t36-c00 - Encuentro Nacional de Docentes Universitarios

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Motivaciones altruistas en la elección vocacional - ocupacional
José Eduardo Moreno. Doctor en Psicología.
Profesor Titular Ordinario, Universidad Católica Argentina.
Investigador Independiente, Vicedirector CIIPME – CONICET.
Correo electrónico: [email protected]
Analía Schmidt. Licenciada en Psicología.
Profesora asistente, Universidad Católica Argentina, sede Paraná.

Área temática: La persona humana: genealogía, biología, biografía.
RESUMEN
El objetivo de este trabajo es presentar los enfoques actuales de la psicología basados
en una perspectiva humanística que enfatiza las actitudes, emociones y conductas
positivas, y que se centra en la salud mental y no en el enfermar de la persona. El
altruismo y las conductas prosociales cobran gran relevancia para este enfoque. Se
comentan algunas de las definiciones de la noción de altruismo y finalmente se
presentan algunos estudios que los autores de esta ponencia realizamos o estamos
realizando acerca del altruismo en el ámbito de la orientación vocacional y la selección
ocupacional.
Introducción. La noción de altruismo en la psicología contemporánea
¿Por qué ayudamos a los demás? ¿Por qué algunas personas ayudan incluso a
aquellos que no pueden devolverle el favor y que no pertenecen a su familia, ni a su propio
grupo social, ni a su propia especie? ¿Por qué las personas donan sangre, dinero o tiempo?,
¿Por qué algunas personas eligen profesiones relacionadas con el servicio a los demás
(medicina, trabajo social, etc.)?
Estos interrogantes llevan a considerar al altruismo como una actitud y una conducta
que la psicología no puede ignorar.
El filósofo Auguste Comte (1851-1854), en su obra Sistema de política positiva o Tratado
de Sociología instituyendo la religión de la Humanidad, acuñó el término “altruisme” para
referirse a ese tipo de comportamientos, que de acuerdo a Real Academia Española significa
diligencia en procurar el bien ajeno aún a costa del propio (RAE, 19).
En la psicología contemporánea son diversas las definiciones de esta noción. Según
Krebs (1987) las definiciones de altruismo varían de acuerdo al peso relativo que se le
asignen a dos componentes considerados fundamentales: los costos que la conducta
altruista tiene para el actor y sus intenciones. Un grupo de definiciones comparten el
énfasis en los costos que tiene el altruismo para la persona que ayuda, por ejemplo
“comportamiento autodestructivo realizado para beneficio de los otros” (Wilson, 1975, p.
578) o la definición más habitual de los sociobiólogos quienes designan como
comportamiento altruista aquel que beneficia menos al que ayuda que al que recibe esa
ayuda. Por otro lado, otras definiciones ponen el acento en el aspecto motivacional del
altruismo más que en los costos y resaltan que el comportamiento altruista debe
beneficiar a otra persona, debe ser realizado voluntaria e intencionalmente, el beneficio
1
debe ser el objetivo en sí mismo y el sujeto no debe esperar una recompensa externa
(Bar-Tal, 1986).
Para K. R. Monroe (1996) una conducta altruista es aquella cuya intención es
beneficiar a otros, incluso cuando esto signifique sacrificar o poner en riesgo el propio
bienestar. Esta definición de Monroe supone que:
1) El altruismo implica una acción, no meramente buenas intenciones o
pensamientos.
2) Esta acción está dirigida a una meta, aunque esta no siempre sea conciente ni
reflexiva.
3) Esta meta debe promover el bienestar del otro. Es decir que si ese bienestar
ajeno puede ser entendido como una consecuencia secundaria de una conducta
cuyo fin es el propio bienestar del actor, esa conducta no es altruista.
4) La intención importa más que las consecuencias efectivamente logradas. La
motivación y las intenciones son cruciales, por más que sean difíciles de
observar y medir.
5) El acto altruista puede afectar al actor disminuyendo su propio bienestar de algún
modo.
6) El propósito del acto altruista es únicamente aumentar el bienestar de los demás.
Monroe (1996) distingue entre el “altruismo puro”, que podemos entender como
el “amor a la humanidad”, el cual no está limitado a personas particulares o grupos
específicos, a diferencia del altruismo “particular” que está destinado a un grupo
reducido, tal como la familia o el propio grupo étnico.
