1 FICHA TÉCNICA Solas Película Dirección: Benito Zambrano País

Anuncio
FICHA TÉCNICA
Solas
Película
Dirección: Benito Zambrano
País: España
Año: 1999
Duración: 95 min.
Guión: Benito Zambrano
Producción: Antonio P. Pérez
Música: Antonio Meliveo
Fotografía: Tote Trenas
Intérpretes: María Galiana, Ana Fernández, Carlos Álvarez-Novoa, Antonio Dechent,
Paco de Osca, Juan Fernández, Miguel Alcíbar, Pilar Sánchez, Concha Galán, Paco
Tous, Rosario Lara, Pepa Faraco
Premios:
XIV edición de los Premios Goya
Categoría
Persona
Mejor director novel
Benito Zambrano
Mejor actriz de
reparto
María Galiana
Mejor actriz
revelación
Ana Fernández
Mejor actor revelación
Carlos ÁlvarezNóvoa
Mejor guion original
Benito Zambrano
Premios del Círculo de Escritores Cinematográficos
Categoría
Persona
Mejor película
Mejor director
Benito Zambrano
Mejor actriz
María Galiana
Mejor actriz secundaria Ana Fernández
Mejor actor secundario
Carlos Álvarez-Nóvoa
Mejor guion original
Benito Zambrano
Premio revelación
Benito Zambrano
Sinopsis:
María malvive en un oscuro apartamento de un barrio miserable, trabaja eventualmente
como chica de la limpieza y, casi con cuarenta años, descubre que está embarazada de
un hombre que no la ama. Su soledad es tan grande que sólo encuentra consuelo en la
bebida. Su madre, que ha consumido su vida al lado de un hombre violento e intolerante,
no tiene ni siquiera el consuelo de tenerla cerca. Con motivo del ingreso de su marido en
un hospital, la madre visita a María en su apartamento y conoce a un vecino viudo que
vive con su perro. La relación que se establece entre estos tres náufragos alivia sus
soledades y deja una puerta abierta a la esperanza. 1 Federación Internacional de Mujeres Universitarias
Federación Mexicana de Universitarias
Universidad Nacional Autónoma de México
Museo de la Mujer
Bolivia 17 Centro Histórico, Ciudad de México.
Cine-Club de género, 7 de junio de 2016.
Solas
Mtra. Delia Selene de Dios Vallejo
♣♥
La película “Solas” transcurre en un barrio marginal de Sevilla (España) donde
una madre, que viene del pueblo a la ciudad para acompañar a su marido
internado en un hospital, se instala en los ratos que el acompañamiento le deja
libres en casa de su hija. La hija, que abandonó la casa paterna, malvive en la
ciudad sin esperanza y sin futuro. Hay otros hermanos, quienes dejaron su casa.
La madre ha seguido soportando a un marido brutal, ama a sus hijos y, con su
tozudez vital, intenta que las cosas se parezcan lo más posible a lo que no puede
ser, porque no sabe vivir de otra manera y porque no sabe dejar de quererlos.
Esta película trata de soledades y de cómo las soledades generan un movimiento
centrífugo de sentimientos que, aun en la expansión de su desesperanza, son
incapaces de poner conscientemente el daño por encima del amor. En ese punto
se anudan el desgarro vital y el extremo deseo del cariño. La soledad resultante
está cargada de energía para lo bueno y para lo malo. Nadie saldrá bien parado, a
pesar del final razonablemente feliz con que Benito Zambrano cierra su película,
pues esa felicidad sólo dice que la vida es una puerta abierta.
Ese poder de la imagen,
esa capacidad de liberar lo
que constituye el nudo
emocional, contenido, de la
historia, es lo que hace
pensar en Benito Zambrano
como uno de los mejores
estrenos del cine español.
Eso y su capacidad de
trascender situaciones y actitudes que bien pueden tildarse de tópicas –pero que
sólo alguien que sabe a dónde quiere ir, como el capitán que atraca por vez
Catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-­‐UNAM *Secretaria General de la Unión Nacional de Mujeres Mexicanas Asociación Civil. Se agradece el apoyo de las licenciadas: Eva Calderón, Eurídice Román de Dios, Adriana Romo Sotres, Pamela Jiménez Romo y Rosalinda Cuéllar Celis. ♣
♥
2 primera en un puerto fiado tan sólo en su saber y en las cartas marinas, llena
convincentemente de intensidad– es lo que puede anotarse a la hora de apostar
por él.
