El catálogo de una vida - Revista de la Universidad de México

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Harry Mathews*
El catálogo de una vida
i a menudo es posible señalar rasgos originales en todo
autor digno de ese nombre, existe una familia de escritores cuya originalidad es tal que no se les puede aproximar a
ningún otro autor, vivo o muerto. Es a esta familia, en la cual
Franz Kafka y Raymond Roussel son, en nuestro siglo, miembros destacados, a la que pertenece Georges Perec. ltalo Calvino lo ha descrito como "Una de las personalidades más
singulares en el mundo, al punto de no parecerse absolutamente a nadie " , y esto se aplica a todos los aspectos de su
actividad literaria. Los autores que Perec admiraba (entre
ellos Kafka y Roussel) dejaron numerosas huellas en su obra
en forma de referencia y, en ocasiones, de préstamo, pero nos
sería muy difícil hallar en ésta pasajes formalmente " kafkianos" o "rousselianos", Buscaríamos también en vano elementos que permitieran reconocer en Perec al discípulo de Leiris
o de Nabokov, de Melville o de Lowry, o incluso de Queneau,
todos ellos autores a quienes Perec veneraba. Si en su primera
novela, Les choses, la presencia de Flaubert es determinante en
la forma y estilo del libro, sólo es una excepción en apariencia,
pues se trata menos de una influencia que de una deliberada
imitación cuyos resultados son utilizados con fines completamente innovadores.
Los dos grandes éxitos de Perec, Les choses y La vie, mode
d'emploi , le valieron la reputación de "pintor de la sociedad
actual" , siendo que su obra es, finalmente, de un intimismo
extraordinario. Luego de La disparition y otros textos surgidos
de su pertenencia al Oulipo', se ha visto en él al juglar, al
virtuoso , imagen desmentida por la intensidad y el extraño
candor que emanan de todos sus escritos, aun los más complejos formalmente. Estas apreciaciones son tal vez la consecuencia inevitable de la singularidad que Perec manifiesta en su
manera de abordar la escritura, actitud que podemos describir
con justicia no sólo como original , sino también como capaz de
dar origen: de un extremo a otro de su carrera, más que apropiarse de tradiciones y formas disponibles, Perec repensó y
reinventó el acto mismo de escribir. Podemos ver hasta qué
punto esto era radical a través del papel fundamental que jugó
-en La disparition, pero también en libros como W y La oie,
mode d'emploi- el elemento básico del lenguaje, la letra, que se
convierte para Perec, por el excepcional manejo que hace de
ella, en el medio para expresar (útil formal más que simbólico)
el vacío, la ausencia y la muerte, temas centrales de su empresa literaria.
Perec fue hijo de uno de los grandes desgarramientos de
nuestra historia ("la Historia, con su gran hache"), la tentativa
de genocidio que dio origen a los campos de concentración en
los años cuarenta. Este desgarramiento tuvo para él íntimas
consecuencias, heridas de las que .Perec, al reaccionar contra
ellas, extrae su originalidad: sin familia, sin colectividad dónde
insertarse, hizo de la literatura el mundo en que habría de
encontrar, de recrear, un hogar e incluso un país. De un libro
leído y releído durante su adolescencia, escribió: " Fuente de
una memoria inagotable, me ha servido casi de historia , de
reencuentro, de certidumbre", y dirá al hablar de sus padres:
"Escribo porque ellos dejaron en mí su huella indeleble, y ésta
es la escritura; la escritura es el recuerdo de su muerte y la
afirmación de mi vida". Y en otra parte: " Escribir : intentar,
meticulosamente, retener algo, tratar de hacer que algo sobreviva".
Es un error querer separar los textos de Perec que poseen
un carácter más o menos autobiográfico de aquellos cuyo origen es un sujeto formal. Su obra es toda de una pieza; es la
transcripción de una sensibilidad y una inteligencia excepcionales que se unieron para rehacer, de una manera a la vez
astuta e ingenua, un mundo donde absolutamente nada era
seguro: reconstruirlo unas veces uniendo, otras desmantelando partes de ese mundo , como las letras, las palabras, los
poemas y los libros.
