Las asociaciones católicas para obreros y el combate a sus enemigos

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Las asociaciones católicas para obreros y el combate a sus enemigos:
Córdoba 1930-1940
Autor: María Beatriz Burgos
Pertenencia institucional: CIFFyH – UNC
Correo electrónico: [email protected]
Resumen
El objetivo de este trabajo consiste en reconstruir parte del imaginario y
representaciones elaboradas por tres asociaciones católicas para obreros, presentes en la
ciudad de Córdoba, en la década de 1930: el Círculo Católico de Obreros (CCO), la
Asociación Obrera de la Sagrada Familia (AOSF) y los Artesanos de San José o Josefinos.
Estas entidades trabajaron en la construcción de una propuesta que diera sentido a la acción
social emprendida por la Iglesia y que incluyera a los obreros en el proyecto de “nación
católica”. Las asociaciones construyeron su identidad y se definieron en gran medida en
función de los discursos de apoyo y rechazo que elaboraron sobre diversos temas. En este
sentido la identificación del enemigo resultaba fundamental, en primer lugar para señalar
sus defectos y el peligro que entrañaba, en segundo lugar para urgir a los católicos a
combatirlo y, finalmente, para demostrar que la opción católica era la única posible para
resolver la cuestión social y en definitiva pensar la sociedad. Nos concentraremos en dos
cuestiones:
-
la definición del enemigo
-
la lucha contra este enemigo a través de la reconstrucción de los festejos por el 1º
de mayo y el rechazo al laicismo en la educación.
Ponencia
1
El objetivo de este trabajo consiste en reconstruir parte del imaginario y
representaciones elaboradas por tres asociaciones católicas para obreros, presentes en la
ciudad de Córdoba, en la década de 1930: el Círculo Católico de Obreros (CCO), la
Asociación Obrera de la Sagrada Familia (AOSF) y los Artesanos de San José o Josefinos.
Estas entidades trabajaron en la construcción de una propuesta que diera sentido a la acción
social emprendida por la Iglesia y que incluyera a los obreros en el proyecto de “nación
católica”.1
Las asociaciones construyeron su identidad y se definieron en gran medida en
función de los discursos de apoyo y rechazo que elaboraron sobre diversos temas. En este
sentido la identificación del enemigo resultaba fundamental, en primer lugar para señalar
sus defectos y el peligro que entrañaba, en segundo lugar para urgir a los católicos a
combatirlo y, finalmente, para demostrar que la opción católica era la única posible para
resolver la cuestión social. Este último punto resulta muy significativo ya que el
catolicismo nunca se consideró como una alternativa sino como el camino único y
verdadero no solo para abordar la problemática obrera, sino para pensar la sociedad.
En este trabajo nos concentraremos en dos cuestiones:
-
la definición del enemigo
-
la lucha contra este enemigo a través de la reconstrucción de los festejos por el 1º
de mayo y el rechazo al laicismo en la educación.
Al analizar el corpus discursivo resulta difícil saber si los discursos eran
compartidos por todos los miembros de las asociaciones, solo por los integrantes de la élite
o incluso por una fracción de esta. Es así que para el análisis se tuvo en cuenta el discurso
oficial de cada institución, es decir aquellas manifestaciones que se plasmaron en la prensa
y los documentos producidos por las mismas asociaciones como las actas de sesiones y
manuales.
También se consideraron notas publicadas en el diario Los Principios que como
diario de la Curia analizaba y editorializaba sobre todos aquellos temas de importancia para
1
ZANATTA, Loris, Del Estado liberal a la Nación Católica. Iglesia y Ejército en los orígenes del
peronismo (1930 – 1946), Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2005 (1996).
2
los católicos y las cuestiones obreras recibían una particular atención. A su vez, en 1937 el
diario comenzó a publicar de manera quincenal una sección denominada Momento
Económico Social que era preparada por el Secretariado Económico Social de la Acción
Católica (SES) e incluía entre sus colaboradores a directivos de las asociaciones obreras.