Batson (2008) al altruismo lo define como un estado motivacional cuyo fin último
es incrementar el bienestar de los otros, y al “egoísmo” como el estado motivacional
cuya meta última también es el incremento del bienestar, pero en este caso del propio.
De acuerdo a Batson (2008) el término altruismo ha sido usado de tres maneras:
a) Como comportamiento de ayuda. Algunos investigadores equiparan al altruismo
con el comportamiento de ayuda observable, dejando a un lado las motivaciones
de tal conducta. Es una definición común entre los psicólogos del desarrollo y los
biólogos evolutivos, quienes definen el altruismo como el comportamiento que
reduce el ajuste reproductivo del organismo (la probabilidad de transmitir su
dotación genética a la próxima generación) en comparación con el aumento de
dicho ajuste en otros organismos. Siguiendo esta idea, los biólogos evolutivos
pueden hablar de altruismo en un amplio espectro filogenético, desde los
insectos sociales a los seres humanos (Dawkins, 1976). Sin embargo, Sober y
Wilson (1998) critican que aunque el altruismo evolutivo puede ser una condición
necesaria para el altruismo psicológico (la motivación cuyo fin último es el
aumento del bienestar de otros) no constituye una condición suficiente.
b) Como actuar moral. Un segundo uso del término altruismo se focaliza en ciertos
comportamientos de ayuda, aquellos que cumplen con alguna norma de bondad
o moralidad. A menudo el auto-interés se equipara con el egoísmo, que es
considerado inmoral. De acuerdo a este razonamiento, si el interesarse en sí
mismo no es moral, y el altruismo en cambio está motivado por el interés en el
otro, el altruismo debería considerarse moral. Sin embargo, esta lógica se revela
equivocada. Además de que no siempre el auto-interés es inmoral, la motivación
2
altruista puede conducir a comportamientos que son morales o no de acuerdo al
contexto o a ciertas normas éticas.
c) Como un comportamiento de ayuda destinado al logro de refuerzos (premios)
internos más que externos. Ayudar a otros con el fin de sentirse mejor uno
mismo, para evitar la culpa, o para reducir la activación emocional aversiva
provocada por la observación del sufrimiento ajeno sería altruista desde cierto
punto de vista, aunque no en el sentido propuesto por Batson (2008), para quien
las metas últimas de estos comportamientos definen más bien formas
enmascaradas de egoísmo, ya que el comportamiento de beneficiar a los demás
sería un solo un medio para lograr el beneficio propio, que sería la verdadera
meta final.
Respecto a la relación de la noción de altruismo con la de personalidad, cabe
mencionar que la mayoría de los modelos de personalidad exploran características
relacionadas con el comportamiento altruista. Por ejemplo, el Modelo de los Cinco
Factores (Costa & McCrae, 1999), uno de los más relevantes y actuales, incluye una
subescala dentro del dominio Cordialidad/Amigabilidad que evalúa la disposición para
ayudar a los demás y la preocupación por el bienestar de los otros.
Altruismo, vocación y profesión
Hernández Franco (2004) encuentra que los estudiantes difieren respecto de las
consecuencias esperadas de sus elecciones vocacionales, agrupándose dichas
diferencias en cuatro factores: altruismo, seguridad, poder-prestigio, e independencia. A
su vez el logro de independencia y el altruismo se agrupan en un factor de segundo
orden denominado “consecuencias intrínsecas”, mientras que los otros dos (seguridad,
poder –prestigio) pertenecen a “consecuencias extrínsecas”. El autor encuentra que
existen diferencias entre los tipos de expectativas de resultados vocacionales en
relación con las preferencias vocacionales, es decir las distintas áreas vocacionales
están caracterizadas diferencialmente por el tipo de consecuencias anticipadas. De este
modo se observa una relación entre la anticipación de refuerzos de carácter altruista y
la preferencia por áreas vocacionales como “enseñanza”, “derecho” y “sanidad”, en ese
orden. Las adolescentes mujeres se orientan en mayor medida que los varones a la
anticipación de consecuencias “intrínsecas” (altruismo e independencia).
