PDF (Capítulo 2) - Universidad Nacional de Colombia

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CAPÍTULO SEGUNDO
Establecimiento
del Frente Nacional (1957-1960)
ESTABLECIMIENTO
DEL FRENTE NACIONAL (1957-1960)
1. EL DESMONTE DEL RÉGIMEN MILITAR
Y LA MOVILIZACIÓN DE LAS IDEAS
Para mayo de 1957, cuando Rojas deja el poder, sus innumerables discursos
orientados a persuadir a todos los estamentos de las Fuerzas Armadas de su
tarea histórica de "salvar al país" habían calado profundamente en sus espíritus. Por eso, más que a los civiles, el retiro del General Rojas del poder
conmovió al Ejército. Oficiales, suboficiales y soldados confundidos no sabían a que atenerse cuando se enteraron de la conformación de la Junta
Militar. Llegaron a creer que se trataba de un golpe y quisieron resistir. Estaban dispuestos, incluso, a asesinar a los Quíntuples. Rojas, calmando los
ánimos, manifestó a sus subalternos que los cinco Generales habían sido
escogidos por él mismo, que para evitar una guerra civil lo mejor era retirarse
temporalmente del poder, pero que los miembros de la Junta Militar tenían
la misión de continuar el gobierno de las Fuerzas Aliñadas para defender,
según él, al pueblo de las oligarquías políticas de Colombia .
Emocionados, los cinco miembros de la Junta despidieron en el Aeropuerto de Palanquero a Rojas , quien salía rumbo a España. Llorando,
el General Navas Pardo besó a Rojas y le murmuró al oído: "General,
usted sale hoy, pero antes de un año lo tendremos en el país" . Rojas salió
de Colombia pensando en que volvería al poder. Ese había sido el pacto.
Todos sus íntimos lo sabían; muchos empezaron a esperar su regreso.
1
Rojas ante el Senado. El Gobierno Militar ante la Historia. Bogotá, ed. Excelsior,
IQI^Q ^,
2
3
749
La Junta Militar estaba integrada por: Rafael Navas Pardo, Gabriel París, Deogracias
Fonseca, Luis Ordoñez y Rubén Piedrabita.
Rojas ante el Senado... p.745.
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CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
Mientras unos trazaban las pautas para impedir su retorno, otros se preocupaban por abrirle el camino .
El país pasó a ser gobernado por la Junta Militar, la cual dio a su
administración un rumbo completamente diferente al esperado por el
General Rojas en su impaciente destierro. Los Quíntuples se comprometieron a restablecer el orden de democracia y libertad que exigían
los portavoces de los grandes capitales: un gabinete ministerial paritario, el establecimiento de la paridad a nivel de las gobernaciones, disolución de la ANAC, clausura del Diario Oficial, convocatoria a elecciones populares en 1958 y el desmonte de toda la estructura de poder
dejada por Rojas Pinilla. Vendría de todas maneras un complejo desempeño de la Junta Militar al no constituir su administración un solo propósito. Entre los Quíntuples Navas Pardo y Ordoñez aspiraban, cada
uno por su lado, a quedarse con el poder. El primero quiso gestionar
la unión de las corrientes conservadoras de Álzate y Jorge Leyva para
que, reconciliado el conservatismo, movilizara las masas a su favor y en
contra del Frente Civil. El General Navas ofreció a Álzate la radio militar y los talleres de Diario Oficial para coadyuvar a tal campaña . Ordoñez, por su parte, estuvo comprometido en un complot organizado
en diciembre de 1957 . Las inconsecuencias y apetitos personalistas
que caracterizaron a la Junta Militar, sumados a la imposibilidad de
contar con unas Fuerzas Armadas unidas, facilitaron al Frente Civil la
imposición de sus condiciones.
Con la Junta Militar en el poder se inicia el proceso por medio del
cual la élite económica y política reconquista sus posiciones perdidas
durante la dictadura. Se restablece el predominio del sector industrial.
La ANDI vuelve a tomar el manejo de la política a nivel nacional: la
gobernación de Cundinamarca, las alcaldías de Medellín y Cali son dirigidas ahora por cuadros de la ANDI. En su mayoría, los dirigentes
civiles y militares que pasaron a ocupar cargos de representación, tuvieron que apostatar de su simpatía con la dictadura, manifestar su adhesión a los nuevos pactos y, por último resignarse a la bendición de los
representantes del Frente Civil en las localidades. Algunos de los miem4
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Algunos periódicos rojistas que habían sido apedreados en las jomadas de mayo,
volvieron a emitir sus ediciones. Un osado líder popular de Bucaramanga, el tipógrafo liberal José María Pinzón empezó a publicar un periódico denominado Meridiano
con el fin de contrarrestar el júbilo de los órganos de la gran prensa. Alcanzaron a
salir 8 números con tirajes de mil ejemplares.
Rojas ante el Senado... p. 64-67.
Citado por Alvaro Echeverry U... p. 167-168.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
bros de la Junta, incluso, estaban relacionados no solo económicamente
con las élites colombianas. Navas Pardo era un General ganadero, emparentado con su Ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Sanz de
Santamaría. Precisamente, gracias a este vínculo, el FC había podido
mantenerse informado de los pasos del gobierno de Rojas y en contacto
con la oficialidad descontenta con el régimen .
El gabinete ministerial con que gobernó la Junta se conformó paritariamente, de acuerdo con el papel jugado por los voceros de los gremios económicos en la caída de Rojas. Algunos ministros de la Junta no
solo fueron voceros, sino que directamente defendieron sus intereses
gremiales. Ese fue el caso del citado canciller de la Junta, el liberal Sanz
de Santamaría —industrial, banquero, financiero, ganadero y exitoso
político. El conservador Antonio Álvarez Restrepo, Ministro de Hacienda de la Junta y exministro de la misma cartera en la administración
Gómez-Urdaneta, y cuya casa sirvió de sede a las últimas conversaciones
entre el FC y el gobierno militar, en los días previos a la caída de Rojas.
Álvarez Restrepo era ganadero, industrial, banquero y periodista. El
Ministro de Agricultura, el liberal Jorge Mejía Salazar era también banquero, industrial, ganadero e hijo del Gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Manuel Mejía. El de Trabajo Raimundo Emiliani Román, miembro de la Junta Directiva de Fenalco en Cartagena, industrial
y exministro de la misma cartera en la administración de Urdaneta. El
Ministerio de Fomento recayó sobre el Industrial y gran comerciante
liberal Joaquín Vallejo Arbeláez. Fue reemplazado a fines de 1957 por
Harold Eder Caicedo, prominente industrial vallecaucano, propietario
del Ingenio La Manuelita y de la gran Hacienda "Quebradaseca" en
Corinto, Cauca. Alfonso Carvajal Peralta, segundo Ministro de Educación de la Junta, se había desempeñado como Ministro de Higiene en
el gobierno de Laureano Gómez .
La Junta Militar permitió que el FC diera pasos en firme para la consolidación del sistema bipartidista colombiano. Restaba legitimar jurídicamente la apropiación que del Estado hacían las élites económicas identificadas en las cúpulas de los dos partidos tradicionales. El gobierno militar de tránsito sirvió de arbitro a todo el proceso de acomodamiento del
proyecto político del Frente Nacional que había nacido en las postrimeSegún relato de Carlos Lleras Restrepo. Véase Nueva F r o n t e r a 4-10 de mayo d e
1977. No. 129, p. 19.
La información se t o m ó del cuadro elaborado p o r Echeverry U r u b u r u Alvaro. Élites
y Proceso Político en Colombia 1950-1978. Bogotá, Fondo de Publicaciones FUAC,
1987, p. 169-175.
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CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
rías del depuesto régimen de Rojas.
Alberto Lleras Camargo viajó de nuevo a entrevistarse con Laureano Gómez, de cuyas conversaciones salió la
Declaración de Sitges firmada por
ellos el 20 de julio de 1957. El documento refrendaba lo consignado en
el Acuerdo de Benidorm al proponerle a los colombianos una sucesión de
gobiernos de coalición de liberales y
conservadores, pero esta vez establecía como novedad el mecanismo para
g a r a n t i z a r tal l o g r o . Simultáneamente a la elaboración del documento en mención, Gómez y Lleras
redactaron un proyecto de consulta
plebiscitaria que recogía los puntos
claves de la Declaración de Sitges. El
Laureano Gómez, líder del grupo
CONACCIÓN socio mayor del liberalismo en los
proyecto preveía la paridad en las
comienzos del Frente Nacional.
Corporaciones Públicas por el térmi(Archivo de Antonio Isaza)
no de 12 años, la proporcionalidad
en el Gabinete Ejecutivo de acuerdo
con la representación de los partidos
en las Cámaras Legislativas, la garantía constitucional necesaria para que
la carrera administrativa fuera una
realidad, la prohibición a los funcionarios públicos de toda intervención
en la lucha política, etc.
Aunque lo de Sitges había sido la
expresión de dos sectores de la opinión política colombiana: la del libeTomada de la revista Estampa
ralismo oficial y la de la Comisión
Nacional de Acción Conservadora
(CONACCIÓN) o sector laureanista, la importancia y trascendencia del
contenido de los documentos firmados obligaron a todas las corrientes
de la política colombiana a pronunciarse al respecto.
Ver texto del Proyecto de Consulta Plebiscitaria en: Vásquez C. Camilo. El Frente
Nacional...p. 259-260.
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RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
1.1.
LAS IDEAS CONSERVADORAS
Los primeros en saltar al ruedo de las discusiones en torno a la viabilidad
del plebiscito fueron los sectores conservadores excluidos de los pactos
pro-Frente Nacional. Unos conservadores se oponían a tal medida desde
posiciones políticas acordes con la época, como en el caso de Gilberto
Álzate Avendaño; otros, desde posiciones fundamentalistas traídas de
tiempos pretéritos, como fueron, entre otros, los planteamientos del dirigente rojistajosé María Nieto Rojas. Alrededor de sus posiciones frente al
plebiscito se fue configurando el rostro ideológico del rojaspinillismo. Las posturas que los abiertamente rojistas esgrimieron al respecto, junto a las de los
alzatistas y leyvistas estaban predestinadas a confluir en una amalgama de ideas
durante los primeros pasos de la actividad política del anapismo.
Nieto Rojas recogía la c o m e n t e conservadora que insistentemente quiso que el gobierno de Rojas Pinilla fuera una expresión estrecha del conservatismo clerical. Para Nieto, el régimen de Rojas se había inspirado en
las doctrinas de la Iglesia católica y en los postulados filosóficos y políticos
d e la derecha. Nieto y sus seguidores quisieron organizar, una vez la J u n t a
Militar aprobó darle curso al plebiscito, un Movimiento Católico de resistencia. Para tal efecto se difundieron hojas volantes en d o n d e se reproducían densos escritos para convencer a los católicos de no votar afirmativamente. U n o de los volantes firmado por Nieto Rojas se encabezaba así:
"CATÓLICOS: ¡ALERTA! EL PLEBISCITO SERÁ UN TRIUNFO DEL COMUNISMO, DEL
PROTESTANTISMO Y DE LAS LOGIAS LIBERALES CONTRA LA IGLESIA " W .
Los organizadores del Movimiento Católico celebraron entrevistas
con altos prelados de la Iglesia. Le pidieron al Cardenal L u q u e p r o n u n ciarse en contra, ya q u e según ellos en el texto del plebiscito "se refrendaban las reformas anticatólicas aprobadas p o r el liberalismo en 1936, y
se derogaba el precepto constitucional que declaraba al comunismo fuera de la Ley abriéndole así de par en par las puertas de la patria para que
libremente pudiera difundirse entre nosotros" . El Cardenal convino en
que el proyecto del plebiscito, de ser aprobado, le daría un triunfo al
protestantismo, a la masonería y al comunismo. Pero le informó a los
miembros del Movimiento Católico que había recibido de parte de Lleras
Camargo la promesa de que, u n a vez r e u n i d o el Congreso, c o m o jefe del
liberalismo propiciaría u n a Reforma Constitucional que, además de de10
11
Nieto Rojas José María. Proceres de la Segunda República. Un triunfo de las izquierdas con capitanes de la derecha. Bogotá, editorial, Kelly, 1960, p. 41.
Ibid, p. 38.
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CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
volverle a la Iglesia sus derechos, conforme se habían consagrado en la
Constitución de 1886, impidiera la difusión del comunismo en el país .
Queriendo ser más papista que el Papa, el dirigente rojista olvidaba
muy rápido el decisivo papel que la Iglesia colombiana había jugado en
la caída de Rojas. Como a la Junta Militar, a la Iglesia católica no le quedaba otro camino que acatar las reglas de juego que imponía el FC. La
cúpula de la Iglesia simplemente se reacomodaba a las condiciones de los
tiempos nuevos, más poderosos que las doctrinas. El contraproyecto de
Nieto, en cambio, revivía una querella que amenazaba con irrumpir de
nuevo. Se trataba de una pertinaz resistencia al proceso de secularización
política impulsado por las reformas de la "Revolución en Marcha" de
López Pumarejo. Nieto Rojas le recordaba a los católicos, en una hoja
volante de octubre de 1957, que la Reforma Constitucional de 1936 había
introducido innovaciones condenadas por la Iglesia, tales como la libertad de conciencia, la libertad de cultos, la prohibición al clero de intervenir en política, etc. Afirmaba Nieto que dicha reforma le había quitado a
la Constitución "el respaldo moral de la ley divina... para reemplazarlo
por el concepto deleznable de los "derechos sociales", mudables y sujetos
a la interpretación caprichosa de los hombres y de los Estados" .
Sin tenerse en cuenta el espíritu de cruzada que el Movimiento Católico se aprestaba a emprender, El Catolicismo, interpretando una declaración del Cardenal Luque en la que afirmaba que los católicos tenían la
obligación de votar el plebiscito según su conciencia, el órgano de la
Curia Primada señaló que esa Declaración no era otra cosa que "una
exhortación a votar afirmativamente el plebiscito"1 .
En contraste, la corriente de Álzate asistió al debate desde las concepciones modernas del nuevo conservatismo europeo. El dirigente conservador regresa al país en los primeros días de noviembre, a menos de un mes
de realizarse el plebiscito. Había permanecido en España durante la mayor
parte del gobierno de Rojas. Desde lejos pudo leer los conflictos de la
política interna colombiana, a la vez que logró enterarse y meditar en torno
a los reajustes que el pensamiento conservador hubo de hacerle a su doctrina para sobrevivir después de la segunda conflagración mundial. Venía
resuelto a inyectarle al conservatismo desde la agrupación que le rodeaba
los aires renovadores de Democracia Cristiana Europea. A diferencia de la
oposición de Nieto, la de Álzate no es de carácter clerical, no es un llamado
a integrar una cruzada. Empezaba valorando positivamente el espíritu que
12
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80
Ibid. p. 38-39.
Ibid. p. 43.
Ibid. p. 39.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
envolvía el contenido del acuerdo de Sitges, en cuanto le proponía a los
partidos una lucha conjunta contra la violencia en ciudades y campos. Empero, Álzate insistía en que la salida tenía que ver con una reconciliación
de esencia cristiana y no con la apelación a u n recurso cesáreo como el
plebiscito y se oponía a él con base en su concepción modernizante de la
política, del sentido de hacer la política. Advertía los visos democráticos de
u n a propuesta profundamente antidemocrática manipulada y orquestada
hasta la saciedad p o r sus proponentes a través de la maquinaria del p o d e r
político y de todos los medios de comunicación saturados n o solo de análisis apologéticos a la medida, sino además con la propaganda política pagada de los grandes gremios llamando al sí. En palabras de Álzate, "quien
p r o p o n e la consulta es realmente quien asume la capacidad decisoria. El
pueblo asiente o refrenda, pero no manifiesta su voluntad propia" . Ahí
n o paraba su crítica, se quejaba el dirigente conservador del contenido del
texto sometido a la aprobación: dos partidos constitucionales, paridad
parlamentaria, carrera administrativa, etc. Sus intervenciones apuntan a la
prevención social. Consideraba que la fórmula del plebiscito, si bien pecaba de anticonstitucionalidad y se distinguía por su esencia antidemocrática,
era potencialmente peligrosa, porque cualquier movimiento popular que
eventualmente se formara en el curso del tiempo consagrado constitucionalmente al monopolio político de los dos partidos tradicionales, tendría
"que irrumpir revolucionariamente" .
T a m b i é n le p r e o c u p a b a el destino q u e tendrían las doctrinas políticas d e las dos colectividades, al tener q u e votar los ciudadanos, u n a vez
a p r o b a d o el p a q u e t e plebiscitario que estipulaba la alternación de los
partidos constitucionales p o r candidatos extraños a sus ideas. Avizoraba Álzate: " C u a n d o la política está en todas partes y no existe hoy u n
lugar en las afueras del Estado d o n d e el h o m b r e p u e d a p o n e r s e a cubierto de sus vicisitudes, resulta inadmisible crear ilotas o parias en el
interior del país, inermes para defender los haberes ideales y reales de
su vida" . Afirmaba más adelante que la aprobación del plebiscito obligaría a los colombianos a cometer "un fraude mental y u n a capitulación
doctrinaria... lo q u e p e r t u r b a r í a la política e iría en perjuicio de las
colectividades históricas, convirtiéndolas en h e t e r o g é n e a s clientelas sin
u n i d a d d e ideologías y objetivos" .
15
16
17
18
Álzate Avendaño Gilberto. Obras Selectas. Bogotá, Imprenta Patriótica del Instituto
Caro y Cuervo, Yerbabuena, 1979, p. 153.
Ibid, p. 156.
Ibid.
Ibid.
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CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
Álzate se lanza con valentía a la def e n s a d e la d e m o c r a c i a r e p r e sentativa. Da inicio al debate que estimulará tan p r o n t o c o m o se vote el
plebiscito. Lo curioso consiste en que
esa defensa p r o v e n g a del s e n o del
conservatismo y que sirva de oxigenación a la corriente de ese partido que
justamente había sido arte y parte del
Gilberlo Álzate Avendaño
régimen inmediatamente anterior,
r e p r o b a d o por antidemocrático. "La
propuesta —decía Álzate— suprime la noción de mayoría y minoría, a la
vez q u e deja sin tutela jurídica y política a los ciudadanos que no estén
e m p a d r o n a d o s en u n o de los dos partidos coaligados. Esta fórmula destruye la legitimidad democrática, que se funda en el dualismo entre poder y oposición" . Abogaba también Álzate por un sistema plural de
partidos que le permitiera a todos los ciudadanos expresar sus ideas,
formular programas políticos, conducir o fiscalizar el gobierno, promover candidatos para cargos electivos, etc.
Desde el mismo conservatismo y en oposición a las tesis de Álzate,
un g r u p o de j ó v e n e s reunidos en un ("omite de Acción Social q u e publicaba sus opiniones en hojas completas insertas en La República, El
Siglo y La Patria con el n o m b r e de Acción Nueva , m o s t r ó que su
p a r t i d o apoyando el plebiscito se disponía a modernizarse. El 17 de
noviembre, el Comité publicó un Manifiesto dirigido a la militancia
conservadora del país. El d o c u m e n t o define al conservatismo c o m o el
p a r t i d o de los campesinos, señala que la doctrina cristiana, base del
conservatismo, "es la q u e más protege sabiamente los intereses de los
trabajadores" . A p u n t a b a el d o c u m e n t o que para extinguir el caudillism o y hacer del partido conservador u n a organización de h o m b r e s que
trabajen sólidamente, era necesario trabajar en p r o de la doctrina. Esp e r a b a n los a g r u p a d o s en el Comité de Acción Social que los 12 años
del Frente Nacional tendrían q u e servir para construir un "gran partido", capaz de librar futuras controversias ideológicas y de disputar el
p o d e r "por la solidez de sus programas ,22
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22
82
Ibid. p. 156.
Acción Nueva estaba dirigida por Alberto Dangond Uribe, José Jaramillo Ortiz, Rodrigo Llórenle Martínez, Mariano Ospina Hernández e Ignacio Reyes Posada.
Acción Nueva N. 1, noviembre 17 de 1957, p. 1.
Ibid.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
El programa que la gente de Acción Nueva propuso para llevar a las
masas conservadoras a votar afirmativamente el plebiscito, fue el siguiente:
lo. Sindicalismo cristiano, apolítico, democrático, capaz de agrupar a todos los
trabajadores y de luchar por sus reivindicaciones con elevado espíritu patriótico,
ajeno a los intereses de secta; 2o. Creación de gremios de productores en las zonas
rurales de la nación, de manera que los agricultores de bajos ingresos y escasas
capacidades económicas puedan obtener créditos por medio de sus vidas y sus
bienes; 3o. Reforma Agraria que permita la explotación racional de las tierras,
la incorporación de las grandes extensiones improductivas a la economía nacional y la parcelación adecuada para los gremios campesinos y los agricultores
pobres. 4o. Salarios justos; 5o. Cooperativas de producción y distribución; 6o.
Establecimiento de una relación directa entre los cultivadores y el consumidor
que evite la acción de intermediarios especuladores; 7o. Educación intensiva; 8o.
Higiene; 9o. Vivienda; 10o. Desarrollo industrial; l i o . Aumento de la productividad; 12o. Equilibrio económico.
Como se puede apreciar el programa estaba dirigido a las masas
conservadoras del campo. Buscaba el documento neutralizar el electorado al cual Álzate enviaba su discurso: el "godo raso".
1.2.
EL GRUPO DE LA CALLE23
Entre tanto, el liberalismo popular que mantuvo su respaldo a Rojas hasta el final no pudo recuperarse pronto. Ese vacío lo fue llenando poco a
poco un grupo de jóvenes liberales que, apadrinados por los "jefes naturales" de su propio partido sacaron a la luz el semanario La Calle. Sus
propulsores eran hombres de convicciones liberales en el sentido llano
de la expresión. Se habían refugiado durante los años de los gobiernos
conservadores en el mundo de la cultura. Algunos de ellos regresaban
del exterior con las novedades bibliográficas que reflejaban las preocupaciones literarias, políticas y filosóficas de la Europa que se recuperaba de
los estragos de la Segunda Guerra Mundial y de un Tercer Mundo que
irrumpía con nuevos bríos a la lucha por su emancipación. Otros se habían quedado en el país sin entrometerse en los vaivenes de la política.
Optaron por la tertulia, la bohemia, el mundo de los libros, de las revistas
y de los periódicos. La Calle se convirtió en el punto de confluencia.
23
Para una información más detallada véase: Ayala Diago César Augusto. El Origen
del MRL (1957-1960) y su conversión en disidencia radical del liberalismo
colombiano. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. No. 22. Santafé
de Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Historia, 1995, pp.
95-121.