Detrás queda una película emocionante, sobria, desprejuiciada, que ha cargado
sus imágenes con una capacidad de componer la escena –yo diría de llenarla–
verdaderamente convincente. Por eso escapa del costumbrismo, del color local,
de la tentación del facilismo, porque la composición de la escena tiene detrás una
conciencia del mundo que no se para en la anécdota ni en la pena llorosa y
emotiva que el tan maleado mundillo de los perdedores procura a los
espectadores compasivos. Benito Zambrano parece estar cerca de todo ello, pero
no cede un ápice. Meterse en terreno tan resbaladizo y salir tan bien es una
muestra añadida de talento.1
Solas: retrato de una relación madre e hija
María es una mujer alcohólica,
sin sueños, y que a sus 35 años
malvive gracias a eventuales
trabajos como limpiadora en un
barrio marginal de Sevilla. Su
vida cambia cuando su madre,
Rosa, vuelve del pueblo y se
instala
en
su
casa
una
temporada, mientras su padre se
recupera de una intervención
quirúrgica en la capital andaluza. En ese periodo de tiempo, María descubre que
está embaraza, pero el padre del hijo que espera no quiere saber nada del bebé.
A partir de ese momento, madre e hija van retomando de nuevo su relación,
aunque María no deja de echar en cara a su madre que siga aguantando los
maltratos y humillaciones que le ha hecho, y le hace pasar su padre, adicto al
juego y alcohólico. Surge entonces un nuevo personaje, el vecino de María, con el
cual Rosa inicia una amistad, y quien finalmente se convertirá en el nexo de unión
entre las dos mujeres.
Solas, además de presentarse como el título del filme, simboliza también la
realidad que intenta representar el director español. Estamos no sólo ante un
melodrama, si no ante una producción de corte social que intenta acercarnos a
una realidad concreta. Una realidad marcada por el papel de la mujer en la
sociedad y de forma particular, dentro de la institución familiar. Por un lado,
Zambrano nos traslada a una Sevilla que poco tiene que ver con la identidad
1
http://www.revistadelibros.com/articulos/solas-­‐pelicula-­‐de-­‐benito-­‐zambrano 3 cultural trasmitida por otras películas a través de tópicos como el flamenco, los
toros o la cultura gitana, sino que nos adentra en “una ciudad contemporánea
cualquiera, con sus barrios marginales”.
Por otro, el director nos sumerge en las penurias y problemas de una familia
desestructurada, marcada por una madre y unos hijos sometidos a un padre adicto
al alcohol y al juego. En este contexto surgen sus dos protagonistas, aunque en un
principio bien pudieran parecer antagonistas ya que representan valores
contrapuestos durante gran parte de la cinta. Rosa y su hija María, pertenecen a
dos generaciones de mujeres distintas, pero ambas están marcada por la soledad
en la que están ancladas sus vidas. Rosa simboliza los valores tradicionales
dentro de una sociedad patriarcal, a través del papel de madre protectora y
volcada en el cuidado, no sólo de los suyos, sino de todos los que le rodean.
Rosa representa el rol femenino por excelencia –el de madre– éste se aleja de
ciertos estereotipos tradicionales que podíamos ver en el cine clásico, tales como
la imagen de la madre castradora, que dominaba y coartaba la libertad de sus
hijos, esa mujer atada al ambiente doméstico, una ama de casa feliz, maternal y
que se desvivía por sus hijos y su marido. En este sentido, el director nos muestra
una mujer que se ajusta más a la imagen de mater dolorosa.
La vida de Rosa depende del bienestar de los demás, por lo que su felicidad está
condicionada por la de las personas que le rodean. Ella entiende su existencia en
el mundo como una forma de servidumbre hacia el resto, pero a pesar de que esto
pudiera provocar la infelicidad de la protagonista, se resigna a pensar que es lo
normal y siente satisfacción cuando ve en los demás la felicidad que ella no
puede, ni debe, conseguir. Tal y como afirma Lucía Llorente “Cuidar y querer a su
familia es lo que le hace feliz y lo que le hace sentirse realizada y completa”.
