. A modo de conclusión He intentado mostrar de manera clara el recorrido que el tema ecuménico e interreligioso ha tenido en el continente. Sus momentos de luces y sombras. Sin embargo, podemos apreciar que nunca se ha desfallecido en esta tarea. Al contrario: se ha trabajado venciendo obstáculos y reticencias propias de tareas que no son fáciles de asumir por las diversas urgencias que tiene nuestra acción evangelizadora. La síntesis de camino recorrido nos muestra que hemos hecho más de lo que pensábamos y eso nos anima a hacer más de lo que hemos hecho. Esto será realidad cuando todos estemos dispuestos a comprometernos en esta tarea que es un exigencia de nuestro mismo ser Iglesia Católica. En este nuevo milenio en que hemos sido invitados a “remar mar adentro” uno de los desafíos importantes será el asumir la tarea de seguir promoviendo la unidad de los cristianos como parte esencial de la misión de la Iglesia al existir una conexión vital entre el ecumenismo y la evangelización. Y que seamos capaces de aprender a mirarnos mutuamente con ojos nuevos, con ojos de un corazón vuelto hacia el Señor encuentren a Cristo, camino, verdad y vida. “Haced lo que El os diga”. Estas son las palabras de María. Que María anime nuestros esfuerzos ecuménicos. Una madre sabe lo que sus hijos desean, ella sufre por la desunión de la familia. “Haced lo que El os diga”, nos dice María. ¿Qué nos dice Jesús? ¡Ut unum sint! “Que todos sean uno, como Tu Padre estás en mi y yo en Ti para que el mundo crea que tu me has enviado” (Jn 17,21).