Un estudio realizado en España con estudiantes de medicina encuentra que una
razón importante para la elección de la carrera son los motivos altruistas y
humanitarios: necesidad de ayuda, entrega y servicio a los demás. El peso relativo de
esta clase de motivaciones (en comparación con otros motivos como el interés
científico, la “vocación”, la relevancia o prestigio social de la profesión, la búsqueda de
gratificación personal, etc.) varía a lo largo de los seis años de carrera, aumentando
sensiblemente cuando el estudiante comienza a tener contacto con pacientes en el
hospital (Gutiérrez Medina, Cuenca Gómez, Álvarez de Toledo, 2008). También Soria,
Guerra, Giménez y Escanero (2006) encuentran que el principal motivo por el cual
todos los estudiantes, pero especialmente las mujeres, eligen la carrera de medicina es
de tipo altruista-humanitario (“ayudar a los demás o a la sociedad”), exhibiendo un alto
grado de vocación social lo cual se ve reforzado por la incorporación masiva de la
mujer. Eliason y Schubot (1995) y Eliason, Guse y Gottlieb (2000) estudiaron la relación
3
entre valores personales y la satisfacción laboral en los médicos, encontrando que el
valor Benevolencia era el mejor predictor de altos niveles de satisfacción laboral,
mientras que Poder Social era el menos importante. Segura Bernal y colaboradores
(2006) encontraron que los médicos con puntuaciones bajas en una escala de burnout
declaran darle una mayor importancia al valor “altruismo” que los que exhiben
puntuaciones altas en dicha escala. Desde el punto de vista neurocientífico, se ha
analizado la respuesta empática frente al dolor físico de médicos comparados con un
grupo control. Se les mostró fotos de partes del cuerpo pinchadas con una aguja (dolor)
o tocadas ligeramente por un objeto con una punta (no dolor). Los resultados indican
que la regulación emocional en los médicos comienza muy tempranamente, inhibiendo
el procesamiento bottom-up de la percepción del dolor en otros. La regulación hacia
abajo (down-regulation) del dolor empático entre los médicos amortigua la activación
aversiva en respuesta al dolor ajeno y les permitiría liberar recursos cognitivos para
brindar la asistencia necesaria (Decety, Yang & Cheng, 2010).
La actividad política es percibida negativamente por la mayoría de los
ciudadanos, en base a dos atributos con los cuales se los asocia: tendencia
irremediable al abuso de poder y a la corrupción, e incompetencia (Uriarte, 1998, 2000).
A pesar de esta imagen negativa ¿por qué algunos ciudadanos en los países
democráticos deciden dedicarse a la política? La mayoría de los políticos empiezan su
carrera como militantes de base en un partido político, dedicándose largo tiempo a
actividades no remuneradas o de baja remuneración, sin trascendencia ni
reconocimiento público, y ocupando puestos de relevancia menor y escaso poder 1.
Uriarte (2000) realizó un estudio con 212 diputados españoles (el 61% del total de
diputados) sobre las motivaciones que los acercaron a la actividad política, encontrando
que las motivaciones referidas están lejos de ser las que les atribuye la creencia
popular más extendida (conseguir el acceso a privilegios, riquezas y poder). Las
motivaciones que refieren los parlamentarios españoles para su ingreso a la actividad
política son el servicio a la sociedad, el compromiso con una ideología, el logro de
objetivos sociales como justicia o equidad social, la atracción por la actividad en sí
misma, y la lucha por la democracia. Estas respuestas destacan el carácter altruista de
la elección, a pesar de que, como en todas las encuestas de este tipo, las respuestas
pueden estar influidas por la deseabilidad social. Estos resultados sugieren que lo que
distingue al pequeño grupo de personas que convierten la política en su actividad
Max Weber: “La política consiste en una dura y prolongada penetración a través de tenaces
resistencias, para la que se requiere, al mismo tiempo, pasión y mesura. Es completamente
cierto, y así lo prueba la Historia, que en este mundo no se consigue nunca lo posible si no se
intenta lo imposible una y otra vez. Pero para ser capaz de hacer esto no sólo hay que ser un
caudillo, sino también un héroe en el sentido más sencillo de la palabra. Incluso aquellos que no
son ni lo uno ni lo otro han de armarse desde ahora de esa fortaleza de ánimo que pretende
soportar la destrucción de todas las esperanzas, si no quieren resultar incapaces de realizar
incluso lo que hoy es posible. Sólo quien está seguro de no quebrarse cuando, desde su punto
de vista, el mundo se muestra demasiado estúpido o demasiado abyecto para lo que él le
ofrece; sólo quien frente a todo esto es capaz de responder con un “sin embargo”; sólo un
hombre de esta forma construido tiene “vocación” para la política”. (Weber, 1981, pp. 178-179).
