La problemática del agua y las recomendaciones de paz en medio oriente: Una oportunidad al corto plazo – Marzo 2016 Durante los últimos veinte años, las negociaciones de paz entre Israel y Palestina han estado enmarcadas en la convicción –prevalente en ambos lados- de que una solución simultánea a todos los temas centrales del conflicto pueden y deben se halladas con el objetivo de alcanzar un acuerdo definitivo de paz. Desde esta perspectiva, la distribución equitativa y la gestión eficiente de las fuentes de agua que comparten Israel y Palestina, han estado sujetas al fracaso que ha impedido a los dos estados llegar a acuerdos relativos incluso a los demás asuntos pendientes. Lentamente se está arribando al consenso de que la política del “todo o nada” es parte del problema, por tanto, más bien se está apuntando a avanzar en asuntos específicos que tienen solución, tales como el tema del agua, lo que puede ayudar a restituir la confianza pública de que la paz y el fin de las hostilidades son posibles. Agua: Bajo costo político/Gran ganancia política: Mientras que la resolución de los aspectos relacionados con el agua, por sí sola, no va a llegar a una solución integral, cualquier acuerdo futuro definitivo no será posible sin una justa distribución de las fuentes de agua de la región. Por otra parte, debido a la función instrumental de agua y el saneamiento en el desarrollo social y económico, la sostenibilidad de dicho acuerdo se verá comprometida en caso de no establecerse un mecanismo conjunto para la asignación equitativa y la gestión eficiente de los recursos hídricos. Los líderes israelíes en desalinización, tratamiento y reutilización de aguas residuales, podrían convertirse en los provocadores del cambio político, no solo en el contexto del conflicto israelípalestino, sino en toda la región. Actualmente Israel produce cantidades de agua que exceden sus necesidades, por lo tanto, ningún sector o localidad de ese país saldría perdiendo si Israel reparte más equitativamente el agua con los palestinos, mientras sigue vendiendo agua desalinizada a Jordania. Conseguir un nuevo acuerdo relativo a la distribución del agua que comparten Israel y Palestina tiene un bajo costo político para Israel. Los agricultores israelíes, que en el pasado tuvieron recortes en las asignaciones de agua para uso agrícola, y que, por lo tanto hubieran podido objetar esta medida, no tienen ningún motivo para oponerse hoy. Además, el gobierno israelí se siente orgulloso del rol protagónico que desempeñan en torno al tema del agua, cada vez más convencidos de que su comercio es un asunto estratégico, de seguridad y de estabilidad para su país, como se ha podido ver en los recientes acuerdos alcanzados con Jordania. El gobierno palestino, por otro lado, debe estar dispuesto a mostrar cierto grado de éxito en alcanzar mejore niveles de vida de la población palestina. Más agua en cada casa palestina podría mejorar radicalmente la vida de todos los palestinos y ser un verdadero impulso a su economía. Oportunidades y prioridades regionales: La lógica de un liderazgo enfocado en el agua se fortalece aún más cuando se tiene en cuenta la gran inestabilidad de la región. Con los inmigrantes sirios que continúan llegando a la vecina Jordania en busca de refugio, la promoción de oportunidades económicas relacionadas con el agua, tanto para los refugiados como para la población local de Jordania, es de suma importancia si se quiere evitar mayor inestabilidad y un incremento en la ya existente crisis regional. El avance de proyectos regionales relacionados con la temática del agua, tales como el aumento de su comercialización y el Plan maestro del Valle del Jordán, presentan oportunidades adicionales no solo para construir confianza con el pueblo palestino, sino que integran avances que ayudan a estabilizar la situación a escala regional. Al vincular los temas de agua y energía -tanto de gas natural como de energía renovable- podemos seguir procurando estabilidad mediante el aprovechamiento de los recursos energéticos para la producción de agua. Pasos recomendados de ejecución inmediata en el proceso palestino-israelí: Doblar nuevamente la cantidad de agua que vende Israel a Gaza del 10 al 20 MCM p.a., para que coincida con la capacidad de las tuberías existentes. Esto implica la construcción de embalses en el lado de Gaza, idea que ha sido bien acogida por los Estados donantes. Suministrar adicionalmente unos 20 MCM de agua a las ciudades sureñas que menor acceso al agua poseen y a las ciudades de Cisjordania, a través de la nueva construcción financiada por USAID, la tubería Dir Sha’ar, que actualmente es la principal transportadora de agua para 200.000 palestinos en esta área. Hoy esta transporta solo 5 MCM, pero puede alcanzar incluso 26,3 MCM si el agua adicional estuviera disponible. Aprobar la venta de electricidad adicional para la planta de tratamiento de aguas residuales del norte de Gaza (NGEST) - La primera fase del proyecto se completó el año pasado, pero se carece de 3,5 MW para operar y tratar 35.000 metros cúbicos de aguas residuales por día, que equivale a más de un tercio de la cantidad diaria de las aguas residuales que van desde Gaza hacia el Mediterráneo. Medidas provisionales: La rápida aprobación de los proyectos de agua y saneamiento palestinos detenidos debido a que la comisión mixta de agua no se ha reunido por cerca de 5 años. Aumento de 30 mcm en la cantidad de agua que los palestinos pueden extraer de los pozos existentes en las cuencas del norte y oeste del Acuífero de la Montaña. Aprobar la construcción de un gasoducto que una Israel y Gaza. Crear un grupo de trabajo conjunto para avanzar en la explotación de gas natural del mar de Gaza. Comprometerse a finalizar un nuevo acuerdo palestino-israelí relativo al agua, en un determinado período de tiempo. Medidas regionales: Convocar a la comunidad internacional a crear un “Plan Marshall” para el Medio Oriente, que busque la estabilidad basada en la integración regional de los recursos naturales de la región. Dar soporte al Plan Maestro del Valle del Jordán y así posibilitar la rehabilitación del Río Jordán, creando riqueza y fuentes de trabajo en esa zona. Crear un grupo regional de trabajo que apoye la integración entre palestinos, israelíes y jordanos en un programa de agua y energía renovable a gran escala.