La definición del enemigo
En su estudio sobre el nacionalismo católico cordobés, Silvia Roitenburd encuentra
que en la vasta producción retórica del catolicismo la prioridad, antes que la definición de
un proyecto propio, es la caracterización del adversario. Un enemigo que desde una postura
antiliberal, sin resquicios para el debate, es definido desde mediados del siglo XIX en
encíclicas como el Syllabus y la Quanta Qura.2 En este sentido, Roitenburd identifica para
Córdoba ciertos temas claves en períodos significativos: la reacción a las ofensivas de los
primeros gobiernos que a partir de 1862 intentan centralizar la Universidad de Córdoba y
laicizar la educación y la cultura; los debates legislativos en torno al modelo de
matrimonio; la oposición al sufragio universal y el rechazo al movimiento reformista.3
Estos enemigos fueron calificados por Roitenburd como internos y externos. El
interno o heterodoxia, hace alusión a quienes dentro de la Iglesia aceptaban la convivencia
de culturas y la introducción de la modernidad. Es decir miembros de la élite (liberales en
su mayoría) que sin desechar su fe cristiana apoyaban la tolerancia. Justamente por esto,
desde el campo de la ortodoxia los heterodoxos no eran considerados “verdaderos
católicos”.4 El enemigo externo estaba representado por la inmigración y los males que los
inmigrantes traían consigo, como la pertenencia a otros credos (luteranos, calvinistas y
judíos), el ateísmo y las ideas masónicas, socialistas y comunistas. 5
En línea con las observaciones realizadas por Roitenburd para la Córdoba de fines
del siglo XIX y principios del XX, en los estatutos de creación, reglamentos y en gran parte
2
ROITENBURD, Silvia, Nacionalismo Católico Córdoba (1862-1943). Educación en los dogmas
para un proyecto global restrictivo, Ferreyra Editor, Córdoba, 2000, pp. 18 y 29.
3
Ibid. pp. 2 1 y 2 2
4
Ibid. pp. 1 1 2 y 1 1 3
5
Ibid. pp. 1 1 3 - 1 1 5
3
de los discursos, las asociaciones se definían en función de los fines que perseguían y por
oposición al enemigo que deseaban combatir. Esta definición del enemigo era compartida
por las tres entidades, que en ocasiones utilizaban referencias concretas y en otros casos lo
hacían de forma difusa. Nuevamente las menciones más frecuentes son al liberalismo, el
comunismo, el laicismo, el socialismo, las “ideas extranjerizantes”, el ateísmo o
“impiedad”, el “capitalismo desenfrenado alejado del Evangelio”, los reformistas
universitarios y sectores anticlericales en general. En menor medida hay alusiones a la
masonería y el judaísmo. De manera frecuente son englobados en una categoría más amplia
definida como ideas disidentes o disolventes. Puntualmente el avance de la educación laica
fue uno de los “males” que más activamente combatieron las asociaciones obreras.
De acuerdo al discurso católico obrero estos enemigos acechaban a los sectores
populares que eran presentados como seres vulnerables e indefensos, “un combustible
inflamable para todos los vicios y materia predispuesta para el protestantismo”. 6 La elite,
desde su rol protector, debía actuar de manera rápida y diligente para rescatar a los seres en
peligro y garantizar el orden a fin de resguardar sus propios intereses:
“Pues o formamos del pueblo obrero un pueblo creyente y de amor al orden y a la Patria o
la propaganda sectaria, inmoral y anárquica formará del Barrio Inglés un soviet del
Bolcheviquismo, que hará sufrir mucho a la Religión pero acaso mucho más a los ricos y a
sus empresas, como ha pasado en la desgraciada Rusia”7
El 1º de mayo: fiesta del obrero católico
El combate al enemigo se lograba disputándole el control sobre los obreros, uno de
los métodos utilizados fue apropiarse y re significar determinados acontecimientos. La
organización de los festejos por el 1º de mayo es probablemente el ejemplo más destacado.
