ALOYSIUS XAVIER FUERZA EN LA FLAQUEZA. PASTORAL DE PABLO EN CORINTO Power in Weakness. Paul's Pastoral Stance in Corinth. Indian Theological Studies, 20 (1983) 286-295. Cuando Pablo se fue de Corinto, dejó detrás de sí una iglesia floreciente. Las dos cartas a los Corintios nos ofrecen una visión profunda de la exuberante vida de una de las comunidades cristianas urbanas más antiguas. Los dos escritos nos presentan un cuadro expresivo y detallado de la vida cristiana en una ciudad pagana hacia la mitad del siglo primero. Nos revelan también los movimentos espirituales que agitaban a la primitiva cristiandad. Sin olvidar que los paralelismos entre este Corinto del s. I y las grandes ciudades del mundo moderno dan a estas cartas de Pablo una actualidad excepcional para los cristianos de hoy día. I. SITUACIÓN PASTORAL DE PABLO EN LA IGLESIA DE CORINTO Pablo estableció la iglesia en Corinto y permaneció allí dieciocho meses (Hch 18,11); pero, aún después de irse, Corinto siguió presente en su corazón. Aquella joven iglesia tuvo que enfrentarse con graves problemas suscitados por el carácter cosmopolita de la ciudad y por el eclecticismo filosófico y religioso que allí prevalecía. Aún no se había llegado a una institución eclesial organizada con presbíteros y obispos. Por eso los cristianos de Corinto se dirigían hacia Pablo para la solución de sus problemas. Le escribían explicándole sus dificultades (1 Co 7,1) o, a veces, delegaban a algunos miembros de la comunidad para recibir sus orientaciones (1 Co 16,1. Algunos discípulos que estaban vinculados más personalmente con su pastor, le visitaban y le daban noticias de. primera mano sobre la fraternidad (1 Co 1,11). Pablo respondía a sus cartas ofreciendo soluciones a sus problemas (1 Co 5,9), a veces ordenándoles en el nombre del Señor (1 Co 7,10), a veces aconsejándoles en nombre propio (1 Co 7,12). El mismo Pablo visitó de nuevo la comunidad (2 Co 2,1) y tenía la idea de volver otra vez a verles (1 Co 16,5). En resumen, para todos los efectos prácticos, Pablo era el pastor de la iglesia de Corinto. Las dos cartas manifiestan sus cualidades pastorales. Pablo, hombre incapaz de esconder sus sentimientos y emociones, los derrama en estas epístolas. Esta correspondencia con Corinto refleja sus dificultades y pruebas, su debilidad, y también su pastoral. II. RASGOS CARACTERÍSTICOS DE PABLO COMO PASTOR DE CORINTO Humildad ante la sabiduría humana como técnica retórica Sin entrar en el debate sobre la naturaleza de las divisiones que afligían a la comunidad de Corinto, podemos observar que (en 1 Co 1,18 - 2,5) Pablo las atribuye al interés entusiasta que sentían por la sabiduría humana, algo característico de los países helenistas de aquella época. Pablo respondió a aquella moda con la humildad: " Cristo ALOYSIUS XAVIER no me mandó a bautizar sino a predicar el evangelio, y eso sin sabiduría elocuente" (1 Co 1,18). Con este versículo Pablo empieza una comparación entre la sabiduría divina, locura para los hombres, y la sabiduría humana, locura ante Dios. La palabra sophia (sabiduría) se usa dieciséis veces en los tres primeros capítulos de 1 Co. Como "sabiduría humana", se usa en dos sentidos en dichos capítulos. Primero significa una especie de elocuencia, una técnica para persuadir a los oyentes; en sí misma es inocua, pero se vuelve perversa cuando el que la usa se apoya en los inventos y artificios humanos y no en la fuerza de Dios que reside en Cristo. Por eso Pablo declara: " iA ver un sabio, a ver un letrado, a ver un estudioso de este mundo! ¿No ha demostrado Dios que el saber de este mundo es locura?" (1 Co 1,20). Pablo no quiere usar las técnicas retóricas a costa de olvidar la fuerza