Son numerosos los ejemplos que ilustran esta actitud de la protagonista en la
cinta: recordemos cuando Rosa sólo se aleja de la cama del hospital en la que se
encuentra su marido, cuando el médico la obliga a irse a casa a descansar; o
cuando le cura las heridas de la mano a su hija, a pesar de que ésta la trate con
desprecio y la humille continuamente; o cuando ayuda a su vecino a asearse
después de haber pasado una noche enfermo en la cama. Por su parte, María es
una mujer despechada y desengañada por la vida, no confía en ninguna persona y
no acepta la ayuda de nadie para poder salir adelante, algo que deja ver a través
de frases como “nadie tiene buen corazón”, en la que tacha a su madre de
ingenua por confiar en todo el mundo, refiriéndose a los hombres, quienes según
ella misma afirma, sólo le han hecho daño en esta vida. Rechaza a su familia,
especialmente a su padre, por maltratar a su madre y sus hijos; a su madre, por
permitir que la maltratase y la sometiese durante toda su vida, y a sus hermanos,
por haber podido escapar de ese calvario y por tener más suerte que ella al
rehacer sus vidas. Reniega también de sus orígenes campesinos, por eso se
refugia en la ciudad, aunque sus expectativas pronto se ven truncadas y malvive
4 gracias a trabajos temporales que no requieren ningún tipo de cualificación. María
está enfadada con la vida y se castiga así misma a través de su adicción al
alcohol, algo que la mantiene aislada del mundo y no le permite mantener
relaciones sociales con nadie.
Aún así, mantiene una relación con un hombre casado del cual se queda
embaraza y, aunque en un principio piensa abortar, decide tener a su hijo –aunque
lo mantendrá en secreto–. La cinta deja ver además las diferencias entre la vida
en el campo y la gran ciudad, algo que se representa a través de los dos
personajes protagonistas. Rosa es una mujer del mundo rural que “…vive con su
marido una dictadura social, anclada en el pasado, la cual todos relacionamos con
las costumbres mantenidas mayormente en los pueblos durante el franquismo”.
Durante el tiempo que Rosa está en la capital hispalense con su hija, anhela la
seguridad y protección que le da el pueblo, mientras que María huye a la ciudad
en busca de ese individualismo característico de las grandes urbes, donde
cualquiera puede pasar inadvertido y ser transparente a los ojos de la gente. En
este contexto, el punto de encuentro y unión entre las dos mujeres será el
apartamento en el que vive María en uno de los barrios de la periferia sevillana. Al
comienzo de la película, el apartamento se muestra oscuro y sucio –igual que la
relación entre madre e hija– y con un fuerte olor a humedad, del cual nos advierte
Rosa. De la misma forma que la relación entre las dos mujeres va
transformándose, la imagen del apartamento va cambiando a medida que los
lazos entre Rosa y María se van tejiendo –igual que el chaleco que le hace Rosa a
su hija, y que le entrega justo antes de volver al pueblo–.
La labor de reconciliación entre las dos mujeres recae sobre todo en Rosa, quien a
través de gestos y palabras hacen entender a María su situación y su
comportamiento durante todos estos años. Así, mientras sus lazos emocionales
vuelven a recuperarse, Rosa va recomponiendo el piso de su hija –al igual que su
propia vida– con pequeños detalles: algunas plantas que va poniendo en distintos
rincones de la casa, una mecedora que recoge de la calle, o incluso un cazo con
comida en la lumbre. Todo ello hace que María vuelva a sentir eso que tanto
anhelaba, el calor de un hogar o el amor de su propia madre. Además, cuando el
padre de María sale del hospital y Rosa y él vuelven al pueblo, María descubre
que su madre le ha dejado en el apartamento una bolsa con algunos recuerdos de
una época pasada. Entre estos recuerdos destacan unas fotos de madre e hija en
el pueblo, que simbolizan la reconciliación entre ambas, y que Rosa guardó
durante todo este tiempo para devolvérselas a su hija, quien ahora se encargará
de guardarlas. De esta forma, la relación entre madre e hija vuelve a ser lo que
había sido anteriormente, ya que María logra tener las fuerzas necesarias para
recordar tiempos pasados junto a su familia, de la que huyo tiempo atrás.
5 Durante el desarrollo de la cinta
surge la figura de un hombre
viudo (Carlos Álvarez-Novoa),
que vive solo junto a su perro en
el mismo edificio que María.