83
CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
Agrupados allí, sus opiniones y las presiones de la nueva coyuntura les
llevó al ejercicio abierto de la política. Uno de los columnistas del nuevo
semanario se preguntaba: "Volveremos con los mismos métodos y los
mismos hombres a realizar la renovación que se le ha prometido al país,
utilizando la paridad en los órganos legislativos para consolidar el imperio de los politicastros?" . La Calle levantó las banderas de Sábado. Un
gran espacio fue dedicado a la confrontación generacional por el poder
político. Así lo entendieron los lectores del nuevo semanario que se dirigían a la Dirección del periódico autodefiniéndose como "miembros de
aquella generación retenida por el estado de sitio y las dictaduras" . Un
lector escribía al respecto:
El nacimiento de éste periódico en los momentos más decisivos de la historia
colombiana y cuando el liberalismo se encuentra más preparado que nunca para
asumir el comando de los destinos del país, significa, sin duda, una oportunidad
para que las nuevas generaciones expresen su pensamiento e inicien una lucha
tendiente a constituirse en una verdadera clase dirigente .
En tomo a la discusión sobre las cláusulas del plebiscito, La Calle, sin
rechazar la fórmula, se lamentaba que después de Rojas el país hubiese
caído en manos de la misma clase política: "...la pugna tradicional por las
cumies se ha abierto con la misma pasión, la misma técnica y el mismo
lenguaje con que se abría hace 10 años. La experiencia — escribía un columnista— ha sido estéril y el mismo cáncer de las pequeñas rivalidades,
encubierto con el manto del principio filosófico, pomposamente proclamado sigue corroyendo el organismo nacional" .
El grupo de La Calle, sintiéndose parte del Frente Civil, manifestaba
su adhesión irrestricta a la fórmula plebiscitaria. No obstante, sus columnistas revelaban en sus escritos ser poseedores de un buen sentido de la
realidad nacional. Pensaban con razón que el FC hacía mal sus cuentas
creyendo contar con la unanimidad de las corrientes de opinión existentes en el país . Se presionaba entonces para que el FC se convirtiera en
un partido más capaz de ofrecerle a la opinión pública un programa con
el cual enfrentarse a todos aquellos que fueran surgiendo de sus propias
entrañas, a medida que el malestar económico y la inconformidad política crearan condiciones objetivas para el incremento de la oposición. Sin
24
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27
28
84
Véase "Manzanillos y Estadistas". La Calle, Bogotá, octubre 25 de 1957, p.2.
La Calle, noviembre 1 de 1957, p. 2.
La Calle, octubre 4 de 1957, p. 2.
La Calle, octubre 25 de 1957, p. 2.
Véase Teoría y Práctica del Frente Civil. En: La Calle, noviembre 2 de 1957, p. 2.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
ambages, La Calle admitía que con el
FC se había formado un partido de la
burguesía que esperaba p o r medio de
u n a revolución pacífica redimir el Es9Q
tado colombiano .
De esta m a n e r a se movilizaron algunas ideas alrededor de la interpretación de las cláusulas del plebiscito.
Por lo menos serían éstas las que tendrían mayor desarrollo en el año que
se avecinaba: el alzatismo y el grupo
de La Calle tratando de modernizar
sus colectividades desde adentro, en
p r o del desarrollo de la democracia liberal, y el rojismo naciente en contravía de la tendencia histórica liberal y
resistiendo a los embates venidos de
todos los sectores que aspiraban a u n
r e a c o m o d o en la reestructuración del
sistema bipartidista del país.
1.3.
Alfonso López Michelsen, Director e ideólogo
del grupo de La Calle
EL PLEBISCITO
De regreso al país, Laureano Gómez y sus seguidores le hicieron entrega a
la Junta Militar de un Memorial donde pedían el aplazamiento del debate
plebiscitario y rechazaban la candidatura de Guillermo León Valencia a la
Presidencia. CONACCION ratificaba en su mensaje su adhesión a los principios consignados en las Declaraciones de Benidorm y Sitges. Pero estimaba que la candidatura de Valencia había sido fruto del acuerdo de u n o solo
de los grupos del conservatismo con el Director del Partido Liberal sin
intervención de los demás conservadores y sin mediación popular' .
Los rumores y después la develación de u n a supuesta conspiración
rojista que aspiraba, según los reportes de toda la prensa , a reinstaurar
al General Rojas en el gobierno, opacaron las discrepancias laureanistas
y precipitaron u n nuevo y definitivo acuerdo entre los partidos. Las de29
30
31
Ibid.
El Siglo, Bogotá, noviembre 17 de 1957, p. 1.
Véase la prensa nacional del 18 de noviembre de 1957.
85
CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
saveniencias políticas q u e d a r o n canceladas el 22 de noviembre c u a n d o
se firmó "El Pacto de San Carlos" que concilio las diferencias de las alas
del conservatismo con respecto a los problemas de la candidatura presidencial y al calendario electoral. Según el pacto, el plebiscito se realizaría
c o m o estaba anunciado y los dos partidos harían u n llamamiento para
q u e liberales y conservadores votarán afirmativamente. La candidatura
d e Valencia sería sometida a la ratificación de los congresistas liberales y
conservadores a ser elegidos y la elección de Presidente de la República
se efectuaría en fecha posterior a las del Congreso.
El p r i m e r o d e diciembre de 1957, el pueblo votó afirmativamente las
cláusulas del plebiscito. Dio buenos resultados la manipulación de la prop a g a n d a política que hizo el FC. En algunas ciudades se creó La Casa del
Plebiscito que permitió difundir la p r o p a g a n d a y centralizar el proselitism o . La prensa publicó diariamente avisos pagos de las grandes empresas
invitando a votar: "Su voto Afirmativo al Plebiscito es la salvación d e
C o l o m b i a —Atención d e Fabricato, la tela de los hilos p e r f e c t o s " . Y a
la mujer, que p o r primera vez votaba, se le llegaba con mensajes c o m o el
siguiente: "Si d e s e a s libertar a tus hijos de los odios partidistas, dilo en
el p r ó x i m o plebiscito" . Los periódicos advertían en cada edición los
días q u e faltaban p a r a "el Plebiscito q u e consolidará los g o b i e r n o s
nacionales" . El gobierno, por su parte utilizó la televisión y la radio
nacionales, desde d o n d e los Ministros del Despacho, difundieron las
b o n d a d e s de la n o r m a .
Quizás el aviso de mayor profusión fue el siguiente: "VOTAR SÍ el
p r i m e r o de d i c i e m b r e es e r r a d i c a r d e Colombia la tiranía. N e g a r el
plebiscito es la m a n e r a de trabajar p o r los amigos de la d i c t a d u r a " .
S a t u r a d o de proselitismo oficial, el pueblo acudió a las urnas, esperanzad o en q u e el Sí fuera u n a salida a su incertidumbre. N o había otra alternativa q u e plegarse a esa propuesta. Ponía el pueblo su voto de confianza
en los vencedores. Nieto Rojas y Álzate se vieron obligados a esperar.
2.
EL M O V I M I E N T O DE U N I Ó N Y R E C O N Q U I S T A 1957-1958
La realización del plebiscito de 1957 n o significó u n a pausa en la agitación política que vivía el país desde las vísperas de la caída de Rojas. Las
fuerzas políticas se aprestaron, una vez empezado el nuevo año, a parti32
33
34
35
86
Acción Nueva, Bogotá, noviembre 17 de 1957, p. 1.
La República, Bogotá, noviembre 16 de 1957, p. 7.
Ver prensa nacional de noviembre de 1957.
Ibid.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
cipar en las elecciones legislativas y presidenciales de 1958. Las primeras
fueron convocadas para el 16 de marzo y de sus resultados dependería la
escogencia del candidato conservador a la Presidencia de la República,
conforme habían convenido los dos partidos tradicionales.
El conservatismo se presentó a la contienda de marzo fragmentado
en las vertientes laureanista, valencista y alzatista. No se distinguió la campaña del Frente Nacional (FN) por la movilización de programas socioeconómicos. La prensa liberal no reportó ningún tipo de propuesta social de sus candidatos a los órganos legislativos. Los liberales se concentraron exclusivamente en los aspectos que tenían que ver con la
estructuración del nuevo aparato político del poder. Lleras Camargo, en
buen uso de su reconocimiento como jefe único de su partido, no permitió la movilización de ideas o tesis contrarias que desviaran la atención
de los liberales hacia otros problemas que no fueran los del establecimiento de la Segunda República . A los impulsores de este proyecto les
interesaba promover un discurso que diera continuidad al sentido problema de la reconciliación nacional y de la convivencia. Pesaba más este
sentimiento en el mensaje político de la coalición del FN que las referencias a los problemas de índole social.
Augusto Ramírez Moreno, jefe del debate conservador que sostenía
el nombre de Valencia a la Presidencia, pensaba, al igual que Álzate antes
del plebiscito, que la salida para el país tendría que inspirarse en la religión. Mientras Álzate había pensado la religión en un sentido profundo,
divorciada del discurso político, Ramírez utilizaba los atributos religiosos
como mecanismo para persuadir a los colombianos de las bondades de
la propuesta frentenacionalista. Según Ramírez Moreno, "el pueblo colombiano está enfermo de odio y para curarlo no existen sino la terapéutica de la religión y la terapéutica de la cultura" . El Frente Nacional en
su esquema reunía los elementos remedíales para los males del pueblo.
No existía una tercera salida: "o el Frente Nacional, con la lógica de un
lenguaje manso, o la continuación de la guerra civil" .
Incluso Laureano Gómez, el de la "Acción Intrépida" de otros tiempos, estructuró su discurso en la misma dirección: "Yo deseo que los
colombianos se inclinen hacia la convivencia de los partidos sobre las
bases de justicia y de eliminación de la pugnacidad. Si eso se logra, la
República será feliz. Si no se logra, seguiremos en la desastrosa historia
36
37
38
Véase El T i e m p o , febrero 15 de 1958, p. 1.
El T i e m p o , febrero 2 d e 1958, p. 1 y 13.
Ibid.
87
CESAR AUGUSTO AYAIA DIAGO
del siglo pasado: las guerras civiles, los trastornos, el principio de la violencia y por último la atroz tiranía" .
El grupo conservador reunido alrededor de Diario de Colombia, adverso al proyecto "liberalizante" del Frente Nacional, llamó a los conservadores a conformar un Movimiento de Unión y Reconquista . El llamamiento evocaba el período de la reconquista del territorio español de manos de los moros. Un Manifiesto lanzado en el Cauca por el dirigente
conservador César Garrido, sirvió de alinderamiento . El dirigente invitaba a delinear una política de unión y reconquista conservadoras por abajo,
apelando al "godo raso", al conservador no matriculado en los compromisos del Frente Civil. De inmediato, en Diario de Colombia empezaron a
aparecer escritos que complementaban ese manifiesto. Un editorialista escribió al respecto: "El partido está aquí en los jefes auténticos, en la juventud incontaminada, en la masa sacrificada y resuelta, en el conservador
raso que no entiende de componendas, partijas, entregas y negocios con
el adversario, en el godo que no entiende este volver a empezar" . Explicando el sentido político y filosófico de La Reconquista, los alzatistas —sector preponderante en el movimiento— condicionaron la selección de sus
candidatos a las Corporaciones Públicas a que éstos asumieran previamente el compromiso de luchar por la derogatoria de las disposiciones de la
Reforma Constitucional de 1936, incorporadas al memorándum del plebiscito y que, según ellos, la Jerarquía católica había considerado contrarias
a los derechos, fueros y legítimos privilegios de la Iglesia . También abogaban por la reivindicación de la integridad de los programas tradicionales
del conservatismo: "preeminencia del Ejecutivo como rector del orden,
albacea de la paz, administrador del progreso y tutelador del bienestar
39
40
41
42
43
88
El Tiempo, febrera 17 de 1958, p. 19.
El Movimiento se erigió en Directorio Nacional Unionista el 10 de febrero de 1958.
Su plana mayor la conformaron Gilberto Álzate Avendaño, José Vicente Sánchez,
José Gabriel de la Vega, Ernesto Martínez Capella, Jesús María Arias. En el Valle se
destacaron Blasteyo Trejos y Elias Salazar García; en Santander Humberto Silva Valdivieso, entre otros.
Garrido anunció la aparición de un periódico cuyo propósito sería defender la doctrina conservadora en su región. Por otra parte, el semanario El Demócrata que se
editaba en Tunja dedicó sus páginas a la defensa ideológica del conservatismo: "Sin
pedir permiso a nadie, los conservadores boyaecnses somos independientes por sangre, por autoridad y por decoro, para defender y servir como antigua usanza, a la
dama de nuestros amores, nuestra doctrina ultrajada por los señores ladrones en los
caminos tortuosos de la abyección". Véase Diario de Colombia, febrero 8 de 1958,
p. 3. En Córdoba, Carlos Cálao puso las páginas de su periódico Pregón del Sinú a
disposición de la doctrina conservadora.
Diario de Colombia, febrero 22 de 1958, p. 4.
Véase Nuestras Banderas. En Diario de Colombia, febrero 22 de 1958, p. 4.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
general, bajo el imperio soberano e impersonal de la ley, lo mismo de la
natural que de la positiva, dentro de lajerarquía y graduación que a los dos
corresponde; contra el individualismo económico" . Estos planteamientos tuvieron resonancia en las Convenciones conservadoras regionales de
los Directorios del Movimiento de Unión y Reconquista. Veían los dirigentes conservadores dos peligros inminentes: "lo. El desmantelamiento de la
autoridad presidencial, para delegarse las funciones ejecutivas y legislativas
en un concierto paritario en políticos a sueldo y 2o. El desquiciamiento de
toda una historia de catolicidad como primera fuerza política del país...".
Así, en cartas enviadas a Álzate, los conservadores de provincia ofrecían su
respaldo a una "Reconquista cristiana" que permitiera "volver por los fueros de un Decálogo olvidado y roto" . Según los autores de los mensajes
que llegaban a la Dirección del Movimiento Unionista, la causa del "tremendo mal colombiano" residía en "el olvido del cristianismo", por tal
razón el proyecto del Frente Nacional de laicizar la sociedad no era, según
ellos, la medicina .
2.1.
GILBERTO ÁLZATE AVENDANO
Fue Álzate quien se arriesgó a dirigir y orientar la oposición al proceso
de establecimiento de la Segunda República. A través de sus escritos, el
político caldense demostró en reiteradas ocasiones la esencia de clase del
régimen que iba a legitimarse. "Se trata de monopolizar el Estado", advertía. "Estamos frente al fenómeno de la riqueza tras el poder", señalaba. Para el Mariscal, así le decían, el Frente Nacional de hecho ya estaba
gobernando; había asumido el mando desde la caída de Rojas. En el poder se encontraban "las gentes adineradas, encuadradas en clase, como
equipo con propósitos unitarios de dominio total" . El Frente Nacional
había jugado su papel facilitando al gran capital la apropiación del poder
político, "al haber —escribe Álzate— erigido en dogma la libre concurrencia" . Para el pensamiento conservador, aceptar o no la tesis del liberalismo económico era una cuestión de principios. Creían conservadores
no clericales como Álzate o clericales como Nieto Rojas, que era una
polémica superada históricamente. Para ellos, el liberalismo económico
era anacrónico. Álzate, al analizar el proceso de legitimación de ese siste44
45
46
47
48
Ibid.
isiáru) uc v^oioniuia, marzo 14 de 1958, p.4
Ibid.
Álzate Avendaño G. Obras Selectas... p. 527
Ibid. p. 532.
89
CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
W~
ÁLZATE:
"La Reconquista del P o d e r no
es un "Slogan",
«isa*
ni es M í o "
ma, anotaba que "el mito de la Segunda República tenía u n signo re„49
;,í^Ssr
T^I
gresivo . El m i s m o
reconocía su confusión
ante la crisis del signific a d o de los c o n c e p t o s :
"El vocabulario político
se ha hecho anacrónico,
—escribía— N a d i e s a b e
eme
en que consisten, ni en
1
"d o n d e están la reacción
Gilberto Álzate Avendaño, Ideólogo del Movimiento de Unión y
y
la revolución, la dereReconquista, polemiza con la gente de La Calle
cha y la izquierda. Esas
clasificaciones simples
están sobrepasadas p o r
u n a realidad compleja. Constituyen u n a nomenclatura arbitraria, u n a etiqueta fraudulenta que n o se ciñe exactamente al contenido de las cosas
q u e n o m b r a " . Por eso creía que la propuesta económica del "capitalism o democrático" que hacían los ideólogos de la Segunda República era
anacrónica y reaccionaria: "Al capitalismo democrático o p o n e m o s los
postulados social-católicos. A la libre concurrencia la voluntad reguladora del Estado. Al estrago de las fuerzas económicas desatadas, la dirección de conjunto que compete al p o d e r público. Sustentaremos con rigor
o r t o d o x o el intervencionismo de Estado y nos confesamos partidarios de
u n a economía dirigida, orientada a m a n t e n e r el equilibrio entre los intereses contrapuestos, asegurar el bienestar social, preservar el pleno empleo e incrementar la riqueza actuando sobre la producción, los precios,
la tasa de interés y los salarios. En el j u e g o económico hay Lina p e n u m b r a
de anarquía eventual que el Estado conjura"' . Tenía razón el ideólogo
conservador de sentirse confundido. En el fondo apelaba a tesis que en
los años 30 fueron las banderas progresistas del liberalismo. Este había
sido el contenido de La Revolución en Marcha. Álzate rescataba, desde su
conservatismo, el liberalismo que rechazaban los liberales del Frente Nacional. De ahí la confusión en el significado de los conceptos. "La Democracia Cristiana —anotaba— repudia la libertad del laisser faire, las antiguallas del liberalismo económico, a u n q u e se disfracen con otro rótu'•*•*•!*
^*5rl£
49
50
51
90
Ibid. p . 533.
Ibid. p. 536.
Ibid. p. 535.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
lo" . El capitalismo democrático que estaba detrás de Lleras Camargo
n o se le parecía al de López Pumarejo de 1936. Tenía más bien que ver
con el espíritu de la Asociación Patriótica Económica Nacional (APEN)
q u e organizaran los grandes propietarios para enfrentarse a las propuestas de cambio de "La Revolución en Marcha". Era contra esta tendencia
q u e se oponía Álzate.
N o tenía que hacer m u c h o esfuerzo Álzate en buscar nuevas fuentes
ideológicas, ya que para él la Democracia Cristiana era de p o r sí u n a
renovación del conservatismo que no renunciaba a inspirarse en las tradiciones del medioevo: "Las tesis social-cristianas n o limitan la intervención estatal a la cuestión obrera, sino que tratan de recoger la tradición
de los canonistas de la edad media, en el sentido de que se subordine a
u n a ética de u n sistema de normas y fines. El Estado actúa c o m o gerente
del bien c o m ú n y p r o m o t o r del bienestar" .
Sin duda, el Mariscal le dio al debate electoral altura doctrinaria, pero
la fórmula de "La Reconquista", como divisa de su campaña, opacó el
contenido democrático y popular del mensaje alzatista. Los reconquistadores, al paso que desenmascaraban la esencia de clase de la Segunda
República, mostraban cómo el proceso de monopolización iba en contra
de las clases desvalidas, de las modestas empresas, de la p e q u e ñ a industria, del comercio al detal, etc. Pero la imagen de u n a resistencia beligerante n o sintonizaba con el anhelo de paz de los colombianos cansados
d e muertes. El contradiscurso del alzatismo lanzado c o m o u n grito d e
g u e r r a —la reconquista del p o d e r para u n a sola parte del país p o l í t i c o h a c í a v u l n e r a b l e cualq u i e r viso d e m o c r á t i c o
q u e p u d i e r a llevar su
mensaje. A pesar de esa
Nutridas concentraciones en Caldas, Anliotpa, Valle y Tolima beligerancia, el país handiosc movilización en Caldas • ! - ; % tsí:tT;**^'' 1 , ••í"~^..'
bía avanzado algo en el
proceso secularizador
de su cultura política.
Daríido cierra filasen tornea la reconquista
El discurso de los reconquistadores estaba
i m p r e g n a d o de u n prof u n d o s e n t i d o mesiánico. C o m o en el caso de
aMÉHÜ
52
53
Ibid.
Ibid.
91
CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
Rojas en la Presidencia, estos se apersonaban de la tutoría popular. Apelando al "godo raso materia prima del movimiento", los alzatistas le delegaban la salvación de todo el pueblo colombiano. Le adjudicaban clarividencia al conservador de abajo. Para los ideólogos de La Reconquista,
el pueblo liberal, el "rojo" manipulado por el discurso demagógico de sus
jefes, estaba obnubilado para comprender la esencia de lo que estaba
sucediendo. Solo el pueblo conservador, seguro de la vigencia de los programas doctrinarios, de su partido para la conducción del Estado, podía
llevar a Colombia por el camino de la auténtica democracia. Por tal entendían los principios de justicia social que predicaba la Iglesia católica:
"Que no hayan opresores ni oprimidos, que desaparezcan los odiados
privilegios de familia y fortuna, que se pongan en función los contenidos
de las Encíclicas papales, que por iniciativa del Estado se realice una reforma agraria que liquide el latifundio y haga que la propiedad privada
cumpla su verdadera misión" .
A lo largo y ancho del país, en las giras de agitación, los altos dirigentes del Movimiento de la Reconquista eran recibidos por los jefes regionales. En sus discursos —de plaza pública— previos a la intervención central, los ideólogos de las localidades coincidían con la concepción que del
godo raso hemos descrito arriba. Pero lograban aterrizar el concepto, no
concebían la salvación del pueblo por el pueblo mismo. Tenía que existir
un hombre que condensara sus anhelos, que reuniera el summum de las
aspiraciones populares, incluso las de las masas del otro partido, de los
otros partidos, de toda la población. Ese hombre era Álzate. Por ello las
prédicas terminaban así: "Por Colombia y por el pueblo vamos con Gilberto Álzate Avendaño a la reconquista del poder" .
Álzate tenía de las masas una concepción popular, pero no tocaba
todavía el espectro de la nueva estructura social colombiana, apenas la
mencionaba. En realidad, el Mariscal no se dirigía a la clase media, ni al
estudiantado. Tampoco a los obreros. Le importaba otro tipo de conglomerado: "Las masas han llegado a la escena histórica. Este fenómeno
potente no puede ser evadido, hay que contar con el suburbio, con el
arrabal, con la vereda, con los diseminados bohíos del terrasguero y del
peón rústico. Antiguamente se podía hacer una política de minorías egregias, al margen de las masas. Ahora está presente en ella el pueblo, ese
montón oscuro y formidable que hace la historia" . A su manera recurría
al gaitanismo y lo evocaba con frecuencia:
54
55
92
Discurso de Carlos Cálao Pérez en la Villa de Santa Cruz de Lorica. Véase: Diario de
Colombia, marzo 6 de 1958, p. 3.