1
4
principal frente al resto de los ciudadanos de los países democráticos no es la obsesión
por el poder ni el ánimo de lucro, sino un grado mayor de ideologización, un mayor
sentido de compromiso con una ideología y un sentido de servicio a su sociedad
mayores a los del ciudadano promedio. Estos resultados son consistentes con los
hallados entre élites políticas de otros países (Buck, 1963; Norris, 1997).
La noción de altruismo en psicología a veces se la incluye entre las denominadas
conductas prosociales.
El término "prosocial" (prosocial behavior), recibió una notable consolidación con los
trabajos de Staub (1978), Mussen y Eisenberg-Berg (1977). Se refiere a aquellos
comportamientos que, sin la búsqueda de recompensas externas, favorecen a otras
personas, grupos o metas sociales y aumentan la probabilidad de generar una
reciprocidad positiva, de calidad y solidaridad en las relaciones interpersonales o
sociales consecuentes, salvaguardando la identidad, creatividad e iniciativa de las
personas o grupos implicados (Roche, 1998,1999). Una definición operativa de los
comportamientos prosociales comúnmente aceptada es entendida como aquellas
acciones que tienden a beneficiar a otras personas, grupos u organizaciones sociales
sin que exista la previsión de una recompensa exterior. Varios autores, movidos por la
significación de estos comportamientos, han tratado de estudiar si eran susceptibles de
ser aprendidos o mejorados y de determinar cuáles son sus antecedentes educativos.
Algunas investigaciones sobre el altruismo y en la orientación y selección
vocacional - ocupacional
El objetivo de este primer trabajo (Moreno y Caramés, 2011) fue estudiar los
valores hacia el trabajo, las elecciones vocacionales para seguir estudios universitarios
y las motivaciones ocupacionales en adolescentes del denominado segundo cordón de
la periferia de la ciudad de Buenos Aires. La muestra es de carácter no probabilística
(intencional) y comprendió a 333 jóvenes (113 varones y 220 mujeres) de 15 y 19 años
de edad. Se administraron los siguientes instrumentos: 1- un cuestionario ad hoc sobre
preferencias vocacionales, 2- el Cuestionario de Motivaciones Ocupacionales (Migone
de Faletty & Moreno) y, finalmente, 3- la traducción y adaptación argentina (Moreno &
Caramés) del Cuestionario de Valores hacia el Trabajo (Porto & Pilati, 2010) en su
adaptación argentina. Los resultados muestran que el 23,7% de los alumnos prefiere
estudiar carreras del área biomédica, el 20,4% de humanidades y ciencias sociales y el
20,1% de ciencias económicas. Solamente un 10,2% prefiere ingeniería o profesiones
técnicas. La satisfacción laboral es la principal motivación en la elección de una carrera
u ocupación. La aspiración económica es el principal valor a tener en cuenta en un
trabajo y en segundo lugar la posibilidad que brinda la profesión u ocupación para la
realización personal. El altruismo está más jerarquizado por quienes seleccionaron el
área biomédica.
En la tabla 1 se pueden observar los resultados obtenidos en las escalas de ambas
pruebas (CUMO y EVT-Arg.) en la totalidad de la muestra. Así se puede ver que en
cuanto a las motivaciones ocupacionales los sujetos las jerarquizaron según el
siguiente orden de rango: 1º Satisfacción laboral, 2º Futuro, 3º Éxito y prestigio social,
4º Altruismo y finalmente 5º Dependencia. Cabe señalar que este orden es el
observado en prácticamente la totalidad de las muestras con estudiantes en la
Argentina (Migone de Faletty, & Moreno, 1999). Las escalas de Altruismo y
5
Dependencia son las que tienen mayores desvíos, estos motivos parecen polarizar en
mayor medida a los jóvenes.