Este personaje es la antitesis del
marido de Rosa y el padre de
María, y el resto de hombres que
han pasado por sus vidas. Él se
convertirá en el confidente de las
dos mujeres, primero de Rosa
mientras está sola en la gran
ciudad, y después de María, cuando su madre vuelve al pueblo con su padre. Este
hombre será también el nexo de unión entre las dos mujeres cuando estas estén
separadas. Rosa y María representan así las dos caras de la misma moneda. Dos
mujeres abandonadas y sometidas por el hecho de ser mujeres, aunque cada una
hace frente a ese hecho de distinta forma: Rosa se resigna y sonríe para sí misma
– sonríe aunque su marido la insulte y sonríe ante los gritos de su hija–, María, en
cambio, se enfada con el mundo y llora y bebe hasta emborracharse y olvidarse
de todo. Las dos mujeres nos acercan a las diferencias en la condición del ser
humano por el hecho de pertenecer a un sexo u otro, o por pertenecer a
generaciones distintas, o por pertenecer a dos mundos distintos, aunque en
realidad ambas no se diferencian en casi nada. Las dos mujeres representan el
estereotipo de heroína, cada una en un momento y en un contexto distinto han
tenido que sobrevivir a los infortunios de la vida, muchas veces nacidos de su
condición como mujer. Rosa ha tenido que vivir sometida a un hombre toda su
vida, mientras que María ha intentado salir de ese túnel sin mucha fortuna. Al final
de la película, María logra comprender a su madre y entender por qué ha tenido
que actuar así. Gracias a ello, se reconcilia con ella y consigo misma, aliviando
todo el dolor que llevaba dentro y comienza una nueva vida en la que intentará ser
feliz, por ella y por su madre.
El análisis desarrollado ha permitido efectuar una aproximación a los personajes
femeninos en tres de los largometrajes de Benito Zambrano. En sus películas las
mujeres suelen corresponderse con personajes complejos que deben hacer frente
a situaciones cotidianas. En Solas, es reseñable la evolución de María que pasa
de ser una mujer frustrada a una mujer llena de sueños y esperanzas,
Además, Zambrano rompe con el catálogo de representaciones femeninas del
llamado cine patriarcal y sus personajes presentan una construcción cargada de
contrastes que los hacen más reales a los ojos de su público. Atrás quedan los
otros roles que poco tenían que ver con la mujer real, en los que se jugaba con la
dicotomía mujer buena/mujer mala, en la que, o bien se presentaba a la mujer
6 como un ser bueno dentro del entorno domestico, o como algo malo, alejada de su
entorno por su condición de mujer.
Nuestro director, además, trata temas de gran calado social y aunque en las
películas aparecen ambientes domésticos, el papel de la mujer se aleja del rol
tradicional y su función va más allá de lo que se espera de éstas. Las
protagonistas soportan familias imperfectas, fracasan en sus relaciones de pareja,
viven situaciones laborales precarias o intentan superar situaciones límite Así
mismo, nuestras protagonistas tienen un gran peso dentro de la institución familiar.
Son mujeres como Rosa, las que se sacrifican y luchan por sacar a los suyos
adelante, incluso se convierten en el sustento de los que las rodean,
habitualmente hombres. Son mujeres con gran fortaleza, independientes,
luchadoras y sufridoras.
A modo de conclusión podemos corroborar el gran peso de las protagonistas
femeninas en las tres películas analizadas de Benito Zambrano, dos de ellas
protagonizadas íntegramente por mujeres, y la tercera mostrando a la mujer como
el ejemplo que deberían seguir los hombres. 2
La elección de las películas de Benito Zambrano no es casual. Su filmografía se
caracteriza por narrar historias de la vida cotidiana, con un ingrediente de carácter
social y con protagonismo principalmente femenino. Zambrano pone especial
cuidado en la construcción de unos personajes que resultan completamente
verosímiles, y como él mismo dice: Aunque sean personajes de ficción, para mí
son, casi, como si fueran de verdad, y por eso soy muy respetuoso con su
biografía y eso implica muchas cosas: no frivolizar con lo que les pasa, profundizar
en sus problemas, tratar de comprenderlos. También porque entiendo que hablar
de los personajes es, al mismo tiempo, hablar del ser humano, contar historias es
eso: como poner un espejo delante de nosotros, un espejo en el que nos
identifiquemos.