Ibid.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
Gaitán era apenas altoparlante o médium a través del cual se expresaban los
anhelos latentes de las masas colombianas. Su actuación política tiene un valor
de indicio vehemente. Ahora el espíritu de las masas, los cambios experimentados
en suforma de vida, la situación económica y social del país hace más inminente
la avalancha de esas fuerzas. Solo les faltan líderes, mitos y banderas, para
ponerse en marcha .
De n o ser p o r el sesgo doctrinario de su mensaje, Álzate hubiera podido llenar ese vacío, pues existían condiciones históricas propicias, tenía
capacidad de convocatoria, era obstinado y poseía el d o n del carisma.
El proceso electoral se desarrolló en medio de u n a notoria crisis económica y social sin precedentes. El Frente Civil con habilidad inculpó de
todos los males a la Dictadura: "Eso es lo que el pueblo colombiano está
p a g a n d o y la crisis presente n o tiene otro origen", manifiesta Lleras Camargo. Álzate n o discutía sobre el carácter positivo o negativo de la política económica de Rojas. Le extrañaba q u e en los 10 meses de g o b i e r n o
del Frente Civil, teniendo la asesoría de expertos financieros, n o hubiera
resuelto n i n g u n o de los problemas nacionales. H e aquí el balance de
Álzate: "Desplome del p o d e r de compra de la m o n e d a , avance del desempleo, alza vertical e n el costo de vida, la producción en receso, inminencia
del h a m b r e p o r falta de subsistencias, salarios envilecidos" . Para Álzate,
la crisis era para los de abajo, mientras arriba crecían y e n g o r d a b a n los
dividendos, más prósperos eran los balances y más d e s o r d e n a d o el apetito de lucro 5 . Así le abrió paso a u n discurso cuyo contenido estaba
predestinado a j u g a r u n papel de primer o r d e n en la década siguiente.
Esta vez n o tuvo eco, fue u n a voz en el desierto q u e anunciaba el tipo de
discurso q u e estaría en sintonía con las angustias populares de los sesenta: el p r o b l e m a del costo de la vida, la inflación, la devaluación, la congelación de los sueldos, la inestabilidad de los precios, la curva ascensional
de los víveres. Refiriéndose a las medidas económicas tomadas p o r el
gobierno después de Rojas, Álzate declara que se le había pasado u n a
cuenta de cobro al pueblo p o r el aporte en el p a r o cívico de las fuerzas
del capital. En el mismo sentido, anotaba que al día siguiente del plebiscito "como aguinaldo, seguramente en cumplimiento de las promesas de
bienestar q u e se formularon ante las masas, se produjo otra vez el alza de
varios artículos vitales d e n t r o del parco régimen dietético d e nuestro
56
57
58
59
Ibid.
Ibid.
Ibid. p. 540.
Ibid.
93
CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
p u e b l o " . Álzate tenía razón. En realidad, el discurso electoral de la
alianza frentecivilista había evadido los problemas nacionales.
En dos departamentos resonaba la prédica de La Reconquista: Boyacá y Santander. En esas regiones, los cuadros del conservatismo propiciar o n u n debate de alto nivel doctrinario. En el primero, los reconquistadores celebraron su Convención a inicios de marzo. Allí ratificaron las
tesis oficiales del Movimiento, eligieron el Estado Mayor y se escogieron
los candidatos al Senado y Cámara. Advertimos los n o m b r e s que jugarían, a la vuelta de poco tiempo, u n papel de primer o r d e n en el rojismo:
Carlos Arturo Torres Poveda encabezaba la lista para la Cámara y José
María Nieto Rojas, aparecía en el tercer lugar para la misma Corporación. Carlos del Castillo Isaza iba en segundo renglón en la lista al Senado. A la Convención conservadora de Boyacá, la Iglesia envió u n a Declaración firmada p o r miembros del clero departamental, en d o n d e recom e n d a b a algunos de los nombres que fueron incluidos en las listas al
C o n g r e s o . Los convencionistas oyeron de labios del Padre Parmenio
Díaz condenas a los pactos de configuración del Frente Nacional . En
Santander, la campaña de La Reconquista fue dirigida p o r H u m b e r t o
Silva Valdivieso, quien en compañía de H e r n a n d o Sorzano y Nepomucen o Gómez predicaron el mensaje reconquistador en las regiones de Masa
Goda, c o m o ellos d e n o m i n a b a n a su electorado de las provincias de García Rovira y Lebrija.
Álzate Avendaño se dirigió por radio a los conservadores el día de
cierre de la campaña electoral. Dio respuesta a la acusación q u e se le
hacía d e rojista a su movimiento. Enfatizó en q u e el unionismo n o cargaba a cuestas el lastre del pasado y recalcó que el rojaspinillismo no existía
"ni c o m o movimiento político ni como séquito electoral" . Sin embargo,
creemos que los alzatistas, al tomar en su discurso el 10 de mayo c o m o
la fecha de inicio de todos los males del país, quedaba clara su simpatía
con la política del gobierno anterior. Álzate le advirtió a los colombianos
en su alocución que, de p e r d e r las elecciones el Movimiento de La Reconquista, le esperaría al país el advenimiento de la República liberal
con su séquito de sus excesos oligárquicos contra las clases económicamente débiles, el arrasamiento del pensamiento católico en la tutoría del Estado, la persecución inclemente contra nuestras ideas y nuestras gentes y el montaje de un
60
61
62
94
Ibid. p. 532.
Véase Diario de Colombia, marzo 2 de 1958, p. 1 y 7.
Diario de Colombia, marzo 14 de 1958, p. 1.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
Estado materialista y ateo que reduciría a escombros el glorioso acervo institucional e ideológico que nos legaron los padres de la nacionalidaa .
Previniendo a los electores conservadores, Álzate escribía el día de las
elecciones sobre la necesidad de desmontar el mito de Laureano Gómez
como defensor de la doctrina conservadora. El Mariscal le enrostraba a
Laureano sus inclinaciones liberalizantes. Decía que las ideas y grandes
tendencias de las derechas le habían sido extrañas. Agregaba que
su corazón, su alma y su estrategia tenían una precisa ubicación: la del liberalismo, en lo económico, en lo social y en lo meramente político. Nunca se planteó
el problema del nacionalismo integral ni la desesperación de las masas, ni la
carencia de trabajo y de producción, ninguno de los asuntos reales que, junto a
los valores abstractos dan contenido y potencia a todos los movimientos ortodoxos
y derechistas de los tiempos actuales .
En sus escritos de vísperas de las elecciones, Álzate denunciaba sin
cesar el carácter exclusivista que tomaban día a día las actividades económicas en el país. Escribía que incluso los gremios patronales habían logrado m o n t a r u n a maquinaria de predominio sobre la opinión nacional,
controlando los centros focales en que en ella se elaboraba, a través del
simulado s o b o r n o a la prensa por vía de propaganda y el m o n o p o l i o de
las emisoras de radio 65 Por eso, en su última intervención de campaña
se c o m p r o m e t i ó con sus electores a
VENvEÜvnCa
presentar al parlamento u n a ley conDIARIO D i C O L O M B I A ^
tra los trusts y los monopolios. ProU hora de la liberación ha Hesado....
metió, además, impulsar u n a investigación que diera cuenta del enriquec i m i e n t o sin c a u s a a través d e la
especulación desaforada .
El 16 de marzo tuvieron lugar las
elecciones parlamentarias . La votación liberal fue de 2.132.741; la conTitulares de Diario de Colombia
el 16 de marzo, día de las elecciones
servadora de 1.556.273. La diferencia
parlamentarias
e n t r e los dos partidos tradicionales
,nurfaí
• C o d o , de C o l o m b i o : D e f r o n t e
63
64
65
66
67
Diario d e Colombia, marzo 15 de 1958, p. 1.
Diario d e Colombia, marzo 16 d e 1958, p. 4.
Álzate A.G. Obras Selectas... p. 557.
Diario d e Colombia marzo 14 de 1958 n . 1.
Todos los datos que a continuación siguen fueron consultados en los archivos electorales d e la Registraduría Nacional compilados bajo el título de "Reginal. Estadísticas Electorales 1930-1960". Sin fecha.
95
CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
fue de 576.468; cifra que muestra los avances del electorado liberal. Salvo
insignificantes excepciones en el Valle y Cundinamarca, este partido se
presentó compacto. Los conservadores distribuyeron su votación así:
952.364 por las listas laureanistas; 317.627 por las valencistas y 285.217
por las de La Reconquista . El aritilaureanismo conservador sumó
602.844. Obviamente, la victoria conservadora fue para Laureano Gómez. (Ver Anexo No. 1)
A nivel nacional no favorecieron los guarismos electorales al Movimiento de Unión y Reconquista. Abundan las causas que hicieron irreversible el proceso liberalizante del país. Mencionaremos las más importantes: lo. El favorecimiento de la maquinaria del Estado a la campaña
del Frente Nacional. Todo el nuevo establecimiento colaboró directa o
indirectamente con los candidatos frentecivilistas. La televisión, la radio,
los grandes rotativos estuvieron al servicio de los candidatos oficiales. El
peso de las argumentaciones políticas que se difundían en los grandes
medios se levantaron sobre el mito del terror al reciente pasado. Según
ellos, votar por La Reconquista era sufragar por la dictadura. El Tiempo,
por ejemplo, editorializaba tratando de comprometer al Movimiento de
La Reconquista con "un intento de restauración rojista". La campaña del
Frente Nacional se desarrolló con toda la pompa de los métodos modernos de hacer la política, mientras que en la de La Reconquista prevalecían
los arcaicos. El discurso frentenacionalista apuntaba a sectores que recién entraban a ejercer su voluntad política. Discurso que en primera
instancia sedujo a la mujer urbana, con mayor grado de politicidad y
mejores posibilidades de movilización que la mujer del campo. El FN no
solo contaba con la benevolencia de los poderes públicos, sino además
con los dineros de los grandes capitalistas del país. 2o. Favoreció a la
campaña del Frente Nacional haber gozado de mayor tiempo para afilar
sus tesis, surgidas en las postrimerías del gobierno que había derrocado.
Venían sus candidatos de victoria en victoria, mientras que los reconquistadores tan solo tenían derrotas que mostrar en una intensa y desigual
campaña de dos meses. A través de mensajes en donde daban cuenta de
los votos obtenidos, los pregoneros de La Reconquista en la provincia
reportaban: "Por encima de mil difilcultades", "A pesar vulgar campaña jefes
68
96
Para una información más detallada véase: Ayala D. César A. La Reconquista Conservadora. Colombia 1957 - 1958. Revista Historia Crítica, Departamento de Historia, Universidad de los Andes No. 11. Julio - diciembre de 1995. Y Los Lectores del
Diario de Colombia y la candidatura a Jorge l^cyva. Colombia 1958. En Memoria y
Sociedad. Pontificia Universidad Javeriana, No. 1, Bogotá, 1995, p. 139 - 143.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
valencistas", "A pesar parcialidad delegado regional", "Enfrentamiento con
maquinaria poderosa ", etc.
En lo relacionado con la inclinación de los conservadores hacia Laur e a n o G ó m e z ésta podría tener su explicación en las siguientes reflexiones: l o . Su reconocimiento como jefe natural del conservatismo de larga
trayectoria. Había estado presente en todas las j o r n a d a s históricas de su
partido, en las buenas y en las malas. Los conservadores sintieron la necesidad de solidarizarse con el jefe derrocado y deportado; en algo podrían los votos contribuir a su reivindicación y al mejoramiento de su
salud. José Vicente Sánchez, el segundo h o m b r e de La Reconquista, reconoció m u c h o s años después que habían sido d e r r o t a d o s p o r unas
declaraciones proferidas por Laureano 24 horas antes de las elecciones
y que habían llegado profundamente al alma de los conservadores: "...pero ahora cuando evidentemente culmina una etapa de la historia nacional, repaso mi vida con plena tranquilidad de conciencia y p u e d o decir
las palabras del apóstol: se acerca el tiempo de mi muerte. H e peleado el
b u e n combate, he concluido mi carrera; he guardado la fe" . 2o. Las
masas conservadoras habían m a d u r a d o a la par con el país. Sus oídos
prestaron más atención al discurso de la conciliación que habían empezado a oír desde j u n i o de 1953 que al de La Reconquista que les evocaba
épocas de triste recordación. Su voto por Laureano era visto c o m o la
adaptación del conservatismo a los tiempos m o d e r n o s . 3o. El discurso
conservador de mayor superficialidad resultó más en sintonía con los
anhelos conservadores que el mejor concebido en términos doctrinarios.
El conservatismo doctrinario que dio la pelea contra el proceso del
establecimiento del FN no p u d o captar algunos de los cambios en la estructura social y poblacional de la sociedad colombiana. En algún m o m e n t o de
la campaña, los reconquistadores intentaron, sin persistir, llegar más allá
del godo raso. Deciden apelar a una generalidad popular mayor:
lo. Nos dirigimos a todo el pueblo conservador de Colombia y a toda la nacionalidad que quedó por fuera del negocio frentecivilista; 2o. Al conservatismo
auténtico; 3o. A todo el pueblo nacional empobrecido por estos larguísimos años
de explotación oligárquica; al que no ganó ni con el 13 ni con el 10; 4o. Llamamos a Somatén a todos los hombres que integran la nacionalidad .
6Q
V^asp Diarir»
spmnn;i He m a r / o d e 1958.
- - Í\I* Cnlomhia
»spoimH;i
o
70
Entrevista del autor con José Vicente Sánchez. Noviembre 6 de 1991. Véase además
El Siglo, marzo 15 de 1958, p.l.
Diario de Colombia, marzo 9 de 1958, p. 4.
71
97
CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
Pero, ante todo, con mayor intensidad se dirigían al pueblo de las
aldeas, apelaron a sus tradiciones. Su concepción del pueblo n o alcanzó
a c u b r i r la pobrecía del nuevo país cuyo o í d o fue más sensible a la
convocatoria del Frente Nacional.
Pesaba en el fundamentalismo de los conservadores de La Reconquista, la mala imagen de los gobiernos de ese partido que, se había aferrado
a la conciencia de los colombianos. C o m o Rojas en su gobierno, Álzate y
sus copartidarios querían reivindicar su partido:
Predicamos la necesidad de efectuar una revolución en el ordenamiento del Estado y exigimos que esa revolución múltiple sea hecha por los hombres del conservatismo para que la colectividad se justifique ante la opinión pública como
eficaz organismo del gobierno y, para que ese complejo de reformas cuya urgencia
es evidente, al ser ejecutado por nuestros conductores se incorpore definitivamente
al patrimonio histórico del partido conservador .
Expresaban los émulos de La Reconquista estar en d e u d a con el pueblo y para compensarle predicaban la revolución social. Sin embargo,
más q u e un Movimiento de reconquista, lo era de resistencia. Tenía muy
pocas posibilidades en la perspectiva histórica. Sus pares de La Calle,
ubicándolo en el territorio de la reacción a c o m o d a r o n su mensaje electoral contestatariamente al de los unionistas. Si estos convocaron al g o d o
raso, La Calle lanzó un llamado al "liberal de tiempo completo" y entabló
con ellos u n a álgida polémica en torno a los polos: Colombia feudal =
Alzatismo; Nueva Sociedad Industrial • La Calle.
Los resultados electorales del 16 de marzo, que favorecieron ventajos a m e n t e a los liberales, dieron pie para que los redactores de La Calle
legitimaran sus concepciones sobre el desarrollo de la política contempor á n e a del país e interpretaran el triunfo electoral de su partido c o m o el
deseo d e los colombianos de liberalizar ideológicamente la nación, para
lo cual sostenían que el futuro Frente Nacional "debería ser un instrum e n t ó " para lograrlo. Hasta entonces, había caracterizado a la prensa
nacional una representación del Frente Nacional alrededor de los atributos de la reconciliación nacional. Los periódicos más representativos del
liberalismo se cuidaron de aparecer ante los colombianos con u n a imagen sedienta de poder. La Declaración de La Calle corrió el velo que
permitió ver con mayor claridad el futuro de la política liberal exacerband o a los ideólogos del unionismo. José Vicente Sánchez, Justificó su pré72
73
98
Diario de Colombia, marzo 16 de 1958, p. 4.
Véase "Desplazamiento hacia la izquierda". En: La Calle, marzo 21 de 1958, p. 7
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
dica. Venía escribiendo día tras día que el Frente Nacional "conduciría
inexorablemente a la restauración nacional y, de consiguiente, al desaloj a m i e n t o del partido conservador de sus posiciones en el gobierno y del
influjo de sus ideas en la vida pública .
Las cosas así daban para pensar que los verdaderos reconquistadores
eran los liberales de La Calle. Al fin y al cabo, los conservadores sintieron
suyo el gobierno de Rojas. Los liberales, p o r el contrario estaban p o r
fuera del p o d e r desde 1945.
El Semanario La Calle, pasadas las elecciones legislativas, entusiasmad o por la votación liberal empujará a la Dirección de su partido para que
el curso de la política vire en sentido contrario al pactado con los amplios
sectores conservadores. La Calle jugaba a lo siguiente: primero había propuesto que el FN se convirtiera en un verdadero partido burgués. Es decir,
en u n organismo de liberales y conservadores que expresara los intereses
del país que ellos denominaban moderno: "los intereses de la nueva clase
de empresarios, promotores y técnicos surgidos de la industria" , etc. La
existencia de ese partido le garantizaría a los ideólogos de La Calle liderar
los sectores de avanzada que surgirían como consecuencia del nuevo país
por el que abogaban. El Laureanismo aparecía, en ese esquema, liberalizante; por eso los editorialistas de La Calle sumaban los votos alcanzados
por aquella corriente conservadora a los que consideraban suyos. A los
símbolos del pasado, que según el semanario liberal habían sido derrotados, pertenecían Valencia y Álzate, mas no Laureano Gómez. Pasadas las
elecciones los redactores de La Calle ya no van a hablar del partido del
Frente Nacional sino que abiertamente propugnan p o r q u e ese partido de
la burguesía sea "el victorioso partido liberal".
2.2.
LA CAMPANA PRESIDENCIAL DE 1958
La campaña presidencial del unionismo vivió dos períodos. El primero va
del 21 de marzo al 22 de abril fecha en que se oficializa la candidatura
liberal de Lleras Camargo. El otro período comprende desde el 23 de abril
hasta el 4 de mayo. En el primer período, la fundamentación doctrinaria
n o tendrá la profundidad conceptual de la anterior campaña. T a m p o c o los
ideólogos de la Reconquista dedicarán sus escritos a los grandes problemas
nacionales. En esta nueva contienda, la defensa de la doctrina aparecerá a
manera de enunciados, de frases de combate. Se trataba esta vez de u n a
74
75
Diario d e Colombia, marzo 22 de 1958, p. 4.
La Calle, marzo 21 de 1958, p. 7
99
CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
cruenta lucha política. En este período, el énfasis recae en el respeto a los
pactos lo que equivalía a escoger u n candidato conservador y a la preservación de los principios doctrinarios conservadores.
Si bien los resultados electorales de marzo le dieron al laureanismo el
p l e n o derecho a escoger el candidato a la Presidencia de la República, los
liberales, fundamentándose en su alta votación y en su solidez, empezar o n a pensar en la posibilidad de lanzar candidato propio a n o m b r e , claro
está, del Frente Nacional. Tenían a su haber la profunda división del
conservatismo. A medida que avanzaba el tiempo, se caldeaban los ánim o s e n t r e las corrientes conservadoras y se fortalecía la figura de Lleras
C a m a r g o como indiscutible candidato. Consciente de esto, el unionismo
reconoció el triunfo de los laureanistas. Las páginas editoriales de Diario
d e Colombia fueron colmadas de escritos que intercedían a favor del
cumplimiento de los pactos. Se aferraban los alzatistas en esta nueva etap a a la defensa del d e r e c h o conservador a escoger candidato. Por eso,
gran p a r t e de las referencias doctrinarias tuvo que ver con este problema.
A pesar de existir u n candidato conservador —Guillermo León Valencia— éste no contaba con la venia del laureanismo y tampoco llenaba las
aspiraciones de los unionistas. Su n o m b r e estaba estrechamente vinculad o a t o d o el proceso del Frente Nacional. En términos doctrinarios, para
los alzatistas Valencia n o estaba en capacidad de defender los intereses
conservadores en la coalición. Los unionistas eran prevenidos, no creían
e n la b u e n a fe del adversario, le tenían desconfianza. La historia del país
q u e habían compartido les permitió conocerse tanto c o m o para temerse.
Los alzatistas estaban interesados en que el candidato, futuro presidente
conservador, le restaurara al partido sus principios. Por eso presionaban
p o r u n candidato que tuviera la suficiente sagacidad política c o m o para
volver el curso del FN a favor de los intereses doctrinarios del conservatismo. En este sentido no cesaban de manifestar su desacuerdo con el
futuro sistema paritario. Para ellos, la paridad iba contra el régimen presidencial (al que consideraban de estirpe conservadora) p o r q u e despojaba al Ejecutivo de sus atribuciones convirtiéndolo en cabeza ornamental
sin capacidad decisoria. Los ideólogos del unionismo veían en la presencia de u n Ejecutivo fuerte, la posible solución a los problemas sociales de
Colombia. Escribían que esa había sido en América Latina la única forma
positiva d e gobernar.
En el primer período de su campaña presidencial, los alzatistas consideraron que para hacer efectiva su aspiración de contar con un candidato
diferente a Valencia, deberían trabajar por la unión del partido. Cuestión
difícil para ellos por cuanto, en primer lugar, constituían el sector minoritario d e esa colectividad y, en segundo lugar, p o r q u e la división del conser100
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
vatismo estaba atravesada por problemas de profundidades sicológicas incalculables. El laureanismo no podía perdonarle a las otras agrupaciones
su participación en el derrocamiento de su jefe y por tal razón estaba dispuesto a todo menos a conciliar con los verdugos de su mismo partido.
Al principio, los unionistas intentaron llamar a u n a Convención Nacional Conservadora que procurara, u n a vez solucionada la reyerta doméstica, postular u n candidato. Su propuesta de unión presentada c o m o
la salvaguardia del destino histórico de la colectividad, debería hacerse
de prisa ante la necesidad de rescatar las esperanzas de u n porvenir inseguro. De ahí que pusieran de presente la conveniencia de p o n e r la u n i ó n
al alcance de todos; lo que significaba u n a invitación a los otros grupos
para q u e obviaran condicionamientos. En su afán de convencer a sus
partidarios, los unionistas argüyeron que la unión era u n a d e m a n d a de
las masas, u n urgido llamado desde abajo, un vasto clamor. Llamaron a
sus correligionarios a solidarizarse con el pueblo conservador que n o
entendía de divisiones y cuyo destino estaba en vilo.