La estrategia pasó en una primera etapa por unificar esta fecha con el aniversario de la
encíclica Rerum Novarum que se celebraba el 15 de mayo.
En mayo de 1931 al cumplirse 40 años desde que el Papa León XIII promulgara la
encíclica, los actos conmemorativos concitaron gran parte de los esfuerzos organizativos de
6
RAGGI, Sebastián, Manual de la Asociación Obrera de la Sagrada Familia, op. cit. p. 13
Manifiesto de la AOSF publicado en LP, 06-11-1933, también figura en el Manual de la Asociación,
pp. 35-38.
7
4
las entidades obreras católicas. Las acciones de convocatoria fueron intensas y tiempo antes
la prensa anunciaba la importancia que tendrían los festejos.
En su sesión del 24 de abril, la Comisión Directiva del CCO decidió invitar a las
autoridades de las asociaciones obreras presentes en Córdoba a preparar de manera
conjunta el programa de festejos. La primera resolución de la comisión fue nombrar
miembros honorarios de la misma a todos los curas párrocos de la ciudad y se los invitó a
participar a una reunión general a la cual también estaban invitados los directores
espirituales y presidentes de las asociaciones obreras de hombres.
Se fijó un programa de actividades para el domingo 17 de mayo. A la mañana se
invitaba a una Jornada Eucarística (sólo para hombres) con misa celebrada por el obispo
diocesano, Monseñor Lafitte. Para la tarde se proyectó una velada de conferencias en el
salón de actos del Club Católico.
Los Principios siguió detenidamente las distintas variables de la organización del
evento y dedicó el suplemento literario de los domingos a transcribir el documento
completo de la encíclica. También realizó un seguimiento de los festejos planificados en
Buenos Aires y en el Vaticano.
De las organizaciones objeto de estudio, el CCO comandó la organización y los
Artesanos de San José colaboraron activamente. Las asociaciones católicas de obreros que
adhirieron al evento fueron, Josefinos de Alta Córdoba, AOSF, Círculo Católico de Obreros
de Córdoba y de San Vicente y los Ex alumnos de Don Bosco. De acuerdo a las crónicas
periodísticas los festejos fueron muy exitosos:
“La masa obrera católica ha demostrado ayer toda la virilidad de su fuerza y toda la
pujanza de sus creencias, presentando frente a todos aquellos que quieren envolverla en
sus falsas teorías solucionadoras para contestar apoyándose en la ley del Evangelio y en
la palabra del Papa, que su fuerza era la religión y la solución la buscaban en el
Decálogo.”8
8
LP, 18-05-1931
5
Tal como estaba previsto en el programa, el primer evento fue la Jornada Eucarística
de la mañana. Se repartieron más de mil comuniones, dato que da indicios de una
importante cantidad de asistentes.
Por la tarde se celebró la velada en el Club Católico, el presbítero Vera Vallejo
comenzó su discurso de apertura. Pronunció una conferencia sobre la “Vocación Social” el
Dr. Juan Félix Cafferata, destacado miembro de la elite, activo colaborador de los Círculos
y los Josefinos y autor de diversos proyectos de leyes sociales. Finalmente, fue el turno del
doctor Enrique Ferreyra quien disertó sobre “La Rerum Novarum y las cuestiones
económicas”.
En los discursos los obreros de las asociaciones eran identificados con el
catolicismo y la patria en clara oposición al ideario de las “ideas disolventes”:
“… en esta magna asamblea de las instituciones obreras católicas de Córdoba, que no
enarbolan el trapo rojo de la anarquía y de las reivindicaciones sociales, son dos los
símbolos que nos congregan: el de la patria argentina azul y blanco(…) y el blanco y
gualda de los pontífices de Roma…”9
Con el avance de la década la Acción Católica (AC) fue cobrando protagonismo en
la organización de estas celebraciones. En 1938 como parte de los festejos se erigió una
gran carpa en la que el CCO en conjunto con la AC organizó una serie de conferencias
nocturnas para obreros. Los oradores disertaron sobre temas como “Justicia y Caridad”,
“La labor del Círculo de Obreros” y “Las doctrinas del comunismo y la Iglesia mostrando
los errores de aquél y la grandeza de esta”. Este último tema fue desarrollado por los
doctores Clodomiro Ferreyra y Pedro Ángel Spina (secretario del CCO entre 1937 y 1943
año en que comenzó su mandato como presidente de la institución).