.
" No tengo recuerdos de infancia", escribió Georges Perec.
Nació en París el 7 de marzo de 1936, de padres judíos polacos emigrados diez años antes. Muyjoven quedó huérfano: su
padre murió durante las hostilidades de junio de 1940 y su
madre fue deportada en 1943 a un campo de concentración
desconocido, tal vez Auschwitz. .DeI otoño de 1942 hasta el
final de la guerra, Perec vivió en casa de parientes instalados
en Villard-de-Lans y en Lans-en Vercors, donde lo había hecho llevar su tía paterna. Adoptado por esta tía y su marido,
volvió a París en 1945.
En 1954, al terminar sus estudios secundarios en el Collége
d'Etampes, Perec se inscribió en la Sorbona, pero realizó sus
estudios en forma episódica. Luego del servicio militar (19581959), se ganó la vida haciendo encuestas psicosociólogicas;
después retomó sus estudios durante una estadía de más de un
S
• Escritor estadounidense miembro del Oulipo.
I Ouvroir de Littérature Potentielle [Taller de Literatura Potencial].
29
Traducción de Adriana Pacheco
·0·
1:
año en Túnez. De vuelta a París en 1962 trabajó haciendo
2
documentales de neurofisiología para el CNRS hasta 1979 ,
cuando , luego del éxito de La vil, mode d'emploi , decidi ó dedicarse por completo a sus actividades de escritor.
Muy joven, Perec fue animado por el deseo de escribir :
desde 1955 redac taba notas para la Nouvelle Reoue Francaise y
críticas para Les lettres nouvelles , y a partir de 1960 gran cantidad de artículos sobre literatura, especialmente en Partisans.
Su carrera de novelista comenzó en 1965 con Les choses , obra
considerada desde su aparición como una obra de art e y coronada por el premio Renaudot. Con la publicación de Les choses, Perec hizo una entrada brillante en la escena literaria, y el
éxito de ese libro se ha perpetuado: reeditada varias veces,
traducida a numerosos idiomas, esta novela se ha hech o incluso habitual en los manuales escolares. Estos hono res parten
de un malentendido: a menudo se le ha considerado un estudio sociológico. Jéróme y Sylvie, una joven parej a parisina,
viven luego de sus estud ios de manera pre caria en un mundo
obsesionado por el bienestar mater ial, o más exactament e, son,
ellos quienes se dejan obsesionar por los objetos de lujo y elegancia que el mundo les propone. Sueñan con adquirirlos,
pero sin tenerse que somete r a las penalidades del avance profesional. Al final se hallan en un callejón sin salida del que
intentan huir dejando Francia por Túnez, donde esperan iniciar una nueva vida, pero donde sólo conseguirán volverse
aún más débiles. Les choses es un libro que ha sido tomado
incluso por un panfleto que denuncia a la sociedad de consumo, cuyo advenimiento data de principio s de los añ os sesenta , y es en parte a esta reputación que debe buena parte de
su fama, pero también impresionó, desde su aparición, por su
estructura y estilo. El uso de los tiempos verbales es notable: el
primer capítulo , descripción de una vivienda urbana "de ensueño " , está enteramente escrito en condicional; el último ,
epílogo en que uno imagina un eventual regreso de Jéróme y
Sylvie a París, está en futuro. Entre estos dos tiempos " irre ales" , la narración principal se desarrolla en pasado y copretérito , en un conjunto de frases de una inexorabilidad flaubertiana, pues parecen excluir cualquier posibilidad de duda o de
cambio. Esta estructura gramatical responde a la situación en
que se hallan Jéróme y Sylvie, y transforma una situación aparentemente neutra y mesurada en una histor ia per sonal y
emotiva. Perec dice de sus personaje s: "N ada de lo que es
humano les era ajeno". Jéróme y Sylvie encarnan el dilema,
muy humano (del cual la sociedad de consumo no es más que
el contexto) , entre el deseo y el rechazo de un mundo que les
ha sido impuesto .