Sin embargo, el laureanismo n o renunció a su derecho de supremacía
en su partido. Condicionó la unión al sometimiento incondicional de los
otros sectores. Estas discordias llevaron a Carlos Lleras Restrepo a declarar
que ante la imposibilidad de decisión sobre u n candidato conservador por
ese mismo partido, el liberalismo tenía plena libertad para escogerlo . Mas
tarde el semanario La Calle le pidió el 30 de marzo a los conservadores que
relevaran al liberalismo del cumplimiento de los pactos en los cuales se
estipulaba que el próximo presidente sería u n conservador. La Calle le
solicitaba a Laureano Gómez que en un "gesto de grandeza propusiera el
n o m b r e de Alberto Lleras como candidato y a los conservadores que lo
77
proclamaran como tal" . En efecto, Laureano Gómez dirige al Directorio
Nacional Liberal, el mismo 30 de marzo, un listado de 80 nombres para
que los liberales escogieran entre ellos el más conveniente. El liberalismo
n o lo dudó, señaló al más sobresaliente de la lista: Alberto Lleras Camar78
go . ¡Ahí fue Troya! La profunda división conservadora hizo metástasis en
el interior del laureanismo. Realmente, lo que relatamos aquí n o es otra
cosa que el resumen de la historia de una candidatura largamente anunciada. Enteradas de lo sucedido, las masas liberales salieron a celebrar el deseo reprimido de contar con u n candidato propio. "¡Viva Laureano Gómez Liberal!"; "¡Viva Laureano volteado!"; "¡Viva su Majestad Laurea76
77
78
Diario de Colombia, marzo 23 de 1958, p. 1 y 2.
Diario de Colombia, marzo 30 de 1958, p. 1 y 7.
Diario de Colombia, abril 1 de 1958, p. 1.
101
CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
no!", eran los gritos que coreaba el
pueblo liberal que, portando carteles,
'Viva Laureano liberal",
recorría las calles de Bogotá.
el grito ayer en Bogotá
El nuevo paso de L a u r e a n o Gómez justifica y legitima el Movimiento
^Cote ííetlína su
^
de Unión y Reconquista. Sus posturas
postub:ioii como
dejidable"
de
la anterior campaña adquirieron
I.OS U M
u n aura profética. De inmediato, el
unionismo empezó a ser receptáculo
de una resistencia mayor que
robustecía la suya. Un g r u p o de parlamentarios de Boyacá quiso dejar
consignada en Diario de Colombia su protesta p o r la vil entrega:
iy!n son los
tros umliiiiitüs
(1,1 ilorltir Gómez
Júbilo libera
Conservatismo Boyacense profundamente indignado formula unánimemente protesta por vil entrega partido. Estarnos recibiendo todos municipios permanente
adhesión y airado rechazo inaudita felonía nunca antes registrada antecedentes
políticos. Rencor y resentimiento un hombre no podrá arrebatar derechos pueblo
conservador ni arrojarlo poder ganó en buena lid. Esperarnos escojan candidato
propio que permítanos demostrar firmeza nuestros ideales y voluntad supervivencia
próximo debate presidencial. Doscientos mil electores listos respaldarlos79
F r a c a s a d o el i n t e n t o d e u n i r al
partido desde arriba y rotos los pacGómez ofreció a Lleras la
tos, las nuevas circunstancias favorecandidatura presidencial
; Y propuso los nombres de 80 personas más
cen la nueva táctica de los unionistas:
COBLE COLUMNA"
la unión por abajo, c o m o única alter.
-• • .
a TIEMPO
- i
nativa para atajar la candidatura de
•muimmmkmm
Lleras. El llamado es directo al pueblo
Gómez Propone ia
conservador en general, n o al godo
"llí
•'Por cífn minutos Gómez ~
raso d e los campos; se a c u d e a los
"buenos godos, amantes de las viejas
ideas tutelares y solidarias". Transmitían los ideólogos unionistas en los
mensajes al electorado, el estado de ánimo en que creían se encontraban
sus copartidarios de las bases: "El pueblo conservador d e s e s p e r a d o , desc o r a z o n a d o y perplejo". El nuevo llamado a la unión tenía además u n a
dimensión de súplica: " P o r p i e d a d y solidaridad con n u e s t r a s m a s a s " ,
" c o n a m a r g u r a y con fe seguiremos a d e l a n t e " , " p o r sentido de human i d a d q u e n o caiga el conservatismo". Pero iba a c o m p a ñ a d o de una
jBtfty liispuesio p,:rr
Hiíator su proclama i-i
;yo mismo, dijo ÍMW
DIARIO DE COLOMBIA
l a fondidaliU'B Lleras
79
102
Diario de Colombia, Bogóla, abril 17 de 1958, p. 1. El documento fue finnado por
Luis Sarmiento Buitrago, Presidente del Directorio Departamental.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
altanera convocatoria: "¡Unidos podemos ser invencibles —toque a rebato— conservadores vuelvan caras!". Como "requisito irreemplazable"
de la política civilizadora que necesitaba el país, los unionistas exigieron
hasta la segunda mitad de abril — cuando Lleras Camargo acepta su postulación a la Presidencia de la República— el cumplimiento de los pactos.
Incluso condicionaron el orden y la paz a su ejecución. Advirtieron que
para evitar que el país no se precipitara por los horrores de la lucha
frontal, precisaba darle curso a las cláusulas de los pactos.
El rompimiento de los pactos por los mismos firmantes produce en
el seno del unionismo un sentimiento de solidaridad con Valencia. Se
pone sobre el tapete el problema de las fidelidades políticas como valor
moral. Al discurso de la campaña presidencial se suman dos adjetivos
felón y traidor, adjudicados a Lleras y Gómez respectivamente. Los alzatistas hacen constar "su desprecio y su asco por la artería" con que había
sido tratado Valencia por parte de los altos dirigentes comprometidos
desde el 8 de abril de 1957 con su candidatura. Si en la pasada campaña
el discurso antiliberal de los hombres de La Reconquista tuvo una connotación estrictamente doctrinaria, en la actual el liberalismo fue calificado de tramposo, deshonesto y desleal. Al burlar lo pactado, el liberalismo acrecentó el temor que le provocaba al conservatismo su llegada al
poder. Estremecían a sus correligionarios de los santanderes y Boyacá con
el recuerdo de los costos humanos en sus
departamentos cuando en 1930 habían
llegado los liberales al poder. Advertían
que de repetirse los acontecimientos, estos tendrían las características de un genocidio.
La c a n d i d a t u r a de Lleras, que
irrumpía sin remedio, no la veían los alzatistas como producto del proceso
mismo del establecimiento del nuevo
orden político, sino como una conjura,
como una coartada hábilmente calculada por los líderes del Frente Nacional.
Según ellos, Lleras, "el hombre de la
fría figura", lo tenía planeado todo: haEl Presidente Lleras besa el anillo
bía jurado fidelidad, había logrado la
Lleras Camargo, otrora masón,
mitad del poder en Sitges a cambio de
besa ahora el anillo arzobispal
un candidato conservador, había alide Monseñor Brigard
mentado la división conservadora y, fi103
CESAR AUGUSTO AYALA D I A G O
nalmente, se había convertido en el candidato de las capas más regresivas
de la sociedad. Pero ponía de presente el Movimiento de Álzate que el
sainete —esa política montada sobre el timo y el rencor— había terminado.
El curso de los acontecimientos colmó de actualidad y de justeza los
editoriales que Álzate escribiera en la antesala de las elecciones al poder
legislativo. En sus escritos, el Mariscal demostraba la tendencia liberalizante que había distinguido la vida política de Laureano Gómez. Fue
precisamente Álzate quien le confirió al viejo caudillo el mote de "renegado". Por eso "la conjura" brota de los editoriales del Diario de Colombia como una artimaña de Lleras y Gómez.
A mediados de abril, un grupo de industriales de Medellín inscribió la
candidatura de Lleras Camargo. Hasta el grupo conservador de La República, el más conciliador de los aliados
•legc^eyve^^BogoféT
en el Frente Civil y defensor de Lleras,
manifestación conservadora lo recibe
rechazó la candidatura liberal. La gente de La República se consideraba arte
y
parte del proyecto del Frente NacioDderoso movimiento del
nal
que sentían espiritualmente cercastudiantado en Bogotá
i n t u i d o Comando Central di-Universidades
no ya que cosa parecida consideraban
a juventud contra la entrega del partido
había sido el gobierno de la "Unión
Nacional" de su jefe Ospina Pérez .
Dos días después, el 16 de abril, una
coalición de alzatistas, valencistas y exMovilización total
del partido en el Norte
Diez mil conservadores se
iregan en Bucaramanga
2.3.
oí
'
laureanistas , proclamó desde el Capitolio Nacional el nombre de Jorge Leyva para la Presidencia de la República.
Su escogencia no fue casual. La candidatura tenía que venir del sector
laureanista, el mayoritario.
LA CANDIDATURA DE JORGE LEYVA
Leyva gozaba de la fama de ser un consentido del viejo caudillo conservador. Además, había estado alejado de la política; no se le podía inculpar de
80
81
104
Véanse los Editoriales de La República desde abril 17 de 1958.
Entre los venidos del laureanismo se destacaron dos nombres: Manuel Bayona Carrascal y Guillermo Salamanca. El primero había salido electo Senador por Norte de
Santander y el segundo ante el rompimiento de los pactos, encabezó un Movimiento
de resistencia ideológica a la candidatura liberal.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
haber colaborado con el gobierno de Rojas. Limpio de pecado, estaba ubicado como dijera Laureano, en la clase "del oro puro", lejos de "la escoria".
Leyva decía no pertenecer a ninguno de los grupos conservadores y se
comprometía a no perjudicar a ninguno de sus copartidarios y a unir desde
abajo a su partido. Era doctrinario y tenía una carrera política de reconocidos méritos en su colectividad. Por estos elementos podía ser él, y no
Álzate, el candidato. Sus planteamientos ideológicos se identificaban plenamente con los del Movimiento de La Reconquista, hablaba de poner en
práctica los principios de la Democracia Cristiana para ordenar la vida de
u n pueblo católico como el colombiano . Cuando La Calle le preguntó
por su programa, respondió: "Me bastan los conservadores, realizados por
todos los colombianos, sin distingos políticos, para beneficio del país" .
Leyva no profundizaba en los problemas políticos del proyecto del Frente
Nacional. Lo diferenciaba de Álzate su discurso de conservador tradicionalista: defender los principios cristianos, proteger las clases humildes, etc.
Era u n discurso dirigido al pueblo sencillo. En sus correrías manifestaba que
de triunfar se colocaría "al servicio de
los humildes, de los que lloran, de los
que sufren, de los que nada tienen" .
En u n a palabra, se definía como el cand i d a t o de los p o b r e s . Sus plegarias
eran elevadas en las regiones colombianas d o n d e el conservatismo gozaba
de amplio respaldo popular: los santanderes, Boyacá, norte del Valle del
Cauca, etc. Quizás p o r tratarse de la
unión por abajo, su discurso electoral
tenía un propósito político-religioso.
Para él la unión del conservatismo tenía que partir del perdón, del olvido y
de la caridad cristiana .
Se distinguió la campaña de Leyva
forge Leyva.
por su convocatoria popular. No hubo
Tomada de una portada
apelación a la clase media, ni al obrero.
de Semana en 1960
Los ideólogos, desde Álzate hasta Ma82
83
84
85
Diario d e Colombia, abril 20 d e 1958, p. 1 y 7.
La CaUe, abril 25 de 1958, p. 7.
Véase Diario d e Colombia d e finales d e abril d e 1958.
Diario d e Colombia, mayo 1 de 1958, p. 1 y 7.
105
CÉSAR AUGUSTO AYALA D I A G O
nuel Bayona Carrascal acudieron a los sentimientos heridos de los conservadores de la provincia. "He querido p o n e r m e al servicio de unas masas
desamparadas y traicionadas a las que su antiguo jefe quiere hacer expiar
en la adversidad del 13 de junio, por resentimiento y soberbia. Ellas son
inocentes. Mi actitud es un simple acto de solidaridad humana..." . Era
una de las afirmaciones de Álzate que
repetían sin cesar los oradores de las
plazas públicas.
Una de las b a n d e r a s electorales
que se agitó con éxito fue la de atizar
el sentido temor de los conservadores
ante un evidente triunfo liberal. Leyva
hacía alusiones a lo que esperaría al
país como consecuencia de esto. Recordaba en voz alta la violencia que
produjo el cambio de gobierno en los
La campaña de La Reconquista
tiempos de Olaya Herrera. Manifestaba que n o se trataba, en su caso, de defender simplemente u n derecho reconocido en pactos, sino de salvaguardar
la paz y el sosiego de los colombianos.
fi'
"Tenemos —vociferaba Leyva en Cúcuta— una empresa que cumplir: salvar al
DIARIO D i COLOMBIA
conservatismo de los peligros q u e lo
ÉL LIBERALISMO i RATA DE
asedian, darle la voz de alerta, ponerle
DAR EL ASALTO AL POCEH
en pie de lucha y rescatar la patria y su
destino para que nosotros, nuestros hiI
jos y los hijos de nuestros hijos, tengan
APOYO AL CANDIDATO DEL
una Colombia amable, fraterna y corCONSERVATISMO FRENTE AL
CANDIDATO DEL LIBERALISMO
dial, d o n d e puedan sentirse el orgullo
y la alegría de ser colombianos" .
lí:
•V
• ' ' ' '
B-
Despliegue ¿ i partido
habrá hoy nn la capilal
&y un i-imtidjnii que El Valle godo recibirá
t u p i r din su drbrr
en pleno al Candidato
Visito de "El dirigente de tas derechas'
a Bucaramanga
86
87
88
106
La proclamación de la candidatura
liberal y la renuncia de Valencia "para
no enfrentarse a quien fuera su compañero de armas contra la dictadura porque así lo había prometido..." 1 1 , le dieron otra dinámica al curso de la campa-
La Calle, abril 25 de 1958, p. 7.
Diario de Colombia, abril 25 de 1958, p. 7.
Véase "La renuncia de Valencia" en: La República, abril 22 de 1958, p. 4.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
ña. Los cambios e n el discurso fueron significativos. El antiliberalismo, al
que se recurrió al comienzo de la campaña, pasó a ser la categoría discursiva más trajinada en este segundo período. En cada editorial de Diario d e
Colombia, después de la proclamación d e Lleras, comienza a configurarse
u n a e s p e c i e d e t r í p o d e e n las
argumentaciones del ahora ensancha16 victimas del
DIARIO D i COLOMBIA
liberalismo ayer
d o Movimiento d e La Reconquista:
PARA NARINO. CALDAS Y
antiliberalismo - doctrina - antilaureaANTIOQUIA SALE LEYVA
nismo. Se acude esta vez con mayor
vehemencia al electorado, buscando
^ Leyva se inscribió
¡conio candidato del
jpactido en Bogotá
la tan anhelada unión p o r abajo. Tal
política tuvo buen recibo entre las masas conservadoras. Especialmente entre los conservadores d e provincia,
que tanto como a la élite del partido,
Apoyo integral a Leyva y
' i política del partido da
les atemorizaba q u e el advenimiento
valencismo de Caldas
del liberalismo al p o d e r los sorprendiera divididos.
provincia de tbatc L . " ' ^ j
luua a Im traillóles
El antiliberalismo se concentraba
en la figura d e Lleras C a m a r g o , a
quien consideraban u n candidato n o
digno d e credibilidad p o r haber inLeyva en campaña
cumplido los pactos con el conservatismo. Para el conservatismo d e proHoy l l e g a Leyva a I
3lá
vincia, la candidatura d e Lleras había
surgido gracias a la traición de Lau- I r á n manifestación conservadora lo e
reano Gómez. En Boyacá y los San- JlARIO D i COLOMBIA
tanderes, p o r ejemplo, horrorizaba el
r e t o r n o d e los liberales al p o d e r y les Poderoso movimiento del
estudiantado en Bogotá
evocaba épocas oscuras de persecuianaituiJul ,TO.mJ ( •; 1
•--•
La juventud contra la entre-3 del partido
ciones y masacres. Por eso afirmarían
que u n triunfo liberal sería u n
verdadero "retroceso histórico" alentado p o r la entrega d e Laureano Gó^Movilización t
mez. La campaña antilaureanista tuvo
"' del partido en el í
amplia resonancia en la provincia y tal
Biez mil conservadores se
«Agregan en Bucaramanga
eficacia se d e b e a los ideólogos d e la
candidatura d e Leyva. El pueblo confe
servador señalaba constantemente a
Gómez c o m o "el artífice d e la desgracia conservadora".
- üsfcnoí/a oe te firiíaifs dfgKloMülp i kiíln el fanai • h r f w . Di^fflire (HeDis- I K W IIKMÍA. tavna t UUBIIA
fties Sasa loa ? fwnn
i - ' — - - ; - ; t-O<A' ( *0*n
¿i-ÜW-íW
:
107
CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
En esta ocasión fue evidente que el discurso electoral proveniente de
Diario d e Colombia tuvo inmensa acogida en las regiones d o n d e las masas p o r tradición estaban aferradas al conservatismo. La mejor p r u e b a de
ello es q u e entre el discurso p r e p a r a d o p o r la élite q u e dirigía la campaña
de Leyva y el lenguaje de provincia no existía distancia.
Finalmente, los escrutinios se realizaron el 4 de mayo. El Frente Nacional se impuso con 2.482.948 votos ante los 614.861 d e J o r g e Leyva.
Los resultados sirvieron para constatar q u e las regiones de alta votación
conservadora a favor d e Leyva coincidían con los lugares d e d o n d e provinieron los mensajes de respaldo a su candidatura. Una observación detenida del c o m p o r t a m i e n t o electoral p o r municipios en los 8 departam e n t o s d o n d e fue mayor la votación p o r Leyva, muestra q u e el Frente
Nacional no era expresión de todo el pueblo colombiano. De los 563
municipios d e los departamentos q u e examinaremos, el candidato conservador ganó en 165, es decir en el 29.3% de ellos. (Ver Anexo No. 2)
Diferenció a las dos contiendas electorales de 1958, el nivel de participación ciudadana. Mientras en marzo sufragó el 68% d e las 5.365.191 personas en capacidad de hacerlo, en mayo solo lo hizo el 58%. El peso mayor
de la abstención recayó en el conservatismo. Habiendo el liberalismo mant e n i d o su votación d e m a r z o :
2 . 1 3 2 . 7 4 1 , é s t a se h a b r í a
\.-.' f-á* ' .% Wlm
i ,.1,1 mg>
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**~ • y r ^ V B
tí!
*
incrementado posiblemente con
la participación de votos conserr
iSr
M jKett0BumH0mm^
vadores. Esto significaba que del
1.556.273 alcanzado por las listas
}
conservadoras de marzo, se abstuvieron 941.412 votantes. Es decir el 60.2%. La gente de esa col e c t i v i d a d n o t u v o el t i e m p o
necesario para asimilarlos intem* \
tl w i l | i
pestivos cambios q u e p r o d u j o
¡SOS?"» 1
. Mi
u n a candidatura diferente a la
p r o m o v i d a por todo el m u n d o
desde hacía más de un año. El
rompimiento de los pactos hizo
que la incertidumbre en las masas godas fuera grande. Palabras
más, palabras menos, el Frente
Nacional se legitimaba desde un
triunfo e m i n e n t e m e n t e liberal.
Así lo comprobamos en la inves108
...... 3B
Bife
Alberto lleras Camargo y la sonrisa del gran triunfo
liberal sobre el conservatismo. Foto de LNP, 6-12
diciembre de 1961, p. 21
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
tigación q u e s o b r e La Reconquista h e m o s citado: los votos p o r los
reconquistadores en marzo y por Leyva en mayo son casi idénticos; son
idénticas las votaciones por las listas liberales de marzo y de mayo.
Las elecciones de 1958 significaron para los conservadores que n o se
dejaron transportar por los movimientos de la vida, su última sonada oportunidad. Solamente sobrevivirían aquellos dispuestos a trasegar con malicia, con "nadadito de perro" tras el liberalismo del Frente Nacional. Después de 1958 el conservatismo se vio obligado a convertirse en otra cosa.
Empezaba el olvido. En las contiendas electorales de 1957 y 1958 el ejercicio político les permitió por última vez recordar. Los liberales, al contrario,
no recordaron. Se dedicaron a proyectarse por el camino que habían cogido desde los años 30. No les importaba el pasado, solo el futuro. Ni siquiera
discutían, ¿para qué?, las masas estaban ya conquistadas.
3.
LA R E C O N Q U I S T A EN EL PARLAMENTO
Y EN LA C O N S P I R A C I Ó N
El proceso de configuración y establecimiento del Frente Nacional estuvo
invadido p o r una fuerte ola de miedo. El temor impregnó el ánimo de
impulsores y adversarios de esa política. Los primeros seleccionaron en
u n solo equipo a todos los que se oponían a su proyecto, en particular
hacían parte de él quienes estuvieron de alguna m a n e r a vinculados al
régimen de Rojas, quienes de ellos aspiraban a restaurar p o r la fuerza al
expresidente en el p o d e r y, en general, todo el conjunto de h o m b r e s que
convocó el Movimiento de La Reconquista. Los últimos previnieron a sus
copartidarios del peligro que le esperaba al conservatismo con el advenimiento d e un gobierno presidido por los liberales. Mas n o eran simples
caprichos, ambas colectividades estaban comprometidas en las sinuosidades de la historia política del país que ellos mismos habían construido.
Desde la Cámara de Representantes, el g r u p o de conservadores elegidos en las listas de La Reconquista, ahora a u t o d e n o m i n a d o "Los Independientes", se apersonó de la defensa de Rojas Pinilla. Para ellos, las
alusiones que se hacían contra el régimen de Rojas y contra su persona
constituían en el fondo dardos contra el conservatismo. Por eso se fueron
convirtiendo, con el paso del tiempo, en opositores al proceso q u e el
nuevo orden político empezó a generar contra el General. José María
Nieto Rojas, el más controvertido de ellos comenzó por impugnar los
desaciertos del gobierno de la J u n t a Militar que, según él, había desmontado las obras que el régimen de Rojas realizó a favor de los pobres:
SENDAS y el Banco Popular. Le ofendía a Nieto que los militares que
reemplazaron en el p o d e r a Rojas se autodefinieran c o m o honestos y
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CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
leales: "Qué lealtad han guardado ellos con su antiguo superior —se preguntaba el Representante— con quien los colmó de todos los honores y
de todas las prebendas hasta colocarlos en el sitial de los presidentes de
Colombia" . No les perdonaba que hubieran prohibido el regreso de
Rojas cuando éste había manifestado su propósito de volver a defenderse, ni el haber creado una Comisión Especial de Instrucción Criminal
para que se escudriñara la vida pública y privada del expresidente.