Los personajes de la película son fácilmente reconocibles, porque son reales. Los
vemos todos los días: están en la calle, en los hospitales, en el piso de al lado, en
nuestra propia familia, en nuestro lugar de trabajo. Son personajes construidos
desde la perspectiva social del propio director, cuya procedencia social le permite
una mirada privilegiada sobre los principales problemas de las familias de clases
populares y de sus mujeres.
El autor da cuenta de los efectos de lo global en lo local: la emigración de las
mujeres rurales en los años sesenta y ochenta, las repercusiones para la salud en
las cuidadoras mayores cuidando a mayores en solitario, la precariedad laboral de
las mujeres en el servicio domestico, en las empresas de limpieza, las relaciones
afectivas dentro del patrón de varón dominador y sus consecuencias en las
2
file:///C:/Users/Rosalinda/Downloads/171-­‐490-­‐1-­‐PB.pdf 7 mujeres, las implicaciones económicas y políticas del trabajo de cuidados, el
deterioro del carácter como consecuencia del capitalismo flexible, la desigualdad
de género y la clase social en el sistema público de pensiones, la viudedad
masculina en la vejez, la maternidad indecisa en solitario, etc.3
Uno de los principales aportes de la economía feminista fue la recuperación de un
debate de larga data dentro del feminismo: aquel conocido como «debate del
trabajo doméstico» que, tempranamente y en diálogo con la teoría marxista,
argumentó sobre la necesidad de visibilizar el rol del trabajo doméstico no
remunerado en el proceso de acumulación capitalista, y las implicaciones en
términos de explotación de las mujeres, tanto por parte de los capitalistas como de
«los maridos». La revitalización de este debate dentro del campo económico dio
lugar a la promoción del concepto de economía del cuidado, que como tal tiene
recortes difusos y es en sí mismo un objeto en permanente discusión.
En un sentido amplio, el contenido del concepto refiere a todas las actividades y
prácticas necesarias para la supervivencia cotidiana de las personas en la
sociedad en que viven. Incluye el autocuidado, el cuidado directo de otras
personas (la actividad interpersonal de cuidado), la provisión de las
precondiciones en que se realiza el cuidado (la limpieza de la casa, la compra y
preparación de alimentos) y la gestión del cuidado (coordinación de horarios,
traslados a centros educativos y a otras instituciones, supervisión del trabajo de
cuidadoras remuneradas, entre otros). El cuidado permite atender las necesidades
de las personas dependientes, por su edad o por sus condiciones/capacidades
(niños y niñas, personas mayores, enfermas o con algunas discapacidades) y
también de las que podrían autoproveerse dicho cuidado. Asociar la idea de
cuidado a la economía implica enfatizar aquellos elementos del cuidado que
producen o contribuyen a producir valor económico. Y aquí reside la peculiaridad
del abordaje.
A través del concepto de economía del cuidado, la economía feminista pretende al
menos dos objetivos: en primer lugar, visibilizar el rol sistémico del trabajo de
cuidado en la dinámica económica en el marco de sociedades capitalistas, y en
segundo lugar, dar cuenta de las implicaciones que la manera en que se organiza
el cuidado tiene para la vida económica de las mujeres. El trabajo de cuidado
(entendido en un sentido amplio, pero en este caso focalizado principalmente en el
trabajo de cuidado no remunerado que se realiza en el interior de los hogares)
cumple una función esencial en las economías capitalistas: la reproducción de la
fuerza de trabajo. Sin este trabajo cotidiano que permite que el capital disponga
todos los días de trabajadores y trabajadoras en condiciones de emplearse, el
3
Álvaro, Rodríguez Díaz (Editor) España en su cine. Aprendiendo sociología con películas españolas. Ed. Dykinson, Madrid, 2015
8 sistema simplemente no podría reproducirse. El punto es que, en el análisis
económico convencional, este trabajo se encuentra invisibilizado y, por lo
contrario, la oferta laboral se entiende como el resultado de una elección racional
de las personas (individuos económicos) entre trabajo y ocio (no trabajo),
determinada por las preferencias personales y las condiciones del mercado laboral
(básicamente, el nivel de los salarios). De esta forma, no se tiene en cuenta ni el
trabajo que esa fuerza laboral tiene incorporada (al estar cuidada, higienizada,
alimentada, descansada), ni el trabajo del cual se la libera al eximirla de
responsabilidades de cuidado de aquellos con quienes convive.