En Les choses distinguimos ya rasgos de estilo que llegarí an a
ser característicos de Perec , en especial una preocupación casi
obsesiva por la acumulación. Pero en el siguiente libro , Quel
petit vélo a guidon chromé au fond de la courl, divertido recuento de los esfuerzos de una banda más o menos bohemia
de parisinos por evitar el viaje de un joven soldado a Argelia ,
Perec emplea nuevas técnicas: el agotamiento sistemát ico, en
lenguaje hablado , de una serie 'de formas ret óricas (inspirado
Roben Bob er y Per ec
por un curso de Barthes y quizá también por el capítulo del
diario en Ulysses), y la repetición de palabras e incluso frases
que forman , a través de todo el libro , una divert ida trama.
Pese a su encanto , Quel petit vélo.. es una obra menor. Sin
embargo , la técnica de repetición que Per ec desarrolla en esta
obra va a servirle maravillosament e en el gra n libro que le
sigue: Un homme qui dort. El tema aquí es la histori a, o más
bien la ausencia de histor ia de un estudiante que re nuncia no
sólo a sus estudios, sino a la vida misma. Abandona familia y
amigos para llenar sus jornadas con actos neutros, deam bulando por las calles, yendo al cine sin elegir las películas, releyendo periódic os viej os, acumulando innum erables antesalas.
Decidido a sustraerse a la tiranía del tiempo y el espacio, termina por renunciar al hecho mismo de haber nacido al hacer
que todo carezca de importancia. Pere c hace sentir la tentativa
del prot agonista de crear el vacío a su alrededo r a través de la
minuciosa descripción de estados entre la vigilia y el sueño que
experimenta su único per sonaje (estados en que la voluntad de
éste es impotente para protegerlo), y acumuland o detalles de
sus días y noch es cuya repetición compone una música lenta y
alucinante. Al final el hér oe huye de la pesadilla en que ha
desembocado su decisión y vuelve a la vida, sin implicar este
regreso un triunfo o un renacimiento, sino sólo la aceptación
de estar sobre la tierra ent re sus semejantes. Es éste un momento plano y a la vez pun zante y sere no.
2 Centre Nationale de Recherches Scientiliques [Centro Nacional de Investígaciones Científicas j.
.e
•
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disparition donde la e es la única vocal presente) para producir
una serie de textos de carácter autobiográfico: La boutique obscure, transcripci ón de sus sueños durante tres años; Especes
d'espaces, ensayo sobre la noción de espacio que comienza por
el de la página para pasar luego al de la cama y de ahí al
mundo entero; W ou le souvenir d'enfanee, y Je me souviens,
seductora búsqueda de hechos pertenecientes a una memoria
colectiva que han sido olvidados (de esta época datan también
los primeros poemas de Perec, entre los que destaca La cióture, también autobiográfico). De estos cuatro libros, que merecerían un estudio concienzudo, W es sin duda el más notable. A decir verdad, este libro mezcla ficción y narración
autobiográfica, lo que entre otras cosas hace de él una obra
mixta donde se alternan una extraña historia al principio de
misterio, luego de seudosátira, al final de horror visionario, y
la metódica y a menudo dolorosa reconstrucción de la infancia
y la adolescencia del autor. La historia imaginaria, cuyo tema
aparente es una grotesca utopía fundada en el ideal de los
Juegos Olímpicos, y la narración autobiográfica, que gira
en torno a la desaparición de sus padres , avanzan hacia un
punto de intersección que no llegan a alcanzar nunca por completo: ese producto de un capitalismo enloquecido que fue
el campo de concentración nazi. La relación entre ambas
narraciones no se menciona pero queda implícita de una manera impresionante.