divina: " Por eso yo, hermanos, cuando llegué a vuestra ciudad, no llegué anunciándoos el testimonio de Dios con ostentación de elocuencia" (1 Co 2,1; c£ 1,17). Humildad ante la sabiduría humana como contenido En un segundo significado, "sabiduría" era más que una técnica; era algo peor: se convertía en el contenido de la predicación, al exaltar el conocimiento humano en lugar de Cristo crucificado. Pablo no convirtió la sabiduría humana en el tema de su predicación. La que predicaba era otra sabiduría, más sublime: "Exponemos un saber; pero no es un saber... de los jefes pasajeros de este mundo. No; exponemos un saber divino y secreto" (1 Co 2, 6-7). En ambos sentidos la sabiduría era una tentación para los corintios. Sin duda todo el mundo la ensalzaba, tanto judíos como griegos. Para ellos, que aspiraban a la sabiduría humana, la predicación de Pablo parecía necedad. Pablo acepta esto humildemente: "Me presenté ante vosotros con una sensación de impotencia y temblando de miedo; mis discursos y mi mensaje no Osaban argumentos hábiles y persuasivos de sabiduría" (1 Co 2, 3-4). Nada más que un servidor de Dios "En fin de cuentas, ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Auxiliares que os llevaron a la fe, cada uno con lo que le dio el Señor" (1 Co 3,5). Pablo no es más que un servidor que desempeña el oficio de llevar la fe a la comunidad. No hay nada en ello para enorgullecerse. " Por tanto, ni el que planta significa nada, ni el que riega tampoco; cuenta el. que hace crecer, o sea, Dios" (1 Co 3,7). Como servidor, Pablo se afana y siente la carga de su trabajo. La palabra kopos (trabajo, fatiga) aparecerá diecinueve veces (1 Co 3,8; cfr. 2 Co 6,5; 11, 23; 11,27, etc.). Tiene un sentido fuerte. En griego clásico significa golpe, decaimiento como si a uno le hubieran pegado, cansancio, sufrimiento, tortura, trabajo fatigoso. En el N.T. implica la fatiga de uno que se ha agotado. Así Pablo aparece como un humilde trabajador que tiene que afanarse por cumplir la dura tarea de predicación que se le ha confiado. Un trabajador manual, poco considerado y escaso de dinero ALOYSIUS XAVIER Pablo trabajó con sus propias manos (1 Co 4,10). En los Hechos de los Apóstoles se precisa su oficio de "tejedor de lona" (Hch 18,3). Aunque tenía todo el derecho de que le mantuviera la comunidad, no quiso aprovecharse de este privilegio. "¿Acaso no tenemos derecho a comer y beber?... Sin embargo, no hicimos uso de ese derecho" (1 Co 9,4.12). La vida de un tejedor de lona no era en absoluto una vida fácil en tiempos de Pablo en el mundo grecoromano. Tenían que trabajar duramente, largas horas, y sólo así podían ganar el mínimo necesario. Pablo supo lo que eran los largos y agotadores esfuerzos de un astesano (1 Ts 2,9; cfr. 1 Co 4,12; 2 Co 11,27). Además, él no residía permanentemente en un lugar, lo cual era una notable desventaja para organizarse en su oficio. No podía establecerse como un artesano reconocido en una ciudad; cuando se había establecido en una parte, su ministerio apostólico le llamaba a algún otro sitio. Aparte de la pobreza y las privaciones debidas a sus escasos ingresos, Pablo no debió de ser muy apreciado a los ojos del mundo. En general, los artesanos eran vistos con desprecio e incluso con hostilidad por parte de los niveles sociales más elevados. Esta humillación debería de molestar a Pablo tanto más cuanto que él era, por nacimiento, miembro de un grupo social privilegiado: "ciudadano de una ciudad no despreciable" (Hch 21,39) y había sido educado para desenvolverse con facilidad en ambientes que se consideraban el centro de la vida social. Sin embargo, Pablo pudo decir: "Hasta el momento presente no hemos parado de pasar