El impacto de la respuesta al tsunami sobre las capacidades locales

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FMR 28
EL REFUERZO DE LAS CAPACIDADES DE LOS PAÍSES DEL SUR: RETÓRICA Y REALIDAD
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El impacto de la respuesta al
tsunami sobre las capacidades
locales y nacionales
por Arjuna Parakrama
La Coalición para la Evaluación del
Tsunami (TEC, por sus siglas en inglés)1
reveló que existía una disparidad
entre las políticas explícitas de los
participantes humanitarios internacionales
y la realidad operativa, en términos
de ejecución directa, colaboración con
la capacidad local y participación de
la comunidad. Asimismo, señaló que,
cuando el sistema de ayuda se encuentra
bajo presión en una situación de crisis,
lo más urgente es ofrecer servicios.
No se produjo colaboración alguna con las
organizaciones comunitarias y las ONG
locales en las primeras etapas. Muchas de
éstas desempeñaron un papel destacado
en la fase de búsqueda y rescate, pero se
las marginó durante la fase de prestación
de ayuda. Posteriormente, cuando las
agencias solicitaron su colaboración en la
fase de recuperación, se habían tensado
las relaciones o se había debilitado
su capacidad. Las organizaciones
comunitarias y las ONG se convirtieron en
organizaciones contratadas, se extendió la
corrupción y se propició que se originaran
formas inadecuadas de liderazgo.
Las capacidades locales se vieron
socavadas por algunas cuestiones
relacionadas con las respuestas que
se dieron, como la ‘caza furtiva’ de
empleados de otras organizaciones (sobre
todo de las ONG locales) y requisitos
de información intrincados. Se hizo
demasiado hincapié en la rapidez y
el perfil, lo que originó la utilización
innecesaria e inútil de trabajadores
expatriados, muchos de los cuales
tenían poca experiencia relevante y se
encontraban en clara desventaja a la hora
de dirigirse a las complejas estructuras
sociales existentes en las comunidades
de la región. Estructuralmente, esta
situación refleja que se subestimaron
las capacidades locales que, por otro
lado, estaban resolviendo la mayoría
de los problemas inmediatos.
Dentro del sistema humanitario, el
desastre del tsunami demuestra el
problema de la ‘mega-respuesta’ de
los ciudadanos occidentales. La forma
en que se financia el sector de ayuda
humanitaria, mediante repentinas
aportaciones tras llamamientos
públicos, fomenta el énfasis sobre una
entrega rápida, la exageración de la
propia importancia de las agencias y la
subestimación del papel de los indígenas.
El nivel sin precedentes de donaciones
públicas en todo el mundo convirtió
al sector de las ONG internacionales
en el participante fundamental en la
respuesta internacional al tsunami,
tanto en términos absolutos del tamaño
de los presupuestos nacionales, como
en términos relativos en comparación
con la ONU y las agencias bilaterales.
Presión por obtener resultados
Esta nueva dinámica debería ir
acompañada de la responsabilidad
de reforzar las asociaciones con las
autoridades nacionales y locales y de
establecer otras en la creación de nuevos
mecanismos formales de colaboración y
responsabilidad. Así, se hubiera podido
tratar la información de una manera
mucho más estratégica, para que las
personas afectadas pudiesen expresar
sus necesidades y hablar de igual a igual
con los donantes de ayuda. Sin embargo,
las ONG internacionales fueron lentas
en adaptarse a esta nueva realidad y
permanecieron en una actitud competitiva,
determinada por los objetivos, mucho
después de haber iniciado sus actividades.
Las oficinas centrales de las agencias
internacionales querían ver ‘resultados’ a
toda costa. Incluso entre los trabajadores
en el terreno, existió una tendencia a
infravalorar la capacidad local y otorgar
demasiada importancia al suministro de
UNHCR/H J Davies
La más amplia evaluación realizada sobre una
respuesta humanitaria internacional reveló que fueron
las comunidades vecinas, también afectadas, quienes
salvaron la mayor parte de las vidas en los momentos
inmediatamente posteriores al tsunami en diciembre de
2004. Cuando la comunidad internacional ignoró o se
apropió de la respuesta local y nacional, el impacto fue
poco eficaz en términos de coste, esfuerzo y tiempo.
ayuda externa. Se trata de un proceso
que se alimenta a sí mismo. Al hacer caso
omiso de la capacidad local, el papel de la
ayuda externa logra parecer mucho más
importante. Cuanta más ayuda externa
haya, más se socava la capacidad local.
La pega es que, al haber comenzado de
esta forma, las relaciones y las estrategias
ya no se desarrollan de manera más
positiva durante la fase de recuperación.
Las agencias internacionales han
experimentado una tendencia a reforzar
las estructuras y los procesos centralistas.