3.1.
CONSPIRACIONES Y ACUSACIONES
Desde su partida, como anotamos arriba, Rojas Pinilla advirtió sobre su
regreso. En el exilio no se aisló del país, paso a paso seguía el curso del
acontecer nacional. Todas sus declaraciones se fueron asociando a la convicción generalizada de que su regreso sería para volver al poder. Cada
vez que el nuevo orden se aprestaba a legitimar sus avances de dominio
político, aparecía el rojismo como un fantasma en acecho para impedirlo.
Así sucedió en las antesalas del plebiscito y de la elección de Lleras en
1957 y 1958 respectivamente. Desde noviembre de 1957 hasta 1963, el
rojismo fue asociado a la amenaza de un golpe de estado. Como ampliaremos más adelante se trató de un período en la historia del rojaspinillismo que hemos caracterizado como conspirativo.
A grandes titulares, los diarios colombianos destacaron el 18 de noviembre de 1957 una noticia que vinculaba a Rojas con una intentona de
golpe de estado. Según el comunicado del gobierno, los golpistas fraguaban sus planes desde el mes de julio pasado con el claro propósito de
boicotear la realización del plebiscito del primero de diciembre. Informaban los órganos de prensa que el General Rojas había sido contactado
por los subversivos para pedirle que se pusiera a la cabeza del golpe. En
el comunicado oficial, la Junta Militar denunciaba que los golpistas habían hecho uso de una campaña de atracción en el seno del Ejército
mediante hojas volantes donde se invitaba a rebelarse contra la cúspide
de las Fuerzas Armadas. Fruto de esta campaña, los gestores del golpe
lograron que a su movimiento se vincularan oficiales y suboficiales retirados de la Institución el último año. El movimiento subversivo se proponía, según el reporte, el restablecimiento del gobierno militar. Frustrada la intentona, el servicio de inteligencia del Estado se aprestó a perseguir y encarcelar a los sindicados.
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Nieto Rojas J. M. Proceres de la Segunda Repiiblica... p. 230
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
El 30 de abril de 1958, los periódicos sorprendieron otra vez a la
opinión pública nacional con el anuncio de u n nuevo intento de golpe.
Esta vez los acontecimientos tuvieron como escenario la localidad santandereana de San Gil. Al movimiento golpista aparecieron vinculados los
dirigentes de La Reconquista H e r n a n d o Sorzano González, Paúl Duran
Reyes y H u m b e r t o Silva Valdivieso. Con vivas a la revolución conservadora, a Leyva y a Álzate, los amotinados le comunicaron al alcalde la toma
de la ciudad; exigieron la rendición de la policía; asaltaron las instalaciones de la emisora "Ondas del Fonce", desde d o n d e el futuro dirigente de
la ANAPO Paúl Duran Reyes arengó así a la población: "Atención... Atención... el conservatismo acaba de asumir el poder en San Gil y en todo el Departamento. Los santanderes y Boyacá están levantados en armas. El gobierno está
entregado a las oligarquías, el conservatismo no puede dejarse engañar" . Eran
algunas de las consignas. Sin embargo, no se logró movilizar la población
en respaldo a la toma de la localidad. Se trató de u n a conspiración alejada
de la participación popular. A u n q u e los rumores de la toma de la ciudad
venían de tiempo atrás, los conspiradores n o contaron con la vinculación
de los moradores en su proyecto. Es muy posible que los dirigentes de
La Reconquista confiaran en el respaldo electoral q u e habían o b t e n i d o
en marzo, d o n d e sus listas vencieron a las corrientes laureanista y valencista. El fracaso de la toma de San Gil n o tuvo consecuencias negativas
en la votación conservadora a favor de Leyva. A los 2.173 votos q u e los
reconquistadores obtuvieron en marzo, se sumaron 789 sufragios el 4 de
mayo. El candidato liberal tan solo incrementó la votación e n 157 votos
respecto a la de marzo.
El motín de San Gil —parece ser— hacía parte de u n movimiento de
magnitud nacional que desarticuladamente aspiraba a la restauración de
Rojas en el poder. Así recuerda ese episodio u n lugarteniente de Lucio
Pabón Núñez: H e r m e s Lizarazo, organizador de la conspiración en Norte
de Santander y quien se había d e s e m p e ñ a d o como guardafrontera en el
oriente colombiano en tiempos de Rojas. Según Lizarazo, a u n q u e se trataba de u n coordinado movimiento nacional, la ola de conspiraciones
tuvieron u n origen espontáneo, b r o t a r o n de la simpatía que el pueblo de
los santanderes sentía por las medidas del General Rojas. Cuenta Lizarazo que además de estar vinculado alguno de los Quíntuples al golpe de
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91
Véase la prensa nacional de la fecha.
Entrevista concedida a César A. Ayala D. Cúcuta, abril 2 de 1991. Lizarazo hacía
parte de un equipo de conservadores cuya misión era la de reconquistar las zonas
de ascendencia conservadora de Santander del Norte: San Alberto, El Playón,
Arboledas, etc.
111
CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
estado q u e se fraguaba, de él hacían parte oficiales recién retirados c o m o
el C o r o n e l Agudelo, quien volvió a colocarse su uniforme el día que se
p l a n e a b a dar el golpe en Cúcuta y que no alcanzó a sincronizarse con
Bogotá y San Gil.
En efecto, el 2 de mayo, a dos días de las elecciones que instaurarían el
Frente Nacional, tuvo lugar en Bogotá el alzamiento del Primer Batallón
d e Policía Militar bajo el m a n d o del Coronel H e r n a n d o Forero Gómez.
Los golpistas lograron apresar a 4 de los 5 Presidentes. A pesar del éxito
inicial, el movimiento golpista fracasó en pocas horas. 30 años después,
apareció un libro con el n o m b r e que tuvo la conspiración, "Operación
Cobra", que descubrió para los colombianos los pormenores del golpe del
2 de mayo. El libro vincula, desde sus primeras páginas, la esencia y carácter del golpe al espíritu de Gilberto Álzate Avendaño y a la oficilidad militar
q u e con el retiro de Rojas del poder "se sintió engañada p o r sus propios
compañeros de armas" . Silva Valdivieso reconocería muchos años después: "El antecedente del 2 de mayo fue la toma de San Gil. La condición
de Forero era que en los pueblos se diera algún levantamiento. A Hernand o Sorzano, a Luis Torres Quintero y a mí nos correspondía promover los
levantamientos. Convencimos a la policía de San Gil de que se sublevara.
La población entera estuvo bajo nuestro dominio en la madrugada del 30
d e abril y el primero de mayo" . El mismo Silva Valdivieso, 30 años después confirmaría los lazos existentes entre el Movimiento de La Reconquista y Rojas, entre éstos y el movimiento golpista:
... Comenzamos a pensar en la posibilidad de que Rojas regresara al país y asumiera el poder nuevamente. Sabíamos que dentro de las Fuerzas Militares tenía
el suficiente respaldo para que una vez regresara, lo apoyaran y restablecieran
en el mando. Hicimos muchas gestiones tanto con los militares en el país, como
con el propio Rojas quien se mostraba dispuesto a regresar si encontraba el respaldo suficiente. Después de algunos intentos fracasados, se planteó con el Coronel Hernando Forero Gómez el restablecimiento del gobierno militar y se le
informó al General Rojas a fin de que estuviera listo para servir al país. El plan
se puso en marcha desde el 30 de abril, cuando por exigencia de los militares,
algunos jefes políticos de Boyacá y Santander realizaron movimientos pacíficos
en ciertos municipios como San Gil, y algunos en Boyacá. Movimientos que
tuvieron como consecuencia el que el Coronel Forero cumpliera con su promesa
de apresar y destituir a los miembros de la Junta Militar .
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112
Ortiz Alvaro, Lara Óscar. Operación Cobra. Historia de una gesta Romántica. Bogotá, Impreso por Canal Ramírez - Antares, 1988, p. 28.
Ibid. p. 201.
Ibid.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
Desde los tiempos de la J u n t a Militar, el nuevo orden que se establecía
presionó para llevar ajuicio al General Rojas Pinilla. Los gestores e impulsores del Frente Nacional por todos los medios y con todos sus recursos,
difundieron la especie por todo el país de que Rojas había cometido toda
clase de delitos desde la presidencia. Día tras día encontraban cómo inculpar al General de todos los males que sufrían los colombianos. De otra
parte, quienes estuvieron vinculados en cualquier forma al gobierno militar, expresaban su protesta —como lo hemos descrito— de manera beligerante. Aparecían ante la opinión pública como conspiradores. Comprometidos con los intentos de golpe de estado dieron razones para que el gobierno les temiera. En ese ambiente de tirantez, los nuevos gobernantes
dieron vía libre al proyecto de acusaciones de la Cámara que llevaría al
General Rojas a comparecer ante el Senado. El asunto no pintaba fácil; si
bien habían preparado a la opinión pública para legitimar las inculpaciones, la nueva clase dirigente no encontraba con prontitud los fundamentos jurídicos que se acomodaran a sus propósitos. Los parlamentarios
independientes acusaban de inconstitucional la Comisión de Investigación
creada por la J u n t a Militar. Nieto Rojas alegaba que tanto los decretos que
la crearon, como las facultades que a ésta se le asignaron reñían con la
legislación nacional: "Se puede encomendar esa investigación a un Juez
Superior, un juez de circuito, un juez municipal, o un juez de instrucción
criminal. Pero no se puede crear un organismo extraconstitucional para
encomendarle esas funciones porque lo que haga queda viciado de nulidad" . Argumentaba Nieto, además, que al tenor de la Ley, la Cámara no
tenía derecho de acusar a un expresidente ante el Senado, por cuanto el
artículo 102 de la Carta rezaba: "Son atribuciones especiales de la Cámara
de Representantes...5o. Acusar ante el Senado, cuando hubiere justas causas, al Presidente de la República, a los Ministros del Despacho..." . La Ley
habla del Presidente y no del expresidente. A Rojas, conforme a la interpretación de Nieto debería juzgarlo el juez que corresponda al delito que haya
cometido y de acuerdo con las reglas sobre jurisdicción y competencia' .
Nieto llamaba la atención sobre la composición de tal comisión. Según
el parlamentario, los personajes que la integraban eran "elementos de flagrante parcialidad". Por ser enemigos del General, "habían —señala N i e t o extremado sus pesquisas inquisitoriales más allá de lo que un funcionario
p r o b o emplea para señarle a la justicia..." . A u n q u e la Comisión de
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98
Nieto Rojas J.M. Proceres de la Segunda República...p. 159.
Ibid. p. 172."
Ibid.
Ibid.
113
CESAR A I C U S ro AYALA DIAGO
Investigación se instituyó con el propósito de indagar los delitos o infracciones que hubieran podido cometer los altos funcionarios del Estado en
los "últimos tiempos", dicho organismo sólo se ocupó del caso P.ojas Pinilla. Más en concreto: de su persona. Acaso es que la mayor parte de los
hechos que se han presentado aquí y en la prensa como delictuosos durante el gobierno del expresidente Rojas —se preguntaba Nieto— no fueron
ejecutados por personas y funcionarios distintos a él? Por qué sólo se inculpa a Rojas Pinilla como responsable de ellos? ¿Por qué ese e m p e ñ o para
hacer aparecer solamente a éste como delincuente? ¿No se ve en esto una
evidente parcialidad?. Si se trataba de llamar ajuicio a un expresidente por
los motivos que se le imputan a Rojas, existían méritos para juzgar a otros
ciudadanos que habían salido de la presidencia de la Repiiblica con dudosa
reputación. Nieto enfatizaba que así como se investigaba a Rojas y a su
régimen por qué no se hacía lo propio con los negociados de la Handel,
con la trilladora Tolima o con el asesinato de Mamatoco cuando el gobiern o de López Pumarejo; para citar un ejemplo. En resumen, para los parlamentarios independientes, para defender una causa que como la de Rojas
era perdida habían avanzado tanto los abogados del establecimiento en las
acusaciones contra Rojas, que absolverlo hubiese implicado un desprestigio para el recién instaurado Frente Nacional.
En octubre de 1958, la Comisión Instructora del Senado encargada de
estudiar pormenorizadamente el expediente que fuera entregado por la
Cámara de Representantes con el fin de abrir el juicio contra Rojas, ordenó
recibir en indagatoria al General y procedió en consecuencia a dictar auto
de detención en su contra. El expresidente de inmediato declaró estar
dispuesto a regresar "para defender su obra de gobierno, sus actos y honor
de militar y ciudadano""... Desde marzo último, Rojas había denunciado en
u n reportaje los impedimentos que la Junta Militar le ponía a su regreso al
país. Interrogado sobre la Comisión Investigadora nombrada para juzgar
sus actos, respondió: "Tendrían que procesar primero a los cinco miembros de la Junta Militar de Gobierno que fueron mis inmediatos colaboradores" . Sobre la situación política del país, el General se limitó a decir:
"Hay que darle tiempo al tiempo para que el pueblo pueda comparar mis
cuatro años de gobierno con lo que ha estado viendo y consintiendo en
carne viva desde el 10 de mayo último" . De otro lado, Rojas había enviad o en agosto telegramas al Presidente y al Congreso Nacional manifestando que regresaría a presentarse ante un tribunal compuesto por Magis99
El Tiempo, octubre 3 de 1958, p. 1 v 20.
100 La República, marzo 20 de 1958, p. 1 v 10.
101 Ibid.
114
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
trados ajenos al interés de los partidos . Para La Calle, el anuncio de la
llegada de Rojas restauraba el Frente Nacional, ya que actuaba "como un milagroso aglutinante de todas las fuerzas que hicieron el 10 de mayo" . Reconocía el nuevo semanario liberal que el gobierno de Rojas era también un
aglutinante, pero veía positivamente la llegada del expresidente porque acercaba a los sectores ospinista y laureanista al gobierno permitiendo así que el
Frente Nacional volviera a su cauce primitivo amplio y generoso .
Durante los primeros días de octubre, el país esperó con ansia el arribo, de u n m o m e n t o a otro, de Rojas. La prensa informaba u n día q u e el
expresidente había reservado pasajes en tres aerolíneas; la m a ñ a n a siguiente se leía que había aplazado su viaje p o r p e d i d o del gobierno. La
atención de los colombianos se concentró en la figura de Rojas. T o d o el
país opinó sobre él, sobre su gobierno y acerca del juicio que se le proyectaba seguir. Fue como si el país se hubiese dividido en favor y en
contra del General. El conocido columnista Antonio Paneso, quien escribía bajo el s e u d ó n i m o de Pangloss, manifestó al respecto: "No hay que
exagerar en la cuestión del antirrojismo. Algunos van en camino de convertirlo en u n a ortodoxia dogmática, en u n a p u r a doctrina fuera d e la
cual no hay salvación" . Concluía el columnista afirmando que "todo el
m u n d o fue rojista alguna vez sin excluir al doctor Gómez en cuyo gobiern o fue aquel señor C o m a n d a n t e de las Fuerzas Armadas..."
La llegada de Rojas p r e o c u p ó a quienes respaldaban al Frente Nacional. Estos le temían a la popularidad del General y al espíritu revanchista
del rojaspinillismo; por eso se les ocurrió p r o g r a m a r manifestaciones de
respaldo al gobierno que coincidieran con el arribo del exmandatario a
Bogotá. Los frentenacionalistas convocaron a sus seguidores a congregarse e n las plazas públicas de las ciudades —el 3 de octubre día en que
aparecería Rojas en el país— "para proclamar su resolución de mantenerse real y firme en t o r n o a los ideales del Frente Nacional, y a expresar su
fe entrañable en la b o n d a d de u n a política que ha empezado a devolverle
a Colombia lo mejor de sus tradiciones y a engrandecerla otra vez con el
ejercicio de esclarecidas virtudes" . Para el sector liberal que agrupaba
La Calle, el "regreso del dictador depuesto" constituía el primer peligro
serio q u e afrontaba el nuevo régimen. Ni ignoraban ni subestimaban los
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Rojas ante el Senado.,.p. 77-78.
La Calle, septiembre 26 de 1958, p. 5.
Ibid.
El T i e m p o , octubre 2 de 1958, p. 5.
Ibid.
El T i e m p o , octubre 3 de 1958, p. 4.
115
CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
liberales de La Calle la existencia de vastos sectores pro-rojistas en la
población colombiana, p o r eso emplazaban al pueblo a rodear al gobierno. Conscientes de la debilidad del Frente Nacional, llamaban a sus dirigentes a desarrollar u n a labor de atracción, de persuasión, de compromiso, de unificación de todos los sectores antidictatoriales de derecha e
1 fifi
izquierda . La más sonada de las manifestaciones se realizó en Popayán.
Allí, Guillermo León Valencia pidió castigo para Rojas y terminó sus diatribas gritando: "Mi General no pasará"
En esas circunstancias, el gobierno le pidió a Rojas aplazar su viaje
alegando dificultades para ofrecerle protección. A partir de ese momento, el regreso de Rojas se convirtió en un enigma. Las manifestaciones
programadas se llevaron a cabo sin la presencia en el país del General.
P e r o en su contra. Rojas se elevaba ante los ojos de los colombianos como
u n fantasma político. Todas las medidas que se tomaban para apocarlo
resultaban a favor de la proyección de una imagen probablemente distinta a la que sus enemigos querían forjar.
Aplacados u n p o c o los ánimos, el gobierno dio vía libre al regreso
de Rojas. El 13 d e o c t u b r e de 1958 el exgobernante aterrizó en Bogotá.
El 17 del mismo mes concedió u n a entrevista a los periodistas de La
Calle en casa del General Polanía Puyo, d o n d e se e n c o n t r a b a hospedad o . Sobre su futuro juicio ante el Senado, Rojas declaró n o reconocerle
n i n g u n a a u t o r i d a d al Congreso ya que, según él, éste n o iba a juzgar
sino a sentenciar . Los periodistas q u e lo entrevistaron e s p e r a b a n
e n c o n t r a r a u n personaje que correspondiera a la beligerancia propia
d e u n c o n s u m a d o conspirador o al h o m b r e peligroso a n u n c i a d o p o r la
prensa. Defraudados, los r e p o r t e r o s tuvieron que terminar su reportaje
así: "Rojas Pinilla n o provocó la rabia q u e esperaban los héroes ni el
m í n i m o apoyo q u e él esperaba p o r su regreso. Rojas Pinilla siguió siend o Rojas Pinilla: una tipicidad de la sociología colombiana" . Sin embargo, el 3 de diciembre de 1958, el país fue s o r p r e n d i d o con u n a alocución del Presidente Lleras Camargo, en la que anunciaba q u e declaraba t u r b a d o el o r d e n público y en estado de sitio todo el territorio
nacional, para conjurar u n a conspiración.contra su g o b i e r n o dirigida
p o r el General Rojas Pinilla en conexión con algunos elementos de las
Fuerzas Armadas y q u e en tal virtud q u e d a b a n suspendidas las garantías
108 La Calle, octubre 3 de 1958, p. 3.
109 El T i e m p o , octubre 4 de 1958, p. 1.
110 La Calle, octubre 17 de 1958, p. 8 y 9.
111 Ibid.
116
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
119
constitucionales . Lleras advirtió la retención sin fórmulas d e juicio
de los ciudadanos implicados en la conspiración; le informó a los colombianos que q u e d a b a n prohibidas las reuniones y manifestaciones
populares, la movilización de las gentes de u n municipio a o t r o sin permiso especial de las autoridades. T a m b i é n informó q u e los medios de
comunicación pasaban al control y a la censura del gobierno, q u e t o d o
el m u n d o sería sometido a requisas, etc. El Presidente t e r m i n ó su patética alocución haciendo u n llamado a t o d o el país para que prestara
respaldo a su gobierno y a las medidas que éste tomara. El e q u i p o frentenacionalista del Congreso acudió al llamamiento presidencial. En la
Cámara, los Representantes gobiernistas p r o p u s i e r o n q u e se levantara
la i n m u n i d a d de q u e gozaban los parlamentarios para q u e p u d i e r a n ser
retenidos aquellos contra quienes hubiera sospecha de estar c o m p r o m e t i d o s en la conspiración. Los Independientes, p o r supuesto, se opusieron a su aprobación. Vieron en todos estos acontecimientos u n a farsa para acallar su oposición al régimen y apresar a Rojas Pinilla.
En efecto, quince tanques de oruga, antes de la alocución de Lleras Camargo, cerraron los accesos a la residencia de Rojas. A las seis de la tarde de ese
mismo día, el expresidente fue puesto preso. También detuvieron a los parlamentarios Humberto Silva Valdivieso y Cosme León Meneses. Ajuzgar por las
explicaciones del gobierno, los ciudadanos que llegaron en vehículos expresos
de Santander y que fueron detenidos habían declarado que venían a ponerse a
las ordenes de Silva . Se informaba, además, que 8 hombres intentaron tomarse la estación retransmisora de televisión ubicada en Facatativá, localidad cercana a la capital, y que fueron capturados individuos indocumentados que penetraron a Cundinamarca provenientes de los santanderes, Boyacá y Tolima. Finalmente, la prensa nacional cerró la transmisión del intento de golpe diciendo
que para la realización del plan subversivo, los cabecillas movilizaron 1.200 hombres de Norte de Santander, 1.000 de Boyacá, 800 de Santander y 500 del Tolima, quienes serían armados en Bogotá .
112 Véase la prensa nacional de diciembre 4 de 1958.
113 El Tiempo, diciembre 5 de 1958, p. 1 y 14.
114 Véase la prensa nacional de los primeros días de diciembre. Citamos algunos de los
detenidos. Oficiales retirados: Generales Gustavo Rojas Pinilla, Jaime Polanía Puyo y
Marco A. Villamizar; Coroneles: Daniel Cuervo Araóz, Carlos Sus Pacheco y Gonzalo
Días Gómez; Teniente-Coronel Hernán Padilla Silva; Mayores: Misaél Marín Ardila, José
H. Benitez; Tenientes: Amoldo Ortiz lozano y Carlos Rojas Correa. Civiles: Pedro A.
Baquero, Ernesto García Barriga, Nicolás Petio Dona, Ernesto Harkcr, Víctor Vergara
Lara,José Ignacio Giraldo, Roberto Monagas,Josué Carrillo, Luis Ixipcz Sema, Alfonso
Castro, Jesús Estrada Monsalve, Daniel V'alois Arce, Garios V. Rey y Carlos Monroy.
(Véase El Tiempo, diciembre 10 de 1958, p. 1).