La economía feminista discute esta visión en varios sentidos. En primer lugar, y tal
como se señaló anteriormente, advierte sobre la inexactitud (por decir lo menos)
de considerar la elección de las personas en torno del uso de su tiempo como un
ejercicio de preferencias y racionalidad. Por lo contrario, expresa la necesidad de
tomar en consideración el rol determinante de las relaciones de género,
especialmente relevante a la hora de explicar la concentración de las mujeres en
las actividades de cuidado y su consecuente menor y peor participación en el
mercado laboral. El concepto de división sexual del trabajo como forma
generizada de distribución de los tiempos y tipos de trabajo entre hombres y
mujeres es un aporte esencial en este sentido. En segundo lugar, la economía
feminista contribuye conceptual y metodológicamente a visibilizar el rol de este
trabajo de cuidado en el funcionamiento de la economía. Para tener éxito en la
modificación del enfoque analítico y centrarlo en la reproducción social, es
necesario «ubicar el proceso de reproducción social de la población trabajadora en
relación con el proceso de producción de recursos, un tema central en el análisis
dinámico de los economistas clásicos»
En tercer lugar, la forma que adopta la organización social del cuidado depende de
los recorridos históricos de los regímenes de bienestar, en los que la cuestión del
cuidado fue considerada como responsabilidad principal de los hogares (y dentro
de ellos, de las mujeres). De este modo, la participación del Estado quedó
reservada para aspectos muy específicos (por caso, la educación escolar) o como
complemento de los hogares cuando las situaciones particulares lo ameritaran
(por ejemplo, para el caso de hogares en situaciones de vulnerabilidad económica
y social).4
El trabajo productivo, de carácter social, colectivo, mediante el cual se producen
los bienes que constituyen, en conjunto, la riqueza social; es realizado dentro de
un período de tiempo determinado, determinadas horas al día, determinada
cantidad de años, siendo obviamente esto muy variable de acuerdo al modo de
producción y organización social de cada comunidad. En contraposición al trabajo
productivo, el trabajo doméstico debe llevarse a cabo todos los días a lo largo de
la vida de una persona. Si hay personas que no lo realizan, sin importar los
4
http://nuso.org/media/articles/downloads/4102_1.pdf 9 motivos (posición social, razones de edad o salud) otros lo hacen por ellos, de
manera que estas personas realizan un trabajo doméstico múltiple. Lo mismo
ocurre con la crianza de los hijos, supuestamente a cargo de ambos progenitores,
que debe cumplirse a lo largo de años, todos los días y a toda hora.
La especificidad del trabajo de cuidado es la de estar basado en lo relacional, ya
sea en el contexto familiar o fuera del mismo. En el marco de la familia, su
carácter a la vez obligatorio y percibido frecuentemente como desinteresado le
otorga una dimensión moral y emocional. No es solamente una obligación jurídica
establecida por ley (obligación de prestar asistencia o ayuda) o una obligación
económica, debido a que involucra también las emociones que se expresan en el
seno familiar al mismo tiempo que, dicho espacio, contribuye a construirlas y
mantenerlas. Fuera del entorno familiar, el trabajo de cuidado está marcado por la
relación de servicio, de atención y preocupación por los otros. El trabajo se realiza
cara a cara entre dos personas y genera lazos de proximidad, en una situación de
dependencia, pues una es tributaria de la otra para su bienestar y mantenimiento.
De todas formas, lo que unifica la noción de cuidado es que se trata, hasta hoy, de
una tarea esencialmente realizada por mujeres, ya sea que se mantenga dentro
de la familia o que se exteriorice por la forma de prestación de servicios
personales.