hambre, sed, frío y malos tratos; no tenemos domicilio fijo, nos agotamos trabajando con nuestras propias manos.. se diría que somos basura del mundo, desecho de la humanidad, y eso hasta el día de hoy." (1 Co 4, 10-13). El flaco aspecto de Pablo se debía sin duda a su práctica de un trabajo manual. En la vida social de una ciudad como Corinto, Pablo debía de ofrecer una pobre imagen, excluido como estaba del poder, el prestigio y los privilegios. Una comunidad de personas de baja condición social Pablo habla en términos bastante poco halagüeños de la condición social de sus primeros convertidos en Corinto: " Hermanos, fijaos a quiénes os llamó Dios: no a muchos intelectuales ni a muchos poderosos ni a muchos de buena familia; todo lo contrario: lo necio del mundo se lo escogió Dios para humillar a los sabios; y lo débil del mundo se lo escogió Dios para humillar a lo fuerte; y lo plebeyo del mundo, lo despreciado, se lo escogió Dios: lo que no existe, para anular a lo que existe, de modo que ningún mortal pueda engallarse ante Dios". (1 Co 1, 26-29). Como dice Deissmann, "el nuevo testamento no fue un producto del refinamiento descolorido de una clase elevada... Al contrario, fue, humanamente hablando, un producto de la fuerza inalterada y reforzada por la divina presencia- que procedía de la clase inferior (Mt 11, 25-26; 1 Co 1, 26-31). Este motivo era indispensable para que pudiera llegar a ser el libro de toda la humanidad ". Una buena proporción de la comunidad cristiana de Corinto debía de formarla los esclavos. Pablo menciona a la familia o casa de Esteban (1 Co 1, 16): ellos eran los primeros convertidos de Acaya (1 Co 16,15). Aunque no se afirma expresamente que hubiera esclavos en el grupo, la palabra "casa" o "familia" (oikos, oikia), en este ALOYSIUS XAVIER contexto, no se refiere solamente a los miembros de la familia inmediata sino también a los demás que están en la casa, como los esclavos. Los sufrimientos forman parte esencial de su ministerio En sus cartas a los corintios, Pablo enumera los sufrimientos, pruebas y tribulaciones que tuvo que padecer (1 Co 4,8-12; 2 Co 1,8ss; 4, 7-12; 6, 4-10; 11, 25-28). Son textos de un gran valor biográfico puesto que muchas de estas dificultades no se narran en los Hechos. Pero esta enumeración, ¿trata sólo de ofrecernos datos biográficos? ¿O pone Pablo la lista de sus pruebas de una manera competitiva para dejar atrás a rivales que no han experimentado tanta tribulación? Se trata de mucho más. Para Pablo, los sufrimientos y peligros son parte importantísima de su ministerio. Pablo recurre a sus sufrimientos como signo de autenticidad del servicio apostólico que presta a sus comunidades. En el mismo comienzo de su ministerio, en el momento de su vocación, le dijeron a Pablo que tendría que sufrir: "Yo le enseñaré cuánto tiene que sufrir por mí" (Hch 9,16). Y hacia el final de su ministerio, dice: "El Espíritu Santo, de ciudad en ciudad, me asegura que me aguardan cárceles y aflicciones" (Hch 20,23). III. ACTITUD PERSONAL DE PABLO ANTE ESTOS FACTORES Así aparece Pablo como un apóstol débil y sufriente, como un hombre sin poder ni privilegios, sin riqueza s ni influencias, como un pastor pobre de una comunidad de pobres y humildes. Todos estos factores humillantes, ¿impidieron el éxito de su ministerio? ¿Se sintió Pablo infeliz por su suerte en la sociedad? ¿Se sintió agraviado por su baja condición social y aguantó sus sufrimientos con ánimo estoico? Éxito en la riqueza de carismas de la comunidad La respuesta es, ante todo, que su insignificancia intelectual, social y política, no fue ningún obstáculo para el éxito de su ministerio. Es verdad que no tenemos datos estadísticos sobre