117
CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
En marzo de 1959 el parlamentario Nieto Rojas refutó las tesis que le
habían servido de base al gobierno para declarar turbado el orden público en diciembre de 1958. De acuerdo con el informe que al respecto
presentara el Ministro de la política ante el Congreso, ninguno de los
argumentos señalados tenía méritos para la medida tomada, pues no presentaban, al decir de Nieto, fundamento en la realidad. Por eso denominó el episodio "La Conspiración de los chismosos". El quinto de los cargos a que aludió el Ministro para decretar el estado de sitio rezaba: "En
la última década de noviembre y los primeros días de diciembre de 1958,
trajeron para los colombianos una profunda intranquilidad social. De
distintos sitios del país llegaban a la capital noticias de que algo muy grave
se estaba tramando J . Con base en este rumor, el gobierno no permitió
la realización de una Asamblea de conservadores cundinamarqueses, organizada por los Independientes y programada para inicios de diciembre . Argumentaban los voceros oficiales que entre los delegados al
evento se encontraban elementos conspiradores. Basándose en los propios documentos del Ejecutivo, Nieto demostró que todo había sido una
farsa. Pocas horas después de decretado el estado de sitio, el Presidente
habló por las emisoras del país: "No hubo en ninguna parte del país incidentes ni turbaciones del orden"
Los parlamentarios Independientes coincidieron en afirmar que se trataba de desviar la atención de los colombianos sobre los principales problemas del país. Le comunicaban al país que el culpable de los graves problemas sociales por los que atravesaba la nación no era Rojas Pinilla, sino
las medidas económicas tomadas por el gobierno, con "el objetivo de favorecer a los grandes capitalistas y a las oligarquías de todos los matices dando como resultado el vertiginoso encarecimiento de la vida y el crecimiento de la miseria para los humildes y para los asalariados" . Nieto siguiendo la tónica de Álzate, tocaba los temas de un discurso con futuro:
Desde que se decretó la desvalorización de la moneda, para acrecentar en un
2 0 0 % las ganancias de los comerciantes e industriales, y desde que han sido
llevados a los Ministerios claves de la economía los gerentes y abogados de las
grandes empresas para que desde allí estimulen y decreten el aumento de los
115 Citado por Nieto Rojas en: Proceres de la Segunda...p. 241.
116 Ix)s Directorios valencista y laureanista desconocieron la legitimidad de la Convención lidcrada por la gente de La Reconquista. El Siglo la calificó de contraria a la
disciplina del partido y la tildó de "trecejunista", La República la consideró contraria
a su espíritu y desmintió los rumores sobre el carácter nacional del evento.
117 Citado por Nieto Rojas en; Proceres de la Segunda República...p. 243.
118 Ibid. p. 241.
118
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
precios en favor de los artículos de primera necesidad desde los víveres hasta los
transportes urbanos, el vestido, el colegio y las drogas, etc el pueblo ya no puede
soportar el hambre, agravada con el desempleo y el despido del trabajo
Silva Valdivieso llamaba la atención también sobre los verdaderos problemas sentidos por la población, tales como el alza de las tarifas del transporte. Así presionaba a la Cámara para que solicitara al gobierno nacional
la rebaja en los precios del transporte urbano. O t r o de los Independientes,
Manuel Bayona Carrascal, se opuso a la liquidación de la Empresa Nacional de Publicaciones (ENP) creada en los tiempos de Rojas. Para el parlamentario nortesantandereano, toda la atención que prestaba el gobierno
a la cuestión Rojas era para esconder sus maniobras antipopulares . La
Calle de su parte, haciendo un balance de las actividades del Congreso en
1958, lo encontraba "poco positivo". Se quejaban los redactores políticos
del semanario de que el Parlamento no se estuviera reuniendo para legislar
o para tomar en cuenta las iniciativas del Ejecutivo, sus proyectos y "sus
fórmulas salvadoras", sino para ocuparse de Rojas y de las peleas en los
sectores irreconciliables del conservatismo .
3.2.
ROJAS ANTE EL SENADO
"Busco entre vosotros juez, y sólo veo acusadores y verdugos ".
Apresado Rojas el 3 de diciembre, fue llevado a la Costa Norte del país.
En Cartagena rindió la primera de u n a serie de indagatorias. Seguidam e n t e se le embarcó en una fragata de guerra de la Armada Nacional de
n o m b r e "Capitán T o n o " . En ella le obligaron a navegar d u r a n t e 19 días
sin r u m b o fijo. Terminada esta primera etapa del cautiverio, el prisionero fue transferido a las salinas de Galerazamba localizadas entre Barranquilla y Cartagena.
Pasada la euforia del advenimiento de u n nuevo año, la prensa volvió sobre el proceso q u e se le adelantaría a Rojas Pinilla. El expresidente fue trasladado a Bogotá el 20 de e n e r o d e 1959 y recluido en el
edificio d o n d e funcionara SENDAS en los años de su g o b i e r n o . Dos
días después se iniciaron las audiencias del Juicio en el Salón Elíptico
del Capitolio Nacional. Rojas designó c o m o defensor al penalista Carlos V. Rey y c o m o vocero al abogado alzatista Daniel Valois Arce. La
119 Ibid.
120 La Calle, octubre 10 de 1958, p. 6.
121 La CaUe, enero 30 de 1959, p. 6.
119
CÉSAR AUGUSTO AVALA DIAGO
escogencia de estos dos personajes
iba en beneficio de la imagen de Rojas como protector de los sectores incongruentes con las altas esferas del
poder político. A Carlos V. Rey, connotado jefe liberal se le conocía como gran tribuno popular. A Valois
Arce se le reconocían méritos por
sus esfuerzos de desaristocratizar la
Dirección de su partido. Inconscientemente quizás, Rojas se valió de un
liberal y de un conservador de abajo
para que abogaran por él y por su
obra ante el Senado. Uno y otro, defensor y vocero, liberal y conservador populares, blanco y negro respectivamente, se valían del léxico y
del estilo gaitanistas para dirigirse al
Gustavo Rojas Pinilla
público. El defensor participó de la
de regreso al país
Tercera Fuerza en los tiempos de
Rojas: "Llegué a pensar, a hacerme la ilusión, a tener la esperanza de
que Rojas, con las Fuerzas Armadas, atacado y abandonado por el partido conservador, atacado por la oligarquía liberal, podía con un grupo
liberal y un grupo conservador revolucionario realizar esa reforma que
es la necesidad elemental de la Patria" . Así explicaba su reciente pasado político en el curso de la defensa el abogado Carlos V. Rey. El
vocero, por su parte, logró darle al proceso otro carácter. Antes de su
designación como vocero de la defensa de Rojas, Valois había solicitado a la Cámara de Representantes
que acusara ante el Senado a Laureano Gómez, con el fin de que fuera
enjuiciado y condenado. Valois adjuntó a su pedido una serie de cargos
por traición a la patria, peculado por
cuantía de millones de pesos, complicidad en el asesinato de Gaitán;
,,,.
•
por delitos atroces contra Colombia
122 Rojas .Ante el Senado... p. 398.
120
rolo de t i Espectador, reproducida en
abril 29 de 1962
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
y contra la dignidad de
la persona humana y por
violación de la Constitución N a c i o n a l , e n t r e
otros . Al no prosperar
la denuncia en la Cámara, Valois aprovechó sus
intervenciones en el proceso contra Rojas para
enjuiciar al gobierno de
Laureano Gómez.
En el curso de las audiencias, el vocero de la
defensa, en carta dirigida
a éste último, le manifestaba: La nación y la justicia quieren es un enjuiciamiento de la dictadura en sí como sistema y
usted que es su progenitor y fundador, que ejerció sin ningún título legítimo el poder dictatorial,
debe ser el primero en
, . . .
124
comparecer al juicio
De esta manera, el voceRojas y su defensor Carlos V. Rey
ro de la defensa del General logra darle altura
política al juicio, o como él mismo alegóricamente lo manifestara: "Hagamos la audiencia en el Capitolio y no en un corral de novillos" . Haciendo un recuento histórico de los otros Presidentes colombianos llevados ante el Senado, Valois encontró que habían sido juzgados por golpes
de estado o por rebeliones y no por "minucias de declaraciones de renta" . Le preguntaba el vocero de Rojas a los jueces del Senado: "Qué
habría pasado si se procesa al Señor General Rojas Pinilla por el delito
123 Valois Arce Daniel. Enjuiciamiento de l a u r e a n o Gómez. Bogotá, Sociedad Editorial
Pérez Días, 1959.
124 Ibid. p. 67.
125 El Colombiano, febrero 5 d e 1959, p . 1 y 13.
126 Rojas Pinilla ante el Senado... p. 300.
121
CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
de rebelión; o p o r el delito del golpe de estado del 13 de junio? El mismo
responde: "Habría sido necesario analizar la situación de la autoridad que
en esos momentos regía en Colombia...habría sido necesario establecer previamente la legitimidad del mandatario que el mismo sustituyó" . Valois
n o entendía que se hicieran ese tipo de procesos en Colombia sin tener
e n cuenta los demás actores. Consideraba que si lo que se pretendía era
curar al país de la t r e m e n d a llaga de las dictaduras era necesario tomar
el f e n ó m e n o integralmente, enjuiciarlo en su totalidad y n o epilogam e n t e . Para Valois, Laureano Gómez había ejercido el p o d e r sin título
legal. El liberalismo, la mitad del país,
según él, n o reconoció los resultados
electorales que lo eligieron c o m o Presidente, también lo desconoció gran
parte del conservatismo. Es decir, en
la interpretación de los hechos que
hacía el vocero del acusado, Gómez
había asaltado el p o d e r "sin título legal, con sangre, incendios, devastaciones, emasculaciones, destrucciones en masa, iniquidades de las peores clases, destrucción de periódicos,
incendios de mansiones. Así ese título n o vale, ni moral ni legalmente.
Allí c o m e n z ó la dictadura, honorables senadores y señores m i e m b r o s
del j u r a d o "
Las intervenciones de Valois Arce
estimularon a Rojas. El acusado fue
convirtiéndose poco a poco en acusaCaricatura de El Colombiano, febrero 17 de
dor; le fue d a n d o a sus intervenciones
1959, p. 5
el carácter de su propia defensa: lanzó violentos ataques contra el Frente Nacional; se dedicó a justificar su
o b r a d e gobierno, en particular destacó los logros en el plano de las obras
públicas. En ese orden, el General aprovechó la o p o r t u n i d a d
para ex-
127
128
129
130
122
Ibid. p. 301.
Ibid. p. 307.
Ibid. p. 309.
La UPI informó al m u n d o : "El propio Rojas batió todos los records de oratoria,
hablando 40 horas, el doble que su acusador y más eme cualquiera otra de las partes
q u e intervinieron en el juicio. (Véase El Colombiano, marzo 18 de 1959, p. 20).
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
plicar minuciosamente sus actividades como pacificador y "reformador
social", d e m o s t r a n d o su contribución al progreso de la República. Rojas
culpó a la oligarquía y a su insensibilidad social por haber dejado su gobierno c o m o u n a obra inconclusa. Para el exgobernante aquella era la
verdadera culpable, y no él, de la crisis social sobre la cual se edificaba el
Frente Nacional.
Las acusaciones del procesado, del defensor y del vocero dirigidas
contra el establecimiento se ganaron la simpatía de unas barras al principio hostiles contra ellos. C u a n d o apenas se iniciaban las audiencias, la
viuda de Gaitán le solicitó por escrito al procesado revelar cuanto supiera
del asesinato de su esposo. Por toda parte se propaló la especie de que
Rojas diría en el curso del juicio quién había sido el autor intelectual de
la m u e r t e del caudillo popular. La presencia de la esposa del mártir y de
su hija entre las barras del Senado, colmó el evento con un misterioso
encanto de popularidad. Fue como si Rojas, Rey y Valois se sintieran
íntimamente respaldados en la conciencia de las barras. Por ello, hablaban para ellas y no para los Senadores. Sin el entusiasmo creciente de la
gente agolpada a las orillas del Salón Elíptico, el proceso hubiese sido
sórdido. En u n a entrevista, 13 años
después, Rojas afirmaría: "Mi Movimiento para la reelección nació en las
barras del Senado"
El proceso contra Rojas fue susp e n d i d o a b r u p t a m e n t e c u a n d o acusado, defensor y vocero lograron
convertir el evento en un foro abierto de enjuiciamiento al nuevo establecimiento en general. Sobre todo
c u a n d o Rojas estaba fundamentand o graves a c u s a c i o n e s c o n t r a sus
propios jueces. Al m o m e n t o de retirarse el j u r a d o a deliberar en sesión
privada el 17 de marzo, los Senadores I n d e p e n d i e n t e s leyeron u n a amplia y enérgica constancia. En ella,
los parlamentarios declaraban absteReproducciones tomadas
nerse de intervenir en el episodio fide la revista Estampa
nal "de u n proceso de carácter polí-
131 Revista ARCO, Bogotá, número 142, noviembre de 1972, p. 50.
123
CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
tico, manchado con la violación de las leyes y de la equidad" . Los
Independientes fijaron su protesta ante la forma cómo se cerraba el
proceso, arrebatándole al acusado su derecho de defensa. En la madrugada del 18 de marzo, el J u r a d o Senatorial profirió el veredicto
condenatorio contra el expresidente:
Portada de la revista
Estampa
lo. Declárese indigno al acusado Gustavo Rojas
Pinilla de las anotaciones personales conocidas, por mala conducta en el ejercicio del cargo
de Presidente de la República. 2o. Condénese
al acusado a la perdida perpetua de los derechos políticos a que se refieren la Constitución
Nacional y la Ley Penal, quedando, en consecuencia, en interdicción de derechos y Junciones públicas y privado de la libertad de elegir
y ser elegido, del ejercicio de cimlauier otro derecho fxrlítico, función piíblica u oficial de los
grados militares, de toda pensión, jubilación o
sueldo de retiro de carácter oficial, así como del
derecho de ejercer tutelas y curadurías y de pertenecer a los cuerpos armados de la República,
lo mismo que incapacitado para adquirir cualquiera de los dereclws, empleos oficios, calidades, gracias o grados mencionados. 3o.
Molifiqúese y remítase copia de esta sentencia
a la honorable Cámara de Refrresentantes y al
órgano Ejecutivo Nacioncd para que la haga
cumplir, de acuerdo con el artículo 613 del C.
de P.P. El Presidente, Edgardo Manotas Wilches. El Secretario, Jorge Manrique ' ' .
Sin embargo, el mismo vicepresidente de la Comisión Instructora del
S e n a d o , B e r n a r d o Ceballos Uribe declaró que el fallo proferido p o r la
C á m a r a Alta del Congreso era nulo y carente de t o d o valor j u r í d i c o . El
Parlamentario o p i n ó q u e el acusado hubiera p o d i d o d e m o s t r a r su inocencia si se le hubiera p e r m i t i d o proseguir la autodefensa. Ceballos con132 Véase la prensa nacional del 18 de marzo de 1959. La constancia fue firmada por
Manuel Bayona Carrascal, Hernando Sorzano González, Roque Julio Oí ti/. Duarte,
Carlos del Castillo Isa/a y Luis Torres Quintero.
133 Rojas Ante el Senado... p. 77.
124
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
sideró que el Senado había violado todas las normas procedimentales
condenando a un acusado sin haberlo escuchado
Muchos años después, José Vicente Sánchez, otrora ideólogo de La
Reconquista, sintetizó así ese momento histórico:
Dos cargos se le hicieron a Rojas: el de abuso de autoridad, relacionado con
insinuación a las autoridades aduaneras de Buenaventura para que entregaran
al importador unos bueyes traídos de Centroamérica por el señor Carlos Barcaza,
y el de concusión fundado en la propuesta telefónica al Gerente de la Caja Agraria en el sentido de que prestara a algunos colonos dinero destinado al pago de
parcelas que él, el General Rojas Pinilla, les vendería de sus fincas de Aguachica.
La Cámara envió dos acusadores ante el Senado, los Representantes Emiliano
Guzrnán Larrea y Antonio José Uribe Prada, liberal y conservador alvarista
respectivamente. Uno debía formalizar la acusación por el abuso de autoridad y
otro por concusión ' ' .
Y Daniel Valois Arce, el futuro anapista que interviniera como vocero
de la Defensa en el juicio contra Rojas, alcanzó a decir:
Qué vamos a hacer, señores miembros del jurado, si dentro de cien años nuestros descendientes, al estudiar la historia, encuentran que después de 10 años
de violencia desatada apocalípticamente por todos los campos, por todas las
veredas, se procesa a la "dictadura " por un contrabando, por un problema de
unos novillos cuya importancia resulta impresionantemente inferior a los
200 mil y más campesinos que se llevó arrasadorarnente la violencia creada
por la tesis de los "hechos cumplidos", del "atentado personal", de "la acción
intrépida", del millón ochocientas mil cédulas falsas del liberalismo camuflado de comunismo"? ' .
3.3.
ALBORES DEL ROJASPINILLISMO
El a ñ o de 1959 fue clave para el futuro político de Rojas. Al someter a u n
riguroso Análisis de Contenido 19 de las intervenciones de Rojas a propósito del juicio, nos encontramos con un discurso difuso, abigarrado y
134 El Colombiano, marzo 19 de 1959, p. 1 y 19.
135 Los Caminos de la Libertad. Debate sobre la Moral Administrativa. Palabras del H.S.
José Vicente Sánchez en Sesión del Senado de la Repiíblica el 19 de abril de 1977.
Folleto de divulgación sin lugar y sin edición.
136 Rojas ante el Senado...p. 336.
125
CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
complejo . Las representaciones que corresponden a sus argumentos
de a h o r a nada tienen que ver con la simpleza de sus manifestaciones de
los inicios del régimen militar. En lo heterogéneo de su contenido radicaba la fuerza del discurso de 1959. Se trataba de la canalización de u n
discurso populista. Hacia allá evolucionaba el pensamiento de Rojas, hacia formas concretas y resueltas del modelo político-populista. Si bien
algunas de las medidas como gobernante tuvieron semejanzas con ciertos
rasgos q u e caracterizaron por entonces a las democracias populistas del
"tercer m u n d o " , las particularidades del desarrollo político, las condiciones económico-sociales que vivía el país y la formación mental de Rojas
Pinilla n o permitieron que su gobierno fuera en realidad la expresión del
p o p u l i s m o colombiano, n o obstante que el discurso conciliatorio y mesiánico del General atrajo a aquellos sectores que venían abriéndose paso
en la política desde los años 30 y que al coincidir con el credo gaitanista
habían q u e d a d o acéfalos después de la m u e r t e del caudillo en 1948. Si al
p o p u l i s m o gaitanista llegaban liberales, en el que convocaba Rojas confluían además teóricos conservadores, socialistas n o marxistas, cristianos
y gentes sin partido que llevaban bajo el brazo idearios extractados de
modelos tercermundistas en boga, pero filtrados y decantados según las
condiciones e idiosincracia del país. Se trató de postulados y prédicas que
el discurso del régimen militar permitió ventilar, p e r o que no lograron
convertirse en la expresión de ese gobierno.
Rojas, fogueado p o r las vicisitudes de su propia experiencia llegaría
a los años 60 a p r o p i á n d o s e del arsenal de dispositivos del p o p u l i s m o
p a r a la práctica de su nuevo proselitismo. Sin avanzar hacia conceptualizaciones teóricas, su populismo p r o m e t í a ser ante t o d o u n p o p u l i s m o
político, es decir, u n mecanismo de cooptación convertido para su caso
en u n a concepción de hacer la política. En su inesperado periplo p o r el
p o d e r presidencial, particularmente p o r haberlo padecido sin la expe137 El Análisis de Contenido consiste en la selección de una serie de conceptos (unidades, términos) claves en los textos de los documentos con sus respectivas frecuencias
de utilización en el volumen general de la información que se disponga y con el
propósito de minimizar el subjetivismo de su comprensión resultante del análisis
cualitativo anterior. Este método cuantitativo permite el establecimiento de la estabilidad y de las proporciones entre temas o problemas determinados, dándole a la
investigación un carácter socio-lingüístico. La técnica del "Content-Análisis" comprende: 1. La selección de las unidades del análisis; 2. La búsqueda de sus indicadores
en el texto de los documentos; 3. El tratamiento estadístico. Ver ampliamente: Ayala
D. César A. "El Discurso de la Conciliación. Análisis cuantitativo de las intervenciones de Gustavo Rojas Pinilla entre 1952 y 1959", en: Anuario Colombiano de Historia
Social y de la Cultura, Departamento de Historia Universidad Nacional. Nos. 18-19,
1990-1991, p. 205-244.
126
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
riencia del político profesional, a p r e n d i ó de él las m a n e r a s de hacer la
política en Colombia. Se acercaba el General a la década siguiente con
u n ropaje de a r g u m e n t o s que, si bien conservaban los elementos claves
de la estructura de su discurso de los años 50, hacia el futuro serían
aceptados por aquellos sectores que irremediablemente irían a ser incapaces de competir bajo las libres reglas de juego de la m o d e r n i d a d .
Ahora es el pueblo y no los partidos, el pueblo y no las Fuerzas Armadas, el pueblo y no Dios, el pueblo c o m o única apelación para el regreso
al p o d e r . El Rojas de este m o m e n t o no está p r e o c u p a d o p o r someter
su historia y la del país a su nueva m a n e r a de pensar. C o m o político en
cierne ha g a n a d o en capacidad de maniobra, sus argumentaciones se
modifican a t e n d i e n d o al flujo de los hechos y circunstancias. Si en su
g o b i e r n o los héroes de la Independencia Nacional fueron erigidos en
paradigmas históricos utilizados c o m o i n s t r u m e n t o de persuasión para
la conciliación, en 1959 Rojas apela paradójicamente a J o r g e E. Gaitán
y a Alfonso López Pumarejo. Sin dejar de tener un p e n s a m i e n t o conservador, empieza c o m o a rescatar un ideario social de estirpe liberal
que empezaba a extinguirse en medio del impetuoso desarrollo q u e
promovían los gestores del Frente Nacional. Es c u a n d o Rojas le manifiesta al pueblo colombiano haber realizado, en la práctica política de
su gobierno, los principios básicos de la prédica gaitanista de los años
40: "la sustitución del país político por el país nacional" ' . En ese mom e n t o , el del juicio ante el Senado, Rojas reviste su discurso con lajerga
de combate q u e había identificado al gaitanismo: "Por la restauración
moral y democrática"
o "El pueblo es superior a sus dirigentes"
C u a n d o el S e n a d o lo condena a la pérdida de sus derechos políticos,
Rojas Pinilla lanza u n Manifiesto a los colombianos que culmina con el
siguiente llamado: "El Pueblo por encima de las oligarquías"
Para Rojas, Alfonso López Pumarejo inició la reivindicación social de
Colombia, enfrentándose por primera vez a las oligarquías y llevando a
cabo u n a reforma tributaria a favor de los trabajadores ".El General se
proclama, entonces, h e r e d e r o de la lucha gaitanista y de las transformaciones de "La Revolución en Marcha". En las invocaciones al viejo lopism o y al p r o g r a m a gaitanista, Rojas buscaba las fuentes útiles para la
138
139
140
141
142
Rojas ante el Senado...p. 473 v 837.