En 1939 el acto fue organizado por el SES con la colaboración del CCO, la AOSF,
los Josefinos y los ex alumnos de Don Bosco, entre otras instituciones que manifestaron su
adhesión.10
Las asociaciones obreras perdieron cierto protagonismo, tanto en la convocatoria
como en la definición del programa del evento. De todas maneras siguieron colaborando
9
10
LP, 18-05-1931
LP, 25-04-1939
6
activamente. El Círculo se ocupaba de la difusión mediante la elaboración de carteles,
impresión y reparto de volantes. A su vez, sus directivos oficiaban como oradores en los
actos principales. Los Josefinos generalmente facilitaban las instalaciones del cine
Excelsior para la realización de los actos que contaban con la presencia de los socios de las
tres entidades.
A fines de la década, la fecha se seguía celebrando asociada al aniversario de la
Rerum Novarum pero en esta oportunidad la apropiación fue más lejos. Ya no se esperaba
hasta el 15 de mayo para realizar los festejos sino que se celebraba el mismo día 1º.
Además, tanto en las notas periodísticas como en las invitaciones y discursos, el día del
trabajador era llamado “día del obrero católico”11. Se insistía en el carácter católico de la
celebración, “Los obreros católicos celebraran el 1º de mayo que no es fecha marxista”12 y
su distancia con las “ideologías disidentes”:
“La fecha del 1º de mayo ha sido injustamente levantada como bandera de
revolución y resistencia de la clase proletaria…La propaganda marxista ha hecho de esa
fecha un acicate de división social. No es pues extraño que se intente ahora dignificar el
sentido de la fecha del 1º de mayo poniendo de relieve entre los obreros católicos que tiene
esa otra faz de la celebración del día del trabajo como punto de unión, de paz, de
conciliación…basado en las encíclicas de León XIII y Pío X”13
La lucha contra el laicismo
Desde el Congreso católico de 1884 convocado como una respuesta al Congreso
Pedagógico y al programa secularizador de la escuela pública, el rechazo contra el laicismo
particularmente en el terreno de la educación, fue una lucha constante de la Iglesia. Las
asociaciones de obreros católicos se plegaron a esta batalla y combatieron enérgicamente
las distintas propuestas e intentos de ley favorables a la educación laica, como el proyecto
de ley Sobral de 1930 o los presentados durante el gobierno de Sabattini y Del Castillo.
Este rechazo se expresó de variadas formas como la publicación de notas de opinión y
manifiestos y la organización de conferencias y actos públicos.
11
12
13
LP, 27-04-1939
LP, 28-04-1939
LP, 27-04-1939
7
En 1930 el diputado radical Antonio Sobral presentó un proyecto de Ley de
Educación, la cuestión suscitó intensos debates y el punto más conflictivo, a pesar de que
no constaba en el proyecto original, refirió a la enseñanza de la religión en las escuelas
públicas. La Cámara de diputados de la provincia de Córdoba le dio la media sanción al
proyecto con una importante modificación, la inclusión del artículo 12 ½ que imponía la
educación religiosa en las escuelas primarias de la provincia. Inmediatamente se generaron
movimientos de rechazo y de apoyo al proyecto de ley, los CCO de todo el país, mediante
el envío de notas de adhesión, fueron de las instituciones que más fervientemente apoyaron
la inclusión de este artículo. 14
Los católicos en general y las asociaciones obreras en particular, usaban diferentes
argumentos para defender la educación religiosa. Desde una perspectiva jurídica afirmaban
que el estado debía brindar formación religiosa para actuar conforme a las Constituciones
Nacional y Provincial.15 Esta posición se fundamentaba en el artículo 2º de la Constitución
Provincial que adoptaba como religión oficial la Católica Apostólica Romana, este mismo
argumento habían usado los católicos en la Convención de reforma de la constitución
provincial de 1923 para evitar incorporar la frase sobre laicidad de la enseñanza.16
El poder moralizador de la religión era una de las razones fuertemente esgrimidas.