Tabla 1. Medias y desvíos de las escalas del CUMO y del EVT-Arg
Escalas del CUMO
Media
Desvío
Satisfacción Laboral
37,24 (1)
6,36
Futuro
36,50 (2)
7,08
Éxito y Prestigio Social
31,03 (3)
8,04
Altruismo
29,28 (4)
9,41
Dependencia
26,26 (5)
9,86
Escalas de valores relativos al trabajo
Aspiraciones Económicas
358,34 (1)
42,02
Realización personal
314,09 (2)
47,30
Altruismo o benevolencia
290,19 (3)
59,32
Reconocimiento Social
286,99 (4)
66,67
n
333
Entre paréntesis se presenta el rango de la media de cada escala
En cuanto a las escalas de valores relativos al trabajo los sujetos las
jerarquizaron según el siguiente orden de rango: 1º Aspiraciones económicas, 2º
Realización personal, 3º Altruismo o benevolencia y 5º Reconocimiento Social. En este
caso por ser una prueba reciente carecemos de baremos o de datos de otras muestras
para evaluar el peso relativo de estos valores en la población general.
Además, se realizaron análisis multivariados de varianza (MANOVA) para
determinar las diferencias de medias en las escalas del CUMO y de la prueba de
valores hacia el trabajo (EVT-Arg), entre los alumnos de las 4 submuestras según
carrera elegida. En las escalas de valores hacia el trabajo en el análisis multivariado de
varianza se obtuvo un F Hotelling (12, 704) = 2,88 p=.001, es decir que las diferencias
entre las medias de las escalas según áreas de carrera son significativas. En los F
univariados se observa que dos son las escalas que determinan dichas diferencias, a
saber: Altruismo (p=.008) y Aspiraciones económicas (p=.007). En cuanto a los
contrastes multivariados entre las carreras fueron significativos los siguientes: el valor
altruismo o benevolencia es mayor en los que eligen carreras biomédicas que en los de
ciencias económicas (Mbio= 305,62; Mce= 273,03; p=.01); por el contrario, las
aspiraciones económicas son mayores en los alumnos que eligen las carreras de
ciencias económicas que los de biomédicas (Mce= 373,33; Mbio= 347,62 p=.008).
Nuevamente los que eligen las carreras biomédicas y de ciencias económicas son los
que tienen perfiles de valores diferentes.
En ambas escalas el altruismo no es muy jerarquizado, salvo en las carreras del
área biomédica, lo cual es esperado por las características que supone su desempeño
profesional.
En las escalas del CUMO en el análisis multivariados de varianza se obtuvo un
FHotelling (15, 701) = 5,14 p=.0001, es decir que las diferencias entre las medias de
las escalas según áreas de carrera son significativas. En los F univariados se observa
que tres son las escalas que determinan dichas diferencias, a saber: Altruismo (p=.000),
Satisfacción laboral (p=.01) y Éxito y prestigio (p=.03). En cuanto a los contrastes
6
multivariados entre las carreras fueron significativos los siguientes: la motivación de
Éxito y prestigio es mayor en los que eligen ciencias económicas que en los de
humanidades y ciencias sociales (Meyp= 33,36; Mhycs= 29,34; p=.03); la motivación
altruista es mayor en los alumnos que eligen carreras biomédicas (M= 34,62) que en los
alumnos que eligen humanidades y ciencias. sociales (M= 29,34; p=.003), ciencias
económicas (M= 23,97; p=.000); y cs. exactas y carreras técnicas (M= 26,98; p=.001); y
finalmente la motivación altruista es mayor en los alumnos que eligen las carreras de
humanidades y ciencias. sociales que los de ciencias económicas (Mhycs= 29,34; Mce=
23,97; p=.004). Es decir que las diferencias de mayor significación se encuentran en las
motivaciones altruistas y es el área de las carreras biomédicas la que se distingue en
mayor medida respecto de las demás
Tabla2. CUMO y EVT- Arg. Medias y desvíos de las escalas según preferencia de
carreras por área
Humanidades
Escalas del
y Cs Sociales
Económicas
CUMO
Media
Media
Futuro
35,87(2)
37,17(1)
Éxito
29,23(4)
33,36(3)
Altruismo
29,34(3)
23,97(5)
Dependencia
24,82(5)
25,35(4)
Satisfacción
36,18(1)
36,30(2)
Escalas de valores relativos al trabajo
Reconocimiento 275,45(4) 283,29(3)
Social
Altruismo
288,13(3) 273,03(4)
Aspiraciones
359,55(1) 373,33(1)
Económicas
Realización
306,58(2) 312,83(2)
personal
n
67
66
Entre paréntesis se presenta el rango de
carreras.