La novela más larga y grandiosa de Perec, La' uie, mode
d'emploi, fue también recibida como una obra de arte y recibió
el premio Médicis. Entre la concepción y la terminación de La
vie, mode d'emploi pasaron nueve años. Perec habla de su proyecto en Espece d'espaees: " Imagino un edificio parisino cuya
fachada ha sido retirada ... de manera tal que, de la planta baja
a las buhardill as, todas las habitaciones sean momentánea y
simultáneamente visibles". En otra parte escribe que " El libro
entero está constituido como una casa cuyas piezas se colocarán como las de un rompecabezas". Estas piezas son las de un
edificio de la Plaine Monceau, en París, y también las vidas
pasadas y presentes de sus inquilinos. Así, el libro reúne una
multitud de biografías a veces conmovedoras o caprichosas,
divertida s o trágicas, por lo que ha sido descrito como una
.nueva Comedia humana. Si el rompecabezas proporciona de
alguna manera la forma del libro, aparece igualmente como
elemento narrativo, pues se encuentra en el centro de la historia principal. Percival Bartlebooth, un rico excéntrico que ha
recorrido el mundo entero con el único fin de pintar una serie
de quinientas acuarelas, le encarga a Gaspard Winckler , artesano experto en la materia, que transforme sus cuadros en
rompe cabezas que Bartlebooth deberá rearmar. Al inicio de la
novela nos enteramos de que Winckler, que ha realizado bien
el trabajo que se le ha encargado , ha muerto. Bartlebooth morirá al final del libro sin haber conseguido armar el último "
rompecabezas. El pintor Serge Val éne, que ha seguido de
cerca la actividad de los otros dos, realiza su propio rompecabezas, que se asemeja de manera asombrosa a La vie, mode
d'emploi: él quiere pintar su edificio sin fachada con el fin de
representar lo que sucede en cada una de las habitaciones , y
morirá también sin terminar su labor.
A través de estos tres personajes Perec nos propone un re-
El año en que se publicó Un homme qui dort, Perec comenzó
a trabajar en su obra más desconcertante, La disparition, una
novela en que omite por completo la letra e, que es la más
usada en francés, mediante un procedimiento llamado lipograma. El interés de Perecpor emplear estructuras extrañas y
complicadas lo acercó al Oulipo, donde fue recibido en 1967.
Para él este acontecimiento fue capital y años más tarde diría:
"Me considero realmente un producto del Oulipo" . Fundado
en 1961 por Francois Le Lionnais y Raymond Queneau, el Oulipa es un pequeño grupo dedicado a la creación y el descubrimiento de " restricciones literarias " , es decir de formas y procedimientos tan perentorios que ningún escritor, al utilizarlas
(al menos al principio) consigue evitar someter sus predilecciones a sus exigencias. (Es evidente, por ejemplo, que en un
texto sin e hay muchas cosas que no pueden decirse como uno
querría hacerlo.) El Oulipo proporcionó a Perec un entorno
extraordina riamente prop icio para su desarrollo : el de un laborator io donde la invención, el rigor y un cierto gusto por el
juego van a la par . Desde siempre en busca de procedimientos
formales cada vez más complicados, Perec encontró en el Oulipa el ámbito privilegiado dónde experimentar libremente
tod a clase de restricciones . El resultado de esta exploración
fue, diez años más tarde , La vie, mode d'emploi.
Durante los años de gestación de esta obra, Perec abandonó
la novela (con excepción de Revenentes, complemento de La
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tante entender que en Per ec la abundancia y la severidad van
de la mano . En realidad es la sever idad la que autoriza la abundanc ia. Todo escritor resuelto a transformar un mundo desprovisto de sentido por medio del lengu aje deberá afrontar
interrogantes tales como : ¿dónde comenzar?, ¿con qu é derecho
puedo decir lo que sea? La situación de Perec volvía estas preguntas particularmente agudas: era huér fan o y judío, pero un
judío para el cual lo judío significaba no una comunidad de
leng uaj e y creencias, sino " un silencio, una ausencia, un cuestionamiento, una inqu ietud". Ser judío significaba "deber la
vida sólo al azar y al exilio" . Ante un vacío total, Perec tuvo
que inventarse un punto de partida, y eligió la restricción. Esta
fue una elección que lo liberó del angustioso problema de la
expresión (¿cómo expresarse cuando la historia lo ha privado
a uno de voz?). La palabra estaba en esta restricción , tenía una
justificación y lo que podía expresar era ilimitad o. En La disparition, libro fundamental en la obra de Per ec por su demostra ción de la fuerza productiva de la restricción , explica: " Allí
está, para mí, casi la ley de la novela de hoy. Por tener la
int uición de un poder imaginat ivo sin límites... que se nutre a
sí mismo de un alimento colosal. Es indispensable que no haya
una sola palabra fortuita, sino al cont rario, q ue cada palabra
sea produ cida bajo la sanción de un tamiz constrictor " .