La educación religiosa se asociaba a nociones como orden, armonía y civilización mientras
que la educación laica era identificada con el conflicto, la inmoralidad y hasta el delito.
Frecuentemente se establecía una relación entre el laicismo y los conflictos asociados a la
cuestión social.
“Se vieron masas de niños tomar parte en el desorden y el delito de esos días. La mayor
parte de esos niños han concurrido a la escuela laica y sin religión, y el hecho comprueba
una vez más el fracaso de nuestro sistema de educación.” 17
14
VIDAL, Gardenia, Catolicismo, educación y asociacionismo docente en Córdoba, 1925-1930 en
Contextos de Educación, años V y VI, números 6 y 7, 2004-2005, Facultad de Ciencias Humanas,
Universidad Nacional de Río Cuarto.
15
LP, 06-09-1930.
16
VIDAL, Gardenia, Catolicismo, educación y asociacionismo docente en Córdoba, 1925-1930, op.
cit.
17
LP, 04-07-1934. La nota periodística hace referencia a la semana trágica de 1919.
8
Desde esta perspectiva, las generaciones que habían crecido sin educación religiosa
eran las causantes de los desórdenes sociales que se habían vivido durante las primeras
décadas del siglo. La sanción de la ley 1420 de educación común (con aplicación en Capital
Federal y territorios nacionales) y la creación de la escuela normal eran señaladas como las
causas de un proceso de decadencia social. Al respecto, en una nota titulada “La fundación
de la escuela normal y la sanción de la ley 1420 no son acontecimientos fastos para
Córdoba”, Rafael S. Martínez, presidente del CCO en el período 1932-1936, señalaba:
“Los que siendo aún niños presenciamos la conmoción social, las angustias y dolores
sufridos por los hogares de Córdoba en los días infaustos de 1884 cuando se abrían las
clases de la Escuela Normal Nacional y se sancionaba en el Congreso de la Nación la ley
número 1420, llamada de educación común, instituciones ambas que herían en lo más
hondo el sentimiento religioso de este pueblo y amenazábanle con la formación de
generaciones futuras que habrían de crear en el país los más graves conflictos políticos y
sociales, no alcanzamos a explicarnos cómo se …pueden revestir con los atributos del
éxito las fechas más infaustas de la historia patria”18
La defensa de la patria y la nacionalidad era otro de los argumentos más usados. La
educación laica era identificada con las ideas foráneas que nada tenían que ver con “un país
de cepa y tradiciones genuinamente católicas como la Argentina”, pero que habían
sembrado “un ambiente comercial y cosmopolita”. 19
En el caso de la AOSF, la institución dedicó parte de sus reuniones mensuales a este
asunto. En 1930, contaron con la participación de conferencistas como Miguel Augusto
Ferrer, varias veces miembro de la comisión directiva del CCO y Manuel Villada Achával.
La difusión se hizo por la prensa y en el texto de la invitación el énfasis se ponía en el
interés de los obreros por informarse para poder defender más acabadamente los ideales de
Dios, Patria y Hogar. 20
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19
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LP, 06-07-1934
LP, 09-07-1934
LP 06-09-1930.