el número de convertidos en Corinto. Y aunque los tuviéramos, serían sólo un índice muy deficiente del éxito del pastor. Tenemos que medir el éxito por la calidad de la comunidad. Naturalmente, como cualquier otra comunidad, la iglesia de Corinto no estaba libre de defectos. Sin embargo, era una comunidad floreciente, rica de carismas (cfr. 1 Co 12-14). Estaban ansiosos de vivir una vida cristiana ideal y esto es lo que les movió a escribir a Pablo para preguntar sobre la adecuada actitud cristiana sobre puntos tan importantes como el matrimonio y la virginidad (1 Co 7). Pero todavía es más significativo lo que dice Pablo sobre su comunidad: "Continuamente doy gracias a mi Dios por vosotros, por la generosidad que ha usado con vosotros como cristianos, pues Cristo Jesús os ha hecho ricos de todo, de todos los dones de palabra y de conocimiento; así se vio confirmado entre vosotros el testimonio que damos de Cristo, hasta el punto de que en ningún don os quedáis cortos... " (1 Co 1,4-7). El resto de la carta, especialmente las palabras referentes a la sabiduría y dones espirituales, muestran que esta riqueza es uno de los rasgos característicos de aquella ALOYSIUS XAVIER comunidad... No hay nada pequeño en ella, pero esta misma grandeza dio origen a muchos pecados (cfr. 1 Co 4,7). Pablo vuelve a afirmarlo en la segunda carta:" Tenéis abundancia de todo: de fe, de dones de palabra, de conocimiento, de empeño para todo y de ese amor vuestro por mí: pues que sea también abundante vuestra generosidad" (2 Co 8,7). En ambos textos Pablo pierde de vista por un momento las irregularidades que habían desfigurado a la iglesia de Corinto, al recordar las bendiciones espirituales de que han gozado. Alegría de Pablo: Dios actúa en la debilidad Para Pablo, los sufrimientos no tenían un valor negativo. Al contrario, ellos ponían de relieve la fuerza y la gloria de Cristo: "Con muchísimo gusto presumiré de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso estoy contento en las debilidades, ultrajes e infortunios, persecuciones y angustias por Cristo; pues cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Co 12, 9-10). Pablo se siente feliz y seguro a causa de la suficiencia completa de la gracia de Dios en Cristo para salir al encuentro de su insuficienc ia y transformarla. Porque la fuerza de Dios actúa con toda su perfección en la debilidad humana, Pablo está contento con la debilidad, insultos y aflicciones de todo tipo. La flaqueza humana ofrece la oportunidad a la fuerza divina. CONCLUSIÓN Pablo fue un pastor humilde y débil en Cristo. Pero, para él, la flaqueza era, fuerza y una condición humilde era su motivo para gloriarse en Cristo. "Pablo, que aprendió en Corinto lo que significa ser débil en Cristo, muestra allí quizá más claramente que en otras partes toda su estatura de inteligencia, firmeza y magnanimidad cristiana" (Barrett). Esta posición de Pablo es un estímulo y una guía para el pastor cuando se siente golpeado por tentaciones interiores y pruebas exteriores, abrumado por un sentimiento de insuficiencia e impotencia. Es también un desafío y un aviso para la iglesia de hoy, siempre tentada -como en todos los tiempos y como el mismo Jesús en el desierto (Mt 4,1-10)- de trabajar desde una posición de poder, riqueza o sabiduría humana, poniendo con ello su seguridad en la carne y no en Dios. En la angustia y en el éxito, en la flaqueza y en el poderío, sigue llegando hasta nosotros el reto de Pablo: " El que está orgulloso, que esté orgulloso en el Señor... Lo que es a mí Dios me libre de gloria rme mas que de la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo" (1 Co 1,31; 2 Co 10,17; Ga 6,14). Tradujo y extractó: AURELI BOIX