La abundancia de la obra de Perec es en sí misma una "a cumulación colosal". Esta expresión nos recuerda también su
pre ocupación crónica por coleccionar y repetir, preocupación
que lo lleva no a la acumulación gratuita, sino más bien a la
inclusión. ¿No sería acaso un deseo de ampliar el mundo qu e
inventaba? La asiduidad de Perec en este sentido lo conduj o a
la abundancia de historias de La vie, mode d'emploi y dio orig en
también en muchos de sus libros e imágenes que rozan el delirio: basta pensar en los espej ismos pantagruélicos de Les choses,
en la invasión de monstru os en Un homme qui dort, en el desenfreno erótico de Revenents, en la gra n cantidad de subter ráneos de La vie, mode d'emploi. Estos delirios atraviesan la urdimbre de la ficción recordánd onos hasta qué punto ésta es
frágil. Perec sabía que, aun si se había dado cuerpo y alma a
un mundo por medio de la escritura, este nuevo mund o no
estaba menos condenado que aquel en el que uno había nacido; quitaba al lector cualquier ilusión a este respecto: sus
libro s condu cían al vacío y con frecuencia a la muerte. El final
de La vie, mode d'emploi es quizá el que más nos trastorna, pues
se nos revela que el conjunto del libro part e del instant e de
la muerte de .Bartleb ooth . De golpe el libro es reducido a la
nada (el pasado es ficción, la ficción no es sino lo que ha ocurrido); el lienzo de Valéne, réplica del autor, permanecerá vacío . De igual manera , el último párrafo de Un cabinet
d'amateur, su última narración , deshace el libro: " Verificaciones emprendidas con diligencia no tardaron en demostrar
que, en efecto , la mayor parte de los cuadros de la colección ...
eran falsos, como son falsos la mayoría de los detalles de esta
falsa narr ación, concebida por el simple placer de simular " .
Tras varios-meses de sufrimiento, Ceorges Perec murió de
un cáncer de pulmón el tres de mar zo de 1982 en el hospital
Charles-Foix , en Ivry. O
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trato del artista (e igualmente del hombre en su función social
y económica): primero está Bartlebooth, el que manda, el inventor de restricciones, generoso, distante y ordenado; luego
Winckler , que padece dichas restricciones, servidor genial capaz de hacer con los quinientos rompecabezas una gran obra,
que será relevado de su condición por la veng anza y la
muerte; finalmente Valene , solitario, lleno de sentimient os humanitarios, inventor como Bartlebooth de restricciones, pero
que asumirá libremente, por su propia cuenta. Catalizándose
alrededor de estas tres vidas, todo el libro se convierte en una
magistral puesta en escena de Jos avatares del acto creador.
Perec publicó poca prosa luego de La vie, mode d'emploi: Un
cabinet d'amateur, largo ensayo dedicado al estudio de una colección de cuadros doblemente falsos, y Récits d'Ellis Island,
base del guión de la película de Robert Bober donde , por vez
primera, Perec habla ampliamente de su condición de judío.
Dejó una novela sin terminar, 53 jours.
En su conjunto, la obra de Perec nos impresion a, por una
parte, por su abundancia y variedad, y por otra por ser el
fruto de medios narrativos excep cionalmente estrictos. Esto
resulta tan válido para sus primeros libros como para los posteriores a su ingreso al Oulipo (simplemente en los primeros las
restricciones formales son más difíciles de definir). Es impor-
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