Ibid. ¡). 800
Ibid. p. 802 v 837.
Ibid. p . 867.
Ibid. |>. 692.
127
CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
reorientación y adaptación de su pensamiento a una nueva etapa política
q u e entonces se vislumbraba incierta.
3.4.
LA RECUPERACIÓN DEL DISCURSO LIBERAL
Pasado el juicio contra Rojas, la atención del Congreso se concentró en la
discusión final de una Reforma Constitucional que aspiraba a instaurar la
alternación de los partidos en la Presidencia de la República por un período de 16 años, como último paso en la configuración del Frente Nacional.
Al contrario de lo esperado, el núcleo de los Independientes no ofreció al
proyecto gubernamental la resistencia doctrinaria de los tiempos del plebiscito. Los argumentos de entonces hubieran constituido una firme plataforma para el lanzamiento de una nueva oposición. Irónicamente, las
prédicas que dejaran de lado los señores de La Reconquista, las que también fueron propias del viejo liberalismo, son recuperadas y remozadas por
Alfonso López Michelsen, Director del Semanario La Calle. Por eso no es
casual que su organización política haya sido bautizada con el n o m b r e de
"Movimiento de Recuperación Liberal" MRL. El Director del nuevo Semanario, se apropió del tema relacionado con el derecho a la oposición del
que tanto hablara Álzate en las campañas electorales de 1957 y 1958. López
profundiza en el problema, reflexionando sobre él en México, país que
ofrecía u n modelo de integración política bastante sugestivo. El Partido
Revolucionario Institucional (PRI), iluminaba al futuro líder. Desde allá, en
agosto de 1958 escribe una carta-testimonio que, si bien revela esa influencia, no hace menos evidente su conocimiento de lo que estaba ocurriendo en Colombia. López oportunamente intercede por la reincorporación a la vida nacional de todo el m u n d o , sin excepciones, saliéndole al
paso a los discursos excluyentes pronunciados por todos los bandos políticos en los debates del Parlamento. El Director de La Calle se declara servidor de la causa de la integración nacional y llama al regreso de la totalidad
de los colombianos al nuevo ordenamiento, prometiendo restablecer el
principio de la igualdad de oportunidades . En consecuencia La Calle se
opondría a la alternación. Esta conveniente salida de López colmaba en
norabuena a la corriente de opinión liberal que empezaba a liderar. Esta
vez se diferenciaba de los Independientes en su negativa rotunda a la alternación, mientras que estos se acercaban a aquel en sus juicios sobre la
esencia del Frente Nacional. Invitaba López a aprender a gobernar con la
143 López M. .Alfonso. Colombia en la Hora Cero. Proceso y Enjuiciamiento del Frente
Nacional. Bogotá, editorial, Tercer Mundo, 1963, p. 186 y siguientes.
128
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
oposición, abogaba por los protestantes, por los comunistas, por los violentos y, lo más interesante, por los adversarios del Frente Nacional. Llegó a
sostener que el más grave de "nuestros problemas políticos... es el de cómo
crear un estatuto de constitucionalidad y legalidad para la oposición, venga
esta de d o n d e viniere, que la reincorpore a la vida pública, dispensándola
de la necesidad de recurrir a los golpes de estado o la insurrección multitudinaria, como únicos medios eficaces de propiciar el cambio de los hombres y de los sistemas" .Se refería sin lugar a dudas, al 2 de mayo de 1958
y al 9 de abril de 1948.
Por su parte, Nieto Rojas, observaba que el régimen del Frente Nacional había evolucionado hacia el sistema totalitario dirigido desde la presidencia de la República. Anotaba que a partir de su instauración, pertenecer a él era condición indispensable para desempeñar cargos públicos o
para tener derecho a los beneficios del gobierno, con tal de no ser perseguido como enemigo de la paz, del progreso y del entendimiento patriótico. Demostraba Nieto cómo quienes se habían opuesto al nuevo pacto
político estaban sufriendo la persecución estatal, los denuestos de los periódicos oficialistas, la negación de sus derechos, etc.
Para López Michelsen, la conversión del Frente Nacional en partido
político era la debilidad mayor de la "Segunda República", puesto que el
respaldo a ella no se hizo originalmente desde posiciones partidistas. En
su carta-manifiesto, el director de La Calle prevenía a los liberales que le
a c o m p a ñ a b a n en el Semanario, y que venían presionando para que el
Frente Civil evolucionara en un clásico partido burgués, acerca del siguiente peligro: "...puede estar avanzando la garra de un partido de la
burguesía, calculador y frío, que tiene a su servicio el antiguo país político, la gran prensa, la Iglesia y el capitalismo nacional y extranjero que no
desdeñan la oportunidad de participar en ningún movimiento reaccionario" . Con ese texto, López desparroquializa la discusión del m o m e n t o
y la unlversaliza; demuestra el equívoco en que se encontraban los Independientes del Parlamento al considerar el establecimiento de la Segunda República c o m o una revolución por el hecho de haber dirigido sus
primeros pasos contra "la orientación cristiana, republicana y democrática que caracterizó al país hasta el 10 de mayo de 1957" . E n sus inicios,
quienes c o m o López habían coadyuvado al nacimiento de la Segunda
República, en realidad la concibieron a la manera revolucionaria que la
144
145
146
147
ibid. p. 189.
Nieto Rojas J.M. Proceres de la Segunda República...p. 265.
López M.A. Colombia en la Hora Cero...p. 209.
Nieto Rojas J.M. Proceres de la Segunda República...p. 273.
129
CESAR AUGI ISTO AYALA DIAGO
concebían los Independientes. Eljefe
de La Calle consideraba, incluso que
ese nuevo orden estaba destinado a
incorporar ampliamente a los ciudadanos que coloboraron con el régimen de Rojas; vislumbraba un territo,
,-,-
-148
n o c o m ú n p a r a las d i f e r e n c i a s
Tanto López como los Independient e s c r i t i c a b a n al n u e v o e s t a b l e cimiento, pero mientras estos se aferraban al pasado, el p r i m e r o tenía en
su cabeza el m u n d o c o n t e m p o r á n e o ,
veía en el horizonte el país del futuro.
En su carta, López argüía que el objetivo de la paridad n o era distribuir
p o r igual el p r e s u p u e s t o e n t r e dos
partidos, sino entre el gobierno y la
oposición. Es decir, garantizarle a la
oposición un estatuto de igualdad con el gobierno
Si en las anteriores campañas electorales —las de 1958— fueron los
conservadores de La Reconquista quienes le imprimieron a los debates
altura filosófica, esta vez ese terreno fue invadido por los liberales que
r o d e a b a n al hijo de Alfonso López Pumarejo. Se trató de un discurso
diáfano, sin contradicciones y, además, sin las pretensiones de volcar las
estructuras del país a la manera de una revolución social que se identificara con las famosas de entonces. López hablaba para salvar, reforzar y
garantizar el éxito del nuevo orden. Gracias a esta nueva palabra, el liberalismo recobra por arriba el aliento popular que por abajo había sucumbido en la esperanza truncada de la muerte de Gaitán y en el posterior
respaldo al gobierno militar. Empezaba así la década de los sesenta, con
ella irrumpe un nuevo discurso llamado a encauzar las coi tientes dispersas del liberalismo. Cualquier intento de volver a figurar el liberalismo
p o p u l a r gaitanista ' sería ahogado por la generación del Semanario La
148 López M.A. Colombia en la Hora Cero...p. 204.
149 Ibid. p. 211.
150 La corriente que colaborara ron el gobierno d e Rojas pasó a ser conocida con el mole
de leniejista. En un intento de reorganización se lanzan en mayo de 1958 contra la
altemabilidad de los partidos v a favor de una lucha orientada a la solución de los
problemas sociales. Son ellos: Georgina Ballesteros di' Gaitán, Carlos V. Rey, v Jorge
Villaveces. Véase La Calle, mavo 23 de 1958, p. 6
130
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
Calle que, sin apelar a sus maneras de hacer la política le arrebataría a
los gaitanistas rojistas el adjetivo de "popular" para adjudicárselo a su
proyecto modernizador. En La Calle se condensa, o mejor, encuentra el
tímido proceso de secularización — que abría paso c o m o necesidad cotidiana— sus mejores defensores e impulsores:
es necesario dejar claramente establecido que para el equilibrio de las fuerzas
encontradas que existen en toda sociedad, el liberalismo popular aboga por un
entendimiento dinámico, que permita la renovación de los programas y los hombres, mediante la fórmula liberal que consiste en el sometimiento a la voluntad
de opinión, en el respeto al derecho de las minorías y en la tolerancia con las
opiniones ajenas, dándoles oportunidad no solamente de expresarse sino de ponerse en práctica, cuando quiera que cuentan con el respaldo popular '' .
Pero el discurso surgido de esa especie de nuevo liberalismo de La
Calle, n o convocaba sólo a las huestes que se consideraban de origen
liberal. López invitaba a todos los inconformes con la situación social de
Colombia a constituir un C o m a n d o Nacional que, formulando una política de fácil comprensión para el pueblo, reviviera la mística en la política
de entendimiento. Llamaba a que el liberalismo comprendiera al socialismo, al comunismo y a los distintos grupos conservadores; p r o p o n í a
elaborar u n a plataforma electoral para 1960 que imitara El Plan de Marzo
de Uribe, d o n d e éste había fijado un d e r r o t e r o al partido en hora de
,
. i
r
desconcierto, orientándolo hacia el socialismo
4.
,
1
'
.
EL REJUVENECIMIENTO DE VIEJOS DISCURSOS
Los llamados v quejas que los reconquistadores reclamaron en sus pasadas
campañas electorales daban sus frutos: volcaron a su eterno adversario, a
gran parte de él sobre el fin social de la política. Los liberales agrupados
en La Calle participaron en las elecciones de 1960 con el n o m b r e de Liberalismo Popular. Como lo había recomendado su ideólogo, el nuevo movimiento lanzó un programa político electoral eme se divulgó como "Plan
de Enero. Salud, educación v techo (SET) para el pueblo colombiano".
Fórmula que volvía a poner de nuevo los mojones del liberalismo a la izquierda. Cualquier discurso con pretensiones de llegar al pueblo tenía que
superar o por lo menos tener en cuenta el Plan de Enero.
El Plan de Enero se dividía en tres partes: el programa político, la
cuestión económica y la cuestión social. En la primera parte, el documen151 López M.A. Colombia en la Hora Cero...p. 26S.
152 Ibid. p. 269.
131
CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
to advierte como principal problema el de la concordia y el entendimiento entre los colombianos y p r o p o n e como solución apelar a los contenidos del liberalismo tradicional que, según se lee, prevé "el respeto y la
tolerancia para con las opiniones ajenas, el acatamiento y la voluntad de
las mayorías en el gobierno de opinión y el sometimiento a las reglas del
j u e g o democrático"
etc. En este punto, el plan desvirtuaba los temores
q u e sentían los conservadores independientes p o r el advenimiento de
u n a hegemonía liberal: "El liberalismo prohija el que exista para todos
los partidos la o p o r t u n i d a d de p o n e r a prueba las doctrinas en el manejo
de la cosa pública" . El Movimiento se comprometía a impulsar una
reforma constitucional encaminada a dar representación en las Corporaciones a los partidos minoritarios sin voz en ellas; al mismo tiempo reiteraba su oposición a la alternación, considerándola c o m o un procedim i e n t o que perpetuaría en el p o d e r a quienes tenían el usufructo del
Frente Nacional. En el segundo aparte el Plan anuncia la realización de
u n a reforma agraria destinada a fomentar la explotación de la tierra y a
precipitar la parcelación de los latifundios. Más adelante, los ideólogos
del Movimiento, entre ellos el líder popular Alfonso Barberena, le agregarían al texto lo siguiente:
Proponemos cpie no se limite a un simple plan de parcelaciones sino a una
reforma agraria elaborada con la intervención de los campesinos, a una reforma
agraria dinámica que comprenda no solamente la división de los latifundios,
sino la extensión del crédito, la formación de cooperativas de distribución de
semillas y de maquinaria y todos los aspectos técnicos que requiere un paso semejante que no puede dejarse fracasar... .
En la cuestión social declara que la salud, la educación y el techo
(SET) se constituirían a partir de entonces en los objetivos inmediatos del
liberalismo popular. Para tal logro prometía luchar para que el Estado se
fuera haciendo cargo de sus costos. El d o c u m e n t o enfatizaba en la necesidad de socializar la medicina y se comprometía tanto a intervenir en la
producción y distribución de las drogas como a velar p o r la defensa de
los consumidores ". Señalaba que los seguros sociales se reorganizarían
y servirían aplicados y extendidos a todo el país para facilitar la afiliación
de todo el m u n d o . También proponía el establecimiento de impuestos
indirectos sobre los consumos suntuarios: bebidas alcohólicas, cigarrillos
153
154
155
156
132
LópezM.A. Colombia en la llora Ccro...p. 27
Ibid. p. 273.
Ibid. p. 303.
Ibid. p. 273.
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
extranjeros, cosméticos y perfumes, paños, telas de lujo, pieles, joyas, etc.
Aspirando a llegar a las capas medias y al sector obrero, el d o c u m e n t o ,
en su tercera parte, habla de la prohibición de la huelga en los servicios
públicos, de la legalización de las huelgas de solidaridad, la prohibición
del paralelismo sindical con el fin de obtener la unidad de la clase obrera
y u n a reforma sustancial del Código del Trabajo enderezada a suprimir
la cláusula de reserva, el contrato presuntivo a corto plazo, a afianzar el
fuero sindical, etc.
Incorporados los anteriores puntos al primer programa del liberalismo
de La Calle, quedaba sin piso el discurso de los Independientes eme se
nutría ante todo de la política benefactora del régimen de Rojas. En realidad, la prédica de los Independientes se identificaba con las necesidades
del pueblo; se dolían de que el pueblo hubiera salido perdiendo en la instauración del nuevo orden, pero la protesta apenas pudo condensarse en
una propuesta detenida en el pasado. En cambio la gente liberal de La
Calle, arrebatándole los temas populares al discurso conservador de estirpe rojaspinillista, llevaba la política colombiana hacia el futuro.
La generación de La Calle se p r o p u s o recuperar los m o n u m e n t o s
doctrinarios de su colectividad. Le interesó la herencia ideológica de
Uribe, mas no su personalidad. Lo
mismo ocurrió con Gaitán. El Movim i e n t o L o p i s t a r e c u p e r a sus propuestas p r o g r a m á t i c a s , p e r o n o su
conducta en la plaza pública. En un
discurso p r o n u n c i a d o en las puertas
de 1960, En la primera Convención
d e su M o v i m i e n t o , Alfonso López
Michelsen diría: "..La plataforma del
Colón, conocida con el n o m b r e de
Plataforma Gaitán, conserva la totalidad de su vigencia y sigue siendo la
a s p i r a c i ó n del p a r t i d o . En consecuencia, os vamos a p r o p o n e r q u e
sea a p r o b a d a tal c o m o quede» aprobada en el T e a t r o Colón antes que se
abatieran sobre nuestra colectividad
t o d o s los i n f o r t u n i o s de estos 10
La recuperación de los símbolos liberales
„I57
157 Ibid. p. 302.
133
CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
planes de recuperación liberal, p r o p u s o volver a las reivindicaciones de
La Revolución en Marcha. En potencia éste sería el mito fundador del
MRL. R e t o m a b a para el partido los mitos que habían sido a b a n d o n a d o s
p o r la cúspide del liberalismo en el p o d e r y q u e amenazaba Rojas con
tomarlos para su resurrección.
Sin duda, el p r o g r a m a del futuro MRL fue posible gracias a la radicalidad con que el sector independiente juzgaba al Frente Nacional. Era u n
p r o g r a m a con futuro, p o r q u e había sido capaz de sintetizar profundas
aspiraciones populares. A u n q u e La Calle refutaba sin cesar los planteamientos de los Independientes, el amplio respaldo electoral que obtuvo
Jorge Leyva en su candidatura de 1958 ha debido acelerar el proceso de
maduración de las tesis que propusiera López Michelsen. Los 614.861
votos por Leyva q u e se debieron al esfuerzo conjunto de valeneistas,
unionistas y de disidencias laureanistas podrían significar poco frente a
la gran votación p o r Lleras, pero ponían a pensar en el futuro del Frente
Nacional, en su funcionamiento, en los socios conservadores. Por eso la
división conservadora invadía todo el ambiente de la política nacional:
laureanismo, ospinismo, valencismo, alzatismo y, el leyvismo configurad o después del 4 de mayo de 1958 '' .
Los laureanistas disfrutaban aún del reconocimiento del liberalismo
c o m o socio mayor del Frente Nacional. Los valeneistas, a pesar de los
avalares de que fueron víctimas, continuaban —avanzado 1958— respald a n d o al gobierno del que esperaban les tuviese en cuenta. Los viejos
reconquistadores o Independientes habíanse reblandecido un poco. La
mayor parte de ellos se distanciaba de las virulencias de Leyva, a u n q u e
los seguidores del quehacer político nacional los ubicaban sin ninguna
intermediación en las filas del rojaspinillismo. Leyvismo y alzatismo estab a n en la oposición, pero los Independientes alzatistas habían empezado
a ejercerla con moderación. Después del respaldo que obtuviera Leyva
en las elecciones presidenciales, el nuevo jefe conservador se dedicó a
p r e g o n a r por todo el país las tesis antifrentenacionalistas. Su discurso no
sufrió alteraciones, alertaba sobre el peligro de una eventual desaparición del conservatismo ante el control total del p o d e r por parte de los
158 Después de las elecciones presidenciales, algunos destacados dirigentes locales siguieron
las orientaciones radicalmente contrarias al Frente Nacional de Jorge Leyva. Entre ellos
se encontraban: Manuel Bayona Carrascal elegido en marzo de 1958 como Senador por
Norte de Santander con votos laureanistas; José A. Castañeda Sánchez Representante a
la Cámara por Tolima, también laureanista, con la mayor votación conservadora en su
Departamento; José Ramírez Castaño, Representante valencista del mismo Departamento y Arcesio Dorado quien se presentó en 1958 como candidato a la Cámara de
Representantes por la lista de los valeneistas de Nariño.
134
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
liberales. Seguía firme en la idea de no colaboración con el gobierno y de
n o convivencia entre los dos partidos.
A pesar de las querellas, en noviembre de 1958 tuvo lugar u n acercamiento entre las corrientes de Valencia y Gómez, que reseñaron los periódicos c o m o "La unión del oro y la escoria". Este intento de unión fue
posible gracias a la disposición del valencismo para participar en el gobierno y a la necesidad que tenía el laureanismo de encontrar aliados en
el Congreso. Para la unión conservadora, Laureano ofrecía ampliar su
directorio con dos valeneistas que designaran los parlamentarios de esta
agrupación. El caudillo no tenía en cuenta en su propuesta a los seguidores d e Leyva y Álzate, acusados de rojistas. La unión de los sectores Valencia-Laureano n o prosperó. El grupo mas cercano a Valencia, el ospinismo, se declaró reacio a transigir con los laureanistas. Por eso La Calle
tituló así u n o de sus reportes: "¿La Unión sin Ospina?" ' . Guillermo
León Valencia y sus amigos prefirieron reunirse en un "Comité Consultivo Conservador" que examinó las circunstancias políticas del m o m e n t o
y decidió m a n t e n e r su adhesión al espíritu del Frente Nacional, a su política de entendimiento de manera independiente al laureanismo ' . Sin
embargo, en 1959 el curso de la política depararía otro c o m p o r t a m i e n t o .
Ante el resquebrajamiento de la buena imagen del sistema del Frente
Nacional se había d e s m e m b r a d o —como lo anotamos— u n brazo político
q u e le salía al paso a cualquier discurso democrático de la oposición conservadora. Esto habría de influir en la decisión que t o m a r o n los congresistas Independientes a principios de 1959 de solicitarle a Gilberto Álzate
Avendaño su regreso de España. Le daban cuenta al Mariscal del desequilibrio económico que vivía Colombia y de la necesidad de presentar programas que beneficiaran al pueblo ' . Los Independientes le pidieron a
Álzate p o n e r s e al frente del conservatismo. En realidad, su ausencia durante todo el período en que se debatió el proyecto de la alternación
debilitó la lucha política de los reconquistadores, a ello se sumaron la
desaparición de Diario de Colombia que dejó a los ideólogos de La Reconquista sin vocero; la campaña de desprestigio a la que habían sido
sometidos por el nuevo establecimiento a través de todos sus medios; el
desgaste físico y moral que les produjo resistir al proyecto irreversible del
Frente Nacional y, finalmente, las nuevas circunstancias políticas que
obligaban a quienes aspiraban a ocuparse de la política en el futuro a
aceptar las nuevas reglas del j u e g o .
159 La Calle, noviembre 14 de 1958, p. 6.
160 La República, diciembre 3 de 1958, p. 1.
161 Ibid.
135
CÉSAR AUGUSTO AVALA DIAGO
Acudir a Álzate como par de López Michelsen era una opción inteligente. Aquel había iniciado la polémica eme ahora le daba frutos a López.
En la carta de respuesta a sus amigos Independientes, el líder conservad o r n o demuestra haber seguido de cerca en España la evolución del
discurso político colombiano: "...la política colombiana adolece de un
grave anacronismo y todos sus movimientos parecen tener a la postre un
signo regresivo. Asomarse a ella con espíritu crítico es como u n aterrizaje
forzoso en el siglo XIX" . Álzate escribía que la mentalidad de las clases
dirigentes colombianas además de sus preocupaciones y pasiones, sus
tópicos y doctrinas, su estilo polémico, el vocabulario, etc no servían para
afrontar los conflictos del país que precisamente atravesaba "una crisis
de crecimiento y ha hecho de p r o n t o su ingreso en el m u n d o " ''. Este
p u n t o era más un mensaje para los mismos destinatarios de su carta que
u n juicio justo sobre la clase diligente colombiana en general. Álzate
planteaba desde España preocupaciones que también afrontaban los liberales de La Calle. Planteamientos que, de haber sido expuestos en el
país hubiesen coincidido con el contraproyecto al Frente Nacional que
estaba promoviendo López Michelsen.