En la mayoría de los casos, su principal
preocupación era asegurar un acuerdo
con las autoridades nacionales. Había
menos probabilidades de que llegasen a
conciertos formales, o incluso informales,
a nivel local y, por lo tanto, es posible
que no hayan sido capaces de reconocer
o responder al sutil juego de poder que
rodeaba las operaciones de ayuda.
Los pescadores
vuelven a
hacerse a la
mar tras el
tsunami, playa
de Nilaveli,
al norte de
Trincomalee,
Sri Lanka.
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EL REFUERZO DE LAS CAPACIDADES DE LOS PAÍSES DEL SUR: RETÓRICA Y REALIDAD
FMR 28
IRIN/Edward Parsons pour EPA
Dos ceilandeses
acometen la
dura tarea
de trasladar
cadáveres para
su entierro
inmediatamente
después del
tsunami de
diciembre
de 2004.
Las agencias internacionales tendían
a explotar cualquier capacidad que
pudiesen encontrar en la fase de ayuda
y se sorprendían al descubrir que esta
capacidad local no se transformaba
convenientemente en un instrumento
adecuado para la recuperación y la
reconstrucción. En cambio, la capacidad
local estaba debilitada, los problemas
de desigualdad y marginación se
volvieron más difíciles de solucionar
y se extendió la desconfianza. Las
agencias se vieron apoyando a las elites,
incapaces de dar una respuesta a los
problemas de los grupos marginales.
El refuerzo de las capacidades no tiene
que ver simplemente con apoyar las
estructuras institucionales, sino que se
trata de un proceso político más complejo,
que implica el empoderamiento de
las personas más pobres y excluidas
de forma que, cuando se produzca
un desastre, tengan una voz válida en
su comunidad, ante las autoridades
locales y el gobierno nacional.
La política frente a la práctica
La evaluación destaca que existe
una disparidad entre las políticas
declaradas de los agentes humanitarios
internacionales y las realidades operativas.
Los principios son nobles, pero la práctica
es, a menudo, muy diferente. Cuando el
sistema de ayuda se encuentra sometido a
presión en situaciones de crisis, prevalece
la necesidad de proporcionar servicios; en
contextos como la respuesta al tsunami,
donde hubo un flujo sin precedentes
de recursos, el factor determinante del
éxito parecía ser la capacidad de gastar
dinero rápidamente, no sabiamente.
Es necesario establecer una nueva
orientación fundamental en el sector
de la ayuda humanitaria y admitir
que la propiedad de la asistencia
humanitaria recae en los que la piden
(es decir, que las capacidades locales
son el punto de partida, que el objetivo
es una reducción sostenible del riesgo
a largo plazo y que el papel de otros
participantes es proporcionar apoyo).
Sólo cuando las personas en situación
de riesgo tomen el control de su entorno
podrán superar su vulnerabilidad. De
lo contrario, sencillamente dependerán
de una respuesta pública occidental
caprichosa y de la fiabilidad, o falta de
fiabilidad, de la ayuda internacional.
Es preciso que se plantee de nuevo el
objetivo final de la asistencia humanitaria
y que la estrategia de suministro de
servicios se modifique por un marco de
desarrollo de la capacidad. El equipo
de la Coalición para la Evaluación del
Tsunami subrayó la necesidad de que las
agencias humanitarias internacionales:
n se comprometan con las capacidades
locales y nacionales, cuenten con
estrategias claras de asociación
y desarrollen colaboraciones
locales desde el principio
n se den cuenta de que el proceso de
ayuda no es políticamente neutro:
tiene efectos profundos sobre ciertos
asuntos, como las desigualdades,
la marginación, la organización
social y los derechos políticos
n presten atención a las
desigualdades sociales, a las
exclusiones y a las jerarquías.
n trabajen para que los grupos
marginales puedan mejorar su posición
en relación con las comunidades, y
éstas, en relación con las autoridades
de distrito y nacionales
n establezcan procedimientos para
otorgar subvenciones por un mayor
periodo de tiempo, incluso desde
el principio de una intervención
n desarrollen protocolos para evitar la
‘caza furtiva’ de empleados y asegurar
que no se merme la capacidad local
n examinen de manera crítica los
requisitos de información
n aseguren que las mujeres se encuentran
representadas en todos los órganos
cuyas decisiones les afecten
Arjuna Parakrama ([email protected])
es Jefe del Departamento de Inglés de la
Universidad de Peradeniya, Sri Lanka,
y dirigió la evaluación de la TEC sobre
el impacto de la respuesta al tsunami
en las capacidades local y nacional.
1. www.tsunami-evaluation.org/NR/rdonlyres/8E8FF26851F0-4367-A797-F031C0B51D21/0/capacities_final_report.
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