Biomédicas
Media
Cs. Exactas y
carreras técnicas
Media
F
p=
37,20(2)
31,22(4)
34,62(3)
27,31(4)
38,89(1)
37,02(1)
30,87(3)
26,98(5)
27,09(4)
35,29(2)
0,54
2,84
19,98
0,98
3,76
.64
.03
.000
.40
.01
300,98(4)
276,74(4)
2,04
.10
305,62(3)
347,62(1)
281,50(3)
356,66(1)
4,04
4,08
.008
.007
323,81(2)
318,57(2)
1,72
.16
80
31
la media de cada escala para cada área de
El siguiente estudio (Moreno y Marcaccio, 2013) se centró en comparar los
perfiles profesionales de Ingeniería y Tecnicatura, Marketing y Ventas, Administración y
Contabilidad, y Recepcionistas.
La muestra comprendió: un grupo de ingenieros y técnicos compuesto por 51
personas con formación universitaria en ingeniería o media en colegio industrial,
interesados en trabajar en al área de mantenimiento y/o de producción; un grupo de
recepcionistas compuesto por 67 personas (mujeres en su totalidad), interesadas en
desempeñarse laboralmente en atención al cliente y con experiencia previa en dichas
tareas; un grupo de administradores y contadores formado por 240 personas con
estudios en curso o completos en ciencias económicas con experiencia en
administración de personal, contabilidad, impuestos o auditoría; y un grupo de
7
marketing y ventas formado por 113 personas con marcada orientación comercial. La
recolección de datos se llevó a cabo de manera individual en entrevistas de selección
de personal en consultoras de la Ciudad de Buenos Aires. Todas las personas
participaron de manera voluntaria en el marco del proceso de búsqueda de empleo.
El instrumento utilizado fue la Escala Argentina de Valores Relativos al Trabajo
(EVT-Arg), ya mencionada que comprende cuatro subescalas de cinco ítemes cada
una, a saber: Realización Personal, Reconocimiento Social, Altruismo y Aspiraciones
Económicas.
Se realizaron análisis multivariados de varianza para evaluar las diferencias entre
los perfiles profesionales.
Los principales resultados obtenidos manifiestan que los profesionales de
marketing y ventas valorizan en mayor medida la realización personal en el trabajo
respecto de las demás profesiones. Las recepcionistas valorizan en mayor medida la
posibilidad de ayudar a otras personas (altruismo) durante su desempeño laboral
respecto de las demás profesiones. Los ingenieros y técnicos obtuvieron los menores
puntajes en la subescala de reconocimiento social. En todos los perfiles indagados las
aspiraciones económicas fueron igualmente valoradas y el altruismo obtiene el tercer
rango.
En el siguiente cuadro se resume el ranking de los promedios en las 4
dimensiones de la escala de valores hacia el trabajo según ocupación.
Marketing
y Ventas
Contabilidad y
Administración
Recepcionistas
Ingenierías y
técnicos
1- Realización
personal
Aspiraciones
económicas
Aspiraciones
económicas
Realización
personal
2- Aspiraciones
económicas
Realización
personal
Realización
personal
Aspiraciones
económicas
Altruismo
Altruismo
Altruismo
Reconocimiento
Social
Reconocimiento
Social
Reconocimiento
Social
3- Altruismo
4- Reconocimiento
Social
Los autores de esta ponencia consideran que investigaciones como la presente
pueden ser de provecho para las instituciones educativas en la medida que
proporcionan información acerca de la situación actual de la elección vocacional y
ocupacional de jóvenes y adultos, como también para la promoción de actitudes
altruistas y prosociales en general.
8
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