Si confrontamos la carta de Álzate publicada en el Semanario conservador La Gente, en marzo de 1959, con el Plan de Enero ventilado desde
los finales del mismo año, podríamos asegurar que el segundo documento es la respuesta al primero. Álzate planteaba los problemas, López presentaba las soluciones. Escribía Álzate a los Independientes como dándoles u n a lección:
Se me ocurre pensar que ese desgaste orgánico y esas crisis que se han vuelto
crónicas se debe a que existe algo así como una revolución demorada y frustrada
sin darle a este término deshonrado por la demagogia un sentido catastrófico...se
trata de poner en orden del día el Estado, para que en su recinto quepa holgadamente el país, con sus dimensiones y realidades presentes. Así terminaría esta
discordancia entre las palabras y las cosas, las ideas y los hechos, las instituciones
y las costumbres. Esa es la tarea de una generación en la lucha contra los intereses creados, los nuevos y los viejos mitos, para precaver una recaída en el caos
y darle a nuestro pueblo una forma de vida más segura y más justa ' .
162 Citado por Ocampo Marín H. En: Gilberto Álzate Avendaño. Armenia, editorial
Quingrálicas, 1977, p. 126.
163 Ibid.
164 Ibid. p, 129. Entre los destinatarios de la carta de ÁlzatefigurabanJosé María Nieto
Rojas, Luis Torres Quintero, Humberto Silva Valdivieso v Carlos Arturo Torres Povecla.
136
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
Álzate se lamentaba de la pobreza en la que —según él— habían caído
los colombianos; hablaba del desequilibrio entre sus ingresos y el costo
de vida; sostenía que el proletariado y la clase media no podían a t e n d e r
a la subsistencia familiar con la m o n e d a envilecida, el trabajo escaso v
los precios inaccesibles . Varios meses después, en un discurso pronunciado en el Teatro El Buho, ante la Comisión Preparatoria de la
primera Convención del liberalismo de La Calle, López Michelsen hablaba c o m o si tuviera en cuenta la preocupación de Álzate: "Al constituirse en derechos de todos los habitantes de Colombia tres capítulos
tan importantes del presupuesto familiar c o m o la salud, la educación y
el techo, se produciría-automáticamente un alza del salario real v las
clases obrera, media y campesina p o d r á n encauzar sus ingresos a la
satisfacción plena de otras necesidades, c o m o el alimento, el vestido y
la cultura y aún p o d r á n dedicar parte de ellos al a h o r r o " . Álzate renovaba sus denuncias acerca de la apropiación del Estado por parte de
los grupos de presión. Se quejaba el político caldense de que el Estado
n o fuera utilizado c o m o instrumento para planificar la producción y
m a n t e n e r el pleno empleo y para corregir las injusticias sociales y ayudar a los de abajo. López de u n a vez planteaba el correctivo. Para él, el
Estado tendría la obligación de hacerse cargo de la salud, la educación
y el techo de toda la población. El p r o g r a m a del liberalismo popular
volvía a colocar el Estado al servicio del pueblo; tendría q u e regresar
Álzate al país para enterarse de que el país sí había avanzado.
Es de advertir que si bien los Independientes le habían p e d i d o a
Álzate ponerse al frente del partido conservador, en su carta de respuesta, el dirigente político le da a sus planteamientos u n a dimensión
suprapartidista; al igual que López, hablaba de todos los colombianos,
atrás había q u e d a d o su llamado al "godo raso". Ambos proyectos antifrentencionalistas, el de López v el de Álzate, coincidían en su concepción amplia de la política. Ambos aspiraban a rejuvenecer sus colectivid a d e s . Se p r e s e n t a b a n a n t e la c l a s e d i r i g e n t e d e l p a í s c o m o
reequilibradores sociales ".
165 Ibid. p. 127.
166 López Michelsen A. Colombia en la llora Cero... p. 276.
Álzale Avendaño regresó al país el primero de octubre de 1959. til órgano
del ospinismo La República cubrió así los actos de bienvenida: "Álzate viene con una
palabra que ha llegado y continuará llegando a la conciencia popular". Véase La
República, octubre 1 de 1959, p. 1.
137
CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
4.1.
LA DIVISIÓN CONSERVADORA
Los Independientes n o buscaban la unión total de la comunidad conservadora. Pensaban ante todo, en fortalecer el sector antilaureanista. En las
vísperas de u n a Convención Nacional Conservadora promovida por los
senadores Luis Torres Quintero y H e r n a n d o Sorzano, y que recibió la
bendición del valencismo y del ospinismo, los Independientes enviaron
cartas a Leyva, Urdaneta Arbeláez, Valencia, Álzate y Ospina invitando a
la unión. Ospina Pérez respondió indirectamente a través de unas declaraciones desde Medellín. Descartó la unión concebida c o m o entrega
incondicional a u n o de los grupos de su partido. Insistió en que la unión
se hiciera en torno a u n a total adhesión a la doctrina conservadora y no
a n o m b r e s . Curiosamente, las disidencias de ambos partidos, el lepismo
y el ospino-alzatismo en formación, coincidían en que sus colectividades
n o debían girar alrededor de u n jefe. Era más una forma de enfrentarse
con las viejas direcciones que una verdad. Conocían las tendencias caudillistas de la cultura política colombiana. De igual manera, estas dos
vertientes apelan a los documentos programáticos aprobados por sus colectividades entre 1946 y 1947 en u n mismo escenario: El Teatro Colón.
O s p i n a invitaba a volver a los contenidos de la Convención Nacional Conservadora de 1946 en que se hablaba de levantar el nivel de vida de las
clases trabajadoras en las ciudades y en los campos, defender el p o d e r
adquisitivo del salario con el abaratamiento de la vida, dignificar y hacer
más fecundo el trabajo h u m a n o con métodos científicos, establecer la
j o r n a d a máxima y el salario mínimo en d o n d e las circunstancias lo permitan, fomentar las edificaciones baratas para combatir el analfabetismo,
p r o c u r a r la defensa de la mujer y del niño, especialmente en las clases
trabajadoras, hacer que la propiedad cumpla su función indispensable,
fijar los deberes de los patronos y obreros y perfeccionar la organización
sindical con el elemento de defensa de la clase obrera, apartándola de la
intervención en la política militante, que la desvirtúa y c o r r o m p e K . El
ospinismo reafirma su vocación conciliatoria. Su jefe que tajante ante las
tesis de un régimen hegemónico, encontró, más que en las otras épocas
las razones para instaurar u n gobierno de reconciliación nacional que
contara con la colaboración de todos los sectores políticos. Pero Ospina,
al igual que López Michelsen, consideraba que el Frente Nacional no
estaba funcionando conforme había sido concebido: "Una cosa es la colaboración de los partidos y otra la unión de los grupos que detentan el
168 La República, octubre 14 de 1959, p. 1 y 8.
138
RESISTENK IA Y OPOSK ION AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NAC K >NAI
poder" ' . Asimilando el nuevo establecimiento como una sociedad anónima con su respectivo gerente y auditor, consideraba el expresidente
que el partido conservador estaba llevando la peor paite, incluso por
tener en cuenta el propio gobierno a u n solo sector de esa colectividad.
Eran, según Ospina, remanentes de gobiernos hegemónicos en la administración de Lleras ("amargo.
C o m o en 1946, el Teatro Colón sirvió de recinto para las deliberaciones de la Convención Conservadora del 24 de octubre de 1959 y, como
en 1951, Ospinismo y Alzatismo volvían a acercarse. Los convencionistas
que coincidieron en la necesidad de unirse estaban convencidos que solamente d e r r o t a n d o al laureanismo podrían reclamar el d e r e c h o constitucional de concursar en el gobierno, no "en condición subalterna", sino
en igualdad de derechos. En otras palabras, la Convención de Octubre
indicaba que el alzatismo aceptaba las reglas del juego y se encaminaba
al p o d e r junto con sus antiguos socios ospinistas. No se podría reducir la
renovación de la alianza del jefe caldeóse a la consideración de los aspectos políticos. Sus concepciones doctrinarias también habían vuelto a
identificarse, u n o v otro se empeñaban en a d o p t a r p a t a su partido los
postulados y la práctica política de la
Democracia Cristiana, vigentes en los
países desarrollados.
La Convención eligió como directores nacionales del conservatismo a
Mariano Ospina Pérez, Gilberto Alzate Avendaño y a J o r g e Leyva, lo que
fue e n t e n d i d o como el logro de la unidad del partido. La Asamblea decidió
acatar las normas del plebiscito, apoyar la alternación p e r o al misino tiempo señaló que por estar mal ejecutada
la reforma plebiscitaria y mal conducido d e s d e el Ejecutivo el entendimiento entre los partidos, el conservatismo se colocaba en la oposición al
Mariano Ospina Pérez.
gobierno ' . La Convención Nacional
[Archivo de Antonio h a z a ]
r e c o m e n d ó la organización federativa
169 Ibid.
170 Véanse los materiales de la Convención Conservadora
de 1959.
en La R e p ú b l i c a , octü
139
CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
del partido para los asuntos propios de cada Departamento y la escogencia de los candidatos a los cargos de representación popular, de conformidad con los estatutos de las localidades. Enfatizaron los convencionistas su rechazo al sistema de jefaturas únicas o supremas dentro de su
propia organización por considerar esta práctica ajena a los principios
del partido. Estas resoluciones del evento fueron posibles gracias al peso
que tuvieron los líderes regionales en la organización de la Asamblea.
Descollaron los dirigentes Luis Torres Quintero de Boyacá y Hernando
Sorzano de Santander, cuyo trabajo fue reconocido así: "Fueron estos
jefes del oriente los verdaderos campaneros de la unión y los más desvelados y tesoneros portavoces del pueblo — escribía el editorialista de La
República— imbuidos del desespero de las masas, con una patética y desinteresada porfía transmitieron a los directores de la colectividad la or,
:
j
•'
"171
den imperiosa de umon
Con la Convención de Octubre,
el conservatismo avanza hacia la democracia interna del partido. En
cada D e p a r t a m e n t o los conservadores pueden convocar sus convenciones y elegir sus directores sin la
mediación de sus jerarcas de la capital; autónomamente podrán sortear sus representantes a las CorpoOspina y Álzate. Foto de La República,
raciones Públicas. El conservador
octubre 26 de 1959, p. 3
sería, a partir de ahora, un partido
ágil y moderno, "desestalinizado",
como lo quería Álzate.
Poco tiempo después, al declararse Jorge Leyva adverso a la nueva
orientación del partido, Ospina y Álzate dirigieron a sus copartidarios, el
14 de noviembre de 1959 (desde entonces empezó a hablarse de ospinoalzatismo), un Manifiesto político que ratificaba las resoluciones de la
Convención de Octubre. Los dos jefes defendieron la legitimidad de la
oposición como "órgano de la soberanía del pueblo". Declararon que la
dirigían no contra la vigencia de las nuevas instituciones, sino contra la
manera como estaban siendo interpretadas, aplicadas y desfiguradas.
Consideraron necesario señalar que su oposición se ejecutaría dentro de
la Constitución y la ley
171 Ibid. p.4.
172 Gilberto Álzate A. Obras Selectas, p. 176.
140
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
Mas que enemigos del Frente Nacional, la nueva alianza se ofrecía com o f ó r m u l a salvadora. E s t i m a b a n
que u n eventual fracaso de ese exper i m e n t o llevaría al país a la revolución a n á r q u i c a o al golpe de estad o . E l Manifiesto le comunicaba a
la militancia de todo el país que el
conservatismo había i n c o r p o r a d o a
su ideario los postulados de la Democracia Cristiana. Con ellos el partido
recogía para sí la filosofía de la persona humana, el respeto a la dignidad
eminente del trabajo y la tutela del
Estado sobre los de abajo. Es decir,
todos los elementos claves para el logro de una justicia social. A diferenc i a d e las p a s a d a s c o n t i e n d a s
Mariano Ospina Pérez.
[Archivo
de Antonio haza]
electorales, en esta Álzate no apela al
estrecho margen del godo raso sino
que llama a participar en el debate a los obreros y los campesinos, a las
masas en general. Ahora el llamado no es exclusivo al h o m b r e del campo.
Incluso invita a participar en la política no a la mujer de las aldeas, como
en 1958, sino a las mujeres colombianas en general. El D o c u m e n t o elab o r a d o por los jefes de dos corrientes diametralmente opuestas en 1958,
muestra que existían más puntos comunes entre sus cúspides que entre
quienes se reclamaban doctrinarios: los reconquistadores y los laureanistas. Es b u e n o anotar que para el caso del conservatismo, las bases mostraban mayor vocación a la unidad que a la dirigencia del partido ' .
Así c o m o los liberales del Movimiento de La Calle, convocando a
toda Colombia a seguirle, no renunciaban a que gente de su partido
llevara la batuta del país, t a m p o c o Ospina y Álzate renunciaban a su
gente y a su colectividad: "Nosotros solicitamos la beligerancia mental
de las juventudes de derecha, su presencia activa en la política, ya q u e
tienen q u e asumir desde ahora responsabilidades y deberes" '"'. Ambas
173 Ibid. Esto coincidiría un poco después con la defensa que hiciera Lope/ Micbelsen
de! 1'lan de Enero ante los miembros de su partido.
174 Recuérdese que más del 50% de los votos conservadores del 16 de marzo de 195cS
favorecieron las listas laureanistas; empero cuando Gómez rompió los pactos, numerosos conservadores de ese sector respaldaron a Jorge Leyva, el candidato de unión.
141
CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
agrupaciones convocaban a la juventud de sus partidos, aunque quienes
lo hacían no eran precisamente jóvenes. Tanto los ospino-alzatistas como los de La Calle eran en realidad jóvenes en ideas, pero no tanto en
edad. De haberse aplazado la caída de Rojas, la generación de La Calle
no hubiese podido aparecer fácilmente simulando juventud. En el liberalismo más que en el partido contrario , la circulación de las élites
estuvo represada desde la pérdida del poder en 1946. Muchos de sus
ideólogos venían de un exilio obligado o voluntario. El propio director
de La Calle frisaba los 45 años.
4.2.
LAS ELECCIONES DE 1960
Difundido el Manifiesto de Noviembre, divulgado un poco después el
Plan de Enero del Movimiento de La
Calle, se encendió el debate electoral,
definitivo para el futuro del Frente
Nacional y sobresaliente por la movilización de las ideas. Jorge Leyva y sus
seguidores fueron los únicos que intervinieron contra todo el sistema del
Frente Nacional. La coalición fue defendida por el laureanismo y por el liberalismo oficial que lideraba Carlos
Lleras Restrepo.
Lo novedoso de la campaña lo
constituyó la incorporación oficial de
los principios de la democracia cristiana contemporánea al partido conservador. Ospina y Álzate recorrie-
EL T I E M P O
r Campaña Electoral en 'Aifiches
-su
suvorn
175 Ibid.
176 Un año después de la primera edición del semanario La Calle, un grupo de jóvenes
conservadores sacó a la luz pública el periódico La Gente. A diferencia del primero, este
defendía sin condiciones el Frente Nacional. Aunque los muchachos de La Gente venían
de diferentes toldas conservadoras, prevalecía en ellos el espíritu laureanista. Les irradiaban influencia los hombres jóvenes que acompañaban al viejo caudillo: Su propio hijo
Alvaro Gómez Hurtado y el político antioqueño Belisario Betancur. El Semanario era
dirigido por Alberto Dangond Uribe. En sus páginas se entreve un deseo de los coluinnistas por hacer aparecer el periódico como el contrasemanario de La Calle. La Gente
se mantuvo hasta marzo de 1959. Es posible que el reagrupamiento del ospino-alzalismo
y sus tesis promulgadas en La República los haya opacado.
142
RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
r o n los fortines de su partido predicando la b u e n a nueva, q u e a su vez
se legitimaba en las oraciones de los
líderes locales. Dejaba así el ospinoalzatismo sin discurso a j o r g e Leyva,
quien en sus tiempos d e candidato
p r e g o n ó q u e d e llegar al p o d e r pondría e n práctica las tesis d e la democracia cristiana.
Los conservadores habían hablad o siempre d e democracia cristiana.
En su gobierno, Ospina solía cubrirse con ella para la fundamentación
de sus a r g u m e n t o s políticos. Sin emb a r g o , n u n c a coincidió su p r é d i c a
con los frutos reales q u e cosecharon
d u r a n t e los g o b i e r n o s conservadores. En cambio, e n el tránsito a la
La propaganda del ospino-alzatismo
n u e v a década, la exhortación a seguir tales postulados tenía el encanto d e u n a noble convocatoria. El
Frente Nacional había p r o b a d o ya ser u n sistema al servicio d e los poderosos de la economía; n o tuvo la intención d e cobijar bajo su m a n t o
la nación entera; se hacía evidente u n a d e s p r o p o r c i ó n n u m é r i c a e n t r e
ricos y pobres. Colombia se acercaba aceleradamente a ese estado al
q u e los ideólogos de la democracia cristiana prestaban su mayor atención: el p r o b l e m a del pauperismo.
C o m o aspiraban los conservadores ospino-alzatistas a u n a amplia
cooptación de votos, resultaba atractivo un p r o g r a m a político cimentado
en la democracia cristiana que en sí n o constituía u n sistema políticoideológico concreto. Existían múltiples tipos d e partidos demócrata-cristianos sin parecerse totalmente. La democracia cristiana era u n a amalgama d e corrientes del pensamiento católico y c o m o tal constituía u n a ventaja política. En Colombia es difícil establecer el origen de la inspiración
demócrata-cristiana d e quienes la animaban. El más claro d e ellos, Gilberto Álzate Avendaño, había tenido la oportunidad de experimentar p o r
sus varias estadías en España, la evolución del pensamiento conservador
y en particular las realizaciones sociales de los partidos de esa familia
política desde el p o d e r en algunos países europeos. En la misma España
el movimiento democristiano había avanzado significativamente para finales de los cincuenta. Incorporar al partido conservador las banderas
políticas de la democracia cristiana significaba modernizar al partido. Ese
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CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO
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PDR LA PAZ Y
•A ALTERNACIÓN
La propaganda del laureanismo
Portada de la revista Semana
paso quería decir que el conservatismo abandonaba las tesis en extremo
nacionalistas de donde se había nutrido a lo largo del siglo: Salazar, Primo
de Rivera, Mussolini, Maurras e, incluso, Hitler. Por otro lado, se le cerraba así la posibilidad al país de tener un partido de esa denominación.
Con el nuevo paquete de argumentos, los ospino-alzatistas se lanzaban al porvenir, mientras que los
laureanistas continuaban en la tónica contestataria de las anteriores
elecciones. Ocupados en situar sus
adversarios en los odios de su propio
pasado, fueron incapaces de promover un discurso comprometido con
el futuro. Al contrario, Ospina y Álzate mostraban que su partido tenía
capacidad de integrar a las nuevas
generaciones. El nuevo discurso
neutralizó a la juventud de La Gente
y amenazaba con arrastrar a los viejos conservadores apegados al pasado, "...si algún sentido tiene mi presencia en la política —decía Álzate— el
ejercicio de una discreta influencia
dentro del partido, es facilitar una
transmisión del mando a la gente nueva, y la formación de una clase dirigente menos deformada por el estilo electoral y más en consonancia con las exigencias de nuestro tiempo"
Aunque se le abonaba a Ospina
haber sido uno de los artífices del
pensamiento democristiano desde su
gobierno, era a Gilberto Álzate a
quien se le debía la divulgación de la
177 Gilberto Álzate A. Obras Selectas... p. 174.
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RESISTENCIA Y OPOSICIÓN AL ESTABLECIMIENTO DEL FRENTE NACIONAL
nomenclatura de esa corriente del pensamiento en el país. Los planteamientos que el fogoso líder venía ventilando desde 1957 no se podrían
ubicar d e n t r o del conservatismo clásico colombiano. Al contrario, llamaba constantemente a reconstruir el o r d e n y n o a mantenerlo inalterable:
"Los únicos conservadores son los reconstructores" ', sostenía. Hay algo
más importante todavía. Además de servir de eslabón de generaciones,
lo era también en el plano ideológico. Tras él se e n r u m b a b a n al proceso
de secularización política que vivía Colombia los conservadores que no
veían más allá de los conflictos de la política nacional: sus seguidores, los
Independientes.
El 20 de marzo de 1960 se realizaron las elecciones de mitaca. Se
eligieron Representantes, Diputados y Concejales. El oficialismo liberal
puso 1.106.678 votos; su disidencia 354.560. El ospino-alzatismo d e r r o t ó
a sus contrincantes conservadores: 567.261 votos, contra 438.537 del laureanismo y 45.781 del leyvismo. Los conservadores en total alcanzaron
1.059.370 sufragios . Se convierten así los ospino-alzatistas en la primera fuerza de esa colectividad. Alegarían ahora dos derechos: primero, ser
los portavoces de la nueva doctrina conservadora y, segundo, ocupar el
sitio de socios mayores en la coalición frentenacionalista.
Consideraron los ospino-alzatistas q u e su triunfo se debió, entre muchas razones a las siguientes: l o . La aplicación de las líneas trazadas p o r
la Convención de Octubre de 1959 en lo referente a la organización federativa del partido y 2o. Al apoyo recibido de las masas campesinas. En
señal de agradecimiento, el editorialista de La República escribió:
El partido conservador tiene un compromiso incalculable con las masas campesinas que aseguraron esta victoria que rebasa todos nuestros cálculos y nos colma
de jubilosa esperanza. Debemos trabajar por ellas con abnegación, sin límites,
mejorar sus condiciones sociales y procurar que los campesinos disfruten de las
comodidades de las ciudades: energía eléctrica, agua potable, higiene, educación,
deportes y créditos
La comparación de los votos conservadores de 1958 y 1960 nos permite hacer algunas observaciones: l o . Valeneistas y unionistas en 1958
lograron 602.844 votos. La cifra del ospino-alzatismo en 1960 fue de
567.261. Si a éste n ú m e r o sumamos los votos leyvistas del mismo año nos
178 Ibid. p. 166
179 Los resultados fueron consultados en: Francisco Rojas Scarpeta. El Sufragio y la
identificación ciudadana en Colombia 1959-1961. Tomo 2. Registraduría Nacional
del Estado Civil. S.f.
180 La República, marzo 25 de 1960, p. 4.
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CESAR AUGUSTO AYALA DIAGO
dará u n resultado de 613.042 votos en extremo cercano a la votación
c o n s e r v a d o r a obtenida en 1958 para la Presidencia de la República:
614.861. Lo que quiere decir que se mantuvo el electorado del unionism o . Votos que, según se prueba, no le pertenecían a Jorge Leyva sino a
la disidencia conservadora antilaureanista y que habían tenido su origen
en la votación por la Reconquista y por el valencismo en las elecciones
de marzo de 1958.
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