La literatura feminista utiliza el cuidado como una categoría analítica de los
regímenes de bienestar que tiene la capacidad de revelar dimensiones
importantes de la vida de las mujeres y los varones y al mismo tiempo capturar
propiedades más generales de los arreglos sociales sobre las necesidades
personales y el bienestar. El cuidado es entendido como trabajo y relación
interpersonal, pero también como responsabilidad socialmente construida que se
inscribe en contextos sociales y económicos particulares.5
Es indiscutible que las mujeres han sido las protagonistas históricas de los
trabajos gratuitos. La economía se construyó pensando el mundo dividido en dos:
la producción como algo contrapuesto a la reproducción. La producción de
mercancías como aquello que tiene ligar en el ámbito de lo público, que implica
flujos monetarios, donde existe el trabajo asalariado, donde actúan las clases
sociales. La reproducción de personas como aquello que ocurre en el ámbito
privado-domestico, donde hay actividades que sostienen a la familia y que se
hacen por amor (gratis), donde reina la armonía familiar, donde no interviene la
política. Esta dualidad tenía un marcadísimo carácter de género: el ámbito del
trabajo asalariado era el propio de varón ganador del pan; el hogar era el ámbito
de acción del “ángel del hogar”, el ama de casa.6
5
http://www.sistemadecuidados.gub.uy/innovaportal/file/57292/1/batthyany-­‐-­‐-­‐15.02-­‐-­‐-­‐la-­‐politica-­‐y-­‐los-­‐
cuidados-­‐en-­‐america-­‐latina.pdf 6
La Economía feminista como un derecho. Red Nacional de género y Economía. México, 2012, pág. 75 10 La gran cuidadora de la película es Rosa, cuida de su marido, del vecino y de su
hija, aunque ésta no sea consciente. Rosa no cuenta con el apoyo público ni
privado de nadie para cuidar a su marido. Está sola en una ciudad donde vive una
de sus hijas pero no sabe nada de ella.
Su papel de cuidadora no es cuestionado, a pesar de que su marido la maltrato en
el pasado y en el presente con sus insultos y desprecios. Su deber es cuidar está
por encima. El cuidado de convierte en el quehacer principal para Rosa desde que
llega a Sevilla.
El final de Solas pone fin a la tensión que ha permanecido en toda la película,
sobre todo en la trayectoria de María que a través de la maternidad encuentra algo
sólido a lo que aferrarse, no sin la ayuda que le ofreció Emilio en su apoyo para
que tuviera el bebé a pesar que su progenitor no quería nada ni de María ni de la
futura criatura. Pasados pocos años, tras la muerte de Rosa y su marido, don
Emilio y María encuentran una formula fantástica para satisfacer sus necesidades
de soledad a partir de la figura de nieto adoptivo. No dejamos de ver en esta
solución el cuidado en su modalidad más libre en la medida que los dos
personajes aceptan que necesitarse les proporciona mucha felicidad a partir de la
construcción de un nuevo modelo familiar a la medida de sus miembros.7
Director del filme
Benito Zambrano
Nació en Lebrija, Sevilla el 20 de marzo 1965. Es
un guionista y director de cine.
Fue estudiante de Arte Dramático en Sevilla y se
graduó de la Escuela Internacional de Cine y
Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba.
Filmografía del director
Cortometrajes
• La última humillación (1987)
• Un niño mal nacido (1989)
• ¿Quién soy yo? (1988)
7
Álvaro, Rodríguez Díaz (Editor) España en su cine. Aprendiendo sociología con películas españolas. Ed. Dykinson, Madrid, 2015 11 • Melli (1990)
Mediometrajes y largometrajes
•
•
•
•
•
•
•
¿Para qué sirve un río? (1991)
Los que se quedaron (1993)
El encanto de la luna llena (1995)
Solas (1999)
Padre coraje (2002)
Habana Blues (2005)
La voz dormida (2011)
Anuncios
• Atlético de Madrid Anuncio del centenario8
Fuentes de consulta
Álvaro, Rodríguez Díaz (Editor) España en su cine. Aprendiendo sociología con
películas españolas. Ed. Dykinson, Madrid, 2015
La Economía feminista como un derecho. Red Nacional de género y Economía.
México, 2012,
https://es.wikipedia.org/wiki/Solas_(pel%C3%ADcula)
http://www.filmaffinity.com/es/film145642.html
http://www.revistadelibros.com/articulos/solas-pelicula-de-benito-zambrano
file:///C:/Users/Rosalinda/Downloads/171-490-1-PB.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Benito_Zambrano
http://nuso.org/media/articles/downloads/4102_1.pdf
http://www.sistemadecuidados.gub.uy/innovaportal/file/57292/1/batthyany---15.02--la-politica-y-los-cuidados-en-america-latina.pdf
file:///C:/Users/Rosalinda/Downloads/171-490-1-PB.pdf
8
https://es.wikipedia.org/wiki/Benito_Zambrano 12 
Descargar