9
Un hito en esta lucha fue el acto organizado por el CCO en julio de 1934, a
cincuenta años de la sanción de la ley 1420, para protestar “contra el monopolio de la
educación laica por el Estado”21. El acto fue también un homenaje a Emiliano Clara, José
Manuel Estrada, Pedro Goyena, Tristán Achával Rodríguez, Rafael García, Nicolás
Berrotarán, Ezequiel Morcillo y Nicéforo Castellano, “próceres católicos” que en 1884 se
habían opuesto a la sanción de la ley. Tuvo lugar en los salones del Club Católico y estuvo
presidido por autoridades religiosas y políticas. Los invitados de honor eran Santiago
Estrada, nieto de José Manuel Estrada y Tola Achával Rodríguez, hija de Tristán Achával
Rodríguez.
Los disertantes fueron Lisardo Novillo Saravia (h) por la ACC, Guillermo Becerra
Oliva por el Club Católico, Lola García Vieyra en representación del magisterio católico,
Marciano de la Serna de Los Principios, Roberto Meisegeier jefe de redacción de El
Pueblo, periódico católico de Buenos Aires, y Santiago Estrada. El evento recibió una
importante cobertura desde Los Principios, que incluso publicó los discursos. A su vez, en
los días previos, el diario había publicado una serie de artículos firmados por el presbítero
Ramón Castellano y Rafael S. Martínez.
Tanto en las notas como en los discursos se destacaban las mismas ideas. La
implantación de la educación laica, la escuela normal y la llegada de las maestras
protestantes habían significado la ruina de la educación pública. Las generaciones formadas
en estas escuelas podían considerarse perdidas, frutos de “la gangrena y la corrupción
moral”. La acusación también se extendía a la mezcla de sexos que se daba en la escuela
normal, un sinónimo de promiscuidad. Por esto afirmaban, “la reacción se impone y debe
ser completa”, para derrotar a la secta liberal y masónica que se había adueñado del poder.
Los conflictos sociales, las crisis, la cuestión social en definitiva era, desde esta
perspectiva, una consecuencia de la “falta de Dios en las aulas”.
En 1940, la problemática se planteó nuevamente cuando el poder ejecutivo envió a
la legislatura provincial un proyecto de ley de educación laica. Los Monseñores Laffite y
Buteler expresaron su rechazo y el CCO decidió encabezar un movimiento de apoyo a la
posición de los prelados. El Círculo buscó la adhesión de otras instituciones católicas, como
21
LP, 04-07-1934
10
la AOSF,22 pero finalmente, Monseñor Laffite dispuso que el movimiento de opinión fuera
encabezado por la ACC. 23
Consideraciones Finales
Al repasar y analizar las acciones desarrolladas por las asociaciones para obreros,
detectamos que gran parte de la atención y el esfuerzo se concentra como ya se indicó en la
celebración del 1º de mayo y en los actos y manifestaciones contra el avance de la
educación laica. Estas acciones responden a los grandes enemigos definidos por las
asociaciones: el avance de las ideas socialistas y marxistas, el liberalismo y el laicismo.
De moldes tradicionales pero con repertorios modernos, rápidamente reconocieron
la importancia de los medios de comunicación y los incorporaron a su acción. Trabajaron
activamente por instalar ciertas cuestiones e ideas en los debates sociales y conformaron un
activo brazo de la Iglesia.
Bibliografía
-
ROITENBURD, Silvia, Nacionalismo Católico Córdoba (1862-1943). Educación
en los dogmas para un proyecto global restrictivo, Ferreyra Editor, Córdoba
-
VIDAL, Gardenia, Catolicismo, educación y asociacionismo docente en Córdoba,
1925-1930 en Contextos de Educación, años V y VI, números 6 y 7, 2004-2005,
Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Río Cuarto
-
ZANATTA, Loris, Del Estado liberal a la Nación Católica. Iglesia y Ejército en
los orígenes del peronismo (1930 – 1946), Universidad Nacional de Quilmes,
Buenos Aires, 2
22
23
Entrevista hilando las sierras.txt
CCO, Actas de sesiones ordinarias, 23-08-1940
CCO, Actas de sesiones ordinarias, 20-09-1940
11
005 (1996).
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